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tos planos inclinan la pelvis hacia atrás, lo que dificulta la transferencia del peso al caminar. 3. Mantén una buena postura. Conserva la cabeza y la espalda alineadas, con el abdomen y las nalgas metidas hacia adentro. 4. Levanta objetos pesados utilizando mecanismo corporales adecuados. Cada objeto, incluido el cuerpo hu- mano, posee un centro de gravedad alrededor del cual la masa corporal se distribuye equitativamente. En un adulto de pie, el centro de gravedad se encuentra dentro de la pelvis, ligera- mente posterior al borde anterior de la articulación entre el sacro y la quinta vértebra lumbar. Un principio básico de los mecanismos corporales es que cuanto mayor sea la basa de soporte y más bajo esté el centro de gravedad, más estables somos. Aplicar este prin- cipio al levantamiento requiere una postura más amplia de la normal (se- para los pies ligeramente) y, a conti- nuación, dobla las rodillas (en vez de la espalda) para alcanzar y coger el ob- jeto (véase la fotografía de la página anterior). Así, el peso se transmite a las piernas, más fuertes, aliviando la columna vertebral, que es más deli- cada. Si tienes que mover objetos grandes, empújalos en lugar de tirar de ellos. 5. Evita estar sentado durante mucho tiempo. Estar sentado aplica mucha más tensión en la espina dorsal que cuando se está de pie: los camioneros tienen cinco veces más probabilidades de padecer problemas lumbares y dis- cos herniados. Si debes estar sentado durante mucho tiempo, descansa los pies en un pequeño taburete (o en el último cajón del escritorio) para reducir la tensión de la columna vertebral. 6. Tómate 10 minutos al día para estirar los músculos extensores lumbares y los músculos flexores de las caderas, así como para fortalecer los músculos abdominales. (Véanse las instruccio- nes y las fotos a-c, que figuran a conti- nuación.) Si tienes antecedentes de problemas de espalda, evita cualquier ejercicio que fuerce los lumbares, in- cluidos (1) los abdominales con las piernas estiradas, (2) los levantamien- tos dobles de pierna y (3) tumbarte boca abajo y levantar la cabeza, los brazos y las piernas. ¡Atrévete a ser di- ferente! Sé bueno con tu columna ver- tebral y estarás a salvo de la queja casi universal: “¡Ay, qué dolor de es- palda!”. (a) Estiramiento de los músculos exten- sores de la zona lumbar. Túmbate boca arriba con las rodillas dobladas y los pies en el suelo. Con los brazos a los lados, lleva una rodilla hasta el pe- cho. Baja el pie con la rodilla doblada y, a continuación, desliza el pie por el suelo hasta que la pierna quede total- mente estirada. Gira la pierna con cui- dado de un lado a otro. Vuelve a la po- sición de inicio y repite el ejercicio con la otra pierna. Repite todo el ejercicio cinco o seis veces. (b) Estiramiento de los músculos flexores de la cadera. Túmbate boca arriba. Ex- pira a medida que llevas las rodillas al pecho. A continuación, mientras suje- tas una rodilla en el pecho, desliza la pierna contraria por el suelo hasta que quede totalmente estirada. Intenta que la parte de detrás de la rodilla (re- gión poplítea) de la pierna estirada to- que el suelo. Mantente así mientras cuentas hasta 6. 153 (a)
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