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Revista Digital Cuatrimestral
N° 3 - Diciembre 2018
ISSN 2618-1908 
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N° 3 - Diciembre 2018
Registro DNDA en trámite
ISSN 2618-1908
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sibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original.
Revista Digital Cuatrimestral
ARTETERAPIA
Proceso Creativo y Transformación
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Sumario
Editorial 
Haciendo foco 
•	 Debates actuales. Alejandro Reisin 
Caleidoscopio de lenguajes 
•	 Fototerapia. La vida misma ha dejado de ser real para vivirse exclusivamente como imagen. 
Julio Castellano 
•	 Lenguajes expresivos y arteterapia en el abordaje de TCA: ¿por qué es importante conectarse 
con el arte en tiempos de penuria? Mariana Vigneau 
Encuentros conversados
•	 Entrevista a Montserrat Montané 
Experiencias arteterapéuticas 
•	 Arteterapia en un equipo interdisciplinario de rehabilitación cognitiva. La experiencia en INECO. 
Clara Miraldi y Cecilia Cavallo 
•	 Arteterapia y autonocimiento. Una vía de exploración hacia uno mismo. Luis Formaiano 
•	 El arteterapia con orientación antroposófica. Gabriela Porák de Osman 
•	 El antídoto de Ana. Abordaje arteterapéutico con una joven con conductas autoflagelantes. 
Gustavo Sarthou 
•	 Experiencia con arteterapia en discapacidad. Yamila Albana Grespán 
De libros y autores
•	 The power of your other hand 
Arteterapeutas en acción
•	 Experiencias profesionales contadas en primera persona 
Aplausos
•	 Abrazo, una obra puente 
Te contamos…
•	 Presentación del libro Psicoterapias Psicoanalíticas 
Agenda de congresos y encuentros 
Galería de lenguajes arteterapéuticos 
Humor 
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El potencial transformador
del arteterapia
Editorial
Cuando imaginamos el nombre que portaría la revis-
ta, Jean Pierre Klein acudió a inspirarnos en aquel acto 
iniciático de nominación. El arteterapia –nos ayudaba a 
reflexionar el psiquiatra y arteterapeuta francés– es el 
encuentro entre dos proyectos, uno artístico y otro tera-
péutico, que permite a las personas generar un proceso 
de transformación de sí mismas y les ayuda a integrarse 
en sus grupos de referencia social, de una manera crítica 
y creativa. En otras palabras, el potencial del arteterapia 
se proyecta en lo personal pero también en lo comuni-
tario, en lo individual y en lo grupal, en lo privado y en lo 
público.
Este número que presentamos es un reflejo de esta cua-
lidad del arteterapia que habilita otros saberes, instan-
cias y dinámicas para circular con los otros, dando lugar a 
otros discursos y develando otros sentidos. Y estas habi-
litaciones se producen en términos personales y sociales, 
cualidad medular en tiempos en que los vientos soplan 
buscando la uniformidad y la homogeneidad de miradas 
o, como expresó recientemente la poeta y crítica de arte 
Annie Le Brun, en una coyuntura en que el sueño, la poe-
sía y el silencio están amenazados.
El artículo que integra la sección ”Haciendo foco” fue 
realizado por Alejandro Reisin y recupera los principales 
debates que se plantean en torno al arteterapia, partien-
do de la aseveración de que estamos adiestrados para 
pensar el lado llano y visible de las ideas desde una lógica 
científica, mientras se excluyen las zonas inciertas, caóti-
cas e imprecisas que plantea el arte.
”Caleidoscopio de lenguajes” fue concebida para mostrar 
la diversidad de expresiones creativas que pueden utili-
zarse en una sesión de arteterapia, y en esta oportunidad 
presentamos la fototerapia como una técnica de gran re-
levancia en un tiempo en que la imagen es el lenguaje 
privilegiado culturalmente para expresar emociones y 
conceptos, para llamar la atención sobre la realidad, para 
hacer visible lo invisible.
En cuanto a las experiencias arteterapéuticas, una rica 
variedad de artículos conforman esta sección. Desde 
distintos encuadres teóricos, como la teoría junguiana, 
la terapia cognitiva o la antroposofía, arteterapeutas de 
reconocida trayectoria nos cuentan los recorridos realiza-
dos con personas que buscaban distintos objetivos con 
sus tratamientos terapéuticos. También mostramos las 
posibilidades que ofrece el arteterapia para el trabajo con 
personas con discapacidad o con trastornos en sus con-
ductas alimenticias.
En el encuentro conversado de este número cruzamos 
imaginariamente el océano y entrevistamos a Montse-
rrat Montané, que en su carácter de miembro fundador 
de la Asociación Profesional Española de Arteterapeutas 
en 1999 y como docente de la formación de profesionales 
en Metáfora, nos cuenta su propio recorrido y el de la dis-
ciplina en aquel país que se encuentra embarcado, como 
muchos, en el reconocimiento oficial de la profesión. La 
generosidad y riqueza de sus respuestas habilita aquellas 
preguntas, saberes y maneras de relacionarse que surgen 
cuando el arteterapia es presentado por una profesional 
con conocimientos y experiencia.
En esta edición continuamos con los comentarios de libros 
que esperamos sean un incentivo para la lectura, y con la 
agenda de eventos y congresos que permitirán a nuestros 
lectores preparar sus trabajos para exponer o participar 
en cualquier modalidad. Pensamos, sin embargo, que de-
bíamos sumar una sección que intitulamos ”Aplausos” y 
que inauguramos solicitando a una arteterapeuta argen-
tina que contara el proceso de construcción grupal de una 
obra plástica entre pacientes y profesionales en un hos-
pital público de la Ciudad de Buenos Aires. La obra que se 
expuso finalmente en el Carrousel du Louvre en París fue 
gestada y coordinada por el sector de arteterapia del hos-
pital. En el futuro seguiremos sumando hechos que nos 
parecen destacables para nuestra disciplina e invitamos a 
los lectores de otros países a que nos envíen escritos del 
mismo tenor. Que disfruten la lectura de esta edición. ■
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Debates actuales
Haciendo foco
Proponemos la investigación como metodo-
logía clínica, construyendo de manera inter-
subjetiva nuestro andar, a diferencia del mo-
delo de investigación de la ciencia dura, que 
supone otros procedimientos de contraste y 
control, con un enfoque estadístico y norma-
tivo necesario para sus fines objetivos. 
Bifrontes
Estamos adiestrados desde una lógica ”científica” 
para pensar el lado llano y visible de las ideas, mas las 
zonas inciertas, caóticas, imprecisas, típicas del arte, 
son excluidas. Es necesario buscar tanto las variables 
estables como las inestables para incluir sus órdenes 
y sus desórdenes, pensándolas como sistemas crí-
ticos y, por lo tanto, inestables. La impredecibilidad 
generariquezas creativas, supone un ordenamiento 
mayor, un estado de mayor potencial donde no está 
todo dicho ni predicho. La previsibilidad es una ilu-
sión positivista que intenta conocer y manejar todas 
las variables, provocando muchas veces así una im-
plosión, un estallido del sistema, al dejar afuera de lo 
posible de expresión, lo no dicho, lo inexpresado. 
Y el arte, en tanto metáfora, complejidad, presencia 
en la representación, es un terreno de muchos y di-
ferentes decires. El arteterapia es bifronte... ni arte, 
ni terapia, es más como el filo de lógicas diversas, 
conjugadas en un borde inacabable, su andar persiste 
mientras sostenga ambos mundos y no decida entrar 
solo en uno de ellos. La conjugación de dos mundos 
tiene como espacio de unión un borde con un deter-
minado grosor, que funciona como una bisagra que 
los articula de algún modo. Ese borde, como si se tra-
tara de la orilla de un mar o de un margen, permite 
andar entre esos dos mundos (la tierra, el mar, el cielo; 
el arte, lo terapéutico). Ese espacio atrae tránsitos, de-
moras, velocidades, contemplaciones y acciones en la 
posibilidad de vislumbrar el otro frente. 
