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17. Las redes sociales de apoyo en la enfermedad crónica Dra. Vera Bail Pupko Las redes sociales y el apoyo social están vinculados con la salud física y mental de las personas1. Se entiende que la red social es “un grupo de personas, miembros de la familia, amigos y otras personas, capaces de aportar una ayuda y un apoyo tan reales como duraderos a un individuo o a una familia”2. REDES SOCIALES La red social de una persona consiste en el conjunto de todas aquellas otras con las que mantiene contacto y que constituyen una forma de cuerpo social. Los ejemplos son: la familia, el vecindario, el grupo de amigos, el grupo de colegas en el trabajo y otros grupos con los que la persona interacciona en sus actividades políticas, de ocio, etc. La relación entre la salud de una persona y su red social explican cómo actúa el círculo virtuoso y el círculo vicioso de la enfermedad crónica3 Por un lado “Existe amplia evidencia de que una red social personal estable, sensible, activa y confiable protege a la persona en contra de enfermedades, actúa como agente de ayuda y derivación, afecta la pertinencia y la rapidez de la utilización de servicios de salud, acelera los procesos de curación y aumenta la sobrevida, es decir, es salutogénica”.4 1 Rodríguez Marín, J. y Neipp López, M. del C. (2008) Manual de psicología Social de la Salud, Madrid: Editorial Síntesis 2 Speck, R. y Attneave, C. (1973) Family networks, Nueva York, Vintage. Si una persona tiene mal aspecto, quienes la ven todos los días se lo harán saber, y es más probable que consulte al médico. Si necesito un especialista, preguntarle a las personas que conozco me da una idea de cuál es el profesional más indicado para consultar, etc. Si siento que soy importante para otros es más probable que me preocupe por atender mi salud y por seguir las indicaciones médicas. Pero además “también existe la evidencia de que la presencia de enfermedad en una persona (especialmente una enfermedad de curso prolongado tal como cáncer, esquizofrenia, Alzheimer, enfermedades neurológicas, etc.) deteriora la calidad de su interacción social y, a la larga, reduce el tamaño (el número de habitantes) y la accesibilidad de su red social”.5 Los motivos de la retracción de la red pueden ser muchos. Por parte de la red puede haber temor al contagio (aunque no sea posible por el tipo de enfermedad), temor a no saber qué hacer en esa circunstancia, incomodidad frente a enfermedades con deterioro cognitivo. En general, cuanto más visible es la enfermedad más rápido es la retracción de la red. La familia tiende a preservar a su familiar enfermo interrumpiendo interacciones sociales. 3 Sluzki, C. (1998). La red social: frontera de la práctica sistémica, Barcelona: Gedisa 4 Sluzki, C. (1998). Op. cit 5 Ibid Ocuparse de una enfermedad insume tiempo, por lo que los momentos de contactos con relaciones que no hacen a la vida cotidiana se van dejando. La culpa y las emociones negativas pueden hacer que algunos integrantes de la familia pierdan energías para conservar tiempo para sí mismos (salidas con amigos, actividades placenteras, etc.). Cuando la red se retrae, las posibilidades de contactos con otras personas son menos frecuentes por lo que las funciones que cumple el encuentro con otros también. La menor cantidad de interacciones reduce la posibilidad de consultar acerca de alternativas posibles, intercambio de opiniones ante la enfermedad, menor posibilidad de compartir emociones, menos posibilidad de compartir actividades de esparcimiento, etc. De esta forma tenemos el círculo virtuoso en los que la presencia de una red social substancial protege la salud del individuo y la salud del individuo mantiene la red social6. Y por otra lado, el círculo vicioso en los que la presencia de una enfermedad crónica (o un déficit o una dificultad crónica de cualquier tipo) en una persona afecta negativamente a la red social de esa persona. Con frecuencia es más intenso el impacto en la red que va más allá del grupo familiar más estrecho, lo que a su vez aumentará la retracción de la red, y así, en espiral de deterioro