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Etimología Jurídica - Dehesa Dávila, Gerardo-FreeLibros

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Primera edición: noviembre de 2001 
Segunda edición: Marzo de 2004 
D.R. O Suprema Corte de Justicia de la Nación 
Av. José María Pino Suárez Núm. 2 
C.P. 06065, México, D.F. 
Impreso en México 
Prin ted in Mexico 
La edición de esta obra estuvo al cuidado de la Dirección General 
de la Coordinación de Compilación y Sistematización d e Tesis de 
la Suprema Corte de Justicia d e la Nación. 
Segunda Edición 
Gerardo Dehesa Dávila 
Centro de Consulta de 
información Juridica 
Biblioteca 
Poder Judicial de la Federación 
México, 2004 
Ministro Mariano AzueIa Güitrón 
Pwidm te 
Primera SaIa 
Ministra Olga María Sánchez Cordero de García Villegas 
Presidenta 
Ministro José Ramón Cossío Díaz 
Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo 
Ministro Humberto Román Palacios 
Ministro Juan N. Silva Meza 
Segunda SaIa 
Ministro Juan Díaz Romero 
Presidente 
Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano 
Ministro Genaro David Góngora Pimentel 
Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos 
Ministro GuiIIermo 1. Ortiz Mayagoitia 
Comité de Publicaciones g Promoción Educativa 
Ministro Mariano Azuela Güitrón 
Ministro GuiIIermo 1. Ortiz Mayagoitia 
Ministra Olga María Sánchez Cordero de García Villegas 
Comité Editorial 
Dr. Armando de Luna Avi~a 
Secretario de Administracidn 
Dr. Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot 
secretario T6cnico lurldico 
Mtra. Cielito Bolívar Galindo 
Directora General de la 
Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis 
Ing. Víctor Cofín Gudiño 
Director General de Difusión 
Dr. Lucio Cabrera Acevedo 
Drrector de &tudlos hrlsnSricos 
E 1 adecuado desarrollo de las tareas jurisdiccionaIes exige, entre otros aspectos, un amplio dominio de1 Ienguaje en razón de que Ia mayo- 
ría de las actuaciones judiciales, g en especial la sentencia -punto 
culminante del arduo trabajo intelectual del juzgador-, se plasman por 
escrito. De ahí la trascendencia del Ienguaje en el ámbito del derecho. 
Mediante la escritura, las sentencias emitidas por los órganos jurisdiccio- 
nales permanecen como testimonio para el juicio de la historia, y de 
la misma manera sometidas a las evaIuaciones que de ellas haga la 
posteridad, validando con mayor vigor la clásica expresión latina: 
''lo escrito, escrito está". 
Si a lo anterior se agrega la difusión que a través de la tecnología elec- 
trónica tienen las resoluciones de los tribunales de1 mundo, cobra espe- 
cial importancia una obra dedicada a perfeccionar p a profundizar el 
Ienguaje técnico que emplean los abogados, y muy particularmente, los 
jueces y sus auxiliares. 
Como es obvio, la terminología especializada empleada en e1 campo 
del derecho tiene sus particularidades semánticas, fruto de una evolución 
milenaria que reconoce su fuente en la lengua latina, inagotable cantera 
que ha abastecido durante siglos el vocabulario jurídico, y de la cual 
derivan una incontable diversidad de Iocuciones p expresiones que han 
propiciado la formación de neologismos o voces nuevas, que perma- 
nentemente se a8n incorporando al torrente del lenguaje para satisfacer 
e1 avance y desarrollo de la ciencia jurídica. Esta dinámica perpetua del 
idioma obliga a su estudio constante. 
De aquí el sentido g razón de1 Iibro Etimofogia juridica que hoy pre- 
sentamos en su segunda edición, el cual tiene como objetivo central 
proporcionar a todos los estudiosos del derecho los instrumentos nece- 
sarios para lograr un adecuado y eficaz manejo de sus etimologías fun- 
damentales, faciIitándoIes un dominio suficiente y racional de sus 
vocablos y expresiones idiomáticas, esto es, un soporte práctico 9 eficaz 
en sus actividades cotidianas. 
Es indudable que el presente volumen coadyuvará al perfeccionamiento 
de1 acervo lingüístico del personal que integra el Poder Judicial de la 
Federación, lo cual deberá advertirse en la redacción de documentos 
que diariamente se elaboran a todos los niveles. La practicidad del pre- 
sente Iibro destaca desde sus primeras páginas; es en este aspecto que 
radica la utilidad que puede aportar al quehacer jurídico en general g al 
jurisdiccional en particular. 
Tengo la seguridad de que esta obra contribuirá en forma sustantiva al 
mejoramiento y perfeccionamiento del vocabulario técnico-jurídico 
en nuestro ámbito institucional, así como de Ia redacción judicial que en 
éste se genera. 
Ministro Mariano Azuela Güitrón 
Presidente de fa Suprema Corte de Justicia de la Nación 
y d@l~C~nselc) de fd Judicatura Federaf 
1 1 Ienguaje es la mansión del ser", (Die sprache ist das ílaus des E S i . dijo el filósofo alemdn Martin Heidegger. El Ienguaje ocupa 
un fugar eminente en todo el concierto de nuestras actividades coti- 
dianas. No se puede concebir ninguna actividad humana que haga caso 
omiso del lenguaje en su forma oral o escrita. o bien bajo cualquier forma 
de signos convencionales como pueden ser las claves, los lenguajes 
cifrados. los simbólicos. etcétera, 
En este orden de ideas, cualquier esfuerzo por profundizar en e1 estudio 
del lenguaje debe ser siempre bienvenido. Al abordar las dificultades 
que presenta hoy e1 estudio de las etimologías grecolatinas de1 español 
enfocadas al vocabulario jurídico encontramos que la experiencia gene- 
ral es que el vocabuIario jurídico suele ser escaso, tratado de manera 
muy general o en ocasiones desatendido en los textos disponibles. 
La cátedra de etimología jurídica debe ir acompañada de la lectura 
continua de los textos que escribieron en su momento los autores más 
relevantes de la literatura griega, latina, medieval 9 renacentista, 9 
especialmente de los textos jurídicos de donde se ha extraído el vocabu- 
lario que ocupamos hoy. 
¿Por qué? Por la simple razón de que de Ia lectura directa de los textos 
se pueden sacar los ejemplos que, posteriormente, se desarrollarán en 
el aprendizaje del vocabulario grecolatino y la composición de neologismos 
y diversos compuestos; pero más aun, porque en la lectura de 10s textos 
subyace una rica mina de materiales que debe ser aprovechada mediante 
el comentario de los textos mismos que plantean cuestiones de todo 
tipo; jurídicas, políticas. morales, religiosas, históricas, médicas. 
tecnológicas. sociales. etcétera. Al examinar todo este universo que se 
desprende de Ia Iiteratura clásica y de Ia Iiteratura jurídica latina. se abrirá 
un vastísimo panorama cultural para el abogado. que en ocasiones ha 
quedado relegado. 
La finalidad de un libro de etimologías aplicadas al vocabulario jurídico 
es proporcionar una cierta cultura lingüística, perfeccionar el voca- 
bulario técnico, Ia cultura en general, y sobre todo dejar conciencia de 
que la Iectura de este trabajo constituye el antecedente necesario para 
optimizar adecuadamente cualquier estudio posterior sobre argumen- 
tación juridica. 
No puede concebirse una sólida preparación respecto a la argumentación 
jurídica, si se carece de una base etimológica y IexicoIógica seria que 
ayude a solucionar los problemas de ambigüedad conceptual, polisemia, 
uso de falsos sinónimos, de donde surgen, falacias y defectos que afectan 
directamente la comprensión de los textos jurídicos, sean estos Iegis- 
Iativos o j~diciales.~ 
La Iectura de los textos clásicos, legales, de doctrina, leyes, jurispru- 
dencia, etcétera, y el análisis del vocabuIario que Ios integra, conlleva la 
enorme ventaja de profundizar en su recto conocimiento y perfeccionar 
nuestras técnicas de lectura. Nótese bien, una cosa es pasar la vista sobre 
un papel g adquirir de él una información elemental y otra cosa muy 
distinta es ser un buen lector. 
Ser un lector calificado significa desarrollar una serie de capacidades 
tanto de atención como de comprensión, asimilación y análisis que 
- - - 
Vid. Weston, Anthonp Las claves de la argumentación, Barcelona, Ariel. 1999. p. 124. 
VI11 
permitan hacer que el conocimiento forme parte integral de1 sujeto, no 
un simple accesorio condenado a perecer al poco tiempo. 
Buena parte de1 éxito de cualquier abogado radica en la capacidadde 
ser un lector atento, cosa que por otra parte, presupone un arduo trabajo 
y entrenamiento, pero que una vez iniciado podrá garantizar, dentro de 
lo razonable. e1 buen desempeño de jueces, juristas y litigantes. 
El presente trabajo está dedicado especialmente para todos aquellos que 
se dedican a las tareas del foro y de la judicatura, en virtud de que en 
toda actividad jurídica fa expsión escrítag ordes trascendente, de 
ahí que el jurista, el juez, e1 abogado y el litigante deban tener un amplio 
manejo de las etimologías y una precisa redacción, 10 que dará por 
resultado perfeccionar su calidad de lectura y de comunicación. 
Una de las aportaciones de una buena lectura es una buena redac- 
ción. Un buen lector es, generalmente, un buen redactor. Saber leer y 
saber escuchar son, como diría Plutarco de Queronea4, las mejores 
armas con las cuales se puede dotar no sólo a los jóvenes que se aventu- 
ran a cursar una carrera universitaria, sino a todos los profesionistas en 
general. 
E1 cumplimiento de este objetivo es la finalidad del presente libro de 
etimologías grecolatinas del español enfocadas a1 vocabulario 
jurídico. 
E1 libro está divido en cuatro capítulos: el primero, trata acerca de los 
conceptos fundamentales y proporciona los elementos indispensables 
para poder entender los términos en lengua griega que son muy frecuen- 
tes en e1 vocabulario técnico. A1 respecto, debe indicarse que si no se 
conoce fa lengua o r i g d que es fa fuente del vocabufario jur~'dico, 
Pfufarco de Quero~ea, Sobre cómo se debe escuchar. Madrid, Gredos. 1984. p. 161 g ss. 
(Biblioteca Clásica Gredos, No. 78) 
siempre se permanecerá en un grado elemental y se estará imposibilitado 
para explicar técnica y científicamente la razón de ser de la ortografía, 
no sólo de los tecnicismos jurídicos, sino de las palabras comunes que 
se usan a diario. 
E1 segundo capitulo está dedicado a la parte latina que es de especial. 
trascendencia para entender la génesis y evolución de1 vocabulario 
jurídico y de su desarrollo en ocasiones especializado: asimismo, propor- 
ciona los elementos necesarios para poder entender las locuciones latinas 
que se usan en derecho. 
