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TESINA DE GRADO LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA Estudio de la Fluencia verbal en pacientes con Depresión Estudiante: Almada, María Clara DNI: 37.307.856 Tutor a cargo: Dra. Fiorentini, Leticia DNI: 26.571.716 Área Temática: Neuropsicología 1º cuatrimestre 2020 La presente Tesis de Grado sigue los lineamientos del Manual de estilo de la APA, 6ta. Edición. ÍNDICE RESUMEN………………………………………………………………………………1 1. INTRODUCCION……………………………………………………………………2 1.1. DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR…..………….…….3 1.2. MODELO COGNITIVO DE LA DEPRESION…...……….……….......................4 1.3. AFECTACIÓN COGNITIVA EN EL TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR.......6 1.3.1. FUNCIONES EJECUTIVAS Y FLUENCIA VERBAL EN LA DEPRESIÓN…8 1.3.2 FLUENCIA VERBAL Y VELOCIDAD DE PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION……………………………………………………………………….11 2. MARCO TEÓRICO…………………………………………………………………13 3. OBJETIVO GENERAL……………………………………………………………..14 4. MÉTODO Y MATERIALES………...…………………...…………………………14 5. PARTICIPANTES………………...…………………………………………………15 6. ANÁLISIS ESTADÍSTICO…………………………………………………………18 7. DISCUSIÓN………………………....……………………………………................21 8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………………24 1 RESUMEN El objetivo del presente estudio consistió en indagar en qué medida la productividad verbal en personas con Trastorno Depresivo se asoció con la presencia de alteraciones cognitivas, precisamente en las funciones ejecutivas. Se realizó un estudio comparativo de muestras independientes, con un grupo de pacientes diagnosticados con depresión de 23 personas y un Grupo Control de 16 personas. A ambos grupos les fue administrada una batería neuropsicológica completa y el cuestionario BDI-II. Los resultados obtenidos mostraron una merma en la cognición global en el grupo de pacientes con depresión asociada a dificultades ejecutivas y a la incidencia de la velocidad de procesamiento de la información sobre ellas, pudiéndose observar una alteración en la fluidez fonológica y no así la semántica. Palabras clave: depresión, funciones ejecutivas, fluidez verbal, alteración cognitiva. 2 1. Introducción La depresión es la principal causa de problemas de salud en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (2018) más de 350 millones de personas viven con depresión y se conoce que el impacto en la calidad de vida de éstas es igual de importante como el de cualquier afección médica grave (Garay, 2016). Se caracteriza por un deterioro a corto y/o largo plazo que afecta áreas que incluyen, entre otras, el estado de ánimo, el afecto, la motivación y la cognición, y con frecuencia se correlaciona con reducciones significativas en la calidad de vida y el funcionamiento psicosocial (Carvalho et al., 2014). Los trabajos de meta-análisis que han explorado el déficit cognitivo asociado al Trastorno Depresivo Mayor (TDM) sugieren que las alteraciones en la atención sostenida, velocidad de procesamiento de la información, la memoria, la fluencia verbal y la flexibilidad cognitiva son las más prominentes (Gudayol- Ferre et al., 2010). En Argentina, la OMS en el año 2018 ha reportado que el 4.7% de la población padece un cuadro depresivo. Esta enfermedad se caracteriza por un deterioro a largo plazo que afecta áreas que incluyen, el estado de ánimo, la motivación y la cognición. Este deterioro se correlaciona con reducciones significativas en la calidad de vida, el funcionamiento psicosocial y el procesamiento intelectual. Entre estos dominios afectados, la cognición es una dimensión saliente ya que su alteración resulta persistente luego de la remisión de los síntomas depresivos y se relaciona con la pérdida de capacidad funcional de personas en edad laboral activa (Carvalho et al., 2015). Esta asociación entre la alteración cognitiva y el diagnóstico de depresión es un hecho extensamente revisado a través de la literatura científica de las últimas décadas en investigaciones que proponen que las personas con depresión tienen dificultades en ciertos dominios cognitivos, tales como la atención, la memoria y las funciones ejecutivas, y han llegado a la conclusión de que muestran un correlato en su manifestación conjunta. La depresión está particularmente asociada con déficits en los procesos de control ejecutivo, las tareas de fluidez verbal reflejan problemas ejecutivos generales por lo cual los déficits en dichas tareas pueden reflejar la reducción del habla espontánea de pacientes deprimidos a nivel clínico. 3 Una revisión meta-analítica de los déficits de fluidez verbal en la depresión encontró que el rendimiento en las pruebas de fluidez verbal puede ser especialmente sensible a las enfermedades depresivas, ya que existen claras similitudes entre las demandas cognitivas de las medidas de fluidez y los déficits típicamente asociados con el TDM, incluidas la capacidad de atención sostenida, la concentración, la recuperación y la velocidad de procesamiento (Crawford y Henry, 2005). Numerosos trabajos sugieren que una mayor severidad del trastorno depresivo mayor conlleva una mayor severidad en las alteraciones neuropsicológicas (Gudayol- Ferre et al., 2010). 