Lo ”bifronte” se apoya en uno de ellos pero no pierde 
el otro frente de la vista, navega en andares cercanos 
y profundos que hace que la construcción de ese hacer 
componga nuevos posicionamientos subjetivos. 
El hacer del arte conjuga metafóricamente, síntesis 
simbólica de lo humano mismo; en un trazo, un gesto, 
una palabra o un sonar, se devela la condición de la 
fuerza y la vulnerabilidad que habitan y coexisten en 
lo imposible del ser, haciéndolo, al menos, visible.
El hacer de lo terapéutico tiene como sitio de la mirada 
esa particular modalidad del otro de vivenciar la rea-
lidad de su mundo y de cómo puede ser posible lograr 
Alejandro Reisin*
* Licenciado en Psicología. Profesor de Psicología en Nivel Medio y Superior. Psicólogo social. Magíster en Gestión Educativa. Cofundador y codirector de la 
Primera Escuela Argentina de Arteterapia. Fundador del Movimiento Argentino de Arteterapia. Autor de diversos libros, entre ellos: Creatividad, Psiquismo y 
Complejidad, Poéticas del tiempo, Arteterapia. Semánticas y Morfologías y Clínica del Pensamiento Arteterapéutico.
El hacer arteterapéutico propone caminos 
metaforizantes para una transformación. Es 
un hacer en lo real que trans-forma cosas, 
sustancias, objetos, discursos, y que habilita 
vislumbrar otras transformaciones de orden 
simbólicas y subjetivas.
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Ha
cie
nd
o 
fo
co una torsión o un desvío en esa construcción que habi-
lite otras modalidades subjetivas más potenciadoras.
El hacer arteterapéutico propone caminos metafori-
zantes para una transformación. Es un hacer en lo 
real que trans-forma cosas, sustancias, objetos, dis-
cursos, y que habilita vislumbrar otras transformacio-
nes de orden simbólicas y subjetivas. Un gráfico de 
toroides en movimiento podría representar lo interno 
y lo externo como momentos de un proceso íntegro: el 
adentro del sujeto, el afuera del objeto, el adentro del 
objeto, el afuera del sujeto.
Claro está que esa juntura de espacios requiere y ofre-
ce muchos ámbitos de reflexión y pensamiento para 
procesar todo lo que allí sucede y se pone en juego, 
para comprender esas particulares modalidades de 
articulación de ambos mundos, para, incluso, ”aceitar” 
la bisagra o revisar su óptimo funcionamiento.
El arte como recurso terapéutico (y otras preposicio-
nes: en, entre, de, desde, hacia, por, sin) abre cami-
nos para el fortalecimiento de lo sano y la reparación 
posible de los padecimientos subjetivos en pos de 
una cura. Pensar los recursos, los cursos (caminos), 
las recursiones, las incursiones, plantea un mapa de 
sendas a recorrer en implicada atención responsable. 
Evidentemente, el plano actitudinal es condición ne-
cesaria –aunque no suficiente– para poder abrir estos 
caminos. 
Métodos…
¿Cuáles son los debates del arteterapia con el mé-
todo científico? ¿Cuáles son las luchas con el para-
digma positivista? El método científico procura una 
definición precisa de su campo de injerencia y tiene 
una estructuración que argumenta por qué pone 
cada disciplina su barrera.
Primer punto: ¿Quién espera - qué cosa - para ser 
explicada? 
Segundo punto: ¿Qué es explicar? Argumentar ra-
zones, justificaciones de causas y efectos.
El método científico tiene que ver con este carác-
ter analítico de separar cada elemento (análisis sig-
nifica ”separar cada parte”); si el paciente hizo un 
movimiento hacia la derecha o hacia la izquierda, 
será (…xxx…). 
Pensamos otro recorrido más integrador, no exclu-
sivamente desde un discurso de sesgo academi-
cista y tecnocrático que procura la comprobación 
observable de los hechos, sino el de la indagación, 
la escucha activa, el acompañamiento, la continua 
revisión de lo identitario, en pos de la potencia del 
sujeto en su singularidad. 
Proponemos la investigación como metodología 
clínica, construyendo de manera intersubjetiva 
nuestro andar, a diferencia del modelo de investi-
gación de la ciencia dura, que supone otros proce-
dimientos de contraste y control, con un enfoque 
estadístico y normativo necesario para sus fines 
objetivos. Claro está que de forma continua deben 
corregir sus procedimientos según los resultados 
obtenidos.
¿Cómo saber entonces si el camino que tomamos 
en la praxis es el correcto, es el que nos lleva ha-
cia donde pre-tendemos? La palabra <investigar> 
proviene de ”ver en los vestigios” (in por dentro). Y 
el término <corrección>, aquí, significa ”regir con”. 
Investigar clínicamente supone, como primer pun-
to, preguntarnos (y explorarnos) acerca de cómo 
vemos los vestigios (¡a veces lo obvio nos es invi-
sible!). Luego, evaluar de modo general si hemos 
de tomar esos vestigios o hemos de descartarlos, 
lo que hará que investiguemos por ahí o sigamos 
otro andar. Si no los tomamos e insisten, es enton-
ces alguna resistencia de nuestra parte la que no 
los toma, es decir, algún punto ciego o resistente 
ante una e-videncia que queremos evitar. De nue-
vo, tendremos que torsionar la percepción para ver 
lo invisible. 
Como metodología, una manera de concebir el an-
dar es seguir investigando (viendo vestigios) aun-
que estemos –o supongamos estar– en el proceso 
apropiado. Porque aunque creamos saber de qué 
se está tratando, siempre nos podemos sorprender, 
Para investigar, necesitamos preguntarnos. 
La pregunta es clave, es el motor que 
indaga en busca de ampliar visiones, 
campos. Incluso es más relevante la 
pregunta que las respuestas… Porque ¿qué 
haríamos si tuviéramos solo respuestas y 
no supiéramos a qué preguntas responden?
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por eso, la íntima conexión con la mirada crítica. A 
esto me gusta llamar ”humildad epistemológica”, y 
es una advertencia continua de nuestro no saber. 
Respecto de investigar metodológicamente, todo el 
tiempo estamos haciendo pasos de un camino que, a 
la vez, se hace al andar. De alguna manera, por el ca-
rácter dialéctico entre lo buscado y lo encontrado, la 
metodología es puro estallido, múltiples vías poten-
tes que se abren... estoy acá; ahora: ¿adónde voy? La 
previsión de ese camino (método) nos permite tomar 
elementos del recorrido hecho o a hacer y sirve para no 
perderse tanto... da un marco para estar en esa ida y 
vuelta. Porque no se puede pensar de manera lineal ni 
simple lo creativo. No estamos midiendo gotas en una 
lluvia, estamos en la complejidad de la transformación 
subjetiva a través del arte. 
Para investigar, necesitamos preguntarnos. La pre-
gunta es clave, es el motor que indaga en busca de 
ampliar visiones, campos. Incluso es más relevante 
la pregunta que las respuestas… Porque ¿qué ha-
ríamos si tuviéramos solo respuestas y no supiéra-
mos a qué preguntas responden? Si la pregunta es 
auténtica y dispuesta a encontrarse con diversidad 
de respuestas, entonces abre otro espacio, que mos-
trará nuevos andares, nuevos procedimientos, nue-
vas preguntas, en un diálogo entrelo buscado y lo 
encontrado.
Lo metodológico tiene que estar en función de poder 
sostener dónde están esos cortes del flujo del andar, 
dónde están esas potencias, dónde está esa sensibi-
lidad de ese sujeto, dónde están los padecimientos… 
y, sobre todo, ¡dónde está ese poder que el otro tie-
ne! Cómo problematizar, y en ese sentido, lo recursi-
vo no es siempre buscar una solución o un problema, 
sino buscar los recursos. Y la multiplicidad de recur-
sos nos puede dar multiplicidad de problematizacio-
nes y de respuestas. No hay un único camino para 
llegar a un único lugar. 