El tercer capítulo estudia la estructura de la palabra así como sus diversas 
clases, los prefijos preposicionales latinos, tema tan descuidado en la 
formación lingüística de los abogados. En esta sección también se ponen 
en práctica todos los elementos anteriores al examinar una selección de 
locuciones latinas. 
El cuarto capítulo considera los fenómenos fonéticos universales, así 
como los cambios fonéticos, morfológicos y semánticos de las palabras. 
Esta sección es de especial importancia ya que proporciona los elementos 
indispensables para poder identificar y entender los términos jurídi- 
cos en otras lenguas, especialmente en italiano, francés y portugués, y 
en menor grado en inglés y en alemán. 
A1 final de1 libro se añade un apéndice que contiene el vocabulario 
jurídico, parte esencial de este trabajo, que se estudia por familias de 
palabras a fin de facilitar su consulta y su paulatina memorización, pero 
una memorización inteligente a partir de la relación de un vocablo latino 
(o griego en su caso) y sus distintos derivados, lo cual conlIeva la ventaja 
de entender los términos estudiados y fijarlos profundamente en el 
intelecto, al conocer su razón de ser en español. Se incluye otro apéndice 
sobre aIgunos aspectos prácticos de la redacción y e1 buen manejo de la 
lengua española, el cual se encamina a subsanar los errores más frecuen- 
tes que se cometen en la redacción. 
Debe destacarse que, el hilo conductor de todo este trabajo se 
fundamenta en una tarea de relación, no de memorización, lo que 
trae como consecuencia que la memoria se pueda perfeccionar mediante 
una inteligente red de relaciones, partiendo de un vocablo y relacionán- 
dolo con sus derivados, que en muchas ocasiones forman familias de 
palabras muy extensas. 
Mediante este tipo de relaciones se robustece la memoria y la inteligencia 
del vocabulario técnico y, aun cuando transcurra un tiempo prolongado, 
siempre se estará en aptitud de recordar con precisión cualquier término 
si se tiene en mente el radical latino o griego que le ha dado origen. 
Este Iibro es el resultado de la preparación del material para los cursos 
que he impartido a los compañeros del Poder Judicial de la Federación, 
reunido y puesto a su consideración con el afán de colaborar en el perfec- 
cionamiento de una de las profesiones más nobles g comprometidas: la 
impartición de justicia. 
Con la aparición de la segunda edición de este Iibro, que ha agregado 
algunas familias nuevas de términos jurídicos que no se consideraban 
en Ia edición anterior, así como la corrección de algunas erratas y e1 
anexo de nuevos libros en la bibliografía reitero nuevamente mi com- 
promiso con toda la judicatura mexicana con renovado entusiasmo 
convencido de que el trabajo sostenido y constante es uno de los caminos 
más eficaces para servir a nuestra patria, a nuestro México, que es, como 
dice el poeta, "México, creo en tí porque eres el alto de mi marcha y el 
punto de partida de mi impuIsot'. 
Gerardo Dehesa Dávila 
1 ETIMOLOGÍA, FILOLOGÍA Y LINGU~STICA, 
CONCEPTOS Y DEFINICIONES 
ntes que nada es necesario conocer con exactitud y definir ¿qué es la A etimología?, ciencia que se estudiará en el presente libro. Poste- 
riormente, examinaremos la utilidad que nos proporcionará el cono- 
cimiento y adecuado manejo de la ciencia etimológica. 
Pero, ¿qué es definir? Definir, en términos llanos no es otra cosa que 
defiinifar: poner un fin o un límite a una cosa. Determinar o fijar con 
exactitud la significación de una palabra. Empezando a poner en práctica 
las etimologías, definir procede de la partícula latina de, que en este 
caso, indica matiz de intensidad y del sustantivo finis, que significa fin, 
límite o término. 
A continuación, vamos a considerar una serie de definiciones que 
diversos autores han propuesto acerca de la etimología, a fin de com- 
pararlas 9 conocer los elementos comunes que todas ellas presentan. 
Es muy importante observar que en las diversas definiciones, el aspecto 
esencial que las caracteriza, no difiere en ellas, únicamente se le 
agregan elementos que a juicio de los diversos autores aclaran más 
nuestra materia de estudio. Por ello, a1 final de este ejercicio comparativo, 
se podrá construir una definición propia tomando en cuenta las ya ana- 
lizadas. 
¿Qué es pues, la etimología? Alfonso Torres Lemus5 nos dice: 
"Erímologia de mapalabra es el conocimiento de su origen, saber 
de qué vocablo o vocablos proviene y cómo ha evolucionado en su 
sonido, escritura ysignificado. Si está compuesta de dos o m& raices, 
verlas en su lengua p escrif ura oripinai y al conocersu sen tido, expli- 
carse el de la palabra que las contiene." 
Por su parte Tarsicio Herrera Zapién, nos indica que se puede intentar una 
definición de nuestra materia diciendo que: "La etimologfa es la ciencia 
que esrudia el verdadero significado de las palabras conociendo los 
vocablos de las cuales se derivan. los elementos de que constan g 
las modificaciones que experimentan. En o tras palabras la e timologia 
esla ciencia que estudia el origen, la estructura y la evolución de /as 
palabras. Comenzando a hacer uso de la etimologia comprobaremos 
que la palabra etimologia se deriva de dos voces griegas que son: 
ér'pmos E Z U ~ O ~ = verdadero y fbgos LÓyoq = palabra, idea, cono- 
~imiento."~ 
Otra definición la propone Agustín Mateos, que al respecto nos dice que: 
'(Ca etimologia estudia la verdadera signiifícación de las palabras, 
mediante ef conocimiento de su origen, de SU estructura g de sus 
transformaciones o cambios. La palabra e timologia viene del vocablo 
griego &.cupo ho y ia etimologia, el cual estg formado de otros dos, el 
afletivo (éfgmos, ÉTU yo5 ; verdadero, y la pseudodesinencia logh 
que a su vez procede del sustantivo flógos) hhó yo5 ;idea, palabra, 
con~cimiento."~ 
Cfr. TorresLemm Aífonso, Etimologías grecolatinas. México. Porrúa. 1984, 167 pp. El sub- 
rayado es nuestro. 
Cfr. HerreraZapi&n, Taricio, Etiqiología grecolatina del español, México, Porrúa. 1982, 150 pp. 
Cfr. Mareos, Agusr/n,,Compendio de etimologías grecolatinas del español. México, 
Esfinge, 1982, 408 pp. 
En consecuencia, originariamente la etimología se refiere a1 significado 
auténtico de las palabras. 
E1 Diccionario DurvanP8 nos dice: 'Etimologfa. origen delaspahbras, 
razón de su signii'icación y forma. Parte de fa gramgtica que estudia 
las palabras aMdmente considraadas bajo estos aspectos. Inglés, 
Et'mofogy A 1 emá n Efymofogie. Francés , Etymo/ogie. 1 t ali a n o, Eti- 
mofogia. l." 
San Isidoro de Sevilla, en su obra Las Etimologías, tratado enciclopédico 
del saber medieval, dice que: 
'Zas etl;molog~as son un compendio de conocimientos ~Iasificado 
según temas generales, con interpretación de /as designaciones que 
recíben /os seres y /as instituciones, mediante mecanismos etimo- 
lógicos, esto es, buscando en fa forma y en fa historia de /as palabras 
una doble ffave: fa de fa denominación en simisma p a través de 
ella, fa del objeto o ser que fa re~ibe."~ 
La definición anterior sigue siendo, no obstante haber sido escrita hace 
más de un milenio, válida, precisa g esclarecedora. 
Etimología: asr'se denominó hasta ef siglo X/X una parte de fa 
gramgtica, cupos h'mites coinciden rudimentariamente, con /o que 
10s modernos f/arnan '?norfoogfaf~ término que alternó con e/ de 
'knafogfa '! Modernamente, se entiende como fa ciencia que investiga 
10s étymos de /as palabras de una lengua dada tratando de deter- 
mhar /as causas y circunstancias de su proceso evofutivo. I O 
"fr. Diccionario Durvan de la lengua española. Bilbao. Durvan. 1969, 13 12 pp. 
y Cfr. San /s/doro de Sev///a, Etimologías. Edición bilingüe. traducción y notas de José 
Oroz Reta. Madrid, Católica, 1982, 2 Vols. (Biblioteca de Autores Cristianos. No. 433). Esta 
extraordinaria edición que reproduce el texto latino de la Universidad de Oxford. es de 
una trascendental importancia para la historia de nuestra materia. 
l o Cfr. Lázaro de Carreter Fernando, Diccionario de términos filológicos. Madrid, Gredos. 
198 1. 443 pp. (Biblioteca Filológica Románica - Hispánica. No. 6) 
Como se puede observar todas las definiciones propuestas coinciden en 
lo fundamental: 
El origen verdadero y la evolución que fa palabra ha tenido a través 
del tiempo, y que hay que atendec ante todo, a fa lengua oripinalde 
fa que proceden las raices que Ié dan origen. 
Hoy el estudio de la etimología se basa, en primer término. en la fonética, 
y en la semántica, sin descuidar la historia de la palabra. la observación 
psicológica, la distribución geográfica, la historia de la cultura y los textos 
en sus lenguas originales.ll 
En consecuencia, se admite que la etimología es la ciencia que estudia 
el origen de las palabras o, en otros términos, fa investigación delas 
relaciones, formales, fonéticasgsemhticas que ligan a una palabra 
con otra unidad que fa precede históricamente y de fa que se deriva. 
Dicho esto, son necesarias algunas precisiones importantes: 
En primer lugar, la investigación del origen (mediato o inmediato) im- 
plica, en cuanto tal, una actitud que trata de explicar /a naturaleza delas 
cosas a través de una interp~tacjón del /erzgulaj, adhiriéndose direc- 
tamente al pensamiento de los griegos que concibieron la etimología 
como el conocimiento del verdadero (étgmos É~upos) sentido de las 
palabras. 
Esta actitud, en un primer momento filosófica, orientada a clarificar Ia 
relación entre los "nombres" y las "cosas", se orienta cada vez más en 
la actualidad hacia e1 sentido histórico.IP 
" Cfr. Zamboni Piefro, La etimología, Madrid. Gredos, 1988. 319 pp. 
IP Cfr. PfafdB. CratiIo. Introducción, traduccibn y notas de Ute Schmit O. México, U.N.A.M, 
1988, 157 pp. (Bibiiotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana). 
