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Cómo vencer la diabetes con alimentos

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DIABETES
Salud, Nutrición
y Bienestar
Vencer la DIABETES 
mediante la alimentación
¿Nos podemos fiar de las autoridades sanitarias cuando nos lanzan mensajes con recomendaciones respecto a 
qué tenemos que comer para, al parecer, ayudarnos a tener un mejor estado de salud?
En teoría estamos cada vez más informados por lo que, de nuevo en teoría, deberíamos tener cada vez mejor salud. 
Sin embargo, las cifras parecen desmentirlo. En España llama la atención la evolución de las personas con so-
brepeso y obesidad, que han pasado del 45,4% en 1995 al 53,3% en 2006. Es decir, que en una década (en la 
que cada vez se nos ha “concienciado” más sobre cómo alimentarnos mejor y hasta se reguló legalmente el 
etiquetado que debían llevar los productos para que los consumidores pudieran tomar decisiones de compra 
más saludables) resulta que la prevalencia de personas con índice de masa corporal superior al aconsejado au-
mentó un 8%. 
En esa misma década, el porcentaje de personas que declara haber recibido un diagnóstico de hipertensión 
arterial pasó del 11,9 al 24,9%; las cifras para la hipercolesterolemia del 9,5% al 18,4% y las personas que 
declaran haber recibido el diagnóstico de diabetes del 4,7% al 7,3%. 
¿Qué es lo que ha pasado? Por arrojar un poco de luz, veamos qué es lo que nos están recomendando comer. 
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) publicó unas recomendaciones genéricas 
resumidas en su famosa “Pirámide NAOS” en cuya base destaca que hay que tomar a diario, y además varias 
veces, arroz, pastas y patatas (además de verduras, hortalizas, frutas, lácteos y aceite de oliva). E insisten en no 
dejar de tomar cada día productos elaborados con cereales, especialmente pan. 
Como ve, pan y patatas. Con esto es con lo que las autoridades sanitarias han decidido mantenerle a usted en 
forma. Sin duda, a quienes no estén familiarizados con las cuestiones de nutrición la promesa podría parecerles 
razonable. Después de todo, ¿acaso los cereales no son presentados continuamente por la industria agroalimen-
taria como alimentos sanos? ¿Y los dietistas no aseguran a coro que lo que engorda no es el pan sino lo que le 
ponemos encima? ¿Y la patata no es una hortaliza «rica en glúcidos complejos»?
Lo que no le dicen
La verdad es que estos alimentos no suponen ningún peligro para usted si corre el equivalente a una maratón cada 
semana. Pero si ese no es su caso, y sigue las recomendaciones oficiales, es decir, que la mayoría de las calorías que 
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DIABETES
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ingiera cada día provengan del pan, las pastas y las patatas, es posible que tarde o temprano se una al 
multitudinario censo de diabéticos y prediabéticos.
La descripción más antigua de la diabetes data del siglo IV antes de Cristo, cuando médicos indios 
constatan que las hormigas se apiñan en torno a la orina de ciertos enfermos. Esta nueva afección es 
bautizada como Madhumeha. Durante el siglo I d.C, Arateo de Capadocia, que vive en Asia Menor, 
detalla por su parte una enfermedad rara que afecta a algunos de sus conciudadanos: le da el nombre 
de diabetes (en griego: exceso de orina). Seis siglos más tarde, la diabetes hace su aparición en China. 
Sus síntomas son descritos perfectamente por el médico Chen Chuan.
Hoy día, la incidencia de la diabetes aumenta por todas partes y es uno de los problemas sanitarios más 
graves de nuestro tiempo. La diabetes mellitus de tipo 2, incluso en ausencia de síntomas, conlleva lesio-
nes en múltiples tejidos, con daños especialmente sensibles en los pequeños vasos de la retina, los riñones 
y los nervios periféricos. Por ello, la diabetes es una de las principales causas de ceguera, amputaciones y 
enfermedad renal terminal. Además, conlleva un importante riesgo de enfermedades cardiovasculares 
(ECV), tanto por sí misma como por su asociación a otros factores de riesgo.
En España la situación pronto estará fuera de control. La prevalencia total de diabetes mellitus tipo 2 es 
del 13,8%, es decir, que cerca de 6,5 millones de españoles sufren diabetes.1
Si la situación es más que inquietante en España, es decididamente explosiva en Estados Unidos, donde 
se calcula que un estadounidense de cada tres, actualmente con buen estado de salud, acabará siendo 
diabético. Detengámonos un instante en la situación estadounidense, ya que ilustra bien la responsabili-
dad del pan, las pastas, los cereales y las patatas en la epidemia de diabetes. En este país, la proporción de 
nuevos casos se ha multiplicado por más de 4 entre 1960 y 2010. ¿Qué ha pasado en este lapso de tiempo 
para que la diabetes adquiera tales proporciones?
