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Unidad IV: El Liberalismo en crisis Europa A) Impacto de la Revolución Industrial en el pensamiento político: los Discursos Socialistas (Anarquismo, Socialismo utópico, Marxismo). La cuestión social. B) Propuestas de superación de la crisis liberal: difusión del Nacionalismo, la Social democracia y la Democracia liberal. El Constitucionalismo social y los derechos fundamentales de segunda generación (económicos, sociales y culturales). 1.- Introducción a la unidad 4 Al promediar el siglo XIX el orden burgués –liberal y capitalista- se consolidó. Aunque cada país siguió su propio ritmo, se fueron formando regímenes constitucionales con todas sus implicancias: gobiernos representativos, igualdad jurídica, libertades civiles, participación restringida en el quehacer político, salvo contadas excepciones como Estados Unidos y Suiza, que fueron los países más avanzados en el proceso de democratización1. Ello implicó todo un proceso de producción legislativa y de construcción de instituciones de alcance nacional, que además de su función organizativa y centralizadora, apuntó a lograr una uniformidad cultural que creara nuevos hábitos, una nueva mentalidad, y un sentimiento de pertenencia que excediera los marcos locales. Ese estilo de liberalismo que se implementó, sin embargo, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, contaba con el apoyo de las altas burguesías y una parte de la clase media (la clase media alta), pero fue generando insatisfacción en los demás sectores. Éstos –clases medias y proletariado-si bien estuvieron satisfechos en un principio con lo que habían ganado con el nuevo régimen –libertades, igualdad jurídica-, empezaron a aspirar a la equiparación de los derechos en el plano político –instauración del sufragio universal-, a la protección laboral del Estado frente a los propietarios –leyes laborales-, e incluso, según los grupos, a la implementación de empresas cooperativas de trabajadores y hasta a la eliminación de la propiedad privada. Las nuevas ideologías que fueron surgiendo, ostentan grandes diferencias. Las más radicales, porque rechazaron tanto el liberalismo político como el capitalismo liberal fueron: el anarquismo, el socialismo y el comunismo. Las más compatibles con el liberalismo, porque en realidad significaron una expansión de los derechos liberales a los demás sectores sociales, pero preservando el orden institucional liberal, fueron la democracia liberal y la social democracia, que constituyeron un liberalismo modernizado, 1 El número de votantes reales en Estados Unidos era en la década del 70 del 20-25%. En el Reino Unido, después de la reforma de 1867 votaba el 8% de la población, y en la Italia recientemente constituida el 1%. En E. Hobsbawm, op.cit. (1999) (ibídem); p. 114. adaptado a la época. El nacionalismo ocupó un lugar intermedio entre ambos sectores, pues si bien repudiaba el liberalismo político, sostenía el capitalismo, aunque introducía variantes de tipo estatista. 2.- El Anarquismo El ideario anarquista no constituye un conjunto de doctrinas coherentes, sino que por el contrario presentan profundas contradicciones entre los autores adherentes. Lo que es un elemento común a todos es la aversión al estado y al orden constituido. Por ello “anarquismo” significa oposición a todo gobierno basado en la fuerza. Los anarquistas resisten al estado coercitivo como incompatible con la libertad humana. Prevalecen los impulsos ultra individualistas. Con respecto al sistema económico, afirmaban que el derecho del hombre a adquirir y emplear la propiedad debe estar sujeto únicamente a las leyes naturales. Una clasificación de las doctrinas anarquistas, las divide en: a) Individualistas El padre del anarquismo individualista fue Guillermo Godwin (1756 – 1836). Enemigo del estado, tanto en sus versiones despótica como democrática, lo rechaza por irracional, profetiza su desaparición y sustitución por comunidades libres. Pero propone este cambio sin recurrir a la violencia sino, más bien, a la persuasión.Gaspar Schimdt, (utilizando el seudónimo de Max Stirner) dentro de esta corriente, impugna la existencia del estado por considerarlo una negación de la libre actividad individual; mientras que afirmaba la autonomía del hombre a ultranza. b) Colectivistas León Tolstoi proponía una asociación humana que sustituyera al Estado; esta asociación se organizaría no con elementos de coerción como utiliza el estado, sino sobre la base de la cooperación autónoma, espontánea, sin divisiones o desniveles sociales. Sus escritos, como La guerra y la paz, Ana Karenina, y El poder de las tinieblas están impregnados de ideas socialistas, místicas, contrarias al materialismo, favorables al amor, la paz, el retorno a la tierra. Pedro Proudhon es considerado el autor del término anarquía como sinónimo de no gobierno. Rechazaba las formas violentas, pero afirmaba la necesidad de suprimir el estado. Consideraba que el poder estatal había surgido de la barbarie, del estado de violencia de los primeros hombres. Por ello lo rechazaba y afirmaba que la asociación libre constituía la más alta perfección de la sociedad. Se lo considera un utópico pues pretende una sociedad donde no existan diferencias físicas ni intelectuales, a las que considera causantes de la opresión y desigualdades de niveles. 3.-El Socialismo Los primeros representantes de esta postura más radical fueron los socialistas utópicos, denominados así porque sostenían planes idealistas de sociedades cooperativas, en las cuales todos se dedicarían a las labores más de acuerdo con sus dotes individuales y compartirían los productos de sus esfuerzos comunes. Eran en gran parte sucesores de la Ilustración y consideraban que, si los hombres podían desprenderse de los hábitos viciosos y de una estructura social que propugnaba el sometimiento de los débiles por los fuertes, podrían vivir en armonía y paz. Recomendaban el establecimiento de comunidades modelos que tuvieran casi todos los elementos necesarios, en las que la mayor parte de los instrumentos de producción fueran de propiedad colectiva, y el gobierno tuviera un fundamento principalmente voluntario. En este grupo se destacaron hombres como Carlos Fourier (1772 – 1837), Roberto Owen (1771 – 1858) y Saint Simon (1760 – 1825) Mas tarde, Marx consideró como muy ingenua esa estructura de clases de la sociedad industrial, cuestionaba que Saint Simon en su “nueva” sociedad, dejara intacta la estructura de clase y, por ende, la institución de la propiedad privada; y que el único cambio que propugnaba era la compensación de los aparceros por el mejoramiento de las tierras que trabajaban. La igualdad social, para Saint Simon, es una idea extraña que no tiene cabida en la civilización europea. 3.1 El Socialismo Científico o Materialismo Histórico o Marxismo Su autor fue Carlos Marx, filósofo y politólogo del siglo XIX (1818-1883). Todo su sistema filosófico consta de dos grandes partes: a) El Materialismo Dialéctico, que consiste en un planteamiento filosófico general; b) El Materialismo Histórico, que es un planteamiento histórico-filosófico, pues elabora una interpretación general del proceso histórico que incluye una teoría del cambio histórico, una enunciación de las etapas de la historia de la humanidad y del sentido del curso histórico y una concepción del papel del Estado. a)-El Materialismo Dialéctico. Marx considera que la Realidad, que es externa al sujeto cognoscente, es comprensible y explicable objetivamente si se usa el método científico, que es el método dialéctico. Para Marx lo que discurre, lo que constituye el fundamento de la realidad, no es la Idea sino la Materia. La naturaleza, las sociedades, el hombre, todos son entes de fundamento material; y aquelloque puede considerarse no material, como el espíritu, es una proyección de lo material porque -dice Marx- el hombre piensa, siente y actúa a partir de su ubicación en la realidad material, de su lugar en el sistema de producción. De ahí la clásica frase del marxismo: la existencia determina la conciencia. Las sociedades tienen un componente no material, que son las ideologías y los sistemas de valores. Ellos también son para Marx una proyección del mundo material, porque son ideas y principios elaborados por las clases dominantes para justificar el dominio de una clase por otra. De ahí que la educación -dice Georges Duby, un historiador filomarxista- es el proceso por el cual se transfiere a los jóvenes los modelos socialmente deseables; pero se trata de modelos y valores elaborados por los mismos sectores de poder, para justificar su situación de clase; y para lograr que los no beneficiados por el sistema se sientan parte de él, y consuman esos valores como los únicos valiosos y necesarios para la preservación de la paz y del orden social, y para la felicidad de la sociedad toda. Marx enuncia como Teoría del Conocimiento la «praxis», que implica el actuar intelectualmente sobre la realidad a partir de una hipótesis explicadora y transformadora, que orienta el accionar humano hacia la modificación de esa realidad de modo de ponerla al servicio de todos. Se trata por tanto de un hacer guiado por una teoría, porque la teoría sin práctica «conduce a una visión errónea de la realidad», y la práctica sin teoría constituye «un activismo ineficaz y por tanto estéril» (Ponsati: 1976; 56). Marx postula así que tanto el conocimiento del mundo físico como social es imperfecto si no se acompaña con la acción concreta para transformarlo y colocarlo al servicio de las necesidades del hombre. En ese hacer cognitivo se aplica el método dialéctico, que es el que se acomoda al comportamiento de la realidad. b)- El Materialismo Histórico. Es la concepción marxista de la historia. Es natural por tanto que se postule que el comportamiento histórico sigue un curso dialéctico, que se le asigne importancia central al trabajo, que se relacione la ideología y sistema de valores de los sectores sociales con su ubicación en el sistema productivo, etc. Veamos. 