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Ficha N 16 - Conciencia (segunda parte)

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Neurofisiología II – Cátedra 123 
Ficha de cátedra Nº 16 
Consciencia (segunda parte) 
Jorge Mario Andreau 
 
Índice 
1. Síntesis del tema…………………………………………………….……… 2 
1.1 Distintas formas de considerar el tema de la consciencia…….……………. 2 
1.2 Algunos componentes de consciencia………..……………………………. 3 
2. Estados de consciencia……………………………………………..….….... 3 
3. La consciencia como experiencia subjetiva…...……..………………….….. 4 
4. ¿Cuál es el correlato cerebral de la consciencia?…….………………….….. 5 
5 Los núcleos intralaminaresdel tálamo y la conciencia……………………… 6 
6 Barrido anticipatorio y proceso recurrente…..…………………………..…. 7 
7. Otras hipótesis acerca de las bases neurales de la conciencia…..………..… 8 
8. Nuevas teorías sobre la consciencia...…….…............................................... 8 
8. Conclusiones.……………………………………………………….…….… 11 
9 Bibliografía…………….…………………………………………………… 12 
 
 
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1. Síntesis del tema 
1.1. Distintas formas de considerar el tema de la conciencia1 
 Para algunos la consciencia la conforman el conjunto de recuerdos de su vida, 
para otros la consciencia coincide con la personalidad, en el sentido de quién soy aquí y 
ahora. Ciertas personas consideran que son conscientes cuando sienten una textura, 
cuando ven un color particular o cuando piensan reflexivamente. 
 Si bien el estudio de la consciencia es un campo bastante amplio, debido a su 
naturaleza abstracta, había sido abordado durante mucho tiempo solamente por la 
filosofía. No obstante, este concepto se ha planteado como un tema de la ciencia y es 
uno de los retos de los neurocientíficos en la actualidad. 
 Antiguamente, la ciencia se había limitado al estudio de fenómenos considerados 
parte del mundo físico y sujetos a leyes observables y de las cuales podemos extraer 
conclusiones. Hace un poco más de 100 años, incluso la medicina no tenía todavía un 
estatuto de ciencia como lo tiene actualmente y constituía un tipo de arte, ya que 
algunos principios tenían base científica pero otros no. Con el transcurso del tiempo se 
empezó a entender que, lo que antiguamente se excluía del campo del mundo físico 
como resultado de un resabio del dualismo cartesiano, puede ser también explicado con 
rigurosidad científica. 
 
 
1 La consciencia (escrita con “sc”) hace referencia al estado de vigilia; la capacidad en acto de 
reconocerse. Constatarse propiamente ante el entorno. La conciencia (solo con “c”) es una aptitud o 
facultad para discernir que se manifiesta en estado consciente, por tanto atribuye a este mismo carácter 
su acepeción, pero con significado ético o moral, pe.: ‘mi conciencia no me permite robar’ (Nota del 
autor). 
 
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1.2. Algunos componentes de la consciencia 
 La consciencia puede ser dividida terminológicamente en base a los diversos 
aspectos que la conforman (figura 1). 
 
 
Figura 1. Niveles de la consciencia en el estado de vigilia según los términos en 
inglés y su traducción al español. 
 
 Los términos ejemplificados en la figura 3.5 suelen ser tomados de diferente 
forma por las distintas personas. Por ejemplo, se ha estudiado acabadamente que una 
persona puede “percatarse” de algo y aún así no ser “consciente” de ello (efecto 
subliminal). Observamos, además, que existe una relación directa entre la consciencia y 
los distintos niveles de atención. 
 
2. Estados de consciencia 
 El estudio neurofisiológico de la actividad cerebral ha demostrado que existen 
diferentes estados de consciencia, no solo en el nivel de la experiencia subjetiva sino 
también a nivel fisiológico. Esto significa que si observamos la actividad eléctrica 
cerebral de una persona, veremos que esta fluctúa a lo largo del día. Estos estados de 
fluctuación de la consciencia son: vigilia, sueño de movimientos oculares rápidos 
(REM, según sus siglas en inglés) y sueño de ondas lentas (No REM, según sus siglas 
en inglés). A su vez, dentro de estos grandes estados de consciencia, tenemos 
variaciones que podríamos denominar “estados alterados de consciencia”. Entre ellos 
tenemos: a) Anestesia (p. ej., durante ciertas cirugías, pero también debido al consumo 
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de sustancias psicoactivas recreativas), b) Síndrome de enclaustramiento (la persona 
está despierta y lúcida pero su cuerpo está completamente paralizado), c) Estado de 
consciencia mínima (el paciente parece dormido, conserva las fases de sueño y vigilia y 
responde mínimamente a los estímulos), d) Estado vegetativo (el paciente parece 
dormido y los ciclos de sueño y vigilia están presentes pero alterados y la persona no 
responde de ninguna manera a los estímulos), e) Coma (el paciente parece dormido pero 
no atraviesa los ciclos de sueño y vigilia y no responde a estímulos del ambiente). La 
figura 3.6 ilustra estos estados basándose en dos ejes: los contenidos de la consciencia y 
los niveles de consciencia. Otros estados de alteración de la conciencias incluyen sueños 
lúcidos, sonambulismo, hipnosis, experiencias religiosas, nirvana, etc. 
 
