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Alcoholismo

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Medicine. 2007;9(86):5521-5528 5521
ACTUALIZACIÓN
Concepto de alcoholismo
El uso y consumo de drogas psicotropas, entre ellas el alco-
hol, se trata de una constante en la historia de la humanidad.
Se extiende, al menos, desde el culto al dios Baco de la Gre-
cia antigua hasta la metáfora del vino como sangre de Cris-
to, la actitud naturista del movimiento hippy, el consumo de
drogas ilegales en la cultura de la marginalidad, el uso para la
obtención del éxito entre la población “yupi” y el motor de
la diversión en el adolescente actual.
La invasión del consumo masivo de alcohol como un fe-
nómeno social en aumento, tanto en las sociedades indus-
trializadas como en zonas rurales y agrarias, provoca la lla-
mada de la Medicina para intentar encontrar soluciones al
problema.
Es a finales del siglo XVIII cuando se comienza a hablar
de síntomas y signos relacionados con el alcohol, entre ellos
delirium tremens (Suttton 1813). Aparecen las primeras refe-
rencias médicas sobre la embriaguez y los efectos del alcohol
en la salud. Sin embargo, es en el siglo XIX cuando un gru-
po importante de médicos determinan como enfermedad el
consumo habitual de bebidas alcohólicas y acuñan los térmi-
nos de alcoholismo y de adicción.
Múltiples definiciones se han constituido alrededor del
alcohol y sus efectos. Pocas, sencillas y claras.
La Sociedad Americana de Medicina de las Adicciones
definió el alcoholismo como una “Enfermedad primaria y
crónica sobre cuyo desarrollo influyen factores biológicos,
psicosociales y ambientales. Es una enfermedad con frecuen-
te evolución fatal, y se caracteriza por un déficit del control
sobre el consumo del alcohol, síntomas de abstinencia, con-
sumo de alcohol a pesar de los efectos adversos y minimiza-
ción/negación de la ingesta. Estos síntomas pueden ser con-
tinuos o periódicos”.
Intentando desmenuzar la definición debemos pararnos
en conceptos que serán de utilidad a lo largo del capítulo.
1. Etiología. El alcoholismo es un síndrome de origen
multifactorial, van a intervenir factores biológicos, factores
genéticos, factores educacionales, psicológicos y ambien-
tales. 
PUNTOS CLAVE
Concepto. El alcoholismo es una enfermedad
primaria y crónica, de etiología multifactorial en la
que influyen factores biológicos, genéticos,
educacionales, psicológicos y ambientales •
Clínicamente se caracteriza por síntomas de
abstinencia, al disminuir o suprimir voluntaria o
involuntariamente la ingesta de alcohol, por déficit
del control del consumo, por minimización o
negación de la ingesta y por persistencia en el
consumo a pesar de los efectos adversos • Estos
síntomas pueden ser continuos o periódicos.
Clasificación. Existen diversos criterios en la
clasificación del alcoholismo: según la forma de
beber, según la forma de vincularse al alcohol,
según la existencia o no de enfermedad
psiquiátrica previa, y según la cantidad y
frecuencia de consumo, que es la más usada
actualmente.
Diagnóstico. Tanto la CIE-10 como el DSM IV-TR
establecen unos criterios diagnósticos de
alcoholismo • La estrategia diagnóstica se basa
en la historia clínica que recaba información
sobre datos relativos al consumo, problemas
relacionados con el mismo y conciencia del
problema por parte del paciente • De los
instrumentos de evaluación, el más utilizado es el
CAGE • Los tres marcadores biológicos más
utilizados son GGT, VCM y CDT (transferrina
deficiente en carbohidratos).
Tratamiento. El objetivo principal del tratamiento
del síndrome de dependencia alcohólica es
motivar al paciente para que acepte el plan
terapéutico y conseguir mantenerlo abstemio de
por vida • Para ello se establecen varios pasos:
motivación, desintoxicación con el apoyo de
tratamiento farmacológico y deshabituación.
En cuanto al tratamiento farmacológico, se
dispone de fármacos aversivos y fármacos anti-
craving (naltrexona, acamprosato) y algunos
anticomiciales, además de los fármacos sedantes
y neurolépticos utilizados en el síndrome de
abstinencia.
Alcoholismo
H. Díaz Morenoa, R. Olmos Espinosab
y C. Martínez de Hoyosa
aCentro de Salud Mental de Torrejón de Ardoz. Hospital Príncipe de Asturias.
Torrejón de Ardoz. Madrid.
bCentro de Atención a las Drogodependencia de Hortaleza. 
Instituto de Adicciones. Madrid.
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2. Síntomas de abstinencia. Aquellos que aparecen al sus-
pender o disminuir voluntaria o involuntariamente el consu-
mo de alcohol. Se puede presentar como: temblor de grandes
oscilaciones de manos y zona orofacial, náuseas y/o vómitos,
ansiedad e irritabilidad, signos de hiperactividad autonómica y
alteraciones del sueño. El paciente alcohólico se da cuenta de
lo imprescindible que se hará en su funcionamiento diario la
primera ingesta de la mañana.
