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� E – 36-321-A-10 Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior P.-J. Zetlaoui, O. Choquet Las técnicas de anestesia regional del miembro superior se han modificado de forma considerable gracias a la contribución de la ecografía. Además de mostrar los nervios, la ecografía también permite visualizar los vasos, los músculos, la pleura y todas las estructuras que hay que reconocer para efectuar bloqueos. La ecografía ha hecho posible la visualización de las variantes anatómicas propias de cada persona que, en algunas ocasiones, en la época en que sólo se usaba la neuroestimulación, podían complicar la práctica de las anestesias regionales. Los esfuerzos destinados a la formación profesional son esenciales; además, se esperan grandes cambios en la calidad del material. Sin embargo, la ecografía no ha sustituido a la neuroestimulación. Estas dos técnicas de localización de los nervios deberían poder asociarse para hacer más segura la punción. Ambas serán expuestas en cada bloqueo presentado. © 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados. Palabras clave: Anestesia locorregional; Miembro superior; Plexo cervical superficial; Plexo braquial; Neuroestimulación; Ecografía; Ultrasonidos; Analgesia postoperatoria; Catéter; Anestésico local Plan ■ Introducción 2 ■ Anatomía 2 Plexo braquial 2 Vaina del plexo braquial 2 Estructura del plexo braquial 2 Variaciones del plexo braquial 3 Relaciones anatómicas 3 Otros elementos anatómicos 4 ■ Técnicas de localización de los nervios 4 Técnica antiguas 4 Neuroestimulación 4 Ecografía 5 ■ Diferencias entre las vías de acceso del plexo braquial 8 ■ Bloqueo del plexo braquial por vía interescalénica 8 Principios e indicaciones 8 Realización 8 Problemas y complicaciones 11 ■ Bloqueo del plexo braquial por vía supraclavicular 11 Principios e indicaciones 11 Realización 11 Problemas y complicaciones 13 ■ Bloqueo del plexo braquial por vía infraclavicular 13 Principios e indicaciones 13 Realización 13 Problemas y complicaciones 14 ■ Bloqueo del plexo braquial por vía axilar 14 Principios e indicaciones 14 Realización 14 Complicaciones 16 ■ Bloqueo del plexo cervical 16 Principios e indicaciones 16 Realización 16 ■ Bloqueos de complementos y bloqueos tronculares 16 Bloqueo del nervio supraescapular 17 Bloqueo de los nervios intercostobraquial y accesorio del braquial cutáneo interno 17 Bloqueo del nervio musculocutáneo 17 Bloqueo del nervio cubital 18 Bloqueo del nervio mediano 19 Bloqueo del nervio radial 20 ■ Bloqueo de la vaina de los flexores 21 Principios e indicaciones 21 Realización 21 ■ Catéteres de analgesia 22 Indicaciones y ventajas 22 Aspectos técnicos 23 Modalidades de perfusión 23 Vigilancia 23 Tiempo de permanencia de los catéteres perinerviosos 24 ■ Anestesia locorregional intravenosa 24 Principios e indicaciones 24 Realización 24 Productos y dosis 24 Desinflado del torniquete 24 EMC - Anestesia-Reanimación 1 Volume 39 > n◦2 > abril 2013 http://dx.doi.org/10.1016/S1280-4703(13)64513-2 dx.doi.org/10.1016/S1280-4703(13)64513-2 E – 36-321-A-10 � Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior ■ Anestésicos locales y adyuvantes 25 Anestésicos locales 25 Adyuvantes 25 Volúmenes 26 ■ Conclusión 26 � Introducción El primer bloqueo del plexo braquial fue realizado por Halstedt en 1884 mediante la instilación de cocaína por visión directa. Kulenkampff e Hirschel, en 1911, describieron por separado las primeras vías de acceso transcutáneas. En 1962 apareció la neuroestimulación para la localización de los nervios y en 1978 se publicó el primer informe sobre el uso de los ultrasonidos para un bloqueo del miembro superior (Doppler arterial sin ima- gen). En 10 años, la ecografía ha modificado la anestesia de manera considerable. En anestesia locorregional (ALR) en particular, la ecografía, además de mostrar los nervios y las estructuras adyacentes, ha modificado las prácticas obligando a reconsiderar total o parcialmente los dogmas de la ALR, como los principios de la neuroestimulación y las condiciones de realización de los bloqueos [1]. Es pro- bable que la técnica ecoguiada mejore la seguridad de los pacientes, lo que supone la verdadera contribución de los ultrasonidos a la anestesia [2]. � Anatomía Plexo braquial El plexo braquial provee la inervación sensitiva, motora y simpática a todo el miembro superior. Está constituido por la unión de los ramos anteriores de los cuatro últimos nervios cervicales (C5, C6, C7 y C8) y del primer nervio torácico (T1). Con frecuencia se asocia una contribución de C4 o de T2 [3, 4]. En resumen, el plexo braquial permite el agrupamiento de 16 nervios (Figs. 1 y 2). Tiene la forma de un reloj de arena cuyo triángulo craneal se extiende a lo largo de 50-70 mm y descansa en la columna cervi- cal. Contiene las raíces y los troncos (superior, medio e inferior). Los tres fascículos se organizan en el estrecho segmento medio retroclavicular. Por último, el triángulo caudal de base axilar contiene los ramos terminales. Por encima de la clavícula, en el triángulo posterior del cuello, las cinco raíces del plexo braquial se anastomosan entre sí para formar los tres troncos (troncos primarios): el tronco superior o apical (C5 + C6 ± C4), el tronco medio (C7 únicamente), eje de simetría del plexo, y el tronco inferior o caudal (C8 + T1 ± T2), próximo a la arteria sub- clavia y a la cúpula pleural. Entre la clavícula y la primera costilla, cada tronco pri- mario se divide en dos ramos: posterior y anterior. Los ramos posteriores de los tres troncos se unen por detrás de la arteria subclavia para formar el fascículo posterior o dorsal, que provee los nervios axilar y radial. Los ramos anteriores de los troncos superior y medio se unen para formar el fascículo lateral, situado por fuera de la arteria y del cual proceden los nervios musculocutáneo y mediano. Por último, el ramo anterior del tronco inferior constituye el fascículo medial, que corre entre la arteria y la vena axi- lar y provee el nervio braquial cutáneo interno, el nervio accesorio de éste y el nervio cubital. También participa en la formación del nervio mediano. En la fosa axilar sólo existen nervios terminales, aunque no es raro observar el fascículo en el que se separan los nervios mediano y musculocutáneo. El plexo braquial participa en la inervación de algunos músculos torácicos. Los nervios de los músculos pecto- rales mayor y menor proceden del fascículo medial. El nervio torácico largo, constituido por fibras procedentes 1 2 3 4 12 13 14 15 16 1110987 6 5 Figura 1. Organización esquemática del plexo braquial. 1. Nervio musculocutáneo; 2. nervio supraescapular; 3. nervio dorsal de la escápula; 4. nervio subclavio; 5. nervio axilar; 6. nervio radial; 7. nervio mediano; 8. arteria braquial; 9. nervio cubital; 10. nervio cutáneo medial del brazo; 11. nervio cutá- neo medial del antebrazo; 12. nervio torácico largo (de Charles Bell); 13. arteria subclavia; 14. nervio pectoral medial; 15. nervio pectoral lateral; 16. nervio toracodorsal. de las raíces C5-C7, inerva el músculo serrato anterior. Sin embargo, los tegumentos que revisten estos músculos están inervados por los nervios intercostales. Vaina del plexo braquial Al plexo braquial lo reviste una vaina conjuntiva fibrosa relativamente densa en su porción supraclavicular y más laxa en su porción axilar distal [5]. En el sector supraclavicular, la vainaestá constituida básicamente por las fascias de los músculos adyacentes. El plano posterior está limitado por la fascia de los músculos escalenos medio y posterior. El plano anterior está cerrado por la fascia del músculo escaleno anterior. El espacio deli- mitado está cerrado lateralmente por una reflexión de la lámina prevertebral; forma el surco interescalénico, que, desde un punto de vista estrictamente anatómico, con- tiene toda la porción supraclavicular del plexo braquial. En sentido distal a la clavícula, la presencia de esta vaina es motivo de controversia [6]. Aunque su estruc- tura es menos precisa, las opacificaciones confirman la existencia de una zona de difusión limitada, cilíndrica, que se extiende desde la clavícula hasta la fosa axilar. Las disecciones revelan que esta estructura está compar- timentada por tabiques laxos que separan los distintos elementos anatómicos, pero no parecen constituir una barrera infranqueable para los anestésicos locales, con la condición de que se inyecten volúmenes elevados (unos 40 ml) [7]. Estructura del plexo braquial Como todos los plexos nerviosos, el plexo braquial está compuesto por tejido neural de conducción, tejido conjuntivo en contacto con el tejido neural, tejido con- juntivo de sostén y tejido adiposo. La organización y 2 EMC - Anestesia-Reanimación Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior � E – 36-321-A-10 Nervio axilar Nervio radial Nervio musculocutáneo Nervio supraescapular Nervio intercostobraquial Nervio cutáneo medial del brazo y del antebrazo Nervio mediano Nervio cubital Figura 2. Dermatomas, miotomas y esclerotomas del miem- bro superior. Caras anterior y posterior. Obsérvese la