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Capítulo 5 Sistema cardiovascular 137 encuentran situados a nivel central y en zonas cercanas a los barorreceptores. La disminución de la Po 2 (hipoxia), o el au- mento de la Pco 2 (hipercapnia), estimula los quimiorreceptores y provoca una respuesta consistente en un aumento de la presión arterial. Ambos tipos de receptores actúan de manera similar cooperativa, de manera que cuando la presión arterial baja por debajo de 60 se estimula el sistema barorreceptor, y cuando des- ciende a menos de 50 mmHg, además de los barorreceptores se estimulan los quimiorreceptores. Cuando se estimulan los barorreceptores (también los qui- miorreceptores) envían sus señales nerviosas aferentes al llamado centro de regulación cardiovascular, situado en una zona del bulbo raquídeo y la protuberancia. Este centro en realidad es un integrador de las señales aferentes que le llegan de la periferia y un emisor de señales eferentes que tienen como objetivo minimizar y neutralizar los cambios en la presión arterial que produjeron la estimulación de los barorreceptores. El centro de regulación car- diovascular bulbar está formado por un área presora, cuyo efecto es elevar la presión arterial, un área depresora que disminuye la presión arterial y un área sensorial que recoge señales de otras zonas del sistema nervioso central. Entre estas áreas existen co- nexiones, de forma que cuando se estimulan los barorreceptores por un aumento de la presión arterial, se activa el área depresora y se inhibe el área presora y, al revés, si el estímulo es una dismi- nución de la presión arterial sistémica. Las señales de salida del centro de regulación cardiovascular bulbar salen por vías nervio- sas eferentes del SNS y SNP que se dirigen hacia los efectores de este mecanismo, el corazón, las arteriolas y las grandes venas. El SNS tiene un papel más relevante que el SNP en todas estas res- puestas. Cuando se produce un aumento de la presión arterial se activa el área depresora que provoca una disminución de la fuerza de contracción y de la frecuencia cardíacas, y como consecuencia reduce el gasto cardíaco. Al disminuir la actividad simpática en las arteriolas disminuye el tono del músculo liso vascular y como consecuencia se reducen las resistencias periféricas. Sobre las ve- nas la reducción del tono simpático produce dilatación y aumento del volumen de sangre contenido en éstas. Todos estos procesos conducen a un descenso de la presión arterial. Si por el contrario se produce un descenso de la presión arterial, la activación del SNS hace que la fuerza de contracción y la frecuencia cardíacas aumenten elevando el gasto. La activación simpática eleva el tono del músculo liso arteriolar y se elevan las resistencias periféricas. El aumento del tono simpático en las venas reduce su diámetro aumentando el flujo de sangre al corazón y al circuito arterial. Todo ello conduce a un aumento de la presión arterial. En la regulación nerviosa de la presión arterial también intervienen estructuras del sistema nervioso central como el hipotálamo, la corteza y también la médula espinal. Estas estructuras ejercen una acción integradora de señales externas (visuales, auditivas, emocionales) y modulan la actividad del centro cardiovascular bulbar. Regulación renal de la presión arterial La regulación de la presión arterial a medio y largo plazo por el riñón se ejerce mediante el control del equilibrio hidroelectro- lítico, regulando el volumen sanguíneo circulante y por tanto la presión arterial. Si se produce un aumento de la presión arterial como consecuencia de un aumento del volumen circulante, se incrementa la excreción de agua y electrólitos mediante el meca- nismo de presión-diuresis/natriuresis (entre otros factores), hasta que la presión retorna a su valor normal. Por el contrario, la caída de la presión arterial produce una disminución de la excreción de agua y electrólitos que incrementa el volumen circulante y tiende a elevar la presión. Regulación humoral de la presión arterial Los factores humorales que afectan a la presión arterial no tiene capacidad de corrección de las desviaciones de la presión arterial como la regulación nerviosa, sino que ejercen sus efectos de manera prolongada sobre el diámetro de las arterias musculares pequeñas y arteriolas, y por tanto son responsables a medio y largo plazo de la resistencia periférica total. Este tipo de regu- lación se ejerce por la acción integrada de los numerosos agentes vasodilatadores o vasoconstrictores tanto de acción hormonal sistémica como local, y por los efectos de dichos agentes sobre la frecuencia y la contractilidad cardíacas. Hay que destacar la acción de las catecolaminas, principalmente la adrenalina, que actúan de manera similar al SNS, es decir, incrementan la resis- tencia periférica total, así como la frecuencia y la contractilidad cardíacas. El sistema renina-angiotensina-aldosterona, participa en la regulación de la presión arterial aumentando la resistencia periférica y el volumen circulante debido a su acción retenedora de agua y sodio a nivel renal. Cuando se produce una activación del sistema, resulta en una elevación de los niveles (circulantes y locales) de angiotensina II (principal efector del sistema), que tiene actividad vasoconstrictora, y de aldosterona, la cual produ- ce un aumento de la reabsorción en los túbulos distal y colector de sodio y agua, que aumenta el volumen circulante y por tanto la presión arterial. Además el aumento de la angiotensina II a nivel local aumenta la resistencia arteriolar y aumenta la fre- cuencia cardíaca. Además de estos factores, la endotelina-1 y el tromboxano-A 2 también como vasoconstrictores contribuyen al mantenimiento de un tono arteriolar elevado. El principal factor vasodilatador es el óxido nítrico produ- cido por las células endoteliales de manera tónica. Se considera el vasodilatador que tiende a equilibrar las acciones de todos los sistemas vasoconstrictores. La disminución de su liberación o aumento de su destrucción conduce a un predominio de las acciones vasoconstrictoras (de catecolaminas, angiotensina II, etc.) y por tanto de la RPT y la presión arterial. La importancia reguladora del óxido nítrico es tal que la administración de un inhibidor de su síntesis produce una elevación mantenida de la presión arterial. 3.11. CIRCULACIÓN VENOSA. RETORNO VENOSO El sistema venoso es responsable de conducir la sangre desde los tejidos al corazón gracias al gradiente de presión que existe entre los capilares y la aurícula. En las venas, la presión y la velocidad de la sangre son menores que en el sistema arterial, las paredes son más delgadas y distensibles, por lo que poseen una gran ca- https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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