recíproco”7. Hay evidencia clínico epidemiológica de que existe una correlación directa entre calidad de red social y calidad de salud8. La red de una persona puede graficarse en un mapa: 6 Ibíd. 7 Ibíd. Se forman así cuatro cuadrantes y tres círculos concéntricos. Los cuadrantes: familia, amigos, trabajo y estudio y comunidad dan idea de los ámbitos en que se desempeña un individuo. Para ubicar a las personas con las que interactuamos, deberíamos tener en cuenta el cuadrante y elegir qué tan cercanos son, es decir: ¿se trata de una relación íntima (entendida como de gran afecto)? Si es así, es un vínculo que está en el círculo central y si es un familiar estaría en el círculo interno en el cuadrante de familia, si es un/a gran amigo/a se graficaría en el círculo interno (relaciones íntimas) en el cuadrante de amigos. Si se trata de personas con las que se tiene un trato más lejano (aunque sea de la familia) está en el círculo de las relaciones sociales. Lo mismo sucede con el círculo de los conocidos. De esta forma cada uno puede dibujar su propio mapa con todas las personas que integran la red (las personas que son significativas para uno). Los servicios de salud se consideran aparte, porque constituye una red formal, es decir que fue creada con este fin. Si bien es un recurso fundamental para afrontar 8 Ibíd. situaciones de enfermedad, el mapa se refiere a la red informal de una persona y a la movilización de recursos que dependen de habilidades sociales y que no incluyen pago a cambio de ayuda. Es decir, los vínculos personales, que pueden o no brindar algún tipo de ayuda. Para comprender la red social hay que analizar su composición (aspectos estructurales), las interacciones con y entre los integrantes de la red, las funciones que cumple, y su influencia en el comportamiento de los miembros de la red y en el intercambio de recursos entre éstos.9 9 Hall, A., & Wellman, B. (1985). Social networks and social support. 20. El apoyo social en la enfermedad crónica Dra. Vera Bail Pupko El apoyo social se define como la provisión de tipos particulares de vínculos interpersonales. Es decir que relaciones sociales nos brindan o proveen de afecto, ayuda material, etc. El apoyo se define tomando: 1) la cantidad de relaciones sociales que tiene una persona o se toma en particular un tipo de relación social (matrimonio, amistad o pertenencia a una organización); 2) la estructura de las relaciones sociales de la persona; 3) la función que cumplen esas relaciones (si el apoyo es afectivo o emocional, si hay alguna ayuda tangible, si se brinda información, etc.). El apoyo social puede ser definido en un sentido amplio como “ayuda en el afrontamiento de los problemas”, como provisión de dirección cognitiva o apoyo instrumental por miembros de la familia, parientes, amigos o colegas; así como ayuda para la satisfacción de necesidades emocionales, de socialización y actividades con otras personas (por ej. compañerismo emocional o compañerismo social), generando sentimiento de pertenecer a un grupo y de ser aceptado, estimado, valorado y necesitado por uno mismo y no por lo que uno pueda hacer por los demás”1 2 3. En la década del ´60 los estudios epidemiológicos comenzaron a evidenciar el papel que desempeñaba la sociedad en los trastornos mentales4. Se empezó a1 Thoits, P. (1982) Conceptual, methodological and theoretical problems in studying social support as a buffer against life stress, Journal of Health and Social Behaviour, 23,145-149 2 Thoits, P. (1985) Social Support and Psychological Well-being: Theoretical Posibilities. En I.G. Sarason y B.R.Sarason, Social Support: Theory, Research and Applications. Boston: Martinus Nijhoff estudiar el entorno social inmediato de los pacientes (red social) y a definir qué aspectos de la red influían de manera positiva o negativa en el problema. La idea central sería que la sociedad enferma y la sociedad cura, tomando como centro el papel de la comunidad en ambos eventos. Pero el Apoyo social excede el tema de las enfermedades mentales y se relaciona con las enfermedades físicas crónicas. El aumento de la expectativa de vida producto de los avances