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19 - Keegan, E La terapia cognitiva Fundamento teórico

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psicología 
Las terapias cognitivas han tenido un desarrollo impactante en las t'dti-
mas cuatro décadas. Su crecimiento, manifestado en las llamadas '\res 
olas", ha sido tan significativo que han tenliinado por convertirse en la 
frnma de tratamiento psicológico más investigada y aplicada en el nm11-
do desarrollado. Como sefütla en el prólogo el Doctor Cory New111a11: 
"la terapia cognitiva se practiea con un lenguaje universal compuesto por 
esperanza, búsqueda de la objetividad, respeto por los pacientes y por su 
contexto social y crecimiento personal". 
Las teorías y los tratamientos cognitivos se han desarrollado en el marco 
del respeto por la investigacióil empírica de sus resultados y procesos. 
Enfati'l,all la resolución de problemas y la transmisión de habilidades al 
paciellte para que éste aprenda a ayudarse a si mismo, con el fin de alca11-
1ar un alivio duradero del sufrimiento humano. 
En este texto se analiz~111 los tratamientos cognitivos así como su 1-elación 
con otros temas centrales en la psicoterapia contemporánea, tales como 
los objeüvos y aplicaciones de los tratamientos psicológicos, la integra-
ción de recursos terapéuticos, el reconocimiento de los Etctores comunes 
de cambio y la reflexión sobre las cttestiones éticas generadas por los nue-
vos contextos de aplicación de los tratamientos psicológicos. 
ISBN 978-950-23-1597-3 
J:mudeba 
www.eudeba.com.ar 9 789502 315973 
.IEl-~iiiWI_ 
EDUARDO KEEGAN 
Esrnnos DE Ps1coTERAl'IA CcGN!TiVA 
presenta un equilibrio perfecto entre arte\' cscructura, ei tre concep-
tuali:ación y técnica. 
"Psicología positin" y"'E11íocfü11i¡C:ogriidóri'en terap a 
son dos artículos que se refieren a una de las piedras a lgulares del 
paradigma cognitivo: la interdependencia entre emoci 511'y cogni-
ción. El descubrimiento de esta relación entre emoción y pensamien-
to ha permitido el desarrollo de una tecnología terapéu1 ica. a la vez 
que un avance teórico que se ha extendido más allá del :ampo de la 
patología mental, para convenirse en un modelo teór co Jesde el 
cual comprender mejor fenómenos como el optimismo y las emocio-
nes positivas. El texto hace un análisis global de la et: ::stión y las 
importantes implicancias que esto ha tenido para el e =unpo de la 
psicología clínica. 
"El papel de las creencias en la teoría y terapia cog 1itiva" pre-
senta una síntesis de la teoría sobre las estructuras cog 1itivas más 
basicas, a la que vincula con la cuestión de las creencias metafísico-
religiosas y su impacto en el campo clínico. Desde los or genes de la 
psicoterapia moderna no ha cesado de plantearse l::i cu :stión de la 
religión y su relación con la patología y la salud de h mente; su 
contribución al enfermar y su papel en el sanar. El texto e frece infor-
mación actual acerca del impacto de la religiosidad en la práctica de 
las terapias cognitivas contemporáneas. 
60 
2. LA TERAPIA COGNITIVA 
FUNDAMENTO TEÓRICO, APLICACIONES 
Y PERSPECTIVAS FUTURAS* 
El desarrollo de las teorías cognitivas 
i 
..- Terapia cognitiva es el nombré genérico que se da a un conjunto de 
terapias inspiradas genéricamente en paradigmas surgidos en la déca-
da de 1960. Estos paradigmas comenzaron a desarrollarse en varias 
disciplimis¡ tales corno la psicología básica, la neuropsicología, b 
inteligencia artificial y la psicopatologfa. 
El adjetivo cognitivo es en realidad un ~nglicismo que debería 
traducirs: por cognoscitivo. Cognitivo, sin embargo, ha terminado por 
imponers;: en el uso, probablemente debido a que no carga con las 
resonanuas intelectualistas que el adjetivo cognoscíti1;0 evoca en la 
persona qu'e habla castellano. . 
