Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1 Conferencia en el Departamento de Autismo y psicosis en la infancia Acerca de la estructura autista Jean- Claude Maleval Silvia Elena Tendlarz: Bienvenidos a nuestra segunda reunión ampliada, del Departamento de Autismo y Psicosis en la Infancia. Nuestro invitado: es Jean-Claude Maleval, creo que ya muchos lo conocen por distintos textos y trabajos dentro del psicoanálisis. Jean-Claude Maleval es psicoanalista, miembro de la Ecóle de la Cause Frieudienne, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y profesor de Psicopatología de la Universidad de Rennes. Es autor de muchos libros que circulan por Buenos Aires: Locura Histérica y Psicosis Disociativa, Lógica del Delirio y Forclusión del Nombre del Padre: Hay un sin número de artículos que se encuentran en distintos idiomas: Hoy nos va presentar un anticipo de su próximo libro que se va a llamar El autista y la voz, y la presentación de hoy la va a titular "Acerca de la Estructura Autista". Maleval va a hablar en francés y yo voy a hacer la traducción simultánea. Las características estructurales del autismo Jean-Claude Maleval: En relación al autismo, "existe una contante de este tipo clínico", afirma Asperger, donde lo esencial resta invariable. ¿Qué hay de constante en el autismo? "La soledad y la fijeza" responde Kanner. Pero la clínica nos demuestra que hay algo diferente en el caso de los autistas de alto nivel, en los cuales ocurre que la soledad se atenúa, mientras que los comportamientos de inmovilidad o fijeza pueden casi desaparecer. Si hacernos la hipótesis, si plantearnos la hipótesis de una estructura autística ¿cómo caracterizar lo que permanece constante? Para aislarlo parece necesario recordar una enseñanza metodológica esencial brindada por Freud y por Lacan en el estudio de la psicosis. Recordemos que la EPA y los 2 cognitivistas consideran a la psicosis como una falla del pensamiento. La psicosis que parece mejor responder a este modelo es la esquizofrenia de manera tal que éste es el objeto en la mayoría de sus estudios. Pero Freud y Lacan, por el contrario, plantean la hipótesis que a partir de las defensas más elaboradas de la defensa psicótica, se pueden comprender las formas más débiles, privilegiando la paranoia. Utilizan para estudiar a la paranoia las Memorias del presidente Schreber. El estudio de la esquizofrenia no es claro, mejor es el funcionamiento de la paranoia. El paranoico permite a menudo comprender mejor a la esquizofrenia, sobre todo cuando a instancias de Schreber se conoce una fase esquizofrénica antes de elaborar una paranoia. En resumen: esta metodología de Freud y de Lacan, que consiste en partir de las forras más altas de la defensa a fin de aclarar retroactivamente las formas más sumarias, me parece ser la más rica para el estudio del autismo y entonces, así como el estudio de la paranoia permitió a Freud y luego a Lacan entender a la esquizofrenia, es el autismo de alto nivel, el Asperger, el que podría permitir dar nuevas, luces sobre el autismo de Kanner. Ahora bien, tenemos el privilegio de disponer -en la última decena de años- de algunos textos remarcables escritos por sujetos autistas, con una excepcional fineza en la descripción de su funcionamiento. Son numerosos en la actualidad los autistas de alto nivel que escriben pero tres de ellos parece alzarse por sus escritos a nivel de las Memorias de Schreber que son: Donna Williams, Temple Crandin y Sellin. ¿Cuáles son las características estructurales del autismo? A mi entender son dos sus características esenciales: primero, un rechazo de la alienación significante y segundo, un retorno del goce sobre un borde. Partamos del rechazo de la alienación significante: la clínica impone la noción de una constante en el autismo. Ahora, ¿de dónde podría provenir dicha constante si el sujeto no estuviera ya tomado por el lenguaje? No existiría una estructura sin que hubiera una captación mínima del sujeto por el lenguaje. El rechazo de la alienación significante designa el hecho que los sujetos están captados están tomados, en la alienación significante pero que rechazan entrar por su cuenta en ella. El rechazo pasa esencialmente por la instauración de un clivaje entre el objeto pequeño a y el S1. Por la no 3 entrada del S1 quedan todos los significantes como significantes amo, por la no asunción de la Bejahug primordial según Lacan, lo que genera en lo esencial una enunciación muerta, desfasada, borrada o técnica. De todas maneras, si bien en el Campo Freudiano coexisten posiciones muy diferentes en cuanto a la manera de situar la relación del sujeto autista con el lenguaje, es el hecho del rechazo de la alienación lo que conduce al sujeto autista -cuándo habla- ya sea a privilegiar el S2, a veces el signo o a veces el S1 solo. Puede suceder que su rechazo defensivo se haya