1. Curso evolutivo de la Humanidad. La Historia de la Humanidad ha seguido un curso evolutivo, que comprende tres grandes momentos, pautados por las características del sistema de producción y, correlativamente, por el sistema de clases y el sistema de poder. Esas fases históricas son: a) La Etapa o estadio «preestatal», propia de los orígenes de la humanidad. En su transcurso los hombres tenían una organización comunitaria y familiar, no conocían la propiedad privada y la división del trabajo, y por tanto ignoraban las divisiones de clase y la dominación de un poder en defensa de los intereses de un sector privilegiado. En consecuencia, no había Estado. Esta etapa se corresponde con los períodos pre-civilizados o prehistóricos, y el cuadro que presenta de su estilo de vida es asimilable a la imagen del buen salvaje roussoniano. b) La Etapa o estadio «estatal», que se aplica a toda la etapa histórica, o sea desde el comienzo de la civilización hasta nuestros días -lo que conocemos como edades antigua, media, moderna y contemporánea-. Todos los escritos de Marx y de Engels se orientan a analizar críticamente esa etapa y a ofrecer una alternativa de cambio. La fase estatal significó, en la perspectiva marxista, una forma de decadencia en relación a la etapa anterior, porque apareció la división del trabajo y, correlativamente, el sistema de clases, y el Estado como forma de dominación de una clase por otra. c) La Etapa o estadio «post-estatal», se concretará luego de la revolución social que terminará con la propiedad privada de los medios de producción, y pondrá fin en consecuencia al sistema de clases y a la organización política como sistema de dominación de una clase por otra -que es lo que Marx llama «estado». Tendrá realidad cuando se instale la Sociedad Comunista. 2. Las Formas de Gobierno. El análisis de las formas de gobierno se concreta en relación al 2º período, o sea a la fase estatal. Pero el marxismo considera que lo que ha cambiado han sido las relaciones de producción y por tanto las sociedades, lo que supone un concepto más integrador que el de sistema de gobierno. Tales sociedades, que se caracterizaron por tener cada una, según los tiempos, un sistema de poder particular, fueron: la «sociedad esclavista», en las cuales la mayor parte de la producción era realizada por esclavos, lo cual implica un vínculo entre el propietario y el trabajador que es no-salarial; y que conlleva la falta de libertad de un gran grupo humano; la «sociedad feudal», que tampoco supuso un vínculo salarial, porque el siervo pagaba el usufructo de la tierra con trabajo personal o con productos de la tierra, y que en algunos ámbitos implicaba un vínculo de tipo paternalista, que es la forma más oculta del autoritarismo; y la «sociedad Burguesa» en la cuál sí se estableció entre propietario y productor un vínculo salarial, lo que además supone la existencia de un grupo secundario formal, con vínculos impersonales. 3. Concepción negativa del Estado. El Estado es concebido en forma negativa. A cada una de esas sociedades ha correspondido un tipo de Estado diferente: el «Estado Antiguo», seguido del «Estado Feudal», y finalmente del «Estado Representativo». Marx concreta esa enunciación en forma global, y no especifica las distintas formas institucionales que el Estado asumió en cada uno de esos tiempos. No diferencia los despotismos orientales de las repúblicas de la antigüedad clásica, porque Marx considera que al margen de las formas específicas que asumiera en cada país, el Estado fue siempre lo mismo: una estructura de dominación de una clase por otra. El término Estado para Marx significa el instrumento que posibilita una relación de dominio de una clase sobre las otras, a través de instituciones que pueden asumir formas diversas, incluso representativas y democráticas al estilo burgués, como ocurre en el siglo XIX, durante el cual el autor teoriza. 4. Alienación. La Alienación es la situación de desarmonía interna, de despersonalización, de desintegración, en que se encuentran los individuos debido al régimen de explotación existente. De las tres fases sociales y estatales precedentemente señaladas, es en el estado burgués y capitalista donde se profundiza la situación de dominio y se perfecciona el régimen de explotación del hombre por el hombre. En esa etapa la sociedad se divide claramente en dos clases: los poseedores de los bienes de producción y los que venden su fuerza de trabajo. La Alienación es vivida por la sociedad toda, pero particularmente por el obrero. El trabajo es -en la concepción marxista- la actividad que humaniza al hombre, porque le permite externalizar u objetivar su interioridad, crear y reflejarse en ese objeto. Pero en el sistema capitalista el obrero no puede trabajar por sí; es apenas trabajador en potencia, porque necesita del capitalista que pone la empresa para poder desarrollar su condición de tal; y tampoco puede realizar un acto creador sino una actividad rutinaria y mecánica que le produce infelicidad, porque dentro de la fábrica el obrero no es un ser individual y creador, sino un músculo de ese obrero colectivo que es el taller todo. Como el trabajo, la mercancía constituye una categoría central en el pensamiento marxista. Con su trabajo crea el obrero mercancías con las que no se identifica, porque sólo participa en la elaboración de una porción y no en la de su totalidad, que constituyen un mundo de riquezas que no puede adquirir dado lo magro de su salario. Vivir le exige hacer uso de ciertas mercancías imprescindibles,que no puede producir debido a su trabajo; y como el salario que percibe está calculado en base a esas mercancías básicas requeridas por él y su familia, resulta que todo su núcleo apenas puede alcanzar el nivel de la mera supervivencia: y, por tanto, el obrero está despersonalizado y es sólo fuerza de trabajo. Como vive en casuchas miserables, no puede educar a sus hijos ni disfrutar del tiempo libre y de las bellezas que el mundo le ofrece; y en su condición de padre de familia es apenas procreador de fuerza de trabajo, porque sus hijos están condenados a vivir con iguales limitaciones. De ahí su situación de alienación: en el sistema capitalista el obrero no puede ser considerado una persona, porque no puede desarrollar las potencias que requiere tal condición. El sistema apenas le permite nacer, vivir, procrearse y morir como fuerza de trabajo. También el capitalista se aliena, porque vive para ganar dinero y toda su vida gira en torno a ese bien y a las mercancías creadas, que no son apreciadas por su belleza o utilidad, sino por el status que genera su posesión. La naturaleza pasa en este sistema a una condición subordinada, pues es depredada en beneficio del Capital. En realidad, la alienación de todos los hombres ocurre porque el sistema todo gira en torno al Capital, que ha cobrado fuerza propia, y ha sustituido al valor hombre. Es en esa época cuando el hombre vale por lo que tiene, y no por lo que es. La Alienación se inicia en el sistema económico-social, pero se extiende a los demás planos de la vida. Se produce la Alienación Política, pues el Estado es una entidad que permite el dominio de los dueños del capital sobre el resto de la sociedad, con lo cual se desvirtúa la idea teórica de la organización política, que es el logro del bien común público. Se produce la Alienación Religiosa, porque esa situación de infelicidad lleva al hombre a buscar en un mundo situado más allá de la vida y de la historia, la felicidad que le ha negado en esta vida el sistema de opresión en que vive. De ahí que para Marx -quien toma el concepto del filósofo Feuerbach- el hombre crea a Dios. Y se produce la Alienación Cultural porque los dominadores elaboran un sistema de normas, creencias y valores, que son enseñados a toda la población como los únicos válidos y los que permiten lograr la felicidad de todos; cuando en realidad se trata de un sistema que apunta a la justificación de la situación existente y, por tanto, del sistema de dominio que condena a las grandes mayorías a la alienación. En conclusión, las distintas alienaciones son aspectos diferentes de una misma realidad, que tiene origen y fundamento en la esencia del régimen capitalista, es decir, en la propiedad privada de los medios de producción e intercambio, que permite a la burguesía arrebatar a los trabajadores el fruto de su trabajo. 