Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Psicología de la Salud Ocupacional 2 Consulte nuestra página web: www.sintesis.com En ella encontrará el catálogo completo y comentado 3 http://www.sintesis.com 4 Psicología de la Salud Ocupacional Directora: Marisa Salanova 5 Traducción del prefacio: Alma Rodríguez-Sánchez Diseño de cubierta: Verónica Rubio Reservados todos los derechos. Está prohibido, bajo las sanciones penales y el resarcimiento civil previstos en las leyes, reproducir, registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por cualquier sistema de recuperación y por cualquier medio, sea mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o por cualquier otro, sin la autorización previa por escrito de Editorial Síntesis, S. A. © Marisa Salanova (dir.) © EDITORIAL SÍNTESIS, S. A. Vallehermoso, 34. 28015 Madrid Teléfono 91 593 20 98 http://www.sintesis.com ISBN:978-84-975699-8-9 6 RELACIÓN DE AUTORES Directora y autora: Marisa Salanova Catedrática del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Prefacio: Wilmar Schaufeli Catedrático del Departamento de Psicología Social y de las Organizaciones. Universidad de Utrecht. Holanda. Autores: Edgar Bresó Profesor del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Eva Cifre Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Mario del Líbano Investigador del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Joan Franco Profesor del Departamento de Derecho del Trabajo. Universitat Jaume I. Castellón. Esther Gracia Investigadora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Rosa Grau Catedrática del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Susana Llorens Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. 7 Castellón. Laura Lorente Investigadora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Isabel Martínez Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Alma M. Rodríguez-Sánchez Investigadora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. Mercedes Ventura Investigadora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. María Vera Investigadora del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume I. Castellón. 8 Índice Prefacio Introducción Parte I Aspectos conceptuales de la Psicología de la Salud Ocupacional 1. La salud ocupacional desde la perspectiva psicosocial: aspectos teóricos y conceptuales Marisa Salanova, Isabel M. Martínez, Eva Cifre y Susana Llorens 1.1. Introducción 1.2. Objeto de estudio: la salud ocupacional desde la perspectiva psicosocial 1.2.1. Estrés y salud psicosocial 1.2.2. Hacia una concepción de organización saludable 1.3. Historia de la Psicología de la Salud Ocupacional 1.3.1. Psicología de la Salud Ocupacional en Estados Unidos 1.3.2. Psicología de la Salud Ocupacional en Europa 1.3.3. El papel de las instituciones, revistas científicas y organizaciones profesionales en el desarrollo de la disciplina 1.4. La investigación y la intervención profesional en Psicología de la Salud Ocupacional 1.4.1. Tipología de la investigación 1.4.2. Tipología de la intervención profesional 1.4.3. Aspectos éticos en la investigación y en la intervención profesional 1.5. Una mirada hacia el futuro… 1.5.1. Desarrollo teórico e investigación futura 1.5.2. Avances futuros en la práctica profesional 9 2. Modelos teóricos de salud ocupacional Susana Llorens, Mario del Líbano y Marisa Salanova 2.1. El papel de los modelos teóricos en la explicación de la salud ocupacional 2.2. Modelos de pérdida de recursos 2.2.1. Modelo de estrés y coping, 2.2.2. Modelo de conservación de recursos 2.3. Modelos de ajuste-desajuste 2.4. Modelo “vitamínico” 2.5. Modelos de demandas-recursos 2.5.1. Modelo de demandas-controla 2.5.2. Modelo de demandas-recursos laborales 2.5.3. Modelo RED (Recursos, Experiencias y Demandas)d 2.6. Hacia una integración de los modelos teóricos 2.7. Práctica: Siete estudios de caso Parte II Demandas y recursos laborales y personales 3. Demandas y recursos del ambiente de trabajo Eva Cifre, Marisa Salanova y Mercedes Ventura 3.1. El ambiente de trabajo: fuente de estrés y de salud 3.2. Las demandas laborales: potenciales estresores 3.2.1. Las demandas de tarea 3.2.2. Las demandas sociales 3.2.3. Las demandas organizacionales 3.2.4. Las demandas extra-or-ganizacionales: el conflicto familia-trabajo 3.3. Los recursos laborales: los ingredientes básicos de la salud ocupacional 3.3.1. Los recursos de tarea 3.3.2. Los recursos sociales 3.3.3. Los recursos organizacionales 3.3.4. Los recursos extra-organizaciona-les 3.4. Los obstáculos y los facilitadores del desempeño y su relación con la salud psicosocial 3.5. Hacia una visión positiva de las demandas laborales: las demandas retadoras 3.6. Conclusiones 3.7. Práctica: Estudio del caso de Dolores, la profesora “quemada” por su trabajo 4. Recursos personales: inteligencia emocional y afrontamiento 10 Isabel M. Martínez y Marisa Salanova 4.1. El papel de los recursos personales en el control del estrés 4.2. Inteligencia emocional 4.2.1. Modelos representativos de inteligencia emocional 4.2.2. Evaluación de la inteligencia emocional 4.2.3. Inteligencia emocional y trabajo emocional 4.3. Proceso de afrontamiento como recurso personal 4.3.1. Respuestas de afrontamiento y tipologías 4.3.2. Selección y eficacia de las respuestas de afrontamiento, 4.3.3. Evaluación del afrontamiento 4.3.4. Nuevos desarrollos en el estudio del afrontamiento 4.4. Conclusiones 4.5. Práctica: Dos estudios de caso 5. Recursos personales: las creencias de eficacia Marisa Salanova, Laura Lorente y María Vera 5.1. Delimitación conceptual de las creencias de eficacia 5.1.1. La teoría social cognitiva 5.1.2. Concepto de autoeficacia 5.1.3. Concepto de eficacia colectiva percibida 5.1.4. Creencias de eficacia y otros conceptos autorreferenciales 5.2. Creencias de eficacia y salud ocupacional 5.3. Creencias de eficacia y espirales de ganancias 5.3.1. Engagement en el trabajo y creencias de eficacia, 5.3.2. El concepto de espirales de ganancias 5.3.3. Espirales de ganancias entre creencias de eficacia, engagement y desempeño en el trabajo, 5.4. Medida y evaluación de las creencias de eficacia 5.5. Cómo incrementar las creencias de eficacia en el trabajo 5.5.1. Logros en el desempeño: proporcionar experiencias de éxito 5.5.2. Información vicaria: observación de los logros o fracasos de los demás 5.5.3. La persuasión verbal: reforzado socialmente por otros 5.5.4. Estados emocionales: sentirse bien 5.6. Autoeficacia y sobre-confianza: ¿el “lado oscuro” de la autoeficacia? 5.7. Práctica: Creación de una escala de autoeficacia específica Parte III Factores contextuales en el estudio de la salud ocupacional 11 6. El papel de la calidad organizacional en la salud psicosocial Rosa Grau, Esther Gracia y Marisa Salanova 6.1. Introducción 6.2. Calidad organizacional 6.3. Calidad de servicio 6.3.1. Organizaciones de servicios 6.3.2. Concepto y dimensiones de la calidad de servicio 6.4. Salud psicosocial y calidad de servicio 6.4.1. Consecuencias en el rendimiento orientado al servicio 6.4.2. Consecuencias en el afecto de los clientes 6.5. Práctica: Estudio de un caso organizacional 7. La prevención de riesgos laborales de origen psicosocial Joan Franco y Marisa Salanova 7.1. La prevención de riesgos psicosociales en el marco de la salud ocupacional 7.1.1. Comparación con lasdemás disciplinas preventivas 7.1.2. Análisis de la importancia de los riesgos psicosociales y de la necesidad de respuesta jurídica 7.2. La ley y la prevención de riesgos psicosociales en España 7.2.1. Especial referencia a la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales 7.2.2. Análisis de la principal normativa de desarrollo 7.3. Síntesis analítica de la problemática derivada de la situación 7.3.1. Estado actual de la cuestión 7.3.2. Perspectivas de futuro 7.4. Práctica basada en un caso real 8. Factores psicosociales y salud en muestras pre-profesionales Edgar Bresó y Marisa Salanova 8.1. Introducción 8.2. Los estudiantes también “trabajan” 8.2.1. El concepto de trabajo y su significado 8.2.2. El trabajo del estudiante 8.2.3. Modelos de bienestar psicológico en el trabajo aplicados a contextos educativos 8.3. El estudio del estrés, bienestar psicológico y desempeño de los estudiantes 8.3.1. Obstáculos y facilitadores del desempeño 8.3.2. Bienestar psicológico: burnout y engagement académico, 12 8.4. El poder predictivo de la autoeficacia en el desempeño académico 8.5. Evaluación de los factores psicosociales y de la salud 8.5.1. Evaluación de los obstáculos y facilitadores del desempeño 8.5.2. Burnout y engagement académico, 8.5.3. Autoeficacia académica 8.5.4. Desempeño académico 8.6. Intervención en factores psicosociales y salud 8.7. Líneas futuras en el estudio del bienestar y la salud psicosocial en estudiantes universitarios 8.8. Práctica Anexo 8.1. Maslach Burnout Inventory (Student Survey) Anexo 8.2. Utrecht Work Engagement Scale (Student Survey) Parte IV Apéndice 9. Hacia una Psicología de la Salud Ocupacional más positiva Marisa Salanova, Susana Llorens y Alma Rodríguez-Sánchez 9.1. Psicología Positiva: la emergencia de un nuevo paradigma 9.2. Concepto y statu quo de la Psicología Positiva 9.3. Críticas a la Psicología Positiva 9.4. ¿Qué es la Psicología de la Salud Ocupacional Positiva? 