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20 - Keegan, E , _ Korman, G El papel de las creencias en la teoría y terapia cognitivas

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psicología 
Las terapias cognitivas han tenido un desarrollo impactante en las t'dti-
mas cuatro décadas. Su crecimiento, manifestado en las llamadas '\res 
olas", ha sido tan significativo que han tenliinado por convertirse en la 
frnma de tratamiento psicológico más investigada y aplicada en el nm11-
do desarrollado. Como sefütla en el prólogo el Doctor Cory New111a11: 
"la terapia cognitiva se practiea con un lenguaje universal compuesto por 
esperanza, búsqueda de la objetividad, respeto por los pacientes y por su 
contexto social y crecimiento personal". 
Las teorías y los tratamientos cognitivos se han desarrollado en el marco 
del respeto por la investigacióil empírica de sus resultados y procesos. 
Enfati'l,all la resolución de problemas y la transmisión de habilidades al 
paciellte para que éste aprenda a ayudarse a si mismo, con el fin de alca11-
1ar un alivio duradero del sufrimiento humano. 
En este texto se analiz~111 los tratamientos cognitivos así como su 1-elación 
con otros temas centrales en la psicoterapia contemporánea, tales como 
los objeüvos y aplicaciones de los tratamientos psicológicos, la integra-
ción de recursos terapéuticos, el reconocimiento de los Etctores comunes 
de cambio y la reflexión sobre las cttestiones éticas generadas por los nue-
vos contextos de aplicación de los tratamientos psicológicos. 
ISBN 978-950-23-1597-3 
J:mudeba 
www.eudeba.com.ar 9 789502 315973 
.IEl-~iiiWI_ 
EDUARDO KEEGAN 
.5. EL PAPEL DE LAS CREENCIAS EN 
LA TEORÍA Y TERAPIA COGNITIVAS* 
,, 
La importancia de la cognición en la psicopatología 
r 
- Los pri.meros mndelus cognitivos, en los alborc~ de los ai'los 60, 
destacaron el papel de la cognición en lus fern'imentb mentales pato-
lógicos. Esto represcnt6 un cambio de actitud importante respecto de 
las corrie~.1-res psicológicas dominantes en la ~poca: el psicoanálisis y 
el con.duc:rismo. 
Natc1ralmente, tanto los psicoanalistas con10 los conducrist<is se 
daban cuenta de que bH personas afectada~ por pntologías ment:iJc¡; 
tcnfrm creencias inusual\és y pensaban de un modu dist·imo ~¡]de bs 
personas nónnales o "pllCO u nada neuróticas", como le gusrnba decir 
a Freud. Pero ambos enfoques psicnl(ígicos consideraban que eso er:i, 
en última instancia. un cpifenlimeno, un subproductti Je prncesu:; 
* Puhlicadu nrigin:1lmcn.te en Arnwlúfod hico1<ígiw, ')4.3, pp. 13-15. E.;crit <' <T> 
colohmacion con Guido Kormnn (Licencindu en Psicología (URA). Uhruv» el 
Ducr.orndo en Cultura y Sc.>eiedad (CAEA-CONJCET-IUNA). Desde el a11u 
2002 se Jesempei'\n comn Ayud:mtc· de 1:1 segunda dr.edm de Clínic:i Psicc>lúu1· 
en y Psicülernpi:is: Ps1coternpias, Emergencia e lnrcrcon'1.llta en ln Facult:icl de 
Psiculogía Je la UBA ). 
EsCRITOS DE PSICOTERAPIA COGNITIVA 
psíquicos más fundamentales. Para el psicoanálisis, el énfasis esraba 
puesrn en el conflicto inconsciente de un pacíente; para el 
conductismo, en la historia de los condicionamientos clásicos u ope-
rantes sufridos por esa persona. 
Albert Ellis propulsó, allá por 1962, su terapia racional, que apun-
taba básicamente a los errores de pensamiento que dan lugar a sufri-
miento. Con un estilo a la vez intelectualmente punzante y belicoso, 
Ellis mostraba a sus pacientes las fallas lógicas en el proceso y conte-
nido de las ideas que más los afectaban. 
.Por esos mismos años, pero en la Universidad de Pennsylvania, 
Aaron Tlm Beck comenzó a pergeñar un modelo teórico-clínico de la 
depresión que ponía el énfasis central en el modo en el que los sínto-
mas seguían a la instalación de un patrón de pensamiento negativo. 