ausencia de superposición entre los tres territorios. Es indispensable conocer- los, sin olvidar la frecuencia y la importancia de sus variaciones. la distribución de estos elementos se modifican desde el agujero intervertebral hasta el nervio periférico, con una disminución relativa del tejido neural y un aumento progresivo de los tejidos conjuntivo y adiposo. Estas modificaciones estructurales permitirían explicar los dis- tintos plazos de instauración y las diferentes duraciones de los bloqueos en función, entre otros factores, de la den- sidad del tejido adiposo. Estas diferencias también son responsables de las modificaciones de la imagen ecográfica de nervios y plexos [8]. Variaciones del plexo braquial El plexo braquial, desde su origen hasta sus ramos terminales, sufre numerosas variaciones de organización y posición. En un estudio sistemático de 200 plexos braquiales se encontró más de un 55% de variaciones sig- nificativas [4]. Hay que tener en cuenta estas variaciones porque, como a veces son visibles en la ecografía, pueden plantear problemas de interpretación y localización, por lo que es necesario saber identificarlas. En función de las raíces que participan en su constitu- ción, se describen cuatro formas de plexo braquial: • el plexo prefijado C4-C8, forma evolutiva vinculada a la adquisición de la bipedestación; • el plexo normofijado C5-T1, que es el más frecuente; • el plexo posfijado C6-T2; • el plexo mixto C4-T2. Las dos últimas formas son más infrecuentes. Es poco común que los plexos derecho e izquierdo sean estrictamente simétricos en una misma persona. No es excepcional que el plexo braquial se organice en dos tron- cos en lugar de en los tres troncos clásicamente descritos [9] o en dos fascículos en lugar de en tres. Es bastante fre- cuente, en el compartimento supraclavicular, encontrar elementos del plexo braquial por fuera del surco interes- calénico; en las formas más sorprendentes, todo el plexo se encuentra fuera del surco interescalénico, por delante del músculo escaleno anterior [9–11]. A nivel axilar, sobre todo, la posición de los nervios es extremadamente variable. En estudios anatomoecográfi- cos se ha determinado la frecuencia de estas variaciones y sus consecuencias clínicas. Los nervios pectorales lateral y medial a menudo están conectados por una anastomosis, denominada asa de los pectorales. En más del 30% de los casos, los nervios mediano y musculocutáneo intercam- bian un ramo anastomótico en el antebrazo. En alrededor del 20% de las personas, siempre en el antebrazo, el ner- vio mediano envía ramos anastomóticos al nervio cubital por la anastomosis de Martin y Gruber [12]. Desde el punto de vista clínico, durante la neuroestimulación del ner- vio mediano es posible obtener una respuesta cubital que entorpece la interpretación de las respuestas motoras. La anastomosis inversa, por la cual el nervio cubital inter- cambia fibras con el nervio mediano, es más infrecuente y sólo se encuentra en el 4% de los pacientes. La inervación muscular también está sujeta a variación. No es excepcional que el nervio radial sea responsable de la inervación motora del músculo braquial, que clá- sicamente depende del nervio musculocutáneo [13]. Así mismo, las variaciones de los territorios de inervación sen- sitiva cutánea son muy frecuentes y atañen a todos los nervios, en particular al nervio cutáneo lateral del ante- brazo, ramo cutáneo terminal del nervio musculocutáneo (Fig. 3). Relaciones anatómicas En el sector cervical, el plexo braquial se relaciona con los últimos nervios craneales y el plexo cervical, lo que explica algunos efectos indeseables de los bloqueos interescalénicos. El nervio frénico nace justo por arriba (C3-C5) y corre habitualmente con el nervio destinado al músculo subclavio, por la cara anterior del escaleno anterior, en un pliegue de la lámina prevertebral. La proximidad con el plexo braquial explica su bloqueo involuntario en las técnicas supraclaviculares [14, 15]. Las estrechas relaciones del plexo braquial con el nervio larín- geo recurrente y el nervio laríngeo superior explican los trastornos de la fonación o la deglución que a veces se han observado después de un bloqueo interescalénico. El plexo braquial se relaciona con la cadena simpática cervical y el ganglio estrellado, lo cual explica la posibi- lidad de un síndrome de Claude Bernard-Horner (CBH, ptosis, miosis, enoftalmia), ya sea por difusión del anes- tésico local (AL), por traumatismo directo con la aguja o por compresión a causa de un hematoma secundario a una lesión vascular producida durante la punción. El síndrome «opuesto» de Pourfour du Petit (retracción del párpado, midriasis, exoftalmia) como manifestación de una irrita- ción del ganglio estrellado es posible pero excepcional. EMC - Anestesia-Reanimación 3 E – 36-321-A-10 � Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior A B C D E F Figura 3. Variaciones de los territorios sensitivos cutáneos del nervio cutáneo lateral del antebrazo, ramo sensitivo cutáneo del nervio musculocutáneo (A-F) (según [145]). La variación más fre- cuente es la forma A. La parte más caudal del plexo braquial descansa en la cúpula pleural, que está en posición más alta a la derecha que a la izquierda, lo que expone a un riesgo más ele- vado de neumotórax en las punciones por encima de la clavícula del lado derecho. Por último, el plexo braquial se relaciona íntimamente con los vasos destinados al encéfalo, al hombro y al miembro superior. La arteria cervical profunda atraviesa el cuello de delantehacia atrás, pasando entre los tron- cos del plexo braquial. La inconstante arteria dorsal de la escápula (el 30% de las disecciones sistemáticas), habi- tualmente procedente de la arteria subclavia (el 70% de los casos), pasa entre los fascículos a nivel supraescapu- lar. La arteria cervical superficial pasa a la altura de C7. La arteria cervical ascendente acompaña al nervio frénico en una parte de su trayecto cervical [14]. Por último, la arteria vertebral, situada por delante del plexo braquial, también puede lesionarse en una punción interescalénica. Existen numerosas variaciones de la posición real de los vasos del miembro superior. El riesgo de punción vascular es por tanto muy elevado debido a esta proximidad, incluso puede constituir un límite en algunas punciones a cie- gas. Con ecografía, la punción debe estar precedida por una «cartografía vascular» en Doppler color, sin presionar demasiado el transductor para no aplastar las venas. Esta cartografía revela la extrema variabilidad de las relaciones neurovasculares en el plexo braquial. Otros elementos anatómicos Además del plexo braquial, hay otras estructuras nervio- sas implicadas en la inervación del miembro superior o de los territorios adyacentes implicados en las intervenciones relativas al miembro superior. El plexo cervical superficial procede de las cuatro pri- meras raíces cervicales que se anastomosan de a dos y constituyen las asas nerviosas. Se organiza en cuatro ramos cutáneos: el nervio occipital menor, el nervio auri- cular mayor, el nervio transverso del cuello y el nervio supraclavicular, que viene de la tercera asa (C3-C4). El nervio supraclavicular se divide rápidamente en tres fas- cículos que atraviesan la lámina superficial de la fascia cervical, un poco más arriba de la clavícula: nervios supra- claviculares mediales para la piel preesternal, intermedios para la piel de la región infraclavicular y laterales para la región deltoidea. El plexo cervical superficial provee la inervación sensitiva a los tegumentos del hombro (Fig. 2). Su territorio periclavicular es muy variable y puede exten- derse sobre el tórax hasta la altura de la segunda costilla. El bloqueo del plexo cervical superficial debe considerarse cuando la incisión quirúrgica afecta a esta región. El segundo nervio intercostal suele anastomosarse con el nervio cutáneo medial del brazo por la anastomosis de Hyrtl [3] para formar el nervio intercostobraquial, que pro- vee la inervación sensitiva a la fosa axilar y a la parte alta de la cara medial del brazo. En algunas capsulorrafias del hombro, este nervio debe bloquearse específicamente con una anestesia eficaz. � Técnicas de localización de los nervios Se han descrito cuatro técnicas de localización de los nervios del plexo braquial: la búsqueda de parestesias mecánicas, el acceso transarterial, la neuroestimulación y la técnica ecoguiada. Técnica antiguas Búsqueda de parestesias mecánicas La búsqueda con aguja para desatar una parestesia con el fin de localizar los nervios es relativamente eficaz, pero expone a riesgos traumáticos. Esta técnica se ha usado en todos los sectores del plexo braquial. Técnica transarterial Reservada al sector axilar, esta técnica consiste en atra- vesar la arteria axilar, inyectando luego la mitad del volumen total por detrás de la arteria y la otra mitad por delante, tras retirar la aguja de la arteria. La reputación de infalibilidad de esta técnica no resiste ningún análi- sis. Stan, en una muestra de 1.000 pacientes, demostró un 10% de bloqueos incompletos y un 2% de fracaso total [16]. Esta técnica es menos eficaz que la multiestimulación [17]. Hay que olvidar entonces el axioma de Moore «no paresthesia, no anesthesia» y la técnica transarterial, que deben reservarse para intervenciones realizadas en condi- ciones precarias. Neuroestimulación Principios La neuroestimulación para la detección de los nervios ha sido una etapa esencial para mejorar los resultados de la ALR. La técnica está claramente codificada y era la referencia antes de la llegada de la ecografía [18–20]. La localización de los nervios mediante neuroestimula- ción se basa en dos principios: el nervio puede localizarse 4 EMC - Anestesia-Reanimación Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior � E – 36-321-A-10 Cuadro 1. Criterios para la elección de un neuroestimulador. Impulso rectangular Impulso monofásico negativo con tiempo de ascenso y de descenso cortos Marcador digital Regulación fina, incrementos de 0,01 o 0,02 mA Variación lineal de la intensidad Valor emitido = valor registrado Intensidad efectiva Realmente emitida Duración de estimulación Breve (50-100 �s) Posibilidad de elección de la duración Varias duraciones predefinidas Impedancia de carga máxima Elevada (mantenimiento de una corriente constante) Polaridad y conexiones Polaridad bien definida y conexiones fiables Seguridades Indicador de batería baja, de cierre de circuito Posibilidad de uso en condiciones de esterilidad Control de intensidad Asociación neuroestimulador-monitor de curarización No recomendado, necesidad de un conector seguro Frecuencia de los impulsos 1 y 2 Hz en profundidad a partir de puntos de referencia de la superficie y la electroestimulación produce respuestas motoras estereotipadas que permiten identificarlo. Con la neuroestimulación se han desarrollado algoritmos y téc- nicas que permiten efectuar bloqueos con un índice de éxito superior al de la búsqueda de parestesias [17]. En lo que se refiere al bloqueo axilar, el metaanálisis de Guay ha puesto de manifiesto que la neuroestimulación redu- cía el riesgo de toxicidad sistémica y de fracaso cuando se localizaban al menos tres nervios [21]. Para la neuroestimulación en ALR se necesitan agujas eléctricamente aisladas y neuroestimuladores específicos para esta aplicación. No todos los neuroestimuladores son equivalentes en términos de fiabilidad y de calidad [22]. Es primordial escoger un neuroestimulador eficaz y conocer su funcionamiento y sus límites (Cuadro 1). Respuestas motoras Para interpretar una respuesta provocada por neu- roestimulación, antes que el movimiento es preferible considerar el músculo que se contrae o el tendón que se «desliza». Por ejemplo, la flexión del antebrazo sobre el brazo, aunque básicamente depende del nervio musculo- cutáneo (músculo bíceps), en menor medida depende del nervio radial (músculo braquiorradial). Considerar sólo la flexión sin ver el músculo que se contrae o el tendón que se moviliza puede conducir a errores de interpretación y, por tanto, a fracasos del bloqueo (Cuadro 2). Según el sector de la neuroestimulación (interescalé- nico, infraclavicular o axilar), las respuestas no son ni pueden ser las mismas. En los sectores interescalénico y supraclavicular no se habla de nervios terminales, sino de raíces, troncos o divisiones. Las respuestas motoras pueden implicar a varios músculos o grupos musculares. En el sector infraclavicular, se estimulan fascículos en los que aún están incluidos varios nervios, mientras que en el sector axilar clásicamente sólo se encuentran nervios terminales [23]. La experiencia clínica demuestra que la neuroestimu- lación a veces es imperfecta. La posición particular de un nervio en una determinada personanunca es previsi- ble, porque la neuroestimulación de los nervios sensitivos Cuadro 2. Respuestas motoras en neuroestimulación para anestesia locorre- gional [19–21, 24]. Tronco superior Borde lateral: músculo supraespinoso, rotación externa del brazo Borde anterior: músculos deltoides y braquiorradial, esbozo de flexión del codo Borde medial: músculo bíceps (flexión del codo) Tronco medio Músculo tríceps (extensión del codo) Tronco inferior Borde anterior: músculos pectorales, inclinación cubital de la muñeca, flexión de los dedos 4◦ y 5◦, aducción del pulgar Nervio frénico (C3-C4) Músculo diafragma, hipo Nervio axilar (C5-C6) Músculo deltoides Nervio supraespinoso (C5-C6) Músculo supraespinoso (abducción del hombro) si el movimiento es aislado; se corre el riesgo de estimular el nervio por fuera del surco interescalénico y, por tanto, de fracaso de la intervención Nervio musculocutáneo (C5-C6) Músculo bíceps braquial Nervio radial (C6-T1) Todos los músculos del plano posterior de extensión Nervio mediano (C6-T1) Músculos del compartimento anterior del antebrazo, tendones palmares Nervio cubital (C8-T1) Tendón del músculo flexor cubital del carpo puros sólo provoca parestesias eléctricas, porque exis- ten variantes anatómicas que hacen que las respuestas motoras desencadenadas por la neuroestimulación pue- dan ser difíciles de interpretar y, por último, porque no siempre es posible desatar parestesias mecánicas o una res- puesta motora, aun cuando en la ecografía la aguja está claramente en contacto con el nervio [24]. En neuroesti- mulación, enfermedades como la diabetes o la arteritis también pueden alterar las respuestas [25, 26] y la ampu- tación de un segmento de miembro entorpecería el uso de esta técnica [27]. La aplicación de un procedimiento operativo permite, a pesar de todos estos límites e incer- tidumbres, hacer bloqueos con un alto nivel de eficacia (Cuadro 3). Ecografía Consideraciones generales Los nervios del miembro superior son superficiales y rara vez se encuentran a más de 5 cm de profundidad, por lo que pueden identificarse con facilidad mediante eco- grafía. La cartografía de los nervios principales del plexo braquial es bastante fácil de hacer [28–33]. Los transductores ecográficos deben ser los adecuados para la detección de los nervios superficiales, es decir, lineales de alta frecuen- cia (12-15 MHz) o pequeños (lineal de 25 mm o en palo de hockey), especialmente útiles en pediatría. Los transduc- tores recientes de muy alta frecuencia (hasta 18-22 MHz) pueden usarse para localizar los ramos distales superfi- ciales. El ecógrafo debe estar equipado con las funciones Doppler color y pulsado para poder identificar, llegado el caso, una estructura vascular que pudiera prestarse a EMC - Anestesia-Reanimación 5 E – 36-321-A-10 � Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior confusión con una estructura nerviosa. El Doppler energía permite visualizar la inyección del AL. La semiología eco- gráfica de las diversas estructuras que se observan durante una ALR se reseña en el Cuadro 4. Cuadro 3. Procedimiento de neuroestimulación. Conocimiento de las respuestas motoras esperadas y deseables y de las respuestas indeseables, en función del sitio de estimulación Verificación del funcionamiento del neuroestimulador y de la integridad del circuito Ánodo conectado a un electrodo cutáneo situado a distancia de la región que se va a estimular Cátodo conectado a una aguja aislada de bisel corto (mejor percepción del paso por la fascia) Comunicación verbal con un paciente despierto o ligeramente sedado Puesta en marcha del neuroestimulador después de efectuar la punción cutánea Iniciar la búsqueda, aumentando la intensidad de forma progresiva Si no se obtienen respuestas motoras, aumentar la intensidad y la duración Una vez obtenida una respuesta motora, disminuir la intensidad de forma gradual Estimulación breve de 100 ms para mejorar la precisión de la búsqueda Movilización de la aguja en los tres planos del espacio y disminución de la intensidad para una localización óptima Búsqueda sistemática de la intensidad mínima de estimulación para estimar la posición de la aguja Prueba de aspiración, seguida de la inyección sin resistencia e indolora de 1 ml de anestésico local Desaparición instantánea de la respuesta motora Aumento de la intensidad de estimulación y reaparición de la respuesta motora Inyección lenta y fraccionada del volumen escogido de anestésico local Pruebas de aspiración entre cada volumen Posibilidad de verificar la posición correcta de la aguja: reaparición de la contracción muscular en relación con el aumento de la carga Ya que el plexo braquial es sumamente variable en su organización, la ecografía ofrece al anestesista una visión real de la anatomía al efectuar un bloqueo. El ecoguiado es un adelanto innegable en ALR puesto que, con inde- pendencia de su posición, el nervio (sensitivomotor o sensitivo puro) se localiza en su lugar real. La ecografía permite superar las dificultades vinculadas a las variacio- nes anatómicas. Son conocidas las numerosas variaciones anatómicas del nervio musculocutáneo; la ecografía per- mite conocer su posición real en la fosa axilar. Además, todo el entorno del nervio (arteria, venas, pleura, etc.) es visible. Permite identificar las relaciones especiales o inesperadas con los vasos u órganos adyacentes y, de este modo, minimizar los riesgos inherentes a la punción y mejorar la probabilidad