Lo que ha pasado es que investigadores estadounidenses viajaron a China. Allí sólo vieron personas del-
gadas. ¿Y qué comían estos chinos? Mucho arroz (un glúcido) y muy pocas grasas. Era a sus ojos la prueba 
de que se trataba de la fórmula correcta para adelgazar. Todos los nutricionistas lo creyeron y aún lo si-
guen creyendo. Sobre este principio erróneo elaboraron las famosas recomendaciones que señalaban que 
había que «comer menos grasas y más féculas en cada comida», que siguieron millones de personas.
En parte se debe a este error que el planeta se esté volviendo diabético.
Un ejemplo edificante: lo que ocurrió en 
Estados Unidos
A partir de 1961, el Departamento de Salud de Estados Unidos puso en marcha campañas de sensibili-
zación: los estadounidenses debían empezar a comer menos grasas y dar preferencia al pan, las patatas y 
el arroz. Como en China. En esa época, un estadounidense consumía 375 gramos de glúcidos al día y 
menos del 2% de la población tenía un diagnóstico de diabetes.
En 1970, el consumo de glúcidos —cereales, féculas— había aumentado hasta llegar a algo menos de 400 
gramos al día. En ese momento, el 2,5% de la población era diabética.
En 1980, el Gobierno estadounidense explicó a los ciudadanos que había que ir más lejos. Comer aún 
menos grasas, y todavía más cereales y féculas. Como estos alimentos eran aclamados por los nutricio-
1 Prevalencia de la Diabetes en España: Estudio Di@bet.es”, realizado desde el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas 
Asociadas (Ciberdem) e Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Ciencia e Innovación), en colaboración con la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Fe-
deración Española de Diabetes (FED). El estudio di@bet.es forma parte de la Estrategia Nacional sobre la Diabetes.
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DIABETES
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nistas, las empresas del sector agroalimentario se encargaron encantadas de inundar el mercado de ese 
tipo de productos: panes de molde y bollería, cereales para el desayuno, galletas y pasteles, patatas 
fritas congeladas, patatas en copos, arroz instantáneo, palomitas, tortas de trigo inflado, barritas de cerea-
les con chocolate… ¡Teóricamente buenos para la línea, ya que estaban desprovistos de grasas!
Para rematar, las grasas de los alimentos comunes se eliminaron en parte y se sustituyeron por glúcidos (bastante 
peores, como vamos a ver), como los del yogur, donde los almidones ocuparon el lugar de las grasas saturadas 
(¡el 0% obliga!). Y partiendo de Estados Unidos, el movimiento se extendió por todo el mundo.
En 1980, cada estadounidense tomaba de media 410 g de glúcidos al día. Sin embargo, a medida que se 
aproximaban al modelo ideal chino preconizado por los nutricionistas, comenzó a manifestarse algo ex-
traño: no perdían ni un gramo.
No solamente no adelgazaban, sino que engordaban y estaban cada vez más enfermos. Y ya más del 4% 
de la población era diabética.
En el año 2000, los estadounidenses ingerían medio kilo de glúcidos, sobre todo a través productos azu-
carados, cereales y patatas. ¡Una dieta para caballos! Por aquel entonces más del 30% estaban obesos, 
frente al 13% que lo estaban en 1960. Y la diabetes seguía subiendo y ya afectaba al6% de la población.
Y, finalmente en 2010, el 8,3% de los estadounidenses eran diabéticos. Mi opinión es que las recomen-
daciones nutricionales a favor de los cereales y las féculas han contribuido a multiplicar en 50 años la 
proporción de obesos por dos y medio y la de diabéticos por cuatro.
El ejemplo de Estados Unidos es corroborado por los muy numerosos estudios epidemiológicos que 
muestran que las personas con buen estado de salud que consumen más cereales refinados, patatas y 
productos azucarados, y menos fibras, a consecuencia de ello tienen un riesgo más elevado que los 
demás de desarrollar una diabetes de tipo 2.
Por ejemplo, en el estudio estadounidense llamado “Estudio de salud de las Enfermeras”, que se llevó 
a cabó desde 1986 en la Universidad de Harvard, haciendo un seguimiento durante 14 años de la 
salud y la dieta de 82.204 enfermeras de Estados Unidos de entre 30 y 55 años, se puso de manifiesto 
que el riesgo de diabetes entre las mujeres que siguen una dieta rica en pan blanco, pastas, arroz y 
productos azucarados es superior en un 50% al de las mujeres que consumen poco de estos alimen-
tos.2 En el estudio denominado “Estudio de salud de los Profesionales de la salud”, cuyos protagonis-
tas esta vez fueron profesionales de la asistencia sanitaria, este riesgo había aumentado un 37%.3
¿Por qué los poderes públicos siguen defendiendo un modelo de alimentación que nos lleva directos al 
paredón? La triste verdad, como expuse en “Salud, mentiras y propaganda”, el libro que escribí con Isa-
belle Robard, es que la mayoría de los responsables de la nutrición oficial tienen vínculos demasiado es-
trechos con la industria agroalimentaria para mantener un discurso objetivo sobre estas cuestiones. Son 
sus aliados, asesores y servidores. ¡Y nos envuelven literalmente en harina!