médicos, hacen que enfermedades que antes eran agudas y/o incurables, ahora no lo son. La consecuencia es que se vive más tiempo, pero con enfermedades crónicas, y también nos reproducimos con enfermedades crónicas. Gran parte de los tratamientos son en la casa, por lo que la familia y el propio enfermo pasan a tener un protagonismo en el cuidado de la salud. Las crisis de salud aguda y los episodios aislados (una enfermedad o intervención sin consecuencias a largo plazo) involucran a la familia en los cuidados y en el restablecimiento posterior. Activar la red social y lograr una ayuda eficiente, pone en juego habilidades sociales y emocionales del paciente y su familia. El apoyo social es un constructo multidimensional que incluye cinco componentes5: 1) integración social; 2) las redes de apoyo; 3) el clima de apoyo; 4) el apoyo proporcionado y recibido; 5) el apoyo percibido. 3 Pender, N.J. 1987) Health Promoting in nursing practice. Norwalk, Conn: Appleton y Lange. 4Navarro Gónogora, J. (1991) Intervención en grupos sociales, Revista de Psicoterapia,vol. 2 (6- 7):139 5 Lareiter, A., & Baumann, U. (1992). Network structures and support functions-theorical and empirical analysis. The meaning and measurement of social support. New York: Hemisphere. La integración social6 es la condición necesaria para que se produzca el apoyo social, de la cual es consecuencia y es una función de las relaciones sociales de las personas. El sistema de apoyo social representa los recursos de apoyo de la red y caracteriza a las redes como un soporte. Si logro activar la red, habrá apoyo social. No todas las personas de la red brindan apoyo social. A su vez las personas tienen su propia percepción y evaluación del apoyo. Definir el apoyo social implica responder tres preguntas7: ¿qué es lo que se otorga?, ¿quién lo otorga? ¿Cómo se mide lo que se otorga? 1. ¿Qué es lo que se otorga? La respuesta lleva al tipo de apoyo que se puede brindar/recibir, que puede ser apoyo cotidiano o de crisis y a su vez cada uno de ellos puede ser psicológico o emocional (guía cognitiva, información y consejos) o instrumental (material). En un momento de crisis de la enfermedad crónica, es necesario actuar rápido y por lo general la familia se cohesiona a tal fin. Ante la cotidianeidad de la enfermedad se requiere mayor organización, se deben delimitar las tareas y definir los roles y distribuirlos para evitar la sobrecarga del cuidador principal. Cuando se trata del apoyo instrumental de crisis o cotidiano, no varía las acciones de ayuda que se recibe, pero sí el monto, el esfuerzo, o la cantidad de tiempo que insume. Para ejemplificar el apoyo material se puede pensar qué sucede si en una familia la madre tiene que guardar cama por un período prologado. El 6 Ibid apoyo material incluye: quién puede hacer un trámite en su lugar, quien puede llevar a sus hijos a la escuela, quién se queda en la casa para abrirle la puerta al médico, cocinar, comprar medicamentos, aportar dinero al tratamiento o a la prestación, etc. Según la fase de la enfermedad, la organización va a variar, lo mismo si se toma como referentes el tipo de evolución de la enfermedad. La cotidianeidad hace necesaria la planificación y las evaluaciones realistas acerca de las tareas, la movilización de ayuda, la prestación de servicios, etc., que se necesitan. Ante ofrecimientos tales como: “Si precisan algo avisen” “Decime si puedo ayudar en algo”, hay que pensar que la inespecificidad del ofrecimiento puede deberse al desconocimiento acerca de cuál es la forma de ayudar correcta y eficiente. Para convertir la red social en apoyo, se deben mencionar tareas concretas: preguntarle a alguien concreto si puede hacer compañía y especificar horarios, lo mismo con respecto a preparar la comida, etc. Estas acciones rápidas permiten darse tiempo para organizarse al largo plazo, en las que la familia nuclear va a tener el rol principal del cuidado. El apoyo emocional de crisis o cotidiano, se diferencia por la intensidad y la frecuencia de la interacción: si es un/a amigo/a que vive lejos se tratará de llamadas o mensajes más frecuentes de lo habitual; si se está geográficamente cerca son las personas que brindan compañía, que aconsejan o escuchan, o simplemente están cerca. Es importante la cercanía geográfica para el tipo de ayuda que se brinda. 