9.5. Las organizaciones saludables 9.5.1. Prácticas organizacionales saludables 9.5.2. Capital psicológico positivo 9.5.3. Resultados organizacionales saludables 9.5.4. Metodología WONT para el desarrollo de organizaciones saludables 9.6. La intervención profesional en el marco de la Psicología de la Salud Ocupacional Positiva: la amplificación de la salud 9.7. El futuro de la Psicología Positiva y de la Psicología de la Salud Ocupacional Positiva 9.8. Práctica Bibliografía 13 Prefacio Hace exactamente una década, en 1999, pasé tres meses sabáticos en el equipo de investigación WONT, dirigido por Marisa Salanova en la Universitat Jaume I de Castellón. Por muchas razones fue un acontecimiento extraordinario para mí. No sólo ése era mi primer sabático –y mi estancia más larga en España hasta el momento– sino que también me encontré con un joven, ambicioso y prometedor grupo de investigación que acababa de formarse un par de años antes. El equipo aspiraba a desarrollar un novedoso programa de investigación internacional y también tenía grandes planes para poner de actualidad a la Psicología de la Salud Ocupacional en España. Este último objetivo debía ser alcanzado mediante la investigación aplicada, consultoría, y formación de estudiantes y posgraduados universitarios. Ahora, diez años después, este libro avala que casi todas las ambiciones del equipo WONT han sido alcanzadas. Su programa de investigación ha producido un enorme número de publicaciones (internacionales) científicas que han hecho que se avance en el estudio de la Psicología de la Salud Ocupacional. Además, diversas herramientas y metodologías que pueden aplicarse en la práctica han sido desarrolladas y probadas. Y finalmente, un gran número de estudiantes, incluyendo los de licenciatura, de posgrado y de doctorado, han sido formados en Psicología de la Salud Ocupacional y ahora aplican su conocimiento a la práctica. Así pues, creo que la publicación de este libro es un hito que no sólo indica la madurez de una rama relativamente joven de la Psicología, sino también del equipo WONT de la Universitat Jaume I. A mi entender, este libro es el primer libro de texto exhaustivo sobre Psicología de la Salud Ocupacional escrito por un equipo de profesionales que trabaja conjuntamente y no de forma diseminada desde sus respectivos centros o instituciones. Esto es muy importante, ya que significa que el libro presenta una visión coherente en Psicología de la Salud Ocupacional en lugar de una interpretación fragmentada del tema como normalmente es el caso de los volúmenes que se suelen editar. De hecho, el libro no se debe interpretar como un volumen editado al que contribuyeron diversos autores, cada uno con su propia idiosincrasia. Por el contrario, el libro proporciona al lector el punto de vista del equipo WONT sobre Psicología de la Salud Ocupacional tal y como se ha desarrollado en la investigación, docencia, y práctica durante la última década. Dicho esto, ¿cuáles son las características de este punto de vista? 14 En primer lugar, un profundo conocimiento de los antecedentes históricos y sociales de la Psicología de la Salud Ocupacional. Tal y como se cita en el capítulo 1 el término “psicología de la salud ocupacional” fue recientemente acuñado alrededor de 1990 en Estados Unidos para denotar un área emergente que se nutría de los elementos de la Psicología Ocupacional, la Psicología Clínica y la Salud Pública. Sin embargo, las raíces de esta nueva área se remontan en el tiempo, hacia principios del siglo XX. Es muy importante para un nuevo enfoque conocer su historia, porque de otro modo uno corre el riesgo de re-inventar la rueda, o de poner vino viejo en botellas nuevas. Por ejemplo, la investigación moderna en burnout, de hecho, comenzó con el interés científico de la neurastenia a finales del siglo XIX en Estados Unidos, y con las investigaciones sobre fatiga ocupacional en la industria armamentística británica en la Primera Guerra Mundial. Además, la Psicología de la Salud Ocupacional no sólo es objeto del discurso científico, sino de debate social y político. Es decir, la Psicología de la Salud Ocupacional se encuentra en la intersección de la ciencia y la sociedad, lo que implica que, por ejemplo, los aspectos legales no puedan ser ignorados como así queda documentado en el capítulo 3. De hecho la Psicología de la Salud Ocupacional se rige dentro de las leyes y marcos administrativos nacionales y europeos. Por ejemplo, existen normas específicas sobre la evaluación de riesgos psicosociales en el trabajo, por tanto proporcionar herramientas adecuadas para la evaluación de riesgos es un papel importante para la investigación aplicada en Psicología de la Salud Ocupacional. Un ejemplo de este tipo de herramienta en forma de cuestionario validado y desarrollado por el equipo WONT se presenta en el capítulo 9. En segundo lugar, la Psicología de la Salud Ocupacional se concibe como un área científica y práctica. Esto implica que intenta entender los procesos psicológicos subyacentes y busca mejorar la salud ocupacional, la seguridad y el bienestar. Diversas teorías se han desarrollado para entender la naturaleza de los procesos implicados (véase capítulo 3), pero al mismo tiempo la Psicología de la Salud Ocupacional tiene un profundo interés en aplicar este conocimiento para mejorar la salud, seguridad y bienestar del empleado. Los mundos separados de la ciencia y la práctica están siendo unidos por el llamado científico-profesional, que es el profesional en salud ocupacional formado en la universidad que ha aprendido a aplicar herramientas empíricamente validadas, procedimientos y métodos para conseguir sus metas prácticas. A través de estudios de caso y otros ejemplos prácticos este libro tiene la intención de guiar al (potencial) científico-profesional a la hora de aplicar el conocimiento científico al mundo laboral. En tercer lugar, la interacción entre el empleado y su ambiente de trabajo se considera como aspecto central de la psicología de la salud ocupacional. Esto implicaque el conocimiento en profundidad de los recursos y características personales como la inteligencia emocional o la autoeficacia (capítulos 5 y 6) sea de vital importancia, así también como un profundo conocimiento sobre las demandas y los recursos laborales (capítulo 4). Sería un error concluir a priori que las características personales o bien las laborales son los aspectos más decisivos para la salud, seguridad y bienestar del trabajador. En lugar de esto, es la compleja interacción entre estos dos factores la que 15 produce efectos positivos o negativos en los empleados, así como en la organización. Con el objetivo de comprender estos patrones de interacción, las características laborales así como las personales deben ser desmenuzadas en diversos elementos. Por ejemplo, la investigación reciente muestra que las demandas laborales tienen un impacto diferente en la salud y bienestar del trabajador en comparación con los recursos laborales (capítulo 4), y lo mismo ocurre para la inteligencia emocional (capítulo 5) y la autoeficacia (capítulo 6). En cuarto lugar, aunque originariamente la Psicología de la Salud Ocupacional estaba exclusivamente centrada en el individuo, recientemente la organización ha recibido cada vez más atención. Este aspecto está específicamente ilustrado en el uso de la noción de “organizaciones saludables” (véase capítulo 9), y por el énfasis en el desempeño del trabajador en las organizaciones (capítulo 7). A primera vista podría parecer un intercambio entre la salud, seguridad y bienestar del empleado por una parte, y el rendimiento y efectividad organizacional por otra. En otras palabras, aumentar la salud, seguridad y bienestar del empleado consumiría recursos organizacionales y financieros a costa de los objetivos de la organización y de los resultados de negocio. Este razonamiento implica que mantener o mejorar la salud, seguridad y bienestar del empleado es un coste. En cambio, las organizaciones más avanzadas que se preocupan por sus empleados como la baza más valiosa que poseen consideran los recursos que se utilizan en la salud, seguridad y bienestar ocupacional como inversiones. Al cambiar la perspectiva de costes a inversiones, la Psicología de la Salud Ocupacional pasa de ser un adversario a ser un socio estratégico para la organización. Esto permite resolver la tan arraigada contradicción entre la salud individual y la productividad organizacional. En quinto lugar, el objeto de la Psicología de la Salud Ocupacional no queda restringido a los empleados que tienen un contrato laboral y trabajan para una organización. Más allá de aspectos económicos y legales, el concepto de trabajo se define según la psicología como cualquier conducta que tenga un propósito, estructurada y dirigida a una meta que es coactiva en sí misma. Como consecuencia de esta definición amplia de trabajo, no sólo los empleados que trabajan para una organización, sino también los estudiantes (capítulo 8) que son miembros y clientes internos de una organización (la universidad) se pueden considerar objeto de la Psicología de la Salud Ocupacional. Por último, pero no por ello menos importante, la Psicología de la Salud Ocupacional se concibe como un todo, que incluye tanto los aspectos negativos como los positivos que afectan al funcionamiento de los trabajadores (capítulo 9). Aunque esto pueda parecer obvio a primera vista, no lo es. Es muy probable que casi la exclusiva atención en la ‘enfermedad y el malestar ocupacional, que ha prevalecido hasta hace poco, provenga de las raíces que tiene la Psicología de la Salud Ocupacional en la psicología clínica. Al sustituir el “lado oscuro” del trabajo –como así se ilustra con labor, la expresión en Latín para el trabajo que implica un esfuerzo y desgaste– con el “lado positivo” del trabajo –ejemplificado con opus otra expresión del Latín para el trabajo que se refiere a creatividad y reto– se reconoce el punto de vista positivo del trabajo. El 16 trabajo puede ser estresante y puede producir tensión, pero también puede ser retador y llevar a la satisfacción personal y a estimular el desarrollo. Obviamente, prevenir el estrés y la tensión relacionada con éste, a la vez que fomentar el reto y el desarrollo es el interés común tanto de empleados como de organizaciones. Desde mi primera llegada en 1999 y luego como profesor visitante en muchas ocasiones posteriores, he estado en la privilegiada posición de ser un observador participativo en el equipo WONT. Y tal y como ahora soy consciente en el tiempo, he sido testigo del