Lo que pasa cuando se come durante años 
cereales y patatas
Para la mayoría de nuestros contemporáneos, el desayuno se compone de pan blanco o bollería, cereales, 
mermelada y mantequilla para untar en el pan y zumo. Los tentempiés se hacen con galletas, pasteles, 
2 Salmeron J, Manson JE, Stampfer MJ, Colditz GA, Wing AL, Willett WC: Dietary fiber, glycemic load, and risk of noninsulin-dependent diabetes mellitus in 
women. JAMA 277 :472– 477,1997.
3 Salmeron J, Ascherio A, Rimm EB, Colditz GA, Spiegelman D, Jenkins DJ, Stampfer MJ, Wing AL, Willett WC: Dietary fiber, glycemic load, and risk of NIDDM 
in men. Diabetes Care 20 :545– 550,1997 .
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DIABETES
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tortas de arroz inflado, barritas de cereales, cho-
colate con leche o negro y productos fritos en-
vasados. En la comida y en la cena también se 
come pan, y por supuesto pastas, arroz, pizzas, 
a veces sándwiches y patatas, fritas o en todas 
las formas posibles.
Muchos especialistas siguen creyendo que ali-
mentos como el pan o las patatas son azúcares 
«lentos» que liberan gradualmente su energía. 
Nada más lejos de la realidad. Estos alimentos 
poseen en general una carga glucémica ele-
vada, es decir, liberan una cantidad impor-
tante de glucosa (azúcar puro) en la sangre en 
un lapso de tiempo corto (vea el recuadro de 
la página siguiente).
En total, más de la mitad de las calorías de un 
régimen alimenticio habitual la aportan ali-
mentos que son todo menos azúcares «lentos». 
Todos estos alimentos nos inundan de glu-
cosa. Para transportar este azúcar en sangre 
anormalmente alto dentro de las células, el 
páncreas segrega insulina en una cantidad pro-
porcionalmente acorde con los niveles de azú-
car en sangre; es decir, se incrementa 
notablemente la secreción de esta hormona, 
con lo que se hace trabajar excesivamente al 
páncreas hasta agotarlo, lo que conduce a la 
diabetes.
Si usted sigue una dieta de este tipo durante 
treinta o cuarenta años y además hace una vida 
sedentaria (lo que le ocurre a la mayor parte de 
la población), el sistema acaba por agotarse, 
simplemente porque no estamos equipados ge-
néticamente para hacer frente a este exceso de azúcar en sangre. Las células acaban haciéndose resistentes 
a las instrucciones de la insulina, el páncreas reacciona produciendo aún más insulina para hacer pasar el 
azúcar a las células y finalmente acaba por agotarse y deja de producir suficiente insulina. El azúcar en 
sangre se mantiene entonces alto de forma persistente: es la diabetes. 
Diez años después del inicio de la diabetes, la mitad de los enfermos tienen necesidad de seguir un trata-
miento con insulina.
Si es diabético o prediabético, esto le 
dará esperanzas
Al ritmo actual, la enfermedad va a afectar a cada vez más personas, incluidos niños y adolescentes. Ese 
es el caso ya en Estados Unidos. En la diabetes, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiaca se mul-
tiplica por 2,2, el de fallecimiento por accidente cerebrovascular por 1,7, el de insuficiencia hepática por 
1,2, el de septicemia por 1,5 y el de cáncer por 1,3.
La carga glucémica
El índice glucémico (IG) de un alimento nos in-forma sobre la calidad de sus glúcidos, rápi-
dos o lentos. 
Nos dice con qué rapidez pasa el azúcar ingerido 
con la dieta a la sangre. Ahora bien, los efectos de 
un alimento en el organismo dependen al mismo 
tiempo de su IG y de la cantidad que haya tomado.
La carga glucémica (CG) tiene en cuenta estos 
dos parámetros. Se obtiene multiplicando el IG de 
un alimento por la cantidad de glúcidos de una 
porción de dicho alimento, y dividiendo luego por 
100.
La CG de una porción es baja cuando es inferior a 
10, moderada entre 11 y 19 y elevada cuando sobre-
pasa 20.
Ejemplo:
Un plato de puré de patatas, es decir, 150 g de 
puré, contiene 22,5 g de glúcidos
IG del puré: 90
CG = 
Un plato de puré de patatas tiene una CG elevada, 
lo que significa que provocará un pico de gluce-
mia.
CG de una porción =
IG x cantidad de glúcidos de una porción 
100
90 x 22,5 
100
= 20,2
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DIABETES
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La buena noticia es que en la mayoría de los 
casos usted va a poder recuperar la salud y evi-
tar las graves consecuencias de la diabetes. En 
efecto, aunque se pensaba que la diabetes de 
tipo 2 era irreversible, varios estudios recientes 
han demostrado que se puede curar cambiando 
de régimen alimenticio.