3. Déficit del control de consumo de alcohol. La dificultad
de controlar tanto cuánto se bebe como cuándo se bebe. Se re-
fiere a dos aspectos populares en el ámbito del alcohol: craving,
deseo imperioso o irresistible de iniciar el consumo1; priming,
deseo irrefrenable de continuar bebiendo tras una primera o
segunda copa, “sensación de que se calienta la boca”.
4. Minimización/negación de la ingesta. El enfermo al-
cohólico, bien por la falta de conciencia de enfermedad, bien
por el deterioro cognitivo ya manifiesto, bien por el miedo a
la estigmatización o bien por el pesimismo frente a los trata-
mientos, emplea como defensa la negación o minimización
del problema. 
5. Consumo de alcohol a pesar de los efectos adversos.
El paciente continúa inmerso en el consumo a pesar de ex-
perimentar las consecuencias negativas a nivel físico, psico-
lógico, familiar, laboral y legal que se derivan de su uso
continuado.
Clasificación
No vamos a poder hablar de una sola enfermedad alcohóli-
ca, como tampoco de un sólo perfil de sujeto alcohólico.
A lo largo de los años se han elaborado clasificaciones de
tipos de alcohólicos, teniendo en cuenta variables únicas o,
múltiples interrelacionadas. Veamos las más relevantes:
Según la forma de beber
Tipologías de Jellinek. Propuso una clasificación basada en 5
tipos de sujetos alcohólicos, nombrados con las cinco prime-
ras letras del alfabeto griego.
�: el alcohol se usa para mitigar el sufrimiento físico o
emocional secundario a enfermedades médicas. Dependen-
cia psíquica con el alcohol.
�: bebedor con complicaciones somáticas derivadas de
un consumo prolongado de alcohol. Típico de culturas viní-
colas. No existe dependencia física ni psíquica. 
�: bebedor con consumo episódico. Puede abstenerse
pero no frenar cuando empieza. Protagoniza frecuentes epi-
sodios de intoxicación etílica de días de duración.
�: bebedor con consumo excesivo y regular. Incapacidad
para abstenerse de iniciar el consumo. No puede estar un
sólo día sin consumir alcohol.
�: bebedor con consumo intermitente. Protagoniza epi-
sodios que se repiten cada 3 ó 4 meses y duran 1 ó 2 sema-
nas. Coincide con la descripción de la dipsomanía.
Según la forma de vincularse al alcohol
Tipología de Alonso Fernández2. Existirían 3 tipos de bebe-
dores alcohólicos: el bebedor excesivo regular, el alcoholó-
mano y el bebedor enfermo psíquico. Todos ellos pueden
terminar en un único final: el bebedor alcoholizado (tabla 1).
Según la existencia o no de enfermedad
psiquiátrica previa
Tipología de Schuckit3
Existirían 2 tipos: 
1. Alcoholismo primario. No existe enfermedad psiquiá-
trica previa. Mejor pronóstico. Estaría representado por el
70% del total de pacientes.
2. Alcoholismo secundario. Existiría enfermedad psiquiá-
trica previa: trastorno de la personalidad, depresión, esqui-
zofrenia. Peor pronóstico.
En las dos clasificaciones siguientes se presenta una pers-
pectiva multidimensional, teniendo en cuenta la edad de ini-
cio del consumo, rasgos de personalidad, comorbilidad psi-
quiátrica, problemas relacionados con el alcohol (legal,familiar, laboral, etc.).
Tipología de Cloninger
Se distinguen dos tipos de alcoholismo (tabla 2). 
Tipo 1. Caracterizado por un comienzo tardío de los
problemas relacionados (más de 25 años). No existe pre-
dominio de ningún sexo. Sin dificultad para la abstinencia
de la primera copa. Episodios de pérdida de control al
beber.
Tipo 2. Inicio precoz de los problemas (menos de 25
años). Más frecuente en varones. Dificultad para la abstinen-
cia. Frecuentes complicaciones sociales, sin existencia de
sentimientos de culpa y autorreproches.
Tipología de Babor4 (tabla 3)
Tipo A (por el dios Apolo). Inicio tardío, riesgo bajo, gra-
vedad leve, poca comorbilidad psiquiátrica, menor depen-
dencia.
ENFERMEDADES PSIQUIÁTRICAS (III)
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TABLA 1
Tipología de Alonso Fernández
Etiología fundamental Vivencia del alcohol Manera de beber Forma de alcoholdependencia
Excesivo regular Ambiente sociocultural Integración mundana Regular y ordenada Continua y sostenida
Alcoholómano Personalidad Evasión Irregular (embriagueces frecuentes) Aguda y recurrente
Enfermo psíquico Trastorno psíquico Modificación de la sintomatología Diversa Clínica o fásica
Alcoholizado Etanol Degradación de la personalidad Impregnación permanente Psíquica
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Tipo B (por el dios Baco). Inicio precoz, riesgo alto, ma-
yor gravedad, se asocia a trastornos de personalidad antiso-
cial, mayor dependencia.