desarrollo progresivo de este libro. Un libro que está basado en los 6 pilares señalados antes y que –globalmente– constituye el sello único, innovador y original de la Psicología de la Salud Ocupacional. Wilmar B. Schaufeli. Catedrático de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. Universidad de Utrecht. Holanda 17 Introducción La Psicología de la Salud Ocupacional (PSO) es una disciplina que se ocupa de la aplicación de la psicología a la mejora de la calidad de vida laboral, y de proteger y promover la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores (National Institute of Occupational Safety and Health, NIOSH). Así comenzamos este libro, definiendo la disciplina psicológica que le da nombre, esto es, la Psicología de la Salud Ocupacional. Y sobre los temas de que se ocupa la PSO trata este libro, esto es, sobre la mejora de la calidad de vida laboral, y sobre la necesidad de proteger y promover la seguridad, la salud y el bienestar psicológico y social de los trabajadores. El libro que está en sus manos trata en esencia sobre qué sabemos al respecto de la salud psicosocial de los trabajadores en las organizaciones, qué explicaciones psicosociales conocemos sobre el desarrollo del estrés laboral y de la salud ocupacional, cuáles son los principales antecedentes del estrés y la salud psicosocial en términos de demandas y recursos laborales y personales, qué relaciones existen entre la salud ocupacional y la calidad organizacional, cuál es el marco jurídico que ampara al trabajador en el contexto de los riesgos laborales de origen psicosocial, qué sabemos de los procesos que ocurren a niveles pre-profesionales, y finalmente, y no por ello menos importante, sobre la necesidad de tratar la Psicología de la Salud Ocupacional desde una perspectiva más positiva, que trate la salud desde un planteamiento más holístico e integral, más en consonancia con la idea de salud que ya la Organización Mundial de la Salud proclamó en 1948, en donde la salud es “un estado de bienestar total que incluye el bienestar físico, mental y social, y no la mera ausencia de enfermedad o trastornos”. En esta línea, la Psicología de la Salud Ocupacional debería utilizar una noción amplia de salud que incluya diversos elementos positivos de la salud como el bienestar afectivo de los empleados, así como aspectos cognitivos, sociales, motivacionales y conductuales. Es un libro que hemos escrito como psicólogos y juristas implicados en un proceso de mejora de nuestra vocación basada en el estudio de los aspectos psicosociales de la salud ocupacional. La mayoría de los autores de este libro, es más, todos menos uno, somos psicólogos sociales y profesores de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones volcados en la investigación y la intervención profesional en el marco del estrés laboral y la salud psicosocial en el trabajo. Uno de los autores es profesor de derecho del trabajo y jurista por tanto, pero también con los mismos intereses profesionales que el resto. La necesidad de una respuesta multidisplinar al tema de los factores psicosociales implicados 18 en los procesos de bienestar y malestar psicosocial en el trabajo nos ha llevado a escribir este libro. La investigación y la práctica profesional que hemos ido desarrollando a lo largo de los años en el marco del equipo de investigación y consultoría WONT Prevención Psicosocial de la Universitat Jaume I de Castellón nos ha sido muy útil para darle cuerpo y contenido allibro, que pretende ser un material de trabajo básico tanto para investigadores como para profesionales que trabajan en el ámbito de la psicosociología aplicada al trabajo y las organizaciones, el estrés laboral y el ámbito más novedoso de la psicología positiva aplicada a la salud ocupacional. Finalmente es un libro que se complementa con una colección de Guías Prácticas de Desarrollo de Recursos Humanos y Salud Ocupacional que la misma Editorial Síntesis está promocionando para que los profesionales interesados en estos ámbitos puedan tener materiales prácticos con fundamento científico que puedan utilizar en su quehacer diario en el ámbito del desarrollo de recursos humanos y la salud en el trabajo y las organizaciones. Estas guías se estructuran en tres grandes bloques como 1) guías de intervención en temas de malestar y problemas tales como el burnout, el tecnoestrés, la adicción al trabajo, o el absentismo laboral, 2) guías de optimización en temas de bienestar y aspectos positivos de los recursos humanos como la iniciativa personal, el flow o experiencias óptimas, el liderazgo, la selección de personal, la formación, o el clima de equipo, y 3) técnicas concretas para su aplicación a temas de gestión de competencias, técnicas cualitativas, el trabajo en pequeños grupos. Teniendo en cuenta estas premisas, el libro se estructura en cuatro partes. La primera trata sobre los aspectos conceptuales de la Psicología de la Salud Ocupacional y comprende los primeros dos capítulos. El primero titulado “La salud ocupacional desde una perspectiva psicosocial: aspectos teóricos y conceptuales” describe cuál es la situación actual de la Psicología de la Salud Ocupacional como disciplina científica y como profesión. En primer lugar se delimita su objeto de estudio, esto es, la salud ocupacional desde una perspectiva psicosocial. Se conceptualizan ambos lados de la misma moneda, es decir, el estrés (el lado negativo) y la salud (el lado positivo) desde una perspectiva psicosocial; así como el concepto de organización saludable, para aportar finalmente datos sobre los niveles de incidencia del estrés en los últimos años según estadísticas nacionales y europeas. En segundo lugar, se hace una síntesis del desarrollo histórico de la disciplina tanto en Estados Unidos como en Europa, teniendo en cuenta también el papel de las instituciones, revistas científicas y organizaciones profesionales en el desarrollo de la misma. En tercer lugar, se describe el estado actual de la investigación científica en esta área, y el desarrollo de la intervención profesional, teniendo en cuenta en ambos casos tanto la tipología de la investigación y la intervención como los aspectos éticos más importantes. Finalmente, se proyecta una mirada hacia el futuro sobre la necesidad de realizar desarrollo teórico y práctica profesional generando una agenda de investigación e intervención profesional para el buen desarrollo futuro de esta disciplina. Por su parte el capítulo 2 trata sobre los “Modelos teóricos de la salud ocupacional”. Aunque somos conscientes de la diversidad de modelos teóricos de la salud 19 psicosocial y de su impacto en el desarrollo y tratamiento del estrés y la salud psicosocial en el trabajo, no pretendemos que sea un capítulo en el que se abarquen todas las teorías del estrés y la salud psicosocial. Se ha realizado un esfuerzo por presentar de forma breve desde los tradicionales y más básicos modelos teóricos hasta los más contemporáneos. En esta selección se ha pretendido mostrar aquellos modelos teóricos que cumplen 3 requisitos fundamentales: 1) que se basen en una conceptualización del estrés laboral interaccionista (o transaccional) entre la persona y el ambiente, 2) que presenten un impacto en la investigación científica actual y 3) al mismo tiempo que sean también aplicables en la práctica real a las organizaciones. De este modo, se presentan un total de 7 modelos teóricos que se clasifican en cuatro grandes categorías: a) modelos de pérdida de recursos, b) modelos de desajuste, c) modelos de sobre o baja estimulación y d) modelos de demandas-recursos. En el primer bloque de modelos se incluye el famoso modelo cognitivo y de afrontamiento del estrés de Lazarus y Folkman, así como el modelo de conservación de recursos de Hobfoll. En cuanto a los modelos de desajuste se presenta el modelo de desequilibrio esfuerzos-recompensas de Siegrist. Por lo que se refiere a los modelos de sobre o baja estimulación se presenta el modelo vitamínico de Warr. Finalmente, se presentan los tres modelos más influyentes y más actuales sobre demandas-recursos: el modelo de demandas-control de Karasek, el modelo de demandas- recursos laborales de Demerouti y sus colaboradores, para acabar con el modelo espiral de la salud ocupacional de Salanova y sus colaboradores. Para facilitar la comprensión del lector, de cada teoría se presenta sistemáticamente su fundamentación, conceptos clave, hipótesis y críticas. A modo de conclusión, el apartado 2.6. del capítulo se reservará para reflexionar sobre la integración de los modelos teóricos presentados. Se pretende realizar una síntesis de las teorías donde se debate la complementariedad de las teorías presentadas, así como perfilar las líneas básicas que comparten para explicar la salud psicosocial en el trabajo de una manera más integradora. La parte II del libro trata sobre Las demandas y los recursos laborales y personales y comprende los capítulos 3, 4, y 5 del libro. En el capítulo 4, titulado “Demandas y recursos del ambiente de trabajo” se describen aquellos factores psicosociales del ambiente laboral que, de acuerdo con los resultados de la investigación científica, consideramos claves por su repercusión tanto en la salud ocupacional del trabajador como en la salud organizacional. Para ello, se describen algunas de las demandas ambientales clave de acuerdo con la clasificación ya señalada desde el modelo espiral ocupacional en el capítulo anterior, estructurándolas a partir de aquellas demandas más próximas a la tarea (demandas de tarea propiamente dichas) hasta aquellas más alejadas de la misma (demandas extra-organizacio-nales), pasando por las demandas del ambiente social, y las demandas organizacionales. Centrándonos en los recursos, tras una breve introducción se clasifican del mismo modo que en el caso de las demandas, esto es, desde los más próximos a las tareas, a los más lejanos (como los recursos extra- organizacionales) pasando