de éxito. El ecoguiado permite reducir el número de punciones y de cambios de orien- tación de la aguja, disminuir los volúmenes necesarios y acelerar la instauración del bloqueo [34]. Por último, podría hacer que el procedimiento fuera más seguro para los pacientes [2, 35]. Sin embargo, el ecoguiado no resuelve todos los problemas de la ALR. En el sector axilar, sin neuroestimu- lación podría ser difícil identificar el nervio visualizado; este método puede ser útil para comprender algunas variaciones anatómicas. El ecoguiado no protege de las complicaciones traumáticas de la ALR ni suprime el riesgo de traumatismo nervioso. Las modificaciones de la estruc- tura y el abultamiento del nervio serían el mejor criterio de inyección intraneural y deben considerarse como elemen- tos de alerta y detección [36, 37]. Así mismo, la inyección intravascular y sus riesgos tóxicos no siempre pueden evi- tarse con la visualización directa de los vasos [38, 39]. Principios del ecoguiado en anestesia locorregional Un nervio puede visualizarse según dos ejes: mayor o menor. La aguja se puede visualizar en toda su longitud y, por tanto, disponerse «en el plano» de los ultrasonidos, o bien visualizarse en su eje menor a modo de un punto «fuera del plano». Cuando el nervio se visualiza en su eje menor y la aguja es visible en toda su longitud, el acceso se denomina «eje menor en el plano» y produce de forma implícita una modificación de la técnica de punción: la aguja ha rotado casi 90◦ en comparación con las técnicas de neuroestimulación clásica [31, 32] (Fig. 4). Modificaciones de las prácticas inducidas por el ecoguiado El ecoguiado, al visualizar el nervio en su lugar real, per- mite prescindir o reconsiderar una parte de las referencias Cuadro 4. Características ecográficas y en Doppler de los elementos observados en la ecografía. Estructuras Imagen ecográfica Doppler Raíz nerviosa Hipoecogénica, homogénea, gris rodeada de blanco Ningún efectoDoppler posible Nervio Heterogénea no compresible, hipoecogénica para el tejido neural, hiperecogénica para el tejido conjuntivo Tendón Hiperecogénico, ± homogéneo Fascia Hiperecogénica, homogénea Grasa Hipoecogénica, heterogénea Músculo Hipoecogénico, heterogéneo Hueso Muy hiperecogénico, cono de sombra en profundidad Aguja Hiperecogénica, homogénea, artefactos de reverberación Catéter Algunos son ecogénicos Vena Anecogénica, vacío ecográfico, compresible Efecto Doppler visible y a veces mensurable Arteria Anecogénica, vacío ecográfico, pulsátil, poco compresible, refuerzo posterior Producto inyectado Anecogénico, salvo si se forman microburbujas, hidrolocalización, signo de la escarapela 6 EMC - Anestesia-Reanimación Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior � E – 36-321-A-10 1 A 1 B 1 C 1 D Figura 4. Distintas aproximaciones de la aguja al nervio bajo ecografía. Representación esquemática. El nervio puede visualizarse en el «eje menor» (SAx, short axis). La aguja puede disponerse «en el plano de los ultrasonidos» (IP, in plane) o «fuera del plano» (OOP, out of plane). El nervio puede visualizarse en el «eje mayor» (LAx, long axis). La aguja puede disponerse «en el plano de los ultrasonidos (IP) o «fuera del plano» (OOP). Existen cuatro posibilidades: SAx-IP (A), SAx-OOP (B), LAx-IP (C), LAx-OOP (D). En la práctica, la opción LAx-OOP no se utiliza. 1. Transductor del ecógrafo. clásicas de la punción y conduce a redefinir los pro- cedimientos operativos de la ALR y nuevas reglas de seguridad. Dado que el ecoguiado en ALR es un procedimiento invasivo, es indispensable efectuar toda la intervención de manera estéril, es decir, con gel estéril en monodo- sis y el transductor cubierto con una funda estéril de uso único. Estas recomendaciones se especifican en un texto reglamentario [40]. La colocación de un catéter de analgesia requiere de forma imperativa un ambiente quirúrgico. La ecografía, al revelar la posición real de la aguja con relación al nervio, ha obligado a reconsiderar algunos principios de la neuroestimulación. Si la aguja está direc- tamente en contacto con el nervio bajo control ecográfico, la parestesia mecánica se desencadena en un tercio de los casos y la respuesta motora se obtiene en alrededor del 75% de los casos [41]. La ausencia de desencadenamiento de una respuesta motora no es la causa del fracaso del blo- queo. Con ecoguiado y neuroestimulación, un bloqueo interescalénico eficaz puede obtenerse con una inten- sidad mínima de estimulación de 1,7 mA para 100 �s, muy superior a los 0,5 mA usualmente exigidos. Estas comprobaciones ponen en tela de juicio la capacidad de la neuroestimulación para detectar un contacto nervio- aguja intempestivo y su carácter discriminatorio sobre el riesgo de inyección intraneural [42]. En el ecoguiado siempre se usan agujas más largas que en la neuroestimulación. La aguja de 25 mm que se reco- mienda para el bloqueo interescalénico debe sustituirse por otra de 50 mm y la de 50 mm para el bloqueo axilar se sustituye por una aguja de 75-80 mm. Estas modifica- ciones obedecen al alejamiento del sitio de punción con relación al objetivo en ALR ecoguiada. Hidrolocalización y visualización del anestésico local inyectado No todas las agujas son equivalentes en términos de eco- genicidad, la cual depende de numerosos parámetros [43]. El uso de agujas más ecogénicas, recientemente disponi- bles, facilitaría la realización del bloqueo. Sin embargo, más que la aguja en sí, lo que hay que conocer es la posición exacta del orificio de salida del AL. Por eso se recomienda la técnica de hidrolocaliza- ción, sobre todo en caso de punción por fuera del plano de los ultrasonidos [44]. Durante la progresión de la aguja se inyectan pequeños volúmenes de líquido (0,5-1 ml) de forma reiterada. Si este volumen no se visualiza en la pan- talla como un pequeño charco hipoecogénico, significa que el orificio de la aguja no es visible y entonces la posi- ción real de la punta de la aguja no se conoce, lo que implica un riesgo de punción de una estructura anató- mica (nervio, vaso, pleura, etc.), de inyección intraneural o intravascular. Un riesgo traumático o tóxico es, por tanto, posible. La hidrolocalización es factible con cual- quier ángulo de aproximación del nervio, en el plano de los ultrasonidos o fuera de éste. Si se desea hacer un aco- plamiento entre ecografía y neuroestimulación, hay que usar solución glucosada al 5%, AL o solución fisiológica. El AL inyectado en contacto con el nervio se visualiza como un área o un anillo anecogénico, más o menos com- pleto y circular en torno al nervio. En los mejores casos, la imagen que se obtiene es parecida a una rosca, de ahí la denominación «signo de la rosca» (doughnut sign). Este signo sería indicio de un bloqueo exitoso. Reglas de seguridad bajo ecoguiado La ecografía no permite prescindir de las reglas de segu- ridad intrínsecas de la ALR, aunque agrega otras. Las reglas básicas de seguridad deben respetarse (vía venosa perifé- rica, disponibilidad inmediata de los agentes y medios de reanimación, etc.). Las reglas de procedimiento específi- cas de la ALR ecoguiada que deben respetarse se exponen en el Cuadro 5 [45–47]. Acoplamiento entre ecoguiado y neuroestimulación Aunque el interés de la asociación ecoguiado- neuroestimulación sea motivo de controversia [48] desde el advenimiento del ecoguiado, la neuroestimulación ya no puede efectuarse como antes, sin tener en cuenta nada más que la intensidad de estimulación y la calidad de la respuesta motora [20]. Se ha dicho que la posición extraneural o intraneural de la aguja podía determinarse por la intensidad mínima de corriente necesaria para desencadenar una respuesta motora identificable. Sin embargo, este valor no es discriminatorio de la posición de la aguja, sea ésta extra o intraneural [49]. Además, parece necesario interesarse en la impedan- cia eléctrica visualizada en el neuroestimulador, ya que su variación repentina puede ser indicio de la posición intravascular de la aguja. Hay que definir el beneficio y la eficacia del acoplamiento ecoguiado-neuroestimulación, EMC - Anestesia-Reanimación 7 E – 36-321-A-10 � Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior Cuadro 5. Procedimiento para un bloqueo bajo ecografía. Respetar las normas de asepsia Paciente despierto o ligeramente sedado Exploración inicial de la región: visualización de los nervios de interés, así como de las estructuras adyacentes (arteria, venas, pleura, etc.) Doppler color preferible, ejerciendo una presión suave con el transductor para no aplastar las venas No todas las agujas son equivalentes en términos de ecogenicidad. Ver la punta de la aguja es fundamental. La punta de tipo Tuhoy permite saber si lo que se visualiza es realmente el extremo de la aguja Para hacer avanzar la aguja se usa la técnica de hidrolocalización, ya se trate de una punción «en el plano» o «fuera del plano» Si no se visualiza el bolo mientras avanza la aguja, significa que la punta de la aguja tampoco se visualiza y, por tanto, es probable que se encuentre en un vaso La inyección intravascular podría detectarse con Doppler color (o