desbordado y entonces la angustia pone en juego el significante amo. Voy a volver sobre todo esto con más detalle más adelante. La casi constante del rechazo, la alienación lo conduce a no embarcar su goce en la palabra, entonces ¿dónde se localiza? Sobre un borde, y éste es el segundo punto. La operación de la separación que no tiene lugar en el autista, implica que éste se encuentre molesto por un objeto. Un objeto que no se le quita y que sin embargo lo divide. Cuando se lo separa puede perder todo dinamismo. Es por eso que el autista es un sujeto dividido pero que domina su división. "En el autismo —afirman los Lefort- la división del sujeto se efectúa, entre lo real del doble, en lo real de lo mismo" ¿Qué es el borde en el sentido que habla Eric Laurent cuando habla del "goce sobre un borde"? Es un objeto al cual el sujeto autista se encuentra pegado. Es un objeto que pierde del mundo exterior, que toma a veces la forma de un caparazón en el cual busca esencialmente una dinámica libidinal. Existe en el autismo un error en cuanto al punto de inserción de la libido, de ahí la necesidad de un enganche sobre el borde para animarse. Voy a intentar precisar estos dos puntos y para ello voy a traer una viñeta clínica para ilustrar el rechazo de la alienación. El Rechazo de la alienación: no ceder el goce de la voz Voy hablar de Mirta Rottemberg, cuyo texto no sé si se encuentre traducido al español, es una psicóloga de niños. Ella menciona que "durante semanas corrijo su expresión oral - la de un chico autista - pidiéndole que le pusiera a su voz un poco más de energía para que sea más viviente cuando habla." Ella constata que él permanece sordo a su consejo, y entonces intenta 4 ensayando la misma técnica con la lectura y le pide que lea de una manera vivida. "Algo de mis dichos lo habrían tocado" cuenta ella, pues recibió un puntapié en los tobillos. Ella, no obstante, no se desanimó. Peter, que era el niño autista, se puso a hablar corno si golpeara con energía y vitalidad. Tal lectura no implicaba necesariamente que incluyera su presencia enunciativa, sobre todo no era una extensión de su propio sentimiento. Pero él percibió bien que ella no cesaba de hacerle el pedido e hizo un esfuerzo por satisfacer a su terapeuta. Un día él leyó con una fuerza y una animación que claramente había visto anteriormente ante lo cual su terapeuta dijo "¡es formidable! eso era claramente lo que yo quería decir". De repente, Peter levantó sus ojos hacia ella aterrorizado. Sorprendida por la expresión que veía en sus ojos Mirta Rottemberg balbucea: - "¿Qué hay Peter?"; y él gritó: -"¡Porqué después está el cementerio!"; -"¿Después de qué?". - "Cuando usted está bien. Entonces después hay una vía sin salida y el cementerio," Mirta Rottemberg interpreta con pertinencia tras ésta frase suponiendo que esto quería decir que después de haber conocido la vida era necesario morir. Estar en el lenguaje es para el autista escuchar el angustiante objetodel goce vocal - objeto voz -. Ahora bien, está en el principio de su estructura subjetiva que el objeto voz no sea mortificado por el lenguaje de manera tal que nada podía ser para él más angustiante. La continuación de éste fragmento clínico ejemplar lo confirma. Mirta Rottemberg le comunicó lo que había sentido en la relación que él establece entre la vida y la muerte. Peter comenzó a temblar y a transpirar y luego corrió hacia la ventana, se puso todo flojo, se replegó sobre él mismo como si se secara y comenzó a contar. Subrayemos el retorno del repliegue sobre sí mismo como el de un mecanismo de protección abandonada lo que testimonia fuertemente de la resonancia subjetiva del incidente. Seguramente él no persistía en sus esfuerzos de como minimizar la enunciación. Inútil decir, comenta Rottemberg, que su manera de hablar y de leer se volvieron más monótona que nunca. Después de este episodio - relata ella - Peter intentó evitarla. Cuando ella le preguntaba porque él respondía solamente "por lo que mira 5 le va a decir al Dr. Goldestein." "Le pregunté ¿decir qué?" y me respondía invariablemente "por lo que mira sabe o bien la verdad". ¿Acaso no se aproximó lo más posible a la verdad del autista no vacilando en el punto en que la angustia -tenía su fuente en la expresión del viviente? El incidente de la lectura tuvo un profundo efecto en su relación ya que produjo una ruptura con Rottemberg que trabajaba con Peter desde hacía tres años, de modo tal que hubo un retroceso durante cerca de 6 meses. Intentó interpretarle lo que le sucedía diciéndole que él hacía el semblante de estar muerto porque a lo mejor él tenía miedo de morir si comenzaba a vivir. Peter se alejó entonces de Mirta Rottemberg y a menudo intentaba hacerle mal físicamente puesto “el que mira conoce la verdad.” Luego de lo cual ella se sintió un poco aterrorizada por su furor contra ella. Ella