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NeuRociRugíA / Basso982 N er vi os En su trayecto en sentido inferior y lateral, inme- diatamente superior y posterior a la clavícula, cada uno de los troncos se bifurca en divisiones anterior y posterior. Las divisiones anteriores del tronco supe- rior y medio se unen lateralmente a la arteria axilar para formar el cordón lateral, mientras que la división anterior del tronco inferior se continúa como cordón lateral. Las divisiones anteriores, de una manera ge- neral, suplen las porciones anterores o flexoras del miembro superior. Las divisiones posteriores de los troncos se unen posteriormente a la arteria axilar para formar el cordón posterior, que suple las porciones posteriores y extensoras del miembro superior. Cada cordón se divide en dos ramos terminales. El cordón lateral se divide en el nervio musculocu- taneo y la raíz lateral del nervio mediano. El cordón medial se divide en el nervio cubital y la raíz medial del nervio mediano. El cordón posterior se divide en nervio radial y cincunflejo o axilar. La formación detallada es la más frecuente, siendo identificada en cerca del 70% de los casos, pero es importante destacar que las variaciones en la arqui- tectura del plexo braquial constituyen más la regla que la excepción. Mecanismos de lesión La tracción de los elementos del plexo braquial más allá de los límites fisiológicos, cuando se asocia a algunos movimientos extremos, es el principal me- canismo de lesión de esa estructura. 15 La tracción del plexo braquial es común en motociclistas que, al caerse de sus rodados, con el miembro ubicado al costado del cuerpo, sufren un impacto contra el suelo que provoca un brusco y excesivo descenso del hombro y una inclinación de la cabeza en sentido lateral, lo que resulta en un aumento forzado del ángulo entre el hombro y el cuello. Como no existe conexión ósea entre la cintura escapular y la columna, el aumento de ese ángulo sólo es limitado por la piel, los músculos, aponeurosis y por el eje neurovascular. El estiramiento de estas estructuras más allá de los límites fisiológicos provoca la lesión del plexo braquial, el componente más frágil de toda la conexión. En este tipo de inju- ria, la mayor fuerza de tracción es aplicada sobre las raíces C5 y C6. Cuando el individuo sufre la caída sobre el brazo hiperabducido y en rotación interna, y el movimiento de la escápula está bloqueado por el contacto con el suelo, ocurre un aumento brusco del ángulo escápulo-humeral que, excediendo los límites fisiológicos, lesiona en especial las raíces C8 y T1. Un tercer mecanismo de lesión, mucho menos frecuen- te, es la tracción del brazo abducido en ángulo recto en relación al tronco, que puede ocurrir cuando el miembro superior queda enganchado a una máquina o vehículo de gran aceleración o también al intentar mover o retirar a un individuo tirando del brazo, cuan- do su cuerpo queda atrapado. En este último caso, la principal raíz afectada es C7. Es importante destacar por fin, sin desmedro de los diversos mecanismos le- sionales mencionados, que cuando la tracción excede por mucho los límites fisiológicos, puede acarrear una lesión de todas las raíces, con independencia de la posición del brazo o su ángulo de apertura. Diversas estructuras protegen las raíces nerviosas cervicales de la tracción. Una de ellas es la conti- nuación en forma cónica del revestimiento dural del epineuro de las mencionadas raíces (llamadas vainas durales), y las expansiones fibrosas originadas en la fascia cervical profunda que fijan los nervios espina- les al proceso cervical transverso a nivel del forámen intervertebral, evitando la transmisión de fuerzas de tracción en sentido lateral. 7 Estos ligamentos son bien evidentes en C5, C6 y C7, y mínimos en C8 y D1. Es por ese motivo que las raíces intradurales de estos últimos dos nervios son mucho más vulnerables a las lesiones por tracción. 21, 22, 67 En lesiones por avulsión, las raíces ventrales, motoras, son arrancadas primero que las dorsales, sensitivas, debido a que las primeras son más cortas que las segundas. Cuando el plexo se lesiona a nivel de las raíces se denomina preganglionar, siendo incompatible con una recuperación espontánea. En cambio, cuando el plexo se lesiona distal a las raíces, se denomina pos- ganglionar, y presenta un potencial de recuperación espontánea en algunos casos. Clasificación de las lesiones Las lesiones traumáticas del plexo braquial pueden clasificarse en abiertas, provocadas por laceraciones o heridas penetrantes, o cerradas, consecuencia de estiramiento. Estas últimas son mucho más frecuen- tes 25 y por lo general provocadas por accidentes de vehículos a alta velocidad, en especial motocicle- tas. El plexo puede verse afectado en su origen en la médula espinal (avulsión radicular), en la región supraclavicular (lesión de raíces o troncos) o en la región infraclavicular (lesión de cordones o nervios terminales). Muchas veces ocurren combinaciones de los tipos mencionados. La clasificación de Seddon53 permite establecer el grado de gravedad de las lesiones nerviosas periféri- cas, y si bien es menos detallada que la propuesta por Sunderland58, en la práctica es mucho más utilizada. El grado más leve de lesión es la neurapraxia, produci- da por una demielinización focal que se traduce en un bloqueo de la conducción. De forma característica, hay pérdida completa de la función motora, con especial pre- servación sensitiva al dolor y la temperatura (mediadas por fibras amielínicas). Las velocidades de conducción sensitiva y motora son normales distalmente a la lesión;
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