energía) [46] La aguja no tiene que tocar el nervio; la inyección lenta de la solución anestésica debe despegar el nervio de las estructuras adyacentes Si el diámetro del nervio se modifica durante la inyección, significaque ésta es intraneural; hay que retirar la aguja y volver a colocarla en posición de inyección extraneural [36, 37] Las pruebas de aspiración deben repetirse durante la inyección fraccionada, sin olvidar su escaso valor negativo [47] no tanto en términos de mejora de la velocidad de rea- lización del bloqueo (lo que carece de interés), sino de aumento del índice de éxito y, sobre todo, de la seguri- dad de los pacientes. Hoy en día es imposible responder a esta cuestión a partir de los argumentos establecidos en los estudios controlados. Si se desea efectuar un acopla- miento neuroestimulación-ecoguiado, puede aplicarse el algoritmo publicado por Jochum et al, aunque no se haya establecido a partir de un estudio controlado [50] (Fig. 5). � Diferencias entre las vías de acceso del plexo braquial Puesto que el plexo braquial es relativamente super- ficial, es fácilmente accesible a la ALR, lo cual permite considerar la realización de todos los actos quirúrgicos o de analgesia del miembro superior con ALR. Para la ALR, el plexo braquial puede dividirse en cuatro regiones: inte- rescalénica, supraclavicular, infraclavicular y axilar. Estas vías de acceso no son equivalentes entre sí en lo que res- pecta a la extensión de los territorios bloqueados y, por tanto, las indicaciones son distintas [51]. Por la vía de acceso interescalénica se efectúa un blo- queo de tipo radicular, casi metamérico, mientras que en todas las otras vías el bloqueo es politroncular y sólo afecta a los troncos nerviosos aún presentes en la vaina en el sitio de la inyección. A partir de la axila, sólo se efectúan bloqueos tronculares. Esto explica que, en teoría, sólo la vía de acceso paravertebral interescalénica puede bloquear todo el plexo braquial. Al respecto, la anestesia del hom- bro por vía supraclavicular es incompleta, sobre todo en el territorio del nervio supraescapular y, en una vía de acceso axilar, la anestesia no siempre afecta a los nervios axilar, musculocutáneo y accesorio del braquial cutáneo interno, ya que todos ellos pueden salir de la vaina más arriba. Sin embargo, una vía de acceso interescalénica alta no permite bloquear las raíces bajas del plexo braquial. De estas parti- cularidades anatómicas derivan propuestas sobre el nivel de acceso en función del sitio que se pretende bloquear (Cuadro 6) [52]. � Bloqueo del plexo braquial por vía interescalénica Principios e indicaciones En 1970, Winnie propuso la vía de acceso interescalé- nica del plexo braquial para posibilitar el bloqueo de las raíces nerviosas en el sitio exacto de salida [53]. Esta vía, que permite hacer bloqueos más extensos y llevar a cabo actos quirúrgicos en casi todo el miembro superior, el hombro y la región cervical, también expone, en teoría, a más riesgos. Considerando la extensión usual de la anestesia obte- nida, las mejores indicaciones de la vía interescalénica son la cirugía del hombro y del brazo. Los riesgos de fracaso se presentan cuando la cirugía afecta al territorio cubital. Realización Técnica clásica con neuroestimulación Vía de acceso lateral Se buscan tres elementos: el surco interescalénico por detrás del músculo esternocleidomastoideo (ECM), la vena yugular externa y el borde inferior del cartílago cricoides (en general a la altura del tubérculo de Chassaig- nac). Éste es el punto de referencia profundo, también denominado tubérculo anterior del proceso transverso bífido de C6, que se palpa en el surco interescalénico sobre una horizontal que pasa por el borde inferior del cartílago cricoides [53]. Se coloca al paciente en decúbito supino, con la cabeza hacia el lado opuesto al de la punción. Se le pide que des- pegue la cabeza del plano de la mesa y se identifica el borde posterior del músculo ECM, por detrás del cual se palpa el músculo escaleno anterior y, más atrás, el surco interesca- lénico. El sitio de punción se encuentra inmediatamente por encima de la vena yugular externa, en el lugar en que ésta cruza el surco mencionado (Fig. 6). Si no se localiza la vena, hay que buscar el tubérculo anterior del proceso transverso de C6 (tubérculo carotídeo de Chassaignac), maniobra relativamente dolorosa que no debe efectuarse en todos los casos. La técnica que aquí se describe es la de Borgeat et al [54], una modificación de la técnica original de Win- nie. La dirección de la aguja (23 G, 50 mm) es caudal y ligeramente lateral o axial (dirigida hacia la rodilla del paciente), pero no medial, para evitar penetrar en un agu- jero intervertebral. Hay que hacer avanzar la aguja con prudencia hasta desencadenar una respuesta motora, que sólo es válida si no se produce a la altura del hombro. Una respuesta a este nivel podría ser la expresión de una esti- mulación del nervio supraescapular por fuera del espacio. Las respuestas que indican una estimulación de C6 son las contracciones de los músculos tríceps braquial o deltoi- des [52, 54]. Si se obtiene el contacto óseo con el tubérculo de Chassaignac, se retira la aguja algunos milímetros y se la desplaza un poco. Tras desencadenar una respuesta motora, se efectúa una prueba de aspiración para verificar la ausencia de reflujo de sangre o líquido cefalorraquí- deo [54]. La inyección debe ser más lenta y fraccionada que en los otros bloqueos, en busca de signos de alerta car- diovasculares o neurológicos. No respetar las reglas del procedimiento puede causar complicaciones graves, en especial neurológicas, con lesiones medulares [55]. 8 EMC - Anestesia-Reanimación Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior � E – 36-321-A-10 Ecografía y neuroestimulación Exploración ecográfica preliminar amplia y sistemática Ecografía Técnica en el plano o fuera del plano Neuroestimulación Regulación de la intensidad de estimulación 1 mA para 100 µs Tener en cuenta la escasa sensibilidad de la neuroestimulación Imagen de mala calidad Neuroestimulación < ecografía Privilegiar la localización con una baja intensidad de estimulación Desaparición de la respuesta motora Visualización de la punta de la aguja Imagen de buena calidad Ecografía > neuroestimulación Encontrar la posición de la aguja para una difusión óptima del AL Visualización del fluido hipoecogénico Difusión no óptima del AL Necesidad de reorientar la aguja Difusión óptima del AL Inyección fraccionada del volumen total de AL Limitar el volumen total de la inyección de AL Evaluación permanente de la relación beneficio/riesgo Hidrolocalización con G5% Buscar la intensidad mínima de estimulación Prueba de aspiración y luego inyección de 1 ml de AL Inyección indolora y sin resistencia Figura 5. Árbol de decisiones. Algoritmo que aso- cia neuroestimulación y ecoguiado para la localización de los nervios (según [50]). AL: anestésico local; G5%: solución glucosada al 5%. Vía de acceso posterior La vía de acceso interescalénica posterior o paraverte- bral cervical, descrita por Kappis en 1912, fue actualizada por Pippa en 1990 [56]. La punción se efectúa con el paciente en posición sentada o en decúbito lateral, sobre una horizontal que pasa por el proceso espinoso de C6, a 5-6 cm de la línea media en dirección lateral. El sitio de la punción se encuentra en la punta de la V que forman el borde lateral del músculo trapecio y el del músculo eleva- dor de laclavícula. La aguja (de 75-100 mm) se dirige hacia dentro y hacia abajo, en dirección al manubrio esternal. La neuroestimulación busca las respuestas en C6 clási- cas en el sector interescalénico. Esta vía de acceso no ha tenido mucha aceptación, salvo para la colocación de un catéter de analgesia [57, 58]. Recientemente, se han comu- nicado algunas complicaciones graves: difusión epidural, raquianestesia total o inyección intramedular. Técnica ecoguiada La región cervical lateral es fácil de estudiar con eco- grafía, ya que las estructuras anatómicas principales se encuentran como máximo a 3-5 cm de la superficie. Las raíces del plexo braquial se identifican como áreas lagunares hipo o anecogénicas, rodeadas por tejido con- juntivo hiperecogénico [29, 59]. La bifurcación carotídea suele situarse a la altura de C4. La vértebra C7, la pri- mera sin un proceso transverso bífido, se identifica con facilidad. Estas dos vértebras son los puntos de referencia ecográficos del plexo braquial. La vértebra C6 se localiza con facilidad, justo por encima de C7, como la última vértebra con un proceso transverso bífido y cuyo volu- minoso tubérculo anterior recibe el nombre de tubérculo carotídeo de Chassaignac (Fig. 7). La ecografía permite visualizar el nervio frénico en todo su trayecto en más del 80% de los casos. EMC - Anestesia-Reanimación 9 E – 36-321-A-10 � Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior Cuadro 6. Indicaciones de los bloqueos para la cirugía del miembro superior (consenso profesional). Indicaciones quirúrgicas Tipo de bloqueo Catéter Prótesis de hombro BIS + Ruptura del manguito de los rotadores BIS + Artrólisis del hombro BIS + Acromioplastia a cielo abierto BIS + Acromioplastia artroscópica BIS 0 Intervención de Bankart BIS + Tope óseo (inestabilidad del hombro) BIS + Luxación acromioclavicular BIS 0 Luxación del hombro BIS 0 Osteosíntesis de la clavícula BIS + PCS 0 Osteosíntesis de la cabeza humeral BIS, BSC + Osteosíntesis de la diáfisis humeral BSC o BIC + Fractura de la paleta humeral BSC o BIC, ¿BCH? + Artrólisis del codo BSC, BIC o BAX + Artroscopia del codo BSC 0 Fractura del olécranon BSC, BIC, BAX 0 Epicondilitis, neurólisis en el codo BAX, BCH 0 Fracturas del antebrazo y de la muñeca BIC, BAX o BCH 0 Traumatismos graves de la mano BIC, BAX + Cirugías de la mano, del antebrazo y de la muñeca BAX, BCH ± Cirugía de la fístula arteriovenosa BAX, BCH 0 BIS: bloqueo interescalénico; PCS: bloqueo del plexo cervical super- ficial; BSC: bloqueo supraescapular; BIC: bloqueo infraclavicular; BAX: bloqueo axilar; BCH: bloqueo humeral. 