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Abordaje transcraneal de las lesiones ocupantes de la órbita 345 30 en las displasias fibrosas frontoorbitarias, condromas, condrosarcomas, en lesiones óseas que comprometen al techo orbitario, tales como osteomas o quistes óseos aneurismáticos. En estos casos se suele efectuar una craneotomía frontal o frontotemporal, de acuerdo a la extensión de la lesión, seguida de resección de la lesión, que involucra habitualmente al techo orbita- rio, y en ocasiones, a la pared lateral de la órbita. A continuación, se procede a la reconstrucción plástica de las paredes orbitarias afectadas y, de ser necesario, de la duramadre comprometida. 1 Los tumores intraorbitarios primarios que pueden ser abordados por vía transcraneana son aquellos que se originan en el vértice orbitario o en el cuadrante súperointerno de la órbita. En nuestra experiencia, la mayoría de los tumores hallados fueron meningiomas de la vaina del nervio óptico, gliomas del nervio óptico, neurinomas, hemangiomas cavernosos intraconales, pseudotumores inflamatorios, metástasis, malforma- ciones vasculares y linfangiomas. 1 Desde 1985, nosotros realizamos craneotomías fron- toorbitarias para el abordaje del vértice orbitario. En el caso de meningiomas de la vaina del nervio óptico, gliomas del nervio óptico u otros tumores que se pro- pagan hacia la cavidad intracraneana, se prosigue con la descompresión extradural del conducto óptico y con la exploración del nervio óptico intracraneano. En los meningiomas, suele observarse una formación anular, o en manguito, rodeando al segmento intracraneal del nervio óptico. En los gliomas ópticos, es aconsejable realizar la sección prequiasmática del nervio óptico, a fin de tratar de impedir la propagación hacia el quiasma óptico. Este procedimiento combinado extradural e intra- craneal sólo puede ser realizado por el abordaje trans- craneal, resultando insuficientes los demás abordajes orbitarios para este propósito. 33, 34 Craneotomía supraorbitaria Bajo anestesia general y con intubación endotraqueal, el paciente es colocado en decúbito supino, con la ca- beza elevada y ligeramente extendida, a fin de favorecer la separación del lóbulo frontal del techo orbitario, por efecto de la gravedad. El eje sagital del cráneo es rotado 10 grados hacia el lado contralateral. Se rasura una franja de cuero cabelludo a lo largo de la línea de la incisión planeada. Teniendo en cuenta el aspecto estético, utilizamos una incisión hemicoronal, comenzando por delante del trago, y extendiéndola hacia arriba y adelante, cruzando la línea media, y finalizando inmediatamente por detrás de la línea de inserción de los cabellos. El colgajo cutáneo es elevado y disecado del pericráneo y de la aponeurosis del músculo temporal, quedando la rama témporofacial del nervio facial incluida en el colgajo. Utilizamos habitualmente una incisión a través de la línea de la ceja en las orbitotomías superiores, pero no la utilizamos para la craneotomía supraorbi- taria como ha sido propuesto, debido a que conside- ramos que el resultado estético no es satisfactorio. 35 Efectuamos una incisión arciforme del periostio con concavidad inferior. Se continúa la incisión hasta el reborde orbitario lateral, se diseca el colgajo hasta el reborde superior y se continúa hacia la periórbita. Se libera al nervio supraorbitario de la escotadura y, si existe un puente óseo, se secciona con un escoplo fino. Se diseca la inserción anterior del músculo tem- poral y se efectúa un orificio de trépano en la fosa temporal, detrás de la apófisis cigomática del hueso frontal, exponiendo la duramadre de la fosa ante- rior en su parte superior, y la periórbita en su parte inferior, separadas ambas por el techo orbitario. Se realiza un segundo orificio inmediatamente sobre el reborde orbitario en el ángulo súperointerno, por fuera de la glabela. Debido a que este orifico suele penetrar en el seno frontal, debe realizarse el trata- miento convencional del mismo. Ambos orificios se conectan con un craneótomo, o puede completarse la plaqueta con un tercer orificio y secciones con sierra de Gigli. 1, 12 Desde el orificio lateral descrito, se pasa una sierra de Gigli o una sierra oscilante hacia el borde lateral de la órbita, y se lo secciona. Desde este mismo orifi- cio, protegiendo a la duramadre y a la periórbita con espátulas, se secciona el techo orbitario con sierra oscilante y se completa con un escoplo fino. Desde el orificio medial, se secciona el reborde orbitario y el techo dirigiéndose hacia la osteotomía previa. Puede elevarse entonces la plaqueta frontal, que incluye el reborde orbitario superior y el sector anterior y más ancho del techo orbitario, exponiendo la dura madre frontal y la periórbita. (Figura 30.8) 1, 12, 13 En los tumores del vértice orbitario, es necesa- rio completar la resección del techo orbitario y abrir el conducto óptico con fresa de diamante, ya con el microscopio quirúrgico en el campo operatorio. 1, 13 La exposición obtenida evita la utilización de es- pátulas sobre la duramadre frontal. Con frecuencia, la periórbita se abre durante la osteotomía y elevación de la plaqueta. Si la periórbita quedó intacta, se efec- túa una incisión anteroposterior, medial al músculo elevador del párpado. 13, 21 Figura 30.8: Plaqueta frontorbitaria
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