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Fisiología de la circulación Puede obtenerse una indicación bastante buena de la eficacia del sistema circulatorio de una persona mi- diendo el pulso arterial y la tensión arterial. Estas me- didas, junto con las de la frecuencia respiratoria y la temperatura corporal, se denominan en conjunto constantes vitales en el ámbito médico. Pulso arterial La expansión y el retroceso alternantes de una arteria que se producen con cada latido del ventrículo iz- quierdo crea una onda de presión (pulso) que circula por todo el sistema arterial. Normalmente el pulso (olea- das de presión por minuto) es igual que la frecuencia cardiaca (latidos por minuto). El pulso medio oscila en- tre 70 y 76 latidos por minuto en una persona normal en reposo; depende de la actividad, de los cambios postu- rales y de las emociones. Se puede notar el pulso en cualquier arteria que se encuentre cerca de la superficie corporal compri- miendo la arteria contra tejido firme; ésta es una forma sencilla de contar la frecuencia cardiaca. Puesto que es tan accesible, el punto en el que la arteria radial se acerca a la superficie en la muñeca (pulso radial) suele utilizarse para tomar el pulso, pero hay otros puntos del pulso arterial importantes desde el punto de vista médico (Figura 11.18). Debido a que estos mismos puntos se comprimen para detener el flujo sanguíneo en los tejidos distales en una hemorragia, también se denominan puntos de presión. Por ejemplo, si te ha- ces un gran corte en la mano, puedes detener la hemo- rragia de algún modo comprimiendo la arteria bra- quial. • Palpa cada uno de los puntos del pulso que se in- dican en la Figura 11.18 colocando las puntas de los primeros dos o tres dedos de una mano en la arteria sobre el lugar indicado. Comprime firme- mente la arteria cuando empieces y afloja la pre- sión ligeramente de inmediato. Fíjate, en cada caso, en la regularidad y en la relativa fuerza del pulso. Tensión arterial Cualquier sistema equipado con una bomba que fuerza líquido a través de una red de tubos cerrados funciona bajo presión, y cuanto más cerca esté la bomba, mayor será la presión. La tensión arterial es la presión que ejerce la sangre contra las paredes inter- nas de los vasos sanguíneos y la fuerza que mantiene la sangre en circulación continuamente, incluso entre los latidos del corazón. A menos que se indique lo contrario, el término tensión arterial se entiende como la presión en las arterias sistémicas grandes cerca del corazón. Gradiente de tensión arterial Cuando los ventrículos se contraen, fuerzan la sangre en las elásticas y grandes arterias de gruesas paredes cerca del corazón que se expanden a medida que se impulsa la sangre en ellas. La gran presión en estas arterias fuerza a la sangre a moverse continuamente en las zonas de menor pre- sión. La presión es mayor en las arterias grandes y con- tinúa disminuyendo a través de las vías sistémica y pul- monar, hasta llegar a cero o a una presión negativa en las venas cavas (Figura 11.19). Recuerda que la sangre fluye por las arterias más pequeñas; a continuación, por las arteriolas, los capilares, las vénulas, las venas y, finalmente, vuelve a las grandes venas cavas al entrar en la aurícula derecha del corazón. Fluye continua- mente a lo largo de un gradiente de presión (de alto a bajo) a medida que realiza su circuito día tras día. Ten en cuenta que si el retorno venoso dependiese por com- pleto de una tensión arterial alta en todo el sistema, la sangre probablemente nunca podría completar su cir- cuito de vuelta al corazón. Éste es el motivo por el que las válvulas de las venas grandes, la actividad de presión de los músculos esqueléticos y los cambios de presión en el tórax son tan importantes. F I G U R A 1 1 . 1 8 Puntos del cuerpo en los que el pulso se toma con mayor facilidad. (Las arterias específicas que se indican se explican en la pág. 378). Arteria carótida común Arteria braquial Arteria radial Arteria femoral Arteria poplítea Arteria tibial posterior Arteria pedia dorsal Arteria temporal Arteria facial Capítulo 11: El sistema cardiovascular 387 11
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