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Terapia-Cognitiva-Estado-Actual-y-Direcciones-Futuras

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1 
 
Terapia cognitiva: Estado actual y 
futuras orientaciones 
 
Aaron T. Beck1 y David J.A. Dozois2 
1Departamento de Psiquiatría, Universidad de Pennsylvania, Philadelphia, Pennsylvania; 
Correo electrónico: abeck@mail.med.upenn.edu 
2Departamento de psicología, Universidad de Western Ontario, London, Ontario, Canadá; 
Correo electrónico:ddozois@uwo.ca 
 
 
 
Annu. Rev. Med. 2011. 62:2.1–2.13 
The Annual Review of Medicine está en línea en 
med.annualreviews.org 
Doi de este artículo: 
10.1146/annurev-med-052209-100032 
 
Copyright © 2011 Annual Reviews. 
Todos los derechos reservados 
 
Traducción: Lic. Cristina Tenreyro y Lic. Germán 
Bidacovich 
Revisión técnica: Dra. Mariana Miracco y Prof. Dr. 
Eduardo Keegan 
 
Palabras clave 
Vulnerabilidad cognitiva, psicoterapia, resultado del 
tratamiento, terapia cognitivo-conductual. 
Resumen 
La terapia cognitiva es un sistema de psicoterapia con 
una potente infraestructura teórica, que ha recibido 
amplio apoyo empírico y posee un gran cuerpo de 
investigación que acredita su eficacia para una amplia 
gama de problemas médicos y psiquiátricos. Este 
artículo ofrece una breve descripción de los 
componentes conceptuales y prácticos de la terapia 
cognitiva y destaca algunas evidencias empíricas sobre 
su eficacia. La terapia cognitiva (a menudo denominada 
genéricamente terapia cognitivo-conductual) es eficaz 
tanto sola como combinada con medicación, y provee 
profilaxis contra recidivas y recurrencias. 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 
 
______________ 
Esquema cognitivo: 
Una estructura 
cognitiva bien 
organizada, de 
información 
almacenada y 
recuerdos, que forma 
la base de 
convicciones acerca 
del sí mismo y los 
otros. 
______________
VISIÓN GENERAL 
Desde sus inicios hace más de 45 años (1-3), la 
terapia cognitiva ha sido impulsada por la 
teoría. Específicamente, los objetivos de Beck 
para desarrollar y evaluar este sistema de 
psicoterapia involucraron un plan general: a) 
para la construcción de una teoría completa 
de la psicopatología que surge claramente en 
el enfoque del tratamiento, b) para investigar 
el apoyo científico de la teoría y c) para 
probar la eficacia de las intervenciones 
terapéuticas (3,4). La teoría y la terapia 
cognitivas se desarrollaron primero para la 
depresión (1, 2) y más tarde se aplicaron 
sistemáticamente a la prevención del suicidio 
(5), (6) los trastornos de ansiedad, los 
trastornos de la personalidad (7), el abuso de 
sustancias (8) y más recientemente a la 
esquizofrenia (9, 10). 
 La terapia cognitiva (TC), usualmente 
llamada terapia cognitivo-conductual (TCC), 
está ahora ampliamente presente en 
programas de formación en psicología, 
psiquiatría, medicina, trabajo social, 
enfermería y otras profesiones de la salud que 
valoran la práctica basada en la evidencia 
(11). La TC/TCC ha sido descrita como "el 
sistema de psicoterapia que más rápidamente 
ha crecido y el más intensamente investigado 
en la escena contemporánea” (12, p.332). 
Este artículo presenta un breve resumen de 
los aspectos conceptuales, prácticos y 
empíricos de la TC. Después de destacar 
algunos de sus conceptos básicos y la 
investigación referente a la teoría cognitiva de 
Beck, analizamos el enfoque global del 
tratamiento y repasamos la literatura sobre su 
eficacia. Concluimos con el esbozo de algunas 
orientaciones para futuras investigaciones. 
LA TEORÍA COGNITIVA 
La teoría cognitiva se basa en la presunción de 
que el procesamiento de la información es 
crucial para la supervivencia y adaptación 
humanas. Sin la habilidad para procesar la 
información sobre el medio ambiente, 
sintetizarla y formular un plan para 
interactuar con él, no sobreviviríamos. El 
sistema cognitivo (o procesamiento de la 
información) está intrincadamente ligado a 
otros repertorios afectivos, motivacionales y 
conductuales. Cada uno de estos repertorios, o 
sistemas, cumple una función individual y 
también funciona en sincronía hacia estrategias 
coordinadas, meta-orientadas (por ejemplo, 
acercarse a lo placentero, evitar el dolor) (13, 
14). La respuesta de pelea y fuga, por ejemplo, 
surge a partir de cuatro sistemas (13): cognitivo 
(percepción de amenaza), afectivo (sentimientos 
de ansiedad o ira), motivacional (impulso para 
afrontar o evitar el estímulo amenazante) y 
conductual (la aplicación de la acción). En esta 
construcción se supone que el inicio de un 
trastorno en particular (p. ej., trastorno de 
pánico) ocurre cuando estos sistemas cambian de 
un estado bastante estable a un estado altamente 
activado. En el ejemplo del trastorno de pánico, 
esto puede ocurrir cuando se activa la respuesta 
de lucha-escape por "falsas alarmas" (p. ej., una 
falsa percepción de las sensaciones corporales 
como perjudiciales para el organismo). La teoría 
cognitiva sugiere que lo psicopatológico se 
caracteriza por la activación de un conglomerado 
de creencias disfuncionales, significados y 
recuerdos relacionados o sucesivos que operan en 
coordinación con el afecto, la motivación, el 
comportamiento y las respuestas fisiológicas. Los 
diferentes trastornos psicopatológicos se asocian 
con sesgos específicos que influyen en la manera 
en que un individuo incorpora y responde a la 
nueva información. 
 Según el modelo de Beck (1-3, 6, 15, 16), la 
evaluación cognitiva de estímulos internos o 
externos influye y es, a su vez, afectada por los 
otros sistemas. Así, aunque la cognición 
desempeña un papel clave en este modelo (es 
decir, la asignación de significado es crucial para 
comprender el comportamiento desadaptativo), 
se reconoce que los problemas de salud mental 
implican una compleja interacción de diversos 
sistemas relacionados entre sí (17). 
 Dentro del sistema cognitivo existen 
diferentes niveles de cognición, que van desde 
pensamientos superficiales a esquemas cognitivos 
"más profundos" (18, 19). Los esquemas 
cognitivos son estructuras organizadas de 
información que contienen las percepciones de 
los individuos acerca de sí mismo y de otros, 
objetivos, expectativas y recuerdos. Estos 
elementos están bien organizados dentro de la 
estructura cognitiva (20) e influyen sobre la 
proyección, codificación, clasificación e 
 