 
Figura 2. Estados de consciencia en base a los ejes "contenidos de conciencia" y 
"niveles de conciencia". 
 
3. La consciencia como experiencia subjetiva 
 Otra forma de abordar el estudio de la consciencia es la que la relaciona con el 
conocimiento adecuado del sujeto acerca de sí mismo y su entorno. Podríamos, de esta 
forma, definirla como el fenómeno resultante de la combinación de diversas funciones 
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mentales, tales como vigilia, percepción, atención, memoria de corto y largo plazo, 
lenguaje y control de las conductas que establecen y mantienen las interacciones del 
sujeto con el medio. Es el estudio científico de este tipo de consciencia el que representa 
actualmente uno de los retos más fascinantes de la investigación en neurociencias. 
 El investigador australiano David Chalmers ofrece la siguiente metáfora de la 
consciencia: 
«En este mismo instante, todos tenemos una película que se está proyectando 
dentro de nuestras cabezas. Es una película con una increíble cantidad de pistas de 
información. Tiene visión 3D y sonido envolvente para lo que uno está viendo y 
oyendo en este momento. Pero eso es solo el comienzo. Nuestras películas tienen 
también olores, sabores y sensaciones. Tiene la sensación de nuestro cuerpo, dolor, 
hambre, orgasmos. Tiene emociones: ira y felicidad. Tiene memorias, escenas de 
nuestra infancia que se proyectan frente a nosotros, tiene una voz en off que 
constantemente está narrando nuestros pensamientos. En el corazón de esta película 
estamos nosotros experimentando todo esto en forma directa. Esta película es el 
flujo de nuestra consciencia. La experiencia subjetiva del mundo y la mente. La 
consciencia es uno de los hechos fundamentales de la existencia humana. Cada uno 
de nosotros es consciente. No hay prácticamente nada que conozcamos más 
directamente. La consciencia es lo que hace que la vida merezca ser vivida. Si no 
fuéramos conscientes, nada en nuestras vidas tendría sentido o valor alguno. Pero al 
mismo tiempo la consciencia es el fenómeno más misterioso en el universo. ¿Por 
qué tenemos consciencia?» (Chalmers, 2014). 
 
 En la misma línea de pensamiento, el filósofo norteamericano Daniel Dennet 
ilustra el estudio de esta consciencia de la siguiente forma: 
«La mayoría de la gente cree que la consciencia, sea lo que sea, es algo 
tan maravilloso que tenemos que dividir el universo en dos para poder 
darle cabida. Entiendo por qué piensan esto y creo que es incorrecto. Creo 
que es maravilloso, pero no es un milagro y no es mágico. Son solamente 
un montón de trucos. Al igual que la magia que vemos en el teatro no es 
verdadera magia sino un conjunto de trucos, de la misma manera la 
consciencia son un conjunto de trucos en el cerebro. Estamos aprendiendo 
lo que esos trucos son y cómo encajan entre sí y por qué parecen ser más 
que ese montón de trucos» (Dennet, 2012).4. ¿Cuál es el correlato cerebral de la consciencia? 
 La hipótesis más popular sostiene que la consciencia surge como una propiedad 
emergente de una gran cantidad de neuronas en acción. La metáfora más frecuente es la 
que compara al cerebro con el motor de un automóvil, y la consciencia sería el ruido 
que dicho motor produce. De esta forma, la consciencia sería como un epifenómeno 
producto de la actividad cerebral. Como veremos en el apartado siguiente, esta no es 
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una forma adecuada de estudiar la consciencia experimentalmente, puesto que la 
excluye del terreno de la observación y medición. La consciencia no es “un producto” 
de la actividad neuronal, sino que la consciencia es la actividad neuronal que se produce 
en un momento determinado. Una hipótesis de estudio sostiene que existen conjuntos 
peciales de “neuronas de la consciencia” distribuidas a lo largo de la corteza cerebral y 
sistemas asociados, como el tálamo y los núcleos de la base, que representan el correlato 
neural de la consciencia, en el sentido de que la actividad de un apropiado subgrupo de 
ellas es necesaria y suficiente para dar lugar a la percepción y experiencia consciente. 
Estas “neuronas de la consciencia” podrían estar caracterizadas por una combinación 
única de rasgos moleculares, biofísicos y farmacológicos. Es posible, también, que 
todas las neuronas de la corteza cerebral sean capaces de participar en la representación 
de un estímulo particular, en uno u otro momento, aunque no necesariamente hagan eso 
con todos los estímulos. El secreto de la consciencia consistiría entonces en la 
participación conjunta de todas las neuronas corticales que representan un estímulo, 
pero al mismo tiempo. 
 