le expresó incluso confusamente que tal vez había cometido un error, no ocultando que se sentía muy culpable por su actitud. De modo tal que durante los 6 meses de frialdad intentó desesperadamente renovar el contacto. Ésta viñeta clínica pone el acento sobre el rechazo del autista -rechazo no siempre tan consciente como en Peter- de movilizar el goce vocal para servir a la expresión verbal, lo que los Lefort describen como un clivaje entre el objeto a y el S1. Nada angustia más al autista que ceder su goce vocal alienándose al significante. No obstante, más de la mitad de los niños autistas hablan, pero su verbalización es original. Algunos autores sugirieron llamarles -me refiero a Kanner- las funciones del lenguaje del loro o ecolalia, con retraso. Asperger indica que su palabra no parece natural, que parece una caricatura y evoca la ironía. Por otra parte, no se dirigen a un interlocutor, ellos hablan en el vacío. A veces los padres constatan que ellos adquieren fácilmente palabras nuevas sin aprender a hablar, en el sentido que la palabra testimonia una expresión del sujeto. Describen el fenómeno clínico indicando que el niño renuncia a la palabra porque no la utiliza —no porque no la conozca-. En el otro extremo del espectro clínico, en los autistas de alto nivel, se encuentra regularmente una voz artificial, particular, sin expresión. Por otra parte, las palabras permanecen más emitidas que habladas, no hay nada más difícil para ellos que hacer una expresión personal. Cuando hablan es 6 sin implicarse en sus palabras, sin tomar apoyo en lo que ellos sienten. Entonces existe un rechazo de la alienación pero ellos son tomados por la alienación. Testimonió el siguiente fenómeno que es de gran importancia: se ha constatado que, en el caso de los autistas mudos, ellos salen a veces un instante de su silencio, pronunciando una frase perfectamente construida antes de volver a su estado de mutismo. Ahora bien, es característico que eso se produzca en situaciones críticas que desbordan las estrategias protectoras del sujeto haciéndole abandonar durante un instante su rechazo al llamado al Otro y su rechazo de comprometer la voz en la palabra. ¿Qué dicen en efecto en esos momentos? La primera frase pronunciada por Sellin fue: "devuélveme mi pelota" dirigida a su padre que acababa de tomar uno de sus objetos autísticos. Un niño de 5 años del que nadie había escuchado jamás una palabra, se encontró molesto cuando la piel de una ciruela se encontró pegada a su paladar: "sáquenme esto de aquí" y luego recayó en su mutismo anterior. Otro niño mudo, de 4 años, al hacerse examinar por su pediatra gritó "quiero volver" y un año más tarde durante una hospitalización por una bronquitis igualmente gritó "quiero volver". Todas estas frases tienen un punto en común: la presencia del sujeto de la enunciación que se encuentra fuertemente marcada. El llamado al Otro se afirma allí, su carácter imperativo testimonia el goce vocal que lo soporta y nada es más desgarrador que esto para un niño autista. Es en el punto extremo de la angustia que se escapa tal enunciado. Es extremadamente angustiante, vivido como una mutilación puesto que se pone en juego no solo una alteridad sino una puesta en juego del goce vocal al goce del Otro. Mucho más que reiterar esta experiencia angustiante el sujeto busca amurallarse en un silencio todavía más profundo. Notemos que estos fenómenos sugieren fuertemente que el autismo se reafirma no tanto en un déficit cognitivo sino en una elección del sujeto más o menos consciente a fin de protegerse de la angustia. Que la representación más común del niño autista sea la de un ser mudo reposa sobre una cierta intuición de la carencia enunciativa que determina esta patología, que no sé hace más que evidente que en este silencio obstinado. 7 Cuando el sujeto autista busca comunicarse lo hace de tal manera que no pone en juego ni su goce vocal, ni su presencia; ni sus afectos. Si existe una constante discernible en todos los niveles del espectro autista reside en la dificultad del sujeto en tomar una posición de enunciador. Habla con gusto a condición de no decir. No obstante, muchos hablan, algunos incluso como Grandin o Williams que son capaces de dictar conferencias. Acaso, ¿el clivaje entre el objeto pequeño a y el S1 es la constante? Parece ser, que los autistas de alto nivel alcanzan a inventar maneras muy ingeniosas de manejarlo. Los modos de la enunciación. Hay cuatro maneras de enunciación en el autismo: 1. Enunciación muerta 2. Enunciación desfasada 3. Enunciación borrada 4. Enunciación técnica - La enunciación muerta es por supuesto el mutismo. Para gran parte de ellos la enunciación está mortificada, es casi imposible salvo en momentos de extrema angustia. Algunos autistas mudos testimonian por escrito de su dificultad para la enunciación. Así George de 12 años que