 
3 
 
_________________ 
Modelo de 
diátesis-estrés: 
Una teoría 
psicológica que 
predice que los 
trastornos 
psiquiátricos son el 
resultado de la 
interacción entre una 
predisposición (por 
ejemplo, diátesis 
genéticas, cognitivas) 
y sucesos vitales 
negativos. Cuando 
una vulnerabilidad 
subyacente es fuerte, 
menos estrés es 
necesario para 
desencadenar el 
comportamiento o 
trastorno; cuando la 
predisposición es 
débil, una mayor 
cantidad de estrés, 
por lo general, es 
necesaria antes para 
que un individuo 
desarrolle el 
trastorno. 
 
Pensamientos 
automáticos: 
El flujo de 
cogniciones 
(derivadas de los 
esquemas activados) 
que surgen en 
nuestra vida 
cotidiana y no son 
acompañados por 
deliberación directa o 
volición. 
____________
interpretación de los estímulos entrantes y la 
recuperación de información almacenada. Los 
esquemas son adaptativos en tanto pueden 
llevar a cabo un procesamiento eficiente de 
la información; sin embargo, pueden 
contribuir a producir psicopatología cuando 
están sesgados negativamente, son 
desadaptativos, rígidos y se perpetúan a sí 
mismos. 
 Se cree que los esquemas cognitivos 
desadaptativos se desarrollan durante los 
períodos tempranos de la vida y se tornan 
cada vez más consolidados y organizados a 
medida que nuevas experiencias son 
asimiladas dentro de la estructura de 
creencias existente (3, 15). Las experiencias 
de un apego temprano pobre y otros eventos 
adversos (por ejemplo, maltrato infantil) 
pueden contribuir al desarrollo de un sistema 
de creenciasdesadaptativas. La teoría 
cognitiva es esencialmente un modelo de 
diátesis-estrés. En otras palabras, es posible 
tener un sistema de creencias desadaptativas 
y no presentar síntomas, mientras no se 
active el esquema cognitivo (y los sistemas 
relacionados). Una vez activado por eventos 
externos, drogas u otros factores endócrinos, 
sin embargo, el esquema cognitivo 
desencadena una cascada de sesgos de 
procesamiento de la información (1, 4, 15, 
16, 18). Estos pueden ser de atención, 
memoria o distorsiones interpretativas. Por 
ejemplo, los individuos con trastornos de 
ansiedad se perciben a sí mismos como 
vulnerables y al mundo como peligroso. Tales 
individuos prestan atención selectivamente a 
la información relacionada con una amenaza a 
expensas de la información que es 
incompatible con la amenaza o que sugiere 
que uno tiene recursos personales para 
afrontarla. Una persona que es vulnerable a la 
depresión, para considerar otro ejemplo, 
puede tener una creencia subyacente de que 
no es una persona querible. Esta creencia 
puede llegar a ser especialmente relevante 
cuando circunstancias adversas activan un 
esquema negativo subyacente. Tal individuo 
puede entonces prestar atención 
selectivamente y recordar información 
consistente con esta visión negativa de sí 
mismo (por ejemplo, prestar atención a las 
señales que sugieren que no es querido y 
minimizar la información que es incompatible con 
esa creencia). 
 La activación de un esquema cognitivo 
desadaptativo, junto con los consiguientes sesgos 
de procesamiento de la información, también es 
evidente en niveles de información más 
superficiales o lo que denominamos como 
“pensamientos automáticos”. Este término se 
refiere al flujo de pensamientos positivos y 
negativos que se ejecuta a través de la mente de 
un individuo sin deliberación directa y consciente. 
Aunque estos pensamientos son más superficiales 
y próximos a una situación dada que otros niveles 
de cognición, están funcionalmente relacionados 
con creencias y esquemas más profundos y 
parecen surgir cuando diferentes aspectos de su 
sistema de creencias centrales se activan. Cuando 
se activan los esquemas cognitivos negativos, 
como ocurre en la depresión, no son solo 
identificables sino que se puede demostrar que 
tienen influencia en el procesamiento de la 
información, como lo demuestran los sesgos 
cognitivos, e impacto en el desarrollo de los 
síntomas. Cuando un episodio depresivo ha 
remitido, se desactivan los esquemas negativos (o 
viceversa). 
 Otro aspecto del modelo de Beck es la 
especificidad de contenido (16,17). Es decir, 
experiencias emocionales y formas de 
psicopatología diferentes se relacionan con un 
perfil cognitivo único o un conjunto de creencias 
(ver cuadro 1 para ejemplos de sesgos 
sistemáticos asociados con diferentes trastornos). 
Por ejemplo, la depresión se relaciona con 
pensamientos y creencias con respecto a pérdida 
personal, privación y fracaso (15). Las personas 
con ansiedad clínicamente significativa tienden a 
sobrestimar la probabilidad de riesgo, mientras 
que simultáneamente subestiman sus recursos 
para hacer frente a amenazas potenciales. Se ven 
a sí mismos como vulnerables, al mundo como 
peligroso y al futuro como potencialmente 
catastrófico (6). Una persona con trastorno de 
personalidad dependiente tiene una visión de sí 
mismo como débil, impotente e incompetente 
(7). 
 La literatura empírica ha dado considerable 
apoyo a diversos aspectos de la teoría cognitiva 
de Beck. Cientos de estudios han demostrado que 
los individuos filtran la información y responden a 
 