Según la cantidad y frecuencia de consumo
En el momento actual, y teniendo en cuenta la corriente de
pragmatismo que a todas las doctrinas arrastra, la clasifica-
ción más usada estaría en relación con la cantidad y la fre-
cuencia del consumo. Situando el límite superior en 40 gra-
mos de alcohol al día en el varón y 24 gramos al día en la
mujer, si la medida usada son los gramos de alcohol al día; y
el límite superior de 4 unidades al día en el varón y 2,4 uni-
dades al día en la mujer, si la medida usada es la unidad de
bebida estándar (1 UBE = 10 gramos de alcohol) se conside-
ran 4 tipos de bebedores:
1. Abstemio. Persona que nunca consume alcohol. Pue-
de tomar ocasionalmente pequeñas cantidades.
2. Bebedor moderado. Consume alcohol de manera ha-
bitual en cantidades por debajo del límite de riesgo. En mu-
jeres menos de 24 g al día (menos de 2,4 UB al día) y en
hombres menos de 40 g al día (menos de 4 UB al día).
3. Bebedor de riesgo. Consume alcohol de manera habi-
tual en cantidades por encima del límite de riesgo. En muje-
res más de 24 g al día (más de 2,4 UB al día) y en hombres
más de 40 g al día (más de 4 UB al día).
4. Bebedor problema. El individuo ha padecido o pade-
ce problemas físicos o psíquicos relacionados con el consu-
mo.
Manifestaciones
clínicas
Entre el primer contacto con el al-
cohol que tiene un individuo y el
padecer una dependencia ocurre
todo un proceso durante el cual va-
riables como: factores individuales,
acciones biológicas del alcohol, fac-
tores genéticos, situaciones de es-
trés, presiones y refuerzos ambien-
tales, etc., van a influir para que o
bien este proceso se desarrolle hasta
el final, o se detenga en un determi-
nado punto del camino.
Para Van Dijk5 existen cinco
etapas que pueden aproximar la
evolución clínica:
1. Primer contacto con el al-
cohol.
2. Uso experimental, el sujeto
aprende a reconocer el efecto de las
bebidas alcohólicas, sus preferen-
cias, su capacidad para tolerarlas y
sus limitaciones.
3. Etapa de bebida integrada,
estadio final para la gran mayoría
de bebedores. El consumo se desar-
rolla ajustado a unas normas sociales y no genera problemas.
4. Etapa de bebida excesiva, es cuando el consumo ad-
quiere relevancia en su vida. Está elevado tanto la cantidad
de alcohol ingerida como el tiempo que se dedica a beber.
Aparecen los problemas familiares, sociales y médicos.
5. Estadio de dependencia, se establece una relación cla-
ramente patológica con el alcohol. Se ha pasado de beber por
placer a beber por necesidad, hay falta de control y la apari-
ción de consecuencias negativas (familiares, laborales, enfer-
medades médicas) es una constante.
Es un proceso dinámico. Algunas personas van a realizar
este recorrido de forma rápida, otras se detendrán en alguna
etapa intermedia, y otras avanzan y retroceden. La velocidad,
el sentido y la marcha estarán marcados por la vulnerabilidad
individual, sometida como ya hemos visto a la influencia de
múltiples factores.
El espectro clínico de los problemas relacionados con el
alcohol se extiende desde (tabla 4):
Patología médica
Gran variedad de órganos y sistemas afectados, de forma
aguda y crónica, y con repercusión reversible e irreversible.
Trastornos psiquiátricos
Pueden ser específicamente inducidos por el alcohol, o co-
mórbidos con el abuso/dependencia alcohólica.
ALCOHOLISMO
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TABLA 2
Tipología de Cloninger
Características Tipo I Tipo II
Edad de comienzo de los problemas por el alcohol > 25 años < 25 años
Incapacidad para la abstención Infrecuente Frecuente
Peleas o problemas legales estando bajo efectos de alcohol Infrecuente Frecuente
Pérdida de control de la bebida Frecuente Infrecuente
Sentimientos de culpa asociados a la dependencia Frecuente Infrecuente
Rasgos de personalidad
Búsqueda de lo novedoso Bajo Alto
Evitación del daño Alto Bajo
Dependencia de la recompensa Alto Bajo
Niveles de MAO plaquetaria Normales Bajos
MAO: monoaminoxidasa.
TABLA 3
Tipología de Babor
Características Tipo A Tipo B
Edad de comienzo de los problemas por el alcohol Tardío (> 30 años) Temprano (< 30 años)
Factores de riesgo durante la adolescencia +/– + +
Severidad de la dependencia Leve-moderado Grave
Alteraciones psicopatológicas Pocas Abuso de otras drogas
y otros trastornos
Consecuencias familiares + Bajos
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Problemas familiares y sociales
Van desde la afectación de la relación de pareja, abandono de
las responsabilidades con y para los hijos, absentismo laboral,
pérdidas de empleo, problemas económicos, accidentes labo-
rales y de tráfico, consecuencias legales.