solo pronuncia algunas palabras ininteligibles testimonia por medio de la comunicación facilitada que no deja de tener ganas de hablar. Celine testimonia a través de la comunicación facilitada que desea simplemente investir sus instrumentos vocales en el lenguaje pero que está todavía muy lejos del lenguaje. Ella constata que alcanza a pronunciar algunas palabras pero que no está a su alcance precisar lo que determina su mutismo. A veces puede decir alguna cosa de forma imprevista, entonces estoy muy sorprendido, yo mismo, en lo que se pudo producir y no tengo explicación, pienso entonces que es una prueba de que la facultad de hablar existe para ella. - Donna Williams testimonia, también ella por escrito, de distintas maneras utilizadas por los autistas para hablar, incluso para comunicarse, a condición no de mortificar sino de borrar la enunciación. Ella describe en 8 detalle cinco posibilidades para permitir al autista tomar la palabra sin despertar la angustia -los menciono, pero alcanzaré a desarrollarlospor factores de tiempo-. Estas se pueden finalmente relacionar a la rápida pero esencial indicación de Lacan que "El autista puede hablar a condición de permanecer verboso”: Williams describe esas diversas maneras de producir dichos verbales que efectivamente utilizan los sujetos autistas: primero, hablar para no decir nada; segundo hablar para no ser entendido; tercero, hablar para no dirigirse al interlocutor; cuarto, cantar no es hablar, cantar no pertenece a la comunicación seria, la presencia enunciativa se encuentra aligerada; cinco, solo decir cosas sin importancia. Parte de está enunciación, una de las formas más constantes, es la reiteración de dichos aprendidos de memoria. El punto común de todos, estos modos, de no expresión residen en el rechazo, en no hacer jugar ahí algo que sea íntimo, que no se transparente el goce del sujeto. - No obstante, existen otras estrategias utilizadas por los autistas. Uno de ellas consiste en desfasar, desajustar la enunciación y hacer hablar un doble en el lugar del sujeto. Así, André un investigador en informática, puso en marcha una manera de sobrellevar sus dificultades que no deja de sorprender a sus interlocutores: fabricó sus propias marionetas y habla por medio de ellas. Posee varias para utilizarlas en situaciones diferentes. Lo ayudan particularmente cuando la conversación se vuelve difícil o cuando le solicitan que dé su opinión. Un observador del fenómeno que pasa algunos días con André busca entender la función de las marionetas. El indica que André era incapaz totalmente de encarar una discusión normal. A través de las marionetas apuntaba a encontrar los diversos roles que podían existir. Cuando él no captaba completamente lo que se decía, cuando no podía expresarse correctamente, o cuando encontraba los medios para expresarse correctamente pero éstos estaban muy lejos él mismo dejaba las obligaciones del rol y buscaba uno nuevo. Muchos autistas utilizan este procedimiento que consiste en borrarse para hablar por procuración; descargándose así de toda afirmación que le sea propia. Es el doble que habla y no ellos mismos por eso sus dichos son afectados por cierta ironía, de ahí que el crédito que conviene darle se vuelve incierto para el 9 interlocutor. A través de las marionetas, constata el visitante, podía ser por ejemplo irónico. De ésta manera él no decía nada que sea literalmente verdadero ni nada que contradiga lo que había dicho antes, era la marioneta la responsable. Para que no haya ninguna duda que no era André que hablaba la marioneta tenía una voz propia. No era la voz de un ventrílocuo pero la voz de la marioneta era diferente a la de André. No se trataba de un simple divertimento, por el contrario, los dichos mantenidos por la marioneta estaban sobre investidos por André, y eran pronunciados a favor de una puesta, en lugar de un procedimiento complejo que resulta de un importante trabajo subjetivo, de manera tal que es una regla imperiosa: jamás interrumpir a las marionetas. No respetarla es romper la fijeza y esto suscita gran violencia. Hacer así de un doble el soporte de la enunciación artificial por intermedio de un objeto, un compañero imaginario, un semejante, constituye una de las características del autista. Se trata de una manera de hablar ausentándose que constituye una protección contra el deseo del Otro, por el apoyo tomado sobre un soporte que es a la vez un captador de goce y una forma consistente; pero por supuesto, enmarca una enunciación artificial. Una ganancia puede ser obtenida en relación a los dichos verbales. Gracias al doble el sujeto alcanza a veces a expresar lo que él piensa por procuración. No obstante subsiste un límite: el doble no permite anudar el lenguaje al goce. De manera tal que incluso por su intermedio el sujeto no puede engancharse con lo que él siente. Una vivencia