 
4 
 
 
Tabla 1. Perfil cognitivo de los trastornos psicológicos (14) 
 
Trastorno Sesgo sistemático en el procesamiento de información 
Depresión Visión negativa de sí mismo, del presente y del futuro 
Hipomanía Visión extremadamente positiva de sí mismo y del futuro 
Trastorno de ansiedad Sensación de peligro físico o psicológico 
Trastorno de pánico Interpretación catastrófica de las experiencias corporales y mentales 
Fobia Sensación de peligro en situaciones específicas, evitables 
Estado paranoide Atribución de sesgo a otros 
Histeria Concepto de anormalidad sensorial o motora 
Obsesión Alarma repetida o dudas acerca de la seguridad 
Compulsión Rituales para protegerse de la amenaza percibida 
Comportamiento suicida Desesperanza e ineficiencia en solución de problemas 
Anorexia nerviosa Miedo a ser gordo 
Hipocondría Atribución de trastorno médico grave 
 
los estímulos de manera coherente con sus 
creencias y supuestos pre-existentes. Algunas 
investigaciones también han demostrado que 
los sesgos cognitivos negativos preceden al 
desarrollo de ansiedad (p. ej., 21) y de los 
síntomas depresivos (p. ej., 22). Se ha 
obtenido evidencia que apoya la idea de que 
hay distintos niveles de cognición que 
trabajan en sincronía para afectar las 
respuestas emocionales y conductuales, y que 
una experiencia emocional o trastorno clínico 
pueden ser caracterizados por un conjunto 
único de creencias y pensamientos 
automáticos (es decir, contenido específico, 
ver 16, 18). La investigación empírica también 
ha apoyado la organización del esquema 
(p.ej., 18), su activación (p. ej., 23) y la 
contribución de la vulnerabilidad cognitiva a la 
incidencia de trastornos psiquiátricos (p. ej., 
24). 
LA TERAPIA COGNITIVA 
La TC se basa en tres proposiciones 
principales (25, 26): 
 Hipótesis de acceso: con entrenamiento, 
motivación y atención apropiados, una 
persona puede llegar a ser consciente de 
los contenidos y el proceso de su 
pensamiento. 
 
 
 
 Hipótesis de mediación: la forma en que los 
individuos piensan, interpretan y construyen 
eventos influencia sus respuestas 
emocionales y de comportamiento. 
 Hipótesis de cambio: los individuos pueden 
llegar a ser más funcionales y adaptativos 
modificando intencionalmente sus 
respuestas cognitivas y de comportamiento a 
las circunstancias que enfrentan. 
La terapia cognitiva es un proceso estructurado y 
colaborativo que ayuda a las personas a 
considerar la exactitud y utilidad de sus 
pensamientos a través de procesos de 
exploración (determinando su sistema de 
significado idiosincrásico y sus creencias 
desadaptativas), examen (revisión de la evidencia 
a favor y en contra de una creencia particular, 
teniendo en cuenta las interpretaciones o 
explicaciones alternativas) y experimentación 
(prueba de la validez de su sistema de creencias) 
(27). Este enfoque general se utiliza 
tempranamente en terapia para apuntar a 
cogniciones más próximas y superficiales (por 
ejemplo, pensamientos automáticos, actitudes 
disfuncionales) y en sesiones posteriores para 
modificar estructuras cognitivas más profundas y 
creencias centrales. 
 La TC no es la sustitución de pensamientos 
negativos por positivos; por el contrario, pretende 
ayudar a las personas a cambiar sus valoraciones 
 