A principios de la década de 1960 un número creciente de 
artículos sobre psicologfa básica se referían a los cogn.itive f!hen.omena, 
esto es, los fenómenos de la cognición, entendida como el conjunto 
de procesos por medio del cual el sujeto aprehende, procesa, categoriza 
* Publicado origin8lmente en Clc¡lio.1. 24, Nº 2, Vol. VII, PP· 79-8). 
61 
EscR1Tos DE Ps1cxJTERAPlA Ccx~NlTIVA 
y construye la realidad. Estos procesos habían sido dejados le lado 
durante décadas de resultas de la hegemonía del pan digm 
conductista, eternamente desconfiado de todo aquello que n l resul: 
tara asequible ;:il método de la observación objetiva. 
Ese conjunto de artículos parecía mostrar una nueva ma 1era de 
concebir la psicología. Hacia mediados de la década de le; 60 se 
denominó a ese movimiento cognitiw /Jsychology. 
En rorma paralela, y en la misma época, Albert Ellis y Aaron 
Beck comenzaban a pensar los fenómenos psicopatológic is bajo 
modelos cognitivos. Ambos se habían formado corno psicoar alistas, 
pero habían decidido adentrarse en territorios relativ; mente 
inexplorados por el psicoanálisis de la época. 
Además de su entrenamiento psicoanalítico formal, Aan n Beck 
había ter:ido alguna formación en neuropsicologí~l, donde h~ bía en-
trado en c:ontacto con la utilización de modelos cognitivos i 1asados 
en el raradigrna del procesamiento de la información. 
Bajo este paradigma, el hombre es un procesador de ir forma-
ción. el sistema nervioso central, particularmente el cerebr ), es el 
recurfc cenera! de procesamiento. Dada la gran complejidac de los 
circuitos neuronales, era común rara los neuropsicólogos el; pelar a 
metáfora<; psicológicas. Esas metáforas eran desarrolladas por los psi-
cólogos cognitivos, generando un vertigmoso circuito de r ~troali­
mentación entre varias disciplinas. El desarrollo contempon neo de 
las neurociencias debe mucho a este fenómeno. 
Beck y Ellis habían observado que ciertos enfermos m ~ntales 
mostrab2n cambios cognitivos que parecían prototípicos. Los lacien-
tes mostraban modos de procesamiento de la información q 1e dife-
rían de los normales -por caso, eran claramente diferente: de los 
modos de procesamiento que ese mismo paciente mostraba :uando 
estaba libre de f,Íntomas. Ambos se lanzaron a identificar la, reglas 
que gobernaban tales cambios, con la esperanza de encon1 rar allí 
nuevas claves para comprender los mecanismos de formación de sín-
tomas o quizás la clave misma de Li génesis del trastorno. 
Centraré la exposición en el modelo de Aaron Beck, no: 5lo por 
ser el más difundido de los modelos cognitivos, sino porque e el que 
cuenta con la más sólida fundamentación empírica. 
62 
2. Lt. TERAl'IA COGNITIVA 
Este psiquiatra se decidió a reali:ar una investigación en la Uni-
versidad de Pennsylvania, intentando validar ernpíricament~ las hi-
pótesis psicoanalíricas sobre la depresión. Beck ya habf,a alcanzado 
cierto reconocimiento por la elaboración de un lnventano de Depre-
sión, que es hoy uno de los instrumentos más utilizados para la estima-
ción de la severidad de un episodio depresivo. 
Beci<. se proponía encontrar un mecanismo específico de forma-
ción de síntomas para la depresión, que a su juicio no había sido 
hallado aún por la teoría psicoanalítica. 