1.1 Diagnóstico del Trastorno Depresivo Mayor La depresión es el trastorno psicológico más frecuente en la clínica actual. Aunque no todas las personas con depresión buscan atención especializada, los pacientes depresivos constituyen el diagnóstico psiquiátrico más usual (Bernardo, 2000). Es principalmente un trastorno de desregulación emocional y un afecto negativo sostenido que cursa con alteraciones cognitivas. Entre los tests de screening validados para el rastrillaje de síntomas de depresión se destaca inventario de depresión de Beck, que data de principios de los años sesenta, cuyos ítems cubren la cuádruple sintomatología cognitiva, conductual, afectiva y somática. El mismo es uno de los instrumentos más usados en la investigación, así como en la clínica (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979-1983). La limitación, entre otras es que tiene elementos insuficientes para evaluar la función cognitiva, es de naturaleza subjetiva y se ha demostrado que tiene una correlación mínima con medidas objetivas de la cognición (McIntyre et al., 2015). La Sociedad Americana de Psiquiatría describe la depresión como una enfermedad mental donde la persona experimenta una tristeza profunda y disminuye su interés por casi todas las actividades de la vida diaria. Establece al déficit cognitivo como un dominio central de la psicopatología depresiva y un mediador principal del funcionamiento psicosocial y laboral (American Psychiatric Association, 1994). 4 Los criterios propuestos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales en su quinta versión (DSM-5) definen al TDM como un trastorno del ánimo que se caracteriza por la presencia una serie de síntomas durante un periodo no menor a dos semanas y representan un cambio respecto al estado previo del sujeto. Algunos de los síntomas son: estado de ánimo deprimido sentimientos de tristeza, desesperanza, abatimiento pérdida de interés o de la capacidad de experimentar placer retraimiento social pérdida o ganancia de peso insomnio o hipersomnia casi todos los días agitación o enlentecimiento psicomotor observable por terceros fatiga o pérdida de energía sentimientos de culpabilidad excesivos disminución de la capacidad de concentración ideación suicida 1.2 Modelo cognitivo de la depresión El modelo cognitivo de la depresión (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979) surgió a partir de observaciones clínicas sistemáticas e investigaciones experimentales, y postula tres conceptos específicos:1. La tríada cognitiva como una visión negativa de: sí mismo, donde el depresivo tiende a subestimarse y se critica con auto atribuciones negativas del entorno, con una visión del mundo caracterizada por obstáculos insuperables y demandas exageradas del futuro, anticipando que sus dificultades y sufrimientos actuales continuarán indefinidamente. 2. Los esquemas que constituyen la base para localizar, diferenciar y codificar el estímulo con que se enfrenta el individuo para transformar los datos en 5 cogniciones, a través de los cuales interpreta sus experiencias de una manera negativa. 3. Los errores cognitivos en el procesamiento de la información donde el paciente depresivo cree en la validez de sus conceptos, los cuales se manifiestan en errores sistemáticos. Algunos de ellos son: inferencia arbitraria (se llega a una conclusión en ausencia de la evidencia que la apoye) abstracción selectiva (centrarse en un detalle extraído fuera de su contexto, ignorando otras características más relevantes de la situación, y conceptualizando toda la experiencia en base a los fragmentos) generalización excesiva (elaborar una regla o una conclusión a partir de uno o varios hechos aislados, y aplicar el concepto tanto a situaciones relacionadas como a situaciones inconexas) maximización y minimización (distorsiones en la magnitud de una situación) personalización (tendencia a atribuir a sí mismo fenómenos externos cuando no existe base firme para tal conexión) pensamiento absolutista dicotómico (clasifica las experiencias en categorías opuestas) razonamiento emocional (justificar la idea por la emoción) Existe una considerable evidencia empírica a favor del modelo cognitivo de la depresión, el cual propone que algunas experiencias tempranas predisponen a la persona a formar conceptos negativos o esquemas que pueden permanecer latentes y activarse por diferentes circunstancias análogas a dichas experiencias. En las depresiones más leves, el paciente generalmente es capaz de contemplar sus pensamientos negativos con una cierta objetividad pero a medida que esta enfermedad avanza, su pensamiento se encuentra cada vez más comprometido a la ideación negativa, aunque no pueda existir una lógica entre las situaciones reales y sus interpretaciones, el paciente pierde gran parte del control voluntario sobre sus procesos de pensamiento y es incapaz de acudir a otros esquemas más adecuados, cada vez más incapacitado para considerar la idea de que sus interpretaciones negativas son erróneas (Beck, et al., 1979). 6 1.3 Afectación cognitiva en el Trastorno Depresivo Mayor La depresión afecta la habilidad de pensar, concentrarse, tomar decisiones, formular ideas y recordar (Marazziti, Consoli, Picchetti, Carlini, y Faravelli, 2010). Los síntomas cognitivos de la depresión pueden tener un profundo efecto en la habilidad de los pacientes para llevar a cabo las tareas de la vida diaria, y son factores significativos que afectan a la capacidad de funcionar tanto a nivel interpersonal como ocupacional (Goodale, 2007). Se ha demostrado que las personas con depresión experimentan mayores tasas de desempleo, discapacidad y ausentismo laboral (Birnbaum, et al., 2010). Las alteraciones cognitivas se observan con mayor frecuencia en individuos con TDM en comparación con la población general (Panza, et al., 2010). Pero aún existe una falta de acuerdo entre los investigadores acerca del perfil cognitivo que presentan los pacientes deprimidos, generalmente en el patrón de alteraciones neuropsicológicas (Gudayó- Ferré, et al., 2010). Clínicamente, la cognición ha sido clasificada en cuatro subdominios: memoria, atención, funciones ejecutivas y velocidad de procesamiento. Los pacientes que presentan depresión comúnmente experimentan deficiencias en cada uno de estos subdominios (Gualtieri y Morgan, 2008). Revisiones sistemáticas y metaanálisis que incluían comparaciones entre el rendimiento de pacientes deprimidos y sujetos sanos concluyeron que existe apoyo suficiente a la idea de que en la depresión existen alteraciones cognitivas, principalmente la atención, la velocidad psicomotora, las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo (Roca, Vives, Lopez-Navarro, Garcia-Campayo y Gili, 2015). Un meta análisis sobre la alteración cognitiva en la depresión tuvo como objetivo abordar la cuestión acerca de si la alteración cognitiva debe considerarse una característica central de la depresión. Los resultados revelaron que hay déficits cognitivos moderados significativos en la función ejecutiva, la memoria y la atención en pacientes con depresión en relación con los controles (Rock, Roiser, Riedel y Blackwell, 2013). 