7 Veil, H. (1997) Needs and Networks, USA: Mannheim. El apoyo emocional es un poderoso recurso contra las amenazas a la autoestima, es tener con quien hablar de los propios problemas. Abarca compartir los sentimientos, pensamientos y experiencias, la necesidad de expresarse emocionalmente, la confianza y la intimidad, el afecto positivo e intenso, el dominio de las emociones, los sentimientos de ser valorado, los elogios y expresiones de respeto8. Es el tipo de apoyo que desempeña un papel más importante en el fomento y mantenimiento de la salud y el bienestar9. Su pérdida tiene efectos negativos sobre la salud, y aunque no se sabe cómo opera exactamente la relación, se supone que: a) sentirse aceptado y valorado por otra persona aumenta la autoestima incluso si el sujeto tiene problemas en otras áreas de su vida (“aceptación positiva incondicional”), b) el conocimiento de que los propios problemas son compartidos por otros, reduce la percepción de la gravedad de la situación y la evaluación de amenaza de los eventos negativos, c) las redes sociales pueden animar a las personas para insistir en solucionar los problemas, convencerlo de que las cosas van a mejorar y ayudar a soportar la frustración. El apoyo puede consistir en brindar información acerca de la naturaleza de determinado problema, los recursos relevantes para su afrontamiento y las posibles vías de acción (compartir estrategias de afrontamiento emocional y conductual) remitir a los profesionales adecuados, animar a buscar asistencia, formar en técnicas de solución de problemas10. El apoyo instrumental (material o tangible): Se relaciona con el bienestar porque reduce la sobrecarga de las tareas y deja tiempo libre para el ocio y el recreo, 8 Chambó, V. J. A. (1997). Apoyo social y salud: una perspectiva comunitaria. Promolibro. 9 Barrón, A y Chacón (1996) Apoyo Social percibido: su efecto protector frente a los acontecimientos vitales estresantes, Revista de Psicología Social, 7(1), 53-59. 10 Chambó, V. J. A. (1997). Op.cit. para integrarse en actividades y preocuparse por un mayor crecimiento personal. Puede generar sentimientos de endeudamiento si se siente que no hay reciprocidad en el vínculo11. Algunos autores incluyen como instrumental la compañía social, la participación y responsabilidad en determinadas relaciones sociales, el sentimiento de pertenencia y solidaridadcon determinados miembros de la red, y la capacidad de proporcionar apoyo12 (satisfacción en la reciprocidad de la ayuda y el apoyo). 11 Schaefer, C.; Coyne, J.C. y Lazarus, R.S.(1982) The health-related functions of social support, Journal of Behavioral Medicine 4, 381-406 12 Weiss, R.S. (1974) The provisions of social relationships. En Z. Rubin (Ed), Doing unto others, Prentice-Hall, Englewood Cliffs, NJ (1974), 17–26 21. El apoyo social en la enfermedad crónica II Dra. Vera Bail Pupko 1. ¿Quién otorga el apoyo social? La respuesta lleva a la fuente del apoyo, ya que las relaciones interpersonales son fuente de apoyo social, y de ellas se derivan una serie de recursos útiles para los individuos implicados en la relación. Por lo general los autores dividen en fuentes naturales y fuentes instrumentales. Las naturales no tienen como fin el cuidado (familia y amigos), las instrumentales fueron creadas para brindar algún tipo de servicio (servicios de salud, profesionales e instituciones de ayuda en general). Es importante tomar en cuenta la fuente porque las mismas acciones no se perciben de igual forma si proceden de amigos, familiares o profesionales. De esta manera, un consejo puede ser percibido como apoyo si procede de un médico, pero puede ser considerado inútil si viene de un amigo o pariente. De la misma forma un comentario empático a un paciente con una enfermedad grave puede ser considerado un apoyo si procede de una persona con un problema similar, o generar hostilidad si es realizado por un amigo saludable1. El efecto dependerá del tipo de vínculo con