5. Los núcleos intralaminares del tálamo y la conciencia 
 Uno de los sitios propuestos para encontrar estas “neuronas de la consciencia” 
fueron los núcleos intralaminares del tálamo (figura 3). Esta elección se basa en 
evidencia aportada por casos clínicos en los cuales pequeñas lesiones en estos núcleos 
causaron pérdida de la consciencia e incluso coma en los pacientes. Además, dichas 
neuronas proyectan amplia y recíprocamente a la corteza cerebral. Un mecanismo clave 
de estos núcleos sería el de modular el nivel de sincronización entre diferentes grupos 
de neuronas corticales de acuerdo a las demandas comportamentales. Esa sincronización 
mediada por el tálamo daría origen a una integración de información a gran escala entre 
múltiples circuitos corticales, influyendo de esta forma en el nivel de alerta y de 
consciencia. La gran especificidad asociada con el contenido de nuestra consciencia en 
cualquier momento solo puede ser mediada por las neuronas en la corteza cerebral, sus 
núcleos talámicos asociados y los núcleos de la base. 
 Encontrar los correlatos neurales de la consciencia sería solo el primer paso para 
comprenderla. Es necesario también conocer hacia dónde se proyectan estas neuronas, 
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sus acciones postsinápticas, y qué es lo que ocurre en ellas durante diferentes tipos de 
patologías que afectan la consciencia, tal como la esquizofrenia o el autismo. 
Por supuesto, una teoría final de la consciencia debería explicar el misterio central de cómo 
un sistema físico con una arquitectura particular puede dar origen a tal fenómeno. 
 
 
Figura 3. Los núcleos intralaminares del tálamo han sido propuestos como 
estructuras clave para la consciencia. 
 
6. Barrido anticipatorio y proceso recurrente 
 En el año 2006, el investigador holandés Victor Lamme propuso una hipótesis 
para la experiencia consciente de la percepción visual (p. ej., cuando somos conscientes 
de que estamos viendo tal o cual objeto). Según esta hipótesis, la presentación de los 
estímulos visuales lleva a un proceso automático extremadamente rápido en sucesivos 
niveles de la corteza visual, empezando en la corteza visual primaria y luego pasando a 
las áreas de asociación (ver capítulo IV). Este “barrido anticipatorio” se completa 
alrededor de los 150 milisegundos. El barrido es seguido de un proceso recurrente, 
también llamado “proceso de reentrada”. El proceso recurrente involucra 
retroalimentación desde áreas de asociación hacia las áreas primarias, lo cual produce 
grandes interacciones. Según Lamme, este proceso recurrente se acompaña de la 
experiencia subjetiva, limitado a la percepción visual. 
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7. Otras hipótesis acerca acerca de las bases neurales de la conciencia 
 En un trabajo de 2001, el investigador francés Stanislas Dehaene (1965- ) y sus 
colaboradores observaron que había activación en la corteza visual cuando se 
presentaban palabras en forma subliminal. Sin embargo, cuando las palabras eran 
percibidas en forma consciente, la activación se extendía ampliamente a las cortezas 
parietal y frontal. De esta forma, la experiencia consciente se relacionaría con la 
activación de estas regiones cerebrales. 
 En 2007, otros investigadores, Chris Frith (1942- ) y Geraint Rees (1967- ), 
hicieron una revisión de trabajos en donde el foco era la activación asociada a cambios 
en la consciencia, relacionada con la percepción visual, y descubrió un patrón de 
activación en el lóbulo parietal superior y la corteza prefrontal dorsolateral, más allá de 
las áreas visuales. 
 El principal problema con muchas de estas investigaciones es que a veces es 
difícil decidir si la actividad cerebral refleja la consciencia o simplemente el 
procesamiento de la información que se da al mismo tiempo de la experiencia 
consciente. Es decir, el hecho de que esas actividades coincidan con la percepción 
subjetiva de la consciencia no significa que efectivamente sean el correlato de la 
consciencia. 
 