7 Bajo la misma línea de investigación se publicó un artículo que tuvo el objetivo de examinar el grado de los déficits neurocognitivos seis meses después de la hospitalización por un episodio depresivo mayor y obtuvo como resultado que los déficits neurocognitivos juegan un papel importante en la recuperación funcional (Jaeger, Berns, Uzelac y Davis-Conway, 2006). Douglas y Porter (2009), al realizar un análisis de 30 estudios sobre alteraciones cognitivas en el trastorno depresivo mayor, dieron cuenta de que la memoria y la fluidez verbal mejoraban una vez alcanzada la remisión, mientras que la atención y otros aspectos de las funciones ejecutivas permanecían deteriorados durante la fase de tratamiento y recuperación. En el mismo sentido, otro estudio que también investigó acerca del desempeño durante la remisión de los episodios depresivos obtuvo como resultado que los pacientes con depresión remitida en comparación con los controles se vieron afectados en tareas de atención, función ejecutiva y memoria verbal (Preiss et al., 2009). Continuando esta línea de investigación se realizó un estudio comparando tres grupos, el primero con deterioro cognitivo, el segundo con depresión y el tercero conformado por sujetos sanos, obteniendo como resultado que no se hallaron diferencias significativas entre el primero y el segundo grupo, pero ambos obtuvieron peor desempeño en las funciones cognitivas que el grupo control (Zihl, Reppermund, Thum y Unger, 2010). Asimismo, pacientes con antecedentes de depresión tuvieron un rendimiento significativamente peor que los participantes sin antecedentes de TDM en la mayoría de las pruebas de cognición global, así como en las pruebas de memoria episódica, la velocidad del procesamiento de la información, el funcionamiento ejecutivo y la capacidad visuoespacial (Koeniga et al., 2015). En la fase de remisión los pacientes depresivos presentan una mejoría aunque sin alcanzar los niveles de rendimiento de los controles sanos (Roca et al., 2015). Ha sido reportado que, si bien la depresión acompaña al deterioro cognitivo, no necesariamente lo precede y es importante tener en cuenta que las mejorías en el estado de ánimo no necesariamente se traducen en una recuperación funcional de los dominios cognitivos afectados. 8 En síntesis, las funciones ejecutivas se ven dificultadas en la toma de decisiones, planificación, inhibición, flexibilidad, anticipación, organización de una tarea, y en la fluidez verbal. Se ha demostrado que la persistencia de déficits cognitivos después de la remisión de los síntomas depresivos contribuye al fracaso en el logro de la recuperación funcional completa en el trastorno depresivo mayor (Woo, Rosenblat, Kakar, Bahk y McIntyre, 2016). 1.3.1 Funciones ejecutivas y fluencia verbal en la depresión Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas conformadas por la memoria de trabajo, planificación y organización, fluidez verbal, flexibilidad cognitiva e inhibición, necesarias para controlar y autorregular la propia conducta. Nos permiten responder a nuevas situaciones y establecer, mantener,supervisar y corregir un plan de acción para alcanzar una meta (Ardila, Pineda y Rosselli, 2000). Dichas funciones ejecutivas pueden verse particularmente afectadas en pacientes con TDM y pueden surgir, asociado a ello, problemas en otros dominios tales como la memoria, la atención, y la resolución de problemas, ya que estas habilidades dependen en gran medida de las funciones ejecutivas (Snyder, 2013). Un creciente número de trabajos procedentes del campo de la neuropsicología sugiere que los pacientes depresivos muestran diferentes alteraciones en las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo, entre otros dominios cognitivos tales como alteraciones en pruebas de fluidez verbal, en el cambio de set atencional, en la planificación y en la inhibición de respuestas automáticas (Gastó, Guarch y Navarro, 2015). Butman, Allegri, Harris y Drake (2000) mencionan que la fluencia verbal es la capacidad de producir un habla espontáneamente fluida, sin excesivas pausas ni fallas en la búsqueda de la palabra, la cual aparece alterada en procesos patológicos. Implican la exploración y recuperación de palabras basadas en criterios fonéticos o semánticos, generalmente realizadas en el contexto de una limitación de tiempo. Mientras que para la fluencia fonológica se les pide a los participantes que generen tantas palabras como sea posible comenzando con una letra específica, por ejemplo la letra P, la fluidez semántica, en cambio, está limitada por una categoría específica, por ejemplo, animales. 