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Facultad de Psicología Universidad de Buenos Aires TESIS DE GRADO Incidencia del nivel educativo en pruebas de Fluencia verbal Fonológica y Semántica en población jóven de la provincia de Buenos Aires. Alumna: Brovia, Paula Soledad L.U.: 372260550 Tutora: Dra. Fiorentini, Leticia DNI tutora: 26.571.716 Firma tutora: Área temática: Neuropsicología Clínica Buenos Aires, Argentina 2018 1 ÍNDICE 1. RESUMEN…………………………………………………………………………4 2. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………….5 2.1. Fluencia verbal……………………………………………………………….5 2.1.1. Origen de las pruebas de Fluencia Verbal……………………………...6 2.1.2. Prueba de Fluencia Verbal Fonológica………………………………….7 2.1.3. Prueba de Fluencia Verbal Semántica…………………………………..7 2.2. Incidencia del nivel educativo en las pruebas de Fluencia Verbal Fonológica y Semántica………………………………………………………….8 2.3. Incidencia del nivel educativo en la prueba de Fluencia Verbal Fonológica……………………………………………………………………...….9 2.4. Incidencia del nivel educativo en la prueba de Fluencia Verbal Semántica………………………………………………………………………...10 3. OBJETIVOS E HIPÓTESIS……………………………………………………..11 4. MÉTODO………………………………………………………………………….12 4.1. Diseño…………………………………………………………………..12 4.2. Muestra…………………………………………………………..…......12 4.3. Instrumentos……………………………………………………..….….13 4.4. Análisis de los datos………………………………………....…...…...14 5. RESULTADOS…………………………………………………………………...14 6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES…………………………………………….. 16 7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………….. 19 8. ANEXOS…………………………………………………………………………. 25 2 Agradecimientos: Agradezco profundamente a mis padres y a mi hermana por haberme sostenido en este largo camino, a mi pareja por su apoyo incondicional, a mis compañeros de la Práctica Profesional “Neuropsicología Práctica: Técnicas de evaluación” del Hospital Fernández, y a la Dra. Leticia Fiorentini por su dedicación en su rol como tutora para poder llevar a cabo la presente tesis de grado. La presente tesis sigue los lineamientos del Manual de estilo de la APA, 6ta. Edición. 3 1. RESUMEN El presente estudio fue diseñado para explorar la incidencia del nivel educativo en el rendimiento de las pruebas de Fluencia Verbal Fonológica (FVF) y Fluencia Verbal Semántica (FVS). Las pruebas se administraron a una muestra de 39 adultos jóvenes argentinos, conformada por grupos acorde a 3 niveles de escolaridad: sujetos con 7 años de educación formal (n=13), sujetos con 12 años (n=13) y sujetos de 13 a 17 años inclusive (n=13). Los mismos fueron denominados primario, secundario y terciario, respectivamente. En particular, se observó si se encontraban diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en el rendimiento en las pruebas de FVF y FVS. Acorde a lo esperado, los resultados obtenidos sugieren que el rendimiento en ambas pruebas incrementa acorde al aumento del nivel educativo, siendo que los sujetos del grupo terciario obtuvieron mayores puntajes que los del secundario y primario, y los de secundario mayores que con respecto a los de primario. Contrario a la literatura abordada, se encontró que la FVS presenta mayor sensibilidad a los efectos del nivel educativo que la FVF. Por otra parte, se buscó establecer valores normativos para ambas pruebas, lo que aportaría datos útiles para el desarrollo de futuras investigaciones que aborden una población adulta joven argentina. Palabras clave: Capacidad de Fluencia Verbal, Prueba de Fluencia Verbal Fonológica, Prueba de Fluencia Verbal Semántica, Nivel Educativo. 4 2. INTRODUCCIÓN 2.1. Fluencia verbal La fluencia verbal es la capacidad de producir un habla espontáneamente fluida, sin excesivas pausas o fallas en la búsqueda de palabras (Butman, Allegri, Harris y Drake, 2000). Esta aptitud se explora a través de dos pruebas que requieren que los sujetos evaluados produzcan tantas palabras como sea posible, fonológica y/o semánticamente, y en un tiempo limitado que habitualmente es un minuto. La prueba de fluencia verbal fonológica (FVF) implica generar palabras que comiencen con una letra preestablecida por el examinador como, por ejemplo, que empiecen con la “p”. Mientras que en la prueba de fluencia verbal semántica (FVS) se pide producir palabras pertenecientes a una categoría específica; animales, frutas, ropa, transportes, etcétera (Ramírez, Ostrosky-Solís, Fernández y Ardila, 2005). La pruebas de fluencia verbal son unas de las más utilizadas en el ámbito de la neuropsicología clínica y experimental. Esto se debe a que son rápidas y fáciles de administrar, y son sensibles al deterioro cognitivo de una variedad de etiologías (Mathuranath, et al., 2003). También, se