Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
muy poca energía para procesarlas. Por ejemplo, cuando alguien ingiere 100 calo- rías de hidratos de carbono de más, se utilizan 23 calorías en el procesamiento metabólico y se almacenan 77. Sin em- bargo, si el exceso de calorías procede de las grasas, sólo se “queman” 3 calorías y el resto (97) se almacenan. Estos hechos se aplican a todo el mundo, pero en el caso de los obesos la imagen es incluso más desoladora. Por ejemplo, las células de grasa de las per- sonas con sobrepeso “echan” más re- ceptores alfa (tipo que favorece la acumu- lación de grasas), y su enzima lipasa lipoproteica, que carga grasas de la san- gre (normalmente a las células de grasa), es excepcionalmente eficiente. Predisposición genética La obesidad mórbida es el destino de la gente que hereda dos genes de obesidad. Sin embargo, la auténtica predisposición genética a la “gordura” parece represen- tar únicamente en torno al 5% de los obe- sos en Estados Unidos. Estas personas, dado el exceso de calorías, siempre las depositarán como grasa, a diferencia de aquellas que desarrollan más músculo con algún exceso de calorías. Curas falsas y arriesgadas Abundan los rumores y las escasas opcio- nes para tratar la obesidad. Algunas de las estrategias más desafortunadas utilizadas para lidiar con la obesidad se describen a continuación. Pastillas de agua Los diuréticos promueven la excreción de agua de los riñones. En el mejor de los ca- sos, pueden ayudar a perder unos cuan- tos gramos durante unas horas. También pueden provocar graves desequilibrios de electrolitos y deshidratación. Fármacos dietéticos Algunas personas obesas utilizan anfeta- minas (como la Dexedrina® y la Benze- drina® [speed]) para reducir el apetito y aumentar el índice metabólico. Éstas fun- cionan, pero sólo temporalmente (hasta que se desarrolla la tolerancia), y pueden causar una dependencia peligrosa. Las ayudas dietéticas que proporcionan fibra para evitar la absorción de los nutrientes pueden causar una grave malnutrición. Los fármacos para perder peso tan po- pulares hoy en día incluyen la fentermina, la sibutramina y el orlistato. La fentermina es la mitad de la antigua combinación fen- fen (Redux®), que causó problemas de la válvula cardiaca, muerte y pleitos para su fabricante en la década de 1990. La sibu- tramina (Meridia®) tiene unos efectos si- milares a los de las anfetaminas y recien- temente se ha puesto en tela de juicio porque se sospecha que tiene efectos se- cundarios cardiovasculares. El orlistato (Xenical®) interfiere con la lipasa pancreá- tica de modo que parte de las grasas con- sumidas no se digieren ni se absorben, lo que también interfiere en la absorción de las vitaminas liposolubles. Aunque es efi- caz como agente de pérdida de peso, sus 509
Compartir