Lo primero que debe hacer es suprimir de su 
alimentación los alimentos ricos en almidón, 
hasta que los niveles de azúcar en sangre hayan 
bajado significativamente. Lo cierto es que 
ahora sabemos que este tipo de medida dieté-
tica puede mejorar considerablemente su es-
tado, incluso librarle de la enfermedad.4-5-6-7
En la práctica se trata de una dieta de tipo “ca-
zador-recolector” (o de “los hombres de las ca-
vernas, que ni cultivaban la tierra ni practicaban 
la ganadería), sin productos a base de cereales (como pan, biscotes, bollería, pizza, cereales para el desa-
yuno, pastas, arroz, etc.) y sin patatas, que son sustituidos por verduras y frutas (el plátano y la uva sólo 
ocasionalmente, ya que su carga glucémica es elevada), y nueces. Cada uno de estos grupos de alimentos 
es beneficioso. Las verduras (especialmente el brécol) ayudan a reducir la glucemia y combaten el estrés 
oxidativo, a menudo elevado.8
Las nueces son imprescindibles. Según un estudio reciente, la sustitución de cereales y féculas por nueces 
de todas las clases (salvo las saladas y las tostadas) mejoró claramente la glucemia.9
Para ser eficaz, esta dieta debe ser poco calórica. Investigadores de la Universidad de Newcastle, en el 
Reino Unido, hicieron un seguimiento recientemente a diabéticos con un promedio de edad de 50 
años. Durante 8 semanas, los participantes consumieron solamente 600 calorías (Kcal.) al día, sin nada 
de almidón. Resultados: la glucemia en ayunas y después de una comida poco a poco volvió a niveles 
normales y el páncreas recuperó sus capacidades normales de producción de insulina. La totalidad de 
los síntomas desapareció de forma duradera: 3 meses después del final de la restricciónalimentaria, el 
64% de los participantes seguía sin presentar síntomas de la enfermedad.10 
Se trató en este caso de un nivel de calorías muy bajo, pero cabe pensar que una dieta un poco menos 
estricta tendrá los mismos efectos.
La dieta puede completarse con pescado, marisco, crustáceos o carne. Un poco de queso está permitido, 
pero ni leche ni yogur, ya que estos alimentos estimulan fuertemente la insulina.
La mitocondria y el complejo I
La cadena metabólica de la mitocondria con-vierte las moléculas procedentes de la diges-
tión de los alimentos (azúcares, grasas) en ATP 
(adenosín trifosfato, la molécula energética por 
excelencia), que es una energía utilizable por las 
células. Hay cuatro etapas enzimáticas en este 
ciclo. El complejo I es la primera enzima, y acoge 
los electrones de una sustancia llamada NADH, 
que se produce por la oxidación de los azúcares y 
las grasas, y los transfiere a una sustancia llamada 
coenzima Q. El complejo I desempeña un papel 
clave en la producción energética celular y toda 
disfunción en él da origen a enfermedades neuro-
musculares.
4 Lindeberg S. and al. : A Palaeolithic diet improves glucose tolerance more than a Mediterranean-like diet in individuals with ischaemic heart disease. Diabetologia. 
2007 Sep; 50(9):1795-807. Epub 2007 Jun 22.
5 Oesterdahl M. et al. : Effects of a short-term intervention with a paleolithic diet in healthy volunteers. Eur J Clin Nutr. 2008 May; 62(5): 682-5. Epub 2007 May 
16.
6 Jönsson T. et al.: Beneficial effects of a Paleolithic diet on cardiovascular risk factors in type 2 diabetes: a randomized cross-over pilot study. Cardiovasc Diabetol. 
2009 Jul 16;8:35.
7 Frassetto L. A. et al.: Metabolic and physiologic improvements from consuming a paleolithic, hunter-gatherer type diet. Eur J Clin Nutr. 2009 Ag; 63(8): 947-55. 
Epub 2009 Feb 11.
8 Z Bahadoran, P Mirmiran, F Hosseinpanah, M Hedayati, S Hosseinpour-Niazi and F Azizi; Broccoli sprouts reduce oxidative stress in type 2 diabetes: a randomized 
double-blind clinical trial. European Journal of Clinical Nutrition, (11 May 2011) | doi:10.1038/ejcn.2011.59.
9 Jenkins DJ, Kendall CW, Banach MS, Srichaikul K, Vidgen E, Mitchell S, Parker T, Nishi S, Bashyam B, de Souza R, Ireland C, Josse RG. Nuts as a replace-
ment for carbohydrates in the diabetic diet. Diabetes Care. 2011 Ag;34(8):1706-11. Epub2011 Jun 29. PubMed PMID: 21715526; PubMed Central PMCID: 
PMC3142027.
10 Lim EL, Hollingsworth KG, Aribisala BS, Chen MJ, Mathers JC, Taylor R.; Reversal of type 2 diabetes: normalisation of beta cell function in association with 
decreased pancreas and liver triacylglycerol. Diabetologia, doi: 10.1007/s00125-011-2204-7.