emplean para evaluar el funcionamiento cognitivo después del daño neurológico (Henry y Crawford, 2004). En el ámbito clínico, se han observado déficits en fluencia verbal en pacientes con daño en el lóbulo frontal (Benton, 1968), enfermedad de Parkinson (Bayles, Trosset, Tomoeda, Montgomery, y Wilson, 1993), traumatismos craneoencefálicos (Axelrod, Tomer, Fisher, Aharon-Peretz, 2001), enfermedad de Huntington (Rosser & Hodges, 1994), demencia de tipo Alzheimer (Binetti et al., 1995) y enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia (Allen, Liddle, y Firth, 1993) y la depresión (Norris, Blankenship-Reuter, Snow-Turek, y Finch, 1995). En este sentido, también se ha reportado que permiten discriminar, mejor que muchas otras, entre pacientes con la enfermedad de Alzheimer temprano y los controles normales (Mathuranath, et al., 2003). Así como también puede ser útil para distinguir la alteración cognitiva de la demencia, de la que se asocia a la depresión (Kronfol, Hamsher, Digre y Waziri, 1978). Y, además, para predecir qué individuos con deterioro de la memoria 5 asociado a la edad tienen más probabilidades de desarrollar una demencia (Hanninen, et al., 1995). Diversos estudios postulan una clara diferenciación de los sistemas neurales involucrados, de acuerdo con el tipo de prueba de fluidez verbal solicitada (Labos, Trojanowski, Río, Zabala y Renato, 2013). Se ha reportado que la prueba fonológica implicaría especialmente una activación del lóbulo frontal (Coslett, Bowers, Verfaellie y Heilman, 1991) y de los procesos ejecutivos, ya que esta requiere una organización eficiente de recuperación verbal, así como aspectos de autocontrol de la cognición -el participante debe realizar un seguimiento de las respuestas que ya ofreció-, autoiniciación esforzada e inhibición de las respuestas cuando sea apropiado (Henry y Crawford, 2004). Mientras que la prueba semántica activaría el lóbulo temporal (Newcombe, 1969), siendo más dependiente de la integridad de la memoria semántica, que contiene la representación de nuestro conocimiento de objetos, hechos y conceptos así como las palabras y su significado (Henry y Crawford, 2004). Acorde a lo mencionado, el marco teórico desde el que se realizará el presente trabajo esel de la neuropsicología. Esta es una especialidad clínica que se ocupa del diagnóstico y el tratamiento de los problemas cognitivos, conductuales y emocionales que pueden ser el resultado de una disfunción cerebral conocida o sospechada. 2.1.1. Origen de las pruebas de Fluencia verbal Las pruebas de fluencia verbal, tal como se las conoce en la actualidad, pueden remontarse al trabajo de Thurstone (1938) con la Prueba de Fluidez de Palabra, que formaba parte de la Prueba de Habilidades Mentales Primarias. Esta tarea requería que las personas escriban palabras que iniciaran con una letra específica, durante un periodo de tiempo relativamente largo; por ejemplo, 5 minutos para escribir todas las palabras posibles que comenzaron con la letra “s” (Tombaugh, Kozak y Rees, 1999). Entre los descendientes más directos de su paradigma están Bechtoldt, Benton, y Fogel (1962), y Fogel (1962), quienes desarrollaron la primera prueba de fluencia verbal de producción oral, donde se 6 utilizaban las letras “f”, “a” y “s” y el tiempo empleado en su administración era de 1 minuto. Por otra parte, el primer intento de desarrollar normas para esta prueba fue hecho por Borkowski, Benton y Spreen (1967). Debido a esto Benton y sus colegas son generalmente acreditados por el desarrollo de una contraparte verbal para el procedimiento de Thurstone (Tombaugh et al., 1999). Finalmente, para este procedimiento se propone el nombre de Controlled Oral Word Association -COWA- (Ruff, Light, Parker y Levin, 1996) y fue incluido inicialmente como un subtest dentro de una batería de evaluación del lenguaje (Benton, 1969). En la literatura han sido registradas distintas modalidades de respuesta en fluencia verbal, que se diferencian en oral o escrita. Sin embargo, las versiones más actuales de la prueba implican generalmente una respuesta hablada en lugar de escrita y el tiempo limitado es de 60 segundos (Ratcliff, et al,. 1998). 2.1.2. Prueba de Fluencia Verbal Fonológica La prueba de FVF consiste en que los sujetos produzcan la mayor cantidad de palabras posibles y diferentes, que comienzan con una letra del abecedario preestablecida por el examinador. Esto se le solicita a los sujetos evaluados, y se les otorga 60 segundos para llevarlo a cabo. Por su parte, el examinador tomará en cuenta todas las palabras que los sujetos generen, y el puntaje final de la prueba resulta de la suma de todas las palabras generadas que sean admisibles. Con respecto a las letras que se emplean en esta prueba, se observa que en la mayor parte de los estudios anglosajones se utilizan tanto las letras “f”, “a”, “s”, como “p”, “m” y “r”, siendo estas tres últimas las más adecuadas para el vocabulario español (Casals-Coll, et al., 2012). 