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M at er ia l p ar a us o pe da gó gi co No e st á au to riz ad a su v en ta Notas sobre el concepto de reproducción social Brandolín, Diego G.1∗ Introducción El siguiente artículo ha sido escrito con el propósito de introducir lo más simplificadamente posible algunas nociones conceptuales muy importantes para comprender ciertos fenómenos y procesos de la vida humana que tienen relación con la salud. No es, ni mucho menos, un análisis exhaustivo de los conceptos abordados. Intentamos aportar algunas ideas que sean accesibles al momento de la carrera en que los estudiantes se encuentran en la cursada del Área Trabajo y Tiempo Libre del segundo año de la Carrera de Medicina. Al final del presente trabajo hay un listado bibliográfico que permitirá a los interesados ampliar sus lecturas respecto de los temas abordados. Comencemos diciendo que la Medicina como disciplina perteneciente a las denominadas Ciencias de la Salud requiere para su comprensión cabal un abordaje de carácter interdisciplinario. Al trabajar con grupos sociales, procurando entender las vicisitudes de los procesos vitales en los que estos se hayan inmersos, necesitamos comprender e interpretar conceptos que provienen del campo de las Ciencias Sociales. Es por ello que introducimos el concepto de reproducción social, que es de suma importancia para entender qué lugar ocupa el trabajo en la vida humana, y cuál es su impacto en el Proceso Salud/Enfermedad. Los conceptos de producción y reproducción social surgen de la tradición marxista, que ubica a las relaciones de producción material en un lugar determinante en el conjunto de relaciones sociales en la sociedad capita- lista. Para Marx2, los hombres contraen determinadas relaciones de producción en el marco social en que se mueven, que les son necesarias para sostenerse. Las características de estas relaciones son independientes de su voluntad pues están definidas por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas materiales en ese grupo social. En otras palabras, el grado de desarrollo y las características que asume el modo de producción material de un grupo social define esas relaciones en las que obligatoriamente se verán inmersas las personas que lo integran para obtener su sustento. Podríamos decir que pasan a convertirse en sujetos, sujetados de esas relaciones. Siguiendo a Marx, diremos además que el modo de producción de la vida material en una sociedad condi- ciona la conciencia de los sujetos, determinando las características de su vida social, política e intelectual en general. En definitiva, modelando el modo en como entienden la realidad personal y social. Por todo esto, es muy importante que comprendamos las características de los procesos de producción y reproducción social, pues vimos que tienen una implicancia directa en la manera en que las personas se defi- nen a si mismas, al marco social en el que se encuentran, y consecuentemente al modo en que organizan las prácticas sociales que tendrán incidencia en todos los aspectos de sus vidas, incluyendo obviamente lo que tiene que ver con la salud/enfermedad. 1 ∗ Psicólogo. Profesor Adjunto de la Cátedra Medicina y Sociedad, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Rosario (2011). 2 Karl Heinrich Marx fue un intelectual alemán que vivió entre 1818 y 1883. Produjo una vasta e influyente obra que incursiona en los campos de la filosofía, la historia, la sociología y la economía. Es considerado el fundador (junto a Engels) del socialismo científico, el comunismo moderno y una corriente de pensamiento que acuño su propio nombre: el marxismo. Entre otras cosas, realizó un minu- cioso análisis de la naturaleza del sistema capitalista de producción, señalando críticamente sus implicancias éticas y políticas, que presentó en la monumental obra El Capital, compuesta de tres tomos. 