Beck creó, entre 1967 y 1979, la famosa terapia cognitiva de la depresión, 
. un tratamiento que habría de convertirse en la nave insignia de una 
nueva generación de intervenciones psicológicas. 
Ni Beck ni Ellis dijeron estrictamente que los pensamientos cau-
saran los problemas, las patologías. Pero sí enfatizaron que los proce.J 
sos y productos de la cognición eran tan importantes como los cam-
bios en el afecto y en la conducta en desarrollo ~y, por ende, en,eL 
tratamiento-de los trastomosmentales. 
La idea básica detrás de estas terapéuticas es que nuestro pensa-
miento nos puede jugar malas pasadas. Dado que la realidad no.nos es 
accesible sino por medio de nuestros pensamientos, tendemos a caer, con 
demasiada facilidad, en la falacia de creer que nuestros pensamientos son 
la realidad, o, al menos, una representación fidedigna de ella. 
La dimensión cognitiva de la patología mental 
Beck imaginó que cada patología mental podía caracterizarse 
por un conjunto de creencias sobre la realidad y sobre el sí mismo. 
También pensó que cada patología mental podía presentar una mo-
dalidad propia -y disfuncional- de procesamiento de la informa-
ción. Se abocó, entonces, al desarrollo de este programa de investiga~ 
ción o paradigma. . 
86 
5. fa PAPEL J)E LAS CREENCIAS EN LA TEORÍA Y TERAPIA COGNITIVA~ 
Postuló la llamada tríada de la depresión: las personas 
depresivas tienen creencias negatívas sobre sí mismas, sobi:e su f~it~iro 
(lo ven negro) y sobre su mundo. 
Esta visión negativa de las cosas se plasma en una conducta 
derrotista y una experiencia emocional signada por el dolor y un 
ánimo n-::garivo perdurable. La tríada cognitiva se activaría en la 
eclosión de los episodios depresivos, pero tendría un origen remoto. 
Las creencias disfuncionales de las personas depresivas se consti-
tuiríar:. en los primeros afi.os de la vida, la época en la que forjarnos 
nuestras impresiones más duradeni.s acerca de nuestra identidad, el · 
mundo que nos rodea, y el tipo de vínculos que nos une a las personas 
que inte¡,;ran nuestro círculo vital. 
L'lS creencias de los depresivos giran, entonces, sobre dos gran- . 
des temas: la amabilidad -ser querible-y el logro. 
Los pacientes orientados al logro creen ,que deberían alcanzar o 
recuperar cierta meta. Sü valoración de sí pasa a depender de esto, y su 
mundo se divide en ganadores y perdedores. Creen que el mundo los 
juzgará sólo sobre la base de alcanzar ese Logro o de fallar en el intento. 
f 
No 1oy querible es una creencia nros que usual en las personas 
deprimidas. No es común que un paciente sea capaz de expresar esta 
creencia básica en forma textual, pero sus quejas girarán en torno de 
ella, como el caso particular lo hace respecto de la regla. Así, les escu-
chamos rlecir que no son atractivos, que no son seductores, que no son 
bonitas, que no son divertidas, que son distintas de las demás, etc. 
Nótese que el problema 110 es ser bonita en sí, ser seductor en sí, 
sino las consecuencias que, se cree, tendrá esto. En general se cree que 
se estará sola como consecuencia de no ser bonita, atractiva, seducto-
ra. Y luego se imagina la soledad como una exposición indefinida a 
un dol01 continuo y~ una cierta cuota de marginación o desvaloriza-
ción social. Entonces la persona no puede ver la relación de pareja 
como algo preferible a la soledad, sino como una exigencia que sepa-
ra la felicidad absoluta de la experiencia más dolorosa. Esto es el 
llamado pensamiento absolutista, dicotómico, blanco o negro. 
¿Qué implica esto? Que lo que creemos puede no ser inmediata-
mente evidente para nosotros mismos. Y es por esto que la terapia 
cognitiva apela al diálogo socrático: mediante preguntas tratamos de 
87 
guí<H a: p;1>=iente para que éste pueda Jescuhrir sus creencias, y có1rn' 
ésrns dari fonnn a su realidad y la influyen. ;1 veces, de tnnJu 
disfuncior:al. Sócrates gui:iha a sm interlocutores mediarite pregun-
r.;1s, hasta c]ue éstns llegaban a unn cnnrraJ1Cción en su ramnilmiento. 
u a algun;•. incongrunicia que demandaba modificar ins modos h;1hi-
t.uales de pensar sohrt' c:se tema. 