de mutilación psíquica subsiste. Enunciación mortificada, enunciación borrada, enunciación desfasada. Existe todavía otra manera de compensar el clivaje entre el objeto a y el S1, que es la enunciación técnica. - Es sorprendente ver como un autista tal como Grandin es capaz de tomar la palabra enfrente de una multitud de cowboys para explicar las máquinas donde se va ubicando el ganado -son los aparatos donde se ponen el ganado para que los animales puedan ser imitados tranquilamente-. Puede hacer conferencias técnicas sobre éste tema, ella se dedica a diseñar éstas máquinas. De todas maneras, Grandin no compromete su goce vocal en su enunciación, incluso sus conferencias no toman apoyo sobre el S1. La 10 dificultad para expresar su sentimiento la incita a comparar su manera de pensar a la de una computadora. Ella lo explica en detalle -pero no hay tiempo de explicarlo-. Una enunciación que trata de problemas técnicos no implica la vivencia del sujeto, y permite a ciertos autistas expresare de una manera adaptada y profesional. La variedad de las relaciones con el lenguaje: La relación del autista con el lenguaje no puede captarse de manera simple puesto que expresa una gran variedad. Hay que distinguir las expresiones autistas que pasan: - por el S2 - por los signos, - por el S1 de la lengua, los S1 como significantes amos. El S2 es, por ejemplo, la ecolalia a retraso. El signo es un significante cortado del goce. Los signos que forman el Otro de la síntesis del autista poseen dos diferencias mayores con los significantes que constituye el inconsciente freudiano. Por un lado, y es esencialmente lo que describe Grandin al hablar de "pensar en imágenes", permanece parasitado por el referente y no borra la cosa representada. Por otra parte el funcionamiento del lenguaje como "receptáculo dé goce," como expresa Lacan, es fallido. Lo que los autistas subrayan es que los signos no representan la pulsión implicando la ausencia de conexión entre el lenguaje y la vida emocional. En la estructura autista, dicen los Lefort, la significante falta para volverse cuerpo y falta para la producción de afecto. Willians confía haber memorizado el juego de fisonomía correspondiente a tal o a tal emoción, como por ejemplo la fisonomía de una sonrisa, pero sus acciones no están impulsadas por los sentimientos sino que están comandadas, dirigidas, por su pensamiento. Grandin escribe muy precisamente un corte idéntico entre su sentimiento y su ser de goce: "De niña -escribe ella- era como un animal sin instinto, para orientarme. Todo tenía que aprenderlo a través de aproximaciones 11 sucesivas. Pasaba mi tiempo para buscar el mejor comportamiento posible pero eso nunca alcanzaba. Era necesario pensar cada interacción social.” Asperger ya había subrayado la importancia de la falla en el anudamiento entre el goce y el lenguaje que está en el principio del autismo, indicando que el saber de estos sujetos se desarrolla en un vacío emocional. Estas personas, afirmaba en 1944, son autómatas de la inteligencia. Es a través del intelecto que se hace la adaptación social en ellos, es necesario explicarles todo, enumerarles todo. El Otro de la síntesis es un objeto intelectual constituido por elementos, cuya asimilación es equivalente a un aprendizaje de memoria. Ahora bien, se sabe que en estos casos es perfectamente posible restituir un saber que permanece perfectamente opaco para el sujeto. Esto era para introducir rápidamente el signo. La utilización de los S1 como significantes amos se encuentra en frases que escapan, que ya subrayé antes, como "devuélvame mi pelota", "sáquenme esto." Esto es extremadamente excepcional, es en momentos de angustia suprema. Los autistas utilizan a menudo el S1 solo, el S1 que no tiene función significante. Por ejemplo, los autistas están supremamente interesados en los números primos. Sería por los primeros nombres que es posible a veces. bautizar a los, sujetos o a lascosas. Otro ejemplo del S1 son ciertos neologismos. El célebre Joey, niño máquina, el papoose du connecticut, que era un niño que en la representación de sí mismo escribe connect- I- cut. Éste es un ejemplo del S1 solo. No son significantes amo, no se pueden hacer construcciones a partir de eso. El retorno del goce sobre un borde Ahora vamos a ir al segundo punto mayor de la estructura autista donde retomo la formulación, de Eric Laurent: el retorno del goce sobre un borde. ¿Qué es ese borde? Bettelheim, propone una aproximación clínica por intermedio de eso que él llama "el comportamiento de frontera" que es observado en muchos de los niños autistas. Ellos crean una frontera entre ellos y el mundo exterior que les sirve de protección de manera tal que se mantienen regularmente en el interior de una superficie delimitada por las fronteras que ellos crean. Los más avanzados -afirma Bettelheim- lo hacen 12 a través