En la dialéctica de lo buscado y lo encontrado, de-
bemos utilizar inexorablemente los emergentes. No 
se trata de dilematizar entre planificación estructu-
ral y dinámica de emergentes. Es relevante tomar el 
emergente porque delata algo del existente, por eso, 
no es mera casualidad ni distracción. 
Tenemos que dialectizar lo que emerge, lo que tenía-
mos imaginado y planificado, y el territorio real de lo 
posible. Existe una dialéctica entre la estructura de 
la tarea y la dinámica de lo que se trabaja. Es una 
construcción compleja y dinámica.
Emergentes
Hay que confiar que el emergente es la otra cara del exis-
tente. ¿Por qué nos podemos apoyar en los emergentes? 
Porque no son una pura casualidad o un error. El emer-
gente es lo que podemos ver, como si fuera lo visible de 
un iceberg sobre la superficie de agua, algo que emerge 
de ahí. Está lógicamente sostenido por el existente. 
Cuando trabajamos con el emergente, estamos mirando 
por una rendija, pispeando qué pasa con el existente. Y 
es una apoyatura enorme, es inacabable. Porque siem-
pre hay algo que esté existiendo.
Estamos hablando de cómo podemos palpar eso, cómo 
podemos escuchar, acompañar, percibir, registrar el im-
pacto propio, esto del lugar del observador, aquello de lo 
que los físicos hablan, cómo modifica el observador, con 
su presencia, lo observado.
¿Cómo poder incluir los emergentes, cómo salir de lo li-
neal?
La mirada del arteterapeuta necesariamente debe in-
cluir en su intervención el cómo toma el otro lo que le 
sucede, es decir, debe poder escuchar eso que el otro 
aloja. Además, tenemos que estar advertidos de que 
ese decir está codificado, metaforizado, en el formato 
de un lenguaje con una significación singular, histórica, 
simbólica. 
Esa transformación que construye su propia trans-
formación (hermenéutica) y en co-laboración con esa 
transformación del otro. ¡Eso sí es continuamente re-
cursivo! 
Y un asunto: lo autopoiético refiere a ”la capacidad de los 
sistemas de producirse a sí mismos”. ■
En la dialéctica de lo buscado y 
lo encontrado, debemos utilizar 
inexorablemente los emergentes. No se 
trata de dilematizar entre planificación 
estructural y dinámica de emergentes. 
Es relevante tomar el emergente porque 
delata algo del existente, por eso, no es 
mera casualidad ni distracción.
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s Fototerapia
La vida misma ha dejado de ser real para 
vivirse exclusivamente como imagen
La fototerapia es una técnica terapéutica que 
expresa, analiza y comprende fragmentos 
que pertenecen a nuestro ser interior. Se tra-
ta de la utilización de fotografías como ayuda 
en el alivio de síntomas psicológicos y en el 
crecimiento personal, que permiten la explo-
ración de contenidos individuales menos evi-
dentes. Julio Castellano*
* Experto en Arteterapia y Creatividad (Universidad Pontificia Comillas, Madrid, España). Psicoterapeuta Transpersonal (Escuela Española de Terapia Transpersonal). 
Licenciado en Artes (Academia de Arte de la Universidad de Estocolmo, Suecia). Fotógrafo.
Las fotografías tienen significados más allá de sus 
contenidos visuales, que las palabras por sí ”solas” 
no pueden expresar. Las memorias y las emociones 
que inconscientemente desencadenan son de una 
gran utilidad para ayudar a los individuos a explorar 
diferentes aspectos de sí mismos y de sus vidas. Cada 
fotografía tomada por una persona es una forma de 
autorretrato, una especie de ”espejo con memoria”.
Las imágenes son entes dinámicos, poseen vida pro-
pia. Poseen vida porque una vez creadas pasan a re-
lacionarse dialécticamente con todo lo que las rodea. 
Y así comienzan a dar sentido a lo que vemos, a la vez 
que toman sentidos nuevos: de otras imágenes, de los 
comentarios de las personas, de las circunstancias 
históricas en que son creadas o a las que sobreviven.
Las imágenes prolongan nuestra capacidad para en-
tendernos a nosotros mismos y a la realidad, más allá 
de nuestros límites físicos, tanto corporales y geográ-
ficos como temporales.
Racionalmente sabemos que las fotografías no son 
”reales”, que ”no dicen la verdad”, ya que representan 
elecciones específicas, construcciones, momentos de-
cisivos. Sin embargo, proporcionan significado. Preci-
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Caleidoscopio de lenguajes
samente, esta contradicción y esta tensión las vuelven 
en extremo productivas en el proceso terapéutico.
 
El significado se encuentra, no tanto en sus factores 
visuales, sino en lo que estos detalles evocan en cada 
observador (incluso las reacciones que tenemos hacia 
postales, fotos de prensa, revistas y fotos tomadas por 
otros, pueden proporcionarnos pistas que echen luz 
acerca de nuestra vida interior y sus secretos).
Al detener nuestra mirada en una fotografía, por lo ge-
neral y de forma espontánea, elaboramos un significa-
do que ”creemos” proviene de la foto y este significado 
puede o no ser el que el fotógrafo originalmente inten-
tó expresar. 
Las fotografías contienen y poseen historias, razo-
nes para haber sido tomadas, para haber posado para 
ellas, guardadas, añoradas y recordadas. Las memo-
rias y las emociones que las fotografías de manera in-
consciente proporcionan o desencadenan son de gran 
ayuda para los individuos en terapia para explorar di-
ferentes aspectos de ellos y de sus vidas. La técnica se 
fundamenta en las reacciones emocionales y raciona-
les que los participantes verbalizan ante las imágenes 
presentadas (o tomadas por ellos) y en la utilización de 
diferentes ejercicios de dinámica personal o grupal en 
torno a ellas.
Por medio de la fotografía instantánea, de juegos de 
rol, poses y posturas corporales y de la utilización del 
video como herramienta narrativa terapéutica y de 
observación, externalizamos las sensaciones de nues-
tro cuerpo y establecemos las bases para el estudio 
y la profundización psicológica mediante la reflexión y 
análisis.
La fototerapia se basa en la idea de que la represen-
tación visualmente simbólica está mucho menos ”de-
formada” y ”modificada” que la expresión de la expe-
riencia sensorial por medio del lenguaje. Berger (2008) 
afirma que la percepción visual es lo que nos coloca 
en el mundo, lo que nos rodea, pero lo que vemos está 
condicionado por lo que sabemos o creemos. ”La per-
cepción visual precede a las palabras. Un niño mira y 
reconoce antes de poder hablar” (Berger, 2008: 21).
Al mirar imágenes, al ser testigos de su flexibilidad, 
uno considera obvio que ”la verdad” es una construc-
ción y que la identidad está fragmentada en muchas 
”verdades”.
Este método de autoexploración a través de la foto-
grafía provoca, además de la satisfacción causada por 
la propia creación, una dimensión lúdica que se enfati-
za en terapia. Las personas usan técnicas de fotogra-
fía terapéutica para su propia indagación personal o 
proceso de cambio intencional, mientras que los tera-
peutas utilizan las técnicas de fototerapia para ayudar 
a otras personas (sus clientes) que necesitan resolver 
problemas emocionales personales. 
¿Qué hace la diferencia entre la imagen fotográfica y 
las otras formas de imágenes, como por ejemplo la 
pintura o el cine?
Además de las otras características de la fotografía 
como terapia, podríamos referirnos, por un lado, a la 
eficiencia presentada por la rapidez de tomar una foto 
en comparación con la pintura o el dibujo, y también 
podríamos evitar la frustraciónde un paciente ante su 
supuesta incapacidad para dibujar o pintar.