En 194 7, Lec1 Fesringcr denominó disonancia cognitiva al fen('i-
neno en el cual nos percarnm(1s de que sosrenemo:o creencias contr;1-
lictorias sohre un punto en panicular. La disonancia cognitiva gene-
ª una inquietud que mueve a su resolución: debemos alcanzar una 
1ueva forma depensar que ,e;1 capa: de mtegrar y supernr la contra.-
licci(m, <il estilo de la ra:ón dialéctica hegeliana. 
Debido a esto, para la terapi<i cugnitiva n<1 es tan importante qt1e 
n paciente piense de un modo u orrn, sino que se1 capaz de haceriu ele 
ioJn flc::ihle. No irnporrn tamo el contenido de b cognición cuanto 
1 capacidad Je modificarlo en virtud de nuevu, daros. 
Las creencias de las personas ansiosas giran en tomo de temas de 
nena:~1 y peligro. Creen que el mundo es un lugar pcligrorn, v ¡quién 
xlría negar tal cosa? ;Acaso de heríamos convencer :J nu~:stros pa-
entes de que no hay ningLÍn peligro serio en el mundo que los 
>de;1? N -iestra existenci:1 v;1 u estar meior garantizada por una apre-
ación i}:xible de los riesgos del entorno, de In contrario pasmírnnos 
d<1 nuestra existencia montando guardia. 
Pero el pensamiento Je la person:1 ;msiosn es inflexible, v su 
xlencia es a sobrestimar el peli!!ro y, en forma recíproca, a suhcsti-
1r sus capacidades parn afronrario. Un;1 ve: m;h, vemos aquí por 
é b cw:stión radica en la flexihiliJad del pensam1cnro y no en su 
ntenidn. L1 realkfad no es peligrosa en sí, lo es respecto de alglllen 
n rclaci<ín directa a la capacid<1d de afruntamienro con la que se 
:nte. Pararse frente a cincuenta infontes de marina fuertemente 
trechados puede ser una experiencia inquicwnte ... ;1 menos que se 
~ a hcwdo de un tanque modern<) repleto de munickm. 
---------·--·---· _..,......,""'"..,.."""''""""""'.,,.!Gll--!lllllílFlllll!l-RlllillllllJRll•&•~RI:· 
Los niveles de la cognición 
Hay dtstintrn: niveles d<: creencias. Algunas son búsic-ts, (ILrns 
ce md ic icnales. 
Las creencias h;ísic1s son enunciados de ;1m1~lio alcance sohre t:l 
sí mismo y sobre el mundo. Muchas veces son tácitas V su aceptación 
es acrítica. La persona las sostiene con el mismo rnvel de convicc1<ín 
con el c1ue es capa: de enunciar qu~· el ciclo es azul. 
Por supuesto que Ja persona ha visto muchas veces cielo> de 
otro> colores, pero lus ~Dnsidern est<1dos transitorios, alterado:., Je la 
azulidcd n~tur~l del cielo. Puede que la person;1 hasta sepa la suficien-
te ciencia como parn comprender que el colnr es producto. del imp<1c-
to de la ndiación solar sobre partícuL1s de polvo en la atmósfcrn. Esa 
rndiació11 al alcanzar nuestro ojo, generan en nuestra percepción b 
experiencia.cromátic~1, pero mm <isí, esa petsuna sabe muy hien que ... 
el cielo es azul. 
NRda hay más difícil de camhiar que lo que resulta obvio. Es por 
ello que!~ condición primera para lan:eali:acíón de un rratamknto 
cognitivo consiste en que el p;1c1ente' -y el terapeuta- sean cap~tecs 
de consi¿erar sus co¡..rnicioncs como hip(1resis que demandan demos-
tración em¡•írica. No es facil adoptar esta posici<ín respecto d<: nues-
tras ideas más básicas. 