4 
De ahí, la exigencia actual de hacer de la etimología una verdadera his- 
toria de las palabras, que siga las formas desde su origen mas lejano, hasta 
los resultados más recientes a través de todas las etapas documentadas, 
tanto en la formación morfofonoIógica (de morfé, pop$fi, forma. y 
foné - $avfi, sonido) como en la semántica. (semaíno, crqpaívco, signifi- 
car) razonando además en términos de asociaciones y apuntando por 
lo tanto a la reconstrucción de estructuras completas. 
Se ha estudiado ya la definición de nuestra disciplina, es necesario conser- 
var en la memoria los conceptos fundamentales que aquí se han expues- 
to. No se trata de memorizar las definiciones, se trata de tener en mente 
cuáles son los elementos esenciales que tienen todas ellas en común, 
a fin de poder formar a partir de éstos una definición propia de etimología 
razonada g no simplemente memorizada. 
Los elementos esenciales son: 
Lengua original 
Origen verdadero 
Evolución 
Estos son los elementos básicos con los que debe construirse cualquier 
definición, sin olvidar que lo más importante en esta disciplina es aprender 
a relacionar términos y conceptos estratégicos y, a partir de ahí, enten- 
der el origen y el significado de una multitud de familias que tienen el 
mismo campo sernántico (de semáino, oqpaíva, significar). 
De esta manera se podrá comprobar que la memoria se extenderá ga- 
nando en amplitud g precisión y se estará en aptitud de conocer el voca- 
bulario jurídico en otras lenguas romances, que son las que se derivaron 
directamente del latín. 
Por otro lado, es necesario mencionar que la etimología tiene una tradi- 
ción milenaria que se remonta hasta los textos bíblicos, donde ya se 
refleja una voluntad interpretatiaa. inseparable de la reflexión sobre 
Ia naturaleza y sobre el origen del Ienguaje humano.13 
La etimología ya está presente en la cultura egipcia, en Ia India, en la 
tradición árabe, 9 por supuesto en la cultura griega g latina, que, como 
se comprobará a lo largo de este trabajo. son e1 fundamento g el origen de 
nuestra lengua y Ia explicación de gran cantidad de institu~iones.'~ 
Una última reflexión: la ciencia de1 derecho tiene a la fecha, más de 3700 
años de antigüedad, si tomamos como punto de partida el primer docu- 
mento escrito en forma orgánica y acabada, como el Código de Hammu- 
rabi. 
Baste ello para reflexionar sobre la evolución que ha tenido el Ienguaje, 
el vocabulario (en este caso técnico y especializado), g las instituciones jurí- 
dicas a lo largo de este amplio espacio de tiempo. 
La reflexión sobre cada una de las palabras que se examinarán en este Iibro, 
reviste una importancia extraordinaria, pues se considera, en cada una 
de ellas una riqueza acumulada durante milenios que sólo será accesible 
con la ayuda de la lingüística, la filología y la etimología. 
E1 derecho es lenguaje, ha dicho el jurista español Eduardo García de 
Enterría, pensamiento que tiene su antecedente en la reflexión sobre el 
fenómeno, siempre nuevo y multifacético del Ienguaje 9 la palabra, 
característica peculiar g exclusiva de1 hombre racional.l5 Nunca será 
tiempo perdido reflexionar sobre e1 lenguaje, instrumento esencial de1 
derecho, esto conducirá a perfeccionar todas las tareas que se realizan 
en la impartición de justicia. 
Para completar el ámbito donde se desarrolla la etimología es necesario 
mencionar algo acerca de la filología g la lingüística. 
l3 Vid. Génesis. 2,7; Éxodo. 2.10. 
l4 Zarnboní. Pietro. Op. Cit. p.25 y SS. 
l5 Cfr. García deEnrerría E: El derecho, la palabra g el libro. artículo en: La cultura del 
Iibro. Madrid, ed. Fundaci6n G. Ruipérez. 1988. 
¿Qué es la filología? 
Nominalmente, filología significa la actitud del amigo o amante de la 
palabra, como se desprende de las raíces que la forman fílos, $lhoc, y 
Iógos, hóyoc, entendido este vocablo, en el caso concreto como 
palabra.I6 El sufijo -ia, (la) indica conocimiento. 
La filología es el estudio g conocimientode las reglas etimológicas, 
gramaticales, históricas g lexicológicas de una o varias lenguas.17 
Debe notarse que e1 concepto de filología ha sido muy variado: en PIatón 
era esencialmente la elocuencia; Plutarco de Queronea considera al 
filólogo como un erudito; Séneca llama filólogo al aficionado al estudio 
de la antigüedad; en e1 Renacimiento, e1 filólogo es un humanista. El tér- 
mino filología es polisémico; en esencia se ocupa de la fijación de los 
textos reconstruyéndolos y haciendo un estudio cuidadoso de las fuentes, 
códices g manuscritos que le han antecedido y por ello debe distinguirse 
de la Iingüística.18 
¿Qué es la lingüística? 
La lingüística puede ser definida como la ciencia general del lenguaje. 
Esta palabra procede del latín Iingua-ae, lengua, y del sufijo -icos, que 
significa lo relativo o lo correspondiente a. 
l6 Se enfatiza "en este caso" en virtud de que la palabra lógos (hóyoc), puede revestir múltiples 
significados según el texto en el que se encuentre. Entre otros significados puede tener 
las acepciones de: razón. conocimiento, Dios. tratado, estudio. palabra, pensamiento, 
expresión oral, lenguaje: incluso en el ámbito judicial. resolución o acusación: como es 
el caso de la palabra apología, que aparece en el artículo 209 de1 Código Penal para e1 
Distrito Federal. Una apología es, precisamente, una defensa, pero, ¿de dónde se llega .a 
esta idea? La preposición griega apó (hnó), indica alejamiento, separación: y aquí Iógos 
(hóyoq) es acusación; la idea de defensa es clara, pues defender no es otra cosa que 
apartar o alejar toda acusación que se le imputa a alguien. Debe notarse que el Código 
Penal de 1931 quedó abrogado por el Nuevo Código Penal para el Distrito Federal. según 
se desprende del artículo 50. transitorio a partir del 3 de julio de 2002. 
l7 TorresLemuuAffo~so.Op.Cit.p.18. 
Vid. R0drígue.z Eguía, C: Coordinador, Acta 2000. Lengua y literatura. Madrid, Rialp, 
1989. p. 30 y SS. 
La linguistica general se ocupa del fenguaje humano y, en cuanto éste es 
una parte universal y reconocida del comportamiento humano, es una 
de las facultades esenciales para la vida de1 hombre. E1 Ienguaje consti- 
tuye e1 campo de la lingüística en todas sus formas y manifestaciones. 
E1 objetivo de la Iingüística es una comprensión científica del lenguaje 
en la vida humana. En sentido amplio, la Iingüística es la investigación 
de1 Ienguaje desde todos los ángulos posible^.'^ De este amplio panorama, 
existen varias divisiones de la Iingüística. Las más comunes son: 
Lingüística Descriptiva: se ocupa de la descripción 9 del análisis de las 
maneras en que opera el Ienguaje y es usado por cualquier grupo dado 
de hablantes en cualquier tiempo. 
Lingüística Histórica: es el estudio de las Ienguas en el curso del tiempo, 
de la manera en que éstas cambian de un período a otro y de las causas 
g resultados de tales cambios, tanto de las Ienguas como de todo su 
entorno, 
Dentro de los períodos de tiempo a que se refiere la lingüística histórica 
cabe mencionar que se denomina sincrónico para describir a una lengua 
como un medio de comunicación autónomo, en un tiempo estricta- 
mente determinado. 
Diacrónico cuando se examina una lengua en el transcurso de los años 
o siglos, es decir a través del tiempo. 
Lingüística Comparada: su actividad consiste en comparar, desde uno 
o más puntos de vista dos o más lenguas diferentes. así como la teoría y 
la técnica usada para tales comparaciones. 
l9 PodrLguezEguh C Coordinador. Op. Cit. p. 10 y SS. 
Las aplícaciones de la lingüística son múltiples. su utilidad resulta de gran 
importancia en: 
La Ciencia del derecho 
Ciencias de la comunicación 
La medicina y las terapias del lenguaje 
Los Sistemas de información 
Psicología y filosofía 
Así como en la terminología de todas las ciencias 
experimentales 
La importancia del lenguaje, nota esencial del horno sapiens, es evi- 
dente.** 
lo Vid. Bfckerron, Derek. Lenguaje g especies, Madrid, Alianza, 1994, 370 pp. 
9 
v istas las definiciones de filología 9 lingüística es necesario mencionar algunos aspectos sobre la gramática, que en la antigüedad clásica 
jugó un papel de extraordinaria importancia, y que posteriormente. a 
través de una secular evolución se cristalizó en la filología y la lingüística. 
Hoy nos enfrentamos a1 hecho objetivo y real de que el hombre se asom- 
bra casi excIusivamente de 10 nuevo y con frecuencia olvida su capacidad 
de asombro ante las cosas que considera cotidianas que, por e1 mismo 
hecho de su cotidianeidad, ya no /eprovocan admiración. 4a capa- 
c.dadde asombro y admiración, han sido, a lo largo de Ia historia de 
la ciencia y de la filosofía e1 motor y e1 alma de la evolución, no sólo 
de las ciencias, sino de todo el con~cimiento.~' 
Toda ciencia comienza por el simple hecho de que alguien se admire de 
los hechos más simples, cotidianos y naturales, como fueron las experien- 
cias directas de Leonardo Da Vinci o Isaac N e w t ~ n . ~ ~ 
¿Por qué caen al suelo las cosas si no se les sostiene? ¿Por qué son verdes 
los árboles? ¿Por qué los hombres, animales y plantas son con frecuencia 
tan parecidos a sus padres g otras veces tan diferentes? Los intentos de 
I' Cfr. Reale, GiovannA Historia del pensamiento científico p fiIos6fico. Vol. 1. p. 1 0 y SS. 
Barcelona. Herder, 1992, 3 VoIs. " Cfr. Tardn, René, Historia general de las ciencias. Barcelona, Orbis, 1988, Vol. 1. 
responder a tales preguntas han creado ciencias enteras o abierto nuevos 
caminos a ciencias ya constituidas, no basta sólo el hecho de admirarse, 
si el que se interroga se contenta fácilmente con respuestas simples, no 
nace en cada caso ciencia alguna. 
La ciencia surge cuando el interés de hombres singulares por los fenó- ' 
menos de la realidad llega a ser tan grande que se preocupan por éstos 
sin mirar a fines prácticos, sin detenerse por ningún temor, menospre- 
ciando las dificultades y con una gran confianza en sí mismos. 
La admiración que dio origen a la ciencia del lenguaje, es decir, a la 
lingüística, no se dirigió al inicio al hecho de que los hombres, en general, 
hablan - hecho por demás evidente -, sino que se preguntó: ¿Por qué las 
cosas se llaman como se llaman? Es decir, el hecho de que las cosas en 
general tuvieran un nombre no fue lo que causó asombro a los hombres, 
sino que quisieron saber por qué llevaban precisamente este nombre 
yno otro, o sea por qué a la mujer se le llama "mujer" g al agua "agua". 