1 3 2 4 Figura 6. Bloqueo interescalénico. Puntos de referencia en neuroestimulación. 1. Línea horizontal que pasa por el cartílago cricoides; 2. borde posterior de la cabeza lateral del músculo esternocleidomastoideo; 3. espacio interescalénico palpado por detrás del músculo escaleno anterior; 4. vena yugular externa. Flecha azul: dirección de la aguja según Borgeat. 1 2 A 3 4 B 5 6 C Figura 7. Bloqueo interescalénico: localización ecográfica. La bifurcación carotídea suele encontrarse a la altura de C4 (A). C7 es la primera vértebra cuyo proceso transverso no es bífido (C). Partiendo de C7 en dirección cefálica, C6 es la primera vértebra con proceso transverso bífido (B). 1. Bifurcación de la arteria carótida; 2. músculo esternocleidomastoideo; 3. raíz de C6; 4. tubérculo de Chassaignac (apófisis anterior del proceso transverso de C6); 5. raíz de C7; 6. proceso transverso único de C7. 10 EMC - Anestesia-Reanimación Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior � E – 36-321-A-10 El ecoguiado mejora el índice de éxito del bloqueo inte- rescalénico [60]. La visualización directa de las raíces o de los troncos revela que, en un número nada desdeñable de casos, algunos elementos del plexo braquial en el sitio usual de punción no están en el espacio interescalénico, sino en el cuerpo del músculo escaleno anterior e incluso por delante de éste. En un estudio sistemático del nivel interescalénico se ha demostrado un 50% de variaciones significativas, básicamente raíces que desde el principio están por delante (C5) o que atraviesan el músculo esca- leno anterior. En el 25% de los casos, el Doppler color revela una rama arterial que cruza los troncos nerviosos. Estas variaciones no son simétricas en ambos lados [61]. Sin embargo, no parece que estas variaciones anatómi- cas influyan de manera significativa por sí mismas en el índice de éxito. Existe, no obstante, un riesgo de fra- caso del bloqueo en caso de punción a ciegas, ya sea porque una parte de los troncos no está bloqueada o porque toda la solución se ha inyectado en un tronco situado por fuera del surco interescalénico. La ecografía, al mostrar estas variaciones, permite adaptar la técnica de punción a la realidad anatómica. En algunos casos, la confirmación de que la imagen lagunar hipoecogénica visualizada fuera del surco interescalénico es sin dudas una estructura nerviosa puede necesitar la aplicación de neuroestimulación [11]. En general, el plexo se visualiza en el eje menor; el acceso puede efectuarse en el plano (usualmente poste- rior) o fuera de éste. Al explorar la región se buscan las raíces o los troncos y la posible presencia de elementos arteriales entre las raíces (Doppler color) y de variaciones anatómicas. La inyección a la altura de C6 o C7 permite hacer un bloqueo homogéneo y eficaz, a menudo con un volumen reducido (15-20 ml) de AL. La disminución de los volúmenes permite minimizar e incluso abolir los efec- tos ventilatorios del bloqueo interescalénico, limitando la difusión hacia C4 [62]. Problemas y complicaciones Debido a su proximidad con la médula, el nervio fré- nico, el ganglio estrellado y los vasos que irrigan el cerebro, el bloqueo interescalénico implica riesgos ana- tómicos. La inyección intratecal o epidural, consecuencia del paso de la aguja por un agujero intervertebral, es res- ponsable de una raquianestesia total o de una anestesia epidural [63–65]. Existe un riesgo de traumatismo medular y radicular que puede ser responsable de lesiones neuroló- gicas graves y definitivas [55]. La punción vascular es posible debido a la abundan- cia de vasos en la región. Además de la arteria vertebral situada por delante del plexo braquial, la arteria cervical transversa, situada entre los troncos del plexo braquial (con sus venas satélites), explica este riesgo vascular. El Doppler color permite visualizar las arterias cercanas al surco interescalénico. El riesgo de convulsión por una inyección intraarterial carotídea o vertebral es bastante elevado. En el 100% de los casos, el bloqueo interescalénico pro- duce una paresia del hemidiafragma homolateral [66], con una alteración de la mecánica ventilatoria secundaria a la extensión de la anestesia al nervio frénico. Es más infre- cuente con ecoguiado, quizá debido a una inyección más caudal (centrada en C6) y a una reducción considerable de los volúmenes inyectados. Los nervios cubital, intercostobraquial y accesorio del braquial cutáneo interno no se bloquean de forma siste- mática con la técnica interescalénica. Por razones de proximidad, podrían bloquearse los ner- vios recurrentes (disfagia, disfonía) y el ganglio estrellado (síndrome de CBH). Si se produce este accidente, será necesario vigilar su recuperación. El bloqueointerescalénico puede causar complica- ciones agudas (intoxicaciones con anestésicos locales, neumotórax, punción vascular), con una incidencia infe- rior al 1% [67]. La influencia del bloqueo interescalénico en las complicaciones neurológicas postoperatorias ha sido indudablemente sobrestimado tras los cuatro casos comunicados por Benumof [55]: en cirugía del hombro, la incidencia de las complicaciones ronda el 0,3%, muy infe- rior a las de origen quirúrgico, que varían entre el 1 y el 8% según el tipo de intervención [68]. El síndrome de hipotensión-bradicardia es una com- plicación específica del bloqueo interescalénico. Puede aparecer en el 13-24% de los pacientes despiertos en posición sentada en una cirugía del hombro. La causa es un síncope vasovagal. En cirugía artroscópica, la pre- sencia de adrenalina en la solución anestésica o en el líquido de irrigación desencadenaría la taquicardia que inicia este reflejo. En las primeras publicaciones se atri- buía el síncope a la activación del reflejo de Bezold-Jarisch, explicado por la hipovolemia secundaria a la posición sen- tada y exacerbada por la taquicardia debida al paso de la adrenalina a la circulación sistémica [69]. La fisiopatolo- gía de esta complicación fue mal analizada al principio; no se trata del reflejo de Bezold-Jarisch, sino de un síndrome de hipotensión-bradicardia. En circunstancias determinadas, algunos pacientes están expuestos a esta complicación, que debe conocerse, prevenirse (solución anestésica sin adrenalina) y tratarse de forma correcta (efe- drina ± atropina) [70]. � Bloqueo del plexo braquial por vía supraclavicular Principios e indicaciones La vía supraclavicular, que es la técnica de bloqueo del miembro superior más antigua, permite la anestesia de todo el miembro superior salvo el hombro. Su práctica no exige movilización y es la indicación de elección en traumatología. Dado que el riesgo principal es el neumotórax, las con- traindicaciones clásicas son la insuficiencia respiratoria, incluso potencial, y la cirugía ambulatoria, en particular en la técnica a ciegas. Debido a las dificultades de com- presión en la zona de la punción, los trastornos de la hemostasia con riesgo hemorrágico suponen una contra- indicación principal. Realización Técnica clásica con neuroestimulación Se han descrito numerosas vías de acceso supraclavi- cular. Resulta difícil determinar la superioridad de una u otra. Todas las punciones efectuadas justo por encima de la clavícula tienen un riesgo común de neumotórax, sobre todo en el lado derecho. Este riesgo disminuye con las vías de acceso descritas por Brown [71] y Dupré. La vía de Dupré que aquí se describe tiene la ventaja de un riesgo casi nulo de neumotórax [72]. Los puntos de referencia son (Fig. 8): por dentro, el vértice del triángulo de Sédillot; por fuera, el borde interno de la inserción clavicular del músculo trapecio, y en el centro, la vena yugular externa. Corresponde a un acceso ligeramente caudal con relación al descrito después por Borgeat en su modificación del bloqueo interescalénico de Winnie [54]. Con el paciente en decúbito supino y la cabeza hacia el lado opuesto al de la punción, con una línea se une el vértice del triángulo de Sédillot y la inserción clavicu- lar del músculo trapecio, al que se identifica siguiendo con el dedo el borde superior de la clavícula: el recorrido del dedo hacia fuera es detenido por el borde interno EMC - Anestesia-Reanimación 11 E – 36-321-A-10 � Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior 1 3 2 4 Figura 8. Bloqueo supraclavicular. Puntos de referencia para la punción con neuroestimulación. Se traza una línea recta entre los puntos 1 y 4. El sitio de la punción se encuentra en la inter- sección de esta línea con la vena yugular externa, en el surco interescalénico. La dirección de la aguja es ligeramente lateral, caudal y posterior. 