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ANATOMIA Y FISIOLOGÍA-274

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246 PARTE DOS Soporte y movimiento
 1. La lámina vertical (perpendicular), una lámina delgada de 
hueso que forma las dos terceras partes superiores del 
tabique nasal (véase la fi gura 8.4b). (La parte inferior está 
formada por el vómer, que se estudiará más adelante.) El 
tabique divide la cavidad nasal en espacios neumáticos 
derecho e izquierdo: las fosas nasales. El tabique está a 
menudo desviado hacia una fosa nasal.
 2. Una lámina cribosa16 que forma el techo de la cavidad 
nasal. Esta lámina tiene una hoja en la parte media, la 
cresta de gallo (crista galli) que constituye un punto de 
unión para la duramadre. A cada lado de la cresta se 
encuentra un área alargada y deprimida, con varios aguje-
ros: los agujeros cribosos (olfatorios). En estas depresiones 
descansan un par de bulbos olfativos del cerebro, relacio-
nados con el sentido del olfato, y los agujeros permiten el 
paso de los nervios olfativos por la cavidad nasal hacia los 
bulbos (véase el apartado Conocimiento más a fondo 8.1).
 3. El laberinto, una masa grande situada a cada lado de la 
lámina vertical. Recibe su nombre del hecho de que cuen-
ta en el interior con un laberinto de espacios neumáticos, 
las celdillas etmoidales. De manera colectiva, constituyen 
los senos etmoidales que se estudiaron antes. La superfi cie 
lateral del laberinto es una lámina orbitaria que se ve en 
la pared medial de la órbita (véase la fi gura 8.14). De la 
superfi cie medial del laberinto surgen dos láminas rizadas 
con forma de rollo de hueso llamadas cornetes nasales17 
superior y medio, que se proyectan en la fosa nasal desde 
su pared lateral hacia el tabique (véanse las fi guras 8.7 y 
8.13). También hay un hueso independiente, el cornete 
nasal inferior, que se estudiará más adelante. Los tres cor-
netes ocupan la mayor parte de la cavidad nasal y dejan 
poco espacio abierto. Al llenar el espacio y crear turbulen-
cia en el fl ujo de aire inhalado, garantizan que el aire entre 
en contacto con las mucosas que cubren estos huesos; esto 
limpia, humidifi ca y calienta el aire inhalado antes de que 
FIGURA 8.13 La cavidad nasal 
izquierda (corte sagital). 
16 cribri = tamiz, criba. 
17 corn = cuerno; ette = pequeño.
Seno frontal
Inferior
Espina nasal anterior
Maxilar superior
Agujero incisivo
Unguis
Hueso propio 
de la nariz
Cartílagos nasales
Superior
Medio
Seno esfenoide
Hueso palatino
Esfenoides
Cresta de gallo
Silla turca
Lámina cribosa
Agujeros cribosos
Hueso occipital
Labio
Hueso frontal
Incisivo
Cornetes nasales:
CONOCIMIENTO MÁS A FONDO 8.1 
 Aplicación clínica
Lesiones en el etmoides
El etmoides es muy delicado y se lesiona con facilidad con un golpe 
hacia arriba en la nariz, como el que podría sufrir una persona al 
chocar contra el tablero de un automóvil en una colisión. La fuerza 
de un golpe puede lanzar fragmentos óseos a través de la lámina 
cribosa hacia las meninges y el tejido encefálico. Estas lesiones sue-
len evidenciarse a menudo por fugas de líquido cefalorraquídeo 
hacia la cavidad nasal, y pueden anteceder al contagio de una infec-
ción de la cavidad nasal al encéfalo. Los golpes en la cabeza tam-
bién pueden seccionar los nervios olfativos que pasan por el 
etmoides y causar anosmia, una pérdida irreversible del sentido del 
olfato y una gran reducción en el sentido del gusto (gran parte de 
éste depende del olfato). Esto no sólo priva de algunos de los pla-
ceres de la vida, sino que también puede ser peligroso porque la 
persona no puede oler humo, gas o comida descompuesta, entre 
otros.

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