de materiales tales como cadenas de papel o de hilos. Es notable que esta frontera funcione como un borde para el sujeto. El contacto constante con una superficie es un preliminar importante para el verdadero comportamiento de frontera -indica Bettelheim- La frontera es una superficie de la cual el sujeto a duras penas se separa. Donna Williams precisa la diferencia que el autista puede tener de esos fenómenos. "Cuando me encerraba en mí misma era también a los otros que yo encerraba afuera." El borde delimita entonces un mundo interior de libertad y de omnipotencia, Al mismo tiempo constituye una protección respecto del mundo exterior, pero hay que subrayar que se presta a un tratamiento complejo por parte del sujeto en ocasión del cual se manifiesta a veces capaz de desarrollar capacidades notables. Es una constante a menudo señalada en la clínica del autismo la aptitud de éstos sujetos para desarrollar lo que se llama "islotes de competencia." Se presentan a menudo como eruditos en dominios especializados: los trenes, los automóviles, las plantas carnívoras, los aislantes eléctricos etc. Las competencias que adquieren en ese dominio llegan a veces a permitirle una, inserción profesional. Por ejemplo, Joey, el niño máquina de Bettelheim, se volvió electricista, y Temple Grandin inventó las máquinas para ganado que mencionábamos. El borde es una frontera protectora que puede volverse lugar de despliegue de un islote de competencia y es también el lugar donde el sujeto sitúa un objeto doble que él domina. Un objeto doble que le permite a veces avanzar, seudópodo como decía Kanner, para aventurarse más allá de la frontera. Cuando Eric Laurent (1992) introduce la formulación del retorno del goce sobre un borde da como ejemplo el caparazón de Tustin. Es decir, los objetos autísticos protectores en su dimensión de doble están particularmente acentuados. Yo entiendo un poco el concepto del borde autístico introduciendo otro elemento: el islote de competencia, fuente del Otro de la síntesis que participa tan regularmente como el doble y el objeto en la localización del goce del sujeto. Se observa en las formas evolutivas del autismo infantil precoz la frecuente interpenetración de estos tres elementos, que son el doble, el objeto, y el islote de competencia, y es por eso que se justifica por añadidura agrupar al último bajo el concepto de Borde Autístico. 13 Si bien Tustin considera que esos objetos autísticos patológicos deben desaparecer en el transcurso de la cura, se ha constatado que la supresión brutal de la protección que ellos aportan corre el riesgo de producir unas consecuencias nefastas. "Estoy muy inquieta -escribe ella- cuando, escucho hablar a la gente de suprimir el autismo o incluso de agujereado. He visto niños que habían sido tratados bajo tales concepciones volviéndose hiperactivos e incluso esquizofrénicos". En efecto, cuando el sujeto autista, es puesto ante la imposibilidad de situar su goce sobre ésos objetos, ése goce retorna sobre el cuerpo. Cuando es una parte del cuerpo lo que hace función de objeto y de frontera del mundo exterior, se vuelve extremadamente difícil distinguir entre un cuadro esquizofrénico y un cuadro autista. Los objetos construidos sobre un borde poseen una importancia mayor para los sujetos autistas. Todos los autistas convergen en sus afirmaciones, en sus comportamientos; en indicar que estos objetos para ellos son de una ayuda mayor. "Por razones importantes -escribe Celine-, pude encontrar la seguridad en ésos objetos." "Más que en mi infancia -escribe Grandin- estoy ahora más interesado. Por las máquinas que por mis semejantes." Williams es más preciso todavía "para mí las personas que amaba eran objetos, esos objetos eran mi protección contra los objetos que yo no amaba —es decir las otras personas-, comunicarse a través de objetos era sin peligro." Grandin insiste sobre el error que cometen muchos de los educadores de niños autistas cuando quieren borrar sus fijaciones y sus "obsesiones." Es mejor dice ella, ampliar el campo obsesivo e intentar orientar el interés marcado por el autista hacia actividades constructivas. Por ejemplo si un niño es un fanático de los bardos hay que aprovechar su obsesión por los bardos. Hay que incitar las matemáticas, a consultar libros especializados para resolver problemas de velocidad y de nudos. Las fijaciones son una fuente de motivación. El niño máquina de Bettelheim, apasionado por la electricidad y las lamparitas, se volvió electricista. No se puede nada más que confirmar la indicación de Grandin que es a partir de construcciones elaboradas sobre el borde, especialmente desarrollando el islote de competencia, que ciertos sujetos autistas alcanzan una inserción social y profesional. 