Diagnóstico
España se sitúa en el quinto puesto en cuanto al consumo de
bebidas alcohólicas se refiere, con cifras entre 9-10 litros 
de etanol por persona al año.
Los datos de la última encuesta domiciliaria sobre con-
sumo de alcohol, elaborada durante el año 2003, aclaran que
el 88,6% de los españoles entre 15 y 64 años han tomado al-
guna vez bebidas alcohólicas a lo largo de su vida, y el 23%
son bebedores habituales6.
El alcohol es el protagonista de un gran número de com-
plicaciones médicas, psicológicas, socio-familiares, laborales
y legales. Sirva como dato el nivel de absentismo entre los
dependientes de alcohol, 4 veces mayor al de otro trabajador
(Molares y Rubio, 2000)7.
El consumo de bebidas alcohólicas en nuestro país siem-
pre ha disfrutado de una alta aceptación social y cultural. La
integración de esta sustancia en los más diversos ambientes y
momentos, y la normalización de la actitud de consumo han
descuidado y olvidado los efectos adversos potenciales. Plan-
teamientos que también han contribuido al aumento de la
prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas.
En el lado opuesto, encontramos una actitud peyorativa
e inquisidora de la sociedad frente al sujeto alcohólico, y un
sujeto alcohólico aferrado a guardar su secreto y conservar su
estatus social.
Es decir, conocemos que el alcohol es la droga más con-
sumida en nuestro país, que la prevalencia de consumo au-
menta y se extiende por nuevos grupos de población (jóve-
nes, mujeres y ancianos), que los problemas de orden físico,
mental y socio-laboral tienen importanteimpacto sociosani-
tario y económico, y que a pesar de que la sociedad convive
y admite el alcohol como compañero de viaje, el sujeto alco-
hólico continúa escondido6.
Parece importante, pues, realizar esfuerzos dirigidos a
identificar a la población que tiene problemas con el alcohol.
Criterios diagnósticos
Fue el Nacional Council on Alcoholism, en 1972, quien publicó
los primeros criterios diagnósticos de alcoholismo, enfati-
zando en los fenómenos de tolerancia y de síndrome de abs-
tinencia.
En 1976 Edwards y Gross conceptualizan el síndrome de
dependencia del alcohol8.
Las dos clasificaciones diagnósticas vigentes se acercan
para unificar criterios en la identificación de los problemas
relacionados con el alcohol. Consiguen así un lenguaje uni-
versal9.
La Clasificación Internacional de Enfermedades en su
décima edición (CIE 10) considera los siguientes diagnósti-
cos para el alcoholismo: intoxicación aguda, consumo perju-
dicial, síndrome de dependencia, síndrome de abstinencia y
síndrome de abstinencia con delirium. Es un sistema más fle-
xible y cómodo para el clínico9,10.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales en su cuarta edición (DSM IV-TR) divide a los
trastornos relacionados con el alcohol en 2 grupos: trastorno
por consumo de alcohol (abuso y dependencia) y trastornos
inducidos por alcohol (intoxicación, síndrome de abstinen-
cia, delirium por intoxicación o por abstinencia, demencia,
trastornos amnésicos, trastornos del sueño, disfunción se-
xual, trastornos psicóticos -con delirio o con alucinaciones-
y trastorno de ansiedad9,11 (tabla 5).
Estrategias diagnósticas
Historia clínica
En todo proceso diagnóstico la historia clínica es el instru-
mento base. Sin embargo, el objetivo de la anamnesis no es
sólo hacer una buena recogida de datos, sino posibilitar una
relación terapéutica adecuada, que permita iniciar un cambio
de actitud en el paciente, si se detecta un problema de abu-
so/dependencia de alcohol12.
Las preguntas dirigidas a obtener información sobre el
consumo de sustancias despiertan, en los pacientes que no
tienen conciencia de su enfermedad, muchas resistencias. El
médico con actitud empática, receptiva, sin juzgar las actitu-
des del paciente y con preguntas abiertas puede ayudar a dis-
minuir esta tendencia a la negación12,13.
La información que se recoge en la historia toxicológica
debe contemplar varios apartados:
Datos relativos al consumo. Edad de inicio, patrón de con-
sumo y cambios a lo largo del tiempo (si ha pasado de espo-
rádico a diario), tipo de alcohol elegido y la distribución de
la ingesta en un día tipo. En los pacientes que identifican su
problema nos informaremos sobre cuánto tiempo hace que
es consciente del mismo, tratamientos previos, complicacio-
nes durante la abstinencia y duración de los períodos sin con-
sumo de alcohol.
Datos sobre los problemas relacionados con el alcohol.