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DIABETES
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¿Qué hay que beber? Aparte de agua, debe tomarse preferentemente té negro, té verde y otras infusiones, 
así como café, ya que aportan flavonoides antioxidantes. En los diabéticos bien controlados un poco de 
vino tinto al día podría ser beneficioso, o al menos no perjudicial, por el efecto antioxidante de los polife-
noles. Los investigadores que hicieron este descubrimiento consideran que un poco de vino tinto al día es 
tan eficaz como un medicamento (la moderación es indispensable, ya que demasiado alcohol, por el con-
trario, agrava la enfermedad).11
Complementos alimenticios que deben 
tenerse en cuenta
Vitaminas y minerales
Una gran cantidad de diabéticos tiene carencia de vitaminas y minerales, especialmente debido a que su 
metabolismo se ha alterado en el curso de la enfermedad.
● El déficit de potasio, magnesio, zinc y cromo pueden hacer más difícil el control de la glucemia.
● El déficit de zinc puede hacer que el sujeto sea más propenso a infecciones.
● Los diabéticos tienen también dificultades para sintetizar la vitamina C, ya que la vitamina C y el 
azúcar tienen en común los mismos transportadores celulares y el azúcar en sangre entra en com-
petencia con la vitamina C para acceder a la célula. Así pues, un exceso de azúcar sanguíneo puede 
llevar a un déficit de vitamina C. 
● La vitamina B6 se encuentra también con demasiada frecuencia a un nivel bajo en los diabéticos.
Un estudio doble ciego (es decir, en el que ni los investigadores ni los pacientes saben quién toma el su-
plemento o quién un placebo y sólo se sabe tras registrar y analizar los datos, lo que hace que el estudio 
tenga el máximo rigor) que se llevó a cabo en Estados Unidos en 2003 mostró que los diabéticos que 
recibieron un suplemento de vitaminas y minerales (que aportara de una a cuatro veces la cantidad acon-
sejada) sufrieron menos infecciones que los pacientes que tomaron un placebo.12
Por otra parte, un suplemento de vitaminas y minerales puede reducir el estrés oxidativo y la presión 
arterial y preservar el buen funcionamiento de los riñones.13
Mi opinión: un suplemento de vitaminas y minerales sin hierro, que aporte de una a dos veces la cantidad 
aconsejada, es útil cuando se tiene diabetes.
Magnesio
Los diabéticos, y en particular aquellos que padecen glicosuria (azúcar en la orina) frecuentemente tienen 
carencia de magnesio. Un déficit de magnesio puede consolidar la resistencia a la insulina, lo que origina 
un verdadero círculo vicioso. Un estudio ha demostrado también que la falta de magnesio aumenta el 
riesgo de úlceras de miembros inferiores.14 Algunas investigaciones han estudiado el papel de los suple-
mentos de magnesio en los enfermos y concluyen que, sobre todo cuando existe un déficit, el magnesio 
11 Zoechling A, Liebner F, Jungbauer A. Red wine: A source of potent ligands for peroxisome proliferator-activated receptor γ. Food Funct. 2011 En 11;2(1):28-38. 
Epub 2010 Nov 19. PubMed PMID: 21773583.
12 Barringer TA: Effect of a multivitamin and mineral supplement on infection and quality of life. A randomized, doubleblind, placebo-controlled trial. Ann Intern 
Med 2003;(138): 365-371.
13 Farvid MS: Comparison of the effects of vitamins and/or mineral supplementation on glomerular and tubular dysfunction in type 2 diabetes. Diabetes Care. 
2005;28(10):2458-64.
14 Rodríguez-Morán M: Low serum magnesium levels and foot ulcers in subjects with type 2 diabetes. Arch Med Res. 2001 Jul-Ag;32(4):300-3.
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ayuda a normalizar la tensión arterial.15 Además mejora la sensibilidad a la insulina,16 ayuda a prevenir 
las neuropatías, las retinopatías y las trombosis, pero también a reducir la reactividad al estrés y probable-
mente también la susceptibilidad a los radicales libres.
Mi opinión: es aconsejable tomar un suplemento de magnesio, es decir, de 300 a 600 mg al día.
Cromo
El metabolismo del cromo se ve alterado en los diabéticos; su nivel de cromo plasmático es 33, más de 
un 50% más bajo que el de las personas con buen estado de salud. Algunos estudios muestran la acción 
beneficiosa de los suplementos de cromo para mejorar la sensibilidad a la insulina en la prediabetes y la 
diabetes,17 pero no todos son positivos.
Mi opinión: los estudios positivos han utilizado a menudo picolinato de cromo en la dosis mínima eficaz 
de 400 µg/día durante al menos dos meses. Debe tomarse con el conocimiento y la aprobación del mé-
dico, que debe evaluar mediante análisis biológicos regulares la eficacia o no del suplemento (sobre la 
glucemia y la hemoglobina glicada).
El ácido lipoico
El ácido lipoico, un potente antioxidante, incide de modo positivo en el control de la glucemia y la pre-
vención de las complicaciones (enfermedades cardiovasculares, renales, trastornos vasculares). Es intere-
sante sobre todo para prevenir y tratar las neuropatías de la diabetes.18
Un suplemento de ácido lipoico por vía intravenosa (3 semanas) reduce de forma significativa los prin-
cipales síntomas de neuropatía, y los complementos por vía oral aportan mejoras sensibles, incluso en el 
plano cardiaco. Parece ser que la mejora es más marcada cuando la diabetes es de aparición reciente y sus 
síntomasson moderados.