5. Revolución social. La Revolución Social es el instrumento empleado por las clases dominadas para asaltar el poder y crear una nueva sociedad. Es producto de las contradicciones de clases y de intereses, y se produce cuando la «infraestructura» -o sea la organización económica y social- se modifica y queda desajustada con «la superestructura» -o sea las instituciones políticas, el régimen jurídico, el sistema de normas, valores y creencias-, que se mantiene sin modificaciones y acomodada a la etapa anterior. El desajuste o contradicción infraestructura-superestructura se da por lo siguiente. La Sociedad Burguesa se caracteriza, desde su nacimiento en el siglo XVI, y durante toda la primera etapa del capitalismo industrial (hasta el XIX), por la existencia de empresas individuales y familiares, porque la esencia de la sociedad burguesa residía en la apropiación individual de los bienes de producción. En consecuencia, se elabora todo un sistema normativo y valorativo basado en los principios del individualismo burgués - competencia, libertad de mercado-, y se ofrece a la población y particularmente a las capas bajas con aspiraciones de ascenso, el modelo social del ascenso por la educación y el trabajo. Cuando se produce la revolución tecnológica se entra a la fase superior del capitalismo, en la cual la apropiación privada va desapareciendo y nacen los grandes monopolios supranacionales -ya que sólo grandes empresas tienen la capacidad de inversión que requiere la nueva tecnología-. La «infraestructura», o sea las relaciones sociales y de mercado han cambiado. La «superestructura» permanece invariable, pero sus principios y valores son inaplicables. Ya no hay competencia, ni libertad de mercado, ni posibilidades reales de ascenso para el grueso de la sociedad. Las clases medias - sobre todo en su nivel inferior- se van proletarizando, y sólo quedan dos sectores enfrentados: los propietarios de los bienes de producción y el sector laboral en pleno. Según Marx, ese el es momento en que las contradicciones están más agudizadas y en que puede darse la Revolución Social, con el objetivo de socializar los bienes de producción e instaurar, primero una Dictadura del proletariado y luego una Sociedad Comunista. La Doctrina de la plusvalía ocupa un lugar relevante en la concepción marxista y la justificación de la revolución social. Según ella: el trabajador crea toda la riqueza; el capital no crea nada, aunque es creado por el trabajo. El valor de todas las mercaderías es fijado por la cantidad de fuerzas de trabajo necesaria para producirlas. Pero el obrero no percibe todo el valor que crea su trabajo, sino un salario que, en general, es justamente el suficiente para poder subsistir. La diferencia entre el valor que crea el obrero y el que recibe es la plusvalía. El capitalista se apropia de los frutos del trabajo del obrero. 6. La Sociedad Comunista. Surgiría como un segundo momento, porque luego de la Revolución Social que pone fin al dominio de la burguesía sobre el proletariado, se inaugura una etapa en la cual es el Proletariado el que se impone, con el objetivo de transformar la sociedad: socializando los bienes de producción, reestructurando la educación, reacomodando la estructura política, etc. Recién cuando ello se ha logrado puede la sociedad iniciarse en el Estado Post-estatal, que es el de la sociedad comunista. Las características de esta sociedad son las siguientes: a. El sistema económico se modifica y con él todo lo demás. Desaparece la propiedad privada de los medios de producción, que pasan a ser explotados colectivamente. Como dado el nivel tecnológico se impone la división del trabajo, para evitar la alienación laboral se propone que cada individuo alterne los puestos de producción, programación y dirección, lo cual requiere que toda la población alcance un alto nivel educativo. Al producirse la desalienación del trabajo humano, se concretan las demás desalienaciones. b. El sistema social se modifica al unísono, porque dejan de haber diferencias sociales. Toda la población se ubica en la condición de productores, capaces de desarrollar sus potencialidades, y porque perciben un ingreso que les permite desarrollarse como personas y disfrutar de su tiempo libre. c. El Estado como tal desaparece, porque cesa la de dominación. Se crean instituciones de dirección y de control pero tienen otro carácter, en la medida en que no existen ya clases para mantener en sujeción. De ahí que instituciones como el ejército y la policía sean sustituidas por milicias populares, orientadas fundamentalmente a la defensa nacional. Se prescribe que los funcionarios serían revocables en caso de actuar en contra del mandato de sus representados, lo cual implica que se estructuraría, no una democracia directa, pero sí una democracia representativa con revocación de mandato. A ello se sumaría una amplia descentralización, para reducir al mínimo el aparato del Estado y para potenciar el desarrollo de las regionesmás ex-céntricas. Con eso ocurriría la desalienación política. d. La religión tendería a desaparecer, El hombre se sentiría feliz en este mundo y no necesitaría inventar a Dios y al otro mundo como sustitutos. Y se crearía todo un aparato cultural destinado a mostrar la realidad tal cual es, y no a ocultarla a través de creaciones ideologizadas, como ocurre en las sociedades burguesas. Con ello se produciría la desalienación religiosa y cultural. Esta es, en suma, según la Teoría de la Evolución Socialista: cuando los obreros hayan propinado ya el golpe de muerte al capitalismo comenzará la etapa del socialismo. Este tendrá tres características: la dictadura del proletario, el pago en relación con el trabajo realizado y la posesión y empleo por el estado de todos los medios de producción, distribución e intercambio. Con el tiempo lo sucederá el comunismo que implicará sobre todo una sociedad sin clases, el estado desaparecerá y será sustituido por asociaciones voluntarias que emplearán los medios de producción y satisfarán las necesidades sociales. Pero la esencia del comunismo es la retribución de acuerdo con las necesidades. Críticas al Marxismo. Las críticas que le hacen los pensadores no marxistas como Arturo Ponsati a la concepción marxista, son las siguientes: 1. El Marxismo pretende ser una teoría científica y toda ciencia hace afirmaciones verificables, con sustento en la realidad. Pero el marxismo parte de una afirmación inverificable, como el hecho de que todo, incluso el espíritu humano, surge de las estructuras materiales. 2. Es también cuestionable la absolutización del factor económico-social como motor del proceso histórico que determina de modo que la evolución de las sociedades derive siempre de las modificaciones en los sistemas de producción. Es cuestionable porque las sociedades constituyen conjuntos en los cuales los factores económico-sociales, políticos y culturales interactúan, se interinfluyen, por lo cual es aventurado reducir todo el proceso a un solo factor; y también establecer una dependencia estricta de la superestructura a la estructura. 3. La concepción determinista del proceso histórico marxista conlleva contradicciones y errores. La contradicción reside en que se plantea que las sociedades pasan inexorablemente por una serie de etapas, de modo que el hombre carece en lo profundo de libertad y se ve limitado en su accionar a acelerar o retardar el proceso; pero por otro lado el marxismo, sobre todo en su variante leninista, le asigna gran importancia a la praxis política. El error reside en la sobre-importancia que se le asigna a la lucha de clases como motor de la historia. Es cierto que en todas las etapas hubo grupos sociales en conflicto y que los enfrentamientos entre ellos son causas de cambio. Pero el marxismo le atribuye a las contradicciones sociales de los estadios pre-capitalistas la misma importancia que en el período capitalista, lo cual no se ajusta al desenvolvimiento de lo real. 4. La concepción que tiene del Estado, como instrumento de dominación de una clase por otra, es una interpretación parcializada derivada del error precedente. Es una generalización abusiva. El Estado es una necesidad social, derivada del hecho de que la convivencia humana requiere de un orden, de una relación de mando y obediencia, tendiente a que el conjunto social se oriente hacia un fin común, al que no podría dirigirse sin una jefatura que señale esos fines y oriente al conjunto en pos de él. La tergiversación de esa función del Estado es algo que en efecto se ha dado históricamente -ya Aristóteles elabora una tipología de gobiernos, según cumplan o no con su deber de cuidar del bien común público- pero sin duda ha habido Estados que han cumplido con su función de integración. Por otro lado, no sólo ha habido en la historia conflictos sociales, sino que los enfrentamientos de raíz política o religiosa, han sido a menudo mayores en número y más agudos. 5. Otro factor que evidencia la falta de cientificidad del marxismo, es su planteamiento de tipo escatológico sobre que al producirse el orden comunista, cesaría la lucha de clases. Se trata de un aserto acientífico porque Marx considera que la dialéctica es el modo como se comporta la materia; y si desaparece la lucha de clases el principio dialéctico deja de actuar, y por tanto no sería un principio necesario e inmanente a la materia, sino contingente y circunstancial. 6. El cese de la lucha de clases implicaría el fin de la evolución histórica, lo cual es históricamente inaceptable. Tal planteamiento supone la secularización de las creencias escatológicas propias del judaísmo y del cristianismo, acorde con la versión «milenarista». Esta era una concepción que a lo largo de los siglos sustentaron algunas sectas cristianas y judías, que afirmaban que al final de los tiempos devendría el Reino de Dios sobre la tierra. 7. Por último, el marxismo comparte con la Teoría del Progreso Indefinido la creencia en la bondad natural del hombre, que no sólo es ingenua sino totalmente acientífica, por no ser verificable. Es una hipótesis de trabajo, no una verdad científica. Y Marx la plantea como tal, porque sustenta todo su andamiaje en la idea de la alienación como situación corruptora del hombre Uno de los tipos de socialismo que ejerció mayor influencia fue el llamado socialismo científico de Carlos Marx (1818 – 1883). 4.