La fotografía (como práctica) no es ”lo fotográfico” 
(como categoría de pensamiento). Es una distinción 
importante que siempre hay que tener presente so 
pena de confusión. La fototerapia trata con símbolos 
personales, proyectados mediante el sistema visual-
mente representado y se manifiesta en forma de una 
imagen fotográfica. Las fotografías son representa-
ciones de la realidad del usuario. Esto se aplica a las 
fotografías que él crea o en las que se representa, así 
como a las fotografías que recopila y guarda.
La fotografía es un arte que, usado como terapia, tiene 
importantes beneficios para las personas que lo prac-
tican. Esta disciplina es una excelente herramienta de 
autodescubrimiento y de recuperación en pacientes 
que cursan procesos de enfermedad:
a) la fotografía utilizada en el proceso diagnóstico en 
salud mental; 
b) como instrumento terapéutico; 
c) como resultado de orientaciones ocupacionales o de 
estrategias dirigidas a la superación individual; 
d) como sublimación de impulsos individuales.
En 1981, Jerry Fryrear y Bob Fleshman abordaron el 
tema de la cooperación entre diferentes ramas artísti-
cas en su obra The Arts in Therapy. Fryrear notó que, a 
lo largo de la historia, entre las diferentes ramas artísti-
cas ha habido conexión (esta tendencia es cada vez más 
evidente en el arte contemporáneo). Estas tecnologías 
incluyen: movimiento, dirección y presentación corporal. 
Jerry Fryrear e Irene Corbit usan la fotografía en su 
práctica terapéutica. Lo que hacen es fotografiar a sus 
pacientes para estudiar su postura y luego usan las 
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s respectivas fotografías para la llamada ”confrontación 
de autoimagen”. Además, invitan a sus pacientes a 
construir sus propias imágenes y posar para la cáma-
ra, imaginando varios estados de ánimo o sentimien-
tos. La importancia que dan Fryrear y Corbit a la pos-
tura, a la forma en que las personas se sientan frente 
a la cámara de fotos, se convierte en terapia, ya que 
nuestra mente reacciona a la expresión que nuestro 
cuerpo capta (nuestro cuerpo resulta ser una expe-
riencia visual que cambia según las emociones y es-
tados de ánimo, entre otros).
La fototerapia se encuentra en la intersección de 
dos espacios lúdicos: el que pertenece al paciente y 
el que pertenece al terapeuta. Psicoterapia significa 
dos personas que juegan juntas. En consecuencia, 
cuando jugar no es posible, el esfuerzo del terapeuta 
se canaliza para hacer que el paciente pueda jugar. 
Ya que, solo siendo creativo, uno puede descubrir su 
yo verdadero.
La utilización de fotografías con fines de tratamiento 
se remonta cuanto menos a 1851, año en el que es-
tas sustituyeron a las trasparencias de papel utiliza-
das en las sesiones vespertinas de linterna mágica 
en el Hospital Psiquiátrico de Pensilvania.
En Inglaterra, Hugh W. Diamond, superintendente 
del manicomio de Surrey y aficionado a la fotografía, 
presentó en 1852 una colección de imágenes de sus 
pacientes. En 1856 dictó una conferencia ante la Ro-
yal Society of Medicine acerca de la utilidad de las fo-
tografías como reflejo de las diferentes fisionomías, 
según el tipo de enfermedad mental. Atribuía a los 
retratos propios cierto papel en la recuperación de 
los pacientes al ofrecerles de esta manera una ima-
gen más precisa de sí mismos. 
Una utilización particular de las fotografías es la rea-
lizada con ancianos o personas con deterioro cogni-
tivo en la llamada ”terapia de la reminiscencia”, que 
busca tanto estimular la memoria como facilitar la 
comunicación grupal. Junto a otros objetos cotidia-
nos (por ejemplo, libros, prendas, monedas antiguas) 
que sirven como catalizadores de la conversación, 
las fotografías permiten rescatar los recuerdos. En 
casos de amnesia traumática los álbumes familiares 
pueden cumplir ese mismo objetivo de reconstruc-
ción de la historia perdida.
También se pueden utilizar las técnicas fototera-
péuticas para trabajar con niños y adolescentes, con 
pacientes con trastornos de alimentación u otras 
patologías, con personas que atravesaron experien-
cias traumáticas, con quienes buscan su desarrollo 
personal y autoconocimiento. 
Un ejemplo de utilización práctica de la fotografía 
como actividad expresiva, ocupacional y medio de 
superación personal por parte de individuos con una 
enfermedad mental fue el proyecto ”Well-Being”. 
Posteriormente publicado en un formato económi-
co con el título People say I’m crazy, esta antología de 
arte, prosa, poesía y fotografía representa el esfuer-
zo por parte de usuarios de servicios de salud mental 
para definir su bienestar, no su enfermedad. 
Otro más reciente es el ”Mental Wealth”, iniciado en 
2005 en colaboración con ”PhotoVoice”, organización 
que propugna la utilización de la fotografía docu-
mental por aquellos colectivos sociales menos favo-
recidos y que suelen ser tradicionalmente el objetivo 
de la cámara de los fotógrafos documentalistas. La 
idea del proyecto era proporcionar las habilidades 
básicas para que utilizaran la fotografía como medio 
creativo, con el objetivo de producir una serie de imá-
genes que comunicaran la realidad cotidiana desde 
la perspectiva de la persona con enfermedad mental.
Por lo tanto, mirar es lo que nos coloca en el mundo, 
y usamos palabras para explicarlo y describirlo. El 
proceso de simbolización toma un objeto del mundo, 
lo establece en un contexto y lo rodea con un signifi-
cado más amplio o más profundo. 
La fototerapia ayuda a superar los problemas inicia-
les establecidos por los límites y la censura del len-
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Caleidoscopio de lenguajes
guaje verbal, ya que se centra en los símbolos como 
mensajes. Por lo tanto, no es necesario que un indi-
viduo sea hábil en su expresión verbal para describir 
o explicar su realidad.
Entre los símbolos personales conscientes e incons-
cientes no hay límite, ya que sus influencias son 
recíprocas. Los símbolos inconscientes se forman 
a través del mismo proceso de formulación que el 
inconsciente, y sus consecuencias están fuera de 
nuestra conciencia o alcance. Sin embargo, podemos 
encontrar ejemplos del funcionamiento de estos 
símbolos en nuestros sueños, bocetos, arte, literatu-
ra, fotografías e incluso en nuestras acciones y mo-
vimientos corporales.
Un individuo puede explorar qué tipo de sentimien-
tos, recuerdos y pensamientos surgen de una de-
terminada asociación, ya que las personas tenemos 
diferentes identidades, imágenes y gestos que usa-
mos de acuerdo con las situaciones, el entorno social 
y las expectativas que enfrentamos. Esta identidad 
pública a menudo no permite una idea de quién se 
esconde dentro, porque las personas modifican su 
apariencia física y sus relaciones emocionales junto 
con la persona con la que están interactuando. 
En fototerapia, con la ayuda de hacer y crear fotogra-
fías, los individuos pueden explorar y abrir una serie 
de temas, explorar su ser oculto que nadie conoce, 
visualizar el cambio que quieren lograr, modificar su 
forma de percibir el mundo que los rodea. Un indivi-
duo puede representar todos estos temas por medio 
de metáforas, esto lo hace sentir más seguro al reve-
lar sus puntos de vista.
Entonces, tomar fotografías puede mejorar la propia 
imagen, ayudar a las personas a establecer metas, 
resultados futuros deseados y, al mismo tiempo, es 
una forma de introducir cambios en una relación, ex-
plorar fantasías y probar diferentes maneras de co-
municación y observar sus consecuencias.
La fotografía nos permite también superar las dife-
rencias generacionales, raciales, culturales, sexuales 
e incluso políticas.Las fotografías recogidas en álbu-
mes familiares y otras fotografías biográficas son un 
campo especial de la fototerapia. La técnica que in-
cluye fotografías familiares tiene que ver con el yo de 
un individuo, que se construye a través de su familia, 
sus raíces, antecedentes, entorno social y patrones,mensajes y convicciones que se han transmitido de 
generación en generación. 