9 En dichas tareas intervienen la búsqueda y la recuperación de palabras, por lo cual requiere de flexibilidad cognitiva, memoria de trabajo e inhibición, y la organización, capacidad e integridad del almacén léxico-semántico. Asimismo, en la medida en que se valora la productividad en un límite de tiempo definido, debe considerarse que la velocidad de procesamiento de la información es otra capacidad que interviene en el desempeño. Hirshorn y Thompson-Schill (2006) postulan que las funciones frontales asociadas al desempeño ejecutivo en fluidez verbal son: el monitoreo de la producción, la generación de estrategias de búsqueda, las funciones asociadas a la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva. Como ya se mencionó, el desempeño en las tareas de fluidez depende de múltiples procesos cognitivos. La fluidez verbal como mecanismo que requiere la puesta en marcha de los procesos subyacentes de acceso al léxico, implica la habilidad de organización cognitiva, la capacidad de llevar a cabo una búsqueda no habitual de palabras, atención focal, atención sostenida y procesos de inhibición. En estas tareas hay un componente ejecutivo responsable de la búsqueda estratégica, la iniciación de las respuestas, el monitoreo y la flexibilidad cognitiva, que pueden encontrarse afectadas en pacientes con TDM (Villodre et. al., 2006). Se puede observar que algunas investigaciones postulan que la capacidad verbal se refleja más fuertemente en la prueba de fluencia semántica que en la fonológica, siendo ésta más dependiente de la integridad de la memoria semántica y siendo una prueba más sensible a lesiones temporales, mientras que la capacidad ejecutiva puede reflejarse más fuertemente en los puntajes de la prueba fonológica, siendo por tanto más sensible a la disfunción frontal (Shao, Janse, Visser, y Meyer 2014). Tanto la fluencia verbal semántica como la fluencia fonológica requieren de una organización eficiente de la recuperación verbal y el recuerdo, así como aspectos de autocontrol de la cognición, autoiniciación con esfuerzo, e inhibición de las respuestas cuando sea apropiado (Crawford y Henry, 2005). Hurks y colaboradores (2004) explican la diferencia en el compromiso ejecutivo en las tareas de fluidez verbal fonológica y semántica a partir de la distinción entre procesos controlados y automáticos. Mediante su trabajo propusieron que la tarea fonológica 10 requiere mayor activación de procesos de control en comparación con la tarea semántica, cuyas asociaciones serían más automáticas. Las pruebas de fluidez verbal, como fue mencionado, incluyen aspectos fonológicos y semánticos, dependiendo de la tarea: el aspecto fonológico implica la producción de palabras que inician con una letra o fonema determinado (fluencia fonológica), mientras que el aspecto semántico está formado por la capacidad de generar palabras dentro de una categoría determinada, como se solicita en tareas de fluencia semántica (Rosselli Cock, Jurado y Matute, 2008). Por lo tanto, la actividad semántica está más implicada en tareas que exigen un procesamiento semántico, dependiendo de la memoria y del conocimiento semántico, mientras que la fluidez fonológica es considerada una medida de disfunción ejecutiva ya que la generación de palabras sobre la base de un criterio ortográfico es inusual y requiere de la generación de estrategias no habituales, de una organización eficiente de recuperación verbal y de aspectos de autocontrol e inhibición de respuestas no adecuadas para la tarea (Crawford y Henry, 2004). La prueba de fluidez verbal fonológica se atiene a los fonemas que componen una palabra, no tiene un miramiento por el significado de las mismas sino por las unidades fonológicas que la componen. Se proporciona una letra específica del alfabeto al sujeto, a quien se le pide que genere tantas palabras como sea posible que comiencen con una letra determinada. Ésta es una tarea de produccion lingüística que implica la activación de los mecanismos necesarios para el acceso lexical, capacidad de produccion verbal controlada y programada, organización de la respuesta, estrategias de búsqueda y eliminación de respuestas previamente dadas. Para lo cual es necesario la activación de procesos cognitivos tales como la atención, la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva, la velocidad de procesamiento de la información, la iniciativa y el monitoreo de producción (Ruff, Light, Parker y Levin, 1997). La fluidez semántica puede reflejar problemas con la memoria semántica y no necesariamente con disfunción ejecutiva, ya que requiere la búsqueda de extensiones semánticas de un superordinado objetivo y, por lo tanto, dependen intrínsecamente de la integridad de las asociaciones semánticas dentro del léxico, en cambio, la fluidez fonológica requiere la creación de estrategias de búsqueda basadas principalmente en representaciones léxicas, por lo cual se relaciona con una tarea ejecutiva (Rohrer, Salmon, Wixted y Paulsen, 1999). 11 Dado que en pacientes depresivos, la memoria semántica se ve menos afectada que otras capacidades cognitivas, ha sido señalado que las reducciones que suelen ocurrir en la fluidez verbal de las personas depresivas estarían asociadas a alteraciones de un componente ejecutivo, pero no una dificultad particular en el procesamiento semántico (Zihl, et al., 2010). Así mismo, Baldo y Shimamura (1998) sostienen que la fluencia semántica declina en menor medida respecto a la fonológica ya que posee un mayor compromiso con la memoria semántica, en cambio la tarea fonológica presenta mayor compromiso con las funciones ejecutivas. Se señalan entonces alteraciones en las funciones ejecutivas en las cuales está involucrado el manejo de situaciones novedosas que implican planificación o toma de decisiones e involucran la corrección de errores o la solución de problemas. Suele tratarse de situaciones técnicamente difíciles que requieren la superación de una respuesta habitual o de “flexibilidad cognitiva” (Marazziti et al., 2010). En conclusión, solicitar la evocación de palabras que pertenecen a una categoría semántica sería consistente con la manera en la que el lenguaje está almacenado en la mente, en cambio, la tarea de búsqueda fonológica, resulta más novedosa para la mayor parte de los participantes y exige más al funcionamientoejecutivo. En este sentido, se cree que la tarea de fluencia verbal semántica sería más fácil que la fluencia verbal fonológica porque la recuperación de palabras que empiezan con una determinada letra requiere la exploración de más subconjuntos de categorías que la recuperación de palabras de una categoría semántica específica. Por lo tanto, la tarea fonológica descansa mayormente en un componente ejecutivo responsable de la búsqueda estratégica, la iniciación de las respuestas, la monitorización y la flexibilidad cognitiva. En cambio, las palabras que se evocan en una tarea de fluidez semántica se encuentran dentro de asociaciones facilitadas (Marino, Acosta Mesas y Zorza, 2011). 