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con la sangre. La función de los vasos linfáticos es for- mar un elaborado sistema de drenaje que recoja este ex- cedente de fluido tisular, denominado linfa (lymph = agua limpia) y lo devuelva a la sangre (Figura 12.1). Los vasos linfáticos, también denominados sis- tema linfático, forman un sistema unidireccional en el que la linfa fluye únicamente hacia el corazón. Los mi- croscópicos capilares linfáticos, de extremos ciegos, seerpentean entre las células tisulares y los capilares sanguíneos en los tejidos conectivos laxos del orga- nismo (Figuras 12.1 y 12.2a) y absorben el fluido filtrado. Aunque son similares a los capilares sanguí- neos, los capilares linfáticos cuentan con una permea- bilidad tan destacable que en el pasado se creía que tenían una apertura en el extremo, como la de las pa- jitas. No sólo vemos que no es así, si no que, además, nos encontramos con que los extremos de las células endoteliales que forman sus paredes poco tupidas se solapan unos con otros, formando miniválvulas con forma de aleta (Figura 12.2b) que a su vez actúan como puertas batientes unidireccionales. Las aletas, ancladas por medio de finas fibras de colágeno a las estructuras adyacentes, se abren de par en par cuando la presión del fluido es mayor en el espacio intersti- cial, permitiendo así que el fluido penetre en los capi- lares linfáticos. Sin embargo, cuando la presión es más alta en el interior de los vasos linfáticos, las aletas ce- lulares endoteliales son forzadas a unirse, evitando así que la linfa vuelva a filtrarse y empujándola a lo largo del vaso. Normalmente se impide que las proteínas, e incluso partículas de mayor tamaño tales como dese- chos, bacterias y virus, penetren en los capilares san- guíneos; sin embargo, penetran con facilidad en los capilares linfáticos, en particular en zonas inflamadas. Y aquí surge un problema: las bacterias y los virus (así como las células cancerígenas) que penetran en el sis- tema linfático pueden utilizarlo para moverse por el interior del organismo. Este dilema es parcialmente solventado por el hecho de que la linfa toma desvíos a través de los ganglios linfáticos, donde se limpia de desechos, que son “examinados” por las células del sistema inmunitario, como explicaremos más detalla- damente en breve. La linfa es transportada desde los capilares linfáti- cos a través de vasos linfáticos cada vez mayores, de- nominados vasos linfáticos colectores, hasta que fi- nalmente es devuelta al sistema venoso a través de uno de los dos amplios conductos de la zona torácica. El conducto linfático derecho drena la linfa de la zona del brazo derecho y la parte derecha de la ca- beza y el tórax. El conducto torácico mayor recibe la linfa desde el resto del organismo, tal y como muestra la Figura 12.3. Ambos conductos vacían la linfa en la vena subclavia de su parte del organismo. Al igual que las venas del sistema cardiovascular, los vasos linfáticos son de pared estrecha, y los mayores tienen válvulas. El linfático es un sistema de baja pre- sión sin bombeo. La linfa se transporta por medio de los mismos mecanismos que ayudan al retorno de la sangre de las venas: la acción succionante de los músculos del esqueleto y los cambios de presión del tórax durante la respiración (es decir, las “bombas” musculares y respira- torias). Además, los suaves músculos de las paredes de 404 Anatomía y Fisiología Humana 12 F I G U R A 1 2 . 1 Relación de los vasos linfáticos con los sanguíneos. Comenzando por la parte inferior de la figura, vemos que la linfa, que comienza como fluido tisular derivado de los capilares sanguíneos, entra en los capilares linfáticos, va a través de los vasos y los ganglios linfáticos y entra en el torrente sanguíneo a través de las grandes venas de la base del cuello. Sistema venoso Sistema arterial Corazón Conducto linfático Tronco linfático Ganglio linfático Sistema linfático Vasos colectores linfáticos con válvulas Capilar linfático Fluido tisular convertido en linfa Tejido conectivo laxo que rodea los capilares Capilares sanguíneos
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