El potencial terapéutico de la fototerapia se esconde 
en tres áreas:
a) En la cámara de fotos como accesorio técnico, con 
cuya ayuda la persona está superando su falta fun-
cional.
b) En la fotografía como medio para escribir la luz 
capturada en papel o pantalla. En este caso, esta-
mos menos interesados en el proceso de creación de 
fotografías, pero establecemos las fotografías con 
anticipación para la sesión terapéutica y la orienta-
ción como ejercicios o estímulos para fomentar la 
percepción, el habla y el lenguaje, la memoria y otras 
funciones.
c) En la toma de fotografías: una actividad creativa 
para producir una fotografía o un producto digital-
mente procesado o manipulado. 
Como vemos, la fotografía no es tan solo presio-
nar el botón de una cámara, sino mucho más: es el 
Una utilización particular de las 
fotografías es la realizada con ancianos 
o personas con deterioro cognitivo en la 
llamada “terapia de la reminiscencia”, que 
busca tanto estimular la memoria como 
facilitar la comunicación grupal.
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BIBLIOGRAFÍA
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Fleshman, B. y J. Fryrear (1981). The arts in therapy. Chicago: Nelson 
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vol. 2, Universidad Complutense de Madrid, Editorial UCM.
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sión social, vol. 2, Universidad Complutense de Madrid, Editorial UCM.
Dubois, P. (2008). El acto fotográfico y otros ensayos. Buenos Aires: La 
Marca Editora. 
Sontag, S. (2006). On Photography. México: Alfaguara. Santillana Edi-
ciones Generales, S.A. de C.V. 
movimiento del cuerpo en el espacio, es observar y 
agudizar los sentidos en la búsqueda de motivos, es 
planear una obra de arte y una composición liviana, 
es juzgar y decidir sobre la configuración técnica de 
la cámara de fotos y el momento de disparar, es pen-
sar en el significado y la historia del motivo, es com-
promiso emocional y placer en una toma exitosa, es 
recopilar y organizar fotografías, es un proceso crea-
tivo, es un punto de partida para pensar y debatir, 
es recordar, es una posibilidad de presentarse a sí 
mismo en una red social y pasar el rato, es impri-
mir fotografías en papel, es organizar exposiciones 
y mucho más.
Por lo tanto, vemos que el proceso es extremada-
mente complejo e incluye un alcance muy diverso 
de actividades creativas que abarcan y activan dife-
rentes funciones cerebrales, desde el control de las 
características motrices, a la percepción, atención, 
memoria, pensamiento, habla, aprendizaje, funcio-
nes ejecutivas, a funciones metacognitivas. Por me-
dio de tareas fotográficas planificadas con precisión 
podemos fomentar y controlar un rango estrecho o 
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En fototerapia, con la ayuda de hacer y 
crear fotografías, los individuos pueden 
explorar y abrir una serie de temas, 
explorar su ser oculto que nadie conoce, 
visualizar el cambio que quieren lograr, 
modificar su forma de percibir el mundo 
que los rodea.
amplio de operaciones mentales y, por medio de una 
implementación regular y correcta, podemos influir 
positivamente en la recuperación.
Las técnicas en fototerapia se realizan con el propó-
sito de: aumentar el autoconocimiento, la conciencia 
y el bienestar; mejorar las relaciones con la familia y 
otros; activar el cambio positivo; reducir la exclusión 
social; ayudar en la rehabilitación; fortalecer comuni-
dades; enriquecer las relaciones interculturales; dis-
minuir el conflicto; llamar la atención sobre cuestio-
nes de injusticia social; agudizar las habilidades de 
alfabetización visual; mejorar la educación; expandir 
la investigación cualitativa y las metodologías de 
prevención; producir otros tipos de curación y apren-
dizaje basados en fotografías; potenciar la creativi-
dad y el desarrollo personal. ”Todas las artes están 
basadas en la presencia del hombre; tan solo en la 
fotografía gozamos de su ausencia” (André Bazin).■
1312
Caleidoscopio de lenguajes
Lenguajes expresivos y arteterapia 
en el abordaje de TCA 1:
¿por qué es importante conectarse con 
el arte en tiempos de penuria? 
Los trastornos de la alimentación no son en-
fermedades en sí mismos, sino síndromes 
del comportamiento que manifiestan una 
amplia variedad de características psicológi-
cas, sociales y culturales relacionadas con al-
teraciones graves de la conducta alimentaria, 
como la anorexia y la bulimia. La población en 
tratamiento abarca desde los 13 años hasta 
la edad adulta, y su abordaje es integral: psi-
cológico, psiquiátrico, nutricional y artetera-
péutico.
Mariana Vignau*
*Profesora de Artes Visuales (UNA). Artista visual. Docente de la Primera Escuela Argentina de Arteterapia. Coordinadora de espacios en Macropsicología de lenguajes 
expresivos, artes y clima emocional.
1 Trastorno de conductas alimenticias.
Ofrecer una mirada sensible en espacios de salud, 
suma
El trabajo creativo, expresivo, nos da la posibilidad de 
respirar nuestro mundo interno que nos permite sen-
tirnos afectados y arrojarnos a descubrir lo que encon-
tramos a mano emocionalmente para expresarlo y, tal 
vez, transformarlo en otra cosa... suma. 
Sacar afuera lo que duele, sin tapujos. Alojar sin dis-
criminar. Habitar nuestras marcas. Respirar permisos. 
Expresar sin juzgar. Vivir la mancha como la vida. Per-
cibir desde los sentidos. Contemplar nuestra existencia 
posible. Hacer añicos el deber ser. Colorear la posibili-
dad singular. Disfrutar el aroma de un color. Tragar una 
textura. Olfatear una caricia. Escuchar lo que dibujo. 
Mirar para adentro y no para afuera. Reconocer emo-
ciones. Saltar del azul al negro. Del negro al magenta. 
Del llanto intenso y dulce a la sonrisa sin fin. Así, con mi 
mundo me ofrezco al mundo del otro.
Arte, expresión, mirada sensible, salir de la etiqueta, 
romper paradigmas, ir más allá de nuestros límites, 
buscar nuevos horizontes en salud y educación. Tra-
bajo desde el arte y el arteterapia con mujeres con el 
alma rota, con problemas o desórdenes en la conducta 
alimentaria.
El dolor es parte de nuestra vida y la mirada integral, 
empática y solidaria, nos abriga y colabora para poder 
estar diferentes en el camino. Confío y creo plenamen-
te en que la existencia humana no está acabada; somos 
seres en proceso y, en ese proceso, el arte nos permite 
ser y habitar el mundo de otro modo.
-… ¿cómo estás?
- Rara, siento que tengo la mirada perdida.
- ¿Perdida de dónde?
- No sé… a veces me pierdo en un lugar.
- ¿Y cómo es ese lugar?
- Como yo, raro.
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s - ¿Tiene color?
- No existe ese color.
- ¿Y una textura?
- Sí, es como el papel de lija. Es un laberinto.
- ¿Y sentís algún aroma?
- Sí. Es ácido. 
- ¿Te gustaría intentar salir?
- A veces sí y a veces no.
- ¿Y hoy ganas de qué tenés?
- De salir.
- ¿Con música o en silencio?
- Acompañada con música.
- ¿Con qué música saldrías?
- Clásica o Tonolec.
- Bueno, la busco y vos intentá respirar y percibir cómo es 
salir de ese lugar. Si podés, registrá sensaciones, emociones, 
sentimientos… lo que vos puedas. Yo estoy acá con vos. (Solo 
sabe que estoy…).
(Ella se mueve, se expresa desde su vulnerabilidad, se cae, 
sus puntos de apoyo son frágiles, está muy desnutrida, toma 
las paredes como apoyo).
— ¿Y? ¿Cómo te sentís?
— Mucho mejor, más aliviada. ¡Gracias!
— A vos, por confiar en mí. ¿Cuándo ves a la psicóloga?