Las creencias condiciunalc:s son reglas y actitudes que se deril'an, 
lógicamente, de aceptar los enunciados de las creencias básicas. Tk-
nen una forma proposicinnal del tipo dado que ... entonces se sigucqiw. · · 
En ~a clínica, las creencias condicionales, rnmbién llam;íd;1s 
creencias intermedias, se manifiestan como explicaciones de ciertas 
conductas qu.e pueden resulrar difíciles Je entender pura el ohserva-
Jor externo. Uno puede preguntarse por qué una persona prefiere no 
asistir a t·na fiesta, cuando la mavoría lo encuentra divertido. I\ira cs;1 
persona puede ser evidente: dado que no es socialmente hábil, es 
mejor evitar la fiesta, para ahorrarse una situaciém humillanrc que se 
da por descontada. Dudo que soy socialmente incomfJet~ntc (crecncw 
básica sobre sí mismo), cicho evitar exponerme (estniteg1a 
compensatoria). La conducta evi tativa se hace comprensible cuando 
se identifica la creencia básica que le da origen. 
89 
ESCRITOS DE PSICOTERAPIA COGNITIVA 
Cuando entramos en una situación que activa cierta creencia 
básica disfuncional, se producen los llamados pensamientos auwmá :i-
cos disjuncionales. Supongamos que la persona es forzada, por la pi::-
sión de sus amigos, a ir a la fiesta de todos modos. Al entrar en ella , e 1 .... S ,. 
probable que piense "no sé.con quién hablar'',."no sé qué decir", si 
me pongo a hablar me voy a quedar sin tema y voy a quedar como 1 .n 
idiota". Todos estos pensamientos son automáticos, se le imponer a 
la persona. Giran en tomo de la misma temática básica: so-y s~cialme 1• 
te incompetente. . 
Los pensamientos automáticos son expresiones siruacional1 s 
puntuales, de las creen.cías básicas. No se trata de que las creen.e: :i.~ 
básicas stan más profundas -los·modelo~ cognitivos en general h :n 
tratado de evitar la metáfora de la profundidad, que tantos problelT 1_5 
ha causado a la Psicología-. Los pensamientos automáticos son al :i.s 
creencias lo que el verbo conjugado al paradigma de conjugacié 1 : 
una manifestación puntual de la regla general. 
Ca~sar una buena impresión en los otros es muy import;mte pe :a 
nuestro bienestar y nuestra supervivencia. Como se ve en este ca: J, 
las creencias y sus reglas derivadas no son parte de un mero jue :o 
mtelectual, son el mapa que nos indica cómo comportarnos en el 
mundo a fin de alcanzar nuestros objetivos en la vida. 
Los seres humanos se caracterizan por ser capaces de percatar ;e 
de sus propios procesos psíquicos; la mente humana es capaz de 1 ~­
flexionar sobre sí. 
Se denomina metacognición al procesamiento mental que s-:: e 1-
carga de evaluar, regular e interpretar los contenidos y procesos , le 
pensamiento. Aquello que pensamos sobre nuestros procesos rnent i-
les es muy importante, y puede relacionarse directamente con nuest 0 
sentido de identidad. . 
Tal es el caso de la persona afectada por un trastorno obsesiv i-
compuls1vo, que cree que tener ciertos pensamientos, de conteni< 0 
inconfesable, significa que él es una mala persona. La fusión de ¡;e 1• 
samiento-acción, tal el nombre que recibe el fenómeno, es una mue;-
tra de que es tan importante lo que pensamos (contenido de a 
cognicióa) como lo que creemos acerca de lo que pensamos, ] .a 
investigación ha demostrado que los pensami.entos intrusivos q1 e 
90 
5. EL PAPEL DE LAS CREENC\/\S EN LA TEORÍ/, \'TERAPIA COCNJTIVAS 
experimenta elpaciente obsesivo no son distintos, en contenido, a 
los que tienen las personas normales. Dicho de otro modo, mucha 
gente, si no todo el mundo, tiene esas ideas de cuando en cuando. 
Pero la diferencia radicaría fundamentalmenre en lo que creemos que 
significa tener tales ideas. 
Características de la cognición patológica 
La rigidez con la que nos aferramos a nuestras creencias es uno de 
los factores que puede convertirlas en problemáticas, pero ésta es una 
condición necesaria, no suficiente. Yo creo firmemente que estoy 
vivo y, h2.sta ahora, esto no me ha traído problemas. 
Pero cuando una creencia es rígida y a la vez idiosincrásica, esto 
es, no consensuada por otros importantes, esto se puede volver un 
problema. Si las personas queme rodean tienen la impresión de que 
estoy muerto, puedo terminar enterrado. El consenso sobre la reali-
dad es itT'portante. ¡' 
El problema surge cuando una\;creencia es rígida, idiosincrásica 
y además nos causa algún perjuicio, se vuelve disfunciona[. Por eso en 
la terapia cognitiva se enfatiza tanto el pensamiento crítico, como el 
análisis del consenso y de las ventajas o desventajas que pueden aca-
rrear el ver la realidad de un modo u otro. 