461 M at er ia l p ar a us o pe da gó gi co No e st á au to riz ad a su v en ta Gu ía de A pr en diz aje - Tr ab ajo y T iem po Li br e El concepto de modo de producción Pero conviene que nos adentremos más en la lógica del capitalismo como modo de producción, para poder comprender más claramente cómo se realiza la reproducción social. Siempre desde el marxismo, definimos modo de producción como el conjunto de las fuerzas productivas y las relaciones que las personas de una determinada sociedad establecen entre sí para producir los bienes nece- sarios para su desarrollo. En diferentes épocas de la historia de la humanidad prevalecieron distintos modos de producción, así como también hubo diferencias tangibles de acuerdo al marco geográfico en que se desarrollaba la historia. Por ejemplo, uno de los modos de producción más difundidos en el pasado fue el esclavista, propio de una etapa en que las economías de los grupos sociales eran preindustriales. Esclavismo El modo de producción esclavista fue el componente esencial de la formación económico - social de las civi- lizaciones griega y romana. Proporcionó la base de su éxito y finalmente propició la crisis que antecedió a sus respectivas caídas. Conviene señalar que la esclavitud como fenómeno existió con anterioridad a la aparición de estas civilizacio- nes. Sucede que se trataba de una situación de relativa escasa importancia en relación al modo de producción que caracterizaba sociedades más antiguas, así como también constituían una situación de naturaleza jurídica de las personas esclavizadas diferente a la que asumiría en Grecia y Roma. Allí, los esclavos serían despojados de todo rasgo de libertad personal, pasando a convertirse en bienes muebles propiedad de sus dueños, y serían utilizados en tareas de producción (artesanía, industria rudimentaria y agricultura) a una escala superior a la necesaria para la economía doméstica. Es decir, con el claro propósito de acumulación de bienes y ostentación. Los esclavos fueron el sostén de esas economías. Su fuerza de trabajo no era propiedad de ellos, por lo tanto no tenían que ser retribuidos. Tampoco podían poseer bienes materiales de ninguna especie, y es responsabi- lidad del amo la reproducción de tal fuerza de trabajo, alimentando y cuidando a los esclavos e incluso incenti- vándolos a la reproducción biológica. Gracias a su existencia, podrían erigirse en el otro extremo de la escala social los ciudadanos libres, plenos de derecho. Esto no significa que no existieran otras figuras productivas en estas sociedades. Había campesinos libres, arrendatarios y artesanos urbanos coexistiendo con los esclavos. Pero el modo de producción dominante esta- ba apoyado en la figura de estos últimos. La esclavitud como situación jurídica de las personas podía provenir de diversas fuentes, pero la principal provisión de esclavos se daba por la captura de personas que vivían en territorios conquistados. Por ello, la gran expansión imperial de estas culturas era un paso necesario para sostener el modo de producción con el que se abastecían. Las crisis del expansionismo militar e imperial sentaron las bases para la caída del modo de producción esclavista como hegemónico. Luego de un proceso de transición complejo y no homogéneo (Anderson, 1979), en occidente fue instalándose otro modo de producción que iba a dominar la escena de los grupos sociales durante varios cientos de años: el feudalismo. Feudalismo La denominación proviene del vocablo feudo, con el que se nombraba a una porción de territorio cuyo pro- pietario era en general un miembro de la nobleza (señor feudal). En esas tierras eran aceptadas una cantidad de personas, los siervos, que a través de un contrato estipulado (generalmente de palabra o a través de una ceremonia, rara vez mediante un documento) entregaban parte de la producción que obtenían por trabajar esas tierras al señor en concepto de arrendamiento de las mismas, y también a cambio de la protección militar frente al ataque de saqueadores o bandoleros. A su vez, en la mayoría de los casos elseñor feudal era leal a un rey, contribuyendo a la corona con impuestos y bienes en una relación denominada de vasallaje. 