Mi opinión: los estudios sobre la neuropatía se han llevado a cabo con dosis que oscilan entre 600 y 1.800 
mg/día. Dosis más bajas, del orden de 200 a 400 mg/día, podrían aportar beneficios, aunque no se tiene 
certeza.
La L-carnitina
La L-carnitina disminuye el nivel de azúcar en sangre y el nivel de HbA1c, aumenta la sensibilidad a la 
insulina,19 mejora a los paciente diabéticos que sufren neuropatías20 y podría, según trabajos preliminares, 
prevenir ciertas formas de insuficiencia cardiaca en la diabetes.
Mi opinión: tomar preferentemente la forma acetilada de la L-carnitina (acetil-L-carnitina), por su mejor 
biodisponibilidad.
Las dosis utilizadas en los estudios oscilan entre 500 y 1.000 mg/día.
Las dosis más elevadas parecen ser eficaces en las neuropatías.
15 Yokota K: Clinical efficacy of magnesium supplementation in patients with type 2 diabetes. J Am Coll Nutr. 2004 Oct;23(5):506S-509S.
16 Rodríguez-Morán M: Oral magnesium supplementation improves insulin sensitivity and metabolic control in type 2 diabetic subjects: a randomized double-blind 
controlled trial.Diabetes Care. 2003 Abr;26(4):1147-52.
17 Racek J: Influence of Chromium-Enriched Yeast on Blood Glucose and Insulin Variables, Blood Lipids, and Markers of Oxidative Stress in Subjects with Type 2 
Diabetes Mellitus. Biol Trace Elem Res. 2006 Mar;109(3):215-230.
18 Ziegler D : Thioctic acid for patients with symptomatic diabetic polyneuropathy: a critical review. Treat Endocrinol. 2004;3(3):173-89.
19 Mingrone G. Carnitine in type 2 diabetes. Ann N Y Acad Sci. 2004 Nov;1033:99–107. Review.
20 Sima A : Acetyl-L-Carnitine Improves Pain, Nerve Regeneration, and Vibratory Perception in Patients With Chronic Diabetic Neuropathy. Diabetes Care 2005 ; 
28:89-94.
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DIABETES
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Los alimentos antidiabetes ocultos en su 
cocina
Para mantener un índice de azúcar estable en nuestra sangre, lo que es indispensable para nuestra super-
vivencia, nuestro páncreas debe segregar una hormona, la insulina, en cantidad proporcional. El aflujo 
demasiado rápido de glucosa y con demasiada frecuencia reduce nuestra sensibilidad a la insulina y nos 
hace diabéticos —estemos o no obesos—. En cuanto a la fructosa, el resultado final es idéntico, a pesar 
de que el metabolismo de este azúcar (por el hígado) sea diferente.
¡Atención!: las personas con sobrepeso no son las únicas que deben preocuparse, desgraciadamente.
En efecto, a menos que vivamos apartados de nuestra sociedad, hay pocas probabilidades de que llegue-
mos a escapar totalmente de los azúcares refinados que han invadido la alimentación moderna.
Aunque sólo sea porque los azúcares y glúcidos refinados (pan blanco, pastas blancas, arroz blanco de 
grano corto o redondo) son, por aporte calórico, la manera menos cara de alimentarnos actualmente, hay 
grandes probabilidades de que los consumamos en exceso. En gran exceso.
Y si usted, como muchos de nosotros, se deja tentar regularmente por un refresco (incluso el té frío), 
dulces, barritas con chocolate o copos de maíz, sepa que su organismo sufre cada vez una violenta descarga 
de los azúcares más peligrosos para su páncreas: la fructosa, la sacarosa (azúcar blanco) y la glucosa, junto 
con sus múltiples asociaciones (jarabe de glucosa-fructosa, etc.). El modo de alimentación de nuestros 
ancestros prehistóricos no nos había habituado en absoluto a estos azúcares, y menos en tales cantidades.
Para que tenga un punto de referencia interesante, recuerde la próxima vez que beba una lata de Coca-
Cola (33 cl) que contiene no menos de trece terrones de azúcar.
Y ahora voy a hablarles de la canela y el clavo, ya que pueden tener efectos antidiabéticos.
Canela
La canela hace que las células del hígado, así como las células musculares, sean más sensibles a la insulina, la 
hormona segregada por el páncreas que regula el índice de azúcar en la sangre. Cuando 30 personas aque-
jadas de diabetes tipo 2 comenzaron a añadir una pizca de canela en sus comidas, su índice de azúcar en la 
sangre y su índice de colesterol «malo» LDL (siglas de “low density lipoproteins”, colesterol ligado a protei-
nas de baja densidad) bajaron entre un 12 y un 30% en sólo 40 días, según los investigadores del Beltsville 
Human Nutrition Research Center (EEUU), un organismo dependiente del Departamento de Salud esta-
dounidense (USDA).