8. Nuevas teorías sobre la consciencia2 
 Actualmente el estudio de la consciencia no está completamente resuelto, pero 
hay muchas hipótesis, ideas y ángulos de estudios. Por lo tanto, el presente apartado se 
presenta como una aproximación. 
 
2 A propósito del presente texto, vale la pena hacer algunas aclaraciones en la traducción de las palabras 
importantes. En primer lugar, vamos utilizar el término “cerebro” para referirnos a circuitos neurales dentro del 
sistema nervioso central. En segundo lugar, en inglés hay diferencias entre los términos consciencia (consciousness) 
y estar “alerta de algo” o “darse cuenta” de algo (awareness). De hecho, esta diferencia es importante para el autor 
que citamos en este capítulo. Él mismo afirma que muchas veces los conceptos de Atención, Consciencia y Alerta se 
suelen tomar como sinónimos. Intentamos aquí traducir sus conceptos haciendo una diferencia en los distintos 
conceptos (Nota del autor). 
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 Como mencionamos anteriormente, el principal problema respecto del estudio 
científico de la consciencia es que existen muchas definiciones de lo que las personas 
consideran consciencia. 
 La mejor forma de salvar este problema de definición es formular la pregunta 
adecuada. Conrespecto a esto, el investigador norteamericano Michael Graziano nos 
cuenta: 
«Un amigo psicoterapeuta tenía un paciente con un delirio particular; 
estaba convencido de que tenía una ardilla en la cabeza. Si bien es una 
creencia bastante rara, no es tampoco demasiado inusual para un delirio. 
No había forma de convencer a esta persona de que lo que decía era 
imposible. Uno le preguntaba ‘¿Cómo hizo una ardilla para meterse en tu 
cabeza?, eso no tiene ninguna lógica y es además ¡imposible!’. Pero el 
paciente replicaba, ‘Hay muchas cosas en el mundo que contradicen la 
lógica y que parecen imposibles, bueno esta es una de ellas. Si uno 
quisiera indagar más a fondo este problema, podrían hacerse al menos dos 
grupos de preguntas. En el primer grupo: ¿Cómo crea el cerebro una 
ardilla? ¿Cómo crea la piel, las manitos y los ojitos? ¿Cómo se las ingenia 
la ardilla para desaparecer cuando se toma una RMf del cerebro? Estas 
preguntas, comovemos, no tienen mucho sentido y no es conveniente 
seguir por ese camino para encarar el problema. Antes, uno debería 
recurrir al segundo grupo de preguntas: ¿Cómo es que el cerebro es 
consciente de las cosas?, ¿qué significa que el cerebro se diga a sí mismo 
“estoy teniendo una experiencia interior”?, ¿qué ventaja tiene que el 
cerebro se atribuya esta propiedad de “darse cuenta” a sí mismo? De esta 
forma se pone el problema en el dominio del procesamiento de la 
información y se puede testear experimentalmente. La primera tanda de 
preguntas entiende a la consciencia como un epifenómeno que surge en 
forma mágica como producto de la inmensa complejidad del tejido 
cerebral. La otra formulación intenta ver cómo el cerebro llega a esa 
conclusión, cómo computa esa información». (Graziano, 2014). 
 
