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inorgánicos. La clase de compuesto sólo está determi- nada por la presencia o ausencia de carbono. Con unas pocas excepciones que no han podido ser explicadas hasta ahora (como el gas dióxido de carbono [CO2] y el monóxido de carbono [CO]), los compuestos inorgá- nicos no tienen carbono y tienden a ser moléculas pe- queñas y sencillas. Como ejemplos de compuestos inor- gánicos que se encuentran en el organismo, podemos citar: el agua, las sales y muchos (aunque no todos) los ácidos y las bases. Los compuestos orgánicos contienen carbono. Los compuestos orgánicos más importantes del orga- nismo son: los hidratos de carbono, los lípidos, las pro- teínas y los ácidos nucleicos. Todos los compuestos or- gánicos son moléculas bastante (o muy) grandes con enlaces covalentes. Ambos compuestos, orgánicos e inorgánicos, son igualmente fundamentales para la vida. Intentar elegir el más valioso es como intentar decidir si para un coche es más importante el sistema de encendido o el motor. Compuestos inorgánicos El agua El agua es el compuesto inorgánico más abundante en el organismo. Es responsable de dos tercios del peso corporal. Entre las propiedades que hacen que el agua sea tan vital, se encuentran las siguientes: 1. Gran capacidad calórica. El agua tiene una gran capacidad calórica, es decir, absorbe y libera gran- des cantidades de calor antes de que su tempera- tura cambie apreciablemente. Así, evita cambios bruscos de la temperatura corporal que, de lo con- trario, se derivarían de una intensa exposición al sol, de vientos invernales muy fríos o de aconteci- mientos internos (como una actividad muscular muy vigorosa) que liberan gran cantidad de calor. 2. Propiedades de polaridad/como disolvente. Debido a su polaridad, el agua es un disolvente ex- celente, de hecho, se la suele llamar el “disolvente universal”. Un disolvente es un líquido o un gas en el que cantidades más pequeñas de otras sustan- cias, llamadas solutos (que pueden ser gases, líqui- dos o sólidos) pueden ser disueltas o suspendidas. La mezcla resultante se denomina solución cuando las partículas del soluto son diminutas, y suspensión cuando son bastante grandes. Las mezclas translúci- das con partículas de soluto de tamaño medio reci- ben el nombre de coloide. Las pequeñas sustancias químicas reactivas, como las sales, los ácidos y las bases, se disuelven fácilmente en el agua y se distribuyen de manera uniforme. Las moléculas no pueden reaccionar quí- micamente a menos que estén en solución, de modo que todas las reacciones químicas que ocu- rren en el organismo dependen virtualmente de las propiedades disolventes del agua. Debido a que los nutrientes, los gases de respi- ración (oxígeno y dióxido de carbono) y las sustan- cias de deshecho pueden ser disueltos en agua, ésta puede actuar como medio de transporte e inter- cambio en el organismo. Por ejemplo, todas estas sustancias son trans- portadas de una parte del cuerpo a otra mediante el plasma sanguíneo y son intercambiadas entre la sangre y las células de los tejidos pasando a través del líquido intersticial. Las moléculas especializadas que lubrican el organismo (como el moco) también utilizan el agua como disolvente y los líquidos sino- viales “lubrican” los extremos de los huesos cuando se mueven dentro de las cavidades de las articula- ciones. 3. Reactividad química. El agua es un reactante im- portante en algunos tipos de reacciones químicas. Por ejemplo, para digerir alimentos o degradar moléculas biológicas, se añaden moléculas de agua a los extremos de las moléculas más grandes. Tales reacciones reciben el nombre de reacciones de hidrólisis, un término que específicamente re- conoce este papel del agua (hidro � agua, lis � rotura). 4. Amortiguación. El agua también obedece a una función protectora. En forma de líquido cefalorra- quídeo, el agua forma una amortiguación alrededor del cerebro que ayuda a protegerlo de traumas físi- cos. El líquido amniótico, que rodea al feto en de- sarrollo dentro del cuerpo de la madre, juega un pa- pel similar al proteger al feto. Las sales Una sal es un compuesto iónico que contiene cationes distintos del H� y aniones distintos del ión hidróxilo (OH�). En el organismo suelen encontrarse las sales de muchos elementos metálicos, pero las más abundantes son las que contienen calcio y fósforo, presentes princi- palmente en dientes y huesos. Cuando se disuelven en los líquidos del organismo, las sales se descomponen en sus iones. Este proceso, llamado disociación, ocurre con bastante facilidad porque los iones ya se han for- mado. Todo lo que resta es separar los iones. Esto lo consiguen las moléculas de agua polares, que se orien- tan con sus extremos ligeramente negativos hacia los cationes y con los ligeramente positivos hacia los anio- nes, superando así la atracción entre ellas (Figura 2.11). Las sales, tanto en sus formas iónicas como en com- binación con otros elementos, son vitales para el fun- 42 Anatomía y Fisiología Humana 2
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