 
5 
 
cognitivas, insalubres y desadaptativas, por 
otras basadas en la evidencia y adaptativas. 
Esencialmente, los pacientes aprenden a ser 
investigadores científicos de su propio 
pensamiento, para tratar los pensamientos 
como hipótesis y no como hechos y poner 
estos pensamientos a prueba. Conceptualizar 
una creencia como una hipótesis proporciona 
una oportunidad para probar su validez, 
brinda a los pacientes la posibilidad de 
considerar explicaciones alternativas y les 
permite distanciarse de un pensamiento para 
permitir un examen más objetivo (11). Los 
pacientes aprenden a modificar sus 
pensamientos para que sean congruentes con 
la evidencia existente. Cuando los 
pensamientos están alineados con la 
evidencia, y existen sentimientos negativos, el 
terapeuta cognitivo ayuda a los pacientes a 
lidiar con las secuelas emocionales mediantela introducción de estrategias de 
afrontamiento, desarrollo de habilidades y 
resolución de problemas. 
 Los terapeutas cognitivos ayudan a los 
pacientes a moverse a través del proceso de 
exploración, examen y experimentación 
empleando el empirismo colaborativo, el 
descubrimiento guiado y el diálogo socrático. 
El empirismo colaborativo significa que el 
paciente y el terapeuta se convierten en 
colegas tanto en determinar los objetivos para 
el tratamiento como en la investigación de los 
pensamientos del paciente. Se utiliza métodos 
de descubrimiento guiado para ayudar a los 
pacientes a poner a prueba su propio 
pensamiento a través de experimentos y 
observaciones personales, en lugar de usar la 
persuasión. A través de este proceso, los 
pacientes son capaces de “pasar del modo 
convicción al modo cuestionamiento" (28, p. 
216). Además, mediante el diseño 
colaborativo de nuevas experiencias de 
puesta a prueba (llamados experimentos 
conductuales), los pacientes son capaces de 
adquirir una perspectiva diferente sobre sí 
mismos y sus situaciones (14). El diálogo 
socrático es un método de descubrimiento 
guiado en el que el terapeuta hace una serie 
de preguntas cuidadosamente secuenciadas 
para ayudar al paciente a definir problemas, 
identificar los pensamientos y creencias, 
examinar el significado de los acontecimientos o 
evaluar las ramificaciones de comportamientos o 
pensamientos particulares. 
 La TC tiene un tiempo limitado. La duración 
promedio de la TC en estudios clínicos es entre 12 
y 24 sesiones semanales, aunque hay más 
variabilidad en la práctica cotidiana (25). Las 
sesiones iniciales a menudo se centran en mejorar 
la alianza terapéutica, identificar los problemas 
específicos que hicieron que el paciente solicitara 
tratamiento, introducir al paciente en el enfoque 
cognitivo de la psicopatología y aliviar los 
síntomas a través de estrategias conductuales. En 
este momento, el terapeuta juega un papel más 
activo que el paciente. A medida que la terapia 
progresa, el énfasis cambia de la mejoría de los 
síntomas al examen y la modificación de los 
patrones de pensamiento del paciente, y así el 
paciente asume un papel más activo en la 
identificación de problemas y sus soluciones y el 
desarrollo de las tareas. Generalmente se espacia 
las sesiones hacia el final de la terapia para que el 
paciente pueda consolidar ganancias y aumentar 
su seguridad en la aplicación de las habilidades 
recién aprendidas. Con frecuencia se programan 
sesiones de refuerzo uno o dos meses después del 
final de la terapia. 
 La asignación de tareas (también llamadas 
planes de acción) es un componente importante 
de la TC. Estas tareas proporcionan oportunidades 
para mejorar el dominio y generalización de las 
destrezas aprendidas en la sesión semanal de 
terapia mediante su aplicación en el "mundo real" 
y mejoran el resultado del tratamiento (29). 
 Las técnicas específicas usadas en TC tienden 
a variar dependiendo de la patología a tratar y la 
formulación del caso. Típicamente incluyen (a) 
establecer la relación terapéutica, (b) estrategias 
para el cambio conductual, (c) estrategias de 
reestructuración cognitiva, (d) modificación de 
esquemas y creencias centrales y (e) prevención 
de la recaída/recurrencia. Dado que no es posible 
describir la ciencia y el arte de la TC en este breve 
artículo (los lectores interesados encontrarán 
análisis más detallados en 11, 14, 25, 30), en su 
lugar ofrecemos un breve resumen de estos cinco 
componentes. 
 La relación terapéutica es un ingrediente 
clave de todas las psicoterapias, incluyendo la TC. 
Parece haber una relación bidireccional entre la 
percepción del paciente de la alianza terapéutica 
 
