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Resumen psicopato prueba 2

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Capítulo 10: intentos de suicidio
· El suicidio puede ser definido como la voluntad y/o el deseo consciente y deliberado de darse muerte.
· El intento de suicidio caracteriza el “fracaso” de un suicidio, sea cual sea la causa.
· Conducta suicida o conducta de riesgo: comportamientos que por su naturaleza ponen en peligro la vida del sujeto sin que el deseo de darse muerte sea consciente.
· Los estudios demuestran claramente la gravedad del contexto psicopatológico que acompaña al acto suicida y, sobre todo, la frecuencia del estado depresivo.
· Entre los adolescentes hospitalizados por un motivo claramente identificado, el intento de suicidio representa el 5,3% de los casos.
· Un 30-50% de los pacientes que intentan suicidarse lo volverán a intentar en los 12-18 meses siguientes.
· Hay un porcentaje elevado de familias disociadas y separadas entre la población de adolescentes en tratamiento.
· Se observa con frecuencia la ausencia del padre o de toda figura de autoridad paterna.
· El nivel sociocultural de la familia no es un elemento distintivo.
· Se observa un porcentaje elevado de adolescentes inmigrantes, posiblemente debido a una desculturización brusca y un cambio repentino de valores sociales (anomia). 
· Características individuales del grupo de riesgo (adolescentes que ya han intentado suicidarse): mayores problemas de salud, patologías crónicas, comportamientos agresivos y predelictivos, fugas y consumo de tóxicos, muestran más pensamientos tristes, percepción de sí mismos negativa, ideas de muerte e ideas de suicidio.
· Dos características individuales de gran importancia: fracaso escolar y sexo.
· Fracaso escolar: la mayoría no ha sobrepasado el nivel de enseñanza primario. El inicio de un empleo también influye en el fracaso escolar.
· Sexo: en los chicos se observa más a menudo el fracaso escolar que en las chicas y su adaptación social es peor.
· Hay una gran sensibilidad de los adolescentes con respecto a los acontecimientos vitales y una mayor frecuencia de éstos en los adolescentes suicidas. Los más frecuentes son: mudanza, la partida de un miembro de la familia, la muerte de un ser querido, cambios de colegio, rupturas sentimentales o del grupo de amigos y modificaciones en la vida familiar.
· La odds ratio indica con respecto a un factor de riesgo determinado en cuántas veces aumenta éste el riesgo de efectuar un intento de suicidio con respecto al de un sujeto que no lo presenta.
· El factor de riesgo más importante sigue siendo el hecho de tener un intento de suicidio anterior, con odds ratio que oscilan entre 17 y 19.
· La ingestión oral de fármacos es el método más frecuente (80-85% de los casos).
· Se observa también la ingestión oral de diversas sustancias tóxicas. También la ingestión de dosis elevadas de droga.
· Los otros métodos son menos frecuentes: flebotomía, defenestración, ahogamiento, precipitación bajo un vehículo, ahorcamiento o arma de fuego.
· No existe un paralelismo estricto entre la gravedad del acto suicida en términos de vida o muerte.
· Además del método utilizado, es preciso también determinar el grado de premeditación y preparación del acto suicida o la impulsividad e improvisación.
· Los adolescentes “no impulsivos” muestran un mayor número de síntomas depresivos.
· Durante las semanas que preceden al gesto suicida es frecuente que el adolescente acuda 1 o 2 veces a la consulta del médico exponiendo quejas físicas triviales y no expresa necesariamente ideas suicidas (síndrome de tensión presuicida).
· Durante los días o las horas que preceden al intento de suicidio se suele percibir un crecimiento de la angustia: el adolescente exterioriza el temor y al no poder resolverlo mediante métodos de carácter simbólico, llevará a cabo un paso al acto sobre su cuerpo.
· Durante los primeros días o incluso horas después de un intento de suicidio, se percibe un relajamiento de las tensiones anteriores. Esto dificulta la concienciación del suicida, ya que los conflictos quedan olvidados de momento (síndrome de la seudocuración).
· Trastornos del humor: cuales destaca el episodio de depresión mayor. 
· Los adultos depresivos manifiestan un mayor riesgo de llevar a cabo un intento de suicidio si han presentado ya una depresión en la infancia o adolescencia.
· Pensamientos sobre la muerte: “sería mejor morir que seguir viviendo”.
· Ideas suicidas: pensamientos directos de darse muerte.