-El Sindicalismo Otra de las grandes doctrinas filosóficas radicales originadas por la revolución industrial es el Sindicalismo, cuyo exponente principal fue Jorge Sorel (1847 – 1922). El Sindicalismo demanda la abolición del capitalismo y del estado y la reorganización de la sociedad en asociaciones de productores. Es similar al Anarquismo en su rechazo al Estado, pero mientras el anarquista pide la abolición de la fuerza, el sindicalista desea mantenerla aun después de haber sido destruido al Estado. Semeja también al Socialismo, ya que ambos apoyan la propiedad colectiva de los medios de producción, pero en lugar de hacer del estado el propietario y administrador de los mismos, el Sindicalismo desea que delegue esas funciones en las asociaciones de productores. Hacia fines del siglo XIX, a medida que se imponía la Democracia Liberal en algunos países, se empezaron a difundir las ideas nacionalistas en otros. En general en Europa Occidental se alternaron gobiernos demo-liberales y nacionalistas: y mientras los primeros bregaban por los derechos individuales y las libertades políticas, los segundos se esforzaban por lograr el engrandecimiento del Estado. A medida que los intereses económicos nacionalistas se fueron imponiendo, se fue modificando el orden económico nacional e internacional, y las potencias europeas –como veremos- empezaron a realizar una activa política imperialista, que llevó al reparto del mundo y a la primera guerra mundial. 5.- El Nacionalismo El Nacionalismo tuvo como sustrato filosófico al Romanticismo, a diferencia de las ideologías estudiadas precedentemente -liberalismo, las democracias y también el socialismo-, que tuvieron un fundamento racionalista y derivaban de la Ilustración. El Romanticismo, en contraste con el Iluminismo, privilegió la emoción sobre la razón. Sostuvo que el hombre era un ser esencialmente emocional, no racional y, a decir de sus teóricos, manipulable en base a símbolos y emociones. Esta idea filosófica reivindicó la revalorización de la cultura y las lenguas tradicionales, el redescubrimiento del folklore, la puesta en escena del estilo campesino de vida, con su sencillez, su ascetismo, su raigambre ancestra. El Romanticismo tuvo distintos momentos, con ciertas diferencias entre ellos. En consecuencia el Nacionalismo, que derivó de esta concepción filosófica, fue un movimiento complejo que también adoptó formas diversas. Así, empezó sosteniendoideales humanistas y liberadores, pues a los derechos de origen liberal agregó uno más: el de las nacionalidades dispersas a constituirse en Estado. Más adelante, sin embargo, el contenido del Nacionalismo fue cambiando de esencia, y desembocó en la idea de que el Estado era la entidad a la cual todo lo demás –individuos y bienes- debían someterse. Esta concepción ideológica estuvo en la base de las guerras mundiales, y terminó justificando los mayores crímenes contra la humanidad. Por eso un autor declara que el nacionalismo nació como la bella durmiente y terminó como el monstruo de Franckenstein. El proceso de desarrollo del concepto “nacionalismo” comprende claramente distintos momentos: el nacionalismo como sentimiento, el nacionalismo tradicionalista, el nacionalismo autoritario y, ya en el siglo XX, el nacionalismo totalitario. Su punto de partida fue la reelaboración del contenido de la idea de “nación”, a la luz de los principios instalados por el Romanticismo. A) El Nacionalismo como sentimiento Las Ideas de “Nación” desarrolladas a partir del siglo XVIII fueron dos: “nación política”, de base Iluminista, y “nación cultural”, de fundamento Romántico. La idea de “nación política” se gestó en el siglo XVIII, desarrollada por los revolucionarios liberales de la revolución francesa de 1789. La Nación –para los liberales del siglo XVIII y principios del XIX- era el conjunto de individuos que compartían el sentido de pertenencia al Estado en el cual vivían, formado por vivir en un territorio determinado, bajo el mismo gobierno y las mismas leyes, recibir una educación semejante y hablar la misma lengua. En esta perspectiva, la Nación era construida por el Estado. Esta idea fue adoptada por los países que desde el siglo XVI eran Estados-Nación, y también por los países nuevos, recién descolonizados y de fuerte inmigración, como los de América Latina. Los miembros de los Estados Liberales se sentían nacionalistas porque compartían un sentimiento colectivo, un orgullo nacional próximo al “patriotismo”, derivado del hecho de tener una cultura común, identificarse con una bandera, un himno y los demás símbolos de su Estado. La idea de “nación política” era un concepto asociativo y no expulsivo: los inmigrantes que se integraran, pasaban a formar parte de la Nación. Esta idea fue rechazada por los ideólogos del Nacionalismo. En Argentina el concepto nacionalismo estaba aún ligado a lo liberal a mediados de siglo XIX, y fue sustentado, entre otros, por Bartolomé Mitre. Éste, cuando se produjo la división del Partido Liberal en dos, el Autonomista y el Nacionalista, encabezó el Nacionalista, porque buscaba la unidad nacional del territorio argentino, pero organizado institucionalmente sobre bases liberales, y pretendía que, a través de la educación, se generara el sentimiento de nacionalidad. Lo nacional era pues, en principio, un sentimiento, sin componente ideológico, y dada la época, compatible con el liberalismo. La idea de nación cultural, derivada del Romanticismo, se gestó a principios del siglo XIX, en los países sometidos a Napoleón –en particular en Germania-, pero después fue acogida por otras regiones. Rechazaron la idea liberal que identificaba la nación con la comunidad política del estado, cuya identidad se construía a posteriori de la unidad política; y, en contrapartida, postularon el componente étnico-lingüístico2 como elemento fundante de la identidad. Estos nacionalistas sostuvieron que, mientras la comunidad política era mudable en el tiempo, la comunidad de cultura era perenne e inmodificable por estar consustanciada con la raza y con la tierra. En consecuencia, consideraban la conjunción raza-cultura-tierra como una especie de entidad metafísica que imbuía a los miembros de la sociedad de un espíritu particular y le daba unicidad a las sucesivas generaciones en un todo orgánico. La aplicación del principio de “nación cultural” impulsó luchas reivindicativas y dio vida a nuevos estados; pero la organización institucional que ellos adoptaron varió a lo largo del siglo XIX. 1) Hasta 1870 los nuevos estados se constituyeron en base a las ideas liberales. En consecuencia, dictaron constituciones monárquicas limitadas, con un Poder Ejecutivo compartido por un Rey y un Ministerio que era responsable ante las Cámaras Legislativas, además de un Poder Judicial independiente. La constitución garantizaba los derechos liberales clásicos. Dentro de estos moldes entran casos distintos: a. Bélgica –que nació como Estado en 1830, cuando por una revolución se separó de Holanda, a la cual había sido unida arbitrariamente en tiempos de la Restauración Absolutista. b. Piamonte Cerdeña, ubicada en el N.O. de Italia, que se constituyó en estado liberal con la revolución de 1848, y se dio una constitución aceptada por la Dinastía gobernante: la Casa de Saboya. Esta Monarquía adhirió a la fórmula de Mazzini de “hacer de cada nación un Estado”; y mediante guerras y plebiscitos, bajo la dirección civil del Ministro Cavour y la militar de Garibaldi, lograron en 1870 la unidad italiana. Así nació el Reino de Italia3. Entonces, aplicando otra idea de Mazzini: hemos hecho Italia, ahora debemos hacer los italianos, extendieron a todo el reino la lengua de Florencia, que era la lengua culta usada en toda la literatura, y que a partir de entonces se transformó en la lengua de la documentación oficial, y del mundo escolar y laboral: el “italiano”. 2) En 1870 también nació el Imperio Alemán, mediante la unificación de los principados, reinos y ciudades estados de Germania4. El proceso fue hegemonizado por 2 Se utiliza el concepto de etnia en su sentido más amplio, como comunidad subracial portadora de una cultura particular, con sus tradiciones, su religión, su lengua. El papel significativo que ocupa este último elemento dentro del conjunto cultural, lleva a la construcción del concepto étnico-lingüístico. 3 Italia en el siglo XIX estaba dividida en reinos y ducados independientes (los ducados de Módena, Parma, Toscana, el Reino de las Dos Sicilias y los Estados Pontificios), y zonas sometidas al imperio austro-húngaro (el Lombardo-Véneto). Cada zona hablaba una lengua diferente. En el proceso de unificación se destacó la acción militar de Garibaldi y sus “camisas rojas” en el sur. En 1861 se unificó gran parte del territorio. En el transcurso de la década del ’60 se concretó la expulsión de Austria del N.E. de Italia, que permitió la anexión del Véneto en 1866; y con el dominio de Roma –capital de los Estados Pontificios hasta entonces- en 1870 se completó la unificación. 4 Por ejemplo, los reinos de Baviera y Sajonia, además del de Prusia, los ducados de Hesse Kassel y Hesse Darmstadt, la ciudad libre de Hannover. Una vez concretado el proceso de unificación, que concluyó luego de la guerra con Francia en Prusia. El principio que se aplicó fue el de “nación cultural” en su sentido más pleno, o sea teniendo en cuenta el principio étnico en forma estricta. Por eso Austria –región también germana- no fue aceptada dentro del nuevo estado, porque era un imperio –el Imperio Austro Húngaro- que abarcaba diversos grupos étnicos: germanos, húngaros o magiares, eslavos, italianos; y triunfó el ideal de la “pequeña Alemania”, que implicaba menos territorio, pero sólo población gemana. El Imperio Alemán o 2° Reich tuvo un gobierno monárquico, a cargo de Federico Guillermo y su ministro Bismarck, que implementaron un régimen fundado en el Nacionalismo Autoritario. 