 
6 
 
y el resultado: la conexión entre paciente y 
terapeuta puede facilitar el cambio, y el 
cambio en los síntomas, a su vez, mejora el 
vínculo entre paciente y terapeuta (11). 
Muchas de las variables interpersonales 
básicas, comunes a otras psicoterapias (p. ej., 
calidez, empatía adecuada, consideración 
positiva incondicional) sirven como 
fundamento importante para el cambio 
cognitivo y sintomático. Como Beck et al. (15) 
señalaron, sin embargo, estas características 
"en sí mismas son necesarias pero no 
suficientes para producir un efecto 
terapéutico óptimo" (p. 45). 
 Se utilizan estrategias conductuales para 
poner a prueba y modificar los pensamientos 
automáticos y supuestos y facilitar el nuevo 
aprendizaje. En un experimento conductual, 
por ejemplo, un paciente puede predecir un 
resultado basado en sus pensamientos 
automáticos y creencias, llevar a cabo un 
comportamiento acordado y evaluar las 
pruebas en el contexto de los resultados de 
este nuevo experimento. Un enfoque 
relacionado es la puesta a prueba de hipótesis 
que tienen componentes cognitivos y 
conductuales. A un residente que insiste, "No 
soy un buen médico," por ejemplo, se le 
puede pedir que haga una lista de las 
características o criterios para ser un buen 
médico (p. ej., capacidad de establecer 
rapport; conocimientos; capacidad de toma 
de decisiones bajo presión). El "experimento" 
entonces supone la recolección de datos 
mediante la supervisión de su 
comportamiento y los aportes de colegas y 
supervisores que pueden ayudar a modificar 
esta convicción (p.ej., "soy un buen médico 
para mi nivel de experiencia y formación") 
(14). Otras técnicas conductuales se utilizan 
para alterar el sistema de refuerzo del 
paciente (de tal modo aumentando el placer o 
la maestría), habituarse a los estímulos 
temidos (terapia de exposición), relajación 
(relajación muscular progresiva) o prepararse 
para situaciones futuras (ensayo conductual). 
Dado que estas estrategias se utilizan para 
fomentar el cambio cognitivo, el terapeuta 
evalúa rutinariamente las percepciones, 
pensamientos y conclusiones del paciente 
después de cada experimento (14). 
 También se utilizan estrategias de 
reestructuración cognitiva para ayudar a los 
pacientes a identificar y poner a prueba la validez 
de sus cogniciones. Una técnica importante para 
la obtención y evaluación de los pensamientos 
automáticos negativos es el Registro Diario de 
Pensamientos (RDP). Las anotaciones en el RDP 
constan de tres columnas que representan la 
situación encontrada, la emoción o síntomas 
experimentados y los pensamientos asociados. 
Una vez que los pacientes son capaces de 
identificar los pensamientos automáticos que 
llevan la mayor carga emocional, puede comenzar 
el proceso de responder nuevamente a estos 
pensamientos (o ponerlos a prueba). Este proceso 
implica, a menudo, escribir la evidencia que se 
refiere a una creencia en particular y el desarrollo 
de un pensamiento alternativo que incorpora los 
hechos que inciden en la creencia. Al anotar un 
evento de activación, los pensamientos que 
median y la subsiguiente respuesta emocional, el 
paciente que mantiene un RDP logra mayor 
objetividad y distanciarse mejor de sus 
pensamientos. Las pruebas relativas a una 
creencia en particular se examinan luego 
mediante descubrimiento guiado y empirismo 
colaborativo. 
 Específicamente, se les hace a los pacientes 
una serie de preguntas, como: "¿cuál es la 
evidencia a favor o en contra de esta creencia?” 
“¿Cuáles son las alternativas para pensar en esta 
situación?" "Si mi mejor amigo o ser querido 
supiera que yo tengo este pensamiento, ¿qué me 
diría?" "¿Qué significaría sobre mí aún si este 
pensamiento fuera cierto?" (25, 30 – 32). A partir 
de este análisis de la evidencia, luego se les 
enseña a los pacientes a generar pensamientos 
alternativos que incorporan la evidencia y llevan a 
un cambio en su experiencia emocional. Si un 
pensamiento dado es incompatible con el peso de 
la evidencia objetiva sobre el tema (por ejemplo,"no soy querible"), el terapeuta ayuda al paciente 
a modificar y volver a alinear su pensamiento de 
modo que se base en la evidencia y, en 
consecuencia, sea más adaptativo y útil. A veces 
también se utiliza la recolección de más 
información, o el llevar a cabo un experimento 
conductual para poner a prueba una determinada 
creencia. 
 
 
 
7 
 
 Después de varias sesiones con el RDP, el 
terapeuta y el paciente pueden notar un 
patrón consistente en los tipos de 
pensamientos automáticos que son 
registrados. Esto es debido a que los 
pensamientos automáticos y las distorsiones 
cognitivas (por ejemplo, "si fallo en X, 
entonces no soy valioso") están 
funcionalmente relacionadas con convicciones 
y esquemas más profundos. Se supone que la 
modificación de estos esquemas y creencias 
básicas produce el cambio más generalizable y 
mayor prevención de recaídas (33,34). Estas 
creencias "más profundas" son probadas y 
reconfiguradas mediante el diálogo socrático 
y el descubrimiento guiado, juegos de rol, 
experimentos conductuales y otras 
estrategias de cambio (11, 15, 25, 30). 
 Las sesiones de fin de tratamiento se 
centran en la consolidación de las habilidades 
aprendidas y en la prevención de la 
recaída/recurrencia. Esto incluye, entre otras 
cosas, ajustar gradualmente las sesiones y 
distanciarlas en el tiempo, revisar las 
estrategias de tratamiento que se utilizaron y 
fueron más útiles, crear un plan para el 
futuro, hablar de sentimientos acerca de la 
terminación de la terapia, preparar para 
contratiempos, identificar posibles 
desencadenantes de recaídas y asegurar que 
el paciente haga atribuciones internas para el 
cambio. 
 