Su investigación, publicada en 196 7, ofrecía un cambio de vi-
sión par¡idigrnática sobre la depresión. En ese libro, Beck presenta el 
esbozo de una teoría cognitiva de la depresión, sosteniendo que, 9es-
de el pun.:o de vista psicológico, la depresión consistiría en una alte-
ración idiosincrásica de la cognición. Esta alteración. se manifestaría 
en una tríada cognitiva, que consistiría en la visión negativa que el 
paciente tiene de sí, del futuro y del entorno (o del mundo). 
·El origen de estas Glteraciones estaría en la constitución de esque-
mas demesogénicos en la infancia. Estos esquemas serian estructuras de 
inte~;etz,ción de la realidad relstivamente e:tables que resultarían acti-
vadas ante ciertas situaciones con las q\1e mantendrían relaciones de 
significación. Esta activación se daría generalmente en la adolescencia o 
en la temprana adultez como resultado de las crecientes presiones a las 
que se ve sometido el su.jeto en esos momentos del ~ido viral. 
El esquema es un concepto complejo, que supone la confor-mación de una unidad de procesamiento en la que hay un aspecto 
fisiológico, un aspecto ideativo, un aspecto motivacional y un 
aspecto emocional. Dado que l::i construcción de los esquemas se 
da necesariamente en la interncción con otro significativo, esta 
teoría ~C'sultaba particularmente compatible con una visión 
bio¡'lsico::;ocial de la enfermedad mental, reemplazando las teorías 
de etiología únic:.1 por una caden'.1 causal o por la 
plurideterminaciém. 
La frecuenci<l de pensamientos negativos en la cognición Y en 
los sueños de los pacientes depresivos llamó la atención de Beck. La 
teoría cognitiva general atribuye \a generación de estos pensamientos 
negativos a la activación de los esquemas depresogénicos. 
63 
ESCRITOS llE PSICOTERAPIA CUCNITIV/\ 
De acuerdo con la teoría cognitiva, la realidad es polisémica 
......••. ,,, .. y.de'he'•sef'c0'1\struicl::f:4tt)s·datos'dela:'tea'lidad·sonprcícesaclós·pof~ 
el sujeto, quien asigna una determinada significación a cada si-
tuación. El estado de ánimo resulta congruente con la significa-
.ción adjt.:dicada; el comportamieJ1to es consonante con la inter-
pretación realizada. 
Si sesgo mis interpretaciones de modo sistemático, interpretando 
de modo negativo un número importante de situaciones, mi ánimo 
decaerá, seré gobernado por el desaliento y esto se verá acompal1ado 
de un descenso de mi conducta int-::ncionada. Esto es lo que vernos 
habitualmente en la depresión mayor. 
La teoría cognitiva sostiene que pensamiento, emoción y com-
portamiento son tres sistemas interdependientes; el cambio en uno de 
ellos determinará un cambio congrnente en los otros dos. 
Afi.os después, a mediados de la década de 1970, Beck generali-
zó su teoría a los trastornos de la ansiedad, resaltando la llamativa 
frecuencia de pensamientos alarmantes o referidos a temas de peligro 
o daño en personas que padecían ese tipo de trastornos. 
El primer esbozo de tratamiento cognitivo se incluyó en el libro 
de 1967. Sin embargo, no es más que una referencia general. Beck no 
dio a conocer la metodología completa de uat;miento sino hasta que 
se completaron estudios de validación ~1ue mostraron una nnportan-
te eficacia de la terapia cognitiva. 
Desde ese momento, 1977> 1979, hasta el presente, se han desa-
rrollado centenares de investigaciones destinadas a evaluar la efica-
cia de loó diferentes tratamientos cognit:ivos. 
Es, sin duda, la psicoterapia 1w:jor investigada empíricamente al 
día de hoy. 
El enorme interés que despenó el tratamiento cognitivo de la 
depresión se vio seguido de la publicación en 1985 de un libro de 
Beck que resultó un hito en el manejo cognitivo de los trastornos de 
ansiedaa Tres años después, David Barlow en Albany, Estados Uni-
dos, publicó un libro de tratamientos de trastornos de la ansiedad que 
se ha cor~vertido en un clásico. 