462 M at er ia l p ar a us o pe da gó gi co No e st á au to riz ad a su v en ta En este esquema, el status económico y la autoridad estaban asociados a la tenencia de la tierra, que era cedida por el señor al productor directo, el siervo, estableciéndose como dijimos un contrato de derechos y obligaciones. A diferencia de la esclavitud, tanto señor como siervo eran hombres libres. De hecho, parte de la producción de los campesinos era entregada al señor, pero otra parte pasaba a formar parte de la propiedad del campesinado, situación que también lo diferencia de la esclavitud, donde no era posible que las personas esclavas tuvieran posesiones materiales como señaláramos anteriormente (Bloch, 1987). No obstante, no debería quedar flotando la idea de que este tipo de relaciones sociales de producción eran equitativas. En líneas generales, el señor feudal imponía sus condiciones muchas veces abusivas en términos violentos e inapelables, justificado ideológicamente por el intercambio de brindar protección por trabajo y su- misión de parte del siervo. La caída del feudalismo como modo de producción hegemónico fue un proceso complejo y discutido por los especialistas. Mencionaremos algunos puntos para orientar el surgimiento de lo que vendría. Hay consenso en que los adelantos técnicos en la producción agrícola incrementaron naturalmente las ac- tividades comerciales y mejoraron paulatinamente las condiciones de vida y los procesos de acumulación de riquezas entre los siervos. Esta prioridad en comercializar los excedentes de producción condujo a que las ciu- dades abrieran sus puertas para concentrar la actividad económica prioritariamente. De este modo los señores feudales comenzaron a ver decaer su cuota de poder que se limitaba exclusivamente al territorio de su propio feudo. Asimismo, la pujanza de la actividad comercial presionó sobre ellos para que disminuyeran las trabas impuestas (fundamentalmente en la forma de tributos de peaje) al movimiento de las mercancías. Consecuentemente con ello, la economía experimentó una creciente monetarización, reemplazando el pago en especies y facilitando la acumulación de riquezas. En este proceso, se vieron beneficiados los comerciantes hasta el punto de convertirse en una clase social emergente en términos económicos y de concentración de poder: la burguesía.3 Y con ella, el pasaje gradual a otro modo de producción, el capitalismo. Capitalismo Se denomina de este modo al sistema económico que sustenta la producción de bienes y servicios en dos aspectos fundamentales: la propiedad privada y la libertad económica. En términos ideales, en el capitalismo los individuos y las empresas llevan a cabo la producción e intercambio de bienes y servicios en forma libre con el propósito de beneficiarse mutuamente. La distribución, producción y precios de tales bienes y servicios son determinados por el libre mercado. De allí que se lo conozca también como Economía de Mercado. Supone además que los medios de producción de bienes y servicios se encuentran en poder de unos pocos (capita- listas o burgueses en terminología marxista) mientras que el resto sólo disponen de su fuerza de trabajo para vender a los dueños de los medios de producción a cambio de un salario, constituyendo el proletariado.4 Pero veremos que tales condiciones ideales no se dan nunca. A partir de la crisis del feudalismo se inició, como señaláramos con anterioridad, una etapa de concentración de riquezas por parte de un grupo social conformado por comerciantes y artesanos. Sumado a ello, la Revolu- ción Industrial5 trajo consigo la mecanización de la industria permitiendo el desarrollo de producción a escala, es decir, en grandes cantidades. A su vez, con la mejora de las rutas de transporte sucedida con la aparición de la máquina a vapor, aplicada en los buques y en el ferrocarril, el comercio se vio potenciado en su capacidad de extensión a escala mundial, pudiendo generar nuevos mercados donde colocar los productos manufacturados y generando un círculo de crecimiento y acumulación cada vez mayor (Hilton, 1977). 3 La palabra burguesía, de origen francés, se utiliza en economía política para designar originalmente a un grupo social habitante de las ciudades (burgos), tales como comerciantes y artesanos. 4 Del latín proles: linaje o descendencia, el término se utiliza para designar críticamente a aquellos que no disponen de otro bien que no sean sus propios hijos además de su fuerza de trabajo, en contraposición a los capitalistas o burgueses que son los dueños de los medios de producción. 