1.3.2 Fluencia verbal y velocidad de procesamiento de la información Una alteración neuropsicológica con alta incidencia es la alteración de la velocidad de procesamiento de la información, siendo especialmente evidente en tareas complejas en las que se requiere un procesamiento de la información con esfuerzo (Gudayol- Ferre et. al, 2010). 12 La velocidad de procesamiento de la información es una capacidad general del sistema cognitivo, definida como la suma de los tiempos en los que se percibe una información, se procesa, y se prepara y ejecuta una respuesta. No es una habilidad ejecutiva en sí, sin embargo puede afectarlas, ya que mientras más tiempo se requiera para procesar la información, más tiempo se necesitará para resolver problemas, responder ante situaciones novedosas y ejecutar tareas. Tener una velocidad de procesamiento lenta afecta la flexibilidad, la planificación, la organización, perjudicando el rendimiento en las tareas (Marino, et al. 2019). Si bien los pacientes con TDM tienen una velocidad de procesamiento de la información más lenta, la desaceleración psico-motora por sí sola no puede explicar los resultados deficitarios en ciertas tareas (Snyder, 2013). La cantidad de recursos disponibles para las operaciones cognitivas es limitada. La depresión reduce funcionalmente estos recursos, por lo cual los déficits son evidentes en tareas difíciles que requieren mayor esfuerzo, pero no en aspectos automáticos de las tareas (Gotlib y Joormann, 2010). Se ha observado que los pacientes deprimidos presentan a menudo alteraciones en la velocidad de procesamiento de la información, que suele ser evidente en tareas complejas en las cuales se requiere un procesamiento de la información con esfuerzo (Gudayol- Ferre et. al, 2010). La fluidez verbal mide principalmente la velocidad y facilidad de producción verbal. Hay hallazgos que muestran la influencia de la depresión sobre la velocidad de procesamiento de la información y las funciones ejecutivas. La evidencia indica que la velocidad de procesamiento de información es un déficit generalizado en pacientes depresivos, el cual disminuye la cantidad de información que puede ser activada (Santamarina-Perez et al. 2010). Un análisis cualitativo de la fluidez verbal en la depresión estableció que los pacientes con depresión produjeron menos palabras en la tarea de fluidez semántica que los controles y mostraron un rendimiento normal en las tareas de fluidez fonológica. Estas deficiencias constantes en las tareas de fluidez semántica se ven asociadas a un déficit en la flexibilidad cognitiva y a una velocidad de procesamiento reducida (Fossati, Guillaume, Ergis y Allilaire, 2002). 13 2. Marco teórico El marco teórico de la siguiente tesis es la neuropsicología. Esta disciplina es un área de convergencia entre el nivel de análisis neurológico y el nivel de análisis psicológico que posibilita hacer cuantificable el deterioro de las funciones cognitivas a través de la aplicación de diversos instrumentos de evaluación en un examen amplio de las funciones cognitivas, conductuales y emocionales que pueden resultar alteradas después de un daño cerebral (Burín, Drake y Harris, 2007). La evaluación neuropsicológica es la principal herramienta para estudiar la relación entre el cerebro y la conducta, detectar la alteración mental orgánica y descartar otros trastornos psiquiátricos, diferenciar tipos de alteración, valorando el deterioro y el estado actual de las funciones. También, a partir de ésta, se puede establecer la evolución del paciente, para poder así planificar estrategias y planes de rehabilitación junto con indicaciones terapéuticas. Asimismo, se podría estimar el resultado final o pronóstico y, luego, evaluar la eficacia del tratamiento. Los estudios neuropsicológicos asocian a la depresión con una disminución de las funciones cognitivas en diferentes áreas, tales como la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. En la práctica clínica neuropsicológica es fundamental poder diferenciar si las dificultades cognitivas observadas en un paciente son a causa de un trastorno afectivo, en este caso depresión, o si son indicadores de un proceso degenerativo incipiente ya que tanto el tratamiento como el pronóstico para dicho paciente serán diferentes. Asimismo, desde la clínica del TDM resulta de gran importancia la detección de la afección cognitiva que podría estar asociada a esta entidad, ya que, como se mencionó, la misma conlleva marcada alteración en la calidad de vida e impacto funcional en los pacientes. Como se evidenció antes, respecto a la fluencia verbal en paciente scon TDM, existen controversias acerca de cuál es la modalidad más afectada, si es la fluencia verbal fonológica (Baldo y Shimamura, 1998) o la semántica (Fossati, Guillaume, Ergis y Allilaire, 2002), y en qué medida estos desempeños se asocian a enlentecimiento en la capacidad de procesar información. Este aspecto resulta de relevancia ya que el conocimiento exhaustivo del perfil cognitivo en el TDM permitiría discriminarlo en el diagnóstico diferencial de los cuadros de deterioro cognitivo, en especial los de tipo corticales. 