Entre 1981 y 1985 se desarrollaron los primerns tratamientos 
cognitivos para trastornos de la alimentación. Fl tratamiento cognitivo 
64 
2. L\ lHV\l'll\ C:CX~NITIV,\ 
de b hulimia desarrollado en Oxford alcanzó rápidamente resultad.os 
fi;'4iií-''·#"'~ tmisiderando que el 
Russcll, creador del diagnóstico, habí<t considerado unos pocos aflus 
antes que el trastorno cm vinu~1lrnente intratable. 
En 1990 se publica un libro imporrnnt:e sobre terapia cugnniv;1 
de los trastornos de la personaliJaJ, desarrollado centralmente pur 
Artbur Fréeman. Algunos m1os después, otro grupo de investigadores 
lideradm por Jeffrey Young publica un libro sobre la llamada tcrn¡iia 
centrada en los esquema.' de los trastornos de la personalidad, un nuevo 
tipo de tratamiento cognitivo basado en una teorí;1 diferente a la 
propuesta por Freeman y Bcck en el libro antes mencionado. · 
Durante la década de 1990 se han realizado aplicaciones expe-
rimentales de la terapia cognitiva a sínromas psicóticos y alucina-
ciones, ~,arnbién se internó aplicarla a p<icientcs esquizofrénicos y 
paranoiu1s. Cuatro grupo' de mvestigación mos::raron resultados muy 
interesantes en pacientes esquizofrénicns leves, especialmente en·sín-
comas con baja respuesta a los antipsicóti~os de última generación 
(Perris, 1988; Fowler, 1989; Kingdon y Turf ington, 1994; Cha.dwick, 
Birchwood y Trower, 1996). Éste es, quizás, el avance más sorpren-
dente del tratamiento cognitivo. 
Los tratamientos cognitivos 
La i:coría cognitiva sugiere que cualquier influencia sobre la 
cognició:1 debería ser seguida de un cambio en el ánimo Y en la 
conduct<i. La terapia cognitiva es un tratamiento que produce estos 
cambios centrándose particularmente en la modificaci<m de la c;og-
nición. La teoría también sugiere que el cambio pueJe producirse 
incidiendo sobre la emoción o la conducta; esto es cungruei1re con 
los resul :ad os alcanzados por psicoterapias que ponen el acento en 
esas dimr-:nsiones, como las psicoterapias experienciales o la rcrap1a 
cnnductuaL 
Los tratamientos cognitivo~ se basan en teorías específic1s parn 
cada trastorno, definido ele acuerdo a criterios DSM. En virtud dt: 
esto, hay una considerable diferencia entre la rcrapia cogrntiva de Li 
65 
~~-,·-·---
ESCRITOS DE PslCOTERA PIA COGNITIVA 
depresión y la terapia cognitiva del pánico, aunque el modelo glo ial 
sea el mismo. 
En t~rminos generales, todo tratamiento cogn,itivo se'componE de 
una fase diagnóstica seguida de un trabajo psicoeducativo que COJ Lti-
núa durante todo el tratamiento. El paciente recibe información se Jre 
el trastorno que padece y sobre el tratamiento que se le ofrece. Dur::: :ite 
esas entr.::vistas prelnninares se administran instrumentos de eva ua-
ción de LlSO habitual en psicología clínica más algunos específi :os, 
tales co1füJ el lnvemario de Depresión de Beck, el Inventario de Ar sie-
~ad de Beck, el Test de Estilo Cognitivo, el Cuestionario de E tilo 
Atributivo, etc. El terapeuta necesita reunir los datos indispens2 Jles 
para lograr una adecuada concepruali:ación del caso. 
Una vez obtenido el consentimiento informado, se inicia el tra-
tarníemc propiamente dicho avudando al paciente a identifica· y a 
monitorear sus pensamientos automáticos. 
Una vez logrado esto, se le pide al paciente que registr1 los 
cambios anímicos que acompañan la aparición de esos pensamie mos 
automáticos. Al alcanzarse este objetivo, se pide al paciente qt; ~re­
gistre los cambios de comportamiento que acompañan los can bios 
en el p~nsamiento y en el ánimo. 