2.1.3. Prueba de Fluencia Verbal Semántica La prueba de FVS consiste en generar la mayor cantidad de palabras posibles pertenecientes a una categoría como: animales, frutas, ropa, transporte, verbos, entre otros (Ramírez et al., 2005). Para realizar esta tarea se le otorgan a 7 los evaluados 60 segundos como tiempo límite, y el puntaje total se obtiene de la suma de todas las palabras admisibles. Para evaluar la FVS se han propuesto diversas categorías, como son las de animales, frutas y verduras, utensilios de cocina, elementos en un supermercado o nombres de personas (Casals-Coll, et al., 2012) . Sin embargo, una revisión de la literatura muestra que la categoría que se emplea con mayor frecuencia es la de animales (Tombaugh et al., 1999). Esta selección se evidencia, por ejemplo, en investigaciones que involucran en un mismo estudio sujetos pertenecientes a distintas culturas, siguiendo la idea de que permite obtener resultados más homogéneos. Conforme a los estudios de Kempler, Teng, Dick, Taussig y Davis (1998), una de las razones por las que se emplea este campo semántico es por que se cree que el conocimiento de los nombres de animales puede variar menos entre diferentes grupos étnicos, en comparación con otras categorías utilizadas con frecuencia como, por ejemplo, artículos de supermercado. 2.2. Incidencia del nivel educativo en las pruebas de Fluencia verbal fonológica y semántica Una gran cantidad de estudios de la literatura evidencian el efecto de ciertos factores sociodemográficos en el rendimiento de las pruebas de fluencia verbal, como la edad, el sexo, el nivel educativo, el idioma y el origen étnico, entre otros (Mathuranath, et al., 2003). Con respecto a la posible incidencia del sexo en las tareas de fluencia verbal, los resultados son controversiales; no son claros y han variado de un informe al otro (Mathuranath, et al., 2003). Los efectos de la etnicidad también lo son; mientras algunos autores reportan un impacto de la etnia sobre el número de palabras generadas (Gladsjo, et al,. 1999), en otros estudios (Kempler et al., 1998) las diferencias encontradas en el rendimiento fueron atribuidas a aspectos lingüísticos y no al impacto de la etnia. Otros factores, como el bilingüismo o la región geográfica, han sido abordados y podrían ejercer influencia sobre el rendimiento en fluencia verbal (Rosselli, et al., 2002). Pero son muchos también los estudios que evidencian un efecto consistentemente positivo del nivel educativo en la fluidez verbal 8 (Mathuranath, et al., 2003). De forma específica, se ha encontrado que el nivel educativo incide de forma significativa en el rendimiento de los sujetos en las pruebas de fluencia verbal (Rosselli, Ardila y Rosas, 1990; Crossley, D’ Arcy y Rawson, 1997; Kempler et al., 1998; Tombaugh et al., 1999; Troyer, 2000; Mathuranath, et al., 2003; Casals-Coll, et al., 2012). En este sentido, según el estudio normativo realizado en Argentina por Butman et al. (2000), donde fueron evaluados 266 sujetos de habla hispana con edades de entre 18 y 86 años, a mayor nivel educacional, mejor es el rendimiento en las pruebas de FVF y FVS. Además se encontró que la edad, los años de escolaridad y el nivel cognitivo son predictores del rendimiento en ambas pruebas. Conclusiones similares fueron encontradas en las investigaciones realizadas por Mathuranath, et al. (2003), que evaluaron sujetos adultos residentes de la India, con un rango de edades de entre 55 a 84 años. Los autores concluyeron que los resultados en ambas pruebas aumentaban acorde al incremento del nivel educativo, incluso luego de controlar las variables edad y sexo (Mathuranath, et al., 2003). Estos hallazgos les permitieron establecer que la educación tiene un efecto independiente y positivo en ambas pruebas de fluencia y que no afecta una más que a la otra. Otro estudio llevado a cabo en España, que abordó una población de sujetos más jóvenes- de entre 18 a 49 años-, demostró también la influencia significativa del nivel educativo en ambas pruebas, y afirman un pico en el rendimiento en FVF entre los 30 y 39 años, con el consiguientedescenso en la mediana edad (Casals-Coll, et al., 2012). 