14 3. Objetivo general Se propone evaluar el desempeño en habilidades ejecutivas en una muestra de pacientes con Trastorno Depresivo Mayor. Específicamente, se estudiará el desempeño de pacientes en tareas de fluencia verbal fonológica y semántica y, en qué medida se asocia el desempeño en dichas tareas con la velocidad de procesamiento de la información. Hipótesis general 1°: Los pacientes con Trastorno Depresivo Mayor, obtendrán rendimiento descendido en relación con el Grupo Control en los tests de funciones ejecutivas. Hipótesis específicas: 2º: Los pacientes con TDM obtendrán puntajes descendidos en tareas de fluencia verbal fonológica, especialmente, en contraste con el grupo control. 3º: Se espera que los pacientes que presenten asociación positiva entre el rendimiento en tareas de velocidad de procesamiento de la información y tareas la fluencia verbal. 4. Método y Materiales Diseño y Muestra Se llevó a cabo un estudio comparativo de muestras independientes, observacional y transversal. Sujetos Fueron estudiados dos grupos: Grupo Trastorno Depresivo Mayor (TDM) y Grupo Control (GC), con 23 y 16 participantes, respectivamente. 15 5. Participantes Criterios de inclusión Grupo TDM Pacientes de ambos sexos entre 18 y 75 años de edad con TDM, definida de acuerdo a los criterios del manual DSM V (Ver anexo 1), evaluada por un médico especialista. Criterios de exclusión Grupo TDM Se excluyeron aquellos pacientes que hubieran presentado antecedentes de otra alteración psiquiátrica o neurológica, con déficits visuales o auditivos severos, con antecedentes de droga-dependencia o alcoholismo. A su vez, fueron excluidos pacientes con enfermedad sistémica no controlada, presencia de enfermedad sistémica que puedan ocasionar deterioro cognitivo (ya sean endocrinológicas, tóxicas, heredo-degenerativas, metabólicas o infecciosas) y mujeres embarazadas, según fecha de última menstruación, referida por la paciente.Criterios de inclusión Grupo control (GC) Sujetos de ambos sexos entre 18 y 75 años de edad que no refirieran antecedentes de enfermedad psiquiátrica o neurológica. Fueron evaluados a través de pruebas de screening para TDM y screening de estado cognitivo (MoCA). Criterios de exclusión GC Fueron excluidos sujetos con alteraciones psiquiátricas, sujetos con déficits visuales o auditivos severos, sujetos con antecedentes de droga-dependencia o alcoholismo. También fueron excluidos sujetos con enfermedad sistémica no controlada, presencia de enfermedad sistémica que pudiera ocasionar deterioro cognitivo (ya sean endocrinológicas, tóxicas, heredo-degenerativas, metabólicas o infecciosas) y mujeres embarazadas, según fecha de última menstruación, referida por el sujeto. Asimismo, fueron excluidos los participantes que alcanzaron una puntuación superior a 13 en el BDI II e inferior a 26 en el MoCA. Los pacientes fueron reclutados del Servicio de Psiquiatría del instituto FLENI y evaluados por un especialista en la materia. Los controles fueron reclutados por contactos personales que cumplieron con los criterios de inclusión/exclusión. 16 Se llevó a cabo un muestreo consecutivo de todos aquellos pacientes que cumplieron con las definiciones de caso según los criterios anteriormente mencionados. Los casos fueron pareados por género, edad y nivel educativo con los controles. Consideraciones éticas Todos los participantes del estudio, debieron firmar previamente un Consentimiento Informado. El presente estudio, se adhirió a las normas internacionales de investigación de Helsinki de la Asociación Médica Mundial (15-17) y la Ley 3301 sobre Protección de Derechos de Sujetos en Investigaciones en Salud del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Resolución 1480/2011 del Ministerio de Salud de la Nación. Se respeta la privacidad de las/los sujetos y la confidencialidad de la información, garantizando la no utilización de las informaciones obtenidas en perjuicio de las/los sujetos y/o de las comunidades. Se implementaron métodos que permitieron el anonimato de los/as sujetos y posibilitaron disociar sus datos personales de los datos científicos funcionales a la investigación y comprometiéndose a resguardar toda la información surgida a partir de la recolección, uso y transferencia de datos expresamente estipulados en los instrumentos del consentimiento libre y esclarecido dentro de éste protocolo de investigación, según la Ley 25.326 (Ley de protección de los datos personales). Descripción de instrumentos y administración Se utilizaron las siguientes pruebas para valorar los síntomas anímicos y conductuales, así como también para obtener una medida de la cognición global, medias de fluencia verbal, fonológica y semántica y velocidad de procesamiento de la información: Evaluación Cognitiva Montreal (MoCA): es un instrumento de rastrillaje estandarizado, de uso generalizado, de fácil puntuación y bastante breve evalúa las disfunciones cognitivas leves, examinando las siguientes áreas: visuoespacial, funciones ejecutivas, identificación, memoria, atención, lenguaje, abstracción, recuerdo diferido y orientación (Montreal Cognitive Asesssment, 2001). 17 Inventario de depresión de Beck (BDI) Esta prueba se realizó en 1961 sobre la base de los contenidos más frecuentes de las sesiones terapéuticas de pacientes depresivos. En base a criterios diagnósticos de la depresión tales como humor, pesimismo, culpa, preocupaciones somáticas, perdida de libido, etc. Luego de una revisión, en 1994 se diseña el BDI II adecuando los ítems que lo componen a los criterios diagnósticos del DSM IV. Se trata de una prueba de rastrillaje autoadministrable compuesto por 21 ítems con el fin de medir síntomas que corresponden con los criterios diagnósticos de depresión en las últimas dos semanas incluyendo el día de la toma (Beck, Steer y Brown, 2009). Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) es un breve cuestionario autoadministrado que describe los síntomas emocionales, fisiológicos y cognitivos de la ansiedad, en adultos y adolescentes, siendo una prueba muy adecuada para discriminar la ansiedad de la depresión (Beck y Steer, 2011). La Escala de Hamilton, es una escala heteroadministrada, diseñada para ser utilizada en pacientes diagnosticados previamente con depresión con el objetivo de evaluar cuantitativamente la gravedad de los síntomas (Hamilton, 1960). Inventario Neuropsiquiátrico (NPI), es una escala que valora la presencia de alteraciones psicopatológicas en pacientes con enfermedades neurológicas, principalmente demencias, que consiste en una entrevista semiestructurada hecha a una persona fiable y recurrente del entorno del paciente, y no es administrada al mismo (Boada, Tarrasa, Modinos, López, y Cummings, 2005). Test de acentuación de palabras (TAP) es el método más confiable para evaluar la inteligencia premórbida mediante una regresión lineal, permitiendo una interpretación clara de la gravedad del deterioro (Pluck, Almeida-Meza, Gonzalez-Lorza, Muñoz-Ycaza y Trueba, 2017). Digito símbolo desarrollado por Aaron Smith, publicado en 1973 evalúa la velocidad de procesamiento de la información, en la modalidad visual. Asimismo otorga una buena medida de valoración de la exploración y rastreo visual, atención sostenida y selectiva (Smith, 1973). Fluencia verbal evalúa la productividad y la fluidez verbal (Ramirez, Ostrosky- Solis, Fernandez y Ardila- Ardila, 2005). 18 o Fluencia verbal fonológica tiene un alto componente para evaluar funciones ejecutivas por la novedad de la tarea. Se contabilizó el número de palabras producidas durante un minuto utilizando la letra “p”. o Fluencia verbal semántica tiene un componente más alto para evaluar la memoria semántica. Se consideró el número total de animales evocados durante un minuto. Span de dígitos directo e inverso: o Directo evalúa la amplitud atencional. La evaluada tiene que repetir una serie de números leídos por el examinador en orden directo. o Inverso evalúa la memoria de trabajo. La evaluada tiene que repetir una serie de números leídos por el examinador en orden inverso. 6. Análisis estadístico Se reportan medias (M) y desvíos estándar (DE) para describir la muestra estudiada. Se realizaron pruebas de T para comparar el rendimiento en las distintas tareas de fluencia verbal y velocidad de procesamiento de la información entre el grupo de pacientes y el grupo control. A su vez, se realizaron pruebas de correlación de Pearson para evaluar la posible asociación entre el rendimiento en tareas de productividad verbal y tareas de velocidad de procesamiento de la información. Descripción de la muestra En primer lugar se presentan los datos demográficos de los grupos TDM y GC, así como las características clínicas del grupo TDM. En segundo lugar, se muestra el rendimiento neuropsicológico en los dominios de interés del grupo TDM, contrastado con el GC. Datos demográficos Los grupos TDM y GC no mostraron diferencias significativas en edad ni educación (t (38) = 1.02, p = 0.943 y t (38) = -0.73, p = 0.3, respectivamente). Tampoco mostraron diferencias significativas en la distribución de frecuencias de la variable sexo (X2 (1, N = 39), p = 0.501). Estos datos se muestran en la Tabla 1. 19 Tabla 1. Datos demográficos. N Sexo Edad Escolaridad Femenino Masculino M (DE) M (DE) TDM 23 9 14 61.82 (12.62) 13.47 (4.55) GC 16 8 8 57.62 (12.51) 14.5 (3.79) M: Media aritmética, DE: Desvío estándar, GC: Grupo control, TDM: Trastorno Depresivo Mayor. Los grupos TDM y GC exhibieron diferencias significativas en las pruebas que cuantifican los síntomas de depresión y el rendimiento cognitivo global. Esto se replica tanto para las pruebas de auto reporte como tambiénpara las hétero administradas y la cognición global. Los resultados se encuentran reportados en la tabla 2. Tabla 2. Datos clínicos. TDM GC P BDI M (DE) 27.61 (9.61) 5.93 (4.15) <0.01 HDRS M (DE) MoCA M (DE) 19.05 (7.01) 22.17 (4.66) 3.25 (4.25) 26.68 (1.88) <0.01 0.01 20 M: Media aritmética, DE: Desvío estándar, GC: Grupo control, TDM: Trastorno Depresivo Mayor, BDI: Beck Depression Inventory, HDRS: Hamilton Depression Rating Scale, MoCA: Montreal cognitive assessment. Respecto del rendimiento cognitivo en la tabla 3 se presentan los resultados de las pruebas de T realizadas comparando el rendimiento de ambos grupos en tareas de fluencia verbal y velocidad de procesamiento de la información. Finalmente, en la tabla 4 se presentan las correlaciones de Pearson entre el rendimiento en tareas de fluencia verbal y tareas de velocidad de procesamiento de la información considerando todos los sujetos evaluados. Tabla 3. Resultados del rendimiento en tareas de fluencia verbal semántica y fonológica y Velocidad de procesamiento de la información. TDM M (DE) GC M (DE) P FLU SEM (DE) FLU FONO (DE) 15,95 (5,01) 13,87 (4,41) 18,5 (4,19) 18,3 (4,04) 0.100 0.003 SDMT (DE) 34,91 (11.61) 49,81 (9.51) < 0.001 M: Media aritmética, DE: Desvío estándar, TDM: Trastorno depresivo mayor, GC: Grupo control, FLU SEM; fluencia semantica, FLU FONO: fluencia fonologica; SDMT: Symbol digit modalities test. 21 Tabla 4. Correlación entre tareas de fluencia verbal y tareas de velocidad de procesamiento de la información. SMDT FLU SEM FLU FONO SDMT FLU SEM ---- -,735** ----- -,705** -,573** FLU FONO ----- Se resaltan en negrita los resultados significativos ** p<0,01 SDMT: Symbol digit modality test, FLU SEM: fluencia semántica, FLU FONO: fluencia fonológica. 