· Intenciones suicidas: el sujeto piensa en el modo concreto de matarse.
· Proyectos suicidas: el sujeto comienza a preparar la acción concreta.
· Trastornos de ansiedad: los trastornos más frecuentes son la angustia por separación y los ataques de pánico. Este último se asocia con frecuencia con un trastorno depresivo y puede incluir un consumo de tóxicos de tipo ansiolítico.
· Trastornos conductuales: si se inician antes de los 10 años presentan un riesgo de evolución hacia una personalidad antisocial.
· Los trastornos de la conducta aumentan el riesgo de ideas suicidas (únicamente en chicos), pero no el riesgo de intentos de suicidio. Más bien constituyen un factor protector frente a las emociones depresivas y el riesgo de suicidio.
· Trastornos de la personalidad: es posible localizar rasgos de personalidad patológica en algunos adolescentes suicidas. Se trata de rasgos de personalidad psicopática (o antisocial).
· Homosexualidad y trastornos de la identidad sexual: la atracción homosexual transitoria puede suponer una fuente de angustia y vergüenza y contribuir a un estado depresivo con autodesvalorización o paso al acto suicida.
· La elección homosexual favorece los intentos de suicidio al exponer al sujeto a situaciones homófobas.
· Esquizofrenia: el intento de suicidio puede tener lugar en un contexto psicótico (acto impuesto, intento de escapar de una angustia o exaltación delirante con sentimiento de invulnerabilidad).
· Significación psicológica general del suicidio (Baechler):
1) Fuga: hecho de escapar mediante el atentado contra la propia vida de una situación percibida como insoportable.
2) Duelo: atentar contra la propia vida como consecuencia de la pérdida de un elemento actual de su personalidad o de su sistema de vida.
3) Castigo: atentar contra la propia vida para expiar una falta real o imaginaria.
4) Crimen: atentar contra la propia vida arrastrando simultáneamente a otra persona a la muerte.
5) Venganza: atentar contra la propia vida para provocar el remordimiento de otra persona.
6) Petición de socorro y el chantaje: atentar contra la propia vida para ejercer presión sobre otra persona.
7) Sacrificio y la transición: atentar contra la propia vida para alcanzar un valor o un estado considerado superior.
8) Juego de azar: arriesgar la propia vida para probarse a sí mismo.
· Paradoja de la muerte: el adolescente se ve obligado a renunciar a su estatus de niño, pero le es imposible llevar a cabo esta renuncia. Le queda la posibilidad de “morir para vivir” para recuperar su omnipotencia y pretende controlar su vida acabando con ella.
· Significación psicopatológica del acto de suicidio: dimensión depresiva y dimensión impulsiva.
· Lo puberal exige el pleno funcionamiento psíquico y el conjunto de los mecanismos de defensa y adaptación, ya que la adolescencia revive los conflictos psíquicos de la infancia y actualiza nuevos conflictos.
· Significación de las interacciones entre el adolescente suicida y su entorno: los estudios revelan la presencia de un entorno familiar alterado. Se observan 3 hechos fundamentales:
1) El adolescente es objeto de una excesiva proyección parental y sirve de receptáculo del malestar parental.
2) La barrera entre las generaciones no suele estar claramente delimitada en las familias.
3) El adolescente se ve confrontado a una serie de acontecimientos que lo conducen a un desmoronamiento de sus capacidades de respuesta.
· Síndrome presuicida: a) opresión; b) inhibición de la agresividad (se vuelve contra sí mismo) y c) fantasías o fantasmas suicidas.
· No hay factores significativos que permitan predecir el riesgo de un nuevo intento suicida.Sin embargo algunos autores citan algunos ejemplos: existencia previa de un diagnóstico psiquiátrico de psicosis, antecedentes de abuso sexual, patología relacional familiar y tendencias depresivas.
· Medidas terapéuticas inmediatas: representan la respuesta directa al gesto de suicidio. Se distingue entre hospitalización, entrevista de urgencia con el adolescente y entrevista familiar.
· Medidas terapéuticas a medio y largo plazo: psicoterapia individual, terapia familiar o ingreso en una institución.
· Un intento de suicidio es un acto potencialmente grave al que de ningún modo hay que restarle importancia en un principio.
· La terapia tiene como objetivo calmar, contener y proteger.
· Factores de primer rango. Dimensión ansioso-depresiva: 
1) Comprobar la existencia de intentos de suicidios previos.
2) Existencia de un sentimiento de desesperación.