El siguiente paso consiste en debatir la razonabilidad y uti idad 
de los pensamientos automáticos. Aquí prevalece el uso ·le la 
ma'iiéutica, pudiendo considerarse con justicia corno el a>pectc cen; 
tral del t-:atamiento. Este paso debe ser seguido por la generaci, in de 
un pensamiento ahernativo que se vea acompafí.ado de un án rno y 
un comportamiento que no generen tanto malestar al sujeto. 
El último paso se consagra a modificar las creencias cenual ::s del 
paciente que, a diferencia de los pensamientos automáticos, s Jelen 
ser implícitas. En virtud de esto, terapeuta y paciente deben inf ;rir el 
conteniGo de tales creencias. La modificación de las creenci: s nu-
cleares e intermedias del paciente son condición para la dura!:: .lidad 
de los resultados. 
Conw puede verse, el tratamiento cognitivo es estructura• lo y se 
deriva de la aplicación de protocolos validados en investí¡ ación 
empírica. Los tratamientos para los trastornos del estado de ánirr o y los 
trastornos de ansiedad tienen una duración que oscila entre las· 2 y 25 
66 
2. LA TERAPIA COGNITIVA 
sesiones, según el trastorno y el protocolo que se emplee. Las sesiones 
son normalmente de 50 minutos, pero algunos protocolos incluyen 
sesiones más prolongadas. Éstas constituyen la norma en los trata-
mientos cognitivos grupales. 
La eficacia y la velocidad de respuesta han sido los factores más 
sorprend<cntes de la terapia cognitiva, en un campo clínico habituado 
a los tratamientos a plazo indefinido y al escepticismo terapéutico. 
Dado que la terapia cognitiva consideraindispensable la vali-
dación empírica, examinaremos las distintas indicaciones y contrain-
dicaciones en función de la información disponible al día de hov. 
El tratamiento de la depresión mayor sin síntomas psicótico.~ es 
el más es•:udiado. La eficacia de la terapia cognitiva es de alrededor 
del 66%, incluyendo pacientes moderados y severos (Rush, 
Kovacs Y Hollon, 1977; Williams, Watts, MacLeod y M2tthews, 1997; 
DeRubeis, Gelfand, Tan¡:: y Símons, 1999). No sería terapia de elec-
ción pau pacientes con síntomas mdancoli~os, au~que puede utili-
zarse en <,asos en los que el paciente no pueda recurrir a tratamiento 
fannaco lógico. 
El tratamiento de la distimia es más'.,difícíl, siendo esto regla para 
los trastornos crónicos respecto de los trastornos agudos. 
En los últimos años se han desarrollado protocolos de traramienro 
para pacientes bipolares (Newman, 2001 ). Este tratamiento se agrega a 
la medicación, que es considerada el tratamiento central. Lo mismo 
ocurre con el tratamiento de la esquizofrenia y de síntomas psicóticos. 
Existen protocolos específicos para el manejo de la conducta 
suicida y parasuicida. 
El trastorno de angustia y la fobia específica son sumamente 
asequibles para la terapia cognitiva. En el primero, la· eficacia está en 
el orden del 86%-90% (Newman, 1998, comunicación personal. 
Barlow, i 988), aun cuando el paciente presente también agorafobié!. 
En la segunda, la eficacia está en el orden del 7 4ºÁ•-94% (C)st, 1997 ). 
Est:) resulta particularmente interesante porrn 1P rarecemos al presen-
te de un tratamiento farmacológico de la fobia e' )ecífica. En cuanto 
a! pánicc, la medicación es eficaz, pero las recaídas son muy frecuen-
tes. Los pacientes que han recibido terapia cognitiva recaen en un 
porcentaje muy pequeño. 