 Graziano explica que el cerebro es básicamente un dispositivo de procesamiento 
de datos y cuando un dispositivo accede a información interna llegaría a la conclusión 
de que tiene magia dentro de él, tal como decía Dennet cuando se refería a la 
consciencia como un montón de trucos. Como científico, tal vez la mejor pregunta que 
podemos hacernos no sea “¿Cómo es que el cerebro produce magia?”. Las primeras 
preguntas que uno debería hacerse son las siguientes: ¿Cómo es que el cerebro llega a 
esa conclusión?, ¿cómo calcula esa información y por qué la utilizaría como una 
descripción de sí mismo?, ¿cuáles son los circuitos cerebrales que calculan esta auto-
atribución?, ¿cuáles son los circuitos que le permiten al cerebro concluir que se está 
dando cuenta de algo?, ¿qué pasa cuando estos circuitos se dañan?, ¿acaso otros 
animales también poseen estos circuitos?, ¿cuál es su ruta evolutiva? Ahora bien, 
reemplacemos la palabra “ardilla” del ejemplo de Graziano por la palabra “consciencia” 
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y estaremos frente a las dos formas clásicas de encarar el estudio de la consciencia. Una 
que postula a la consciencia como un epifenómeno, y entonces la deja por fuera de la 
investigación científica. Y la otra que postula a la consciencia como el resultado de 
procesos cerebrales y la convierte en pasible de ser abordada experimentalmente. 
 Graziano propone entonces una “teoría del esquema atencional” para explicar la 
consciencia. Según Graziano, el cerebro es un dispositivo de análisis de datos que tiene 
dos talentos principales. En primer lugar, es capaz de seleccionar señales del ambiente y 
concentrar sus recursos sobre ese limitado número de señales para poder procesarlas en 
profundidad. Este fenómeno se conoce como “atención”. En segundo lugar, el cerebro 
construye modelos, utiliza la información interna para construir modelos. El cerebro 
hace esto todo el tiempo. Todo lo que sabemos acerca del mundo a nuestro alrededor, 
todo lo que oímos, sentimos o percibimos es una reconstrucción. El cerebro toma 
información y la utiliza para generar modelos del mundo. Estas simulaciones del mundo 
son muy buenas, pero no del todo exactas, y es por eso que a veces tenemos, por 
ejemplo, ilusiones visuales. 
 Si uno combina estas dos funciones centrales del cerebro, es decir, la 
construcción de un modelo o la esquematización del proceso de prestar atención, 
entonces este “ser consciente” sería básicamente el modelo que el cerebro produce de lo 
que significa prestarle atención a algo. Además, los seres humanos atribuimos este 
estado consciente a las demás personas. Vemos su lenguaje corporal, gestos, 
expresiones y tenemos una sensación muy vívida de lo que está experimentando esa 
persona. Le atribuímos ese estado consciente tal como nos lo atribuimos a nosotros. Los 
seres humanos somos bastante exagerados al respecto, le atribuimos consciencia a 
muchos objetos. Por ejemplo los niños le atribuyen consciencia a los muñecos de 
peluche, al soldadito de juguete, etc. Según Graziano, es esta capacidad la que nos hace 
una especie extraordinariamente exitosa. Esta mente social que atribuye consciencia a 
otros. 
 Hay ciertas regiones cerebrales que se relacionan con este tipo de pensamiento 
social. Un área en particular es la unión témporo-parietal (figura 3.2). Existen muchos 
estudios que relacionan esta área con el pensamiento social, sin embargo cuando esta 
área se daña (mayormente en el hemisferio derecho), la persona presenta síndrome de 
heminegligencia. Por lo tanto, esta región del cerebro se relaciona con el pensamiento 
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social y la consciencia espacial. Posiblemente, estas dos funciones estén más 
relacionadas entre sí de lo que se creía. Tal vez aquí estén los circuitos que hacen 
posible que le atribuyamos consciencia a los demás y a nosotros mismos. 
 
9. Conclusiones 
 El tema de la consciencia ha dejado de ser una cuestión de especulación filosófica y 
ha pasado a constituir un tema de investigación científica con importantes aplicaciones en 
intervenciones profesionales. 
 No obstante, no existe consenso acerca de cuáles teorías son las referencias 
principales para abordar los numerosos problemas implicados en el tema. Dos de las 
teorías en debate son la de la conciencia como fenómeno “emergente” (“side effect”), y la 
de la conciencia como un principio causal del comportamiento. Ambas teorías no son 
completamente excluyentes, ni alcanzan a sintetizar las evidencias existentes acerca de esta 
temática. 
 
 
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10. Bibliografía 
Chalmers, D. J. [TED.com] (14 de Julio de 2014). David Chalmers: How do you 
explain consciousness? [Archivo de video]. (Traductor del autor). Recuperado de 
https://archive.org/details/DavidChalmers_2014 
 
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37. 
 
Dennett, D. C. [Big Think] (23 de Abril de 2012). Daniel Dennett Explains 
Consiousness and Free Will [Archivo de video]. (Traductor del autor). 
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=R-Nj_rEqkyQ 
 
Frith, C., & Rees, G. (2007). A brief history of the scientific approach to the study of 
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Graziano, M. S. A. [Brain Science Podcast] (14 de Abril de 2014). Consciousness as 
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http://brainsciencepodcast.com/bsp/108-graziano 
 
James, W. (1890). Principles of psychology (Vol. 1). New York, NY: Henry Holt and 
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Lamme, V. A. (2006). Towards a true neural stance on consciousness. Trends in 
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Posner, M. I., & Petersen, S. E. (1990). The attention system of the human brain. 
Annual review of neuroscience, 13(1), 25-42. 
 
Petersen, S. E., & Posner, M. I. (2012). The attention system of the human brain: 20 
years after. Annual review of neuroscience, 35, 73-89. 
 
https://www.youtube.com/watch?v=R-Nj_rEqkyQ
http://brainsciencepodcast.com/bsp/108-graziano
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