Pruebe a añadir una pizca de esta especia en su desayuno, en la comida y en la cena. De dos a cuatro gramos 
al día pueden ser suficientes. Las dos mejores formas de aprovechar los beneficios de la canela son molerla en 
su molinillo de café con el café que prepare, y añadir canela en rama a su tetera al preparar té u otras infusio-
nes.
No sólo es totalmente seguro, sino que resulta una solución barata que le podría ayudar contra la diabe-
tes tipo 2.
La canela tiene la ventaja de disminuir igualmente su índice de colesterol y triglicéridos, lo que contri-
buye a la salud de su corazón. Al frenar el paso de la comida digerida en el intestino, la canela frena la 
difusión de la glucosa hacia la sangre, y por lo tanto tiene un efecto regulador de la glucemia (índice 
de azúcar en sangre).
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DIABETES
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Clavo
El clavo podría tener también un efecto favorable contra la diabetes. En un estudio llevado a cabo en 36 
pacientes diabéticos, los investigadores separaron a los participantes en tres grupos y les hicieron tomar 
0, 1 ó 2 gramos de clavo (en forma de comprimido) todos los días durante un mes.
Todos los pacientes de los grupos que tomaron clavo experimentaron un descenso de su índice de glucosa, 
triglicéridos y colesterol «malo» LDL. Además, el clavo contribuyó a prevenir la formación de coágulos 
sanguíneos, causa potencial de infarto y accidente cerebrovascular (ACV) o ictus. De hecho, el clavo es 
muy eficaz cuando se trata de fluidificar la sangre. Puede añadir clavo a su infusión de canela, o comprar 
comprimidos en su tienda bio o por Internet.
¡Atención!: las plantas antidiabéticas pueden provocar un descenso demasiado brusco de la glucemia con 
malestar hiploglucémico, incluso coma, del mismo modo que la insulina o los demás medicamentos 
orales que reducen los niveles de azúcar en sangre (medicamentos hipoglucemiantes), sobre todo si estas 
plantas se combinan con un tratamiento ya existente para equilibrar la diabetes. Por consiguiente, estas 
estrategias alimentarias contra la diabetes deben ponerse en práctica bajo el control de su médico. En 
cualquier caso deberá tener cuidado de no suprimir los medicamentos que le hayan recetado o que venga 
utilizando; el objetivo debe ser reducir progresivamente su posología (es lo sensato), incluso hasta llegar 
a suspender su ingesta, pero siempre vigilando la evolución de la glucemia y la glicosuria (índice de azú-
car en la orina).
El ajo ayuda a controlar la diabetes
La canela y el clavo no son los únicos productos presentes en su despensa que le pueden ayudar contra la 
diabetes. Las personas que sufren este desarreglo se ven aquejadas a menudo de problemas de riñón, y 
pueden sufrir los efectos nefastos de la hiperglucemia (exceso de azúcar) en sus vasos sanguíneos, su piel 
y sus ojos. Estos daños son causados por un proceso denominado glicación, por el cual las moléculas de 
proteínas se ligan con los azúcares dentro del cuerpo, lo que desemboca en disfunciones estructurales en 
los vasos sanguíneos (ateroma, esclerosis vascular) y otros tejidos. Investigadores de la Universidad de 
Manchester, en Inglaterra, han demostrado que el ajo, en todas sus formas, puede contribuir a impedir 
la glicación.
Puede utilizar el ajo a diario en su cocina o tomarlo como extracto, o incluso comprar un extracto de ajo 
líquido, producido mediante un largo proceso de extracción que dura unos dos años, creando un pro-
ducto sin olor y rico en componentes activos que ayuda a estabilizar el nivel de azúcar y a favorecer la 
salud visual. Tambiénpuede simplemente tomar uno o dos dientes de ajo crudos picados cada día, su-
primiendo el germen que tiene en el centro del diente, para mejorar la digestión.
Vigile sus aportes del oligoelemento 
cromo
La presencia del cromo en su alimentación, en la medida en que interviene en la homeostasis glucídica, 
es fundamental para prevenir la intolerancia a la glucosa. Las levaduras, el hígado, la yema de huevo, la 
pimienta, el tomillo o incluso las hojas de arándano son buenas fuentes.
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DIABETES
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El fenogreco
Los granos de fenogreco, conocidos por su capacidad de hacer ganar peso en caso de adelgazamiento o 
pérdida de masa muscular, podrían ser hiploglucemiantes. Contienen un ácido aminado (4-hidroxiiso-
leucina) que, según observaciones científicas, incrementa la liberación de insulina, tanto en los animales 
como en las personas. Los extractos de hojas de fenogreco podrían igualmente ser hipoglucemiantes.