67 
EscRITOS DE rs1( X:.'TER/\l'JA Ccx ;NJTJVA 
Algo similar puede observarse en los pacientes con {obin soc al, 
.. . . . . ··"'·"·•w·• ... q ~1e .. .i:e$.npnd elJ .Jnu y.Jay QrabJem.entc=: ... .:d,.tra rami ento . .co gnit.i v.o .. 
(Heimbeg y juster, 1995; Taylm, 1996). 
El uastorno obsesivo-compulsivo ha sido tratado exitosainer te. 
En la práctica clínic1 lo habitu;il es utilizar rrarnmienro comhim ~io 
con inhibidores selectivos de la rec1ptación de la serntonina. Los reo .1!-
tados superan los logrados con el tratamiento conductual Jesarrolh dü 
a fines d.: los años 50, cspccialmentt' en pacientes con conductas de 
neutrnlb1ción menta les ( Salkovskis. 1996; Foa y Kozak, 1997). 
El t1citmnienro de la ansiedad generníizada es exitoso, aunl LJe 
no de forma tan ~onrundentc como en el caso del pánico. Esrc se 
debe, en parte, a que se lo ha comenzado a estudiar 1rnis reciente1rn n- · 
te; hay aún desacuerdos importantes entre la escuela de Alhany: el 
grupo de Oxford, aunque ambos han desarrollado protocolos efi" :a-
ces. Como· dato inrercsant\", podemos citar el estudio comparativo de 
Dmham (Durham ~t al., 1994) en el que el 72 (Yc..i de los pacien es 
resrondieron favmablemente al tratamiento cognitivo frente a .m 
.31 ')ú de buenos result;1dos con psicoterapia psicoanalítica. 
El stress postraum:ítico es otro campo de aplicación promiso ·io 
(Foa, Rot:hbaum y Molnar, 1995). También aquí la práctica habit 1al 
es la combinación del uatamien10.con psicoformacos. Existen trn :a-
mientos validados, pero la investigación es mucho más reciente. 
En el campo de ·los trastornos de alimentación, contamos ya e Jn 
protocolos de tratamiento para la bulimia (Fairburn, 1993) que ,11-
canzan L·na eficaci;i promedio del 50(Xi. El tratamiento de la anore cía 
nerviosa es mucho más difícil, más prolongado y de resultados no-
destos ( Garner y Bemis. 1985 ). El trat.amienw cognitivo no se apl ca 
por sí solo, sino que debe incluir supervisi<ín nutricional y otr;1s int ~r­
vencinnes terapéuticas. 
Los restante~; trastornos de la alimentación no parecen adecw1 ·sé 
a un~1 foonulaci<m cognitiva, por lo que no hav mayores desarrol os 
en el terreno. 
La naturalez:i mism;t de los trastornos de personalidad hace l uc 
sea difícil reallzar validación de protocolos de tratamiento. Sin en-
bargo, existen dos protocolos para un tipo específico de pacien es . 
con trastomll límite de la personalidad (L1yden, Newman, Freem: n, 
68 
2. L.\ TEl\.'\l'l/1 ( 
Morse, 199.3; Linchan 1993 1 11 ,·tl' ·p " . . ······-···n··· ,.. · . """. .. ., . .. . J"dC<." .ur · reeman 
que sus desarrollos deben ser conside.r·1dos co 111 ) • · . · .. . ' · · e und 11ncn1:1c:on en 
el tratamiento y no como trat:-unientos· v·a· 11.d"idcis [lar··c. 1 ·¡·- · ¡ 1 
' ' • · e l~ .e 01 lCl ~o-
grar un marcado progreso terapéutico sin un previo progresP en mres-
trn concepción teórica de la personalidad y sus alteraciones. 