3) Presencia de trastornos emocionales de ansiedad o depresión.
· Factores de segundo rango. Dimensión impulsiva y trastornos de la personalidad:
1) Comprobación de la existencia de conductas impulsivas.
2) Comprobación de la existencia de consumo abusivo de tóxicos.
3) Comprobación de la existencia de trastornos de la personalidad.
· Factores de tercer grado. Familia, entorno:
1) Evaluar la calidad del funcionamiento familiar.
2) Evaluar la calidad de las relaciones entre el adolescente y sus padres.
3) Evaluar la calidad del entorno y de las relaciones sociales del joven.
· Factores de tercer grado. Acontecimientos vitales: suicidio o intentos de suicidio.
Capítulo 22: Trastornos del sueño
· El sueño infantil se caracteriza por una amplia variedad de patrones y comportamientos.
· Durante los primeros 3 años, es común que el niño experimente alteraciones transitorias o de mayor duración en el sueño.
· Aparece en el periodo prenatal periodos de sueño activo y tranquilo el último trimestre (32-40 semanas de gestación).
· Parece existir una relación entre la incorporación del sueño activo en las últimas semanas de gestación y la aceleración en la maduración del cerebro.
· Se observa la aparición del ciclo circadiano (sueño-vigilia) regulado por la acción de la madre, a través de sus niveles de actividad-descanso, cortisol, melatonina, temperatura del cuerpo y ritmo cardíaco.
· El recién nacido permanece más tiempo dormido que despierto y presenta un nivel de sueño activo significativamente mayor que de sueño tranquilo.
· Los recién nacidos duermen aproximadamente de 16 a 17 horas.
· A los 3 años el sueño queda consolidado en el periodo nocturno y sólo una siesta diurna.
· La proporción del sueño activo y sueño tranquilo es similar al adulto (Sueño REM= 20-30%).
· El rango de sueño es en promedio de 12 horas.
· La cantidad de horas de sueño en niños mayores de 3 meses declina levemente, pero se consolida en las horas nocturnas.
· La mayoría de los niños duerme entre 12 y 14 horas hasta los 2 años de vida.
· El rango de sueño nocturno ininterrumpido se acrecienta desde los 3 a los 6 meses y se nivela antes del año de vida.
· A pesar de las variaciones en el sueño, muchos niños continúan presentando un sueño nocturno interrumpido, durante los primeros 3 años.
· De ellos, una cantidad importante logra volver a dormirse de manera autónoma.
· En las primeras etapas de la infancia, es común que los niños entren al dormirse inmediatamente en una fase de sueño activo o sueño REM.
· El sueño REM ocurre en el primer de vida y declina luego de esto, de manera significativa entre las 3 y 6 semanas, y luego entre los 4 y 6 meses.
· Niños de 2 semanas presentan un 51% de sueño activo.
· A los 9 meses de vida presentan un 30% de sueño activo.
· En los bebés el ciclo de sueño activo aparece cada 60 minutos.
· La regulación del ciclo circadiano ocurre luego de los 3 meses de vida, cuando el patrón de sueño comienza a ajustarse al periodo nocturno.
· Antes de los 3 meses los bebés presentan ciclos de 3 a 4 horas de sueño, seguidos de 1 a 2 horas de vigilia, de manera igualitaria para el día y la noche, regulados por las sensaciones de hambre, saciedad y horarios de alimentación.
· Elementos que dificultan el diagnóstico de los trastornos del sueño: diferencias culturales, cambios significativos del desarrollo, influencia de factores inherentes a la relación cuidador-niño y diferencias de criterios en distintos sistemas de diagnóstico.
· En el contexto de la consulta, es poco frecuente recibir quejas acerca de la falta de sueño.
· Los problemas de sueño son más evidentes a los padres en etapas posteriores, como la etapa escolar.
· La falta de sueño, aparece como causa posterior a la consulta acerca de trastornos del comportamiento o disfunciones neurocognitivas.
· Los problemas para dormir son la principal preocupación de los padres en la visita de control sano de los bebés:
1) Despertar excesivamente en la noche (15-20% niños menores de 3 años).
2) Problemas para irse a la cama (5-10% de los niños de alrededor 2 años).
· En un estudió se definió el problema para iniciar el sueño cuando demora 30 o más minutos, al menos 5 días, durante más de 3 semanas.
· En un estudio realizado por la fundación nacional del sueño, se determinó que los padres reportaron un 6% de problemas en infantes y un 11% en niños al inicio de la etapa preescolar.