Los nombres de las cosas son bienes que se reciben por transmisión 
directa de nuestros antepasados igual que 10s usos g las costumbres, el dere- 
cho y la religión. 
Como tales. hay que vivir con ellos. procurar comprenderlos e interpre- 
tarlos si se tienen pretensiones intelectuales, mas pocas veces se ponen 
en tela de juicio. El tratar de explicar el porqué de las cosas que nos 
rodean g cómo las expresamos. fue lo que dio origen al estudio del len- 
guaje, lo que ocurrió en la antigua Grecia.e3 
Uno de los fenómenos a dilucidar fue el lenguaje, ya que sin él no es 
posible realizar la transmisión estable de1 conocimiento. 
*' Vid. BOwrd, CM, da aventura griega, Madrid. Labor. 1960. 278 pp. 
1 Q 
Alguien podría recordar que durante un Iargo período de la historia la 
transmisión del conocimiento fuerea/izada en forma oral Sin embargo, 
se tendrán que aceptar las grandes limitaciones de esta forma de trans- 
misión que en su momento cumplió una importante etapa en la historia 
de la cultura pero, ante la evoIución del conocimiento, resultaba ser insu- 
ficiente. 
El lenguaje, y especialmente el lenguaje escrito, es la piedra angular 
de Ia civilización. 
El objetivo de esta reflexión es conocer el porqué y dónde se originó la 
gramática, materia que se ha estudiado a lo Iargo de toda la instrucción 
primaria y secundaria y que con frecuencia se suele hacer difícil, odiosa 
e irracional a los ojos de los aprendices. 
Reglas g reglas, con frecuencia mal explicadas g aún peor entendidas 
por ignorarsu origen. Conocer de dónde proceden las cosas es el primer 
paso para entender cualquier tema. 
¿De dónde surgió la gramática? En la antigua ciudad de Alejandría de 
Egipto, hacia el 300 A.C. se desarrolló un centro cultural que habría de ser 
clave en la historia de la antigüedad. 
Esta ciudad fue el producto de las nuevas condiciones económicas, 
políticas g sociales que dieron origen al 
Uno de los rasgos más importantes del helenismo es la expansión 9 la 
implantación de1 griego, lengua común que operó como un recurso 
político de unificación cuItura1. Alejandría, fundada por Alejandro 
24 Vid. GnkvaL N f c o h Historia de Egipto, Barcelona. AkaI. 1996. Puede ser útil la consulta 
de Ia obra de Croon, H; Enciclopedia de la antigüedad clásica. Madrid, Afrodisio, 1979. 
Magno, es donde nace y se sistematiza la filología y se da el paso defini- 
tivo de una cultura oral a una c&ra escrita, letrada, esencialmente 
de /r'bosZ5 
En este período, se inicia la separación de las ciencias particulares de la 
filosofía y la especialización por ramas, se empieza a seguir el riguroso 
método de la observación que tiene su principal exponente en la filosofía 
y los trabajos lógicos de AristóteIes para la consideración de 10s datos 
que nos aporta la rea1idadez6 
Dos acontecimientos de esta época son de especial importancia: la 
fundación del Museo, pero sobre todo, la de la gran Biblioteca de Afe- 
jandrrá, que tenía por objeto recoger y conservar el patrimonio cultural 
no sólo de Grecia sino del cercano oriente. 
Ante la rápida corrupción de los textos a causa de la transmisión oral, 
parte importante de la tarea que llevaron a cabo los hombres que dirigie- 
ron la biblioteca, consistió, en una etapa inicial, en /a recuperación de 
IQs textos originales, que es lo que define, como se verá más adelante, la 
tarea de la filología clásica y la actividad del gramático. del que tanto 
se habla en Ia literatura 
En esta tarea. la filología alejandrina no partió de cero. pues contaba ya 
con la producción de varios decenios de estudios lingüisticos y de obser- 
vaciones gramaticales todavía no ordenadas metódicamente. 
La gramática es la lógica de la lengua. Gramática y filología en esta 
época forman una unidad compleja. 
q5 
Cfr. Speake, Grahan. Diccionario AkaI de historia del mundo antiguo, Madrid, Akal, 
1999.428 00. 
26 Cfr. ~ristd%~es. Tratados de lógica (Organon). edicihn e introduccihn de Miguel Candel. 
Madrid. Gredos. 1988, 2 Vols. (Biblioteca Clásica Gredos. No. 51, i 15.) " Se menciona su actividad en PlatOn. Arist6teles. CicerOn. Marcial. Horacio. y multitud de 
autores. especialmente en Marco Cornef'io Frontón, quien llegó a decir que: "10 más alto 
de la vida humana es el arte de la palabra". Cfr. Diccionario de la literatura cllsica. 
Madrid, Alianza. 1995. 
Los elementos de1 quehacer filoIógico fueron y son básicamente los 
siguientes: 
Ediciones críticas de textos: esto es, la fijación definitiva, en lo posible, 
de1 texto en cuestión. 
Comentarios completos de los textos: estos comentarios consistían en 
la exégesis textual y sus respectivas interpretaciones. 
Monografías parciales: éstas se dedicaban a1 estudio de un tema en 
particular. 
~éxicos. glosarios y diccionarios de todo tipo: registro de palabras raras 
o poco comunes, de autores específicos, géneros literarios, aspectos 
dialectales, vocabularios técnicos etcétera. 
Algunos de los principales gramáticos que llevaron a cabo esta tarea g 
fijaron las direcciones que se siguieron durante siglos fueron por ejemplo, 
Aristófanes de Bizancio, Aristarco de Samos, Ptolomeo, Epafrodito de 
Queronea etcétera.28 
En Alejandría se presenta la primera sistematización de la gramática 
como el proceso de descubrimiento empírico de 10s tipos de formas y 
mecanismos de las diversas lenguas, su flexión, aspecto verbal y su 
clasificación sistemática. 
Un factor determinante en el desarrollo tanto de la gramática como de 
la filología fue el de la educacron, como una necesidad histórico - social 
que obligaba cada vez más a núcleos más amplios de la sociedad a 
aprender a e ~ c r i b í r . ~ ~ 
Vid. Apohio Dhcofo, Sintaxis, Edición de Vicente Bécares, Madrid. Gredos. 1987. 409 
pp. (Biblioteca Clásica Gredos, No. 100). 
29 Vid. Iaegec WernezPaideia. Los ideales de Ia cultura griega. México, EC.E, 1978. 115 1 pp. 
Ejemplos importantes de las contribuciones lingüisticas antes del año 
300 A.C. sobre el significado de las palabras se pueden leer en el diálogo 
Cratilo de Platón.30 En este diálogo se trata ampliamente sobre el origen 
de las palabras y el lenguaje en general. Esta obra fue muy comenta- 
da ya desde la antigüedad y ha sido fuente de inspiración de innume- 
rables reflexiones en torno a1 leng~aje .~ ' 
Hay que notar que el concepto de gramática que prevalece en e1 común 
de las personas como e 1 "arte de ha6larp escriórr correctamente una 
Iengud", no siempre fue el mismo que hoy tenemos. En la antigüedad. 
la gramática abarcó los extensos campos de la filología g la lingüística 
con todas sus derivaciones. como pueden ser10 la psicología, la etnología 
y la historia, hoy, es una parte de la lingüística. 
La gramática como tal, resulta ser de trascendental importancia en la 
historia de la educación por ser la lógica del lenguaje.32 
Cfr. Plafón. Cratilo. Introducción, versión y notas de Ute Schmit O. México. U.N.A.M, 
1988. 135 pp. (Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana). 
Vid. Procfo(Sig10 V d.C). Lecturas del Cratilo d e Platón, Edición de Jesús Ma. Álvarez, 
Madrid. Akal, i 999. 
" Vid. Marrfnez Amado- E. Diccionario gramatical g d e dudas del idioma, Barcelona. 
Sopena, 1985. 701 pp. 
3 ¿QuÉ IMPORTANCIA TIENE EL ESTUDIO 
DE LAS ETIMOLOGÍAS HOY? 
SU APLICACI~N A LA CIENCIA DEL DERECHO 
Y A TODAS LAS CIENCIAS 
U na vez que se han examinado las diversas definiciones que se han propuesto de etimología, veamos para qué sirve ocuparnos de ella 
en el desarrollo de las tareas cotidianas del Poder Judicial de la Fede- 
ración. 
Al inicio de esta obra se ha postulado que nuestra disciplina es muy 
importante, no sólo por contar con una historia milenaria, sino por ser 
el instrumento idóneo para poder penetrar en el alma de las palabras y 
explicar su evolución fonética y semántica a 10 largo del tiempo. 
Pero, ¿no será esta afirmación una evidente exageración? 
Sobre este tema se puede realizar una auténtica disputa, palabra que 
viene del verbo latino disputare, que significa examinar, discutir para 
encontrar algo, como aquellas famosas díputas académicas (en latín 
las academicae disputati0nes7~), que en las antiguas universidades 
medievales y renacentistas fueron la sal y la pimienta de la vida aca- 
démica occidental. 
Esta particular forma activa de ensefianza tuvo la virtud de descubrir e1 
talento de hombres como Santo Tomás de Aquino, Dante Alighieri, AI- 
33 Cfr. Gmo, Mah, Historia de la educación. Edades antigua y media, p. 5 1 1 y ss. Madrid. 
Gredos, 1982, 596 pp. 
17 
berto Magno, Luis Vives, Erasmo de RotterdamJ4, y algunos de los más, 
grandes juristas como Irnerio de BoIonia y Bártolo de Saxoferrato. Re- 
cuérdese que la dsputa o Ia disputarío, en latín, era en la enseñanza 
medieval la parte que seguía a la fectio que daba el profesor, es decir, 
primero el magistero maestro exponía un tema por las mañanas; luego 
los alumnos lo revisaban y se preparaban para la disputatioque se llevaba 
a cabo por las tardes. Era en ese momento cuando se entablaban las 
polémicas sobre los diversos temas expuestos por el magistef: 
De estas actividades académicas salió el adagio latino que dice: magister 
dixit, o sea. el maestro lo ha dicho. Sí, lo ha dicho, pero sólo después 
de resolver todas 9 cada una de las dudas que plantearon libremente 
los alumnos en la disputatio, ejercicio intelectual que exige, por su 
propia esencia una activa participación, de ahí la enorme autoridad del 
magistex que no era una imposición arbitraria, que es el matiz despectivoque tiene esta frase hoy en día. 