— No sé, igual casi ni hablo con ella.
— Un vínculo se construye… date tiempo, ya llegarás. Dame 
un abrazo, nos vemos la próxima.
¿Qué aporta el arteterapiaen el abordaje integral del TCA?
La función primera del arteterapia es llevar a la persona 
a un estado de apertura y autoconfianza. Caminar ha-
cia la flexibilidad. Trabajar la aceptación hacia sí misma 
y hacia los demás. Facilitar el pensamiento reflexivo. 
Descubrir y desentramar prejuicios y etiquetamientos. 
Desarrollar una mirada sensible. Derribar la autocrítica. 
Abordar la autoexigencia. 
Es importante tomar dimensión de la mirada integral 
hacia el sujeto y, sin descuidar la problemática alimen-
taria, abordar la tarea desde las posibilidades singula-
res para posicionar a ese sujeto en un lugar de oportu-
nidad.
El proceso creativo es el entrenamiento hacia un 
posible cambio y complementa el tratamiento inte-
gral en TCA.El proceso arteterapéutico tiene como 
objetivo ampliar la perspectiva del sujeto, ya que, a 
través del trabajo expresivo artístico, tiene la opor-
tunidad de evaluar sus conductas y profundizar su 
clima emocional sin necesidad de vincularla direc-
tamente al trastorno alimentario. Aceptar quienes 
somos, aprender a estar conectados con lo impor-
tante, tramitar el error como una oportunidad, po-
sibilitar el abordaje del trauma y darle otro sentido. 
Son grandes objetivos… 
Por otro lado, es pertinente recordar que las personas 
que presentan problemáticas relacionadas con TCA se 
enfrentan a la dificultad para expresar sus emociones, 
a una mirada propia sumamente cruel y perfeccionis-
ta con elevados niveles de autoexigencia y autocrítica; 
una gran insatisfacción personal y baja autoestima que 
las lleva a preocuparse de manera excesiva e indefinida 
por su imagen y su estética. Temen ser juzgadas por su 
entorno y necesitan de algún modo agradar a los de-
más, aunque sienten que jamás lo logran. Su elevada 
ansiedad y desconfianza interpersonal las lleva a tener 
dificultades para socializar.
Ingredientes para un buen comienzo de construcción 
vincular
Es en la confianza del vínculo arteterapeuta/paciente 
donde se comienza a articular la posible vía de expre-
sión de vivencias, recuerdos, emociones y sentimientos 
más profundos que, a través de las capacidades singu-
lares, ayudaremos a que puedan ser pintadas, presen-
tadas y observarlas. 
La expresión artística visual es una instancia de expre-
sión y visualización de nuestras emociones: la elección 
de colores, de texturas, de climas y su organización en 
la composición, nos aportarán datos para poder cons-
truir un puente hacia ellas. 
Es necesaria una mirada amplia, amable y amorosa del 
arteterapeuta. Un acompañamiento empático, con-
tenedor y habilitante. Que pueda acercarse a la bús-
queda que emprende la persona desde un lugar no 
estereotipado. Que trabaje desde la construcción de 
un vínculo que acompañe. Que motive la pregunta, la 
exploración. Que favorezca la búsqueda sensible en 
el propio mundo del sujeto. Que lo conduzca a luga-
res de fortaleza interna. Que facilite un mundo posi-
El proceso arteterapéutico tiene como 
objetivo ampliar la perspectiva del sujeto, 
ya que, a través del trabajo expresivo 
artístico, tiene la oportunidad de evaluar sus 
conductas y profundizar su clima emocional 
sin necesidad de vincularla directamente al 
trastorno alimentario.
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Caleidoscopio de lenguajes
ble sin metas a largo plazo. Que lo convoque a estar 
aquí. En el transcurso de un proceso arteterapéutico 
se crece, se madura y se buscan formas creativas 
para reformular y resolver los problemas. Es muy 
importante generar un espacio de escucha abierta, 
sensible y racional; de dialogo y debate posterior, ya 
que en el intercambio crecemos. 
El proceso del tratamiento es largo y lleno de altibajos. 
Aportar a la persona recursos para vivir sus recaídas 
como parte del proceso y no como fracasos es un gran 
objetivo. Acercar el error como maestro en el apren-
dizaje, ayuda a no sentir que todo se derrumba ante 
un atracón o la inducción del vómito. Acompañarlos a 
transitar los grises y salir de los extremos, blanco o ne-
gro, es un gran aporte.
Ejemplo del proceso arteterapéutico con Sol, una pa-
ciente de 25 años 
 
Sol tiene 25 años, viene con un diagnóstico de bulimia, 
se asiste en el dispositivo de arteterapia de modo indi-
vidual y en espacios grupales cada semana. Sol ha ido 
fortaleciendo su capacidad de comunicarse por medio 
del arte, reforzando su autoestima y valorando enor-
memente su posibilidad de crear nuevos mundos in-
ternos posibles.
Su capacidad de aceptar y regular sus emociones va 
siendo trabajada. En cada encuentro y a su ritmo va 
encontrando nuevas maneras de mirar su realidad. Sol 
entra en sus propios laberintos y genera recursos para 
salir de ellos sin sentir que es el fin, sino un camino en 
el cual reconocer sus fortalezas y sus dificultades en su 
andar. Sol sigue en tratamiento actualmente.
● Disparador: “Construyo un círculo donde estén mis viven-
cias positivas y respiro pensando en un círculo y por afue-
ra intento ubicar los pensamientos que me están haciendo 
daño”.
Observaciones: a veces Sol es tomada por una sensa-
ción de descontrol, de desorden de sus sensaciones, 
emociones y pensamientos.
La posibilidad de observar y visualizar la representa-
ción de sus emociones en el dibujo la ayuda a ordenar-
se y a asustarse menos. 
● Disparador: “¿Cómo me veo?” (Figura 2a) - “¿Cómo me 
ven?” (Figura 2b).
Observaciones: aceptar y ser consciente de su percep-
ción, en algunos momentos es doloroso pero necesario 
para poder trabajarse. 
Figura 1
Figura 2a Figura 2b
Figura 3
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● Disparador: intento sacar a “Ana” (nombre que le dio a 
la anorexia) de adentro de mi cuerpo.
Observaciones: Ana vive adentro de Sol, es chiquita 
de tamaño y de edad adulta. A veces Sol puede sacar 
a Ana de su cuerpo y visualizarla fuera de ella. El ar-
teterapia dentro del tratamiento interdisciplinar se 
manifiesta como una importante herramienta para 
el registro emocional y el reconocimiento del mun-
do interno como valioso y singular, favoreciendo el 
corrimiento del mundo de la perfección, los estereo-
tipos y los patrones sociales y culturales de belleza.
● Disparador: “¿Cómo me siento hoy?”
Figura 4a: las flechas van hacia ella. En la interacción 
grupal las compañeras le preguntan y sugieren si no 
se sentiría mejor si las flechas fueran hacia afuera. 
La mirada sensible y constructiva de sus pares le 
permite mirarse de otra manera y desplegar con más 
libertad sus alas (Figura 4b).
El acto de crear la propia subjetivad, la posibilidad de 
simbolización mediante imágenes, la expresión de 
emociones y la verbalización son pasos para crecer, 
para madurar, para ser más conscientes de lo que 
nos pasa y, de a poco, tramitar el dolor, el trauma, los 
miedos y confiar en nuestros propios recursos como 
seres humanos. 
 
El camino de salida del tratamiento de la anorexia y 
la bulimia suele ser largo, pero tiene su fin:
A modo de cierre de este pequeño relato de cómo abordar 
la problemática en TCA desde el arteterapia, me remito a 
palabras de Frida Khalo, artista mexicana: “Nunca pinto sue-
ños o pesadillas, pinto mi propia realidad”. En síntesis, expre-
sarnos a través del arte es un derecho.■
Figura 4a Figura 4b
2 Texto escrito por Sol. 
1716
Entrevista a Montserrat Montané
Encuentros conversados
Agradecemos el tiempo que nos dedicás en este re-
portaje. Quisiéramos comenzar a reflexionar sobre tu 
propia formación académica. ¿Cuáles son los saberes y 
formaciones que más te sirvieron en tu desempeño pro-
fesional como arteterapeuta?