14 Entonces, ¿qué hacer?, que es nuestro tema de la conferencia. Antes que nada hay que considerar al autista como un sujeto capaz de invenciones aptas para temperar no sólo su angustia sino su soledad, de la que sufre. Voy a terminar esta conferencia con una cita de Donna Williams “¿cuál es la mejor aproximación al autista? La mejor aproximación sería aquella que no sacrificará la individualidad ni la libertad del niño en la idea que se hacen de la respetabilidad y de sus propios valores los padres, los profesores y sus consejeros." Es decir, no la aproximación cognitiva ni educativa sino más bien una aproximación psicoanalítica que confía en las invenciones del sujeto. Preguntas y discusión Quería preguntarle al Dr. Maleval acerca del estatuto de la angustia en el autismo, ya que él se ha referido reiteradamente a la angustia del autista. Ésta pregunta tiene que ver con el estatuto de la angustia en relación a la no extracción del objeto a. Y una segunda pregunta, ¿a qué se refiere con la elección consciente de defenderse de la angustia? J.-C. Maleval: Es importante subrayar que el sujeto autista es un sujeto angustiado. Tenemos el testimonio de Celine, que es una autista profunda, no habla, aparte de los gritos y sus comportamientos clásicos de un autista pero que pudo compartir su angustia interior gracias a la comunicación facilitada, estableció bien que lo que sufren a menudo estos sujetos es menos de la dificultad cognitiva que de su angustia. Las dificultades cognitivas le molestan, pero la angustia es incomparablemente mayor. Prueba de ello es que su máxima preocupación es saber como protegerse de la angustia. Sobre el estatuto de la angustia en el autismo se trata en efecto de las consecuencias de la no extracción del objeto a y del rechazo de la alienación, lo cual implica que no hay separación, es decir que la posición fálica que podría representar al objeto a, no está en su lugar. Hay una tentativa de poner a distancia el objeto gracias al borde pero sin con ello decir que hay separación, porque el borde no reemplaza la posición fálica en el sentido simbólico. En elautismo estamos en el campo de la psicosis pero uno se podría preguntar si no es una psicosis muy original, tan 15 original que acaso uno es difícil hablar de psicosis. En todo caso hay forclusión del nombre del padre, la protección contra la angustia es consciente, eso sobrepasa al sujeto, pero hay algo que de todas maneras aparece en la consciencia del sujeto y que da cuenta de la importancia del borde para él y no hay que sacarle eso. Hablar de manera expresiva puede ser extremadamente angustiante. Algo inconsciente se traduce a la conciencia. La pregunta es a nivel de la estructura, que recién aclaró, como parte de la psicosis ¿cuáles serían los rasgos particulares que diferencian a la estructura autista del resto de las psicosis? J.-C. Maleval: Efectivamente, la defensa por el borde es característica del autismo, se puede encontrar a veces en ciertos casos de esquizofrenia, pero sigue siendo excepcional. Del lado de la alienación hay algo específico y es que el autista se hace representar a través de un doble, por ejemplo, a través de las marionetas. Mientras que en las esquizofrenias hay significante amo, pero es un significante bien esparcido, y en la paranoia el significante amo está holofraseado, el sujeto está todo entero en el significante amo. Mientras que el autista hace mucho esfuerzo por poner en juego el significante amo. Para mí la diferencia mayor no es la alienación sino la utilización del borde. Quería retomar una frase suya: dijo que había un error en el punto de inserción de la alienación. Quizás sea la oportunidad para que nos hable más del goce vocal. J.-C. Maleval: Hay una frase de Colette Soler que me parece muy pertinente. Lo veo muy bien con Joey, así como en muchos autistas que deben conectarse con su objeto autista para animarse, y cuando se separa del objeto, se separa como ser inerte. El niño máquina debía conectarse a esa máquina para tener electricidad y solo vivía cuando estaba enchufado eléctricamente. Se encuentra muy a menudo éste enchufarse y desenchufarse. Es decir, la dinámica del goce está situada en el objeto borde. Se lo ve también en ese fenómeno muy corriente en el sujeto autista que toma la mano de alguien para hacerlo hacer lo que a él le gustaría hacer. Hay que encontrar en el Otro la fuerza mínima que él no tiene. Se lo 16 ve también en la comunicación facilitada, donde el sujeto tiene que estar conectado a un facilitador para poder escribir. Este facilitador a veces se reduce al comienzo a tener que tenderle el brazo; a veces alcanza con ponerle la mano en la espalda, a veces alcanza con que alguien esté presente, pero sin estar ahí el sujeto no tiene la fuerza, la dinámica y por eso es necesario que pase por la presencia del objeto o de un semejante. Ésa es la importancia del borde ya que es ahí donde el sujeto autista encuentra su dinámica. Es una manera también de