EVIDENCIA EMPÍRICA PARA LA TERAPIA 
COGNITIVA 
La TC/TCC es una de las psicoterapias más 
activamente investigadas (35) y ha recibido 
apoyo empírico consistente para una serie de 
problemas y trastornos de salud mental (36, 
37). Nos centramos en primer lugar en la 
eficacia de la TC para la depresión, ya que se 
ha estudiado más extensamente, y también 
destacamos los hallazgos para otros 
trastornos psiquiátricos y enfermedades 
médicas. 
La TC para la depresión unipolar 
Se ha publicado más de 75 estudios clínicos y 
numerosos meta-análisis sobre la TC para la 
depresión unipolar (35). Para un episodio 
agudo de depresión, la respuesta que se logra 
con la TC es similar a la conseguida con la terapia 
conductual (38), otros tratamientos psicológicos 
confiables (39) y antidepresivos, y todos estos 
resultados son superiores al placebo (véase 
27,40). Los primeros hallazgos (41) que sugerían 
que la TC no era eficaz para la depresión severa 
(42) han generado una considerable controversia 
entre los investigadores y la percepción de que la 
TC no es eficaz para la depresión severa ha 
persistido a pesar de datos convincentes que 
sugieren lo contrario (ver 11 para revisión). 
DeRubeis et al. (43), por ejemplo, realizaron un 
meta-análisis en el que combinaron los datos de 
cuatro ensayos relacionados y encontraron que la 
TC es tan eficaz como los antidepresivos 
(imipramina y nortriptilina) para el tratamiento de 
personas seriamente deprimidas. Estudios más 
recientes también han demostrado que la TC y la 
farmacoterapia (paroxetina) son igualmente 
eficaces para la depresión severa (44, 45). El peso 
de la evidencia sugiere que la TC/TCC es eficaz 
para la depresión, aunque sigue siendo posible 
que el efecto pueda estar algo sobreestimado 
como consecuencia del sesgo de publicación (por 
ejemplo, el efecto “cajón de escritorio”; ver 46). 
 Además de su eficacia para la fase aguda del 
trastorno depresivo mayor, la TC también lleva 
ventaja, en comparación con los antidepresivos, 
para la prevención de la recaída. Gloaguen y cols. 
(47), por ejemplo, reportaron que el riesgo 
promedio de recaída (basado en períodos de 
seguimiento de uno a dos años) era el 25% 
después de TC, en comparación con el 60% 
después de medicación antidepresiva. Algunos 
estudios también indican que los pacientes que 
reciben solo TC no tienen más probabilidades de 
recaída después del tratamiento que los que 
continúan recibiendo medicación (45, 48). Hollon 
et al. (45) encontraron resultados iguales entre 
medicamentos y TC en la fase aguda del 
tratamiento, pero menor tasa de recaída para TC 
en comparación con medicación continua. 
 Los estudios que han examinado los 
mecanismos potenciales para los beneficios 
profilácticos de la TC son consistentes con esta 
idea. Parece que la TC y los antidepresivos 
pueden cambiar ciertos aspectos del pensamiento 
negativo (tales como procesamiento de 
información, pensamientos automáticos y las 
actitudes disfuncionales; por ejemplo, 22, 33) 
pero que la TC puede modificar algunas 
 
 
8 
 
estructuras cognitivas "más profundas" 
(p.ej., activación reducida del pensamiento 
negativo después de la manipulación
1
 de un 
estado de ánimo negativo en la TC en relación 
con la farmacoterapia) que dan lugar a la 
recaída y la recurrencia (23, 33, 34, 49). Varios 
estudios también han evaluado cambios de 
neuroimágenes en terapia cognitiva (50). 
Goldapple et al. (51), por ejemplo, 
examinaron las respuestas neurobiológicas a 
la TC (en pacientes ambulatorios deprimidos 
no medicados) y compararon estos hallazgos 
con una muestra independiente de individuos 
tratados con inhibidores de la recaptación de 
serotonina (IRSS). Se obtuvieron cambios 
diferenciales antes versus después del 
tratamiento en la actividad metabólica del 
cerebro (medida por tomografía de emisión 
de positrones) en individuos tratados con TC 
en comparación con aquellos tratados con 
medicación antidepresiva. Estos 
investigadores proponen que un mecanismo 
terapéutico de arriba hacia abajo (cortical-
límbico) puede haber estado activo durante la 
TC, mientras que un mecanismo de abajo 
hacia arriba (sistema límbico cortical) puede 
haber estado activo en el tratamiento con 
antidepresivos. 
 
TC para otros trastornos psiquiátricos 
Butler et al., (35) revisaron meta-análisis de 
resultados del tratamiento con TC/TCC para 
una variedad de trastornos psicológicos. Se 
identificó un total de 16 meta-análisis 
metodológicamente rigurosos realizados 
entre 1967 y 2004, que involucraron a 9.995 
participantes en 332 estudios. Su punto de 
vista se centró en el tamaño del efecto 
encontrado por estudios que compararon los 
resultados de la TC/TCC con resultados de los 
grupos de control, proporcionando una visión 
general de la eficacia de la TC/TCC. Se 
obtuvieron grandes efectos para los pacientes 
con depresión unipolar, trastorno de ansiedad 
generalizada, trastorno de pánico, ansiedad 
 
1
Un estado de ánimo negativo es inducido instando 
a los participantes de la investigación a pensar en 
un momento triste de su vida, escuchar música 
triste, etcétera. 
 