los miembros de la red, su experiencia, empatía, habilidades sociales, nivel de intimidad, similaridad personal o la obligación anterior con la relación. El efecto del que brinda la ayuda dependerá del tipo de problema y por lo tanto del tipo de apoyo que se necesite. Algunos autores señalan que el apoyo emocional se valora más en las relaciones íntimas (pareja, parientes y amigos) mientras que el apoyo informacional y tangible es más efectivo si proviene de 1Chambó, V. J. A. (1997). Op.cit. 2 Dakof, G. A., & Taylor, S. E. (1990). Victims' perceptions of social support: what is helpful from profesionales y de sujetos que tienen o han tenido problemas similares2. La crisis de salud impacta en la red social de una persona ocasionando un desequilibrio, cambian los roles, los intereses, la percepción de sí mismo y de los demás. Puede que la persona que antes era una guía o confidente ya no lo sea, por incapacidad para sentir empatía ante una situación no común. Esta es una de las razones por las que se deteriora la red (círculo vicioso de la enfermedad crónica). Es muy útil revisar qué opciones hay para recibir información, guía cognitiva y consejos de personas que sepan del tema, que hayan pasado por la experiencia, o que conocen al individuo ya enfermo (no en un antes y un después de). Una relación sin historia ni intensidad, puede brindar una gran ayuda para logar un nuevo equilibrio. Las redes se pueden dividir en: red de parientes y de no parientes. Por lo general es la red de parientes la que brinda apoyo instrumental o material en las crisis de salud. Ya sea en dinero para tratamientos, consultas profesionales, contratar cuidadores pagos o enfermeras/os, traslados, etc. Sin embargo, en el momento de una crisis el que ayuda es el que está cerca, y ahí la red de no parientes cumple un rol fundamental. Si alguien tiene un ataque de epilepsia en la calle, actúa el que está cerca. Lo mismo sucede cuando una persona tiene una whom? Journal of Personality and Social Psychology,58(1), 80. crisis de salud en su casa. Es algo que se ve fundamentalmente en adultos mayores que viven solos. Es la/el vecina/o quien llega primero, atiende y llama al médico. Sin necesidad de ser amigos, cualquier vecino puede convertirse en fuente de apoyo instrumental, es el que puede darse cuenta si los movimientos de la casa son los habituales o no, es el que puede hacerle la compra que necesita el vecino enfermo para que éste no salga de su casa, y es el que conviene que tenga teléfonos para llamar a un familiar si es necesario. También es conveniente que el familiar tenga el teléfono del vecino. Existen casos de vecinas con este sistema activado: Ej: tres mujeres adultas mayores que viven solas en departamentos del mismo piso, generaron un sistema por el cual cada una tenía las llaves del departamento de las otras, si no se veían dos días seguidos entraban a ver si todo estaba en orden. Por supuesto que se tenían confianza y vivían en sus departamentos desde hacía años. Hoy día es común que los hijos le den a su padre adulto mayor un celular para comunicarse en caso de emergencia. No es seguro que sepan usar el celular o que éste les resulte cómodo (aunque les guste tener uno). Es difícil pensar que lo cargan consigo adentro de la casa. La red de parientes es muy importante en los adultos mayores (brinda ayuda material y emocional) y la red de no parientes tiene una importante función en las personas más jóvenes como guía cognitiva y emocional. En el caso de la madre enferma necesitada de ayuda instrumental o material, lo más probable es que si necesita que lleven a su hijo a la escuela en un momento de crisis de la enfermedad, recurra a la madre de un compañero de su hijo que vive cerca o a una vecina de confianza que tenga tiempo, es decir, a la red de no parientes. La cercanía geográfica y de intereses es fundamental porque es una ayuda que no modifica la vida del que la otorga. Si la enfermedad se prolonga en el tiempo, ahí es más probable que se recurra a la familia, el rol lo asume una abuela o según el momento evolutivo de la familia, los hijos empiezan a adoptar nuevos roles con mayor compromiso. 