Estrategias para la modificación de las creencias 
problemáticas 
Dado que las creencias son algo que se predica sobre la realidad 
y no la rc:ahdad misma, es posible cambiarlas. La terapia cognitiva 
opera sobre ellas de dos modos distintos, pero relacionados entre sí. 
Puedo ci"estionar su contenido, y de este modo abandonarb. u olvi-
darme de ella. Éste es el enfoque: más clásico y más conocido de la 
terapia cognitiva. Pero también puedo tomar distancia de esa creen-
cia, aceptándola como mero fenómeno de pensamiento, sin entrar a 
discutir su valor de \ierdad. 
91 
El lector hahní percihiJ, >que,de t< Jdo:dn<Kfos, cuestionar un:1 cree 
1
. 
cia es rarr.bién un fenrímcno Je disrnnciam1cnto y el distanciamiento, ;i 
su vez, es la me¡or :1ctitud para ver a esa creencia como un produc1 
mcnral que no representa, necesari;unenre, una copia fiel de la real ida,·. 
Las técnicas de distanciamicn[(J esrrín emparentacbs con la In<_ 
ditación, y :Su desarrollo ha generado bastan re interés pur lus proced .. 
miemos p1editzitivos ·Utilizados pnr el budismo y .el pensamiento zer. 
Esra tradición enfati:a b importancia de evitar lo.-; trucos de la ment ~ 
y de poder discriminar el aquí y ahora Je los futuros hipotéticos 
amenazantes que puede forj;1r nues-trn mente. 
La cultura y la cognición. 
La cultura. que es, enrre otras cosas, un sistema organizado de 
creencias, Jetermma hasra cieno runto la forma en que se manifiestan 
los traston1os rnemales y, por supnesro, cómo deben ser tratados. Es rnuv 
importante clínicamente conocer las creencias de! paciente acerca Je 
ia patolo·~ía que lo trae a la uin>u lta, así como acerca de las metodolo-
gíns que considera razonahlc o ;ice¡xahle aplicar para su traram.ien.ro. 
un !J<Kiente que cree que i;1 depresi<Ín es un problema hioit'1gi-
co puede rechazar una intervención psico.l<ígica. Las personas con 
firmes creencias acere.a de la naturaleza psicológica de los trastornos 
mentales pueden rech<Jrnr de plano la idea de tomar una medicación 
para cur~ 1 r su mu!. 
Los investigadores en trastornos alimcnuirios en Cran Brcrafia 
hallaron que estas patologías eran m;í.' prevalen res en mujeres jóve-
nes tr:mscult:uracbs. Si hien la valomcrón de la eshclre: eoo propia de 
Occidente, su impacto era mayor en las mujeres que eran expuestas <l 
ese nuevo valor que en aquellas mujeres que hahfon nacido y crecido 
en la cúl~ura occidental (Ruts::tein, 2006). 
Por eso podemos afirmar que ia cultura, en el :-.cmido amplio del 
término, es un elemento necesnrio al momento de vaiorar las 
c.ogrnciones y disefiar la estrategia.Je intervención. El conrexto cul-
tural y las creencias que .sostiene el paciente son esenciales ¡xira el 
psicotcrapeurn de orlemackín cognitiv;i (Korman y Garay. 2005). 
92 
l ¡ 
1 
, ~ d· )S ¡0 , 'isnectos del pLiceso Jel rrat:·l-1 '! cultt1ra mt1uyc en rn L. , , • " . 
,. ·1· . , d' l(v t1·aramientos disponibles, las crcenrn.1s · ., t .. la un 1zac1on e 0 • • 
1 m_1u1 o~1 de h relación tl.Tapeuw-paciente v el valor de ef~cttv1d:u_, 
e11 torn , . . d , -· 'utic.-1 (Keegan, 2006; Kirmayer, , 1, d , una detem1ma a terape . ' . . 
bnnucl l ª '.·, J • , , .. '.1 en cadn grupo social cst8 deterrni-2001) b elecc1on ue un,i terapt.. · . , 
. . , . ,. 1· ·1 'gru¡10 le confiere. La valorac1on y d por la valorac1on que CJC-ll ·· . .·. , , .¡ ., 
na a . . " . l· . ,'coten11ia mtegran un s1srcmd u:: l l ··;il que se le astnna a el psi 't · 
e uga: soc.¡,, · · · "' l · . , 
1 
_ >inn ·ilternativa terapéutica creencias que da lugar a su e ecc.101 u ' 
(e,, irdas & Kleinman, 1996 ). , . . 