5 Se denomina así al período histórico ubicado entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Liderada por Inglaterra y en segundo orden por Europa continental, se basó en el reemplazo de la economía dominada por el trabajo manual por la industrial. Comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro y el carbón dando lugar a la industria metal mecánica o industria pesada. Se abandonó la producción artesanal para pasar a la producción en serie. 463 M at er ia l p ar a us o pe da gó gi co No e st á au to riz ad a su v en ta Gu ía de A pr en diz aje - Tr ab ajo y T iem po Li br e En este escenario, las relaciones entre el capitalista y el obrero se limitan a que el primero compra la fuerza de trabajo del segundo para hacer funcionar los medios de producción que son de su propiedad. El trabajador vende esa fuerza de trabajo, recibiendo a cambio un salario, como se dijo anteriormente. Sucede que ese intercambio se produce en un juego de fuerzas que nunca es equivalente. Para empezar, el producto del trabajo que realiza el trabajador le significa al capitalista una ganancia mucho mayor a lo que éste le devuelve al trabajador en concepto de salario. Es decir, el dueño del medio de producción se queda con una plusvalía. Supongamos en un ejemplo simplificador que un obrero de la industria textil confecciona una camisa, a partir de una cierta cantidad de tela que le es provista por su patrón. La tela cuesta $5, mientras que el trabajador percibe por la realización de su tarea otros $5. Ahora bien, el dueño de la fábrica vende la camisa al mercado en $25. Queda claro que el dueño, por el solo hecho de ser el propietario del medio de producción (la fábrica) se apropia de una ganancia que es efecto del trabajo realizado por el obrero, que excede a lo que se le retribuye a este en concepto de salario. En nuestro caso, diríamos que el dueño de la fábrica se queda con $15 ($25 de valor de venta, menos $5 de costo de tela, menos $5 de retribución al trabajador) en concepto de plusvalía. Entiéndase que el ejemplo busca graficar el concepto de plusvalía simplemente, pues en la ecuación debería- mos incluir también, por ejemplo, los costos operativos del dueño de la fábrica que no están contemplados en la descripción. De todas maneras, lo que se intenta reflejar es la desigualdad inherente al modelo capitalista. A su vez, en la negociación entre empleador y trabajador acerca de las condiciones de trabajo, el monto del salario a percibir y otras cuestiones, operan fuerzas distintas. El capitalista siempre estará motivado para extraer la mayor can- tidad de réditos posibles en esta ecuación con el propósito de aumentar la acumulación de capital propio, y el modo que dispone para ello es reducir o mantener en su mínima expresión posible el pago de salarios y otros beneficios a los obreros, para aumentar la cuota de plusvalía con la que se queda. Además, puede considerarse también que el capitalista entrega al obrero en forma de dinero una parte del producto creado por este último pero apropiado por el primero con el propósito de que el obrero consuma. En ello, el capitalista obtiene un provecho doble. No saca provechosolamente de lo que el obrero le entrega como fuerza de trabajo, sino también del capital que le entrega al obrero que se convierte en medio de vida para éste, cuyo consumo sirve en definitiva para reproducir y mantener los músculos, los nervios, los huesos, el cerebro de los obreros actuales y para procrear los del futuro. Así es que, dentro de los límites de lo absolutamente necesario, el consumo individual de la clase obrera vuelve a convertir el capital abonado a cambio de la fuerza de trabajo en nueva fuerza de trabajo explotable para el capital. Es producción y reproducción del propio obre- ro, del medio de producción indispensable para el capitalista. El consumo individual del obrero es, en suma un factor de la producción y reproducción del capital, ya se efectúe dentro o fuera del taller, de la fábrica, o dentro del proceso de trabajo, o de la limpieza de las máquinas, lo mismo si se realiza en pleno proceso de trabajo que si se organiza durante los descansos. (Vázquez V., 2007) Cabe señalar además que en la actividad productiva el trabajador no es