por los recursos sociales y organizacionales. En tercer lugar, se describen algunos resultados de la investigación actual sobre los obstáculos y facilitadores del desempeño como factores específicos del ambiente laboral (pero también de la 20 persona, según señalan estudios recientes) que pueden inhibir (obstáculos) o incrementar (facilitadores) el desempeño, pero también la salud psicosocial. En cuarto lugar, se toma una perspectiva más novedosa y positiva de las demandas laborales, que explica algunos de los efectos contradictorios encontrados en la bibliografía, es decir, la relación positiva entre demandas y bienestar psicosocial. Se trata de la distinción entre demandas retadoras y demandas amenazadoras. Termina el capítulo a modo de conclusión con una breve descripción de estrategias de intervención basadas en los resultados que sobre la salud ocupacional hemos visto que tienen las diferentes demandas y recursos. En la estructura general de este libro, los capítulos 4 “Inteligencia emocional y afrontamiento” y 5 “Las creencias de eficacia” se dedican al análisis de los recursos personales enmarcando este concepto en los modelos explicativos del estrés y la salud laboral. Los modelos de demandas y recursos en la explicación del estrés y la salud psicosocial consideran los recursos como un elemento fundamental que el trabajador tiene a su disposición para responder a las demandas del ambiente de trabajo. En el capítulo 4 entendemos los recursos personales como aquellas características de la persona que solas o en interaccióncon los recursos laborales y extra-organizacionales, son funcionales a la hora de afrontar demandas laborales o extra-organizacionales, y que además tienen valor en sí mismos. En el marco de los recursos personales de tipo emocional describimos el concepto de Inteligencia Emocional (IE) como diferente de la inteligencia tradicionalmente entendida. Podríamos definir la IE como la capacidad para identificar y reconocer nuestras emociones y las de los demás, y tener control sobre ellas en las relaciones interpersonales. Los continuos cambios a los que el mundo laboral está sometido han dado lugar a que en la actualidad no sólo se nos juzgue por lo más o menos inteligentes que podamos ser, ni por nuestra formación o experiencia, sino también por el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Las demandas actuales del ambiente precisan del desarrollo de recursos personales específicos relacionados con las competencias emocionales y sociales, esto es, la denominada “inteligencia emocional” ya que mediante el concepto clásico de inteligencia no se da respuesta satisfactoria a estas nuevas demandas. Además los recursos personales han de articularse en una estrategia de afrontamiento ante las demandas o coping y dependiendo de la adecuación y el éxito de esta estrategia las consecuencias serán unas u otras. Por eso en ocasiones a los recursos se les da el apelativo de “recursos de afrontamiento” (Rodríguez Marín, 1995). La eficacia de los mismos para dar respuesta a las demandas del ambiente radica tanto en la posesión de los mismos, como en el desarrollo de habilidades que faciliten su puesta en funcionamiento de forma eficaz. El capítulo 5 lo dedicamos a uno de los recursos personales más influyentes en el marco de la investigación psicológica: las creencias de eficacia. Uno de los principales motivadores de nuestra conducta es la creencia sobre las propias capacidades y competencias para realizarla con determinado nivel de éxito. No hay nada menos motivador que pensar que no seremos capaces de hacerlo. Esta simple creencia de ineficacia bloquea la acción y nos hace sentir mal. Pero por el contrario, creer que podemos hacerlo, y es más, que podemos hacerlo bien, incrementa nuestro deseo de 21 hacer cosas, de persistir en ellas aun cuando aparezcan obstáculos y dificultades, y nos hace sentir bien. Esas creencias constituyen lo que en investigación psicosocial se ha venido denominando “autoeficacia”. En este capítulo se enmarca en primer lugar el estudio de la autoeficacia en la teoría social cognitiva de Albert Bandura, uno de los psicólogos con mayor impacto científico de nuestro tiempo, y que trabaja actualmente en la Universidad de Stanford (California), para pasar después a la delimitación conceptual de la autoeficacia, la eficacia colectiva percibida en grupos y colectivos, y su diferenciación de otros conceptos autorreferenciales como la autoestima o el autoconcepto. A continuación se hace referencia a la investigación reciente que considera que las creencias de eficacia, esto es la autoeficacia y la eficacia colectiva percibida son buenos amortiguadores en los procesos de estrés laboral. Se considera además el rol de las creencias de eficacia en el proceso de generación de espirales positivas, ascendentes o virtuosas, en donde desde un enfoque más positivo de la salud, se aporta evidencia empírica sobre la contribución de la influencia de las creencias de eficacia en la generación de estas sinergias de espirales, en donde la autoeficacia influye en el desarrollo del engagement o vinculación psicológica con el trabajo, y éste a su vez en la mejora y la excelencia del desempeño laboral. Pero lo curioso e interesante es que, a su vez, el desempeño excelente influye en el incremento de las creencias de eficacia en el tiempo, y así se van generando espirales ascendentes de mejora continuada en el tiempo. A continuación en el capítulo se aborda el tema de cómo medir e incrementar mediante la intervención psicosocial las creencias de eficacia a través de la amplificación de las principales fuentes de autoeficacia, esto es proporcionando a las personas y grupos experiencias positivas de éxito, observando los logros de los demás mediante el aprendizaje vicario, reforzar socialmente las experiencias positivas mediante la persuasión verbal, y haciendo que las personas tengan más oportunidades de experimentar emociones y estados positivos en el trabajo. Finalmente, se trata un tema muy actual en este campo en relación con si la autoeficacia tiene siempre consecuencias positivas en la conducta de las personas y en las organizaciones, o si por el contrario tiene algún “lado oscuro”, como son las consecuencias negativas de la sobre-confianza. La parte III del libro la dedicamos a los factores contextuales en el estudio de la salud ocupacional, considerando como tales la calidad organizacional, la prevención de riesgos laborales de origen psicosocial, así como la problemática concreta de la salud y el estrés en muestras pre-profesionales. Comprenden esta parte del libro los capítulos 6 “El papel de la calidad organizacional en la salud psicosocial”, 7 “La prevención de riesgos laborales de origen psicosocial “y 8 “Factores psicosociales y salud en muestras pre- profesionales”. La introducción de un capítulo sobre la calidad en el contexto de un libro sobre la salud ocupacional (capítulo 6: “El papel de la calidad organizacional en la salud psicosocial”), se justifica, en primer lugar, porque los profesionales encargados de abordar su implantación son, entre otros, los responsables de los recursos humanos, y en segundo lugar, porque un aspecto esencial de la calidad es la satisfacción laboral y su repercusión en la salud de los empleados y en la salud organizacional. En este capítulo, no se tratará de realizar un estudio exhaustivo y completo de la calidad, sino de abordar 22 aquellos aspectos más directamente relacionados con la salud ocupacional de las personas, sean éstas clientes o trabajadores de la organización. El objetivo del capítulo 6 es abordar la dimensión humana de la gestión de la calidad en las organizaciones. En esta línea, se trata de conocer el ámbito específico de la calidad de servicio y su implicación en la salud ocupacional. En el primer apartado se define el concepto de calidad con los diferentes significados que ha adquirido y se presentan dos de sus principales sistemas, la norma ISO 9000 y el modelo de calidad total EFQM, haciendo hincapié en su relación con la calidad de servicio y la salud ocupacional. El siguiente apartado está dedicado a la calidad de servicio. Aquí se describen las características de las organizaciones de servicios, se define el concepto de calidad de servicio y se describen los principales modelos de calidad. En el tercer apartado se aborda la relación que la calidad de servicio tiene con la salud ocupacional. En cuarto y último lugar, se presenta una aproximación práctica, concretada en el análisis de un cuestionario de calidad de servicio. Por su parte, el capítulo 7 aborda el tema de la “Prevención de riesgos laborales de origen psicosocial”, y supone un acercamiento a la Psicología de la Salud Ocupacional desde una perspectiva jurídica. Pretende constituir una reflexión crítica sobre el pasado más cercano, el presente y, lo que es más importante, el futuro de la materia. El valor fundamental del análisis de esa perspectiva jurídico-psicosocial reside en la confluencia de las disciplinas que representan sus autores: el Derecho y la Psicología. Así, entendemos que en el contexto en el que los trabajadores están ofreciendo su esfuerzo laboral, cruzar este puente de unión entre el derecho y la psicología para conseguir una mejor salud en el trabajo es ya una necesidad, por lo que se tratan aspectos como la intangibilidad de los riesgos psicosociales y su comparación con las demás disciplinas preventivas; la respuesta jurídica ante la cuestión desde una visión estatal e internacional, entre otras. En resumen, trata sobre la realidadde la prevención de los riesgos laborales de índole psicosocial. Todo desde la más rigurosa actualidad: últimas modificaciones legislativas en la materia, apuesta por el cumplimiento del mínimo legalmente exigible y superación del mismo mediante la tendencia hacia la psicología positiva, referencia a las estadísticas más oficiales y a los autores más determinantes