Gracias a vosotras por esta entrevista y por estable-
cer puentes, humanos y profesionales. Respondiendo 
a vuestra pregunta, lo que más me ha servido, eviden-
temente, ha sido la formación en arteterapia, sumada 
a los años de terapia personal, a la supervisión del tra-
bajo clínico y al rol como docentedurante estos últimos 
trece años. El bagaje personal, tanto a nivel de estudios 
como de experiencia vivida, se conjuga y se integra con 
la formación, de manera que cada arteterapeuta ad-
quiere su propio estilo. Así lo veo en mis colegas y en 
mí misma. 
Respecto a la formación, la llevé a cabo en el Máster en 
Arteterapia de la Universidad de Barcelona-Metáfora. 
Ha sido para mí, sin ninguna duda, una formación pro-
fundamente transformadora y útil. No solo me ha per-
mitido ejercer como arteterapeuta, porque proporciona 
la base para ello, sino que al mismo tiempo, al igual que 
muchas compañeras y ex alumnas/os, ha significado 
un cambio radical en mi vida, un antes y un después a 
partir de estos tres años de formación.
A nivel profesional considero que proporciona los cono-
cimientos necesarios para ejercer con rigor, porque está 
estructurada y tejida desde la experiencia, de forma 
que teoría y práctica están completamente relaciona-
das. Las asignaturas teóricas, las prácticas clínicas, la 
supervisión y el constante trabajo en grupos, sumado a 
la terapia personal, forman un todo que da un carácter 
especial a la formación. Asimismo valoro que la forma-
ción haya sabido evolucionar sin perder su seriedad y 
que en este momento el cuerpo teórico y el experiencial 
funcionen en un marco de arte-psicoterapia relacional.
A nivel humano la formación tiene un sello único, diría 
que se vive y se trabaja desde una manera muy sencilla 
y profunda de entender la vida y el ser humano. 
Posteriormente lo que me ha ayudado más en el ejerci-
cio de la profesión ha sido la supervisión y la formación 
continua, los años posteriores de terapia personal, así 
como la evolución inevitable que genera la docencia. 
Se aprende muchísimo de los pacientes pero también 
de las alumnas/os. Trabajo clínico y docencia son dos 
campos que se benefician siempre mutuamente.
Desde un punto de vista más personal, lo que siento 
que nutre y clarifica mi trabajo es mantener mi propio 
proceso creativo y la meditación.
Sos miembro fundador de la Asociación Profesional Es-
pañola de Arteterapeutas, ¿Cuál fue el recorrido realiza-
do por los arteterapeutas españoles para conformar la 
asociación? ¿Cuáles fueron las dificultades y los debates 
que enmarcaron la constitución de la asociación?
La ATe se gestó en Metáfora desde los inicios de la for-
mación en 1999. La iniciativa surgió tanto de Carles Ra-
mos y Joaquim Català, los creadores del máster, como 
de la ilusión de las alumnas y alumnos de las primeras 
dos promociones. El objetivo de la asociación en sus 
inicios era la regularización de la profesión y velar por 
su buen ejercicio, haciendo de algún modo las funciones 
de lo que sería un colegio profesional. Posteriormente, 
Montserrat Montané
“Para mí, el arteterapia tiene una gran am-
plitud de posibilidades, desde proyectos so-
ciales más cercanos al arte (pero no iguales 
a proyectos de artes llevados por artistas) 
hasta el trabajo con diversos colectivos e ins-
tituciones”.
1918
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do
s con el nacimiento de la FEAPA, la Federación Española 
de Asociaciones Profesionales de Arteterapia, la ATe, 
que es uno de sus miembros, redefinió sus objetivos, 
ya que es la primera la que ha asumido la responsabi-
lidad, entre otras, de conseguir el reconocimiento de la 
profesión en España.
En la primera junta de la ATe se crearon los estatutos, 
el régimen interno y el código ético, que ahora están 
de nuevo en vías de revisión. En aquel momento fue 
necesario establecer pequeños grupos que dedicaron 
muchísimas horas de trabajo para debatir punto por 
punto los tres documentos. Era un tiempo en el que el 
arteterapia era una disciplina completamente desco-
nocida en España y en Cataluña, lo cual suponía iniciar 
un camino realmente nuevo. Estos documentos es-
tructurales estuvieron basados, en parte, en otros del 
mismo tipo, como los de la BAAT1 y la AATA2, adaptados 
en cada apartado a nuestra realidad aquí, en algunos 
aspectos bien distinta a UK o USA. Para ello se crearon 
diferentes comisiones y grupos de trabajo, como las del 
código ético y homologación, entre otros.Después sur-
gieron otras al tiempo que la profesión tomaba forma y 
generaba nuevas necesidades: el grupo de la revista, el 
de investigación, el grupo OnA de arteterapia y oncolo-
gía, el de arte o el de formación continua.
En este momento la ATe ha conseguido tener su sede 
en Barcelona, lo cual ha supuesto un gran avance para 
llevar a cabo las diferentes actividades internas, de for-
mación continuada o en relación al vínculo con la FEAPA.
Nos gustaría conocer tu evaluación sobre el arteterapia 
en España en términos del reconocimiento de la disci-
plina, las formaciones, y los lugares de inserción para 
arteterapeutas. ¿En qué situación está España?
En España el arteterapia aún no es una profesión re-
conocida oficialmente. Desde 1999, cuando nació el 
Máster en Arteterapia de la Universidad de Barcelona 
– Metáfora, el crecimiento ha sido constante. Han sur-
gido muchas más formaciones, en la misma Barcelo-
na, en Gerona y en diversas provincias españolas como 
Madrid, Murcia, Valencia, Sevilla, Granada o Bilbao. A 
través de esas formaciones y de los profesionales y 
asociaciones que han surgido de ellas, el arteterapia ha 
empezado a ocupar un lugar cada vez más visible en 
nuestra sociedad.
En este momento podría decirse que el arteterapia va 
resultando familiar al público en general, si bien a ve-
ces de una forma un tanto confusa. Como me dijo hace 
unos años una alumna ”antes el problema era que la 
gente no sabía que era arteterapia y ahora el problema 
es que la gente cree que lo sabe”. La situación es que 
con este crecimiento, aparte de ser obviamente posi-
tivo, han surgido muchas ”arteterapias”, de manera 
que se le da el mismo nombre a conceptos y formas 
de trabajar completamente diferentes. A ello se suman 
cosas que, aunque parezcan insignificantes, confunden 
aún más a la gente, como por ejemplo el boom de libros 
de ”Arteterapia, pintar para relajarse”, que son simple-
mente libros de pinta y colorea, para relajarse pintando 
dibujos de línea, que con toda facilidad son bautizados 
como arteterapia. Con eso no niego sus beneficios, pero 
no son arteterapia. No ayudan a que la gente pueda 
saber que arteterapia es una disciplina reconocida en 
diversos países, que tiene muchísimas posibilidades 
de aplicación y que para formarse en esta profesión es 
necesario tener un grado o diplomatura previa en arte, 
psicología, educación o sanidad y cursar un postgrado y 
un máster, incluida la terapia personal durante al me-
nos los tres años de formación.
Sin embargo, por lo que he constatado en estos años, 
la fuente de reconocimiento más útil ha surgido en 
los centros de prácticas de los alumnos y alumnas del 
máster. Son escuelas, centros de educación especial, 
hospitales, geriátricos, centros de salud mental, ins-
tituciones para personas con discapacidad o centros 
penitenciarios, entre otros. En ellos si hay una clara 
valoración de lo que puede aportar el arteterapia en 
cada uno de estos ámbitos. Hay escuelas en las que 
llevamos enviando alumnas desde hace 16 años; en 
algunas buscan formas alternativas para poder seguir 
teniendo arteterapeutas profesionales trabajando en 
el equipo, ya que en las escuelas públicas, por cuestio-
nes legales y de falta de reconocimiento no sea posible 
hacer un contrato.