2.3. Incidencia del nivel educativo en la prueba de Fluencia verbal fonológica Varios estudios de la literatura, si bien reportan la incidencia significativa del nivel educativo en ambas pruebas de fluencia verbal, evidencian también un mayor efecto de esta variable sobre la prueba de FVF que con la FVS. Conforme a los estudios realizados por Rosselli et al. (1990), donde fueron evaluados sujetos de Colombia con edades de entre 16 a 65 años e incluyó sujetos analfabetos- sin educación formal- y profesionales, si bien el nivel educativo afecta el rendimiento en ambas pruebas, hay una interacción más significativa de esta variable con la FVF. Los autores hallaron una gran diferencia en el nivel de dificultad entre ambas 9 pruebas para el grupo de nivel educativo bajo: el rendimiento de estos sujetos fue superior en la prueba semántica que en la fonológica. Mientras que, para el grupo de alto nivel educativo, esta diferencia fue mínima (Rosselli et al., 1990). Resultados similares son evidenciados por Crossley et al. (1997) quienes concluyeron que si bien el rendimiento en FVF y FVS se ve incrementado con el nivel educativo, la prueba de FVF pareciera ser más sensible a sus efectos. Encontraron los sujetos con el nivel educativo más alto -13 años o más- produjeron el doble de palabras que aquellos con nivel educativo más bajo- 0 a 6 años-. Otro estudio realizado en la India, donde se evaluaron sujetos sanos de entre 34 a 55 años de edad, afirma también una interacción significativa del nivel educativo con la FVF más que con la FVS (Ratcliff, et al,. 1998), sugiriendo que esto se debe a la asociación entre la conciencia fonológica y la alfabetización de los sujetos. También se ha reportado que las medidas de fluencia verbal son diferencialmente sensibles a la edad y a la educación (Tombaugh et al., 1999), lo que indica que existe una mayor sensibilidad de la FVF a los efectos de la escolaridad y de la FVS a a los de la edad. 2.4. Incidencia del nivel educativo en la prueba de Fluencia Verbal Semántica Varios estudios establecieron la correlación del nivel educativo sólo con la prueba de FVS (Kempler et al., 1998; Carnero, Lendínez, Maestre y Zunzunegui, 1999; Ramírez et al., 2005). Según el estudio realizado por Kempler et al. (1998), tanto la edad como la educación son variables muy importantes que afectan la producción de nombres de animales, y los individuos más jóvenes y aquellos con más educación produjeron más nombres de animales que los participantes mayores y con menor nivel educativo. Otro estudio realizado en España, tras evaluar a 138 sujetos con edades entre 55 a 80 años y con un nivel educativo estratificado en 0 años de educación, menos de 5, de 5 a 10 y más de 10, encontró que los valores que se obtuvieron en FVS eran inferiores a otros grupos normativos publicados debido al bajo nivel educativo de esta población, afirmando una clara incidencia del nivel educativo en esta prueba (Carnero et al., 1999). Conclusiones similares fueron halladas por Benito-Cuadrado, Esteba-Castillo, Bohm, Cejudo Bolívar y Peña-Casanova (2002), quienes evaluaron sujetos de 18 a 65 años de edad, y 10 determinaron que el rendimiento en FVS es influenciado por los años de educación formal, pero también por la edad de los sujetos evaluados. Resultados semejantes fueron reportados en Argentina, siendo la edad y la escolaridad factores determinantes en la ejecución de la FVS, a diferencia de otras variables también evaluadas como la cultura de los examinados (Ramírez et al., 2005). Los estudios arriba descritos revelan la incidencia del nivel educativo en el rendimiento y algunos de ellos, a su vez, sugieren diferencia entre los dos tipos de prueba de FVF y FVS. Dado que no existe en nuestro medio estudios que aborden este aspecto en sujetos adultos jóvenes, lo que genera dificultades en el contexto de evaluación para interpretar sus desempeños, el presente estudio se propone evaluar la incidencia del nivel educativo en una población jóven de sujetos argentinos con distintos años de escolarización. 3. OBJETIVOS E HIPÓTESIS El objetivo del presente estudio es evaluar la incidencia del nivel educativo en el rendimiento de sujetos adultos jóvenes (de 20 a 30 años de edad) en las pruebas de FVF y FVS, residentes del área metropolitana de Buenos Aires (Capital Federal y Conurbano bonaerense). A su vez, otro propósito del mismo radica en la generación de valores normativos actualizados para estas pruebas descritas, en la banda etaria definida. OBJETIVO GENERAL: Evaluar la incidencia del nivel educativo en el rendimiento de sujetos adultos jóvenes (de 20 a 30 años de edad) en las pruebas de FVF y FVS, residentes del área metropolitana de Buenos Aires. HIPÓTESIS GENERAL: Se espera que los sujetos con mayor nivel educativo obtengan un rendimiento superior en fluencia verbal, tanto semántica como fonológica. 