7. Discusión El propósito de este estudio consistió en estudiar la fluencia verbal en el TDM y su asociación con la velocidad de procesamiento de la información. Se llevó a cabo en el marco de la Neuropsicología clínica. El TDM es un trastorno afectivo crónico que usualmente cursa con alteraciones cognitivas. Los déficits cognitivos específicos del aprendizaje, la memoria, la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento, la atención y concentración son hallazgos altamente replicados en individuos que presentan un episodio depresivo mayor. Se cree que el sistema ejecutivo está involucrado en el manejo de situaciones novedosas que implican planificación o toma de decisiones, por lo cual el rendimiento en las medidas del funcionamiento ejecutivo tiende a verse afectado en pacientes deprimidos de diferentes edades (Goodale, 2007). 22 Los resultados obtenidos respecto de la primera hipótesis planteada, según la cual se esperaba que el rendimiento cognitivo en tareas de funciones ejecutivas de los pacientes con depresión fuera deficitario en relación al grupo control, respaldan la hipótesis e incrementan la evidencia de diversos estudios ya reportados acerca de la presencia de disfunción cognitiva en el TDM. A su vez, los resultados mostraron una merma en la cognición global en el grupo de pacientes con TDM. En este sentido, podría pensarse que la misma está asociada a dificultades ejecutivas, es decir que los puntajes deficitarios en las pruebas con componentes ejecutivos inciden en el desempeño cognitivo global disminuido valorado por el MoCA. Esto se desprende del compromiso que tienen las habilidades ejecutivas en otras tareas tales como las de memoria o tareas de índole visoconstructiva. Respecto a la segunda hipótesis, los pacientes con TDM obtuvieron puntajes descendidos en tareas de fluencia verbal en contraste con el grupo control. En especial, esto se observó en tareas de fluencia fonológica y no semántica. Estos resultados abonan los postulados teóricos respecto a la mayor incidencia de los procesos ejecutivos en la primera respecto de la segunda. Asimismo, siendo el TDM una entidad que no compromete la memoria semántica, tal como había sido hipotetizado, el rendimiento en la fluidez semántica no se vio comprometido en este grupo. Asimismo, los resultados obtenidos apoyan también la hipótesis formulada respecto a la asociación entre la velocidad de procesamiento de la información y la fluidez verbal, tanto fonológica como semántica. Los pacientes depresivos mostraron enlentecimiento, en cambio, los controles no. Esto permite suponer que siendo la incidencia de la velocidad es similar en ambas tareas ya que ambas son tiempo-dependiente, son los requerimientos de habilidades ejecutivas los que marcan mayor diferencia entre ambos. Sin embargo, no se realizaron los estudios que permitan echar luz en este sentido. Como sabemos, a pesar de la heterogeneidad de los perfiles neuropsicológicos en pacientes con depresión, la mayoría de los trabajos que evaluaron las funciones ejecutivas, evidenciaron una disfunción en tareas que impliquen tales procesos, por lo cual los resultados alcanzados se corresponden con dichos hallazgos. Respecto a la asociación entre el rendimiento de la fluencia verbal en pacientes con TDM y la velocidad de procesamiento de la información, se observó que a mejor velocidad de procesamiento, mejor rendimiento en fluencia verbal 23 Tal como ha sido mencionado a lo largo de la revisión de investigaciones anteriores, los subdominios cognitivos tales como el aprendizaje, la memoria, el funcionamiento ejecutivo, la velocidad de procesamiento, la atención y concentración se ven significativamente afectados durante y entre los episodios en personas con TDM. Las consideraciones desprendidas del análisis llevado a cabo en el presente estudio, apuntan a brindar una herramienta clínica en la evaluación del trastorno depresivo, que otorgue la posibilidad de detectar el déficit en la fluencia verbal asociada al deterioro en las funciones ejecutivas. Finalmente, los datos obtenidos alcanzan una significación estadística en el sentido de las hipótesis que se proponían encontrar. En este sentido, los resultados sugieren que el perfil cognitivo que presenta fallas de fluencia fonológica más salientes que las de la fluencia semántica y enlentecimiento en el procesamiento de la información serían característicos del TDM. Las limitaciones del estudio tienen que ver con el tamaño muestral involucrado, tratándose del número reducido de la muestra considerada. Teniendo en cuenta que nuestros resultados alcanzaron una significación estadística, se sugiere que en la medida que se incremente el número de sujetos incluidos, este valor podría cobrar mayor significación aún. Por este motivo, como futuros lineamientos sería conveniente replicar este estudio con una muestra más amplia. Aun así, se quiere resaltar en este punto el beneficio de contar con controles. Cabe destacar que en la literatura ha sido señalado que las mejoras en el estado de ánimo no necesariamente se traducen en mejoras en la función, y este aspecto es de relevancia fundamental en la clínica. Para abordar este aspecto hubiera sido necesario un enfoque longitudinal que excedía los propósitos del presente estudio, pero que sin dudas resulta de interés abordar en fututos trabajos. 24 8. Referencias Bibliográficas American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders. 5th ed. Washington, DC: Author. Ardila, A., Pineda, D. y Rosselli, M. (2000). Correlation between intelligence test scores and executive function measures. Archives of clinical neuropsychology, 15 (1), 31-36. Ardila, A., & Ostrosky, F. (2012). Guía para el diagnóstico neuropsicológico.Florida: American Board of Professional Neuropsychology. Beck, A. T. (1967). Depression: Clinical, experimental, and theoretical aspects. Hoeber Medical Division, Harper & Row. Beck, A. T., Steer, R. A., & Brown, G. K. (2006). BDI-II. Inventario de Depresión de Beck, Segunda Edición: Manual. Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. E., & Emery, G. (1979). Beck Depression Inventory. 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