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Trasplantes de órganos y rechazo Para las personas que sufren la última etapa de una en- fermedad del corazón o del riñón, los trasplantes de ór- ganos son una opción de tratamiento deseable. Sin em- bargo, los trasplantes de órganos han tenido resultados muy diversos, ya que el sistema inmunitario siempre está alerta y el rechazo es un problema real. Básicamente son cuatro los principales tipos de in- jerto: 1. Autoinjertos: son injertos de tejido trasplantados de un lugar a otro del cuerpo de una misma per- sona. 2. Isoinjertos: son injertos de tejidos donados por una persona genéticamente idéntica; el único ejem- plo es el de un gemelo idéntico. 3. Aloinjertos: son injertos de tejido tomados de cualquier persona que no sea un gemelo idéntico. 4. Xenoinjertos: son injertos de tejido obtenidos de una especie animal diferente, como por ejemplo tras- plantar el corazón de un mandril a un ser humano. Los autoinjertos y los isoinjertos son órganos o injertos donantes ideales y casi siempre tienen éxito, siempre y cuando exista un suministro sanguíneo adecuado y no haya infección. Aunque las válvulas de corazón de cerdo han sido transplantadas con éxito, los xenoinjer- tos de órganos enteros casi nunca tienen éxito. El tipo de injerto más utilizado es un aloinjerto tomado de una persona fallecida recientemente. Capítulo 12: El sistema linfático y las defensas del organismo 427 12 TABLA 12.3 (continuación) Elemento Función en la respuesta inmunitaria • Interferón gamma: secretado por los linfocitos; ayuda en la fabricación de células tisulares resistentes a la infección viral, activa los macrófagos y las células NK; potencia la maduración de las células T citotóxicas. • Perforina, granzimas: toxinas celulares liberadas por las células T citotóxicas. Factor de necrosis Como la perforina, causa la muerte celular; atrae granulocitos; activa las células T tumoral (TNF) y los macrófagos. Complemento Grupo de proteínas de transmisión hemática activado tras unirse a los antígenos recubiertos de anticuerpos; al activarse, el complemento causa la lisis del microorganismo y potencia la respuesta inflamatoria. Antígeno Sustancia capaz de provocar una respuesta inmunitaria; normalmente una molécula de complejo amplio que no suele estar presente en el organismo. xicas y a las células B a crecer y dividirse, (2) atra- yendo otros tipos de leucocitos protectores, tales como neutrófilos, a la zona, y (3) potenciando la habilidad de los macrófagos para tragarse y destruir microorga- nismos. (De hecho, los macrófagos son fagocitos bas- tante eficaces incluso en ausencia de citoquinas, si bien en presencia de éstas desarrollan un apetito insa- ciable.) Mientras las citoquinas liberadas convocan más y más células a la batalla, la respuesta inmunitaria gana impulso y los antígenos se ven inundados por el número total de elementos inmunes que actúan contra ellos. Otra población de células T, las células T regula- doras, anteriormente denominadas células T supreso- ras, libera sustancias químicas que suprimen la activi- dad tanto de las células T como de las B. Las células T reguladoras son vitales para bajar el ritmo y finalmente interrumpir la respuesta inmunitaria, una vez que un an- tígeno ha sido desactivado o destruido con éxito. Ello ayuda a prevenir una actividad innecesaria y descontro- lada del sistema inmunitario. La mayoría de las células T alistadas para la lucha en una respuesta inmunitaria en particular mueren en pocos días. Sin embargo, unos pocos miembros de cada clon son células de memoria longevas que se quedan para facilitar la memoria inmunitaria para cada antígeno que se encuentre y permitir que el organismo responda de manera rápida a futuras invasiones. En la Figura 12.19 se muestra un resumen de los principales elementos de la respuesta inmune.
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