3) El movimiento paneslavo, por su parte, a diferencia de los casos anteriores, generó un movimiento centrípeto, pues condujo a la segregación de los imperios, como el Imperio Turco y el Imperio Austro-Húngaro. Así nació el Estado Serbio, cuyo accionar terminó constituyendo la causaaccidental o inmediata del estallido de la primera guerra mundial. A partir de 1870, o sea a partir de la constitución del Imperio Alemán por el Reino de Prusia, la idea de “nación cultural” fue usada para sentar las bases de nuevas ideologías, ambas con componentes antiliberales y xenófobos: el Conservadurismo Tradicionalista y el Nacionalismo Autoritario. B) El Conservadurismo Nacionalista (o Tradicionalista) Fue sostenido por las élite políticas y económicas, que en la primera mitad del siglo habían sido liberales, pero empezaron a girar hacia la derecha tradicionalista, con componentes autoritarios y xenófobos, cuando el proceso de modernización, entusiastamente sostenidos en sus comienzos por esas mismas elites, empezó a producir consecuencias no esperadas y no deseadas, que operaban en contra de sus intereses. Causas del Conservadurismo. Las causas del giro a la derecha tradicionalista (o conservadurismo tradicionalista) de las elites políticas y económicas fueron sociales, culturales y políticas. a) La movilización social, el ascenso de sectores nuevos y la formación correlativa de una contra-elite5 cuyas demandas, como la ampliación del derecho de sufragio, hacía peligrar el monopolio político de la elite; b) La afirmación de un proletariado que, enarbolando banderas anarquistas y socialistas, luchó por las reivindicaciones específicas de su clase, hecho preocupante porque afectaba al poder económico de la elite. c) La modificación del sistema de valores, pues produjo la difusión de los valores individualistas, materialistas y cosmopolitas que acompañaban al desarrollo del capitalismo. Y, aunque las elites de hecho eran quienes más se habían identificado 1870, se impuso a todo el territorio la lengua de Hannover o Alto Alemán, para darle unidad cultural al nuevo reino. Las antiguas lenguas de cada región se transformaron en dialectos, empleados a nivel local y doméstico. 5 Se denomina contraélite a la dirigencia “sin acceso al gobierno, que forma parte del sistema político sin estar integrada a él, y que podría canalizar el descontento y la violencia política dirigiéndolos hacia un cambio de sistema”. Ibídem, p. 66. con ese nuevo sistema de valores, empezaron a criticarlo cuando se hizo extensivo a los demás sectores sociales. Este panorama llevó a los grupos de poder, en alianza con los sectores medios y bajos desplazados y por tanto empobrecidos por aplicación del proceso modernizador –artesanos por ejemplo-, a reivindicar los principios desarrollados por el Romanticismo en el siglo anterior: la revalorización de la cultura y la lengua tradicionales, el redescubrimiento del folklore, la puesta en escena del estilo campesino de vida, con su sencillez, su ascetismo, su raigambre ancestral6. En Europa estos sectores hicieron una reivindicación del estilo tradicional “corrompido” por los extranjeros, llegando a una cierta xenofobia, motivada por el importante movimiento inmigratorio vivido hacia mediados del siglo por amplias zonas de Francia y España En Francia se produjo un importante racismo antisemita. Se propició como defensa el estímulo a través de la educación del amor a la patria y a la tierra, la exaltación de la propia comunidad frente a la amenaza foránea, la preservación de la raza y de la lengua, el rastreo y recreación de la cultura ancestral, la adhesión a la religión, la revalorización de las instituciones que representaban el acervo tradicional de la patria, como el ejército y la iglesia. En contrapartida a este nacionalismo, empezaron a surgir regionalismos7 que cobraron potencia en el siglo XX. En los llamados “estados nuevos” –como los americanos- la cultura y la lengua se habían construido por un proceso de mestizaje entre las nativas y la española colonizadora. Al ocurrir la descolonización se mantuvieron, diferenciadas por el peso de la población indígena de cada país.8 Pero la inmigración del siglo XIX generó cambios en la lengua y las costumbres, en particular en países de alta inmigración y que vivían en proceso de modernización, como Argentina9. La sensación de amenaza que había llevado en Europa a reivindicar lo propio, movilizó a las elites argentinas, cuyos voceros plantearon la necesidad de purificación de la lengua nacional. Esa cierta actitud de xenofobia hacia el conglomerado inmigratorio ocurrió a principios del XX, y se concretó en obras como La Restauración Nacionalista de Ricardo Rojas y El Diario de Gabriel Quiroga de Manuel Gálvez. Las elites argentinas adoptaron el estilo defensivo señalado en el caso 6 Este proceso de reafirmación de lo nacional dirigido contra el universalismo modernizador, puede asemejarse a los movimientos anti-globalización actuales. 7 Los regionalistas en principio reivindicaban su lengua y cultura originales, tales como el catalán y el vasco, desplazados cuando el gobierno, con intención unificadora, les impuso el castellano. Estos regionalismos empezaron a despertar hacia 1850, y se concretaron hacia 1880 y 1894 respectivamente. En Hobsbawm, op. cit., pág. 117. Las lenguas locales habían subsistido en el ámbito privado, pero quienes no adquirían la lengua nacional quedan retrasados en lo educacional y laboral, donde imperaba la lengua oficial. El mayor aislamiento lo vivían las mujeres, pues por su reclusión al ámbito privado no aprendían la lengua nacional. Este último caso se vive aún hoy en otras regiones, como las zonas quichuistas de Perú – casos de Cuzco y Tinta-, donde con asistencia extranjera se están instrumentando proyectos para incorporar a las mujeres, por el aprendizaje del castellano y su inserción en el campo docente, en el circuito cultural y productivo 8 La potencia cultural está en estrecha relación con el número de pobladores que la porta, puesto que la cultura es una construcción abstracta que vive en la mente de los individuos, y se concreta en su accionar. 9 Ver al respecto el artículo de Julio M. Aguirre, “La influencia de la inmigración en el idioma de los argentinos”. En La Inmigración en la Argentina. Publicación del Centro de Historia y Pensamiento Argentinos, Fac. de Filosofía y Letras, U.N.T. Tucumán, 1979. de Francia. De ahí la gran valoración que empezaron a vivir dos instituciones, como reservorio de la moral y los valores tradicionales: Ejército e Iglesia. Características del Conservadurismo Las características del Conservadurismo Tradicionalista, con sus componentes autoritarios y nacionalistas, y antagónico con los principios básicos del liberalismo y a la democracia liberal, fueron: a) La reafirmación del elitismo, de las jerarquías y el desdén hacia las muchedumbres, aunque no explícito sino escondido bajo el paternalismo, en contraste con las pretensiones igualitarias y participativas propias del liberalismo y la democracia liberal. b) El fortalecimiento de los poderes ejecutivos y el consecuente debilitamiento de los parlamentos, que respondían al principio de representación del liberalismo y la democracia liberal. c) El planteo de una reforma social con ribetes paternalistas, dentro de un orden que garantizara el respeto de las jerarquías tradicionales y de las autoridades constituidas – que preanunciaba el tipo de reformas postuladas desde el fascismo. Era un cambio mediante reformas, desde arriba, destinado a frenar todo intento de cambio impulsado desde abajo por presión de los grupos socialistas, considerados disolventes. Esta fue la respuesta frente a las presiones de los proletarios y campesinos pauperizados, y para frenar todo intento revolucionario. d) La difusión de un sentimiento pesimista, que fue llevando al abandono de la teoría del progreso indefinido, caracterizada por el optimismo. Ese pesimismo fue provocado en cada paíspor sus cuestiones nacionales. Tal el caso de España, donde se difundió la onda pesimista por la frustración del Sexenio liberal y la pérdida de Cuba.10 Se analizaron los procesos históricos para determinar las causas de la decadencia, tanto de los estados como de la civilización occidental en su conjunto. Y fueron señalados como causales: a) La sustitución de los valores particulares por las abstracciones universales, del espiritualismo por el materialismo, de los estilos de vida tradicionales por el cosmopolitismo; b) La invasión de ideologías ajenas a la nacionalidad; c) la afluencia de extranjeros. Toda elite política tiene distintos componentes, de entre los cuales los intelectuales y formadores de opinión constituyen, según Althusser, los “aparatos ideológicos del Estado”11 En la Argentina, los ideólogos de este Conservadurismo Tradicionalista fueron los intelectuales provenientes del interior, en particular de las provincias del norte, que sufrieron en Buenos Aires el impacto del cambio cultural: la multitud de voces extranjeras, el materialismo generado por el cambio económico y, en particular, por el accionar sindical. Ante esta amenaza, adoptaron posiciones antiliberales, anti-positivistas y anti- 10 En Francia el pesimismo se debió a la derrota de la guerra franco-prusiana –que produjo la pérdida de Alsacia y Lorena y la caída del Imperio de Napoleón III- y el fracaso del intento de conquista de Méjico. 11 Althusser, Louis: Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado. Ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 1988. cosmopolitas, y propusieron leyes de expulsión de las minorías radicalizadas cuyas ideologías eran “ajenas al sentir nacional”12. Aunque con diferentes matices, Manuel Gálvez y Benjamín Villafañe fueron representantes de esta corriente, que sustentaría, desde lo cultural, el primer golpe de estado en Argentina C) EL NACIONALISMO AUTORITARIO El Nacionalismo como ideología autoritaria, opuesta al liberalismo y a la democracia liberal, se desarrolló a partir de 1870 y penetró el mundo occidental hasta terminada la primera guerra mundial, de la cual fue una fuerte causa. Fundamentos teóricos a)- El nacionalismo cultural, que priorizaba como componentes cohesivos de una nación a las tradiciones, la tierra, la etnia, la lengua. b)- El determinismo racial de Gobineau, que planteaba la existencia de una raza superior -la blanca-, creadora de la ciencia y la cultura, destinada a dominar a las razas inferiores, que debían ocuparse de las tareas sociales subalternas. Esta teoría condujo al racismo, o política de discriminación y subordinación racial, que está en la base de los imperialismos porque los justifica; c)- La psicología social de Le Bon, según el cual la civilización no había impulsado el desarrollo de un comportamiento colectivo racional -como decían los liberales-, sino que, por el contrario, había incentivado el comportamiento irracional propio de las muchedumbres, a las cuales consideraba sensibles a los símbolos y a los mitos más que al discurso racional y, por tanto, manipulables emocionalmente. Características, principios y realizaciones. El Nacionalismo se desarrolló como reacción frente a lo que consideraban debilidades del Estado Liberal. Algunas lo eran, como la explotación laboral; pero ellos condenaban sus consecuencias: la organización sindical, las luchas reivindicativas, las migraciones de pueblos y, en particular la inmigración que “alteraba la raza”. También rechazaban el creciente secularismo del Estado y las pretensiones populares de mayor igualación y participación. Su núcleo lo constituyeron los países de reciente unificación nacional o consolidación, que intentaban el afianzamiento de la revolución industrial y buscaban defenderse de la competencia inglesa, razón por la cual tendieron a instrumentar políticas proteccionistas. Fueron sus principios y realizaciones: 1)- La idea de nación-persona frente a la de individuo-persona propia de los liberales, lo cual se tradujo en el reforzamiento del poder del Estado. Se postuló la supremacía del Estado sobre el individuo, y del bien común sobre los bienes particulares, lo cual en los 12 Se usan en este trabajo en forma intercambiable los conceptos “conservadurismo nacionalista” y “tradicionalismo nacionalista”, porque el tradicionalismo es siempre conservador. Hay otras formas de conservadurismo, como el conservadurismo liberal, importante sobre todo en Francia en el siglo XIX. hechos produjo el debilitamiento de las libertades individuales, que no fueron conculcadas pero sí restringidas. Tales los casos de: a)- La libertad de prensa, cuyas críticas fueron consideradas un atentado contra el poder estatal y, por tanto la nación, y llevó a persecuciones y cierres de periódicos; b)- La igualdad frente a la ley, pues quienes pertenecían a etnias minoritarias –como los judíos- o a grupos políticos radicalizados – como anarquistas y socialistas- recibieron un trato diferencial, pautado por la idea subjetiva de que constituían una amenaza, pues atentaban contra el bien de la nación. El caso emblemático en este sentido fue el affaire Dreyfus, en Francia; c)- Las garantías individuales, porque la razón de Estado justificaba su debilitamiento e incluso su abrogación. 2)- La idea de la soberanía de la nación como globalidad, frente a la soberanía popular –del conjunto de los individuos-, que se correspondía con la idea de la nación- persona. Eso se tradujo en un reforzamiento del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo, pues en esta concepción, mientras este poder era la sede de la representación individualista, el Ejecutivo era el símbolo y portavoz de la nación13. Reyes o Presidentes asistidos por ministros fuertes –caso de Bismarck en Alemania- buscarán debilitar los controles parlamentarios, lo cual significó silenciar las voces de oposición. Aunque todavía existían partidos políticos, los de oposición se vieron obstaculizados en su accionar. 3)- La jerarquización de lo político sobre lo económico, lo cual implicó colocar la economía al servicio del engrandecimiento del Estado. Para eso se aplicó una política económica “dirigista”, “proteccionista” o “estatista”, conocida como Neomercantilismo, porque actualizaba los principios del Mercantilismo de la edad moderna. Fueron sus características: a)- La restricción de las libertades económicas de producción y de comercialización, porque todas las actividades económicas fueron estimuladas en función de los intereses del Estado; b)- La prohibición de huelgas o cualquier tipo de protesta laboral, porque como provocaba una reducción de la producción, afectaba los intereses del Estado; c)- El intervencionismo en la relación patrón-obrero para evitar la explotación deshumanizada, generadora de conflictos sociales. Su objetivo declarado era la conciliación de clases. c)- El aumento de los derechos aduaneros para proteger las industrias nacionales de la competencia de los países más industrializados, que tenían una producción más competitiva por su mayor calidad y menor costo. 4)- El engrandecimiento del Estado, que buscó expandir sus fronteras. Como consecuencia ocurrió una intensa expansión colonial, para solucionar el problema de la carencia o escasez de materias primas y para adquirir mercados cautivos, o sea zonas cuyos habitantes fueron compradores obligados de los productos de la metrópoli. Se produjo así el "reparto del mundo", pues los europeos se expandieron por África y Asia. 5)- La reivindicación del derecho de los grupos a integrarse en Estados Nacionales, pues sostenían la idea de la “nación étnica” en sustitución de la de “nación cívica” de origen liberal. Esta idea produjo exclusiones en los países en los cuales se consideróque 13 En el siglo XX el Nacionalismo totalitario exacerbará esta figura, y el líder será considerado “encarnac ión del espíritu nacional, razón por la cual su autoridad no podía tener límites. sólo los étnicamente nacionales tenían podían disfrutar de los derechos individuales, y se desconfiaba y perseguía a las minorías nacionales. Los grupos más perseguidos fueron los judíos y los gitanos; pero se usó igual pretexto para silenciar opositores. La contradicción de la idea de la revalorización de lo nacional radicó en que se aplicaba sólo en el propio país; pero, para favorecer al Estado, se recaía en la conquista colonial, con lo cual se contradecía el principio sustentado. Cuando este ideal, que fundamentó el movimiento pan-eslavo afectó a los Imperios Centrales –formación de Serbia y acciones en Bosnia- estalló la 1° Guerra Mundial. 6)- El Racismo, y en particular el antisemitismo. Se sustentó en la teoría del Determinismo Racial, que postulaba la superioridad de la raza blanca sobre las demás (negros y amarillos). La confusión entre los conceptos de raza y etnia llevó a la justificación del antisemitismo (en realidad, anti-judaísmo). Esta teoría y la del Determinismo Geográfico sirvieron para justificar la ocupación colonial, matizada con la idea de la misión del hombre blanco: el blanco tenía el deber de elevar culturalmente a los demás pueblos, transmitiéndoles su cultura. Valoraciones del Nacionalismo. En el plano político el Nacionalismo fue explícitamente antiliberal, antiparlamentario y antidemocrático, por considerar que el individualismo que está en la base de esas propuestas teóricas y sistemas políticos, habían debilitado al Estado. En su obra Naciones y Nacionalismo, Ernest Gellner sostiene: “Hablando en términos generales, la ideología nacionalista está infestada de falsa conciencia. Sus mitos trastocan la realidad: dice defender la cultura popular, pero de hecho forja una cultura desarrollada; dice proteger una antigua sociedad popular, pero de hecho ayuda a levantar una anónima sociedad de masas. (La Alemania pre-nacionalista estaba formada por una multiplicidad de comunidades auténticas, muchas de ellas rurales. La Alemania unida pos- nacionalista fue una sociedad de masas y preponderantemente industrial). […] Predica y defiende la diversidad cultural, pero de hecho impone la homogeneidad tanto en el interior como, en menor grado, entre las unidades políticas. [...]”14. “El nacionalismo es una teoría de legitimidad política que prescribe que los límites étnicos no deben contraponerse a los políticos [...]” (Gellner: 1991; 14). Sin embargo “el principio que predica que la base de la vida política ha de estar en la existencia de unidades culturales homogéneas y que debe existir obligatoriamente unidad cultural entre gobernantes y gobernados no es algo natural, no está en el corazón de los hombres y tampoco está inscrito en las condiciones previas de la vida social en general; tales aseveraciones son una falsedad que la doctrina nacionalista ha conseguido hacer pasar por evidencia” (ibidem; 162). El nacionalismo “como ideario, puede apoyarse en varios buenos argumentos, tales como la conveniencia de salvaguardar la diversidad de culturas” (ibidem; 14), con cuya aplicación desaparecerían las tensiones causadas por la homogeneización cultural. Pero, 14 E. Gellner (1991) Naciones y Nacionalismo. Buenos Aires, Alianza, p. 161. en los hechos, este principio sólo lo aplicaron los estados nacionalistas en beneficio de la etnia dominante. A menudo “el nacionalismo no ha sido en la realidad ni tan afablemente razonable ni tan racionalmente simétrico”. Quizás se deba a que la parcialidad es –como creía Kant- una de las grandes debilidades humanas. Pero lo cierto es que esa parcialidad fue tan fuerte en los nacionalistas, que miraron sólo por su propio interés, que llevó a que los italianos, con Mussolini, hablaran del sacro egoísmo del nacionalismo (ibídem, 14). En general, los nacionalistas no son sensibles a los excesos que sus gobiernos y ellos mismos cometen sobre grupos diferentes. Carecen de empatía: no pueden colocarse en el lugar de los perseguidos. El principio de las nacionalidades, llevado al extremo, es imposible de sostener. Hay “muchos estados nacionales potenciales”, múltiples grupos étnicos con expectativas de convertirse en estados independientes, pero se considera que no podrían subsistir económicamente. Además, ningún territorio es étnicamente homogéneo. Por lo tanto, “una unidad política territorial sólo puede llegar a ser étnicamente homogénea, exterminando, expulsando, (o) asimilando a todos los no nacionales” . Esas políticas de exclusiones, persecuciones y exterminio a los sectores diferentes étnica y políticamente, fueron la característica del nacionalismo del siglo XX. Consecuencias de la aplicación del Nacionalismo en Economía y Política Internacional: difusión del Proteccionismo, Imperialismo y Militarismo La implementación de las ideas nacionalistas y la internacionalización de los intereses capitalistas, produjeron un importante cambio en la política económica de los estados y en las relaciones internacionales. 