En el curso de un ensayo clínico se observó que la administración de 50 g de polvo de granos de feno-
greco, 2 veces al día durante 10 días a personas diabéticas no insulinodependientes (es decir, que sufrían 
diabetes de tipo 2), guardaba relación con un descenso significativo de la glucemia en ayunas, la glicosu-
ria y el índice de lípidos en la sangre. El efecto hipoglucemiante observado era proporcional a la dosis 
ingerida.
Hacer pesas hace bajar el índice de 
azúcar
La musculación es eficaz para reforzar los músculos, solidificar los huesos, aumentar el metabolismo, 
mejorar el equilibrio y mejorar el control del índice de glucosa en la sangre. En un estudio reciente, los 
investigadores han descubierto que los ejercicios aeróbicos aumentan la sensibilidad a la insulina en un 
20%. Cuando se añaden ejercicios de musculación a las sesiones de ejercicio aeróbico, la sensibilidad a la 
insulina mejora en un 77% en determinadas personas. Es una buena noticia para los diabéticos, pero 
también para las personas que tienen un índice de azúcar elevado, quienes pueden evitar la diabetes sim-
plemente prestando atención a su dieta y practicando ejercicio.
Para comenzar un programa de musculación, debe empezar por hacer trabajar todos los grupos de mús-
culos de su cuerpo (pecho, espalda, hombros, piernas y abdomen). Puede levantar pesas en su casa, sin 
necesidad de apuntarse a un gimnasio, pero la verdad es que motiva más hacer este tipo de actividad en 
grupo, y sobre todo bajo la dirección de un monitor. Pero como eso cuesta dinero, nada le impide hacer 
sus ejercicios solo en casa. Puede utilizar halteras (mancuernas, pesas o discos), pero también valdrán otros 
objetos domésticos como botes de conservas o garrafas de agua. En la medida en que sus músculos tengan 
que hacer un esfuerzo y encontrar resistencia, el efecto beneficioso se producirá.
Si toma medicamentos con receta contra 
la diabetes
Si se tiene una forma avanzada de diabetes, resulta a menudo indispensable tomar medicamentos. Los dos 
medicamentos recetados con más frecuencia contra la diabetes son el Glucophage (biguanida) y el Avandia 
(rosiglitazone), pero este último fue retirado del mercado europeo (el 1 de noviembre de 2010) por su fa-
bricante GlaxoSmithKline siguiendo una recomendación de la EMEA (Agencia Europea de Medicamentos) 
debido a que incrementaba el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Estos dos medicamentos presentan riesgo también de causar daños al hígado. Una buena manera de 
proteger el hígado es tomar de 140 a 210 mg tres veces al día de extracto de granos de cardo mariano 
(Sylibum marianum). Se trata de una planta que ya usaban los griegos para tratar los trastornos hepáticos 
y que contiene silimarina, cuyas virtudes terapéuticas han sido reconocidas por la Organización Mundial 
de la Salud (OMS).
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DIABETES
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Antioxidantes
La hiperglucemia genera indirectamente radicales libres. Por consiguiente, su organismo siente una 
mayor necesidad de micronutrientes antioxidantes, que consume en cantidad superior. 
El té verde posee propiedades muy interesantes, ya que es a la vez antioxidante e inhibidor del proceso de 
glicación. 
Para paliar el probable déficit en vitaminas C y E, en selenio, zinc, carotenoides y flavonoides, consuma 
alimentos que los contengan: brécol, limón, kiwi, alfalfa, nueces, aceite de germen de trigo, cereales 
integrales, ajo, algas, ostras, zanahoria, berenjena, remolacha roja, piña, plátano... No obstante, puede 
que sea inevitable la ingesta de micronutrientes en forma de complementos alimenticios.
Hay complementos alimenticios cada vez más numerosos y preparados para fines específicos que desarro-
llan fabricantes muy serios. Son eficaces y generalmente muy seguros, al contrario que los medicamentos 
químicos recetados, y representan una alternativa que es obligado tener en cuenta.
Las informaciones contenidas en esta publicación se proporcionan única-
mente con fines informativos y no pueden ser consideradas como reco-
mendaciones médicas personalizadas. No debe seguirse ningún tratamiento 
basándose únicamente en el contenido de este Dossier, y se recomienda al 
lector que para cualquier asunto relacionado con su salud y bienestar, con-
sulte con profesionales sanitarios debidamente acreditados ante las autorida-
des sanitarias. El editor de esta publicación no es un proveedor de servicios 
médicos homologados. El editor no practica la medicina bajo ningún título, 
ni ninguna otra profesión terapéutica y en ningún caso mantendrá una 
relación médico-paciente con sus lectores.
La editorial no es responsable de la exactitud, fiabilidad, eficacia ni del uso 
correcto de la información que usted recibe, ni de los problemas de salud 
que puedan resultar de programas de formación, productos o eventos de los 
que pueda tener conocimiento a través de esta publicación. Los productos 
citados pueden tener contraindicaciones. El editor no es responsable de 
los eventuales errores u omisiones. Ninguna de las informaciones ni de 
los productos mencionados en este dossier están destinados a diagnosticar, 
tratar, aliviar o curar ninguna enfermedad.
Salud, Nutrición y Bienestar
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