del momento. Sirva de ejemplo la sentencia que se propone como práctica para corroborar lo introducido. A continuación en el capítulo 8 se aborda el estudio de los “Factores psicosociales y salud en muestras pre-profesionales”. Éste es el caso de los estudiantes universitarios quienes, a pesar de no tener un contrato laboral con la organización donde realizan sus tareas (universidad) y ser considerados en la mayoría de los casos únicamente como usuarios o en algunos casos como clientes de ésta, su rol de estudiantes les obliga a cumplir con una serie de demandas, como por ejemplo, asistir a clase o tutorías, realizar exámenes o trabajos prácticos, realizar presentaciones e intervenciones en clase, etc., para las que, del mismo modo que cualquier otro tipo de trabajador, también cuentan con una serie de recursos ambientales (desde la universidad), así como personales (desde el propio estudiante). En el capítulo 8 se sintetiza la investigación realizada en contextos académicos desde el enfoque de la psicología del trabajo y de la salud ocupacional, con el objetivo de presentar y describir un modelo heurístico que ayude a comprender los 23 procesos y variables que determinan el desempeño de los estudiantes. Del mismo modo, desde un punto de vista aplicado, este capítulo ofrece unas directrices para evaluar, intervenir y maximizar el desempeño de los estudiantes en las aulas de nuestras universidades. El libro finaliza con el capítulo 9 a modo de epílogo, “Hacia una psicología de la salud ocupacional más positiva”. Tradicionalmente la Psicología de la Salud Ocupacional se ha centrado en aspectos negativos basados en el modelo médico, como el estrés. Sin embargo, en la actualidad es necesaria una visión global y científica de todo el espectro del funcionamiento de las personas y los grupos en las organizaciones para poder aplicar una gestión y desarrollo efectivo de los recursos humanos. La emergencia del nuevo paradigma de la psicología ocupacional positiva ha dado lugar al estudio de las fortalezas de las personas y organizaciones y al estudio de la salud de forma holística e integral. El objetivo de este último capítulo del libro es presentar los avances y las limitaciones del nuevo paradigma de la salud ocupacional más positiva. Para ello, en primer lugar se aborda la disciplina aportando datos científicos y se delimita el concepto y el statu quo de la psicología positiva. Se presentan también las críticas metodológicas y conceptuales que ha recibido esta disciplina así como las contracríticas, lo que supone un ejercicio de auto- crítica y relativismo científico. A continuación, se presentan el concepto, objetivo y desarrollo de la Psicología de la Salud Ocupacional Positiva. Se concretan además la definición y los elementos que configuran las organizaciones saludables: las prácticas organizacionales saludables, el capital psicológico positivo y los resultados organizacionales saludables. Se presenta la metodología WONT para identificar, evaluar y amplificar la salud laboral en las organizaciones bajo un planteamiento positivo, científico y centrado en la mejora continua. Además se tienen en cuenta las principales estrategias de amplificación de la salud a nivel organizacional y personal así como las mejores prácticas (the best practices). Finalmente, se describen las líneas futuras del desarrollo de la Psicología de la Salud Ocupacional Positiva tanto al nivel de la investigación, la práctica profesional, y la docencia y formación. Los autores del libro esperamos que la lectura del mismo aporte ideas nuevas a los lectores, les ayude como profesionales o estudiosos de la salud ocupacional, y les abra nuevas perspectivas en la investigación y la intervención profesional tanto a nivel individual respecto a la salud ocupacional de los trabajadores, como a nivel grupal y colectivo respecto a la salud psicosocial de las organizaciones y las empresas en su conjunto. Esperamos que nuestras aportaciones supongan en el tiempo un avance en el conocimiento y desarrollo de la salud psicosocial de las personas en el trabajo, así como de las organizaciones, comunidades y sociedades más saludables. Marisa Salanova 24 PARTE I Aspectos conceptuales de la Psicología de la Salud Ocupacional 25 1 La salud ocupacional desde la perspectiva psicosocial: aspectos teóricos y conceptuales 1.1. Introducción La Psicología de la Salud Ocupacional (PSO) es una disciplina que se ocupa de la aplicación de la psicología a la mejora de la calidad de vida laboral, y de proteger y promover la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores (National Institute of Occupational Safety and Health, NIOSH). Con este objetivo se integra el conocimiento y la experiencia de diversas disciplinas como la psicología, la medicina del trabajo, la ergonomía, la conducta organizacional y el desarrollo de recursos humanos. La meta última es la aplicación de estos conocimientos a la seguridad, salud y bienestar de los empleados. Aunque esta definición es bastante comprehensiva, cabe señalar algunas aclaraciones adicionales. En primer lugar, el término “salud” se utiliza como un concepto positivo que incluye tanto recursos físicos, como sociales y personales. Esto coincide con la definición de salud que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) entendida como un estado de bienestar total que incluye el bienestar físico, mental y social, y no la mera ausencia de enfermedad o trastornos. En esta línea, la Psicología de la Salud Ocupacional utiliza una noción amplia de salud que no sólo incluye el bienestar afectivo de los empleados, sino también aspectos cognitivos, sociales, motivacionales y conductuales. En segundo lugar, la Psicología de la Salud Ocupacional no se centra sólo en el estudio de los empleados en grandes empresas sino que también se centra en el estudio del desempleo y la interacción del trabajo y del no-trabajo. Es decir, que va más allá del estudio de los conceptos clásicos de la gestión de recursos humanos y se adentra en temas emergentes como es la necesidad de vincular la vida laboral con la privada, los efectos del outplacement en las organizaciones, los planes de asistencia a los empleados y un largo etcétera. Todo ello en consonancia con las necesidades emergentes de las organizaciones modernas y el mundo laboral cambiante de hoy día. En tercer lugar, la Psicología de la Salud Ocupacional estudia su objeto (esto es, la salud ocupacional) desde múltiples perspectivas: el empleado individual, el clima social de trabajo y el ambiente intra y extra-organizacional. Por ejemplo, el absentismo laboral puede estar influido por factores tales como: las características del empleado (por ejemplo, sintomatología, estrategias de afrontamiento o coping), el clima social (por ejemplo, falta de apoyo 26 social, conflictos con el supervisor), organización del trabajo (por ejemplo, sobrecarga cuantitativa, falta de autonomía), y factores extra-organizacionales (por ejemplo, cargas familiares demandantes). Por último, la Psicología de la Salud Ocupacional es una disciplina científica, pero también una profesión con aplicaciones para el desarrollo de los recursos humanos. Intenta, por una parte, comprender los procesos psicológicos subyacentes y busca mejorar la seguridad y el bienestar de los empleados, que a la vez redundará en una mayor eficacia organizacional y adaptación de la organización a su entorno externo. Esto hace que sea no sólo debate de discurso científico sino también debate de discurso social, económico y político. En definitiva, la Psicología de la Salud Ocupacional actúa en la intersección de la ciencia y la sociedad, lo cual implicaque su futuro esté orientado en ambos sentidos: hacia las dinámicas internas de la ciencia, así como hacia el desarrollo externo y la mejora de la sociedad en su conjunto. Pero ¿por qué la Psicología de la Salud Ocupacional es útil en el desarrollo de las organizaciones de hoy día? Una respuesta clara es porque ofrece respuestas a demandas emergentes en cuanto a los cambios que están aconteciendo en las sociedades actuales. Las sociedades están cambiando rápidamente, y con ellas también las organizaciones. Estos cambios organizacionales, a su vez, impactan en los puestos de trabajo y por tanto también influyen en la seguridad, la salud y el bienestar de los empleados. De cómo se gestionen estos cambios depende el que a la larga aparezcan organizaciones tóxicas o enfermas, que se caracterizan por su falta de efectividad y de adaptación al entorno, o bien organizaciones saludables, que por el contrario son efectivas y adaptadas al entorno y preocupadas por la salud y calidad de vida de los trabajadores. Esta noción de sociedades, organizaciones y puestos en procesos de cambio continuo ha hecho que el NIOSH formulase ya en 2002 un modelo de trabajo jerárquico compuesto por tres niveles y que distingue entre: 1) el contexto externo que incluye los factores económicos, políticos, legales, tecnológicos, sociales y demográficos, 2) el contexto organizacional que está a su vez influido por el contexto externo y que incluye estructuras directivas, prácticas de supervisión, métodos de producción y políticas de servicio a los empleados y 3) el contexto de trabajo que está relacionado con el diseño del puesto que a la vez está determinado por el contexto organizacional. El modelo asume que estos tres contextos influyen en la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores y que a su vez, influyen en los resultados y procesos de eficacia organizacional. Algunos ejemplos de estos factores específicos que operan en cada uno de estos contextos aparecen en el cuadro 1.1. En principio, los cambios en estos tres contextos no suponen consecuencias negativas para la gestión de los empleados en las organizaciones per se. No obstante, la Declaración de Tokio de 1988, que es un documento consensuado por casi treinta expertos en salud ocupacional de Europa, Japón y Estados Unidos, ya señaló que los cambios recientes en las organizaciones “… corren el riesgo de provocar estrés” (p. 472). La cuestión clave está en cómo se gestionan estos cambios durante su implementación en las organizaciones, y por supuesto, al papel fundamental que juegan las acciones realizadas desde la dirección de recursos humanos. 