22. El apoyo social en la enfermedad crónica III Dra. Vera Bail Pupko 1. Cómo se mide el apoyo social que se otorga? Hace referencia a la Evaluación del apoyo. Esta evaluación tiene una medición objetiva o estructural (frecuencia de contactos, número de amigos, ausencia o presencia de algún tipo de transacción) y una subjetiva o funcional (estimación de la cantidad apoyo recibido o esperado, y la adecuación del mismo). Tomando los ejemplos anteriores, si se evalúa objetivamente la red de la señora de 81 años que tiene como red significativa a su marido y a su hermana octogenarios, se contaría dos personas con un vínculo de gran intensidad, en el plano subjetivo la satisfacción con su red es alta y manifiesta estar a gusto. El tamaño de la red es reducida, pero su grado de satisfacción con respecto a lo que recibe, lo que espera y lo adecuado, la interacción con ambos es incuestionable. La preocupación por su red es a nivel teórico-profesional, por la soledad en que podría verse sumida si pierde a una de las personas significativas (puede no pasar, pero la posibilidad es alta). La gran satisfacción con su red hace difícil que se interese en integrarse en otros ámbitos. Una persona puede contar con mucha ayuda y no percibirla o considerar que es insuficiente o que no es el tipo de ayuda que desea. Ejemplo: N. una mujer de 65 1 Berkman, L. F., & Syme, S. L. (1979). Social networks, host resistance, and mortality: a nine-year follow-up study of Alameda County residents. American journal of Epidemiology, 109(2), 186-204. años fue intervenida quirúrgicamente, tiene dos hijos mellizos, uno la acompañó y el otro no habla con ella desde hace años. Manifestó en todo momento en su grupo de apoyo que necesitaba al hijo que no vino y que el que vino no la ayuda.El interés no está centrado acá en el conflicto previo de larga data, lo importante acá es que pueda percibir lo que sí recibe, y pueda direccionar la ayuda en forma que considere adecuada. Es decir, hacer ajustes con la ayuda que recibe de este hijo y su adecuación. En el aspecto objetivo o estructural es importante tomar en cuenta la integración social de una persona, su participación social y la estructura de las redes sociales. Si tomamos el mapa de la red, sería contar si se tienen vínculos en todos los cuadrantes del gráfico, y tener en cuenta aspectos tales como la edad de los individuos que componen la red, la afinidad, si viven cerca o lejos, si son parientes o no parientes, etc. Desde esta perspectiva cuantitativa que analiza la existencia y tipo de lazos1 2 se considera que el apoyo social depende de la cantidad de esas relaciones. Cuanto mayor sea la integración y la participación social del individuo, mayor será el apoyo disponible. Si no existen relaciones sociales no puede derivarse apoyo de ellas. Para algunos autores, la mera existencia de las relaciones sociales tiene mayores consecuencias positivas para la salud que la estructura o funciones que caracterizan estos contactos. Es decir, la cantidad de 2 Herrero, J. (1994). Estresores sociales y recursos sociales: El papel del apoyo social en el ajuste bio- psicosocial. Tesis Doctoral. Universitat de València. contactos sociales se relaciona con el sentimiento de bienestar. Para otros, la cualidad de la relación, y en particular la percepción del apoyo que ofrecen es lo que explica sus efectos. Es decir, que la existencia de relaciones es necesaria, pero no suficiente, para que los procesos de apoyo social tengan lugar. Desde la perspectiva subjetiva o funcional del apoyo social es fundamental tener en cuenta la evaluación que el sujeto realiza de esas relaciones en cuanto a su suficiencia y adecuación, clarificando las representaciones que los individuos tienen de su sistema de apoyo y como éstas afectan a la salud3. Para que el apoyo sea efectivo, es importante que se perciban las redes como favorables a las propias metas, crecimiento y bienestar. Especialmente para individuos en situación de riesgo, es fundamental la percepción de un contexto favorable, no represivo ni estigmatizante, teniendo en cuenta que la percepción del apoyo no es sinónimo de su efecto.4 El inconveniente que puede surgir es que en todo intercambio de apoyo hay dos personas implicadas por lo menos, y sus percepciones pueden no coincidir, lo que tiene importantes implicaciones sobre la calidad y efectos del apoyo.5 Una relación pude ser percibida como de ayuda, neutra o perjudicial. Cuando ambas personas perciben la relación como de ayuda tiene lugar el apoyo de forma adecuada. Cuando no existe la congruencia, quien recibe la ayuda puede pensar que sus fuentes de apoyo son poco sensibles, y puede suceder que quien brinda la ayuda se sienta frustrado porque su asistencia es poco apreciada. 