La etimología es uno de los fundamentos más sólidos de la cultura, ya 
que permite conocer nuestra lengua materna en un sentido racional al 
conocer las causas de su evolución morfológica, fonética y semántica. 
Saber la etimología de una palabra, nos capacita para comprender no 
sólo los términos técnicos del vocabulario jurídico, sino también de todas 
las ciencias a explicarnos su escritura y significado en distintas len- 
guas, aparte de adquirir razonadamente un considerable caudal de pala- 
bras cultas, semicultas y populares que jamás hayamos escuchado o que 
hay amos olvidado. 
Así, la consecuencia de poseer un amplio vocabulario es la de aumentar 
las posibiIidades de nuestro intelecto y comprender textos literarios, 
científicos o técnicos, que son indispensables para el adecuado de- 
sempeño del juzgador y del abogado. Considérense aquí los siguientes 
ejemplos: 
Cfr. Frs//e, Gu///ermo, Historia de la fiIosofía. vol. 11. p. 812 y SS. Madrid. Católica. 960. 
(Biblioteca de Autores Cristianos. No. 190). 
¿Cómo podrían ayudar las etimologías a un profesional del derecho en 
la Iectura de un texto? Pensemos en un peritaje en materia penal, o en la 
Iectura de la Ley General de Salud, donde aparecen multitud de términos 
científicos y en particular de la ciencia química. Por ejemplo, referidos a 
la identificación de sustancias. Debe recordarse que el que aplica esta 
ley es el Juez. 
Bien, ¿recuerda los símbolos de la tabla periódica de los elementos, aun- 
que sea unos pocos que hayan quedado en la memoria para Iucirlos en 
el vocabulario dominguero? ¡Si!, aquéllos que repetimos innumerables 
veces, con no poco fastidio, en la secundaria y en Ia preparatoria, "para 
pasar el examen" y que, finalmente, aún hoy algunos de ellos, si no la mago- 
ría, se nos han olvidado por completo (después de tres años de química 
en secundaria y uno de preparatoria), y no por haber escogido la carrera de 
derecho para huir de las ciencias experimentales. 
¿Cuál es la causa de este "olvido"? Muy simple: el no haber sabido cuál 
era e1 origen del símbolo o símbolos en cuestión, el haber querido memo- 
rizar algo de lo que ignorábamos e1 origen, y por lo tanto, no podíamos 
relacionarlo con otros elementos que 10 fijaran en la memoria. 
Las etimologías le serán útiles para todas sus lecturas, pero espe- 
cialmente en donde confluyan términos científicos y jurídicos, son 
indispensables y eficaces compañeras que nos podrán sacar de muchos 
aprietos, dudas e imprecisiones, g le darán al vocabuIario el don de la 
exactitud, con sólo tratarlas g conocerlas un poco. Con e1 método ana- 
lítico que proporciona la filología y las etimologías se pregunta la razón 
de ser de cada vocablo, y así se puede penetrar en el alma de las palabras, 
alma única e irrepetible que tiene cada una de ellas. Véanse algunos ejem- 
plos prácticos. 
¿Recuerda cuál es símbolo del mercurio? ..., ibueno!, pero yo soy abo- 
gado, pensará de pronto el lector mientras busca en su memoria algún 
remoto rastro de aquellas lejanas clases de química, posiblemente sin 
buenos resultados. Resulta que el símbolo de éste es Hg. pero.. . , se reflexio- 
nará entonces, ¿cómo es posible que de la palabra mercurio se pueda 
obtener Hg? y además, ¿para qué me sirve saberlo? 
He aquí la razón: imaginemos un peritaje en materia penal, en donde el 
médico forense ha dictaminado que el sujeto pasivo del delito ha sido 
intoxicado con HIDRARGIRO. ¿Con qué ... ? pensará inmediatamente 
el ilustre abogado defensor. 
Recuerde que cualquier peritaje que se precie de tal debe expresarse 
con claridad 9 con e1 lenguaje técnico que le corresponde (pues lo ha 
hecho un perito, palabra culta del latín peritus que significa experto 
conocedor de un arte), a mayor razón cuando de él se derivan conse- 
cuencias legales tan importantes. 
¿Qué hará entonces e1 litigante al leer el contenido de1 supuesto peritaje, 
envenenado con qué ... ? ¡Con HIDRARGIRO, señor abogado! Menudo 
lío para empezar. 
La solución es simple, el nombre técnico del mercurio es el fidrargiro. 
Esta palabra se deriva de dos raíces griegas que son: hqdor (así se 
pronuncia, no hidros) [U6cop] que significa agua, 9 la palabra árgyros 
[tipyupo~] que significa plata, de Ia primera raíz se obtuvo la Ietra H, y 
de la tercera Ietra de árggros se tomó la G. No se tomaron las dos primeras 
letras de esta palabra, pues ya se habían ocupado para el símbolo del 
argón que es Ar, así quedó Hg, que etimológica y metafóricamente 
hablando es "agua de plata", que tiene mucha razón de ser si se recuerda 
el aspecto y consistencia que tiene el mercurio. Por otra parte, la palabra 
mercurio procede del nombre propio del dios Mercurio. 35 
35 Cfr. Grima1 Pjerre, Diccionario de mitología. p. 535. Madrid, Paidós. 1989, 634 pp. 
Mercurio, se identifica con el dios Hermes griego, dios protector de los comerciantes y 
de 10s viajeros. Es e1 dios mensajero y sus atributos son el caduceo. el sombrero de alas 
anchas g las sandalias aladas, lleva también una bolsa. símbolo de las ganancias que 
proporciona el comercio. 
Lo anterior es una muestra de la diferencia que existe entre el memorizar 
mecánicamente sin razonar, como en Ia escuela, "machetearle para 
el examen" como se suele decir, 9 e1 entender el por qué 9 la razón de lo 
que queremos retener en la memoria. Ahora bien. si se da cuenta, de aquí 
en adelante, lo único que se tiene que hacer es relacionar las palabras 
clave que se vayan aprendiendo, 9 así se obtendrá el manejo exacto de 
múltiples familias de palabras. 
Del ejemplo anterior se desprende el origen de la letra H con la que se 
escriben docenas de palabras técnicas derivadas de hydor-hidatos 
(56mp - 6 6 a ~ o c ) agua. El esplritu áspero de la lengua griega, que se 
representa gráficamente así; ' , denota una aspiración, que el Iatín, al care- 
cer de este signo. lo transcribió por la Ietra H. 
Este ejemplo explica también el origen de la Ietra H, respecto de la misma 
palabra hidor, en inglés, alemán g francés. Piénsese en cualquier deri- 
vado de ella: por ejemplo, hidrologfa. En alemán se escribe hidro- 
Iogie, udrologg, en inglés y, en francés, BydroIogie (sin acento), este 
ejemplo es susceptible de repetirse cientos de veces con otras palabras. 
Las etimologías resultan ser un instrumento útil en el estudio de1 italiano, 
francés, portugués, inglés 9 alemán, lenguas necesarias para la formación 
del jurista, en atención a la gran cantidad de doctrina, textos, ensayos, juris- 
prudencia y sentencias que se encuentran en dichas Ienguas. 
Debe tenerse presente que el inglés tiene hoy un papel tan importante 
como lo tuvo e1 Iatín en la antigüedad, en la Edad Media y en el Rena- 
cimiento, g aún en la época moderna. En materia jurídica la bibliografía 
en francés, italiano, alemán e inglés, es de gran importancia; con el cono- 
cimiento de las etimologías se podrá leer bastante de un texto en estas 
Ienguas con un elevado nivel de precisión al conocer e1 origen de los 
términos que ellas emplean. 
En el Renacimiento un individuo que sabía latín podía participar en Ea 
vida académica de las grandes universidades de Europa coma Ia de 
Oxford en Inglaterra. la Sorbona en París, la Gregoriana de Roma. o la 
de Salamanca en España, lo mismo que entenderse con los núcleos 
cuIturaIes más selectos.36 
Hoy este lugar lo ocupan el inglés y e1 francés. entre otras lenguas. y 
parte considerable de las clases o seminarios de las universidades de 
mayor renombre se imparten en inglés. Igualmente, la mayoría de los 
libros científicos de mayor actualidad aparecen por lo general. primero 
en inglés. alemán o francés, g en ocasiones. deben esperar ser traducidos 
al español. Mientras más técnicos sean éstos, tendrán una mayor 
cantidad de palabras derivadas del griego y del latín. Por ello. las 
etimologías serán de gran utilidad en el estudio de las lenguas men- 
cionadas, e incluso, ayudarán a entender la razón de su respectiva orto- 
grafía en laIengua de que se trate. 
La ciencia etimológica satisface la natural curiosidad de saber el 
porqué de las palabras. E1 hacerse esta pregunta es el símbolo más claro 
de la vida espiritual g de la inteligencia humana, que siempre trata de 
buscar una explicación lógica y la razón de ser de las cosas. Esta inquietud 
encuentra parte de su solución en el estudio de las etimologías. 
Aristóteles, en e1 inicio de la Metafísica, plasmó este pensamiento al 
escribir: "Todos los hombres desean, por naturaleza, saber". En griego 
se pronuncia así: pántes ántropoi tu eidénai orégontai fgsei, y en la 
Iengua original griega se escribe así: ~ C ~ V T E C &V~PO'TCOL TOU ~ 1 6 É v a ~ 
OpEyov~a~ $ 6 o a ~ . ~ ~ 
Otro aspecto de gran importancia por el cual es necesario profundizar 
en el conocimiento de las etimologías, es que ellas nos dan a conocer la 
36 Cfr. TamayoSafmoráB. R La Universidad, epopeya medieval, México. U.N.A.M, 1985, 
p. 45 y SS. 
37 Cfr. Aristdtefes, Metafísica 1.1. Edicibn trilingüe devalentfn García Yebra, Madrid, Gredos, 
1985. 828 pp. 
22 
razón de la ortografía, no solo de nuestra elegante y distinguida lengua 
casrellana, sino también de otras lenguas. 
Con frecuencia las reglas de la ortografía no sólo aburren, sino que 
incluso parecen ilógicas a los niños. y lo que es más grave, también a no 
pocos adultos. Ello se debe a que ni remotamente suponen que la 
explicación de la ortografía se encuentra en la etimología. Esta situación 
ha llevado a decir a algunas personas que la ortografía debería de ser 
"jubilada", ini más ni menos! 
Por la etimología, se puede explicar fácilmente por qué saberse escribe 
con B y no con V, si recordamos que este verbo procede del latín sapere 
y conocemos que la letra P y la B son ambas consonantes labiales de la 
misma nat-uraleza y por ello pueden intercambiarse entre sí, es decir P>B 
y B>P cuando se encuentran entre vocales, o bien, la palabra vida no 
se escribe con B por derivarse del Iatín vita; en cambio, biología al deri- 
varse del griego -os Píos; vida, sí se escribe con B. Asimismo, la palabra 
hierro se escribe con H porque se deriva de1 Iatín Ferrum, donde la F 
inicial se vuelve H, F>H, la E tónica E>IE, y la letra U>O en conse- 
cuencia hierro, y de paso se explica el símbolo químico del hierro FE. 