1. Inserción clavicular del músculo trapecio 2. vena yugular externa; 3. surco interescalénico; 4. vértice del triángulo de Sédillot. de la inserción clavicular del trapecio. La vena yugular externa se identifica con facilidad; el sitio de punción se encuentra en la intersección de la vena con la línea trazada. Durante la punción, evitando la vena, la aguja (23 G, 2,5 cm) penetra con una dirección ligeramente pos- terior y externa. La posición correcta del bisel se ajusta a los criterios relativos al paso por la vaina y la neuroesti- mulación. La respuesta óptima se produce en el nervio radial (tronco medio) con extensión de los dedos y de la mano [73]. Técnica ecoguiada La primera publicación sobre el uso de los ultrasonidos en ALR se remonta a 1978. La Grange comunicó un blo- queo supraclavicular a través de la detección de la arteria con Doppler sin imagen. La ecografía ilustra claramente la anatomía de la región supraclavicular y ha contribuido al renacimiento de esta vía de acceso. Precisa las estructuras adyacentes, como la pleura, que suele encontrarse a más de 1 cm, y los vasos cervicales [74, 75] (Fig. 9). Para este bloqueo suele emplearse un transductor lineal, aunque un transductor curvilíneo de pequeño tamaño ofrece una visión óptima del plexo con mínimas difi- cultades. Lo habitual es que todo el plexo se presente en un espacio único hasta por encima de la clavícula; sin embargo, a este nivel el plexo puede organizarse en dos (excepcionalmente tres) contingentes cuyas relacio- nes con las ramas arteriales nacidas de la arteria subclavia son a veces complejas. Es muy importante precisar la posi- ción relativa de las estructuras nerviosas con relación a las estructuras vasculares. Debido a las grandes variaciones anatómicas posibles, en esta vía de acceso se recomienda el ecoguiado [76]. Antes de la punción debe efectuarse una exploración ecográfica completa de la región que incluya Doppler color; se buscan las relaciones precisas de la arte- ria dorsal de la escápula y del plexo braquial, así como la posición de los elementos nerviosos con relación a la pleura [77]. Al final de la exploración existe la posibilidad de tener que renunciar a esta vía de acceso debido a la presencia de relaciones neurovasculares complejas, como en los casos en que los distintos elementos nerviosos no están organi- zados en fascículos sino repartidos alrededor de la arteria subclavia [10]. A 1 5 6 2 3 4 B Figura 9. Bloqueo supraclavicular. Localización ecográfica (A, B). 1. Músculo escaleno anterior; 2. plexo braquial supracla- vicular; 3. músculo escaleno medio; 4. primera costilla; 5. arteria subclavia; 6. pulmón. Desde el punto de vista técnico, el plexo se visua- liza en el eje menor; la punción puede efectuarse «fuera del plano» o «en el plano». El sitio de la punción (aguja de 50 mm) puede entonces ser medio o poste- rolateral, lo que permite evitar el paso por los planos vasculares. Suele ser necesario inyectar 30 ml de la solución esco- gida. En una serie de 510 pacientes, el índice de éxito tras una sola inyección fue del 95% con 33 ml [78]. El volumen necesario para obtener un bloqueo eficaz es de 40 ml [79]. El ecoguiado no habría permitido reducir de manera considerable los volúmenes necesarios por vía supraclavicular. En cambio, todos los estudios sobre el bloqueo supra- clavicularecoguiado han demostrado una instauración rápida del bloqueo, un índice de éxito muy elevado y una incidencia muy baja de efectos secundarios, lo que justifica el renacimiento de esta técnica [80]. Técnica de bloqueo del plexo braquial por vía interesternocleidomastoidea Descrita por Pham Dang, es una variante de la técnica supraclavicular que tiene su mejor indicación en la colo- cación de un catéter [81]. El sitio de la punción es el vértice del triángulo de Sédillot. La aguja se dirige hacia la parte media de la clavícula en sentido lateral, caudal y poste- rior, para pasar por debajo de la cabeza clavicular del ECM. Mediante la neuroestimulación se buscan las respuestas en los nervios medianos (flexión de los dedos), musculocu- táneo (flexión del codo) o incluso axilar (contracción del músculo deltoides). Un índice de éxito superior o igual al 95% es común en los nervios axilar, mediano, mus- culocutáneo y radial. El nervio cubital se bloquea sólo en el 85% de los casos, lo que justifica una relativa con- traindicación de esta vía de acceso si la cirugía afecta esencialmente a este territorio. En la práctica, esta vía revela el acceso supraclavicular ecoguiado en el que el sitio de la punción es medial y la dirección de la aguja late- ral, en un acceso de eje menor en el plano. Sin embargo, hay que recordar que la aguja pasa cerca del nervio fré- nico que corre por la superficie del músculo escaleno anterior. 12 EMC - Anestesia-Reanimación Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior � E – 36-321-A-10 Problemas y complicaciones El neumotórax es la complicación más frecuente por vía supraclavicular. Su incidencia varía entre el 0,6-5% en las punciones a ciegas. Los factores favorecedores serían la vía clásica de Kulenkampff, la punción en el lado dere- cho y el paciente longilíneo. Este neumotórax, a veces clínicamente retrasado 2-6 horas, es un obstáculo para la vía supraclavicular en cirugía ambulatoria. Se ha vuelto excepcional bajo ecoguiado, hasta el punto de que no se comunicó ningún caso en la serie de 510 pacientes de Per- las. El primer caso clínico bajo ecografía ha sido publicado recientemente. La incidencia de las demás complicaciones también se habría reducido gracias a la ecografía. Así, la incidencia de la punción vascular es del 25% a ciegas [73], frente al 0,5% con ecoguiado [78]. Así mismo, la incidencia del síndrome de CBH ha pasado del 64 al 1% en función de la técnica de localización. La incidencia de la disfunción diafragmática y de la lesión del nervio recurrente laríngeo varía entre el 1 y el 3%. � Bloqueo del plexo braquial por vía infraclavicular Principios e indicaciones El bloqueo infraclavicular (BIC) alcanza el plexo bra- quial a la altura de los fascículos. Sus indicaciones son la cirugía del codo, del antebrazo y de la mano. Asocia las ventajas de las vías supraclavicular y axilar y además corrige algunos de sus defectos, como se ha demostrado en un reciente metaanálisis comparativo entre el BIC y otras vías de acceso al plexo braquial, con inclusión de tres estudios controlados de bloqueos ecoguiados [82]. Este bloqueo es eficaz sin más complicaciones que las otras vías de acceso [82, 83], con ventajas claras como la mejor tolerancia del torniquete, el hecho de no movilizar el miembro superior y la producción de un bloqueo más constante de los nervios axilar y musculocutáneo [82, 84], aunque con un riesgo siempre presente de neumotórax. Para la colocación de los catéteres, las ventajas de la vía infraclavicular son un sitio de punción en zona seca y lampiña y la ausencia de plicatura del catéter. En esta indi- cación, el ecoguiado proporciona beneficios adicionales como la facilitación de la colocación, el menor número de punciones vasculares y una analgesia de mayor calidad [84]. Realización Con el término BIC se agrupan técnicas muy distin- tas y, por tanto, poco comparables entre sí. Se pueden separar en tres grupos: las vías coracoides de Wilson [85], laterosagitales de Kapral [86] y verticales de Kilka [87]. Técnica con neuroestimulación La técnica que aquí se describe es la modificación de Borgeat de la técnica original de Raj [85]. Se coloca al paciente en decúbito supino con la cabeza hacia el lado opuesto a la punción y el miembro superior en abducción para despejar la fosa axilar, en la que se palpa el pulso de la arteria. Sobre la piel, por debajo de la clavícula, se marca el centro de ésta entre el manubrio esternal y el acromion (Fig. 10). La aguja se dirige desde el sitio de la punción hacia el pulso axilar con un ángulo de 45-60◦, lo más cerca posible del borde lateral del músculo pectoral mayor, siguiendo así la línea de Bazy que une el tubérculo carotídeo de Chassaignac con el eje del brazo a 45◦ de abducción, pasando por el vértice del proceso coracoide. En un adulto de corpulencia normal, el plexo braquial está a 50 mm de profundidad y para alcanzarlo se necesita una aguja de 80-100 mm. Esta técnica asegura un índice de éxito elevado (97-100%) y sin riesgo de neumotórax. 2 1 4 3 Figura 10. Bloqueo infraclavicular. Puntos de referencia para la punción con neuroestimulación. 1. Articulación acromioclavi- cular; 2. clavícula; 3. articulación esternoclavicular; 4. dirección de la aguja. El sitio de la punción se encuentra en el medio de la clavícula, a media distancia de los puntos de referencia 1 y 3. La dirección lateral de la aguja permite limitar el riesgo de punción pleural. 