social e internalización de problemas en la niñez 
(el último incluye trastornos depresivos, ansiosos 
y somáticos). Se encontraron efectos moderados 
en pacientes con tratamiento para malestar en la 
pareja, ira, trastornos somatomorfos de la 
infancia y dolor crónico. Se obtuvieron efectos 
pequeños para la reincidencia en agresores 
sexuales. La TCC también demostró resultados 
prometedores como complemento de la 
medicación para la esquizofrenia (10). 
 Epp y Dobson (40) recientemente revisaron la 
literatura sobre resultados del tratamiento para la 
CT/TCC y resumieron los datos meta-analíticos 
según eficacia absoluta (el grado en que la TCC 
demuestra un resultado superior a la ausencia de 
tratamiento, los controles de lista de espera o 
tratamiento usual), eficacia en relación con la 
farmacoterapia y eficacia comparada con otras 
formas de psicoterapia (ver tabla 2). Se ha 
acumulado considerable apoyo empíricosobre la 
eficacia de la TC/TCC. Para algunos trastornos (p. 
ej., ansiedad, bulimia nerviosa), la evidencia es 
suficiente como para sugerir que la TC/TCC sea 
considerada el tratamiento de elección. La 
literatura también sugiere que la TC/TCC es al 
menos tan eficaz como la medicación para una 
gama de problemas, aunque no se encentraron 
comparaciones directas con algunos trastornos (p. 
ej., trastorno bipolar, psicosis) para las que la 
TC/TCC se utiliza como complemento (25). Los 
meta-análisis de la TC/TCC para el tratamiento de 
la esquizofrenia, depresión grave y trastorno 
bipolar fueron menos positivos (52), sugiriendo 
que la TC/TCC no es más eficaz que las 
intervenciones no específicas para el tratamiento 
de la esquizofrenia, aunque ciertas fallas 
metodológicas en el meta-análisis tienden a 
debilitar los hallazgos (53). 
CT para enfermedades médicas 
La TC/TCC también es eficaz para el tratamiento 
de la ansiedad y la depresión que son comórbidas 
con problemas médicos (54). Además, un número 
de estudios clínicos controlados aleatorizados han 
reportado beneficios de la TC/TCC para una 
amplia gama de enfermedades físicas, incluyendo 
dolor crónico, dolor de espalda, trastornos del 
sueño, fatiga y deterioro funcional relacionado 
con cáncer, ansiedad relacionada con la salud, 
artritis reumatoide, síndrome de fatiga crónica, 
fibromialgia, síndrome de colon irritable, 
 
 
9 
 
 
Tabla 2. Resumen de los hallazgos de eficacia por trastorno o problema (40) 
 
 Eficacia relativa 
 Eficacia Eficacia relativa a otras 
Trastorno Tratamiento absoluta a la medicación psicoterapias 
Depresión unipolar TCC + + ≃ 
Trastorno bipolar TCC + = 
Fobia específica Exposición y 
reestructuración cognitiva 
++ + + 
Fobia social Exposición y 
reestructuración cognitiva 
++ ≃ ≃ 
Trastorno obsesivo compulsivo 
Exposición y prevención de 
la respuesta y 
reestructuración cognitiva 
+ + 
Trastorno de pánico Exposición y 
reestructuración cognitiva 
++ ≃ + 
Trastorno por estrés postraumático crónico Exposición y técnicas 
cognitiva 
+ = 
Trastorno de ansiedad generalizada 
TCC 
+ + + 
Bulimia nerviosa TCC + + + 
Trastorno por atracón TCC + = 
Anorexia nerviosa TCC + + = 
Esquizofrenia TCC + + 
Conflictos maritales TCC + ≃ 
Ira y ofensas violentas TCC + 
Delitos sexuales TCC + -** + 
Dolor crónico TCC + ≃ 
Trastorno límite de la personalidad TCC + ≃ 
Trastornos por consumo de sustancias TCC + = 
Trastornos somatomorfos TCC + + + 
Dificultades para dormir TCC + + + 
Símbolos: El espacio en blanco indica insuficiente o nula evidencia; -, evidencia negativa; +, evidencia positiva; =, equivalencia aproximada; 
++, tratamiento de elección; ≃ evidencia contradictoria; TCC, eficacia de componentes específicos desconocidos; *, La TCC se usa 
generalmente como un complemento a la medicación en estos trastornos; **, eficacia relativa a tratamientos físicos (ejemplo, castración 
quirúrgica y tratamientos hormonales). 
 
hipertensión, acúfenos, dolores de cabeza, 
disfunciones sexuales y varias condiciones 
neurológicas (54, 55). La TC/TCC ha 
demostrado eficacia para un número de 
variables psicológicas (p. ej., malestar, 
actitudes, adherencia a los regímenes de 
 
tratamiento, mejor afrontamiento del dolor) así 
como de índices fisiológicos que se ven afectados 
por el estrés (por ejemplo, presión arterial baja, 
mejor respuesta inmune; ver referencia 54 para 
revisión). Para algunas enfermedades, ha habido 
un número suficiente de estudios para garantizar 
 
