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Neurocirugía, aspectos clínicos y quirúrgicos - Basso-591

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NeuRociRugíA / Basso590
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cu
la
r
hematoma intramural. Luego de la lisis del hemato-
ma, su cavidad queda comunicada con la luz arterial 
y se transforma en un pseudoaneurisma que puede 
crecer y romperse. (Figura 55.15 a) Estos aneurismas 
presentan hemorragias intracraneales tardías y se aso-
cian a un 50% de mortalidad. 5 Por este motivo se 
sugiere realizar estudios angiográficos de rutina, en 
pacientes que sufrieron trauma craneoencefálico con 
fractura de base de cráneo o traumatismo penetrante, 
en el que el trayecto del proyectil atraviesa áreas de 
mayor densidad vascular, como las cisternas silviana 
e interhemisférica anterior. El tratamiento, en estos 
casos, consiste en la oclusión del vaso portador proxi-
mal al pseudoaneurisma con coils . (Figura 55.15 b)
Aneurismas micóticos
Los aneurismas micóticos son una complicación rara 
de la endocarditis infecciosa, con una incidencia del 
1,6 al 18%. 15 Son el resultado de la migración de un 
émbolo séptico, que impacta en una arteria distal y pro-
duce una arteritis focal con necrosis y el consiguiente 
desarrollo de un pseudoaneurisma. Los gérmenes más 
frecuentes son el estafilococo dorado y el estreptoco-
co viridans. Como consecuencia de su fisiopatología 
tienden a desarrollarse en los segmentos vasculares 
distales, en especial en los de las ramas corticales 
de la arteria cerebral media; en general, suelen ser 
múltiples y se presentan en forma bilateral entre 18 
y 25% de los casos. (Figura 55.16) 15 Su desarrollo, 
por lo general, es rápido y son detectables mediante 
angiografía a los 10 días posteriores a la migración em-
bólica. Pueden manifestarse como un episodio isqué-
mico o causar una hemorragia cerebromeníngea, con 
una tasa de mortalidad del 25 al 80%. Como método 
de pesquisa se sugiere realizar resonancia magnética 
cerebral con gradiente de eco en T2, en los pacientes 
con diagnóstico de endocarditis. Con respecto al tra-
tamiento, Koch y col. 15 sugieren iniciar tratamiento 
médico con antibióticos adecuados, en aquellos casos 
de aneurismas micóticos no rotos, monitoreado con 
resonancia magnética periódica, ya que la regresión 
de estos aneurismas con este tratamiento es posible. 
El abordaje quirúrgico convencional de este tipo de 
aneurismas consiste en la ligadura del vaso portador 
y es recomendado en los casos de hematoma con efec-
to de masa que requieran evacuación quirúrgica. La 
oclusión de estos aneurismas y el segmento arterial 
portador por vía endovascular se ha convertido en el 
tratamiento de elección, ya que permite la curación del 
aneurisma con una mínima manipulación del cerebro, 
disminuyendo así el riesgo de ruptura intraoperatoria; 
además, brinda la posibilidad de tratar en un solo acto 
aneurismas múltiples localizados en diferentes topo-
grafías; consiste en un cateterismo superselectivo del 
vaso portador con un microcatéter y su oclusión con 
normobutilcianoacrilato (NBCA) del pseudoaneurisma 
y la arteria afectada.
Aneurismas inflamatorios
Los aneurismas inflamatorios son sumamente infre-
cuentes y dentro de este grupo encontramos a los 
asociados al virus de inmunodeficiencia adquirida, 
que son en general fusiformes y afectan a la población 
pediátrica. 17 La dilatación fusiforme de los vasos del 
polígono de Willis podría ser secundaria a la isquemia 
de los vasa vasorum con lesión inflamatoria de la 
media y elástica interna, relacionada al propio VIH u 
otros agentes oportunistas como el virus de varicela 
zóster, micobacterias atípicas o por lesión inflama-
toria no infecciosa. 7 Se trata de una complicación 
tardía y está asociada a una infección grave por VIH 
con recuentos bajos de CD-4 y elevados niveles de 
carga viral. La aparición de aneurismas está asociada 
a mal pronóstico, con una supervivencia media de 
5,5 meses. 6
AgRAdecemoS A LA SRtA. gAbRieLA feRnández 
PoR Su coLAboRAción en eL PRoceSAdo de texto e 
imágeneS.
Referencias
1. Bastos CA, Puglia P Jr, Yamamoto FI, Scaff M. “Pro-
gressive cervicocranial arteriopathy with dilatations 
and stenoses. Case report”. Arq Neuropsiquiatr 2004; 
62(3-B): 899-902.
2. Briganti F, Cirillo S, Caranci F, Espósito F, Maiuri F. “De-
velopment of ‘de novo’ aneurysms following endovas-
cular procedures”. Neuroradiology, 2002; 44: 604-9.
3. Byrne JV, G Guglielmi. “Introduction to Intracranial 
aneurysms”. En: Endovascular treatment of intracra-
nial aneurysms. Berlin-Heidelberg: Springer-Verlag 
1998; 15-20.
4. Caplan, LR. “Dissections of brain supplying-arteries”. 
Nature Clin Pract. Neurol, Jan 2008; 4/1: 34-42.
5. Cohen, J, Gomori JM, Segal R, Spivak A, Margolin E, 
Sviri G, et al. “Results of endovascular treatment of 
traumatic aneurysms”. Neurosurg 2008; 63-476-86.
6. Dubrovsky T, Curless R, Scott G, Chaneles M, Post MJ, 
Figura 55.16: Angiografía carotídea derecha en incidencia 
frente (a) y lateral (b), que muestra la presencia de 
aneurismas micóticos (flechas)
a b

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