27 Teniendo en cuenta estas premisas, en este capítulo se describirá cuál es la situación, el state-of-art, de la Psicología de la Salud Ocupacional como disciplina científica y como profesión. En primer lugar se delimitará su objeto de estudio, esto es, la salud ocupacional desde una perspectiva psicosocial. Se conceptualizará tanto el estrés (el lado negativo) y la salud (el lado positivo) ocupacional desde una perspectiva psicosocial; como el concepto de organización saludable, para aportar finalmente datos sobre los niveles de incidencia del estrés en los últimos años según estadísticas nacionales y europeas. En segundo lugar, se hará una síntesis del desarrollo histórico de la disciplina tanto en Estados Unidos como en Europa, teniendo en cuenta también el papel de las instituciones, revistas científicas y organizaciones profesionales en el desarrollo de la disciplina. En tercer lugar, se describirá el estado actual de la investigación científica en esta área, y el desarrollo de la intervención profesional, teniendo en cuenta en ambos casos tanto la tipología de la investigación y la intervención como los aspectos éticos más importantes. Finalmente, se proyectará una mirada hacia el futuro sobre la necesidad de realizar un mayor desarrollo teórico y práctica profesional que genere una agenda de investigación e intervención profesional para el buen desarrollo futuro de esta disciplina. Cuadro 1.1. Factores contextuales que afectan a la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores Contexto externo • Desarrollo económico (p. ej., globalización de la economía). • Políticas de regulación de empleo y de sindicación (p. ej., desregulación). • Legislación (p. ej., legislación de la salud y seguridad). • Innovación tecnológica (p. ej., nuevos sistemas tecnológicos). • Cambios sociales (p. ej., gestión de la diversidad). • Cambios demográficos (p. ej., envejecimiento de la población). Contexto organizacional • Procesos de reestructuración organizacional (p. ej., reducción de la plantilla). • Nuevas iniciativas para la direccción de la calidad y los procesos de trabajo (p. ej., High Performance Work Systems). • Contratos de trabajo alternativos (p. ej., trabajo a tiempo parcial). • Estrategias organizacionales de conciliación trabajo-familia (p. ej., teletrabajo). • Desarrollo de nuevas competencias (p. ej., competencias de empleabilidad). Contexto del puesto • Características de las tareas (p. ej., intensificación del trabajo, incremento de la complejidad del puesto). • Contenido del puesto (p. ej., nuevas demandas de tipo mental y/o emocional reemplazan a las demandas físicas del trabajo). • Ambiente social del trabajo (p. ej., incremento de la violencia física y emocional en el trabjo). • Desarrollo de carrera (p. ej., desarrollo lateral en lugar de jerárquico). 28 • Roles laborales (p. ej., necesidad de roles compatibles para el trabajo en equipo). 1.2. Objeto de estudio: la salud ocupacional desde la perspectiva psicosocial La definición de salud más convencional y más clásica la entiende como ausencia de enfermedad, quizá porque es más fácil comprender la enfermedad por las manifestaciones e implicaciones negativas de tipo personal y social que conlleva. Por el contrario, el estado de salud es menos perceptible y pasa inadvertido. Como se ha señalado anteriormente, ya en 1948 la OMS emitió una definición amplia de salud que supuso, por primera vez, la aceptación de dos áreas relevantes del ser humano: la psicológica y la social, que se sumaban a la biológica para posibilitar un concepto integral de salud. La salud no es la mera ausencia de enfermedad, sino que ha de ser entendida de forma más positiva, como un proceso por el cual la persona desarrolla al máximo sus competencias y fortalezas. Desde esta perspectiva, la salud ocupacional se refiere, de igual manera, a un estado de completo bienestar físico, mental y social en relación al contexto de trabajo y no la ausencia de enfermedad o dolencia de origen laboral. Su objetivo es la mejora de la calidad de vida laboral, y proteger y promover la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores. Este enfoque supone la superación de los modelos biomédicos de salud ocupacional que se centraban en la enfermedad o factor de riesgo, y en la actuación sobre determinadas prácticas arriesgadas de los trabajadores que desatendían otros factores personales, ambientales, sociales e institucionales. Al mismo tiempo, esta concepción de salud ocupacional requiere una perspectiva multidisciplinar (Psicología, Medicina, Ergonomía, Ingeniería, Derecho, etc.) que clarifique la realidad laboral en toda su extensión y pueda dar respuestas a la definición integral de salud. Como se ha comentado anteriormente, los grandes cambios en las condiciones laborales actuales (prolongadas e intensas jornadas de trabajo, mayores exigencias cognitivas y emocionales, inseguridad laboral, contratos injustos, interacción trabajo/no- trabajo, entre otros) sobrepasan la actuación de los modelos tradicionales de prevención y protección de la salud ocupacional, excesivamente clínicos y centrados en el daño o la enfermedad. Estos enfoques, generalmente centrados en el análisis de las condiciones físicas y químicas en el lugar de trabajo, resultan insuficientes y reclaman una perspectiva que atienda, además, a los aspectos psicosociales. Por otro lado, hacer referencia al contexto de trabajosupone considerar el trabajo desde una perspectiva global que incluya los factores personales, grupales, organizacionales y culturales implicados en el contexto laboral, no limitándose tan sólo a consideraciones individuales reducidas al análisis del trabajador en su puesto de trabajo, sino contemplando la interacción entre el trabajador y su ambiente de trabajo (grupal, organizacional y social) y las implicaciones que esta interacción tiene en todas las facetas de su vida. Esta perspectiva amplía el campo de estudio en materia de salud ocupacional y da respuesta a los problemas psicosociales emergentes relacionados con el estrés. 29 1.2.1. Estrés y salud psicosocial En la actualidad se puede hablar de estrés en relación a todas las áreas de la vida. Así podemos referirnos al estrés en la tercera edad, estrés del desempleado, estrés del adolescente, etc. y desde luego al estrés laboral cuando se trata del estrés producido en contextos de trabajo o relacionados con el mismo. Gran cantidad de artículos, textos y comentarios publicados en revistas científicas inundan los medios de difusión de nuestra sociedad que denota el interés por este tema. Una búsqueda en el PsycINFO (2008) durante los últimos 100 años con la palabra “Stress” en el título arroja un total de 115.114 resultados sobre publicaciones que tratan sobre el estrés. Si combinamos la palabra Stress con Work tenemos una salida de 1.942 publicaciones; con Management un total de 1.887; y combinado con Job 1.439. Sólo trabajos sobre temas más específicos como por ejemplo el Burnout tenemos un total de 3.772. Y desde luego las salidas serian casi interminables cuando buscamos temas relacionados con el estrés pero en aspectos específicos como ansiedad y depresión, bienestar psicológico, salud psicosocial, trastornos musculo-esqueléticos, seguridad laboral, mobbing, interferencia trabajo- familia, conductas poco cívicas en el trabajo y un largo etcétera. No obstante, aunque este interés nos parezca relativamente reciente, el concepto de estrés, que procede de la Física y la Medicina, fue introducido por primera vez en el ámbito de la salud en la década de los años treinta del siglo XX por el médico Hans Selye (1936). Desde entonces se han producido distintos acercamientos al estudio del estrés. La mayoría de ellos mantienen contenidos solapados y comparten objeto de estudio. Desde la psicología, el término estrés se ha definido de muchas formas que pueden agruparse en tres: como estímulo, como respuesta y como transacción. En el primero de los casos, el estrés se considera como un estímulo o variable independiente, como algo externo que proviene del ambiente. Esta concepción proviene de la Física y la Ingeniería, y designa una fuerza externa que actúa sobre un objeto y es capaz de deformarlo. Siguiendo este símil, desde la psicología hablaríamos de un estímulo potencialmente estresante que desde fuera ejerce presión (física o emocional) sobre la persona y le afecta negativamente de forma temporal o permanente. En este sentido, el centro de interés se sitúa en los elementos nocivos del entorno laboral y extra-laboral que ejercen presión sobre la persona, siendo de gran utilidad para identificar posibles circunstancias estresantes. Por ejemplo, la sobrecarga de trabajo sería un estímulo laboral potencialmente estresante para el trabajador que le podría afectar negativamente con síntomas como fatiga crónica, insomnio o irritabilidad. Desde la segunda perspectiva, el estrés se considera como una respuesta fisiológica, psicológica o conductual ante un estímulo amenazante o estresor. Esta concepción pone menos énfasis en las causas que provocan el estrés y más en las respuestas al mismo. En este caso, se podrían identificar diferentes manifestaciones fisiológicas (por ejemplo, tensión muscular, sudoración, aumento del ritmo cardíaco), psicológicas (por ejemplo, ansiedad, depresión, agotamiento, irritabilidad) y conductuales (por ejemplo, absentismo, bajo nivel de desempeño). La teoría más conocida dentro de 30 esta posición es la de Selye (1956), mencionado anteriormente, quien propone que cualquier organismo responde ante los estresores siguiendo un patrón