· Trastorno de conciliación del sueño “Sleep-onset disorder:
-El segundo tipo de insomnio más frecuente es el de retrasar o resistir el tener que acostarse.
-Se desarrolla cerca de los 2 años, periodo en el que el niño se vuelve más independiente y experimenta más miedos, mostrando una prolongación de las rutinas y una mayor resistencia antes de irse a la cama.
-Los padres deben multiplicar los esfuerzos para acostar al niño y deben responder a un número creciente de “llamadas de atención” cuando el niño recién se acuesta.
-Este problema se asocia a dificultades para hacerse obedecer durante el día, por una inhabilidad paterna para establecer límites
· Los problemas de sueño se correlacionan con: depresión matera, fatiga parental, desorganización de la vida familiar, empobrecimiento de la salud física mental y física de la madre y menos bienestar parental.
· Cuando los niños mejoran sus problemas de sueño: aumento de la calidad del sueño materno, mejoras en las cogniciones sobre el sueño del niño, menos depresión y aumento de la armonía marital.
Capítulo 23: Trastornos de la alimentación, retraso del crecimiento y obesidad
· Los trastornos de alimentación (FDs, Feeding Disorders) y retraso del crecimiento (FTT, Failure To Thrive) son problemas comunes de la lactancia y la primera infancia en los países industrializados.
· FD afectan hasta un 25-40% de los lactantes y niños pequeños con desarrollo normal y hasta el 80% de las personas con discapacidades del desarrollo.
· No existe una definición universalmente aceptada o clasificación validada de FD en la infancia.
· La etiología de la FD no se entiende bien y es probable que sea multifactorial (factores fisiológicos, conductuales y ambientales). Estos factores pueden incluir anormalidades anatómicas o sensorial-perceptivo, disfunción motora, características temperamentales y de regulación, problemas de salud, experiencias traumáticas, comportamientos a la hora de la comida, y las características del cuidador, relación cuidador-niño y familia y entorno social.
· Hay evidencia de comorbilidad, sobre todo con FTT, problemas para dormir, y varias dificultades de regulación y problemas de salud.
· Problemas de alimentación grave y persistente que se experimentan en el 3-10% de los niños, tienden a persistir y empeorar con el tiempo y son más frecuentes en los niños con discapacidades físicas, retraso mental y enfermedad médica, prematuridad o bajo peso al nacer.
· FD debe ser evaluado por un equipo interdisciplinario de profesionales (gastroenterólogo, psicólogo del comportamiento y del trabajo y/o fonoaudiólogo. 
· Una evaluación completa debe incluir una revisión de la salud del niño, el desarrollo, la alimentación, regulación, y la historia de crecimiento.
· Una evaluación de un niño con FDdebe responder a: (1) el niño tiene FTT; (2) el niño está seguro al alimentarse y (3) hay problemas en la relación con otros niños u otros problemas ambientales.
· La intervención puede ser: (1) sin alimentación por vía oral; (2) ocupacional y/o terapia del habla y lenguaje; (3) la nutrición y/o pediatría cuando FTT u otra condición médica está presente; (4) terapia infanto-parental; (5) terapia conductual y (6) modalidades de tratamiento combinadas cuando múltiples problemas están presentes.
· El uso de la alimentación exclusiva mediante tubo debe evitarse si es posible.
· La evidencia empírica muestra que las intervenciones efectivas para niños con severa FD son tratamientos de manejo de contingencia que incluyen el refuerzo positivo de las respuestas apropiadas de alimentación y haciendo caso omiso o guiar respuestas inapropiadas.
· La causa fundamental de la FTT es una deficiencia nutricional.
· Los investigadores suelen definir como FTT: (1) peso por debajo del percentil 5 para la edad y el género en los gráficos de crecimiento normalizados, y/o (2) desaceleración de la tasa de ganancia de peso desde su nacimiento hasta el presente.
· Aunque todos los niños con FTT tienen un grave problema de salud subyacente a la desnutrición, la FTT puede incluir problemas médicos orgánicos, no orgánicos o mixto. 
· FTT es un problema multifactorial que implica una combinación de factores biológicos y ambientales (características de los niños y características de los cuidadores).
· La acumulación de factores de riesgo es perjudicial para el funcionamiento cognitivo: los niños de 6 años de edad tanto con FTT y maltrato tenían más problemas de comportamiento y peor rendimiento cognitivo y funcionamiento en la escuela que los niños sin ningún de factor de riesgo.
