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FUNCION Y ESTRUCTURA DEL CUERPO HUMANO (320)

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292 Capítulo 12 Aparato cardiovascular
más sangre a los músculos y por tanto suministrar­
les más oxígeno y nutrientes para que puedan pro­
ducir más energía.
La presión arterial media normal oscila alrededor 
de 120/80, o 120 mmHg de presión sistólica (cuando 
se contraen los ventrículos) y 80 mmHg de presión 
diastólica (cuando se relajan los ventrículos). Hay que 
tener en cuenta, sin embargo, que la cifra «normal» 
varía algo en los distintos individuos y también con la 
edad.
Como ilustra la figura 12-16, la presión de la 
sangre venosa es muy baja en las grandes venas y 
disminuye casi hasta 0 en el punto donde la sangre 
sale de las venas cavas y entra en la aurícula 
derecha. La presión de la sangre venosa dentro de 
la aurícula derecha se conoce como presión venosa 
central. Este nivel de presión es importante, puesto 
que condiciona la presión existente en las grandes 
venas periféricas. Si el corazón late con fuerza, la 
presión venosa central es baja, ya que la sangre 
entra y sale de las cámaras cardíacas con eficacia. 
Sin embargo, si el corazón está debilitado, aumenta
la presión venosa central y se enlentece el flujo de 
sangre hacia la aurícula derecha. En consecuencia, 
la persona con insuficiencia cardíaca que permanece 
sentada presenta con frecuencia distensión de las 
venas yugulares externas debido a la acumulación 
de sangre en la red venosa.
Cinco mecanismos ayudan a mantener el flujo de 
la sangre venosa por el aparato cardiovascular hacia 
la aurícula derecha:
1. Latido cardíaco continuo, que propulsa la 
sangre por todo el aparato cardiovascular.
2. Presión arterial adecuada en las arterias, para 
empujar la sangre hacia las venas.
3. Presencia de válvulas semilunares en las venas 
para garantizar el flujo de sangre continuo en 
una dirección (hacia el corazón).
4. Acción de bombeo de los músculos esqueléti­
cos al contraerse sobre las venas.
5. Cambios de presión en la cavidad torácica pro­
ducidos por la respiración, que ocasionan una 
acción de bombeo sobre las venas del tórax.
Lectura de la presión arterial
Con frecuencia se usa un dispositivo llamado esfigmomanó- 
metro para medir la presión arterial, tanto en clínica como en 
atención domiciliaria. El esfigmomanómetro tradicional es un 
tubo invertido de mercurio (Hg) con un manguito neumático 
similar a un balón conectado mediante un conducto. El 
manguito se coloca alrededor de un miembro, habitualmente 
el brazo, del sujeto, como ilustra la figura. Se sitúa un estetos­
copio sobre una arteria importante (la arteria braquial en la 
figura) para auscultar el pulso arterial. Una pera manual llena 
el manguito de aire, con lo que aumenta su presión y hace 
subir la columna de mercurio. Mientras escucha a través del 
estetoscopio, el operador abre la válvula de salida del man­
guito y reduce lentamente la presión del aire alrededor del 
miembro. Súbitamente comienzan a oírse los ruidos de Korot- 
koff fuertes y pulsátiles y en ese momento la presión medida 
en la columna de mercurio es igual a la presión sistólica 
-normalmente, alrededor de 120 mmHg- Conforme sigue 
bajando la presión del aire alrededor del miembro, los ruidos 
de Korotkoff llegan a desaparecer. En ese momento, la presión 
medida es igual a la presión diastólica -normalmente, entre 
70 y 80 mmHg -. La presión arterial se expresa después como 
presión sistólica (presión máxima durante cada ciclo cardíaco) 
y presión diastólica (presión arterial mínima), por ejemplo 
120/80. El resultado final hay que compararlo con el valor 
esperado, el cual se basa en la edad del paciente y en otros
factores individuales. Los esfigmomanómetros de mercurio 
han sido sustituidos por otros dispositivos clínicos que pro­
porcionan medidas similares. En el contexto domiciliario, se 
puede enseñar a los pacientes para que se midan ellos 
mismos la presión sanguínea.
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