1 s¡ ', . ]· .. dift.isión cld psicoanalis1s en :1 Resulta evidente que a lZ1 .-in _ · , , . , , , ,_ 
, . .. . ,¡ -) es un tennmeno cultural que exq 
Argentina. por citar un e¡em¡. c., , - l · - , d' - . le divulg~ción 
dió por mucho la difusión roahwda poi º' nte · IOs e 
profesionales. 
La cultura en la clínica psicológica" 
. , ·l d - , .. , :le tos procesos rnigrnrnrios, de La c.ontmun. a cree.rente l . , , l 
' . l . l 't 'li .J·1d social que canictenzo " ii d" ¡· . ·,, " b e ·evac a 1110·\· ~¡, · , 
inun 1,1 izac.101,, ' . .\\rx _ - .
1
·L'J
1
('s en toc1<1 
. 1 ,·,¡\A· vsus1epe1cu:c. , .. -
población occidental durante ei s1g < d· ,_. - ll 1 de situaciones de 
, . l - ·J.- d. l "lr a un fuerte esarH) e . . 
el crlo Xl han U> u ug, . , r·c ctcri1·vfr1s 
,... . - l'd, d E- - l ·1 oenerado contextos nuevos ca ,, ·' ~ .. 
mulncultura l a · :;t<l 
1
" ,.,, . l n·cr··i t'ldoy .. 1"<.1 · 
. . . j d l no por e con 1 e ' "' tanto por la complernentaneL a ce 1 . 
M oliln, 2002) · . f. . 'lcia e.reciente, demandas Je 
Los terapeutas reciben, con iecuc1 . '"d tras ~!antes 
l d , .H .)ersonas que han ~uh i o f . 
ayuda formu <i as pl l ... ,, 1 . d l de desplazamientos rran-
soc.iocul.:urales profundos, c.omu Jesu r,a t, . , . , ~ . ··' l an n111lti-
. . . j · f' 't' 'OS Las ofertas terapcuticas t.amh1en se 1 
si tonos o Le tnl t\. · • · • · . _ d t , de los procesus de 
plicado y diversificado como p1 o uc .<., . 
mundralizac.ión \'difusión.. ¡ .. - ''t'. nes étnicas y religiosa;; 
C 'll110 se señaló anteriormente, dS Cue¡., lll - . '. 
l - , . , d ... d" l. tratamientos. No se rrarn entonces 
influvon sobre los result,i os t. os . · . . . , . . -
1
hre ia d1ver-
de hacer un mero c1c)mei~tar:'.º po;~tl~:::;;~:1c::~~)~~:~::merne c,;mn .d d- ltunl y re tgwoa, s1no ue . . , 
s1 a C.Lt ' · ·· , . . _ . , . 
111 
·ldo Je aumenrnr i;i l f lt .. l en psic.otci ap1a oe L incorporar e. acro. re.u. u1 ,1 . . . ·.,. . -ll ·' 
, . ) h adhesion a e o ... eficacia de los tratamientos, as1 cotn< , ' . 
93 
EsCRITOS DE PSICOTERAPIA COGNITIVA 
Terapia cognitiva y creencias religiosas 
Varios terapeutas cognitivos se han planteado el tema de las 
creencias religiosas y su impacto en !a eficacia terapéutica ( Gangdev, 
1998; Jonson, 1992; D'Sou:a y Rodrigo, 2004; entre muchos otros). 
Propst y su equipo ( 1992) compararon la eficacia de un tratamiento 
cognitivo conductuai orientado a gente religiosa y a otro "laico". 
Los autores reconocen que la terapia cognitiva de la depresión 
es un tratamiento validado. Pero seflalan que esta psicoterapia hace 
hincapié en valores personales de autonomía y eficacia personal, una 
posición que puede resultar contradictoria con los valores de ciertas 
religiones que postulan un mundo de dependencia y comunión con 
la divinicad, presente en cada valoración del mundo. Esta diferencia 
hace que personas que podrían ser tratadas con terapia cognitiva 
rechacen esta propuesta terapéutica. 