3 Lazarus, R. S., & Folkman, S. (1986). Estrés y procesos cognitivos. Barcelona: Martínez Roca. 4 Cohen, S., & Syme, S. L. (1985). Social support and health. New York: Academic Press La mayoría de los intercambios de ayuda son automáticos y no se evalúan. De ahí que sea tan importante que el enfermo y la familia pueda empoderarse, tomar control de la situación para poder aceptar la ayuda, y direccionarla para que sea eficiente. Es un punto de partida para que las demás personas se animen a proponer ideas. Por ejemplo, si tomamos en cuenta un período de gran soledad en enfermedades físicas progresivas, que es el momento en que el enfermo tiene que dejar su trabajo, pero tiene lucidez y movilidad dentro de su casa, tiene formas de activar la red, invitando amigos a realizar actividades como charlar, jugar cartas, ver programas juntos, gustos que tienen que ver con la cultura como juntarse a comer (asados, pizza, etc.), mirar un partido en compañía. Una vez que se invita a una actividad es más probable que los demás propongan otra, o que el enfermo mismo vuelva a organizarla. Muchas veces la ayuda no es la esperada, y esto es debido a una mala relación previa. Por ejemplo: Una señora relata que estando en casa de su hijo se sintió mal y éste la llevó a la Guardia de una institución adherida a su Obra Social. El relato de la madre enfatizó que su hijo no la llevó a la Clínica privada que estaba cercana a la casa, sino que la llevó más lejos, solo para no gastar en la consulta. En ningún momento consideró que su cuadro no parecía tener un nivel de urgencia extremo. Para ella fue la constatación de la falta de amor de su hijo, al grado de no gastar dinero en ella. 5 Shumaker, S. A., & Brownell, A. (1984). Toward a theory of social support: Closing conceptual gaps. Journal of Social Issues, 40, 11-36. H. una señora de 58 años con Mielitis crónica, tuvo que dejar de trabajar, su marido muere durante el último año de su enfermedad. Su hijo de 20 años vivía con ella, trabajaba y estudiaba, y H. lo instaba a que él no modificara su vida por la enfermedad. Además insistía en que él tuviera mucho contacto con sus amigos y sus familias, porque H. consideraba que era lo único que le iba a quedar como vínculos, ya que con la poca familia que tenía no se podía contar. H. tenía que colocarse todos los días (en esa época) una sonda urinaria, actividad que le resultaba difícil, y no quería que su hijo la ayudara. Si bien estaba tramitando una cuidadora en la Obra Social, todavía no tenía esa ayuda paga. Una vecina le había dicho que tenía tiempo para ayudarla si precisaba algo. En el grupo de enfermos crónicos se le dijo que aceptara la ayuda de la vecina en la tarea de la sonda, y así lo hizo. Los motivos de la incongruencia en la percepción pueden ser muchos: diferencia de metas entre emisor y receptor, las diferentes ideas de ambos acerca de cuándo y cómo es adecuado el apoyo, la información que ofrezca el enfermo sobre sus necesidades y las capacidades del otro para dar ayuda y descubrir necesidades. La conciencia de la calidad de un intercambio puede ser motivada por una situación de crisis en que la necesidad de apoyo es grande, o por una larga ausencia de intercambios de apoyo, por un intercambio inusualmente positivo o negativo, o cuando una persona es interrogada acerca de la cualidad de la relación. Las percepciones negativas de ciertas conductas de apoyo, dependen del modelo que se tenga y de la persona. También se puede percibir como apoyo conductas que no se han producido. Es decir, que alguien interprete una conducta como de apoyo y esto no sea así. 23. El apoyo social en la enfermedad crónica IV Dra. Vera Bail Pupko La satisfacción con el apoyo1 impacta en el bienestar de una persona; y para predecirla, según algunos autores, hay que tomar en cuenta 1. El apoyo recibido: la frecuencia de intercambios de ayuda que se han producido. 