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El hígado y la vesícula biliar El hígado es la glándula más grande del cuerpo. Ubi- cado debajo del diafragma, más hacia la derecha del cuerpo, se halla por encima del estómago y lo cubre casi por completo (véanse las Figuras 14.1 y 14.5). El hí- gado presenta cuatro lóbulos y está suspendido desde el diafragma y la pared abdominal mediante un deli- cado cordón del mesenterio, el ligamento falciforme. No hay ninguna duda de que el hígado es uno de los órganos más importantes del organismo. Posee mu- chas funciones metabólicas y reguladoras; sin embargo, su función digestiva es la producción de bilis. La bilis abandona el hígado a través del conducto hepático común y entra en el duodeno a través del conducto bi- liar (véase la Figura 14.6). La bilis es una solución acuosa entre amarilla y verde que contiene sales y pigmentos biliares (princi- palmente bilirrubina, un producto de la descomposición de la hemoglobina), colesterol, fosfolípidos y una varie- dad de electrolitos. De estos componentes, sólo las sa- les biliares (derivadas del colesterol) y los fosfolípidos ayudan en el proceso digestivo. La bilis no contiene en- zimas, pero sus sales biliares emulsionan las grasas me- diante la descomposición física de grandes glóbulos de grasa en otros más pequeños, de modo que ofrece una zona superficial mayor para que trabajen las enzimas que digieren las grasas. La vesícula biliar es un saquito verde de finas pa- redes que se encuentra en una fosa poco profunda en la superficie inferior del hígado (véanse las Figuras 14.1 y 14.6). Cuando no hay digestión de alimentos, la bilis vuelve a subir por el conducto cístico y entra en la ve- sícula biliar para su almacenamiento. Mientras está en la vesícula biliar, la bilis se concentra mediante la extrac- ción de agua. Más adelante, cuando entran alimentos grasos en el duodeno, un estímulo hormonal hace que la vesícula biliar se contraiga y la bilis almacenada salga a borbotones, de modo que el duodeno pueda disponer de ella. DESEQUILIBRIO HOMEOSTÁTICO Si la bilis se almacena en la vesícula biliar du- rante demasiado tiempo o si se elimina demasiada agua, el colesterol que contiene puede cristalizarse y formar cálculos biliares. Puesto que los cálculos biliares tienden a ser afila- dos, suelen provocar un dolor agonizante cuando se contrae la vesícula biliar (el típico ataque a la vesícula biliar). El bloqueo de los conductos hepáticos o biliares comu- nes (por ejemplo, por cálculos biliares con forma de cuña) evita que la bilis entre en el intestino delgado, por lo que em- pieza a acumularse y acaba subiendo por el hígado. Esto ejerce presión en las células hepáticas y en las sales biliares, y los pigmentos biliares empiezan a entrar en el torrente san- guíneo. A medida que los pigmentos biliares circulan por el organismo, los tejidos se vuelven amarillos (o ictéricos). El bloqueo de los conductos es una causa de la icteria. Con más frecuencia es el resultado de auténticos problemas he- páticos como la hepatitis (una inflamación del hígado) o la cirrosis, una enfermedad inflamatoria crónica en la que el hígado se ve gravemente dañado y se vuelve duro y fibroso. La hepatitis se debe más habitualmente a una infección ví- rica provocada por el consumo de agua contaminada o su transmisión a la sangre por una transfusión o agujas contami- nadas. La cirrosis está casi garantizada cuando uno bebe demasiado alcohol durante muchos años, y es una conse- cuencia común de la hepatitis aguda. ▲ ¿ L O H A S E N T E N D I D O ? 7. María tiene la boca seca; segrega muy poca saliva. ¿La digestión de qué tipo de alimento se verá afec- tada (reducida) por esta situación? 8. ¿Cuántos dientes permanentes se tienen normal- mente? 9. ¿Cuál es la función digestiva de la bilis? ¿Qué ór- gano secreta la bilis? 10. Sólo un órgano produce enzimas capaces de digerir todos los grupos de alimentos. ¿Cuál es? Véanse las respuestas en el Apéndice D. Funciones del sistema digestivo Descripción general de los procesos y controles gastrointestinales Las principales funciones del tracto digestivo suelen re- sumirse en dos palabras: digestión y absorción. Sin em- bargo, muchas de sus actividades específicas (como la actividad de los músculos lisos) y determinados sucesos reguladores no se incluyen realmente en ninguna de es- tas dos funciones. Para describir los procesos del sistema digestivo de un modo un poco más preciso, debemos considerar en realidad unos cuantos términos funciona- les más. Las actividades esenciales del tracto GI incluyen estos seis procesos, resumidos en la Figura 14.11. 1. Ingestión. El alimento debe colocarse en la boca antes de que pueda actuarse sobre él. Se trata de un proceso activo y voluntario denominado ingestión. 2. Impulsión. Si los alimentos deben ser procesados por varios órganos digestivos, deben pasar de un órgano al siguiente. La acción de tragar es un ejem- plo del movimiento de los alimentos que depende Capítulo 14: El sistema digestivo y el metabolismo corporal 481 14
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