11 OBJETIVO ESPECÍFICO: Evaluar si la incidencia del nivel educativo es la misma para los dos tipos de pruebas de fluencia verbal. HIPÓTESIS ESPECÍFICA: Se espera que el nivel educativo tenga un mayor efecto en la prueba de FVF que en FVS, tal como fue referido en la literatura antes abordada. 4. MÉTODO 4.1. Diseño En el presente estudio se llevó a cabo un diseño cuasi experimental, transversal. En el diseño cuasi experimental los sujetos no se asignan al azar a los grupos ni se emparejan, sino que se trata de grupos definidos antes del experimento, son grupos intactos: la razón por la que surgen y la manera como se formaron es independiente o aparte del experimento (Sampieri, Collado y Lucio, 2014). Por lo tanto, el investigador no puede manipular la variable independiente, ni crear los grupos experimentales por aleatorización. En el presente estudio, la variable independiente es el nivel educativo de los sujetos seleccionados (primario, secundario y terciario). Por su parte, el diseño de investigación transeccional o transversal recolecta datos en un solo momento, en un tiempo único, siendo su propósito describir variables y analizar su incidencia e interrelación en un momento dado (Sampieri et al., 2014). 4.2. Muestra En este estudio la muestra seleccionada corresponde a una muestra no probabilística o dirigida, donde la elección de los sujetos no depende de la probabilidad, sino de causas relacionadas con las características de la investigación, y de la toma de decisiones de un investigador o de un grupo de investigadores. 12 En primer lugar, se reclutaron 39 sujetos, de 20 a 30 años de edad, residentes del área metropolitana de Buenos Aires (Capital Federal y conurbano bonaerense), Argentina, y con una escolaridad formal de 7 a 17 años. Los sujetos fueron reclutados en función de las zonas de residencia para controlar el efecto de la variable socioeconómica.La variable escolaridad se estratificó en tres niveles: primaria (7 años completos de educación formal), secundaria (12 años completos de educación formal) y terciario (de 13 a 17 años de educación formal). La muestra final quedó conformada por tres grupos de 13 personas cada uno, correspondientes a los niveles educativos primaria, secundaria y terciario. Cada sujeto firmó un consentimiento informado por su participación en el estudio (Ver anexo). Los criterios de inclusión fueron los siguientes: ser de nacionalidad argentina, de entre 20 a 30 años, haber recibido educación formal en una escuela pública o privada en Argentina, tener una educación formal de un mínimo de 7 años y máximo de 17 años, obtener un desempeño ≥27 y <17 en el cuestionario BDI-II. Se consideraron los siguientes criterios de exclusión: presencia de antecedentes neurológicos, psiquiátricos o farmacológicos que pudieran eventualmente comprometer las funciones cognitivas; presencia de enfermedades sistémicas agudas o crónicas no controladas; historial de abuso de alcohol y/o drogas; haber recibido un entrenamiento previo en cualquiera de las pruebas administradas. 4.3. Instrumentos En el presente estudio se utilizó el Mini Mental State Examination o MMSE (Folstein et al. 1975), para evaluar el estado cognitivo general de los sujetos. Este es un instrumento que permite hacer un rastreo inicial de alteraciones cognitivas, y consiste en una serie de pruebas que evalúan orientación, memoria de corto y largo plazo, atención, lenguaje, praxias y la habilidad visoconstructiva. El puntaje máximo que un sujeto puede obtener es 30, y en este estudio se utilizó un puntaje de corte de 27. Para el rastreo de sintomatología depresiva, se utilizó el Beck’s Depression Inventory-II o BDI-II (Beck, 1996). Es un cuestionario autoadministrado que se 13 compone de 21 ítems indicativos de síntomas tales como tristeza, llanto, pérdida de placer, sentimientos de fracaso y de culpa, pensamientos o deseos de suicidio, pesimismo, entre otros. Estos síntomas se corresponden con los criterios para el diagnóstico de los trastornos depresivos acorde al DSM-IV y el CIE-10. Con respecto a la puntuación, varía de 0 a 3 según los ítems elegidos por el sujeto, y el puntaje de corte que se utilizó es de 17. Para la prueba de FVF se empleó el Controlled Oral Word Association Test - COWA- (Benton y Hamsher, 1976), seleccionando la letra “p” al ser la más utilizada en nuestro país (Butman et al., 2000). La consigna y criterios de puntuación fueron tomados de la Batería Neuropsicológica de Screening en Esclerosis Múltiple (BNS-EM) validada en Argentina a través del estudio RECONEM (Cáceres, Vanotti, Gold, Rao y Reconem Workgroup, 2003). Con respecto a la FVS, se tomaron los criterios de evaluación propuestos por Ramírez et al. (2005), donde se solicita la evocación de nombres de animales. Las consignas y criterios de puntuación se proporcionan en el anexo. 