2. Los lazos conflictivos en la red: número de personas de la red social con las que se manifiesta relaciones conflictivas. 3. La orientación a la red: “un conjunto de creencias, actitudes y expectativas sobre la utilidad potencial de los miembros de la red para ayudar a uno a afrontar un problema vital”.2 La orientación del individuo hacia la red y el tipo de relación que mantiene con la persona que brinda la ayuda (grado de conflicto en la relación) son las variables que determinan la percepción del apoyo. El apoyo social tiene habitualmente connotaciones positivas, sin embargo la interacción con otros puede tener efectos negativos: Si el tipo de ayuda genera dependencia y resulta una dificultad para la recuperaciónde una persona que se está rehabilitando. En niños con discapacidad, es importante que la ayuda que recibe no le impida desarrollar independencia en todos los ámbitos posibles. 1 Barrera, M. (1990). Distinctions between social support concepts, measures, and models. American Journal of Community Psychology, 14, 413-445 2 Tolsdorf, C. C. (1976), Social Networks, Support, and Coping: An Exploratory Study. Family Process, 15: 407– 417. ¿Se puede activar la red? Es evidente que la enfermedad crónica impacta negativamente en este sistema de apoyo social, por lo que se debilitan los contactos personales mediante los cuales un individuo mantiene su identidad social, recibe apoyo emocional, ayuda material, información y servicios, y hace nuevos contactos dentro de su red social. La presencia de una enfermedad, en especial una enfermedad crónica, debilitante o aislante, impacta las interacciones entre el individuo (y su familia inmediata) y la red social más amplia, a través de diferentes procesos interconectados.3 Dentro de las intervenciones de la red social, hay dos posibilidades: potenciar la red social que se tiene, o crear una nueva red social. Se mencionaron estrategias para potenciar la red que sirven para organizar a la familia estrecha ante las crisis de salud y el afrontamiento de la enfermedad crónica. No siempre la red es potenciable y hay relaciones que no pueden activarse cuando el rol del enfermo y su familia cambia. Esto es más notorio cuanto más visible es la enfermedad. Las enfermedades poseen un efecto interpersonal aversivo, es decir, generan en los demás conductas evitativas. Enfermos de 3 Rodríguez Marín Rodríguez Marín, J. y Neipp López, M. del C. (2008) Manual de psicología Social de la Salud, Madrid: Editorial Síntesis. cáncer relatan que muchos amigos y conocidos ante el diagnóstico aumentan la distancia física. Hay una mayor resistencia a la activación del contacto por parte de la red social. Los grupos de enfermos, los grupos de cuidadores familiares, los grupos multifamiliares, las asociaciones de enfermos, brindan un sistema de apoyo, se crean lazos continuos o intermitentes que juegan un papel significativo en el mantenimiento de la integridad psicológica y física de la persona a lo largo del tiempo. Los grupos de apoyo social actúan para aumentar las capacidades personales de sus miembros, el logro de sus metas vitales. Mediante los grupos sociales: se comparten problemas comunes, brindan intimidad, son un factor de integración social, se definen las competencias mutuas, proporcionan pautas de referencia (las familias con enfermos crónicos tienen tantas posibilidades de ser normales como las que no), ofrecen asistencia en las crisis. La presencia de una enfermedad o discapacidad no solo erosiona la red social habitual, sino que a veces también puede generar nuevas redes, tales como las que corresponden a los servicios sociales y de salud, que pueden resultar centrales para el enfermo y su familia brindando apoyo instrumental y emocional.
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