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Neurocirugía / Basso290 Tu m or es modalidad terapéutica, 90% sobrevida a los 5 años. Por lo general se utilizan 50 Gy en el sitio primario, sumados a irradiación preventiva al resto del neuroeje. La quimioterapia también ha demostrado ser eficiente en estos pacientes; agentes como la ciclofosfamida, la ifosfamida, el etopoxido, el cisplatino y el carboplati- no son efectivos para estas lesiones, usados en forma única. Se han probado también combinaciones con la radioterapia, con la idea de disminuir la dosis de irra- diación, por lo que existen múltiples protocolos que tratan de aclarar este punto. Parece ser que el grupo de pacientes que mejor responde a este tipo de tratamiento combinado son los germinomas que secretan β-HCG, ya que esta modalidad de tumor tiende a recurrir con más frecuencia con el uso exclusivo de radioterapia. 16, 26, 34 Los tumores no germinomatosos son menos radio- sensibles que los germinomas puros y su pronóstico es malo con una sobrevida de 30-50% a los 5 años y recidivas dentro de los 18 meses del diagnóstico; no existen guías concluyentes respecto a la dosis, volumen y momento de iniciar la radioterapia. 20,27 Parece existir peor pronóstico para las lesiones pura- mente malignas coriocarcinoma, seno endodérmico o carcinoma embrionario, presentan una sobrevida de 9,3% a los 5 años, a diferencia de un 70% para los germinomas mixtos, teratoma, teratoma inmaduro con elementos malignos o tumores mixtos constituidos principalmente por germinomas o teratomas. Esto sugiere lo importante que es determinar la histolo- gía en forma fehaciente para así programar el trata- miento más efectivo. El tratamiento coadyuvante con quimioterapia mejora el pronóstico. La combinación que mostró mejor respuesta fueron 2 ciclos de qui- mioterapia seguidos de cirugía y luego radioterapia local y de todo el neuroeje seguido de 2 ciclos más de quimioterapia, con una sobrevida de 67% a los 5 años. 10-9 La quimioterapia en altas dosis con rescate de tejido hematopoyético autólogo se reserva para pacientes refractarios al tratamiento o con recidivas tumorales. La radioterapia es vital para estos tumores, pero existen controversias sobre si debe ser aplicada sobre el lecho tumoral solamente, el sistema ventri- cular o todo el neuroeje. Las recidivas se presentan por lo general en el lugar primario de la lesión, pero hasta un 30% pueden pre- sentar diseminación leptomeníngea. La evolución de los pacientes con recidivas es mala, en especial para los no germinomatosos. 28 Las terapias de salvataje incluyen reoperación, irradiación focal o craneoespinal y quimioterapia mieloablativa. Los germinomas puros que recibieron sólo quimioterapia se benefician con nuevos ciclos de quimioterapia seguida de terapia radiante. Para los germinomas puros que recibieron radioterapia frente a una recidiva, se recomienda quimioterapia mieloablativa con rescate de célula hematopoyéticas autólogas. Otros tumores Existen con menor frecuencia otras estirpes tumorales que pueden presentarse en esta región, por ejemplo los gliomas, meningiomas y metástasis. Los gliomas pueden nacer de astrocitos de la glándula o de las estructuras vecinas. Los meningiomas nacen a par- tir del velum interpositum o más comúnmente del borde libre tentorial o de la unión falcotentorial. Las conductas de cada una de estas entidades deberán ser individualizadas para cada caso en particular y el manejo quirúrgico es similar al resto de las lesiones pineales. Quistes no tumorales Los quistes aracnoideos de la región pineal son some- tidos a procedimiento quirúrgico frente a la presencia de síntomas secundarios a la compresión de las es- tructuras neurales adyacentes, o aumento del tamaño de la lesión en los estudios de seguimiento. Si no produce síntomas ni muestra signos de crecimiento, la conducta debe ser expectante con seguimientos anuales o frente a la aparición de síntomas. Manejo quirúrgico Los altos índices de morbimortalidad asociados al manejo quirúrgico de los tumores de esta región hi- cieron que sólo fuera considerada la cirugía en forma anecdótica y el tratamiento quirúrgico se limitar a la colocación de sistemas derivativos ventriculares y radioterapia. En la década de los 70, con el adveni- miento del microscopio quirúrgico, se reconsideraron los abordajes directos a la zona; fue muy impulsado por las escuelas japonesa y americana, cuyo objetivo primordial era la obtención de material histológico y la resección lo más extensa posible, más allá de considerar las diferentes vías quirúrgicas. La indicación quirúrgica se basa sobre todo en la presencia de manifestaciones clínicas relaciona- das al compromiso de estructuras vecinas o frente a pacientes asintomáticos que presentan compresión del acueducto e hidrocefalia. El objetivo principal del procedimiento es la obtención de material histo- lógico y eventual resección si es posible. La (BE) es considerada por algunos autores como el primer paso quirúrgico aunque tiene sus desventajas; los sangrados son difíciles de controlar con el cráneo cerrado; el material puede resultar insuficiente y la posibilidad del vaciamiento intratumoral, con la cirugía a cielo abierto, puede ayudar a una mejor respuesta para la radioterapia. La mejor indicación para BE es frente a pacientes con Karnofky bajo o con patologías asocia- das que contraindiquen el procedimiento quirúrgico. Cuando se considera la cirugía a cielo abierto, de- ben analizarse con cuidado los estudios por imágenes, poniendo atención en la vascularización de la lesión
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