También se podrá explicar cuál es la diferencia entre a s o g a r g &rogar 
una ley, cosas totalmente diferentes. Veamos: la palabra absogarprocede 
de la preposición latina ab, o abs, que denota la idea de separación o 
alejamiento, con elmatiz de totafidad y del verbo rogo-rogas-are, que 
significa dirigirse a alguien, suplicar, pedir, y en derecho romano, presen- 
tarante elpueblo m a ley También nos explicamos por qué se escribe 
abrogar, por la preposición Iatina ab, g no agrogar, aunque "suene igual". 
En consecuencia, como indica e1 Digesto; "se abroga una Ieg cuando se 
elimina enferan~entd~,~~ no así derogar; que se deriva de la partícula de; 
Vid. Digesto, 50.16.102. 
que denota simple alejamiento. sin implicar totalidad. y el mismo verbo 
rogo-rogas-rogare, entendiéndose que se deroga una ley cuando se quita 
una parte de la misma.39 
Podremos saber por qué homicidio se escribe con c y no con S. "homig- 
dio". aunque fonéticamente es cierto que suena igual, muy lejos de res- 
ponder que se escribe con c "porque así lo dice el diccionario", nuestra 
respuesta será contundente al tener su fundamento en la etimología, al 
decir: se escribe con cporque procede del verbo latino caedo-is-caedere, 
que significa matar, el diptongo ae, se cierra en e, (ae > e ), y ésta E a su 
vez se convierte en i , dando por resultado la terminación -cidio. 
La etimología de una palabra nos proporciona lo esencial de su defini- 
ción. Por ejemplo, si se escucha la palabra jurisperito en una conver- 
sación común o si se lee en un texto, debe pensarse, ¿cuál es el significado 
exacto de esta palabra que puede parecer inusual y por ello extraña? 
Fácil, si se recuerda que viene del latín ius-iuris, que significa derecho y 
del vocablo peritus, que significa experto, el que tiene experiencia; por 
necesidad será aquel individuo experto en materia jurídica. 
La ventaja que tiene este aspecto de las etimologías es que elevan el 
nivel de precisión en la expresión, afinan el sentido que se quiere dar a 
las palabras y ayudan a expresarse con corrección y elegancia. 
Gracias al estudio de las etimologías se ha podido establecer efmrentesco 
entre /as d'versas/enguasque tienen un origen común. Esto es de suma 
importancia, sobre todo si se está consciente de que, parte significativa 
de la doctrina y la bibliografía. están en italiano. alemán. francés o inglés. 
Las etimologías estarán siempre a la orden para acudir eficazmente en 
su ayuda para establecer el parentesco y dilucidar cualquier cuestión 
terminológica. 
Ibídem. 
El español, francés e italiano por ser Ienguas romances o neolatinas 
tendrán, por proceder de la misma lengua originaria, similitud entre sí; 
en cambio, el inglés g el alemán, por ser ambas Ienguas de la familia indo- 
germánica, serán más parecidas entre sí. 
Veamos un cuadro comparativo de algunos vocablos usuales en derecho, 
en las distintas lenguas que se han mencionado, con relación al parentes- 
co que guardan entre sí, en especial las Ienguas romances y también las 
Ienguas derivadas del tronco indogermánico, como el inglés g el alemán: 
latín español francés italiano inglés 
iudicialis judicial judiciaire giudiziario judiciary 
processus proceso procés processo process 
nulitas nulidad nuIIité nullitá nullity 
lex le9 loi law 
* alemán; prozess 
Después de este breve recorrido por el vocabulario de algunas de las 
ciencias, ha quedado demostrada la utilidad que tiene el estudio de 
las etimologías. Si bien es cierto que cualquier profesor hace una apa- 
sionada defensa de la utilidad de su disciplina g de las bondades que 
conlleva estudiarla, deben ponderarse serena y objetivamente los 
elementos esenciales de cada ciencia. Sin embargo, hay que reflexionar 
sólo una pequeÍía pero importante cuestión: toda ciencia se comunica 
con palabras g tiene una terminología específica, aunque también 
pueda comunicarse con símbolos convencionaIes como la matemática 
g la química. 
2 5 
La etimología es la ciencia que se encarga de estudiar el auténtico 
significado de las palabras y la evolución que han tenido a lo largo 
del tiempo. Es por ello que, lejos de toda pasión, resulta ser una de las 
disciplinas más importantes en virtud de que proporciona e1 elemento 
básico e insustituible de toda comunicación: la palabra. 
Las etimologías, que son un valioso instrumento para ampliar la 
cultura general y para expresarse con mayor propiedad, ayudan a com- 
prender el Ienguaje técnico g científico, el Ienguaje coIoquia1 o popular 
desde un punto de vista científico. 
Por ejemplo, permite explicar algunos términos pintorescos que suelen 
ser usuales en el habla cotidiana de la ciudad (y que su uso indica, incluso, 
un determinado nivel social), así, la palabra fiero o fieros con sus 
variantes Reritoo Reris, se podrá explicar fácilmente si se sabe que existe 
un fenómeno fonético que se llama aféresis, que es la supresión de uno 
o varios sonidos aíinicio de lapalabra, muy explicable resulta entonces 
que de comphero haga derivado fiero, con la diferencia de saber cómo 
sucedió e1 fenómeno que dio origen a este vocablo. 
Al mejorar la ortografía y la expresión oral, se desarrollarán todas las acti- 
vidades cotidianas con más calidad. 
Se trabaje o estudie, siempre se tendrá que hacer uso del Ienguaje oral o 
escrito. No se puede vivir sin él. 
Por ejemplo, no se sabe si el presidente de la República o un alto funcio- 
nario de cualquiera de los tres Poderes se acuerda bien de la fórmula de1 
ácido sulfúrico o de la fórmula de la parábola, habría que preguntarle 
directamente (¡si ello es posible. claro está!), pero en cuanto abra la boca 
para hablar, vaya que sí es posible conocer su Ienguaje,su vocabulario, 
su forma de expresarse, la variedad y precisión de sus recursos orales. y en 
consecuencia, parte de su personalidad, de su cultura, g del dominio que 
tiene de su profesión. E1 hecho de1 habla no puede ocultarse. 
En cambio, si alguien conoce o no la fórmula de ácido sulfúrico no lo 
sabemos; mientras que su lenguaje no podrá pasar inadvertido jamás. 
No se olvide: el lenguaje y la manera como suele hablar pinta al individuo 
de cuerpo entero. Deja ver gran parte de la educación, de la cultura, y de1 
dominio que ejerce una persona sobre su profesión. La forma y los re- 
cursos que emplea cualquier hablante en su lenguaje cotidiano es la mejor 
carta de presentación personal y profesional que puede tener a su favor y 
que lo acompañará a cada momento. 
Al participar en un debate, dirigir una audiencia, tratar con autoridades 
y litigantes, redactar una sentencia, un escrito, un acuerdo, una demanda, 
resolver una consulta, responder a una entrevista, etcétera. La primera 
impresión la causa con su lenguaje p la forma como se expresa y escribe. 
Especial relieve tiene hacer estas consideraciones en materia jurisdic- 
cional, donde las sentencias, una vez pronunciadas, permanecerán así 
para la posteridad; podrán ser modificadas por un tribunal superior, pero 
la primera sentencia, lo mismo que la revisión, quedarán plasmadas por 
escrito y así permanecerán para recibir el juicio de la historia. 
En suma, icuidado con lo que se dice y más con 10 que se escribe! 
4 BREVE HISTORIA DEL ALFABETO 
H ay cosas a las que por su uso continuo se les presta poca atención, y a veces no se medita sobre ellas pese a su trascendental importancia. 
Tal es el caso del alfabeto, ¿Ha pensado alguna vez de dónde se origi- 
naron esos signos que llamamos Ietras 9 que usamos todos los días, a 
cada momento, en sus formas más variadas? 
A continuación se realizará una breve e interesante expedición a través 
de los siglos en forma retrospectiva desde e1 alfabeto que se emplea a 
diario, hasta sus más remotos orígenes. Para ello, se utilizará Ia historia 
y la arqueología para llegar hasta el 111 milenio A.C. Especial interés debe 
revestir este tema para cualquier estudioso del derecho, en virtud de 
que uno de los documentos históricos más importantes y extraordinarios 
de Ia humanidad es el Código de Hammurabi, primer documento 
jurídico orgánico y estructurado que tendría una influencia enorme en 
la evolución jurídica del hombre. Este documento está redactado en escri- 
tura cuneiforme. 
Pero, ¿qué es el alfabeto? E1 alfabeto es un sistema de signos gráficos 
usados en la escritura fonético - alfabética. La etimología de la palabra 
alfabeto proviene en primera instancia del latín alphabetum, que a su 
vez se forma del nombre de las dos primeras Ietras del alfabeto griego, 
alpha y beta, es decir, iX3L$a = a y J3q.ca =P. 
La escritura alfabética se puede considerar como el producto acabado y 
perfecto de una larga cadena evolutiva. Su esencia consiste en que cada 
uno de los signos alfabéticos representa una sola vocal o una sola con- 
sonante, aunque existen excepciones, como las consonantes dobles. tales 
como la X = c f S, g la letra psi y, = p + s. 
Las vocales pueden existir por sí mismas, no así las consonantes que 
necesitan del auxilio de las vocales para poder existir. El alfabeto español 
que usamos hoy procede del alfabeto latino que empleaban los romanos 
para escribir su lengua, el latín (Iengua de la que se derivan las lenguas 
romances o neolatinas). 
Desde el período de la República (509 al 30 A.C.) el alfabeto romano se 
compuso de 2 1 letras, que son: 
A B C D E F G H I K L M N O P Q R S T V X 
E1 alfabeto y la lengua latina recibieron una influencia considerable de 
la cultura y de la Iengua etruscas. 
¿Quiénes eran los etruscos? 