En es;e estudio los autores aplicaron dos formas distintas de trata-
niento en pacientes religiosos. Un grupo de.pacientes recibió terapia 
:ognitivo-conductual "religiosa" y otro grupo de la misma cantidad de 
)acientes recibió el tratamiento cognitivo usual. La muestra incluía un 
otal de cincuenta y nueve pacientes que cumplían criterios diagnósti-
:os para un trastomo depresivo mayor sin síntomas psicóticos. 
El tratamiento tuvo una duración estándar de entre dieciocho y 
·einte sesiones. Intervinieron terapeutas religiosos y no religiosos en arn-
•os grupos. Se trabajó con dos grupos control de aproximadamente diez 
once péicientes por grupo. El primer grupo control recibió orientación 
astoral (pastoral counselling) y el otro se conformó con los pacientes en 
sta de espera. El seguimiento se realizó durante dos afies. 
Loo resultados indicaron que la terapia cognitiva con conteni-
J religioso y la consulta pastoral mostraron· mejores resultados que 
terapia cognitiva sin contenido religioso y los pacientes que inte-
·an b lista de espera. 
Esta investigación resalta la importancia de considerar adapta-
ones de los tratamientos psicológicos estándar para aumentar -o 
eservar-su eficacia en pacientes con valores religiosos específicos. 
Los altos resultados alcanzados por la consulta pastoral y latera-
3 cogmtiva religiosa sugieren que la visión del mundo del paciente 
94 
S CREENCIAS EN LA TEORÍA y TERAPIA C'OCJl~ITIVAS 5. fa PAPEL DE LA, ' 
. que los inaredientes acÚvos de un puede tener un impacto mayor " 
, e entre en cohs1ón con ellos. . 
rraram1ento qu. ' te e<tudio es que el grupo que obtuvo 
Otro dato mteresante ae es , . . l' 
. l dos fue el de los terapeutas no rel1g1osos que ap i-
los me1ores resu ta . ·r· o con orientación religiosa. Este dato 
b ¡ t atamiento cogru w 
ca ,an e r · · . 'ltra de la suposición genera-. te porque "ª en cm 
empírico es nnportan - rta los valores religiosos del 
d _ peuta que compa · · 
\izada e que un tera . . 
0 
los comparta. El estudio 
. d - más ef1cac1a que unoque n . . -
paciente ten. ra . l ·. to de valores que va 1mpl1-l - · portante es e coniun 
sugiere que o mas im . ·as utilizados para lograr el 
1 dimientos y expenenc1 
cito en, os pro.ce , l 'dad del terapeuta de respetar 
cambio terapéutico, as1 corno a capao -
esos valores, aun cuando no.los comparta. 
'" 
Conclusiones 
. . . , - tamientos psicológicos que inclu-
Las terapias cogrutiv as son tra ~ b la esfera de la erno-
. d d de recursos que actlllan so re 
yen una vane a ' ' d E n inicio se caracterizaron 
1 · -- y de la con ucta. n u -ción, de 3. cogrnc1on. . .d 1 .. 'n Los modelos cogniti-
, r l . ontenido e a cogr11c10 . 
por su interes en e c - , - los procesos metacognitivos, l l :l sumado un mteres por 
vos actua es :lar . . 1 le~ que constituyen los cimientos 
, las creencias cu tura ' , d 
as1 como por d d 1 ac1'er1te La adquisicion e d l . . r del rnun o e p . 
más amplios e a v1s10n 1 r 'liar como en el contexto 
1 d tanto en e seno rarn1 
estos va.ores se a . - el paciente y su familia. 
cultural más amplio del que pamopa . ' t s derivados asumieron, 
. l' · sus tratamien o < • 
Las teorías ps1co og1cas y . . . fl xivo Las enormes migra-
. . ierto etnocentnsmo irre e . 
en sus ,nietos, un c . 1 d 1 multiculturalismo sobre-
. aron al s1g o pasa o, Y e 
ciones que caractenz . . . , d 1 el de los factores étnicos y 
. . 11 on a unamdagac1on e pap 
v1v1ente, evar l t tarni'entos psicológicos. 1 . t logía y en os ra , , 
culturales en a ps1copa o : . d 1 1 d stos factores en la adhe-
La investigación empmca e pape e~ , muy escasa, pero su 
• r er~. la eficacia de las psicoterapias es aun s10n y -
desarrollo es promisorio. 
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de mayo de 2006. 
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