Enfermedades médicas y/o psiquiátricas, problemas de índo-
ENFERMEDADES PSIQUIÁTRICAS (III)
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TABLA 4
Efectos producidos por el consumo de alcohol
Digestivos: gastritis, pancreatitis, malaabsorción intestinal, hepatitis y cirrosis
hepática
Neoplásicos: cáncer oro-faríngeo, laríngeo, esofágico, pancreático y hepático
Neurológicos: enfermedad cerebrovascular, encefalopatía, polineuritis
Infecciosos: neumonías, tuberculosis
Cardiovasculares: cardiomiopatías, hipertensión arterial
Traumatismos: accidentes de tráfico, aéreos, marítimos, domésticos, laborales
Psiquiátricos: amnesias, trastornos mentales orgánicos, dependencia al alcohol,
trastornos mentales inducidos por el alcohol, ansiedad, depresión, insomnio, abuso
de tabaco y otras sustancias, ludopatía
Sexuales y reproductivos: esterilidad y abortos, lesiones fetales, bajo peso al nacer
Familiares y sociales: divorcio, desempleo, problemas económicos, judiciales
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le familiar (disputas, separaciones, episodios de agresividad
verbal/física), problemas laborales (absentismo, accidentes,
despidos) y problemas con la justicia.
Conciencia del problema. Por último conocer si el pacien-
te establece relación entre el consumo de alcohol y las con-
secuencias.
Instrumentos de evaluación
La utilidad de los instrumentos de evaluación es ayudar a
realizar un diagnóstico correcto13,14.
Las escalas más utilizadas en nuestro medio para realizar
una detección temprana son:
1. AUDIT: es un cuestionario para detectar el consumo
de riesgo, uso perjudicial y dependencia. Consta de 10 apar-
tados y es autoaplicado15.
2. CAGE: es el más conocido y sencillo de los cuestio-
narios para determinar síntomas de dependencia. Consta de
4 preguntas que habitualmente se camuflan en la entrevista
clínica. Su resultado positivo orienta a la existencia de un
problema con el alcohol y obliga a realizar más investiga-
ciones.
Para valorar la intensidad de la dependencia se utilizaría
el EIDA (Escala de Intensidad de la Dependencia Alcohóli-
ca). Consta de 30 apartados y distingue entre dependencia
leve, moderada y grave. Es autoaplicado.
Marcadores biológicos de alcoholismo
Son el conjunto de pruebas de laboratorio que expresan las
alteraciones fisiopatológicas que aparecen como respuesta a
un contacto prolongado con el alcohol.
Se utilizan para la confirmación diagnóstica y para el se-
guimiento de la abstinencia, de esta forma debilita la barrera
de la negación o minimización del consumo por parte del pa-
ciente.
Si bien ninguno de los que disponemos hoy día es el ideal,
el uso de dichos marcadores biológicos combinados entre sí
y aunados al resto de estrategias diagnósticas nos será de
gran utilidad para desenmascarar la problemática alcohólica.
GGT (gammaglutamil transpeptidasa sérica)13. Es el más
utilizado, fácil de determinar y de alta sensibilidad. Sin em-
bargo, es poco específico, puede aparecer elevada en: hepa-
topatía enólica, tratamientos farmacológicos (barbitúricos,
benzodiacepinas, antiepilépticos, etc.), colestasis, obesidad,
diabetes, patología renal, cardiopatías, etc. Suele aumentar
las cifras de 3 a 5 veces sobre el valor de referencia. Norma-
lizándose si existe abstinencia en 6-8 semanas (siempre que
no haya lesión hepática subyacente).
VCM (volumen corpuscular medio). Aparece aumentado
en los bebedores crónicos. Disminuye lentamente con la abs-
tinencia y alcanza límites normales a los 3-4 meses. Será me-
ALCOHOLISMO
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TABLA 5
Criterios diagnósticos para la dependencia de alcohol y correspondencia entre los sistemas de categorización de Edwards & Gross, CIE-10 y DSM-IV-TR
Edwards & Gross CIE-10 DSM-IV-TR
Elementos que configuran el síndrome 
de dependencia al alcohol
Tolerancia
Aumento de las cantidades de alcohol 
que se requieren para conseguir los efectos 
originales producidos por menores cantidades 
de alcohol
Síndrome de abstinencia
Estado de abstinencia fisiológica. Cuadro 
sintomático que aparece en un sujeto 
consumidor de alcohol debido a la disminución 
de los niveles en sangre de la sustancia. 
