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246 PARTE DOS Soporte y movimiento 1. La lámina vertical (perpendicular), una lámina delgada de hueso que forma las dos terceras partes superiores del tabique nasal (véase la fi gura 8.4b). (La parte inferior está formada por el vómer, que se estudiará más adelante.) El tabique divide la cavidad nasal en espacios neumáticos derecho e izquierdo: las fosas nasales. El tabique está a menudo desviado hacia una fosa nasal. 2. Una lámina cribosa16 que forma el techo de la cavidad nasal. Esta lámina tiene una hoja en la parte media, la cresta de gallo (crista galli) que constituye un punto de unión para la duramadre. A cada lado de la cresta se encuentra un área alargada y deprimida, con varios aguje- ros: los agujeros cribosos (olfatorios). En estas depresiones descansan un par de bulbos olfativos del cerebro, relacio- nados con el sentido del olfato, y los agujeros permiten el paso de los nervios olfativos por la cavidad nasal hacia los bulbos (véase el apartado Conocimiento más a fondo 8.1). 3. El laberinto, una masa grande situada a cada lado de la lámina vertical. Recibe su nombre del hecho de que cuen- ta en el interior con un laberinto de espacios neumáticos, las celdillas etmoidales. De manera colectiva, constituyen los senos etmoidales que se estudiaron antes. La superfi cie lateral del laberinto es una lámina orbitaria que se ve en la pared medial de la órbita (véase la fi gura 8.14). De la superfi cie medial del laberinto surgen dos láminas rizadas con forma de rollo de hueso llamadas cornetes nasales17 superior y medio, que se proyectan en la fosa nasal desde su pared lateral hacia el tabique (véanse las fi guras 8.7 y 8.13). También hay un hueso independiente, el cornete nasal inferior, que se estudiará más adelante. Los tres cor- netes ocupan la mayor parte de la cavidad nasal y dejan poco espacio abierto. Al llenar el espacio y crear turbulen- cia en el fl ujo de aire inhalado, garantizan que el aire entre en contacto con las mucosas que cubren estos huesos; esto limpia, humidifi ca y calienta el aire inhalado antes de que FIGURA 8.13 La cavidad nasal izquierda (corte sagital). 16 cribri = tamiz, criba. 17 corn = cuerno; ette = pequeño. Seno frontal Inferior Espina nasal anterior Maxilar superior Agujero incisivo Unguis Hueso propio de la nariz Cartílagos nasales Superior Medio Seno esfenoide Hueso palatino Esfenoides Cresta de gallo Silla turca Lámina cribosa Agujeros cribosos Hueso occipital Labio Hueso frontal Incisivo Cornetes nasales: CONOCIMIENTO MÁS A FONDO 8.1 Aplicación clínica Lesiones en el etmoides El etmoides es muy delicado y se lesiona con facilidad con un golpe hacia arriba en la nariz, como el que podría sufrir una persona al chocar contra el tablero de un automóvil en una colisión. La fuerza de un golpe puede lanzar fragmentos óseos a través de la lámina cribosa hacia las meninges y el tejido encefálico. Estas lesiones sue- len evidenciarse a menudo por fugas de líquido cefalorraquídeo hacia la cavidad nasal, y pueden anteceder al contagio de una infec- ción de la cavidad nasal al encéfalo. Los golpes en la cabeza tam- bién pueden seccionar los nervios olfativos que pasan por el etmoides y causar anosmia, una pérdida irreversible del sentido del olfato y una gran reducción en el sentido del gusto (gran parte de éste depende del olfato). Esto no sólo priva de algunos de los pla- ceres de la vida, sino que también puede ser peligroso porque la persona no puede oler humo, gas o comida descompuesta, entre otros.
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