· En algunos casos el FTT puede ser una manifestación de negligencia infantil, aunque no es sinónimo de ella.
· Los estudios basados en la población del Reino Unido sugieren que la historia natural del FTT implica una mejora gradual en la edad preescolar, pero con un déficit de duración con respecto al crecimiento.
· El FTT influye en el desarrollo cognitivo a corto plazo, pero los retrasos en el desarrollo temprano parecen disminuir con el tiempo, lo que sugiere que no hay un efecto permanente sobre el crecimiento del cerebro.
· Las intervenciones se han llevado a cabo en varios niveles (psicológico, médico, visitas al hogar, multidisciplinar) y en diversos entornos (ingresos hospitalarios, ambulatorios, hogar/ comunidad).
· Todos los niños con FTT necesitan calorías adicionales para ponerse al día, y un enfoque multidisciplinario se debe utilizar cuando el FTT persiste a pesar de la intervención o cuando es severa.
· La definición de la obesidad infantil es controversial. El IMC se utiliza cada vez más como un indicador de la obesidad.
· A menudo la obesidad se define como el peso corporal ≥ percentil 85 de índice de masa corporal en función del género.
· La obesidad se considera un problema multifactorial y la expresión fenotípica de las interacciones complejas entre una variedad de factores genéticos e influencias ambientales.
· El gen ob se cree que juega un papel importante en la obesidad.
· La persistencia de la obesidad en la infancia y en la niñez aumenta el riesgo de obesidad durante la adolescencia y la edad adulta, y por lo tanto, con el desarrollo potencial de graves problemas de salud de los adultos.
· Las madres con diabetes mellitus gestacional demuestran que sus hijos tienen una alta tasa de sobrepeso que se asocia tanto con el crecimiento intrauterino y la obesidad de los padres.
· El IMC de la madre antes del embarazo se correlaciona significativamente con el peso del hijo, la altura, y el IMC al nacer, y se mantiene durante los primeros 2 años.
· Otros factores de riesgo parentales: (1) variables del peso de la madre antes del embarazo; (2) el aumento de peso durante el embarazo y (3) la edad de la madre.
· Posibles factores postnatales: el IMC del padre y el peso al nacer. 
· La lactancia materna puede proteger contra el desarrollo de la obesidad en la infancia, incluso en los recién nacidos de madres con diabetes.
· No hay ninguna intervención universalmente aceptada o demostrada para prevenir o tratar la obesidad infantil, al igual que lo que se ve en la obesidad del adulto. 
· Tratar de controlar la tasa de aumento de peso en el bebé, además de aumentar la actividad física, podrían ser direcciones prometedoras.
Capítulo 25: Depresión
· En 1940, la depresión clínica fue observada y descrita en niños privados de relaciones de cuidado primarias (Spitz, 1946).
· Los datos empíricos para validar y describir un síndrome depresivo clínico en infantes y niños por debajo de los 3 años de edad se mantiene inasequible.
· En la temprana década de 1900, Darwin teorizó, en base a la observación de expresiones faciales, que un núcleo severo de emociones estaba presente al año de vida en los niños humanos.
· Desde una perspectiva de salud pública, la identificación de la depresión en el punto más temprano del desarrollo puede ser una meta importante, porque la intervención más temprana puede proporcionar una ventana de oportunidades para mayores cambios terapéuticos.
· Los niños humanos muestran específicas y discretas expresiones faciales que son consistentes con los eventos “incentivos” diseñados para evocar estos estados emocionales.
· Las expresiones faciales de tristeza pueden ser claramente y confiablemente distinguidas de otras emociones negativas a la edad de dos meses en niños humanos.
· A los 6 meses de edad la expresión facial de tristeza surge en respuesta de, o en concurrencia con, eventos incentivos provocadores de tristeza.
· Bebés humanos muestran expresiones faciales discretas de alegría tan pronto como a los 6-8 meses de vida.
· No hay datos empíricos que informen la cuestión de si la depresión surge en la infancia, hasta la actualidad.
· La habilidad para reconocer y etiquetar emociones negativas, especialmente tristeza, puede desarrollarse más rápidamente en preescolares que experimentan depresión. 
· Los niños comprenden la experiencia de culpa y vergüenza tan pronto como a la edad de 3 años.
· Preescolares depresivos experimentan niveles más altos de culpa que preescolares no depresivos.