Evitación del síndrome de abstinencia (bebiendo)
Conciencia de necesidad subjetiva y compulsiva 
de beber
Abandono de otras actividades (el uso de alcohol 
adquiere de forma progresiva prioridad sobre 
otras actividades que anteriormente fueron 
importantes y/o placenteras)
Limitación del repertorio
Según progresa la dependencia el modo 
de beber se hace menos variado y más rutinario 
y estereotipado
Reinstauración del síndrome tras un período
de abstinencia (a mayor grado de dependencia 
el síndrome completo se reinstauraría antes 
tras los períodos de abstinencia)
Al menos tres de los siguientes síntomas tienen que haber
estado presentes de forma simultánea durante al menos un
mes, en algún momento durante el pasado año
Tolerancia a la sustancia expresada por: a) una clara
disminucióndel efecto del alcohol tras el consumo
continuado de la misma cantidad o b) la necesidad de
incrementar de forma significativa la cantidad para obtener
los mismos efectos que conseguía anteriormente con una
dosis menor
Cuadro fisiológico de abstinencia producido por la cesación o
reducción del consumo de alcohol caracterizado por la
presencia de tres de los siguientes signos (temblor de la
lengua; párpados o manos extendidos; sudoración; náuseas,
arcadas o vómitos; cefalea; taquicardia o hipertensión;
agitación psicomotriz; insomnio; malestar o debilidad;
ilusiones o alucinaciones transitorias; convulsiones de gran
mal) o por el consumo de alcohol para aliviar o evitar dichos
síntomas
Fuerte deseo o sensación de compulsión a beber.
Dificultades para controlar la bebida en relación con su
comienzo, finalización o niveles de uso manifestadas por: a)
un deseo de esfuerzo no exitoso de reducir o controlar el
consumo, o b) un aumento de la cantidad o tiempo dedicado
al consumo que el sujeto pretendía
Preocupación por el consumo de alcohol que se manifiesta
por: a) el abandono progresivo de placeres o intereses a
favor de la bebida o b) por el aumento en la cantidad de
tiempo necesario para obtener el alcohol, consumirlo o
recuperarse de sus efectos.
Uso persistente del alcohol a pesar del evidente daño o de
sus consecuencias psicológicas
Patrón desadaptativo de uso de alcohol que conduce a un
deterioro, distrés clínicamente significativo que se manifiesta
durante un período continuado en los últimos 12 meses, por
tres o más de los siguientes síntomas:
Tolerancia. Identificada por: a) la necesidad de incrementar
considerablemente las cantidades de alcohol para conseguir
el efecto deseado o intoxicación o b) por una clara
disminución de los efectos de alcohol con el uso continuado
de la misma cantidad de éste
Abstinencia. Definida por: a) la interrupción o disminución del
consumo de alcohol después de un consumo prolongado y en
grandes cantidades; b) aparición de dos o más de los
siguientes síntomas horas o días después de la interrupción
del consumo (hiperactividad autonómica, temblor distal en 
las manos, insomnio, náuseas o vómitos, ilusiones o
alucinaciones transitorias, agitación psicomotora, ansiedad,
crisis comiciales de gran mal); c) el alcohol a menudo se
consume para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia
Un deseo persistente o uno o más esfuerzos inútiles para
suprimir o controlar la bebida
El uso de alcohol se hace en mayor cantidad o por un período
más largo de lo que el sujeto pretendía
Abandono o reducción a causa de la bebida de actividades
sociales, ocupacionales o recreativas. Una gran parte del
tiempo se utiliza en actividades necesarias para obtener
alcohol, consumirlo o recuperarse de sus efectos
Uso continuado de alcohol a pesar de ser consciente de tener
problemas recurrentes que son provocados o estimulados por
el consumo de la sustancia
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nos sensible pero más específico que la GGT. Otras circuns-
tancias que lo aumentan: trastornos hematológicos (anemias
por déficit de vitamina B12 o de ácido fólico, síndrome mie-
lodisplásico), tabaquismo, hepatopatías, patología tiroidea y
fármacos (anestésicos, anticomiciales, antibióticos, diuréti-
cos, citostáticos).
CDT (transferrina deficiente en carbohidratos)16,17. Es
uno de los marcadores más novedosos en la detección de
consumo de alcohol, fue introducido en España en 1992.
Es una isoforma de la transferrina que aumenta su concen-
tración en sangre conforme aumenta el consumo de alco-
hol. Posee una alta especificidad y sensibilidad para consu-
mos elevados. Es idónea para detectar casos de
alcoholismo, episodios de recaídas, consumos de riesgo y
valoración del momento de abstinencia. No está influida
por la toma de otros medicamentos que afectan las cifras de
VCM y GGT, no parece verse influida por la presencia de
hepatopatía (excepto falso positivo en la cirrosis biliar pri-
maria y carcinoma hepatocelular). Menos utilizado por el
coste económico.
Medidas terapéuticas
El objetivo principal del tratamiento del síndrome de depen-
dencia del alcohol es motivar al paciente para que acepte el
plan terapéutico y conseguir mantenerlo abstemio de por
vida.
Motivar al paciente
Se parte de la base de que el único que puede cambiar un há-
bito de vida es el individuo que lo posee. La modificación de
una conducta adictiva es una realidad dinámica, y la persona
pasará por diferentes estadios: modelo transteórico del cam-
bio de Prochaska y Di Clemente18 (fig. 1). 
La mayor parte de los enfermos alcohólicos que acuden
a tratamiento tienen muchas ambivalencias: es o no el mo-
mento idóneo para iniciar tratamiento, quiere o no dejar el
alcohol, es por él o por los demás la decisión.