1. El Proteccionismo Económico fue la política económica que se fue implementando, a medida que los Estados supeditaban la política, a los intereses de la expansión capitalista y de la internacionalización del comercio. Los industriales reclamaron a sus gobiernos una política de protección de su mercado interior de la competencia extranjera, a fin de preservar su incipiente desarrollo –en algunos casos- y su producción industrial e incluso agrícola. Es así como en todos los países la política económica librecambista fue retrocediendo, a medida que se restauraba el proteccionismo. Así, Así, las tarifas aduaneras se esgrimieron como armas de coacción política, estableciéndose verdaderas guerras de tarifas entre Francia e Italia (1887-89), Alemania y Rusia (1893), Francia y Suiza (1893-95) y Austria y Serbia (1901-11). Este movimiento no sólo se dio en los países de industrialización tardía. En los países de industrialización temprana, como Gran Bretaña, ramas de la economía heridas en sus intereses particulares por la competencia extranjera, se alzaron contra el régimen librecambista. Tal el caso de los agricultores, que pidieron protecciones aduaneras contra la importación de cereales y carnes de América, mientras los industriales, para reservarse el mercado nacional, se declaraban proteccionistas. Gran Bretaña se acomodó a las exigencias de sus agricultores y ganaderos, recién con la crisis de 1930 que quebró el Sistema de División Internacional del Trabajo. Uno de los Estados más perjudicados fue Argentina. El Proteccionismo también se impuso en el plano de la mano de obra. No sólo los industriales pidieron evitar el ingreso de mercaderías extranjeras; los sindicatos bregaron para frenar la inmigración, para evitar que el exceso de mano de obra provocara la caída de los salarios. La población que empezó a rechazarse fue la asiática, sobre todo en EEUU, país muy requerido por este grupo humano. Si bien los americanos habían favorecido el ingreso de europeos, no pasó lo propio con la raza amarilla, por sus diferencias en lengua, religión y costumbres. Además, se trataba de una mano de obra dispuesta a aceptar bajos salarios, lo cual afectaba desfavorablemente a los nacionales. Se cortó la inmigración china y se firmó un tratado en tal sentido con el Japón y puso fin al éxodo. Lo mismo ocurrió en Oceanía, sobre todo Australia y Nueva Zelandia. El Gobierno Inglés, a partir de 1889 hizo una intensa propaganda para retener a su población mediante leyes sociales, o bien encauzarla hacia sus dominios. Canadá fueel país que más los recibió. El Gobierno Alemán, por su parte, se esforzó para que sus emigrantes establecidos en América, se condujeses como colonos en tierra extranjera, es decir, que conservaran su lengua y su sentimiento de nacionalidad. Esto generará la defensa nacionalista en los países receptores. 2. El Imperialismo fue la consecuencia natural del Proteccionismo. Los Estados hicieron una política de expansión colonial y compitieron intensamente para apropiarse de mercados en Asia y en África. Toda África fue repartida entre los países europeos, y también amplios sectores de Asia. Hubo incluso una pretensión colonialista hacia América, protagonizada por Francia, que intentó conquistar Méjico durante la vigencia del 2° Imperio Francés de Luis Napoleón, pero fue derrotado. Cuando hacia el 1900 el reparto del mundo se había completado, se inició la guerra por el traspaso de colonias entre potencias europeas. El liberalismo y la democracia liberal son –por lo menos en teoría- ideologías pacifistas en el plano exterior, porque la paz beneficia los negocios; pero los países liberales se dejaron penetrar por la fiebre nacionalista difundida, máxime porque para algunos sectores económicos –industria armamentista por ejemplo-, la guerra era redituable. En consecuencia, los regímenes liberales actuaron, en política exterior, igual que los nacionalistas. Entre 1895 y 1914, el mundo, ignorante al parecer del peligroso camino por donde lo arrastraba el nacionalismo económico, se dedicó a obstaculizar el libre desenvolvimiento económico, financiero y demográfico, para deslizarse hacia la terrible conflagración. Fue la época de la llamada “Paz Armada” (1870-1914), que terminó con el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). 6.-La Social Democracia y la Democracia Liberal Introducción. El Período que se extiende entre 1870 y 1914 ofrece, en relación a la etapa precedente, una serie de cambios. El orden liberal se fue resquebrajando; y en ello incidieron tanto planteos teóricos como la modificación de las condiciones materiales. En lo político la teoría liberal fue cuestionada, desde perspectivas radicales –como vimos-, como desde otras más compatibles con el liberalismo: la social democracia y la democracia liberal. Ellas señalaban la desigualdad en los derechos políticos, la ausencia de protección a los trabajadores, la falta de equiparación legal entre los géneros. Las carencias económicas condujeron hacia el socialismo a amplios sectores de trabajadores; y ante el avance de sus enfoques más radicales –el anarquismo y el marxismo-, y más tarde, ante el terror que generó la revolución bolchevique de 1917, amplios sectores de la burguesía se dispusieron apoyar las teorías democráticas. Además de dictar las leyes laborales, los Estados de occidente, con distintas modalidades –algunos estados con una sola ley electoral, otros con leyes sucesivas-, entre 1880 y 1918 fueron accediendo a la democracia política y social. En el plano económico, sobre todo a partir de la crisis económica de 1873, se empezó a dudar de la capacidad autorreguladora del mercado y a afirmar que el Estado debía ejercer un papel activo en ese campo. Fue la época en la cual se dictaron leyes proteccionistas, sobre todo en los países de desarrollo industrial más tardío –o sea, los que debían competir con Gran Bretaña, como el caso de Alemania. Se produjo una intensa expansión de las actividades industriales, y también una competencia desenfrenada por obtener mercados. Y como los países centrales se protegieron con barreras arancelarias, se hizo necesaria la apropiación de mercados de consumo cautivos. El Imperialismo fue pues la consecuencia, tanto de la política económica como de las expectativas de los Estados de realizar una política de poder. 6.1- La Social Democracia. La división del marxismo engendró, por una parte, el comunismo revolucionario, y por la otra, el socialismo democrático. La Social democracia (o socialdemocracia ) es una ideología política cuyo objetivo es el establecimiento del socialismo democrático a través de métodos reformistas y gradualistas. También puede definirse como un régimen político que procura un Estado de bienestar universal y la negociación colectiva dentro del marco de una economía capitalista. Es una tendencia política que surgió en la segunda mitad del siglo XIX. Se diferencia de otras concepciones del socialismo por la manera que interpreta el significado e implicaciones de ese término, especialmente en materias políticas. El término socialdemocracia apareció en Francia durante la revolución de 1848 en el entorno de los seguidores del socialista Louis Blanc. Karl Marx lo utilizó en su célebre http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo_democr%C3%A1tico http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_de_bienestar http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_de_bienestar http://es.wikipedia.org/wiki/Negociaci%C3%B3n_colectiva http://es.wikipedia.org/wiki/Tendencia http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo http://es.wikipedia.org/wiki/Francia http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_de_1848 http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo_ut%C3%B3pico http://es.wikipedia.org/wiki/Louis_Blanc http://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Marx obra “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, cuya primera edición se publicó en Nueva York en 1852, para designar la propuesta política del que llama partido socialdemócrata formado tras las «jornadas de junio» por la unión de la pequeña burguesía democrática con la clase obrera socialista. «A las reivindicaciones sociales del proletariado se les limó la punta revolucionaria y se les dio un giro democrático; a las exigencias democráticas de la pequeña burguesía se las despojó de la forma meramente política y se afiló su punta socialista. Así nació la socialdemocracia». El alemán Eduard Bernstein en una serie de artículos publicados en Die Neue Zeit entre 1896 y 1898 y sobre todo en su libro de 1899 “Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia” escribio que en una Alemania a punto de convertirse en la primera potencia industrial europea las predicciones de Marx no se estaban cumpliendo pues ni se vislumbraba el colapso del capitalismo víctima de sus propias contradicciones ni el proletariado vivía en unas condiciones cada vez más miserables. Así