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Anatomía y fisiología del cuerpo humano94 tema nervioso, macrófagos de los alveolos pulmonares, etc.). Tie- nen capacidad de dividirse, aunque su proliferación no contribuye de forma importante a la renovación de la población tisular de macrófagos. Ésta depende principalmente de la emigración con- tinuada de monocitos desde la circulación. Cuando el monocito llega al tejido, se transforma en macrófago en 2-3 horas, y en este proceso de transformación aumenta el volumen del citoplasma, el número de microfibrillas en la membrana (lo que aumenta su capacidad de adherencia y fagocitosis) y también sus capacidades enzimáticas (aunque desaparece la peroxidasa). Los macrófagos tienen gran capacidad para fagocitar distintos tipos de sustan- cias: sustancias extrañas (como bacterias), células muertas o en- vejecidas (como los eritrocitos), y complejos antígeno-anticuerpo. Llegan a un tejido infectado después de los neutrófilos, atraídos por sustancias quimiotácticas liberadas tanto por los neutrófilos como por los linfocitos activados, por lo que participan en la in- flamación. Los macrófagos desempeñan un papel importante en la in- munidad específica, ya que son células encargadas de presentar los antígenos a los linfocitos T (reconocimiento antigénico, véase apartado 6.4.1). Los macrófagos secretan IL-1, que estimula la producción de otras IL por parte de los linfocitos activados. Ade- más, también sintetizan y secretan IFN- y factores estimulado- res de colonias de granulocitos y monocitos en la médula ósea. RECUERDA La hematopoyesis se produce en la médula ósea en el adul- to. Los factores necesarios para la producción de las células sanguíneas son: hormonas, citoquinas y factores exógenos (hierro y vitaminas). Los eritrocitos constituyen el 99% de los elementos for- mes de la sangre. Su vida media es de 120 días. La eritropoyesis se produce en la médula ósea en un intervalo de 6 a 7 días y está regulada por la eritropoyetina. Los valores de referencia son: - Número de hematíes: 4.5-5 millones por mL. - Cantidad de hemoglobina: 14-16 g/100 mL. - Hematócrito: 42-47 % o mL / 100 mL. Los leucocitos son de distintos tipos: granulocitos (neu- trófilos, eosinófilos y basófilos), monocitos-macrófagos y Iinfocitos. Cada uno de ellos tiene distintas funciones, así los neutrófilos se encargan de la fagocitosis y destrucción de las bacterias, los eosinófilos llevan a cabo la destrucción de lar- vas de parásitos, los basófilos intervienen en las reacciones alérgicas y los macrófagos tienen gran capacidad fagocítica e intervienen en la inmunidad específica. 6. MECANISMOS DE DEFENSA DEL ORGANISMO. SISTEMA INMUNITARIO El organismo tiene capacidad para resistir y rechazar el ataque de microorganismos o sus toxinas, así como de otras sustancias extrañas que puedan dañar tejidos y órganos. Mediante los meca- nismos de defensa, se pueden eliminar bacterias, virus, parásitos y células anómalas o cambiantes que pueden originar un cáncer. Esta defensa es ejercida por los leucocitos, dentro de los cuales los más importantes son los linfocitos y los macrófagos. Al reaccio- nar frente a los agentes extraños que atacan al organismo, estas células provocan las respuestas o reacciones inmunitarias. Aunque las respuestas inmunitarias son generalmente beneficiosas para un individuo, a veces también tienen efectos nocivos, ya que intervie- nen en el desarrollo de alergias y otros tipos de reacciones de hi- persensibilidad, en el rechazo de órganos trasplantados, así como en el desarrollo de enfermedades autoinmunitarias. Los mecanismos de defensa se pueden agrupar en dos tipos: inespecíficos y específicos. La defensa o inmunidad inespecífica comprende una serie de mecanismos de respuesta inmediata para proteger al organismo contra una amplia variedad de agentes pa- tógenos. La defensa o inmunidad específica implica la activación de linfocitos específicos contra el agente patógeno particular y, además, tiene memoria, es decir, en estas reacciones inmunitarias se crean células de memoria para luchar de nuevo contra el agente patógeno particular que inicialmente las activó. 6.1. INMUNIDAD INESPECÍFICA, INNATA O NATURAL Los mecanismos que intervienen en este tipo de defensa son las barreras externas, las células fagocíticas, las células NK (del inglés natural killers), la inflamación, las proteínas antimicrobianas y la fiebre. 6.1.1. Barreras externas La primera defensa del organismo contra las infecciones es la que ofrecen las superficies más expuestas al ambiente externo: la piel y las mucosas. La piel representa una barrera física importante para la mayor parte de los microorganismos, que la atraviesan con dificultad si está intacta. Esto es debido a la existencia de células queratinizadas estrechamente empaquetadas en la capa más ex- terna del epitelio, la epidermis; además, la queratina es resistente a las enzimas bacterianas y las toxinas. Como las células de la epidermis cambian periódicamente, este hecho también ayuda a eliminar microbios que están en la superficie de la piel. Las mucosas se encuentran en las cavidades del cuerpo que abren al exterior, es decir, en los sistemas digestivo, respiratorio, urinario y reproductor. Además de servir como barreras físicas, estos epitelios producen sustancias que son protectoras. Así, las secreciones ácidas de la piel, el jugo gástrico y las secreciones va- ginales, inhiben el crecimiento de muchos microorganismos. El moco, producido en los aparatos citados anteriormente, atrapa muchos microorganismos que entran en ellos. La mucosa del aparato respiratorio tiene además modificaciones estructurales que ayudan a la defensa, por ejemplo, la mucosa de las vías res- piratorias superiores, es ciliada y hace un barrido de sustancias hacia la boca. Esto impide el paso a las vías inferiores donde el ambiente es más cálido y húmedo, lo cual favorece el crecimiento bacteriano. https://booksmedicos.org 4. Sangre y sistema inmunitario 6. MECANISMOS DE DEFENSA DEL ORGANISMO. SISTEMA INMUNITARIO booksmedicos.org Push Button0:
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