general de respuesta: el Síndrome de Adaptación General (SAG). El desarrollo de este proceso adaptativo sucede en tres fases. Comienza con una fase de “alarma” en la que se ponen en marcha mecanismos fisiológicos de defensa (por ejemplo, aceleración del ritmo cardíaco y de la respiración). La segunda fase es la de “resistencia” o “adaptación”, que trata de establecer un equilibrio entre el estresor y la respuesta de la persona. En esta fase, la persona invierte esfuerzos para contrarrestar el efecto de los estresores con lo cual, si éstos son duraderos o aparecen con frecuencia, puede llegar a desistir entrando en la tercera fase del proceso: la de “agotamiento”. Sin embargo, esto puede suceder de otra manera si la persona logra mantener el equilibrio y responde adecuadamente ante el estresor. En este caso se produciría la adaptación a la nueva situación. La tercera perspectiva, la transaccional o interaccionista, fue propuesta en los años ochenta (Cox y Mackay, 1981; Lazarus y Folkman, 1986) y con sus desarrollos posteriores es la más aceptada actualmente (véase capítulo 2). Desde esta perspectiva, el estrés se interpreta como la condición que resulta cuando las transacciones o interacciones entre una persona y su ambiente son percibidas como una discrepancia entre las demandas de la situación y los recursos biológicos, físicos, psicológicos, organizacionales y sociales que la persona posee para afrontar adecuadamente esas demandas ambientales. Las consecuencias de esta interacción dependen del ajuste y equilibrio percibido sobre las demandas y los recursos que posee. Cuando se cuenta con los recursos adecuados para afrontar la situación, la persona no viviría una potencial experiencia estresante como tal. Es el caso por ejemplo de las situaciones vividas como retos o desafíos y que son superadas con éxito debido a que la persona cuenta con los recursos adecuados para afrontarlas, proporcionan finalmente gran satisfacción, motivación y aprendizaje. Pero no se trata de una interacción simple entre demandas- recursos, sino de un proceso psicológico-cognitivo en el que las percepciones y cogniciones de la persona desempeñan un papel importante en todo este proceso. En este sentido, una misma demanda puede ser percibida de distinta manera por diferentes personas convirtiéndose en un estresor para unos o en un reto para otros. No podemos hablar de estresores universales, sino que el impacto negativo que las demandas tienen sobre la persona dependen de que éstas se perciban como amenazantes y por tanto perjudiciales, lo cual depende tanto de la persona (diferencias interpersonales) como del momento en el que las percibe (diferencias intrapersonales). De este modo, la persona evalúa los recursos que tiene a su alcance en un momento determinado para afrontar la situación. De esta manera, la misma persona puede valorar la situación de diferente forma dependiendo de la interpretación de la situación concreta en la que se encuentra en ese momento. Las situaciones que se perciben bajo el control de una persona en un momento determinado (que piensa que puede controlarlas) pueden ser evaluadas como fuera del control personal en otro momento por la misma persona. Estas consideraciones del estrés se concretan en contextos de trabajo en el denominado “estrés laboral”. A los dos primeros acercamientos al estrés (estrés como 31 estímulo y estrés como respuesta) se les ha criticado de ser demasiado simplistas por no tener en cuenta los factores cognitivos y situacionales que influyen en todo el proceso, ignorando las diferencias individuales en los procesos de percepción. Desde la Psicología de la Salud Ocupacional no resultan del todo adecuados ya que se centran en un elemento del problema (los estímulos o estresores, o bien la respuesta de estrés) y es necesaria una aproximación transaccional queconsidere ambos para una valoración más adecuada de la situación. Es más, las intervenciones realizadas sobre variables ambientales u organizacionales pueden ser muy efectivas y sus beneficios se extienden al colectivo afectado, no limitándose a un solo individuo. Por tanto, el enfoque transaccional ofrece una visión más compleja, integral y comprehensiva, en definitiva más cercana a la realidad social (véase capítulo 2 para más información). Bajo este planteamiento, la investigación sobre el estrés laboral ha estado interesada en conocer las características de los trabajos y de las organizaciones que caracterizan ambientes con altas dosis de estrés. Esto supone la identificación de demandas y recursos del ambiente de trabajo, y sus efectos sobre el trabajador y la organización (véanse capítulos 2 y 3 para más información). Además, actualmente el interés se centra no sólo en el diagnóstico sino también en la intervención para reducir las causas del estrés laboral en las organizaciones tal y como se especifica al final de este capítulo. Finalmente, queremos señalar algunos datos de la incidencia del estrés laboral partiendo de estadísticas nacionales y europeas. El primer indicador sobre condiciones de trabajo a nivel europeo fue realizado por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo. En España se recogen estos datos mediante las diferentes Encuestas Nacionales de Condiciones de Trabajo, realizadas por el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) de forma periódica, mientras que en Europa estas encuestas se llevan a cabo por la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo que tiene sede en Bilbao. Así por ejemplo en 2005, la Agencia Europea estimó que un 20% de los trabajadores de la Europa de los 15 manifestaban estrés en relación al trabajo y el 30% si consideramos los 10 nuevos miembros de la Unión Europea. Esta cifra adquiere más importancia si tenemos en cuenta que el trabajador afectado extiende su malestar a su familia y su vida extralaboral. Además, según se ha expuesto anteriormente, los actuales contextos de trabajo son propicios para el incremento del estrés. El análisis de los datos publicados por dicha agencia europea, en las cuatro Encuestas Europeas (http://www.eurofound.europa.eu) y las seis Encuestas Nacionales del Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo (http://www.mtas.es/insht) ha permitido plantear, en general, un panorama relativo a los índices de estrés como segunda causa de enfermedad o queja relacionada con el trabajo después de los dolores de espalda (véase cuadro 1.2). La interpretación de estos datos pasa por considerar diferencias en cuanto a la metodología de análisis y recogida de datos desarrollada en cada caso y las variaciones tanto en el grupo de países incluidos en las encuestas europeas como a los grupos profesionales a los que se refieren. Pero podemos constatar que, mientras a nivel 32 http://www.eurofound.europa.eu http://www.mtas.es/insht europeo la incidencia del estrés parece mantenerse o reducirse, en España ha habido un incremento en los 10 primeros años analizados con tendencia actual a estabilizarse. Sin embargo, en el caso de España, si consideramos no sólo la puntuación obtenida en la variable “estrés”, sino la suma de la puntuación en estrés y sus consecuencias psicosociales (esto es, depresión, problemas de sueño, cefaleas y cansancio crónico) el estrés ha pasado de un 28% en 2000 a un 48 en 2005 y a un 55% en 2007, con lo que el panorama es aún más desalentador. Pero ¿por qué ha habido este aumento de las quejas relacionadas con el trabajo en torno al estrés laboral? Dicho de otra manera, ¿por qué la gente está cada vez más estresada en el trabajo? Algunas interpretaciones posibles para esta tendencia son las siguientes. En primer lugar, puede estar influyendo el hecho de que la gente sabe ahora más qué es el estrés, qué síntomas se asocian al mismo y cómo se puede combatir. Conocer el fenómeno y ponerle una “etiqueta” puede estar influyendo en que los trabajadores se sientan más identificados con la sintomatología. Esto por una parte es positivo y puede favorecer el proceso de evaluación del estrés y su prevención, pero por otra puede tener efectos negativos también al generar autodiagnósticos sobre-valorados. En segundo lugar también se han incrementado las expectativas en la relación recíproca entre la organización y el individuo en lo que ha venido denominándose el “contrato psicológico”. Por una parte, la organización ha incrementado sus expectativas respecto a qué espera de los trabajadores (compromiso y fidelidad, trabajar más horas, etc.). Pero también los trabajadores han visto incrementadas sus expectativas ya que piden a la organización una mayor calidad de vida laboral traducida en trabajos cada vez más “saludables” como son aquellos con buenas condiciones físicas, alta autonomía, buen horario de trabajo, buena paga, etc.). Estas expectativas por ambas partes, aunque altas, pueden mantenerse siempre y cuando se ofrezca algo a cambio como transacción en esa relación recíproca organización-trabajador. El problema se genera porque en muchas ocasiones lo que ofrece la organización es inseguridad laboral con contratos temporales y precarios, y lo que ofrece el trabajador es poca implicación y compromiso en el trabajo y con la organización. Con ello, el contrato psicológico se interrumpe y puede ser origen de estrés y malestar. Quizá la cuestión está en que el modelo tradicional de contrato psicológico ya no funciona en nuestro mercado de trabajo actual, caracterizado por la flexibilidad y globalización, y si antes se ofrecía seguridad laboral en el empleo ahora esto es insostenible y lo que parece ofrecerse es “empleabilidad”, es decir, la posibilidad por parte de la organización de mantener a los trabajadores con competencias que les hacen ser “competitivos” en el mercado de trabajo. El problema aquí es que los empleados perciban esto como un “valor” al menos comparable con el valor que tiene la “seguridad y estabilidad” en el trabajo (para una revisión sobre esta temática, véase