4.4. Análisis de los datos Se comparó los puntajes en las pruebas de MMSE y BDI en los tres grupos. Debido a que estos puntajes no presentaban una distribución normal, se utilizó una prueba no paramétrica de comparación de medias (Kruskal-Wallis). Para comparar el rendimiento de los tres grupos (primario, secundario y terciario) en las dos pruebas de fluencia verbal se realizó un análisis de la varianza (ANOVA de un Factor). Finalmente, para estudiar el grado de incidencia de la variable nivel educativo sobre el desempeño en las pruebas de FVF y FVS se aplicó un análisis de regresión lineal simple. Todos los análisis se llevaron a cabo mediante el paquete estadístico IBM SPSS 24 (SPSS software, version 24.0). 5. RESULTADOS Datos demográficos 14 Los tres grupos de estudio (primario, secundario y terciario) estaban conformados por 13 sujetos cada uno. La proporción de sujetos masculinos fue del 53,8%. Respecto de la edad, los grupos no presentaron diferencias estadísticamente significativas (F= 2.03, p= .146). Las medias y desvío estándar se muestran en la Tabla 1. Tabla 1 Medias y desvío estándar de las edades por grupo A su vez, los grupos tampoco mostraron diferencias estadísticamente significativas en el MMSE ni BDI (X2 1, N=39 = 4.07, p= 0.13 y X2 1, N=39 = 1.81, p= 0.40) respectivamente. A si mismo, se realizó el cálculo de las medias y desvío estándar para cada grupo en las dos variables de estudio. Los resultados se muestran en la Tabla 2. Tabla 2 Medias y desvío estándar de los grupos Con respecto a las variables FVF y FVS, los resultados del ANOVA arrojaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos, mostrando para FVF 15 (F=23.95; p<.05) y para FVS (F=28.17; p<.05) . Se realizó una prueba Post Hoc, en este caso para varianzas que no son homogéneas, utilizando el T2 de Tamhane para evaluar cuáles son los grupos internos sobre los que hay diferencia. Se encuentra que son significativos todos los valores entre los grupos en las dos variables. El nivel de significación empleado fue de p <.05. Por otra parte, se realizó una regresión lineal simple para analizar en qué medida el nivel educativo incidió en el rendimiento en las pruebas de FVF y FVS, tal como se muestra en los estudios abordados. Los resultados evidencian que es la FVS la que presenta una mayor incidencia de la variable nivel educativo, ya que explica el 57% de su varianza, en contraste con la FVF que explica el 55%. 6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES En el presente trabajo se buscó explorar si el nivel educativo de los sujetos (en términos de años de educación formal recibida) incide en la capacidad de producir palabras a partir de un determinado fonema o categoría semántica. En particular, se observó si se encontraban diferencias estadísticamente significativas entre los grupos conformados por personas con distintos niveles educativos, en el rendimiento en las pruebas de FVF y FVS. También, se buscó establecer posibles valores normativos de una población adulta jóven argentina. En primer lugar, acorde a lo esperado, se observaron diferencias significativas entre cada uno de los grupos en las dos pruebas de fluencia verbal, siendo que los sujetos con un nivel educativo terciario obtuvieron mayores puntajes que los del secundario y primario, y los de secundario mayores que con respecto a los de primario. Esto podría sugerir que a medida que el sujeto adquiere un mayor nivel educativo, es decir que recibe más años de educación formal, aumenta su rendimiento y capacidad de fluencia verbal. Estos datos hallados coinciden con la literatura abordada (Butman et al., 2000; Mathuranath, et al., 2003; Casals-Coll, et al., 2012) que señalan que el nivel educativo tiene un efecto positivo en FVF y FVS, ya que el rendimiento incrementa acorde al aumento del nivel educativo. Los 16 resultados podrían explicarse a partir de las consecuencias cognitivas que generan la adquisición de las habilidades de lectura y escritura a partir de la escolarización (Ostrosky-Solis, Ardila, Rosselli, Lopez-Arango y Uriel-Mendoza,1998), así como también de la actividad escolar posterior que reciba el sujeto, que permite el desarrollo de aspectos más complejos del lenguaje tales como la representación abstracta, interna, relación entre los objetos y fenómenos de la realidad (Quintanar-Rojas, López, Solovieva y Sardá, 2003). También, a partir de la incidencia de este factor en otras capacidades tales como en la memoria, la solución de problemas y las habilidades construccionales, entre otras. (Rosselli et al., 1990). Por otra parte, se ha encontrado un mayor efecto del nivel educativo en la prueba de FVS que en la de FVF. Contrario a lo que reporta la literatura abordada (Rosselli et al., 1990; Crossley et al., 1997; Ratcliff, et al,. 