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Aunque la palabra esqueleto viene de la palabra griega que significa “cuerpo seco”, la belleza del diseño y la ingeniería de nuestra estructura interna no tiene ni punto de comparación con ningún rascacielos mo- derno. Fuerte, aunque ligero, está perfectamente adap- tado a las funciones de protección y movimiento del cuerpo. De hecho, el esqueleto es una torre de huesos organizada de modo que podamos mantenernos rectos y equilibrados por nosotros mismos. Ningún otro ani- mal tiene unas piernas tan relativamente largas (en comparación con los brazos o los miembros superio- res) ni unos pies tan extraños, y muy pocos poseen unas manos con una capacidad de sujeción tan desta- cable. A pesar de que la espina dorsal de un bebé es como un arco, pronto cambia a la estructura de dorso hundido (o forma de S) necesaria para mantener una postura erguida. El esqueleto se divide en dos partes: el esqueleto axial, los huesos que forman el eje longitudinal del cuerpo, y el esqueleto apendicular, los huesos de los miembros y las cinturas. Además de los huesos, el sis- tema esquelético incluye las articulaciones, los cartí- lagos y los ligamentos (cuerdas fibrosas que unen los huesos a las articulaciones). Las articulaciones propor- cionan flexibilidad al cuerpo y permiten que se pro- duzca el movimiento. Huesos: descripción general Todos hemos oído en algún momento las expresiones “no poder con sus huesos”, “estar en los huesos” o “saco de huesos”; imágenes bastante poco favorecedo- ras e imprecisas sobre algunos de nuestros órganos más extraordinarios. Nuestro cerebro, y no nuestros huesos, es quien transmite las sensaciones de fatiga, y nuestra masa muscular no puede desaparecer hasta el punto de que nuestros huesos queden pegados a la piel. En cuanto a “saco de huesos”, éstos son más obvios en al- gunos de nosotros, pero sin ellos para formar el esque- leto interno, nos arrastraríamos por la tierra como las babosas. Examinemos el modo en que los huesos con- tribuyen a la homeostasis corporal global. Funciones de los huesos Además de contribuir a la forma corporal, los huesos re- alizan varias funciones importantes para el organismo: 1. Soporte. Los huesos, las “cinturas de acero” y el “cemento reforzado” del cuerpo, forman la estruc- tura interna que soporta el cuerpo y aloja los órga- nos blandos. Los huesos de las piernas sirven de Esqueleto axial (págs. 145-158) En un cráneo o diagrama, identificar y nombrar los huesos que lo forman. Describir las diferencias entre el cráneo de un recién nacido (o feto) y el de un adulto, y explicar la función de las fontanelas. Nombrar las partes de una vértebra y explicar, en líneas generales, la diferencia entre las vértebras cervicales, torácica y lumbares. Explicar la importancia de los discos intervertebrales y de las curvaturas de la columna vertebral. Explicar las diferencias entre las curvaturas irregulares de la columna vertebral (escoliosis, lordosis y cifosis). Esqueleto apendicular (págs. 158-166) Identificar en un esqueleto o diagrama los huesos de las cinturas pélvicas y del hombro y los miembros unidos a éstas. Describir las diferencias más significativas entre la pelvis masculina y la femenina. Articulaciones (págs. 166-174) Nombrar las tres categorías principales de las articulaciones, y comparar la amplitud de movimiento que permite cada una. Formación y desarrollo del esqueleto (págs. 174-176) Identificar algunas de las causas de los problemas óseos y articulares a lo largo de la vida. ( N U E S T R O S O B J E T I V O S , c o n t i n u a c i ó n ) 134
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