El historiador griego Heródoto de Halicarnaso, conocido como el "Padre 
de la historia", es el primer historiador que da noticia de este misterioso 
pueblo en su obra Nisrorias (I.94).40 Ahí indica que los etruscos eran 
un pueblo proveniente del Asia Menor que se instaló en Italia y éstos 
enseñaron la escritura a 10s romanos. Aunque en la actualidad el etrusco 
no se ha descifrado por completo, se pude asegurar su influjo en la lengua 
latina y en el alfabeto. sobre todo en el uso y el origen de las letras 
guturales C - K - Q. Así pues, los romanos recibieron su alfabeto en buena 
medida de los etruscos. En el primitivo etrusco se utilizaban la C-K-Q 
40 Vid. Nerddoro, Historias. Traducción de A. Rarnírez Trejo, México. U. N. A, M, 1982, 3 Vols. 
(BibIiotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana). 
todas con el valor de K, pues el sonido G no existía. El Iatín restringió el 
uso de la Q a los casos en que con valor de K iba seguida de V con valor 
de W, como quís (quién). La Ietra K quedó más restringida apareciendo 
sólo en unas cuantas palabras ante la letra A. 
Esto dejó un campo libre a la letra C, pero dado que era fuente evidente 
de confusiones el tener solamente una Ietra para los sonidos G y K, se 
elaboró una forma derivada, de la que nació la Ietra G y así la C 
conservaba su valor de K. Nótese que en castellano se conservan dos 
valores, como en las palabras Glia, cena, centro, centavo, la letra C 
tiene sonido de S, g el sonido K en palabras como casa, mballo, a m a , 
castillo. 
Este fenómeno no sucede por ejemplo en el alemán, que conservó sólo 
el sonido K para la letra C. La nueva letra G fue colocada en e1 nuevo 
alfabeto latino después de la Ietra F en lugar de la letra griega dseta = 5. 
Los nombres de las letras en latín no fueron tomados del griego, puesto 
que son propiamente fonéticos, es decir, representan los sonidos de los 
signos por sí mismos. El moderno alfabeto romano es el que se conoce 
como la escritura general de Europa occidental, de donde se extendió a 
10s demás continentes en línea directa del alfabeto latino. 
Durante mucho tiempo las letras del alfabeto latino se escribieron 
solamente en mapúscdas, pero para poder escribir en forma rápida -g 
fácil con un estilo4' sobre el papiro, cera o pergamino, se desarrolló el 
llamado estilo cursivo. Este estilo de escritura, con el cual puede trazarse 
en forma más continua la escritura levantando menos la apa- 
rece desde el siglo 11 A.C. 
El estilo o StiIum, en Iatín. era Ia pequeña varilla puntiaguda que se usaba para escribir 
sobre e1 pergamino y el papiro o bien para grabar en la blanda cera la escritura. 
42 Cfr. Gefb, Ignace, Historia de la escritura, Madrid, Alianza, 1985. 349 pp. 
Por lo que respecta a las letras Y y 2, éstas se tomaron directamente del 
griego. 
\ 
Mas, ¿de dónde tomaron los etruscos su alfabeto? Gran parte de los 
especialistas opinan que el alfabeto etrusco se basa en un tipo de alfabeto 
griego occidentalde una de las colonias griegas del sur de Italia, como 
la de Cumas. La llegada de los etruscos a Italia se sitúa antes del año 800 
A.C. Aunque Ia Iengua etrusca todavía no ha podido ser traducida 
totalmente, se sabe que el alfabeto normal etrusco de fines del siglo V 
A.C. se redujo a veinte 
Llegamos así al alfabeto griego, fuente de todos los alfabetos que se 
utilizan en Europa g en consecuencia, en América. Varios factores 
Iiacen ver con claridad que el alfabeto griego desciende del alfabeto 
semita. 
Por ejemplo, la forma de las Ietras (especialmente en las más antiguas 
inscripciones griegas), los nombres de las Ietras en griego son muy 
parecidos a los nombres semitas. En griego tenemos que los primeros 
cuatro nombres de las Ietras son alfa, beta, gama, delta; y en hebreo 
llevan el nombre de alex be4 gu/mel, da/trf. Lo mismo sucede con el 
orden de las Ietras, que es el mismo en el alfabeto griego g en el alfabeto 
semita. 
Sin embargo, se diferencian en que en el alfabeto semita las Ietras tienen 
un significado propio, mientras que en griego no. La fecha en que se 
Ileoó a cabo el préstamo tal vez ocurrió entre 16s siglos XIV al VI11 A. C. 
EI alfabeto griego llegó a la unificaciónen e1 año 403 A. C., cuando Atenas 
introdujo oficialmente el alfabeto junio - minorasidtic0 y en el curso 
del siglo IV le siguieron los demás estados.'' Antes de seguir esta 
4s Cfr. Keffet: Wernet: Historia del pueblo etrusco, Barcelona. Omega, 1973, 400 pp. Ilus. 
4 ~ f r . Pfeffec H: Historia de Ia Iengua griega, Madrid, Gredos. 1986. 2 Vols. 
expedición hacia el origen último de todos .los alfabetos, debe hacerse 
la distinción de un hecho único en la historia de la escritura. 
Los griegos hicieron varios cambios de suma importancia en e1 alfabeto, 
pero el más notable de todos ellos, que ha merecido la gratitud de1 mundo 
occidental, fue el de la inserción de las vocales, que resultó de vital 
importancia para convertir el alfabeto en un adecuado medio de expre- 
sión fonética. Pero, ¿cómo está este asunto de las vocales? 
Los helenos recibieron a su vez el alfabeto de los fenicios cuyo alfabeto 
modificaron adaptándolo a sus necesidades, y como ya se mencionó, 
completándoIo con las vocales. En el año 1000 A.C. el alfabeto fenicio ya 
había alcanzado su madurez. Este alfabeto apareció por primera vez 
en Biblos, importante ciudad marítima. El nombre de esta ciudad 
significa rollo de papiro o libro, que en griego se dice bíblon plphov, de 
donde se deriva también los nombres de Biblia, bibfioteca, bibfiogra- 
fía, etcétera. 
Los fenicios, pueblo de extraordinarias dotes comerciales g exploradoras, 
viajaban con frecuencia y a todas partes no sólo llevaban sus mercancías, 
sino también y, 10 más importante, transportanban su alfabeto.45 De éste 
deríva el alfabeto griego. el cual a su vez inspiró el alfabeto etrusco; éste 
el latino y éste a su vez todos los alfabetos europeos. Asimismo, inspiró 
el alfabeto cirílico que usan hoy las lenguas es lava^.^^ 
El aiX9bet.o fenicio se componía de 22 caracteres g era ya un aIfabeto 
moderno en todos los aspectos excepto en uno, tenía consonantes pero 
no vocales escritas. Este alfabeto, de donde procede el griego, se deriva 
a su vez de los alfabetos serníticos, poco diferentes entre sí, que se usaron 
cn el cercano oriente, en Siria y Palestina hacia fines del 11 milenio A.C.47 
Cfr. Per/t,C/aude, Historia de la antigüedad, Madrid, Labor. 1987. 
l 6 Cfr. Moorhause, AA.C Historia del alfabeto. México, EC. E, 1978.303 pp. (CoIección Breviarios) 
Cfr. Borrerd, lean.. era/; Introducción al oriente, Barcelona, Monadori, 1997. 
El origen, pues, de todos los alfabetos es Único y reviste, ciertamente, 
muchas formas diferentes, pero todos estos sistemas de escritura son 
variaciones de un modelo único. 
Las escrituras sagradas de los hindúes están escritas en e1 sistema 
devanagari, como el Corán de los musulmanes, en árabe; e1 Antiguo Testa- 
mento en hebreo, y el Nuevo Testamento en griego. Todos estos sistemas 
de escritura son variaciones procedentes de un modelo único, que tiene su 
cuna en Mesopotamia y de este modelo proceden los alfabetos en que 
están escritas la Biblia inglesa, alemana, italiana y francesa, la española 
y la po r tug~esa .~~ 
Todos estos alfabetos pueden retrotraerse a un grupo de alfabetos semí- 
ticos. Desde este punto de vista el más importante de los alfabetos semitas 
fue el alfabeto fenicio, porque de él proceden el alfabeto griego 9 todos 
los alfabetos europeos. 
En virtud de que la escritura semita fue la fuente de todo el desarrollo 
posterior del alfabeto, merece una especial consideración; e1 alfabeto 
semita es el punto casi final de esta búsqueda. El alfabeto semita, del 
cual podemos hablar en singular debido a su unidad interna, aparece 
en formas diferentes y constituye por e110 dos grupos: 
E1 semita del norte, incluyendo el fenicio, hebreo, arameo y moabita, y 
El semita del sur. que representa e1 árabe y el etíope. 
El alfabeto semita se compone de 22 signos o letras. cada uno de los 
cuales denota una consonante. la escritura seguía la dirección de derecha 
a izquierda. como hoy se escribe el hebreo bíblico y el moderno. no 
tenía vocales escritas. 
Cfr. De Tuya, Manuel L Salguero, Introducción a la Biblia. Madrid, Católica, 1967, 
p. 408 y ss. 2 Vols. ( Biblioteca de Autores Cristianos, No. 262). 
E1 orden actual de nuestro alfabeto procede del latín. Éste lo tomó a su 
vez de1 alfabeto griego, éste del fenicio, el cual 10 tomó del alfabeto semita 
con sus modificaciones propias. 
Como ya se ha indicado, e1 alfabeto semita no tenía vocales, únicamen- 
te consonantes g las vocales eran intercaladas por el hablante en e1 mismo 
momento. 
E1 alfabeto semita pudo prescindir de las vocales por la misma razón 
que la escritura egipcia.49 Los sonidos vocales en esta lengua sólo desem- 
peñan un papel subsidiario, pues el sentido esencia1 de las raíces lo tie- 
nen los sonidos consonánticos. 
Las vocales hebreas escritas no se crearon sino hasta el siglo VI D.C. por 
los masoretas p rabinos de la Edad Media por medio de un sistema de 
puntos y rapas que se colocan encima o debajo de los signos consonánticos. 
Por ejemplo, escrito en hebreo el nombre de Yahwe sería YHWH, es decir, 
se anotan sólo las raíces consonknticas, con las vocales de los masore- 
tas sería Qhwg, o sea poniendo los signos gráficos correspondientes a las 
vocales, para la vocal A (T) g para la E (:) lo que daría por resultado 
Yahwg. 
Si e1 alfabeto semita no tenía vocales, era necesario para la inteligibilidad 
que e1 griego las tuviera, por lo que el alfabeto griego no inventó las vocales 
de la nada, sino que partió, por medio de1 alfabeto fenicio, del uso de 
las letras semitas que representaban sonidos extraños para los griegos. 
Así se formaron las v o ~ a I e s ~ ~ como podemos apreciarlo en el siguiente 
cuadro: 
49 Cfr. Budge, Wafls, El lenguaje de los faraones, Barcelona, TikaI. 1996, 245 pp. 
50 Cfr. Moorhouse, A.C: Historia del alfabeto, Mbxico, EC.E, 1978.307 pp. (Colección Breviarios). 
Hebreo Griego Español 
aleph a alpha A 
he E epsilon E 
Yod L iota 1 
ayin o ómicron O 
wau u hypsilon U 
Otros dos rasgos notables del alfabeto semita son: que las letras tenían 
nombres propios y que estaban dispuestas en un orden regular. Los nom- 
bres se han conservado en hebreo moderno, pero puede suponerse 
con certeza que son los mismos nombres antiguos porque reaparecen 
casi sin cambios notables en la lengua griega. Éstos nombres fueron 
usados por los griegos cuando tomaron a su vez, el alfabeto fenicio del 
que ya hemos hablado. 