1998; Tombaugh et al., 1999) los datos indicarían que la FVS resulta ser más sensible que FVF a los efectos de la escolarización. Una hipótesis que surge con respecto a esta disimilitud, es que estas investigaciones mencionadas incluyen en sus rangos sujetos con cero años de escolaridad formal, es decir analfabetos, mientras que en el presente estudio se abordó sujetos con un mínimo de 7 y un máximo de 17 años de escolaridad formal. Otra explicación podría ser el tamaño de la muestra seleccionada, siendo que en los estudios abordados los mismos la superan considerablemente. Este es el caso de Rosselli et al. (1990) quienes incluyeron en su estudio 100 sujetos que no sabían leer ni escribir, y quienes fueron reclutados de un centro educativo ubicado en Bogotá. Así como también, Crossley et al. (1997) quienes abordaron de una muestra de 635 sujetos, a 149 con un rango de 0 a 6 años de educación formal. Así mismo, al realizar la comparación sobre los valores totales que obtuvieron los tres grupos en cada prueba, se hizo evidente en todos los casos mayores puntajes en la FVS. Esto condice con los resultados obtenidos por Butman et al. (2000) que evidencian que la FVF tuvo resultados inferiores a la semántica (FVS) en todos los grupos. Cabe señalar que otras variables como la comisión de errores en estas pruebas de fluencia verbal, que además permite obtener información de índole cualitativa, no fue abordada debido a que no se encontraron errores significativos. 17 En la actualidad, se han reportado trabajos de normalización en las pruebas de fluencia verbal que se han centrado en la influencia de la escolaridad (entre otras variables) en adultos mayores o abordando rangos de edad muy amplios (Casals-Coll, et al., 2012). No se han encontrado estudios nacionales que aborden únicamente una población adulta jóven, ni contemplen enfermedades de implicancia actual tal como las adicciones, los trastornos de ansiedad, entre otros, que afectan a una gran proporción de la sociedad. Tampoco se establecen asociaciones en torno al nivel socioeconómico de los sujetos, que podría generar diferencias en las oportunidades de aprendizaje de aquellas habilidades a evaluar. Finalmente, es importante destacar que los datos normativos de FVF y FVS vigentes en nuestro país fueron proporcionados en el año 2000 (Butman et al., 2000). En este sentido, acorde a los cambios culturales que han ocurrido en el transcurso de estos años, puede inferirse la importancia de realizar una actualización de los mismos. A partir de los resultados obtenidos en el presente trabajo se concluye que la educación representa una variable crítica en la ejecución de estas pruebas neuropsicológicas y que por lo tanto, es un factor que debe ser muy tenido en cuenta debido a su influencia en ambas pruebas (Butman et al., 2000). En este sentido, muchos estudios han demostrado que distintas variables pueden afectar el rendimiento de los sujetos, arrojando resultados inconsistentes o deficitarios. De lo mencionado anteriormente, se desprende la relevancia para el ámbito clínico del presente estudio, donde se aborda una banda etaria no contemplada en estudios normativos previos, además de la variable nivel educativo que resulta significativa en la ejecución de pruebas de evaluación. Con respecto a las limitaciones del presente estudio cabe señalar el limitado tamaño de la muestra que se utilizó, por lo que la generalización de los resultados obtenidos deberá realizarse con suma cautela. Sin embargo, se sientan las bases para futuras investigaciones. 18 7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Allen, H. A., Liddle, P. F., y Frith, C. D. (1993). Negative features, retrieval processes and verbal fluency in schizophrenia. British Journal of Psychiatry, 163, 769-775. Axelrod, B. N., Tomer, R., Fisher, T., y Aharon-Peretz, J. (2001). Preliminary Analyses of Hebrew Verbal Fluency Measures. Applied Neuropsychology, 8(4), 248–250. http://doi.org/10.1207/s15324826an0804_8 Bayles, K. A., Trosset, M. W., Tomoeda, C. K., Montgomery, E. B., y Wilson, J. (1993). Generative naming in parkinson disease patients. Journal of Clinical and Experimental Neuropsychology, 15(4), 547–562. http://doi.org/10.1080/01688639308402578 Bechtoldt, H. P., Benton, A. L., y Fogel, M. L. (1962). An application of factor analysis in neuropsychology. The Psychological Record, 12(2), 147–156. http://doi.org/10.1007/bf0339345 Beck, A. T., Steer, R. A. y Brown, G. K. (2006). BDI-II Inventario de Depresión de Beck. 