 
10 
 
revisiones sistemáticas y meta-análisis. Esta 
literatura muestra varios beneficios 
biopsicosociales de la TC/TCC para el dolor de 
espalda (56, 57), hipocondría (58), síndrome 
del intestino irritable (59), fatiga crónica (58, 
60), fibromialgia (61), dolor de cabeza (62), 
insomnio (63, 64), adaptación al cáncer (65, 
66), y el manejo de la diabetes (67). 
RESUMEN Y DIRECCIONES FUTURAS 
Se ha acumulado considerable evidencia 
empírica que apoya la teoría y la práctica de la 
TC, y este modelo se ha ampliado con el 
tiempo al incorporar evidencias de la ciencia 
cognitiva experimental y la neurociencia (13, 
16, 68). Por otra parte, varios informes 
oficiales del Reino Unido y los Estados Unidos 
han recomendado el uso de la TC/TCC para un 
número de patologías psiquiátricas comunes 
(4). A pesar de estas recomendaciones de 
tratamiento y la riqueza de la investigación 
subyacente a la TC, esta no es una panacea 
para todos los problemas de salud mental (p. 
ej., 69). Por ejemplo, intervenciones más 
puramente conductuales a veces son tan 
eficaces como la TC/TCC para la depresión y la 
ansiedad en estudios clínicos sobre resultados 
de la psicoterapia. Es importante señalar, sin 
embargo, que el uso de intervenciones 
conductuales ha sido siempre parte 
integrante de la TC misma (15). Además, la 
teoría postula que no importa cuál sea el 
tratamiento utilizado (o si la mejora se 
produce a través de la remisión espontánea), 
también se han de normalizar las creencias 
negativas. De hecho, Harmer et al. (22) 
recientemente encontraron que la 
administración de medicación antidepresiva 
modulaba el procesamiento emocional en 
personas deprimidas con anterioridad a los 
cambios en su estado de ánimo o síntomas. 
Tal idea apoya la primacía de la cognición en 
el cambio terapéutico y es consistente con la 
idea de que hay infinidad de formas en las 
que se modifica la cognición. Además de 
alterar el procesamiento de la información, 
sin embargo, sostenemos que la TC también 
produce cambios en los niveles de cognición 
(23, 33) "más profundos" y que poner como 
meta esta profundidad del cambio puede 
explicar las tasas de recaída menor en TC con 
respecto a la medicación. 
 Hay un número de futuras direcciones 
importantes para este campo. Durante el último 
par de décadas, hemos presenciado un enorme 
aumento de estudios longitudinales multionda
2
 
que han apoyado el modelo de diátesis-estrés de 
vulnerabilidad cognitiva (18). Los investigadores 
también comprenden mejor las interacciones 
genes-ambiente en el contexto de la 
psicopatología. Por ejemplo, se ha encontrado 
una relación replicable entre el procesamiento 
cognitivo negativo y la versión corta del gen 
transportador de serotonina (68). Es necesario un 
trabajo empírico adicional para aclarar más cómo 
los factores genéticos, neurofisiológicos, 
ambientales y cognitivos contribuyen a la 
psicopatología y para comprender las intrincadas 
relaciones entre los sistemas: cognitivo, afectivo, 
motivacional, y de comportamiento. La 
investigación futura sin duda también clarificará 
los mecanismos importantes de cambio en TC. 
Algunos estudios, de hecho, sugieren que el 
cambio cognitivo es un mediador importante del 
cambio sintomático (11, 19,33), pero se necesita 
investigación adicional para asegurar que estos 
hallazgos sean robustos y, si lo son, para 
determinar qué estrategias (y dosis 
psicoterapéuticas) producen el cambio cognitivo 
más estable. Se han hecho enormes avances en la 
comprensión, evaluación y mejoramiento de la 
TC en las últimas cuatro décadas y media. 
Creemos que un progreso similar se realizará en el 
futuro al mejorar nuestra base de conocimiento 
de la vulnerabilidad cognitiva y optimizar la 
administración de la TC. 
 
2Múltiples puntos de evaluación, no solo una 
intervención pre- y post. 
 
 
 
11 
 
RESUMEN 
 
1. La TC/TCC es el sistema contemporáneo de psicoterapia con crecimiento más rápido y más investigado. 
2. La literatura empírica ha proporcionado un apoyo considerable a la teoría cognitiva y la terapia de Beck. 
3. Las tres proposiciones principales de la TC son la hipótesis de acceso (es posible para los individuos 
tomar conciencia de los contenidos y del procesode su pensamiento), la hipótesis de la mediación (la 
manera en que individuos piensan sobre sí mismos y sus circunstancias impacta las respuestas 
emocionales y conductuales posteriores) y la hipótesis de cambio (al modificar las respuestas cognitivas y 
conductuales, un individuo puede ser más funcional y adaptativo). 
4. Las principales técnicas empleadas en TC se centran en el establecimiento de la relación terapéutica, las 
estrategias de cambio conductual, la reestructuración cognitiva, la modificación de creencias básicas y 
esquemas y la prevención de la recaída y recurrencia. 
 
5. Una ventaja clave de la TC es que efectivamente trata el episodio agudo de los trastornos psiquiátricos 
(con o sin medicación) y provee una profilaxis contra la recaída. 
 
 
DECLARACIÓN DE DIVULGACIÓN 
Aaron T. Beck es presidente emérito del Beck Institute for Cognitive Therapy, una organización sin fines de lucro. Beck no tiene 
ningún interés financiero en esta organización. 
 
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