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FUNCION Y ESTRUCTURA DEL CUERPO HUMANO (125)

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Capítulo 5 Sistema tegumentario y membranas corporales 97
-Cuerpo 
de la uña
-Lúnula 
- Cutícula 
-Raíz de la uña
Estructura de la uña. A. Uña de la mano vista 
desde arriba. B. Sección sagital de una uña de la mano y de las 
estructuras asociadas.
del cuerpo más próxima a la raíz existe un área semi­
lunar blanca conocida como lúnula. Podrá identifi­
car con facilidad esa área en sus propias uñas; es 
más apreciable en el pulgar. Bajo la uña existe una 
capa de epitelio, el lecho ungueal, indicado en la 
sección sagital de la figura 5-6. Puesto que contiene 
abundantes vasos sanguíneos, el lecho aparece 
de color rosado a través del cuerpo translúcido. 
Cuando desciende el nivel de oxígeno sanguíneo y 
se desarrolla cianosis, el lecho ungueal se vuelve 
azulado.
Glándulas cutáneas
La piel contiene glándulas sudoríparas y sebáceas
microscópicas (v. fig. 5-2).
Glándulas sudoríparas. Son las glándulas más nume­
rosas de la piel. Se clasifican en dos grupos: ecrinas 
y apocrinas, de acuerdo con el tipo de secreción y la 
localización. Las glándulas sudoríparas ecrinas son 
las más numerosas, importantes y ampliamente dis­
tribuidas. Tienen un tamaño relativamente pequeño 
y, con pocas excepciones, se encuentran en toda la 
superficie corporal. Producen un líquido acuoso 
transparente conocido como sudor o transpiración. 
El sudor contribuye a la eliminación de productos de 
desecho como el amoníaco y el ácido úrico. También 
interpreta un papel esencial en mantener la tempe­
ratura corporal constante. Se estima que la piel de 
las palmas contiene alrededor de 450 glándulas 
sudoríparas ecrinas por centímetro cuadrado. Con
la ayuda de una lupa pueden verse en la piel los 
pequeños orificios puntiformes conocidos común­
mente como poros. Los poros son las desembocadu­
ras de los conductos de las glándulas sudoríparas 
ecrinas.
Las glándulas sudoríparas apocrinas se encuen­
tran sobre todo en la piel de las axilas y en las áreas 
pigmentadas alrededor de los genitales. Son mayores 
que las ecrinas y producen una secreción lechosa 
más espesa. El olor relacionado con la secreción de 
las glándulas apocrinas no se debe a la secreción en 
sí misma, sino a su contaminación y descomposición 
por las bacterias cutáneas. Las glándulas apocrinas 
aumentan de tamaño y comienzan a funcionar en la 
pubertad.
Glándulas sebáceas. Las glándulas sebáceas secre­
tan la grasa del pelo y la piel. Existen en las zonas 
pilosas. Sus diminutos conductos desembocan en 
los folículos pilosos (v. fig. 5-5), de modo que la se­
creción, conocida como sebo, lubrica el pelo y 
la piel. El sebo ha sido descrito como «crema cutánea 
natural», puesto que evita que la piel se seque o 
cuartee. La secreción sebácea aumenta durante la 
adolescencia, bajo el estímulo de las hormonas 
sexuales. En ocasiones, el sebo se acumula en los 
conductos de algunas glándulas sebáceas, que se 
dilatan y aparecen como pequeños nodulos blancos. 
Cuando el sebo acumulado se hace más oscuro, 
da lugar a la formación de espinillas. La secreción 
de sebo disminuye en épocas avanzadas de la vida,
SI
Ejercicio y piel
El exceso de calor producido por los músculos esqueléticos 
durante el ejercicio aumenta la temperatura corporal central 
por encima del rango normal. Puesto que los vasos sanguíneos 
próximos a la superficie cutánea disipan bien el calor, los 
centros de control del cuerpo ajustan el flujo sanguíneo de 
forma que llegue más sangre a la piel para ser enfriada. 
Durante el ejercicio, el flujo sanguíneo cutáneo puede ser tan 
alto que la piel adopta una coloración rojiza.
Para disipar aún más calor, la producción de sudor aumenta 
hasta 31/h durante el ejercicio. Aunque cada glándula sudorí­
para produce una cantidad muy pequeña de sudor, en la piel 
existen más de 3.000.000 de glándulas sudoríparas individua­
les. La evaporación del sudor es esencial para mantener equili­
brada la temperatura corporal, pero la sudoración excesiva 
puede conducir también a una pérdida peligrosa de líquidos. 
Puesto que la ingestión normal de líquidos no permite susti­
tuir las pérdidas de agua por sudoración, es importante 
aumentar el consumo de líquidos durante y después de cual­
quier tipo de ejercicio para evitar la deshidratación.
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