9 8 5 4 6 7 3 2 1 Figura 11. Bloqueo infraclavicular. Localización ecográfica. 1. Músculo pectoral mayor; 2. músculo pectoral menor; 3. vena subclavia; 4. aguja de punción en el fascículo medio; 5. fascículo posterior del plexo braquial; 6. arteria subclavia; 7. fascículo late- ral del plexo braquial; 8. fascículo medio del plexo braquial; 9. línea pleural. Por vía infraclavicular, la mejor respuesta con neuroes- timulación se obtiene en el fascículo posterior, es decir, en el nervio radial [88]. La estimulación del nervio mus- culocutáneo es insuficiente porque dicho nervio puede separarse precozmente del fascículo lateral y encontrarse a distancia de los otros fascículos [89]. En este caso, se blo- quea de forma específica (5 ml) y se reanuda la búsqueda reorientando la aguja en sentido lateral. Si se considera el uso de un catéter, la abducción del brazo facilita su colocación. Tras haber obtenido una res- puesta radial, la aguja se orienta ligeramente en dirección caudal para facilitar la introducción del catéter. Técnica ecoguiada En este bloqueo profundo, con los nervios muy cerca de los vasos subclavios y la pleura, la visualización de la anatomía y de la posición de la aguja es una ventaja indu- dable [8] (Fig. 11). Sin embargo, la visualización de estas EMC - Anestesia-Reanimación 13 E – 36-321-A-10 � Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior estructuras anatómicas y de la aguja se ve entorpecida en ocasiones por la profundidad de los elementos nervio- sos y la dificultad, en algunos casos, para identificar los tres fascículos del plexo braquial. En el estudio de Perlas, las tres estructuras sólo fueron claramente identificadas en el 30% de los casos [30]. A la inversa, pueden obser- varse las variacionesanatómicas de la posición relativa entre los nervios y los vasos, lo mismo que la difusión del AL [90]. Se coloca el miembro superior en abducción para acer- car el plexo a la superficie cutánea y facilitar la práctica del bloqueo [91]. La punción se efectúa en general en el plano; el plexo se visualiza en el eje menor. En el bloqueo infraclavicular, el sitio de la inyección (a la altura del fascículo medio) y el esquema de difu- sión del AL, a partir del fascículo medio (nervio radial) hacia los otros dos fascículos, influyen en el éxito del bloqueo. La demostración por el ecoguiado de la difu- sión del AL permite confirmar la posición correcta de la punta de la aguja [92]. En el BIC, los resultados con el ecoguiado [93, 94] son mejores que con la neuroesti- mulación. Sin embargo, los ultrasonidos no protegen totalmente del riesgo de neumotórax y, por tanto, deben sopesarse las indicaciones de este bloqueo en función del paciente (calidad de la imagen que se obtiene), de la indicación quirúrgica y de la modalidad ambulatoria del procedimiento. Problemas y complicaciones La punción puede ser dolorosa porque atraviesa los músculos pectorales. El acceso es más difícil en la persona obesa, sea cual sea la técnica de localización [95]. El neumotórax es la complicación más temible. El eje de punción, estrictamente lateral (o anteroposterior), debería reducir la incidencia. El ecoguiado no ha resuelto del todo el problema y se han comunicado varios casos clínicos con esta técnica [96]. La punción vascular es un riesgo casi natural, ya que los tres fascículos se disponen en torno a la arte- ria subclavia. Las relaciones entre los nervios y la vena subclavia son variables. Debido a las dificultades de com- presión en esta zona, los trastornos de la coagulación adquiridos o constitucionales son contraindicaciones principales de las vías de acceso infraclaviculares a ciegas. � Bloqueo del plexo braquial por vía axilar Principios e indicaciones De práctica en teoría sencilla, la vía axilar es la que expone a menores riesgos. Es también la que produce el bloqueo menos extenso, porque se sitúa más abajo del origen del plexo braquial y porque en el sector axilar sólo hay nervios terminales (Fig. 12). Esta técnica se indica para cualquier intervención qui- rúrgica de la mano, del antebrazo y del tercio inferior del brazo. La cirugía del hombro no es posible con esta técnica, pero sí la del codo [97]. La necesidad de movilizar el brazo para efectuar el bloqueo puede ser un límite, sobre todo en traumatología. En este sector puede colocarse fácilmente un catéter para analgesias pro- longadas [98]. Cualquier bloqueo del plexo produce un bloqueo simpático que puede asociar indicaciones clíni- cas. La seguridad del acceso axilar lo convierte en un método de primera elección para resolver un espasmo arterial. La vía axilar sólo tiene dos contraindicaciones propias: la adenitis axilar y la imposibilidad de abducir el brazo. 5 9 8 7 6 6 1 2 3 4 Figura 12. Fosa axilar. La disección revela una organización algo especial, cuando no excepcional, en la que los nervios mediano y musculocutáneo todavía no están separados sino jun- tos en un mismo fascículo a nivel axilar. Esta variante complica la interpretación de las respuestas motoras en neuroestimulación. 1. Nervio mediano; 2. músculo bíceps braquial; 3. nervio muscu- locutáneo; 4. tronco común; 5. fascia axilar superficial; 6. arteria y vena braquiales; 7. nervio cutáneo medial del brazo; 8. nervio cubital; 9. nervio radial. Realización Técnica con neuroestimulación Se coloca al paciente en decúbito supino, con el brazo en abducción a 80-90◦ en rotación externa y la mano apoyada sobre su cara dorsal. En esta posición se des- peja la fosa axilar, lo que permite palpar la arteria, que adopta un trayecto sensiblemente rectilíneo desde la cla- vícula hasta la fosa axilar. Hay que evitar la abducción demasiado forzada; en este sentido, durante la abducción máxima del brazo, la basculación de la cabeza humeral por fuera de la cavidad glenoidea produce una com- presión responsable de la abolición del pulso axilar en más del 80% de los casos, en el sitio en que se pre- tende localizarlo. Del mismo modo, cuando la abducción del brazo es superior a 90◦, el plexo braquial describe una curva a nivel del borde inferior del músculo pecto- ral mayor y dificulta la introducción de un catéter en la vaina. El anestesista se coloca frente al paciente en el ángulo de la fosa axilar. No es necesario rasurar la axila. Es indudable que la técnica de multiestimulación permitida con los neuroestimuladores modernos ha mejo- rado ampliamente los resultados de los bloqueos axilares; el índice de éxito es cercano al 95%, según los estu- dios [17, 99]. La punción se efectúa en el borde anterior de la arteria en dirección al nervio mediano, que es el primero en aparecer. Tras la obtención de una respuesta apropiada, se inyecta el volumen escogido y se busca el nervio radial por detrás de la arteria. Después se localiza el nervio cubi- tal. Por último, se identifica el nervio musculocutáneo por fuera de la vaina del plexo braquial; la dirección de la aguja es casi perpendicular al eje mayor del brazo (Fig. 13). Las respuestas musculares obtenidas con neuroestimulación son: • nervio radial: contracción de los músculos del compartimento posterior del antebrazo, con genera- ción de una extensión de la muñeca y los dedos, y supinación de la mano. Contracción del músculo bra- quiorradial (supinador largo), con generación de una flexión del antebrazo sobre el brazo. La contracción del tríceps braquial, responsable de la extensión del codo, es una respuesta incierta; expresa claramente la estimulación del nervio radial, pero la estimula- ción del ramo tricipital es posible por fuera de la vaina; 14 EMC - Anestesia-Reanimación Técnicas de anestesia locorregional del miembro superior � E – 36-321-A-10 1 2 3 A B Figura 13. Bloqueo axilar. Puntos de referencia de la punción para la neuroestimulación. A. El sitio de la punción se encuentra por delante de la arte- ria axilar (por encima con el paciente en decúbito supino) para buscar en primer lugar el nervio mediano. Se suele encontrar el nervio radial por detrás de la arteria. El nervio cubital se halla habitualmente por detrás del nervio mediano. 1. Músculo bíceps braquial; 2. arteria axilar; 3. músculo pectoral mayor. B. Para el nervio musculocutáneo, la aguja se reorienta en sen- tido perpendicular al eje mayor del brazo, por detrás del músculo bíceps. • nervio cubital: contracción del músculo flexor cubi- tal del carpo, cuyo tendón es visible y palpable en el borde anterointerno de la muñeca. De forma acce- soria, flexión de los dedos 4◦ y 5◦ y aducción del pulgar; • nervio mediano: movilización de los tendones «palmares». De forma accesoria, flexión de la mano y de los dedos y pronación; • nervio musculocutáneo: contracción del bíceps bra- quial y flexión del antebrazo sobre el brazo. Bloqueo en el canal braquial (humeral) Descrito por Dupré, el bloqueo «en el canal humeral» se dirige a bloquear los cuatro nervios terminales prin- cipales del miembro superior en el canal braquial de Cruveilhier [100]. La ventaja particular de esta técnica es que bloquea cada nervio en un
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