La decisión de cambio no aparece espontáneamente19.
Será fruto, por una parte, de la evolución por los distintos es-
tadios del cambio que el sujeto realiza según sus experiencias
vividas, y por la otra de la intervención que realiza el profe-
sional médico ayudando al paciente a manejar estas ambiva-
lencias, sin confrontarle ni cuestionarle, y a encontrar motivos
para hacer efectivo dicho cambio (entrevista motivacional)20
(tabla 6).
Desintoxicación
El proceso de desintoxicación del síndrome de dependencia
alcohólica consiste en la retirada programada del consumo
de alcohol, facilitando al enfermo las medidas farmacológi-
cas y de sostén para evitar las complicaciones propias de 
la abstinencia21. Los datos clínicos que nos van a alertar de la
posibilidad de que un paciente bebedor activo pueda desar-
rollar un síndrome de abstinencia alcohólica (SAA) al ini-
ciar la desintoxicación son los que figuran resumidos en la
tabla 7.
El pilar de la intervención en la etapa de desintoxicación
será el tratamiento farmacológico. Usaremos fármacos con
acción sedante tipo benzodiacepinas, neurolépticos, clome-
tiazol y otros (ver protocolo de tratamiento del síndrome de
abstinencia)22.
Deshabituación
El proceso de deshabituación en el síndrome de dependencia
alcohólica consiste en el conjunto de medidas terapéuticas
encaminadas a conseguir que el sujeto aprenda a vivir sin al-
ENFERMEDADES PSIQUIÁTRICAS (III)
5526 Medicine. 2007;9(86):5521-5528
ContemplaciónAcción
Mantenimiento
Terminación Recaída
Precontemplación
Fig. 1. Estadios del cambio. Fuente: Prochaska JO18.
TABLA 6
Estadios en el proceso de cambio y objetivos terapéuticos
1. Precontemplación
El sujeto no es consciente de que su conducta es un problema y, por lo tanto, no se
plantea modificarla
Objetivo: generar dudas, exponiendo la posible relación entre su conducta y las
consecuencias que hayamos detectado
2. Contemplación
El sujeto tiene conciencia de que existe el problema y empieza a pensar en la
posibilidad de cambiar, pero con la ambivalencia característica
Objetivo: facilitar el análisis de los pros y los contras de su conducta
3. Preparación
El paciente toma la decisión de cambiar
Objetivo: asesorarle para decidir las acciones a realizar para cambiar
4. Acción
El sujeto realiza el cambio de conducta
Objetivo: apoyarle para que el cambio sea efectivo
5. Mantenimiento
El sujeto actúa para consolidar el cambio y prevenir recaídas
6. Recaída
No exactamente un estadio, sino un regreso a un estadio previo a a la acción
Objetivo: reanudar los procesos de cambio evitando bloqueos por desmoralización y
sacando conclusiones positivas de la recaída, desde el punto de vista del aprendizaje
7. Finalización
Existen dudas sobre la existencia de este estadio que representaría la extinción de la
conducta adictiva. Desde el punto de vista operativo, nos parece útil el llegar a
considerar al paciente fuera del proceso, lo que sería la auténtica meta del
tratamiento
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cohol, que tome conciencia de la vinculación entre el consu-
mo y los problemas generados a distintos niveles, y que re-
cupere las responsabilidades perdidas en el ámbito familiar,
laboral y social.
Tratamiento farmacológico
Existen diferentes estrategias utilizadas en el abordaje farma-
cológico:
Fármacos antidipsotrópicos, aversivos o interdictores.
Actúan inhibiendo la enzima aldehidodeshidrogenasa. El
aldehido (sustancia tóxica) que se produce en el metabolis-
mo del alcohol se acumula, pasa a la sangre y produce una
clínica disuasoria (reacción aldehídica), que consiste en: vi-
sión borrosa, ruborización excesiva, palpitaciones en la ca-
beza y el cuello, debilidad, dificultad respiratoria, dolor to-
rácico. El temor a estos síntomas le lleva al paciente a no
beber. 
Los exponentes de este grupo terapéutico son el disul-
firán (Antabus®) y la cianamida cálcica (Colme®). Han sido
fármacos muy controvertidos23,24, pero continúan siendo
muy utilizados en nuestro medio. Pensamos que su efica-
cia radica, sobre todo, en permitir períodos de abstinencia
que posibilitan el empleo de otras medidas rehabilitadoras,
casi siempre en pacientes con intentos para dejar de beber,
sin éxito. No hay que pasar por alto que los pacientes de-
ben estar informados de los efectos adversos y de los ries-
gos, y siempre tener conocimiento de que lo están toman-
do (tabla 8).
Fármacos anti-craving22,25. Se han desarrollado fármacos
con este tipo de mecanismo de acción en paralelo a los avan-
ces realizados en el conocimiento del sistema biológico de
recompensa.
Antagonistas de los receptores opiodes mu23: naltrexona26.