pues, Berstein procedió a «revisar» buena parte de las tesis marxistas —como la teoría del valor- trabajo o la de la polarización social entre burguesía y proletariado que haría desaparecer a las clases medias—, y en consecuencia defendió las políticas reformistas para alcanzar el socialismo—, con lo que la contradicción entre teoría y práctica desaparecía. El punto central del debate fue la alternativa reforma o revolución para alcanzar el socialismo. Bernstein defendió la primera, tomando como referencia las ideas de la Sociedad Fabiana —fundada en 1884, y que fue el principal origen doctrinal del laborismo, «la versión británica de la socialdemocracia europea»— que Bernstein conoció durante su exilio en Londres en la última década del siglo XIX. Los fabianos ajenos a la tradición marxista y opuestos a la revolución, defendían alcanzar el socialismo mediante la «extensión gradual del sufragio y la transferencia de rentas e intereses al Estado, no de golpe, sino poco a poco», como escribió en 1889 Bernard Shaw, el fabiano más conocido. Al igual que los fabianos, Bernstein veía la democracia como «el medio para la lucha en pro del socialismo» y la «forma imprescindible de realización del socialismo», mientras que la dictadura del proletariado la consideraba una forma de «atavismo político». En consecuencia, enlazando en esto con Lassalle, no consideraba al Estado como un instrumento de dominación de clase, como sostenía la interpretación marxista «ortodoxa», sino como el «legítimo guardián del interés general de lacolectividad». Bernstein, citando a Engels, decía que el socialismo se lograría a través de una lucha «prolongada, tenaz, avanzando lentamente de posición a posición»,lo que produciría una especie de evolución del capitalismo dado que por un lado: a) Las condiciones económicas no eran las suficientes como para permitir la aparición del socialismo; y b) Que la concentración o acumulación del capital no se había realizado en los términos previstos por Marx, sino por el contrario, se había extendido a través de la generalización de las empresas de capital social. Lo que significaba que en lugar de pauperizar habían mejorado los niveles de vida de amplios sectores de ella y que, por otro lado, la ampliación de la democracia y los logros de beneficios sindicales que esa extensión hacía posible significaba que el proletariado tendría cada vez más derechos a defender y por lo tanto, menos razones para una insurrección. Todo lo anterior "ha revolucionado completamente las condiciones de la lucha del proletariado. Los métodos de 1848 (la referencia es http://es.wikipedia.org/wiki/El_18_Brumario_de_Luis_Bonaparte http://es.wikipedia.org/wiki/Nueva_York http://es.wikipedia.org/wiki/Nueva_York http://es.wikipedia.org/wiki/Jornadas_de_junio http://es.wikipedia.org/wiki/Peque%C3%B1a_burgues%C3%ADa http://es.wikipedia.org/wiki/Peque%C3%B1a_burgues%C3%ADa http://es.wikipedia.org/wiki/Democracia http://es.wikipedia.org/wiki/Clase_obrera http://es.wikipedia.org/wiki/Socialista http://es.wikipedia.org/wiki/Proletariado http://es.wikipedia.org/wiki/Eduard_Bernstein http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Die_Neue_Zeit&action=edit&redlink=1 http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Die_Neue_Zeit&action=edit&redlink=1 http://es.wikipedia.org/wiki/Las_premisas_del_socialismo_y_las_tareas_de_la_socialdemocracia http://es.wikipedia.org/wiki/Las_premisas_del_socialismo_y_las_tareas_de_la_socialdemocracia http://es.wikipedia.org/wiki/Revisionismo_(marxismo) http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_valor-trabajo http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_valor-trabajo http://es.wikipedia.org/wiki/Reformismo http://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_Fabiana http://es.wikipedia.org/wiki/Laborismo http://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio http://es.wikipedia.org/wiki/Bernard_Shaw http://es.wikipedia.org/wiki/Dictadura_del_proletariado http://es.wikipedia.org/wiki/Engels http://es.wikipedia.org/wiki/Evoluci%C3%B3n_cultural http://es.wikipedia.org/wiki/Capital_social al Manifiesto Comunista) son obsoletos en todo sentido". Paralelamente Bernstein argumentaba que la extensión de derechos democráticos a las clases desposeídas - específicamente, el derecho a voto a quienes no son propietarios- cambiaba las reglas de la política: la democracia se había transformado en conquista y herramienta popular y por lo tanto superaba la necesidad de una insurrección y/o guerra civil a fin de instaurar una dictadura del proletariado. Consecuentemente, Bernstein analizaba la posibilidad de transformación del capitalismo al socialismo mediante un proceso de reformas políticas y económicas; la consecución de estas reformas debían figurar en adelante como objetivo prioritario del movimiento obrero, por lo que la confrontación electoral y la presencia parlamentaria de los partidos socialdemócratas se transformaba en método central de avance al socialismo. El momento decisivo se produjo en 1959 cuando el Partido Socialdemócrata Alemán abandonó el marxismo, renunciando a «proclamar últimas verdades», e identificando completamente socialismo y democracia. Así el SPD se propuso crear un «nuevo orden económico y social» conforme con «los valores fundamentales del pensamiento socialista» —«la libertad, la justicia, la solidaridad y la mutua obligación derivada de la común solidaridad»— y que no se consideraba incompatible con la economía de mercado y la propiedad privada. Frente a la aceptación del capitalismo propugnada por el SPD y el resto de partidos socialdemócratas del centro y del norte de Europa, sus homólogos del sur elaboraron una alternativa que llamaron socialismo democrático en la que no renunciaban a alcanzar el socialismo, aunque siempre mediante el respeto a las reglas de la democracia Además, su ideología en temas sociales es equiparable a la del resto de la izquierda Así pues, según los socialdemócratas no existe un conflicto entre la economía capitalista de mercado y su definición de una sociedad de bienestar mientras el Estado posea atribuciones suficientes para garantizar a los ciudadanos una debida economía del bienestar y protección social. En general, esas tendencias se diferencian tanto del social liberalismo como del liberalismo progresista en la regulación de la actividad productiva, y en la progresividad y cuantía de los impuestos. Y esto se traduce en un incremento en la acción del Estado y los medios de comunicación públicos, así como de las pensiones, ayudas y subvenciones a asociaciones culturales y sociales. Algunos gobiernos europeos han aplicado en los últimos años una variante de la Tercera Vía que es un poco más próxima al liberalismo, con un menor intervencionismo y presencia de empresas públicas, pero con el mantenimiento de las ayudas y subvenciones típicas de la socialdemocracia —cuyo principal exponente ha sido el laborista británico Tony Blair. 6.2 La Democracia Liberal Orígenes A mediados del siglo XIX los dogmas políticos del liberalismo, empezaron a cambiar. Desde su surgimiento, el Liberalismo, “era principalmente un movimiento de clase media, http://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_Comunista http://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio http://es.wikipedia.org/wiki/Insurrecci%C3%B3n http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_civil http://es.wikipedia.org/wiki/Dictadura_del_proletariado http://es.wikipedia.org/wiki/Capitalismo http://es.wikipedia.org/wiki/Reformismo http://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Socialdem%C3%B3crata_Alem%C3%A1n http://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_de_mercado http://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_de_mercado http://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo_democr%C3%A1tico http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_del_bienestar http://es.wikipedia.org/wiki/Social_liberalismo http://es.wikipedia.org/wiki/Social_liberalismo http://es.wikipedia.org/wiki/Liberalismo_progresista http://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_mixta http://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_mixta http://es.wikipedia.org/wiki/Tercera_V%C3%ADa http://es.wikipedia.org/wiki/Tony_Blair y […] sus objetivos políticos consistían, primero en garantizar las libertades individuales, y segundo en implantar Gobiernos Constitucionales Parlamentarios bajo la dirección de personas cultas y acomodadas”. Por lo tanto, “se asentaban en un derecho de sufragio rigurosamente reducido a los propietarios; es decir a una minoría relativamente pequeña de la población del país”. Los liberales declarados tendieron paulatinamente y en grado notable, después de 1865, a aceptar y, a veces, a preconizar, una transición del dominio de la Alta Burguesía –junto a la clase media en algunos países-, hacia una democracia política completa. Contribuyeron a tal fin, diversos factores. Uno de ellos fue la lógica de la situación misma, al darse cuenta algunos politólogos y militantes que el principio individualista en que se basaba el liberalismo no podía justificar lógicamente el monopolio de la vida política por una minoría de individuos. Otro factor lo constituyó el desarrollo creciente de la conciencia y la ambición política entre las masas, especialmente entre el proletariado urbano. Esa conciencia se activó con la Revolución Industrial, y fue favorecida por la positiva experiencia vivida en las sociedades obreras y cooperativas y por la sostenida agitación en favor de legislación de mejoras sociales. El sufragio universal masculino se implantó en 1848 en Francia –transitoriamente- y en Suiza. La Tercera República Francesa
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