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NeuRociRugíA / Basso634 In fe cc io n es de grado leve al coma. 1, 17, 19, 39, 67, 73 Los signos de foco, presentes en un 60% de los casos, incluyen hemiparesia, afasia, alteraciones del campo visual, y cuando las lesiones se localizan en el cerebelo, nis- tagmus, dismetría y ataxia. 71, 73 Convulsiones tónico clónicas se presentan en 30 a 50% de los casos antes de la cirugía. 1, 39, 67, 73 Las lesiones en el tronco cerebral presentan parálisis facial, disfasia y hemiparesia. Los lactantes presentan una combinación de incremento del tamaño de la cabeza, fontanela tensa, diastasis de suturas, vómitos, irritabilidad, convulsiones y rechazo del alimento. 1, 15, 20, 73 Los exámenes de laboratorio tienen poco valor. Los hallazgos en el estudio del LCR son inespecíficos. La presión de apertura suele estar elevada, lo que confirma la hipertensión endocraneana (debe tenerse la precaución de descartar masa ocupante mediante una imagen, antes de realizar la punción por el riesgo de enclavamiento56). Existe pleocitosis leve, de menos de 100 células neutró- filas cada 100 cm3, hipoproteinorraquia e hipoglucemias en función de la existencia o no de meningitis conco- mitante. Estudios normales por completo no descartan la existencia de un absceso cerebral. Tampoco los exámenes de sangre brindan resul- tados específicos, con leucocitosis leve (menos de 15 000 cm3) en el 60-70% de los pacientes. La velocidad de eritrosedimentación se eleva en más de 90% de los casos y tampoco posee mayor valor, sobre todo en niños con policitemia y enfermedad cardíaca congénita cianótica. 39, 41, 49, 63, 67, 73 Neurorradiología El advenimiento de los estudios por imágenes ha contribuido muchísimo a mejorar el diagnóstico en términos de rapidez y precisión. La tomografía de cerebro muestra una cápsula que toma contraste con un centro necrótico hipodenso en el período capsular. (Figura 60.2 a y b) Durante el periodo de cerebritis temprana, la tomografía evidencia un área irregular de baja densidad con mínimo refuerzo. 13, 14, 20, 27, 29 La resonancia es más sensible para detectar los cam- bios tempranos de la cerebritis y el edema subyacente. En el T1, los abscesos cerebrales aparecen con una zona central de marcada hipointensidad, correspondiente a un centro necrótico rodeado por una zona periférica levemente hipointensa. La cápsula aparece como un anillo isointenso o discretamente hipointenso. En T2, la lesión muestra un centro hiperintenso, una cápsula hipointensa y un área de edema hiperintenso que rodea a ambos. La administración de gadolinio muestra un refuerzo de la cápsula que se distingue con facilidad del cerebro adyacente. 20, 34, 39, 67, 73 Ni la TAC ni la RNM son patognomónicas, por lo que debe realizarse diagnóstico diferencial con los gliomas malignos, los tumores metastásicos, infartos, hematomas en reabsorción y radionecrosis. 27, 34, 39, 44 Tratamiento El tratamiento del absceso cerebral es tanto clínico como quirúrgico, salvo en aquellos casos en los que se presenten muchas lesiones (de menos de 1,5 cm de diámetro) no accesibles quirúrgicamente. 10, 17, 28 El tratamiento solo médico se prefiere cuando se presupone una morbilidad quirúrgica demasiado ele- vada y en las etapas de cerebritis temprana. En estos casos, antibióticos sistémicos deben ser administrados durante 6 a 8 semanas, o por períodos mucho más prolongados en pacientes inmunocomprometidos. El seguimiento incluye una imagen semanal hasta el final del tratamiento o antes si el cuadro clínico empeora. Una vez concluido el tratamiento, están indicadas una o dos imágenes mensuales hasta la reabsorción completa de la lesión. Los corticoides sólo se deben agregar en los casos de marcado edema y efecto de masa hasta que la condición clínica se estabilice. 5, 9, 17, 65, 73 Los antibióticos deben ser específicamente diri- gidos contra el germen responsable, una vez aislado este mediante cultivo. La mayor parte de las veces, sin embargo, el germen no se aisla al comienzo del tratamiento, por lo que el mismo debe dirigirse a un espectro amplio de gérmenes, teniendo en cuenta el origen de la infección. 13, 17, 20, 31, 36, 67, 73 Si no hay indicios del germen causal, la antibioticoterapia em- pírica debe adecuarse con una penicilina o cefalospo- rina de tercera generación, si el absceso posee como punto de partida los senos aéreos. Metronidazol debe agregarse para combatir anaerobios. 17, 19, 20, 36, 67, 73 Los abscesos otogénicos deben cubrirse con antibió- ticos de amplio espectro contra anaerobios, gérmenes Gram negativos y estreptococos. Penicilina, metroni- dazol y cefalosporinas de tercera generación suelen ser adecuados. Los abscesos metastásicos responden al mismo tratamiento. Los abscesos postraumáticos se deben a Estafilococos aureus y responden mejor a penicilinas semisintéticas resistentes penicilinasa o vancomicina. Si se sospecha la existencia de Pseudo- mona aeruginosa, cefalosporinas de tercera pueden ser apropiadas. Si el organismo es completamente desconocido, una combinación de cefalosporina de tercera generación, metronidazol y vancomicina podría ser la mejor selección. 13, 15, 17, 19, 20, 26, 31, 36, 39, 67, 73 El tratamiento quirúrgico del absceso cerebral su- pone una serie de ventajas, como la descompresión del tejido cerebral, la remoción de detritus y tejido necrótico, y la obtención de muestras para cultivo. Varios procedimientos quirúrgicos han sido utiliza- dos, incluyendo la aspiración, el drenaje continuo y la exéresis completa. 7, 13, 17, 24, 36, 39, 49, 53, 60, 61, 73 En nuestra experiencia, preferimos la aspiración a través de un agujero de trépano, procedimiento que otros autores también sugieren como de elección. 39, 49, 61, 73 Es un método simple, mínimamente traumático y
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