Y, en último caso, ¿de donde procede el alfabeto fenicio? 
Aquí está el punto final de Ia expedición a través de los siglos y de los 
alfabetos a1 estudiar las llamadas escrituras prealfabéticas (desde las ideo- 
gráficas hasta las puramente fonéticas). 
El punto último de la búsqueda es la escritura cuneiforme, con su 
máximo representante en el alfabeto cuneiforme de Ugarit.51 La última 
vez que se utilizó el sistema de escritura cuneiforme en el mundo antiguo 
fue en el año 7 A.C., a partir de ese momento el sistema cuneiforme 
cayó en desuso. La razón de ello fue el desplazamiento que realizó su 
alfabeto rival. mucho más simple y menos complicado: el alfabeto 
semítico. En consecuencia. muy poco tiempo fue preciso para que jun- 
to con su desaparición se olvidara el modo de leerlo. 
Cfr. Bravo. Gonza/o. Historia del mundo antiguo. Una introducción critica, Madrid. 
Alianza. 1994. 744 pp. 
36 
Cuneiformesignifica en forma de cuña, y es el nombre que se aplicó a 
la escritura más antigua, importante y extendida del medio oriente.52 
Su origen se encuentra en el país de los sumerios que vivían en el valle 
del Eúfrates. La escritura cuneiforme nació antes de que terminara e1 
4000 A.C.53 
Dentro de los numerosos testimonios tenemos un gran número de tablillas 
que recientemente han sido desenterradas y traducidas que tratan de 
múltiples temas como son: desde recetas de cocina, cartas de amor, hasta 
registros administrativos. Sin embargo el documento más importante lo 
constituye el texto completo del Código de Hammurabi, máximo repre- 
sentante de las leyesa ~ i r i a s . ~ ~ 
El rey de Babilonia Hammurabi (1 792-1 750 A.C.) rey, historiador y 
estadista tuvo la visión de saber recoger toda la legislación y la juris- 
prudencia de su tiempo y la anterior a él para dar un conjunto armónico 
de leyes para sus conciudadanos. Esta actjvidad legislativa dio origen a1 
Código de Hammurabi, sorprendente monumento literario, no sólo por 
su contenido sino por la exactitud p belleza de toda su estructura. 
Especial interés reviste para las ciencias bíblicas e1 estudio metódico de 
dicho Código por las profundas influencias que ejerció sobre todo e1 dere- 
cho m e s o p ~ t á m i c o . ~ ~ 
Este famoso Código no llegó a ser superado en la antigüedad y su influen- 
cia se manifiesta en las legislaciones de los hebreos, egipcios, griegos y 
romanos. Estos últimos son quienes darían culminación sistemática al 
Cfr. NoahKramet; SmueL La historia empieza en Sumer, Barcelona, Aymá, 1978,333 pp. 
Cfr. Boorero, lean Introducción al oriente, Barcelona. Monadori, 1997. 
54 Cfr. Código de Hammurabi. Edición y traducción directa de1 asirio de Federico Lara Pei- 
nado, ~ i d r i d , Nacional, 1982, 3 19 pp. 
Cfr. Cazefles, Henrd Introducción al Antiguo Testamento, Barcelona, Herder. 1986.449 pp. 
derecho, que como Io veremos a lo largo de este libro sigue ejerciendo 
una clara influencia en el vocabulario jurídico occidental, lo mismo que 
en sus instituciones más i rnp~rtantes .~~ 
Cfr. XunReL lCiHistoria del derecho romano. Barcelona. Ariel. 1990. 
S e calcula que la especie humana, el horno sapienssapiens, hizo su aparición como realidad nueva y Iingüísticamente revolucionaria, 
hace ahora 90,000 años. En cambio esta misma especie tardó cerca de 
unos 85,000 años en descubrir las ventajas de la escritura, y lo hizo en las 
tierras de Mesopotamia, hacia el 3 300 A.C., cuando la administración 
compleja de unas ciudades cada vez más pobladas puso en evidencia 
que la memoria humana tenía sus límites y que era más prudente y seguro 
dejar constancia de algunos hechos marcando signos en una superficie 
duradera. 
E1 descubrimiento de la escritura ha sido considerado como uno de los 
hallazgos más trascendentales de todas las invenciones humanas. Sin 
embargo, éste llegó muy tarde, en un tiempo en que nuestra especie 
ya estaba hecha y madura gracias a1 dominio de un complicado sistema de 
comunicación que conocemos con e1 nombre del lenguaje oral. La escri- 
tura es esencial para la conservación de la cultura y de las tecnologías, 
la memoria de los hechos g la continuidad del acto verbal. Podemos 
considerar un esquema básico de las diversas formas de escritura que es el 
siguiente: 
Escritura pictórica directa [pictor-pictoris: pintor], es Ia representación 
sinóptica de una escena o de un acontecimiento tal como se ve en la 
realidad. 
39 
Pictogramas [pictor-pictoris: pintor y grámma-grámmatos ypáppa- 
ypáppazo~: letra. escrito, línea] separación de los diferentes elementos 
de la pintura y representación por un número de signos distintos. cada 
uno de los cuales significa directamente el objeto representado. 
Ideogramas [idea iSÉa= idea y grámma-grámmatos y p á p p a - 
ypáppazoq= letra, escrito, Iínea], el ideograma es un signo que denota 
una idea, como las señales de la carretera o los números. 
Fonogramas [foné +cuvfi sonido y grámma-grámmatos ypáppa- 
ypáppazoq= letra, escrito, Iínea]. Es el signo que representa un sonido 
y de esta manera se enlaza con e1 lenguaje. De las escrituras prealfabéticas 
es, sin duda alguna, el egipcio antiguo una de las más importantes. 
El antiguo egipcio contaba con tres sistemas de escritura relacionados 
entre sí. que son: 
El jeroglífico, que constituyó Ia forma original y que ya estaba bien desa- 
rrollado en la primera dinastía,17 los jeroglíficos eran la escritura sagrada, 
especialmente diseñada para los muros de piedra y los frescos, de una gran 
versatilidad, belleza y elegancia. 
El Hierático [hierós ispóq = sagrado], era una abreviación del sistema 
jeroglífico que constaba de trazos más simplificados, pues el jeroglífico 
era muy complicado y requería de largos años de aprendizaje.18 
E1 Demótico [Démos Sijpoq = pueblo], era el sistema más simplificado 
que surgió mucho más tarde. su uso era el más común, pues como 10 
indica su nombre era el usado por el pueblo que sabia escribir. 
57 Cfr. Grima/. Nicolás. Historia d e Egipto, Madrid, Akal, 1996. 
$"Cfr. Budge. Walfis, El lenguaje d e los faraones. Barcelona. TikaI. 1996. 245 pp. 
E1 desciframiento de la escritura egipcia se realizó apenas en e1 siglo 
pasado gracias a los estudios de Francois Champollion, quien con e1 
texto que se conservó en la famosa piedra roseta pudo relacionar las 
lenguas que se encuentran escritas en ella. Tales lenguas eran: el pro- 
gfríco, e1 denzótr'co y e1 griego. 
Mediante la relación de la escritura jeroglífica con la demótica, tomando 
como puente la lengua griega, logró descifrar la primera de ellas, es 
decir, el jeroglífico. Ante la creciente influencia de la lengua griega 
en Egipto, sobre todo después de la conquista de Alejandro Magno, la 
escritura jeroglífica, hierática y demótica, fueron perdiendo actualidad 
hasta quedar en el olvido como sucedió en su momento con la escritura 
cuneiforme. Después del análisis realizado podemos deducir un aspecto 
de trascendental importancia: 
Puede afirmarse que la escritura es el arte de la civilización; ella ha hecho 
posible nuestra civilización, no sólo permitiendo la existencia de litera- 
tura g de ciencia muy desarrolladas, sino que es e1 alma de toda organi- 
zación socia1 de todos los tiempos, antiguos g modernos. 
6 EL AFABETO GRIEGO, EL CAMINO 
A LA LENGUA ORIGINAL 
P arte importante de nuestra materia es el aprendizaje del alfabeto griego, puesto que de él depende, junto con el conocimiento del 
vocabulario, el buen manejo de las raíces griegas. En algunos manuales 
se acostumbra empezar por el alfabeto latino, sin embargo, consideramos 
que mientras más rápido se esté en contacto con el alfabeto griego mejor 
será su asimilación. 
La parte latina, más similar al español, ofrece, por eso mismo, caracte- 
rísticas y dificultades distintas que pueden ser superadas con mayor 
rapidez. Después de la exposición de cada letra que conforma el alfabeto 
griego, se propondrán una serie de lecturas que ayudarán a fijar el ma- 
nejo adecuado del mismo. (Ver el apéndice No. 11 al final del libro). E1 rea- 
lizar ejercicios de lectura tiene tres aspectos fundamentales: 
Leer un texto clásico en su Iengua original. 
Derivar al español las palabras que en él aparezcan. 
Conocer de cerca, por medio del texto mismo, elementos de historia, 
filosofía, instituciones y costumbres de la cultura clásica, medieval 
y renacentista. 
Es por ello que se analizará con detenimiento este alfabeto, su pro- 
nunciación y sus excepciones, así como algunas de las particularidades 
de la Iengua griega que nos servirán para una mejor ilustración y 
43 
comprensión del mundo griego. El ejercer un dominio completo sobre 
el alfabeto en su grafía y pronunciación pondrá las condiciones óptimas 
para leer los textos clásicos y poder extraer de 10s mismos una consi- 
derable cantidad de vo~abular io .~~ 
Existen algunos manuales de etimología que dejan el estudio de la parte 
griega al final. EIIo no parece ser lo más adecuado por una razón sencilla 
pero a la vez contundente: la parte latina, como hispanohablantes es 
más conocida, por ser el español una lengua romance derivada del latín. 
Cualquier persona puede leer un texto en latín sin mayor dificultad 
(nótese que se dijo leer, no entender, que entraña una situación distinta). 
EIIo ya es un gran avance y, con un poco de atención, puede incluso 
deducir un buen número de palabras que pasaron del latín al español. 
Al efecto, véanse los apéndices a1 final de este libro en los cuales se cons- 
tata este aserto. 
Cosa muy distinta acontece con la lengua griega, cuyo alfabeto no es 
tan conocido como el latino.

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