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ANEXOS Consigna, modo de administración y criterios de puntuación de FVF y FVS, Consentimiento informado y Protocolos (MMSE, BDI-II, FVF y FVS) 25 FLUENCIA VERBAL FONOLÓGICA (BNS-EM) Consigna y modo de administración: Se le dice al sujeto a evaluar: “Le voy a decir una letra del abecedario y quiero que me diga la mayor cantidad de palabras que pueda que comiencen con esa letra. Tengo algunas reglas para esta tarea. Una es que no puede decir nombres propios. Eso significa los primeros nombres y palabras que comiencen con la letra mayúscula. Entonces, si le daría la letra “N”, debe decir “Natalia” o “Noruega”. Tampoco quiero que me diga ningún número, entonces no empiece a contar “noventa, noventa y uno…”. Y cuando me diga una palabra solo puede usar una forma de esa palabra. Entonces, si dice “Navegar”, no sigan diciendo “Navegan”, “Navegaban”, “Navegante”, y así. ¿Está bien? Solo dígame la mayor cantidad de palabras que pueda, sin utilizar las cosas de las que recién hablamos. Tendrá un minuto para hacer esto. Yo le diré cuándo comenzar y cuándo parar.” Luego de brindar la consigna, se contabilizan 60 segundos y se da por finalizada la prueba. El examinador tomará nota de todas las palabras que el sujeto produzca. No se deben corregir los errores o desviaciones de las normas. Si el examinado se detiene antes de que finalice el plazo estipulado se lo debe alentar a que piensa algunas palabras más. Criterios de puntuación Los puntajes de la prueba son la suma de todas las palabras admisibles. No se contabilizan nombres propios y lugares. Las inflexiones de la misma palabra se computan como una sola. Las palabras extranjeras se contabilizan sólo si forman partes del vocabulario castellano. Los errores deben ser revisados cuidadosamentedado que ellos proveen una valiosa información cualitativa de ciertos tipos de trastornos cognitivos: ej. repeticiones (perseveraciones); intrusiones (de otras letras); parafasias, entre otras. FLUENCIA VERBAL SEMÁNTICA (Ramírez et al., 2005) 26 Consigna y modo de administración: Se le dice al examinado: “Le voy a pedir que me diga todos los nombres de animales que se le ocurran. Tiene un minuto, y yo le voy a decir cuándo detenerse”. El tiempo deberá contabilizarse al terminar la instrucción. No se deberán proporcionar ejemplos, y si la persona se detiene antes de completar los 60 segundos se le motivará a seguir, diciendo sólo una vez la siguiente consigna: “¿Qué otro animal conoce?”. Al minuto, se da por finalizada la prueba. Criterios de puntuación Se otorgará un punto por cada palabra correcta, por lo tanto el examinador anotará todas las palabras que produzca el sujeto evaluado. Serán válidas todas las palabras que sean un nombre de animal, así como de animales extinguidos, imaginarios o mágicos (por ejemplo, dinosaurio, unicornio, mamut, dragón, entre otros). Aquellos que no pertenezcan a una categoría supraordinada (por ejemplo, pez, pájaro, insecto, entre otros), que la palabra no sea una raza distinta de un mismo tipo de animal (por ejemplo, pastor alemán, dalmata, entre otros), que sea variación intraespecie, ni diminutivos (por ejemplo, gallo/gallina, león/leona, caballo/yegua, vaca/becerro, pato/patito), si hay más de un representante de esa clase. Ni los nombres propios (por ejemplo, nombres de mascotas como “Odín”, “Pelusa”). No se tendrán en cuenta las perseveraciones (repetición de una misma palabra) ni las intrusiones (una palabra que no pertenezca a la categoría) en la puntuación pero sí se evaluarán como información cualitativa. 27 28 CONSENTIMIENTO INFORMADO Yo libre y voluntariamente consiento en participar en el trabajo de administración de una batería neuropsicológica como sujeto a ser evaluado. Entiendo que el propósito de este trabajo es permitir obtener datos para el trabajo de campo que se corresponde con el requisito de tesis de grado de la carrera de Licenciatura en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Estoy informado que mi participación consiste en realizar distintas tareas que involucran las funciones cognitivas. Conozco que será preservada la confidencialidad de los datos que se obtengan y que no recibiré a cambio una devolución sobre el rendimiento en las pruebas. Este consentimiento puede ser retirado en cualquier momento, sin perjuicio, penalidad o pérdida de beneficios. He leído y comprendido esta nota de consentimiento. ---- / ---- / ---- Fecha ------------------------------------------ ------------------------------------------ Firma del participante Firma del evaluador 29 30 31 32 33
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