Salanova y Llorens, 2008a). Finalmente, la presión laboral por acabar el trabajo en tiempo límite es una de las características del mercado de trabajo actual. Los trabajadores señalan que se encuentran sometidos a demandas de trabajo que superan el tiempo disponible para poder llegar a realizar las tareas a tiempo. Es lo que viene a llamarse sobrecarga de trabajo, que puede ser cuantitativa (demasiadas cosas que hacer en el tiempo disponible) 33 o cualitativa (cosas demasiado complejas que superan las propias competencias para realizarlas). Esta presión temporal en muchas ocasiones viene causada por el ritmo de trabajo que imponen las máquinas, el uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que hacen posible trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar, la rapidez con que se trabaja con las TIC y que nos exigen más dedicación y responsabilidad, el ritmo de trabajo que imponen los compañeros, los mandos intermedios, los usuarios o clientes del propio trabajo, y un largo etcétera. También en el marco de estas demandas crecientes tanto de tipo mental (sobrecarga mental por el trabajo con TIC) como de tipo emocional (clientes excesivamente exigentes, alumnos indisciplinados) vienen a señalar una realidad laboral que se caracteriza por un incremento de este tipo de demandas que exigen al trabajador estar afrontando día a día un trabajo cambiante. Cuadro 1.2. Porcentajes de quejas de salud relacionadas con el trabajo según las Encuestas Europeas y Nacionales sobre Condiciones de Trabajo. Ante esta evolución de los niveles de estrés es interesante señalar la reciente aparición de riesgos emergentes a nivel psicosocial. La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, mediante encuestas a expertos europeos, ha identificado los principales riesgos emergentes relacionados con el estrés. Éstos se agrupan en torno a cinco temas: 34 1. Nuevas formas de contratose inseguridad en el empleo, refiriéndose a la precariedad de las contrataciones y la falta de expectativas laborales de los trabajadores. 2. El envejecimiento de la fuerza de trabajo. La edad de los trabajadores tiende a aumentar y se convierte en un riesgo, ya que los mayores son más vulnerables que los jóvenes a las demandas actuales del trabajo, sobre todo si no reciben formación adecuada para responder a las mismas. 3. Intensificación del trabajo, que supone tanto aumento de la carga física como mental del puesto. La sobrecarga de trabajo y presión temporal dan lugar a largas e intensas jornadas laborales con consecuencias negativas para el trabajador como estrés y quejas músculo-esqueléticas. 4. Aumento de las demandas emocionales en el trabajo, relacionado con el desarrollo reciente del sector servicios y la gran competitividad en el mismo. Una de las demandas específicas señaladas en este sentido es la violencia y el acoso en el trabajo. 5. Desequilibrio entre vida laboral y vida privada, como consecuencia de horarios amplios, movilidad de los trabajadores, y de la incorporación de la mujer al mundo laboral. Por lo que se refiere a nuestro país, España se sitúa en un nivel medio respecto al impacto del trabajo sobre la salud. Sin embargo, respecto a los riesgos emergentes, está a la cabeza de los quince países analizados en cuanto a precariedad de empleo con un 33% de contratos precarios en 2005. Respecto a la intensidad del trabajo se advierte un aumento de casi 20 puntos entre 1991 y 2005, a pesar de que la jornada laboral de 40 horas semanales se sitúa en la media. En cuanto a la percepción de equilibrio vida laboral-vida privada también ocupa un nivel intermedio en el grupo de países. Estas estadísticas nos hablan de la incidencia del trabajo en los niveles de estrés de los trabajadores, como ha podido observarse. No obstante, la idea de la salud ocupacional, aun teniendo en cuenta la salud individual de los trabajadores, también debería considerar de forma más amplia la salud de los grupos y de las propias organizaciones. En este contexto, es importante el concepto de “organización saludable” que se pasará a exponer a continuación. 1.2.2. Hacia una concepción de organización saludable La comprensión de la salud ocupacional integral reclama un modelo interdisciplinar de promoción de la salud. Un modelo multicausal que integre todos los elementos implicados en la salud de los trabajadores y considere, además, la importancia de la aplicación de medidas institucionales a este respecto. Los programas de promoción de la salud deben formar parte integrante de la política y la cultura de las empresas que valoran, propician y potencian la salud. En vez de concebir el lugar de trabajo como un 35 espacio conveniente para que los profesionales de la salud lleven a cabo programas destinados a cambiar a los individuos, se considera que trabajadores y directivos deben colaborar para convertirlo en un entorno saludable y que propicie la salud. Ésta es la base del enfoque de la promoción de la salud en el lugar de trabajo iniciado por la OMS, que está orientado hacia los entornos saludables. Esta idea supone también un giro en la dirección y desarrollo de los recursos humanos, pasando de considerar la salud psicosocial de los empleados como un medio para conseguir otros fines, a considerarla como un fin en sí misma, como un valor estratégico central en los objetivos empresariales. El interés por desarrollar programas promotores de la salud ocupacional se ha convertido en un objetivo internacional. Así, a finales de los noventa se crearon tres redes para apoyar el establecimiento de entornos laborales que promocionaran la salud: 1) la Red Europea para la promoción de la salud en el lugar de trabajo, 2) la Red Regional del Pacífico Occidental para la creación de lugares de trabajo saludables, y 3) la Red Regional Panamericana para la promoción de la salud de los trabajadores. Aunque las redes cubren ámbitos geográficos, contextos culturales y realidades económicas muy diferentes de Europa, Asia y América, sus enfoques de la gestión de la salud en el lugar de trabajo son extraordinariamente similares, en parte debido al apoyo y la orientación facilitados por la OMS. Esta consideración de la salud se integraría en un modelo de organizaciones saludables entendidas como aquellas que ponen en marcha estrategias sistemáticas, planificadas y proactivas para mejorar la salud de los empleados y la salud financiera de la organización, mediante buenas prácticas relacionadas con la mejora de las tareas (por ejemplo, diseño y rediseño de puestos), el ambiente social de la organización (por ejemplo, canales de comunicación abierta) y la organización (por ejemplo, estrategias de conciliación trabajo/vida privada), y además generan resultados relacionados con la excelencia organizacional, y mantienen excelentes relaciones con el entorno organizacional y la comunidad (Salanova, 2008a). En este sentido también Wilson, Dejoy, Vandenberg, Richardson, y McGrath, (2004: 567) definen las organizaciones saludables como “caracterizadas por invertir esfuerzos de colaboración, sistemáticos e intencionales para maximizar el bienestar de los empleados y la productividad, mediante la generación de puestos bien diseñados y significativos, de ambientes sociales de apoyo, y finalmente mediante las oportunidades equitativas y accesibles para el desarrollo de la carrera y del balance trabajo-vida privada”. Las organizaciones saludables son capaces de satisfacer distintas necesidades de los empleados, tales como la necesidad de afecto, de reconocimiento, de estima, de pertenencia y ponen a disposición de los trabajadores recursos para alcanzar sus metas y objetivos. The Great Place to Work (http://www.greatplacetowork-europe.com) es un instituto americano que ofrece servicios y herramientas para generar organizaciones más efectivas. Además, cada año propone una lista de las 100 empresas en las que se trabaja mejor a nivel europeo. A las empresas que forman parte de este ránking se las reconoce su esfuerzo por crear un ambiente de trabajo saludable y de alta calidad. Basándose en su experiencia de más de veinte años, este instituto propone como buen lugar para 36 http://www.greatplacetowork-europe.com trabajar aquel que posee un ambiente donde los empleados confían en la gente con la que trabajan, confían en lo que hacen y disfrutan de las personas que trabajan con ellos. Estos lugares se caracterizan por mantener buenas relaciones entre 1) empleados y dirección, 2) empleados y sus puestos/empresa y 3) empleados y otros compañeros. De esta manera, el apoyo social a los empleados a través de los compañeros y supervisores se considera fundamental. Este resultado refuerza la importancia de los aspectos interpersonales en el trabajo, y enfatiza cómo éstos influyen en la naturaleza del trabajo y en las relaciones laborales (más información sobre las organizaciones saludables en el capítulo 9 de este libro). Este ideal de organización se opone al de “organización enferma” o “tóxica” caracterizada por ambientes de trabajo poco saludables o nocivos para el trabajador. Es posible identificar la organización enferma mediante una metáfora con el edificio enfermo al que se refieren las Notas Técnicas de Prevención, 288, 289 y 290 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Aunque sería muy extenso enumerar las características del edificio enfermo, sí hay coincidencia en el hecho de que las personas que habitan estos edificios presentan quejas referentes a su salud en una proporción mayor a la que sería razonable esperar, y las causas son difíciles de identificar dado que en muchos casos tienen un origen multifactorial. En muchas ocasiones se señala que el “ambiente” de trabajo (ventilación, emisión de gases, etc.) de estos lugares es poco saludable, llegando a convertirse en tóxico. Desde una perspectiva psicosocial, también se podría hablar de organización enferma, utilizando este concepto de forma figurada. La organización
Compartir