dimensionado como persona, sino que su entidad está dada fundamentalmente por una valoración económica de cuánto es lo que aporta al proceso productivo. Esto genera una distorsión en la propia naturaleza humana de los trabajadores, que Marx denominó alienación. Sintéticamente, las características del modo de producción capitalista deshumanizan al obrero, valorándolo por su trabajo y el valor que el mismo agrega a las mercancías o servicios producidos. Además el obrero, durante las horas que vende su fuerza de trabajo al patrón, debe realizar actividades que generalmente no son de su interés, o no elegiría hacer si tuviera libertad de disponer de su tiempo. La sumato- ria de estas situaciones sostenida en el tiempo da por resultado un proceso de alienación que obviamente se refleja en su vida personal y en su salud. De este modo hemos querido reflejar como se han ido sucediendo históricamente los cambios en las relacio- nes productivas, desde el amo y esclavo del modo de producción esclavista, pasando por el señor feudal y el siervo, para llegar al capitalista y el obrero. Por ello decimos que el trabajo6 como actividad propiamente 6 Para una discusión más amplia del contexto histórico de la noción de trabajo se sugiere ver Fleita, M. Trabajo. Material incluido en el cuaderno del alumno en la Unidad Nº 1 del Área Trabajo y Tiempo Libre. 464 M at er ia l p ar a us o pe da gó gi co No e st á au to riz ad a su v en ta humana, además de ser la que permite a nuestra especie subsistir transformando la naturaleza, es fundamen- talmente un área de conflictos, de lucha, de intereses contrapuestos, que impacta claramente en los modos de enfermar y de morir de las personas. En el siguiente apartado nos ocuparemos de cómo se mantienen estas relaciones de producción en el con- texto presente. La reproducción social como proceso Hemos visto que los grupos sociales, para sostener su supervivencia en el tiempo, acuñan determinados modos de producción material, que son instalados históricamente a través del ejercicio del poder político, la utilización de los avances tecnológicos y el sostén ideológico que intenta legitimar tal ejercicio. En este momento histórico en que vivimos el modo de producción capitalista se ha extendido prácticamente como modo hegemónico en todo el mundo. Se dice comúnmente que el capitalismo se ha globalizado. Vale decir que, salvo excepciones de algunos estados o ciertas experiencias comunitarias más restringidas, en todo el planeta los grupos sociales se organizan en torno a la lógica capitalista para producir los medios necesarios para su subsistencia. Pues bien, tales grupos sociales son encargados no solamente del modo de producción, sino que además a través de ciertos procesos reproducen las condiciones sociales para que tales modos de producción se sos- tengan en el tiempo. Es decir, mediante estos procesos los mismos grupos sociales mantienen la vigencia de los modos de producción a través de las sucesivas generaciones. Al conjunto de estos procesos se los conoce comúnmente como reproducción social. Diversos autores que trabajan este concepto concuerdan en señalar que la reproducción social puede dividir- se para su estudio en diferentes ciclos o etapas. Por ejemplo, Borsotti (2001) señala que se pueden incluir dos ciclos en este proceso: el generacional y el cotidiano. El ciclo generacional incluye la esfera de la reproducción biológica con todo lo que ello implica (salud sexual y reproductiva, características de las uniones, asistencia médica y diversos determinantes de la longevidad); y la esfera de la llamada por él reproducción psico-cultural, que hace referencia a los procesos atravesados por todos nosotros gracias a los cuales quedamos embebidos de determinada forma de cultura (socialización temprana y tardía, educación escolar, participación en distintas practicas sociales, etc.). El ciclo cotidiano está asociado a las cuestiones que hacen al mantenimiento de la propia vida de las personas en sus distintos aspectos, donde consideramos los hábitos de consumo de bienes y servicios que incluyen los diversos rubros normalmente clasificados como alimentación, vestuario, vivienda, transporte, comunicación, cuidados personales, recreación, etc. Yazbeck (1999) propone la siguiente definición: El concepto de reproducción social se refiere al modo como son producidas y reproducidas las relaciones sociales en esta sociedad. En esta perspectiva la reproducción de las relaciones sociales es entendida como la reproducción de la totalidad de la vida social, lo que engloba no solo la reproducción de la vida material y del modo de producción sino también la reproducción espiritual de la sociedad y de las formas de conciencia social a través de las cuales el hombre se posiciona en la vida social. De esa forma, la reproducción de las relaciones sociales es la reproducción de determinado modo de vida, de lo cotidiano, de valores, de prácticas culturales y políticas y del modo como se producen las ideas en la sociedad. Ideas que se expresan en prácticas sociales, políticas, culturales, y en patrones de comportamiento y que acaban por permear toda la trama de relaciones de la sociedad. Por otra parte, Pedro L. Castellanos (1990) señala que el proceso de reproducción social comprende cuatro momentos principales: el de reproducción de los procesos biológicos, el de las relaciones y procesos ecoló- gicos, el de las formas de conciencia y conducta, y el de las relaciones económicas. Subraya además que la reproducción social tiene que ver con la reproducción de las condiciones objetivas de existencia7 (COE) que él 7 Las COE, concepto que puede ser equiparable al de calidad de vida, hacen referencia al ordenamiento material concreto de la situación de vida de las personas y los grupos sociales en cuanto a la disponibilidad de vivienda, alimentación, servicios sanitarios, hábitos de recreación, etc. Como se señalara al principio de este trabajo, desde una perspectiva marxista se da por supuesto que son 465 M at er ia l p ar a us o pe da gó gi co No e st á au to riz ad a su v en ta Gu ía de A pr en diz aje - Tr ab ajo y T iem po Li br e utiliza para definir el perfil del los grupos poblacionales que las comparten, pues en relación a las COE com- parten también similares problemas y recursos en la producción del Proceso Salud/Enfermedad. Precisamente, Castellanos señala que los perfiles de salud y enfermedad de un determinado grupo de población están deter- minados por los procesos de reproducción social de las COE. A esta altura y a modo de síntesis, parece quedar claro que es necesario estudiar y reflexionar detalladamente acerca de cómo se organizan los grupos sociales en sus diferentes expresiones, desde lo familiar a lo comuni- tario, para llevar a cabo el proceso de reproducción social. Eventualmente es partede la tarea de los agentes de salud favorecer en sus intervenciones la reflexión crítica que los mismos grupos pudieran realizar acerca de las estrategias que sostienen para tal fin. Un propósito inclaudicable de los actores comprometidos con la salud de las personas debe ser el de producir acciones que apunten al mejoramiento de las condiciones de vida de dichos grupos sociales. Referencias Anderson, P. (1979). Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo. Madrid: Siglo XXI. Bloch, M. (1987). La sociedad feudal. Madrid: Editorial Akal. Borsotti, Carlos A. (2001) La organización social de la reproducción de los agentes sociales, las unidades fami- liares y sus estrategias. Rosario: C.E.CI.ME. – UNR. (Material disponible en Recursos Educativos) Castellanos, P.L. (1990) Sobre el concepto de Salud/Enfermedad. Descripción y explicación de la situación de Salud. Boletín Epidemiológico OPS. Vol. 10, Nº 4. Hilton, R. (ed.) (1977). La transición del feudalismo al capitalismo. Barcelona: Crítica. Vázquez V., Jose D. (2007) La migración internacional como estrategia de reproducción familiar en la región oriente de Tlaxcala. Extraído el 23 de marzo de 2011 de http://www.eumed.net/tesis/2007/jdvv/indicec.htm Yazbeck, M. C. (1999) O serviçio social como especializaçao do trabalho coletivo. En Capacitaçao en Serviço Social e Política Social, Mod. 2. Brasilia: CFESS – ABEPS – CEAD/NED UNB. estas condiciones materiales las que definen las representaciones sociales y la conciencia en general de la población respecto de su propia situación social. 466
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