Bloquea la liberación de la dopamina en el núcleo accumbens
inducida por el alcohol. Aumenta el tiempo de abstinencia al
disminuir el refuerzo positivo de los efectos placenteros del
alcohol y frenar la tendencia a la repetición del consumo. Es
eficaz para bloquear el descontrol sobre el consumo y la pro-
gresión a la recaída de aquellos pa-
cientes que han reiniciado la inges-
ta de alcohol27. Se utiliza en dosis
de 50 mg al día. Contraindicada en
aquellos casos que aparezca hepa-
topatía grave y dependencia a opiá-
ceos.
Antagonistas del glutamato NMDA:
acamprosato. Derivado del aminoá-
cido esencial taurina. Es un agonista
gabaérgico y un antagonista a nivel
de los receptores de glutamato25,28.
De esta manera disminuirá la acción
excitativa promovida por el gluta-
mato, que es una posible causa del
insomnio, ansiedad y craving.
Estudios clínicos28, demuestran
la eficacia superior del acamprosato frente a placebo para
mantener la abstinencia en pacientes alcohol-dependientes.
Es un fármaco bien tolerado, apareciendo efectos adver-
sos de leve intensidad durante los primeros días del trata-
miento. Los más reseñados son diarreas, vómitos, náuseas y
cefaleas. Engorrosa dosificación, 2 comprimidos cada 8 ho-
ras, durante al menos 6 meses de prescripción.
Moduladores de las monoaminas. La elevada comorbilidad
entre el consumo de alcohol y la patología psiquiátrica fun-
damenta el uso de los inhibidores selectivos de la recaptación
de la serotonina (ISRS). Serán útiles en aquellos pacientes
que asocien síntomas depresivos y síntomas de ansiedad a la
dependencia. No parece que aporten beneficios para mante-
ner la abstinencia.
Anticonvulsivantes. Los primeros fármacos utilizados fue-
ron la carbamacepina y el valproato. Con posterioridad apa-
recen nuevos antiepilépticos como gabapentina, topiramato,
lamotrigina y oxcarbacepina con un perfil más seguro y me-
nos efectos secundarios. Sus acciones terapéuticas en el pro-
ceso de deshabituación parecen estar ligadas con el bloqueo
del fenómeno kindling, con la disminución del craving y con
sus efectos beneficiosos sobre síntomas afectivos, ansiosos y
de descontrol de impulsos29,30.
ALCOHOLISMO
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TABLA 7
Factores de riesgo del síndrome de abstinencia por alcohol
Edad superior a los 40 años
Sexo masculino
Consumo medio diario superior a 200 cc al día
Consumo a horas fijas
Nerviosismo y temblores tras 6-8 horas desde el último consumo
Alcoholemia al ingreso de más de 250 mg/dl
Existencia de problema médico agudo
Evolución de la dependencia de más de 10 años
Historia de convulsiones, alucinaciones o delirium en síndromes de abstinencia
previos
Riesgo de complicaciones:
Bajo riesgo: 2 o menos factores de riesgo
Moderado riesgo: 3 a 6 factores de riesgo
Alto riesgo: 7 a 9 factores de riesgo
TABLA 8
Comparativa entre disulfiram y cianamida cálcica
Disulfiram Cianamida cálcica
Mecanismo de acción Inhibición de la aldehido-deshidrogenasa Inhibición de la aldehido-deshidrogenasa
Inhibición de la Dopamina �-hidroxilasa
Dosificación 250 mg/día (1 comprimido) por vía oral 15 gotas/12 horas
Monodosis nocturna Mañana y noche
Eficacia + + + +
Inicio del efecto Lento. 12 horas después Rápido. 1 ó 2 horas después
Duración del efecto Prolongado. Más de 10 días Limitado. Menos de 2 días
Hepatotoxicidad + + + +
Contraindicaciones Psicosis, enfermedades cardiovasculares, Patología tiroidea
epilepsia, gestación, IRC Insuficiencia respiratoria, IRC
IRC: insuficiencia renal crónica
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Psicoterapia
En las últimas décadas, el tratamiento del alcoholismo se ha
beneficiado tanto del avance de la farmacología, como de las
aportaciones de la psicología31.
Los objetivos de la psicoterapia abordan aspectos muy
diferentes a lo largo del proceso terapéutico: aceptación del
trastorno adictivo, refuerzo de la motivación para el trata-
miento, afrontar vivencias de deseo y situaciones difíciles,
manejar la clínica afectiva y de ansiedad, favorecer la adqui-
sición y consolidación de nuevos hábitos de vida, remodelar
sus relaciones personales, etc.
Las principales orientaciones de psicoterapia estudiadas
para pacientes con consumo de sustancias son la terapia cog-
nitivo-conductual, la terapia motivacional, la terapia inter-
personal y la terapia psicodinámica. Tener en cuenta las po-
sibilidades de uso individual, grupal, familiar o de autoayuda.
Se debe ofrecer un plan terapéutico multimodal que con-
temple el tratamiento médico, la psicoterapia individual y
grupal, y la atención a los familiares.
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