. Por último, la terapia C¡)gnitiva ha siJo urilizada en el trnrci-
miento del a huso de sustancias, con H:'suitJdos interesantes COJfü) agiT-
gadu .a csrrntegias tcrapéutic-1s estiÍ1'c1·.,1· í n"ck·· W1-· ¡ t N. . . . · ' ' ' ' ' "' 'n~ • l¡! 1 , t'Wn1an \1 
L1ese, l 993). · 
Algunas obj,edones usuales a la terapia cognitiva 
Lo.s terapeutas formados en el psicoanálisis invariablemente 
plantean dud<is sobre b durabilid,1d de los r'esulwdos lógntd()s poi·);¡ 
terapia cognitiva. Se tiende a consid":rar al tratamiento Cof!nirivu 
como una terapia de ripo sintomMíc;i, c¡uc sólo lograrÍD rnmhLH un 
síntoma por otro. La respuesta es sim¡~e: l¡i mvestigación de se"ui-
miento ha mostrado invariablemente b crin.~erv:1ción de los ¡0 ;:ros 
terapéuti-:os para la mayor parte de los pacientes en períodos de :lus 
años como mínimo. Existe un rnímcro m.enor de estudios de seoui-
miento por más tiempo, en los que invariablemente vemos qm:un 
porcenta¡e mayoritario de los pacientes conserv;i los loi::ros nkan:;i-
dos en el ::ratamienrü 
En cuanto.a la sustitución de lo:; síntomas, cabe sei'\alar que ios 
esrnd10s de seguimiento no se limitan a los síntomas del trasrnm< i qut' 
fuera tratado, sino que utilizan instrumentos de detección que abar-
can toda clase de síntmnas. 
Sobre esre punto es importante señalar que, en t¿nninus gencrn-
les, ki tcrapüi cogn1tivri parece lograr efectos un tanto irnís dur:1clcros 
que los de los tratamientos farmacológicos, en panicular en hs c:ism 
denastorno por angustia. Éste e~ un fuerte argumento ¡~arn su utiliz:i-
~1ón crnno tratamiento ele elección respccw de la monotcr;w1e1 
iarmacoló¡.;dca en los tr<istornos del estado del :ínímo v de la <msicLiaLl. 
. La terapia cognitiva no impune un modelo de rnnduct:1 0 pcn· 
s¡m11cntc~ normales; tan sólo aboga por el logro de un pensamiento 
69 
ESCRITOS f)E PSICOTERAPIA CCXJNITIVA 
alternativo que acepte una visión polisémica de la realidad. N) en 
vano la mayéutica es un recurso fundamental del tratamiento. 
No es una terapia intelectualista orientada a que el pacient' · sea 
más racional. Es más bien·un tratamiento altamente activo parapaci :nfe 
y terapeuta, donde el sentir, el pensar y el hacer tienen igual importa1 tcia. 
La terapia cognitiva no demanda un paciente brillante: la e cpe-
riencia clínica y la investigación muestran que puede usarse efec iva-
mente con pacientes con un bajo nivel de cociente intelectual. 
Si bien es un tratamiento técnicamente ecléctico, está ba ado 
en una teoría propia, seriamente investigada ( Clark y Fairbum, 1 S n ). 
La experiencia de la última década parece sugerir que se puede a !ap-
tar fácihr,ente adistintos entornos culturales (Artbur Freeman, 2 )00, 
comunicación personal). 
Con el usiones 
La terapia cognitiva no es una panacea, sino un conjunt J de 
tratamientos eficaces para una gran variedad de síndromes. El fu :rte 
basamento científico, su brevedad y su versatilidad para ser< pli-
cada en distintos contextos clínicos con poblaciones divers< s la 
convierten en un excelente instrumento en el terreno de las: lud 
mental pública. 
Lamentablemente, como todas las psicoterapias, 'no cuenta lara 
su desarrollo con el impulso de una industria multimilionaria En 
efecto, de poco sirve que dispongamos de tratamientoseficae< s si 
éstos no llegan a la poblacióri (Barlow, 1996). Creemos que la for na-
ción de los profesionales de la salud mental en la Argentina del:: :ría 
incluir el entrenamiento en la aplicación de tratamientos cogniti 1os. 
La universidad pública comienza a remontar el retraso relativo :¡ue 
hemos tenido en esta materia. 
70 
2. LA TERAPlA COGNlTlVA 
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