portar su goce y al mismo tiempo, de hacer algo a también una manera de dominar el goce. Quisiera agradecer la precisa intervención que el Dr. Maleval ha hecho respecto al uso del significante y la articulación de la enunciación. Quisiera plantear alguna pregunta en relación a la problemática del cuerpo y de lo que se despliega en la última teorización de Lacan respecto a los acontecimientos del cuerpo. Cuando usted describía la protección en el borde no me queda claro corno leer la disponibilidad del mismo cuerpo cuando esto no resulta inquietante paró el niño al realizar alguna otra acción. Me refiero a las contradicciones del uso del cuerpo donde en momentos el niño usa la facilitación y en otros momentos desestima la facilitación. Es una observación clínica de muchos años que impide cierta generalización en el uso del facilitador: la invención particular que cada niño hace con ese cuerpo y con los objetos. ¿Cómo piensa el cuerpo a partir del acontecimiento del cuerpo y en el punto de los usos de los facilitadores? ¿Cómo a veces disponen del cuerpo y cómo a veces no disponen del cuerpo? J.-C. Maleval: Es difícil responder, pero digamos que el uso del cuerpo es mucho menos angustiante para el autista que la puesta en juego del goce vocal. Todo lo que pone en juego el funcionamiento pulsional se manifiesta en general difícil porque algunos sujetos van a tomar el objeto directamente, así como otros toman la mano de alguien para hacer tal cosa. Esto, sin duda, hay que tomarlo caso por caso. Hay también posiciones subjetivas diferentes. Sobre el facilitador, algunos aceptan un facilitador y no otro, o el mismo facilitador puede ser reemplazado después al cabo de cierto tiempo. Allí también hay que aprender a ser facilitador, se trata de ser poco intrusivo, respetar las defensas del sujeto para hacerse aceptar, no todos van ser aceptados, y sin duda hay una elección del sujeto que no 17 se puede dejar totalmente. Sobre el cuerpo se puede decir que el borde permite también una construcción de la imagen del cuerpo, pero como el sujeto rechaza la alienación hay acontecimientos del cuerpo que parecen revelar que el significante se soporta mal sobre el cuerpo del sujeto. Por ejemplo, los fenómenos de anestesia son sorprendentes. Dos preguntas sobre un mismo punto. Si frente a la imposibilidad de situar el goce en el borde, al arrebatarle el objeto, el goce retorna sobre el cuerpo a modo esquizofrénico. Es decir, la pregunta es si para Maleval, el autismo sería un sinthome logrado de la esquizofrenia. La segunda pregunta es pasaje que a veces se verifica en la clínica desde el autismo hacia la esquizofrenia -con el soporte de la transferencia en el análisis-, la pregunta sería si eso debe ser leído o no como un progreso de la cura. J.-C. Maleval: Son dos preguntas sobre la relación del autista y la esquizofrenia. Asperger decía que sobre 200 casos de autismo solo había visto un caso evolucionar a la esquizofrenia. Pobre como estadística. Es verdad que él trabajaba con autistas de alto nivel. Mi idea es que existe una estructura autista bastante diferenciada de la estructura de la esquizofrenia especialmente en relación a las alucinaciones verbales, que son extremadamente raras en el autismo. A condición de tener una idea del autismo bastante amplia, habitualmente se llama autismo a todo repliegue sobre sí mismo y esto es una definición demasiado amplia sobre el autismo. Mi idea es que este pasaje del autismo a la esquizofrenia no es un progreso, lo veo más bien como una regresión. Lo que evocaba en relación de Tustin, si se quita el borde que permite poner el goce a distancia, si se saca el borde encarnado en un objeto, el borde retorna sobre el cuerpo y esto puede ser por ejemplo la saliva, una parte de la boca. A partir del momento en que el goce retorna sobre el cuerpo es muy difícil diferenciar autismo y esquizofrenia. Existe sólo en las formas más graves del autismo que se parecen a las formas esquizofrénicas justamente porque hay una falla de la defensa autística. Entonces el pasaje a la esquizofrenia no me parece un progreso, de la misma manera que para los Lefort evocaba el pasaje del autismo a la paranoia. No conozco otros casos que prueben éste pasaje del autismo a la paranoia. Es por eso que tengo una tendencia a considerar al autismo como una forma diferenciada de psicosis, como una forma de 18 procesamiento psíquico muy original que se. mantiene a distancia de las otras psicosis. Los pasajes de la esquizofrenia a lo maníaco-depresivo o a la paranoia son bastante frecuentes. Pero el pasaje del autismo a la esquizofrenia me parece bastante raro salvo de falsas esquizofrenias que pueden presentar ciertos autistas. Ésta es una pregunta muy importante para investigar a nivel clínico. 28 de abril de 2008 Traducción: Silvia Tendlarz Establecimiento del texto: Patricio Alvarez
Compartir