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anatomia y fisiologia del cuerpo-174

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Capítulo 6 Líquidos corporales y sistema renal 159
agua, Na+ y otros solutos filtrados. Si por el contrario, la TFG 
disminuye, se produce una menor reabsorción de los mismos. El 
efecto neto de este fenómeno es bloquear los cambios en la ex-
creción de Na+ producidos por los cambios en la TFG. El meca-
nismo responsable del balance glomerulotubular es intrarrenal y 
depende de las diferencias de las presiones oncótica e hidrostá-
tica entre los capilares peritubulares y el espacio intersticial (es 
decir, de las fuerzas de Starling). De modo que si aumenta la 
TFG (sin cambios en FSR) aumenta la presión oncótica. Esta 
presión oncótica del capilar tiende a reabsorber líquido desde la 
luz del túbulo que a su vez arrastra a otros solutos (arrastre por 
solvente).
Valoración de la función renal: aclaramiento renal 
de una sustancia
Se define como «el volumen de plasma que por la acción renal 
queda libre de dicha sustancia en la unidad de tiempo». Es decir, 
el aclaramiento renal es una medida empírica de la capacidad de 
los riñones para eliminar una sustancia del plasma y por consi-
guiente de excretarla en la orina. Por tanto, el aclaramiento renal 
de una sustancia es el resultado de los mecanismos básicos de 
formación de la orina: filtración, reabsorción y secreción.
Si consideramos una sustancia que sea filtrada libremente 
en el glomérulo, que no sea ni reabsorbida ni secretada en los 
túbulos, es decir, que sea eliminada del plasma sólo mediante 
la filtración glomerular, su aclaramiento puede ser usado como 
índice de la TFG. Esta sustancia es la inulina, que es un polí-
mero de la fructosa de un peso aproximado de 5000 daltons. 
La inulina además de cumplir las características previamente 
citadas no es ni sintetizada ni metabolizada por los túbulos, y 
es biológicamente inerte. En la siguiente fórmula se expresa el 
aclaramiento de inulina
[in ]
u
 V
 C
in
 = TFG = —————
[in]
p
[in]
u
 es la concentración de inulina urinaria.
V es el flujo urinario.
[in]
p
 es la concentración de inulina plasmática.
La comparación del aclaramiento de la inulina con el de otras 
sustancias nos permite conocer si éstas son reabsorbidas y/o se-
cretadas en el túbulo renal. Por ejemplo, una sustancia con un 
aclaramiento menor que el de la inulina indica que esta sustancia 
se reabsorbe de manera neta en el riñón. Por el contrario, una 
sustancia que tiene un aclaramiento superior que el de la inulina 
es secretada de manera neta por las células tubulares.
Aunque el aclaramiento de inulina es un buen índice de la 
TFG, su uso está restringido, ya que no es un producto endógeno 
y es necesario que sea administrada continuamente para que su 
concentración plasmática se mantenga constante. En la práctica 
clínica se utiliza normalmente el aclaramiento de la creatinina 
durante 24 horas como índice de la TFG. La creatinina es una 
sustancia endógena procedente del metabolismo muscular que 
mantiene relativamente constante su concentración plasmática y 
que cumple algunas de las características indicadas previamente 
para la inulina. La medida del FSR se hace mediante el aclara-
miento del ácido paraaminohipúrico (PAH), ya que además de 
ser filtrado en el glomérulo se secreta en los túbulos renales. 
RECUERDA
La filtración glomerular, la reabsorción tubular y la secreción 
tubular son los tres mecanismos implicados en la formación 
de la orina. La filtración glomerular supone la filtración de 
parte del plasma de los capilares glomerulares a través de la 
barrera de filtración constituida por el endotelio capilar, la lá-
mina basal y los podocitos de la cápsula de Bowman. La tasa 
de filtración glomerular (TFG) depende de la PEF y del Kf, es 
decir, de las fuerzas de Starling y de la superficie y de la per-
meabilidad de la barrera de filtración. El FSR así como la TFG 
se mantienen constantes dentro de unos niveles de presión 
arterial (80-180 mmHg). Dos son los mecanismos implicados 
en la autorregulación del FSR: el mecanismo miogénico y el 
mecanismo de retroalimentación tubuloglomerular. 
El transporte tubular (reabsorción y secreción) modifica 
la composición del filtrado glomerular a través de mecanis-
mos de transporte activo y pasivo. En el túbulo proximal se 
reabsorbe entre el 60-70% del líquido filtrado, siendo esta 
reabsorción isoosmótica, ya que va acompañada de agua. En 
el asa de Henle se produce reabsorción de agua y de solutos 
pero estos procesos se hacen de manera separada en los dife-
rentes segmentos del asa de Henle, siendo el líquido filtrado 
hipoosmótico cuando abandona este segmento tubular y si-
gue siendo hipoosmótico cuando llega al túbulo colector. En 
la zona cortical se produce la reabsorción de sodio y la secre-
ción de potasio y protones que es modulada por la aldostero-
na. En el túbulo colector medular se produce la reabsorción 
de agua que es controlada por la hormona antidiurética.
2.3.2. Regulación del volumen y la osmolaridad 
de los líquidos corporales
La regulación de la osmolaridad del líquido extracelular
A pesar de las variaciones diarias en la ingesta de solutos y agua, 
los líquidos corporales permanecen constantes en volumen y com-
posición. Esta constancia es fundamental, ya que cambios en la 
osmolaridad del líquido extracelular producen el intercambio de 
agua entre los compartimientos líquidos, ya que las membranas 
celulares son totalmente permeables al agua y poco permeables a 
los iones. Este intercambio conlleva, en consecuencia, la modifi-
cación de la concentración de iones. Estos cambios pueden alterar 
el metabolismo celular y por tanto, el funcionamiento de todo el 
organismo. Asimismo, la entrada o salida excesiva de agua puede 
provocar cambios en la forma o función de la célula e incluso su 
destrucción. El equilibrio hídrico se mantiene a través del control 
del balance entre las pérdidas y la ganancia de agua por parte del 
organismo y sirve para mantener la constancia de la osmolaridad 
de los líquidos corporales. 
Las salidas de agua del organismo ocurren a través de pérdi-
das obligatorias en la orina, las heces y la evaporación desde la piel 
y con la respiración. Las pérdidas por evaporación cutánea ocu-
rren en forma insensible y poco regulada (perspiración) o eviden-
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