· Los preescolares depresivos tienen menos tendencia a tomar acciones para reparar la situación de culpa.
· La experiencia de culpa excesiva es un elemento central de la depresión y, por lo tanto, debe ser un foco en las estrategias de intervención temprana.
· Spitz brindó un compilado de reportes de retraimiento, apatía, estado de ánimo deprimido y retraso en el crecimiento en niños institucionalizados (depresión anaclítica).
· Las madres deprimidas se han observado de ser menos sensible para mostrar afecto positivo y para mirar con menos frecuencia a sus hijos que las madres no deprimidas.
· Madres que experimentan depresión crónica proporcionan menos estimulación social a sus bebés.
· La depresión materna durante el período de lactancia y el periodo preescolar puede tener efectos adversos en el desarrollo emocional del niño.
· Still Face: hijos de madres deprimidas demostraron menos protesta que los niños de madre no depresivas, sugiriendo que estaban acostumbrados a la respuesta materna limitada.
· La activación del lóbulo frontal derecho es más probable que ocurra durante el llanto y la tristeza, mientras que relativamente activaciones más fuertes del lóbulo frontal izquierdo se producen durante la felicidad.
· Durante las interacciones placenteras y mediante el juego con sus cuidadores principales, los niños suelen mostrar una mayor activación del área frontal izquierda.
· Los bebés hijos de madres deprimidas no muestran diferencias en la activación del área frontal izquierda y derecha, lo que indica que estos niños pueden no encontrar la interacción madre-hijo muy placentera.
· DC: 0-3: dos grandes categorías diagnósticas: la depresión mayor y el trastorno depresivo no especificado. También se incluye una categoría única, "lareacción de duelo / aflicción prolongado", que aborda el afecto depresivo transitorio que puede surgir después de la pérdida del cuidador principal.
· Las primeras investigaciones de los síntomas de la depresión en los niños en edad preescolar se llevaron a cabo por Kashani y sus colegas en la década de 1980.
· Desarrollo emocional temprano: programa para evaluar la depresión en niños preescolares. Resultados: constelación específica y estable de síntomas depresivos que surgen en los niños preescolares entre 3 años a 5 años, 6 meses. También se demostró que la transmisión familiar de la depresión también se hace evidente en el período preescolar.
· Anhedonia: incapacidad para disfrutar de actividades y jugar.
· Los clínicos deben buscar síntomas depresivos típicos ajustados por edad como marcadores sensibles y específicos de la enfermedad, incluso en niños en edad preescolar.
· Los preescolares deprimidos, manifiestan retraso en el desarrollo social.
· Un elemento central en la psicopatología del desarrollo y la etiología de la depresión es una respuesta disfuncional al estrés.
· Los niños deprimidos en edad preescolar muestran diferentes patrones reactivos de cortisol en respuesta al estrés. Los patrones de aumento de los niveles de cortisol estuvieron presentes durante toda la evaluación.
· Subtipo de depresión melancólica más severa, se caracteriza por la presencia de anhedonia, también se ha detectado en los niños de edad preescolar.
· Preescolares deprimidos melancólicamente muestran una falta de brillo en respuesta a los acontecimientos positivos y tasas más altas de síntomas neurovegetativos (trastornos del sueño y cambios en el apetito).
· Interacción diádica preescolar-cuidador: en esta interacción melancólicamente depresiva, los preescolares demostraron menos entusiasmo, más evitación, y menos complicidad que un preescolar saludable. Esto proporcionó evidencia objetiva para el síntoma de anhedonia. 
· La depresión preescolar está asociada con el deterioro del funcionamiento.
· La disminución en el desarrollo cognitivo que son evidentes en los recién nacidos de madres deprimidas pueden prevenirse cuando las madres deprimidas experimentan intervenciones psicoterapéuticas niño-pariente.
· Hasta la fecha no hay algún diseño de psicoterapias para el tratamiento de la depresión preescolar a una edad apropiada, la cual haya sido probada.
· Terapia de interacción padre-hijos: tratamiento de la depresión preescolar mediante el complemento del componente de desarrollo emocional. Está diseñado para hacer frente a la ausencia de la alegría y el exceso de culpa y tristeza experimentada por el niño deprimido en edad preescolar. El enfoque está en el fortalecimiento de la relación entre padres e hijos.
· No hay estudios disponibles para informar de la seguridad o la eficacia de los antidepresivos para los niños en edad preescolar.