Eso, junto con el trabajo de muchas arteterapeutas en 
diversos proyectos e instituciones año tras año, así 
como la labor de investigación que empieza a desarro-
llarse y las publicaciones que contribuyen a su difusión, 
es lo que realmente va mostrando los resultados y la 
validez de la profesión. 
En este momento hay ya muchas arteterapeutas tra-
bajando en distintos tipos de centros, como geriátricos, 
centros para discapacitados, hospitales, entre otros, y 
también en práctica privada. Aún no pueden llevarse 
a cabo contratos bajo el epígrafe ”arteterapeuta”, pero1 British Association of Art Therapists. 
2 American Art Therapy Association.
1918
Encuentros conversados
poco a poco se van encontrando formas de entrar en el 
mundo laboral ejerciendo nuestra profesión. Ha sido y 
es un camino duro, que requiere de un trabajo extra de 
difusión y de creatividad para generar proyectos y bus-
car opciones de trabajo, pero confío en que en un futuro 
próximo la profesión acabará consolidándose y siendo 
reconocida oficialmente.
Sos miembro de la Asociación Winnicott Barcelona. ¿En 
qué sentido Winnicott contribuye a fortalecer y a enten-
der el encuadre arteterapéutico? 
Winnicott es una pieza clave dentro del cuerpo teóri-
co del máster en el que me formé y en el que trabajo 
como docente, como también lo es para algunas de las 
otras formaciones. Hay varias razones para ello, pero la 
esencial es que es la base de la orientación relacional 
desde la que trabajamos y enseñamos.
Entre las diferentes aportaciones de Winnicott, desta-
caría que nos proporciona comprensión a cerca de la 
capacidad y el proceso creativos. Sus teorías sobre el 
espacio transicional y los fenómenos transicionales, 
que para nosotros son espacios potenciales e inter-
subjetivos, nos ayudan a comprender la relación y la 
interacción entre paciente y terapeuta, así como mu-
chos aspectos de nuestro papel y funciones como ar-
teterapeutas, de forma análoga al concepto de ”madre 
suficientemente buena”.
Tal vez los puntos más significativos en cuanto a las 
aportaciones de sus teorías tendrían que ver con: 
● La forma en la que entiende el bebé, como un ser en 
relación a alguien que lo cuida.
● La relación entre realidad interna y realidad externa. 
La consideración que se le ofrece a la realidad del pa-
ciente, desde su subjetividad, pero no sólo desde sus 
proyecciones.
● El concepto de ”madre suficientemente buena” (tera-
peuta suficientemente bueno).
● El espacio transicional, entre la no integración y la in-
tegración.
Es cierto que formé parte del grupo fundador de la Aso-
ciación Winnicott Barcelona, si bien finalmente se ha 
redefinido y asentado en el que ahora es el Institut Ca-
talà D. W. Winnicott (Instituto Catalán D. W. Winnico-
tt). Ha sido fundado por Francesc Sainz, psicoanalista 
de la IPA, pionero en la introducción de Winnicott en la 
formación de terapeutas en Cataluña desde hace mu-
chos años. Su forma de entender a Winnicott es des-
de la perspectiva relacional, la cual concreta en su libro 
”Winnicott y la perspectiva relacional en el psicoanáli-
sis”. Fue precisamente Francesc Sainz quién en el año 
2003 empezó a dar clases sobre Winnicott en Metáfora, 
y desde entonces es docente de la parte teórica dedica-
da a este autor y ha contribuido sin duda a la evolución 
del máster hacia un modelo relacional.
Este próximo mes de diciembre viajará a Argentina, 
donde participará en el XXVII Encuentro Latinoameri-
cano sobre el Pensamiento de Donald Winnicott, que 
tendrá lugar en la sede de la Asociación Psicoanalítica 
de Buenos Aires.
¿Qué otros autores o teorías son indispensables para 
sostener la práctica arteterapéutica?
Hay muchos autores que aportan comprensión a nues-
tro trabajo clínico, tanto del mundo del arteterapia como 
de la psicoterapia en general. Pienso, por ejemplo, en las 
arteterapeutas pioneras, como Tessa Dalley, Caroline 
Case, Joy Shaverien, Andrea Gilroy, Margaret Naumburg 
o Edith Kramer. Algunas de ellas han seguido escribien-
do e investigando, junto con otras y otros como Marian 
Liebmann, Sally Skaife, Kathy Evans, Michelle Wood, 
Susan Hogan, Bruce L. Moon, Frances F. Kaplan, Noah 
Hass Cohen y Richard Carr, entre muchos más.
Dentro de la psicoterapia en general, los autores que 
forman parte de nuestra base teórica, además de Win-
nicott, son los psicoanalistas y psicoterapeutas que se 
encuentran, dentro de lo que sería un escenario rela-
cional: Ferenczi, Fairbain, H. Kohut, Sullivan, Stephen 
Mitchell, Balint. En especial también los creadores y 
afines a la teoría del Apego y la Mentalización, como 
John Bowlby, Fonagy o Lanza Castelli por mencionar al-
gunos. Añadiría a Erich Fromm y Karen Horney porque 
son dos autores que me encantan. En Cataluña y Espa-
ña destacan en especial Joan Coderch, Francesc Sáinz, 
Àngels Codosero y Alejandor Àvila. 
Como trabajamos muchísimo en grupos, en este cam-
po nos resultan muy útiles las aportaciones teóricas de 
En este momento podría decirse que el 
arteterapia va resultando familiar al público 
en general, si bien a veces de una forma un 
tanto confusa. Como me dijo hace unos años 
una alumna “antes el problema era que la 
gente no sabía qué era arteterapia y ahora el 
problema es que la gente cree que lo sabe”. 
2120
Bion, Foulkes y en especial Irvin Yalom. También todos 
los que tratan sobre la creatividad y del mundo del arte.
Durante muchos años realizaste arteterapia con perso-
nas que tenían una enfermedad oncológica y sos miem-
bro del grupo OnA de artetearapia y oncología. Varias 
preguntas sobre tu práctica: ¿qué autores te permitie-
ron encuadrar tu práctica arteterapéutica?, ¿qué len-
guajes potencian la expresión cuando se padece una 
enfermedad de este tipo y qué beneficios registraste en 
la utilización del arteterapia con esta población? 
Formé parte del grupo Ona durante un tiempo y fue sin 
duda una buena experiencia para mí. Los autores que 
más me sirvieron con este colectivo me siguen sien-
do útiles en otros en los que he seguido trabajando. 
En realidad, aunque el factor común de los miembros 
de los grupos era el cáncer, los temas o características 
que más vinculaban y más peso tenían eran, además, 
el hecho de ser en su mayoría mujeres en una franja 
de edad similar, la violencia de género, los problemas 
con los hijos o la depresión, por citar algunos ejemplos. 
Destacaría a Yalom, a Fromm y a diferentes autores que 
han trabajado con enfermos de cáncer, como Michelle 
Wood y Caryl Sibbett. Pero sobre todo, como indicaba 
antes, en la base están los autores relacionales, que me 
aportan una mirada muy útil en cualquier colectivo. 
La utilización de los materiales artísticos es de un gran 
valor en las sesiones con personas que padecen una 
enfermedad como el cáncer. Ayuda a la cohesión y el 
vínculo entre los miembros del grupo, permite expresar 
y acercarse a experiencias difíciles, dolorosas o confu-
sas de una forma vivida como segura; facilita al mismo 
tiempo entrar en contacto con emociones en la medi-
da que la persona necesite y elaborarlas, tanto si pos-
teriormente hay o no una forma verbal de expresión. 
Creo también que el acto creativo es una expresión del 
sí mismo, una forma de juego que conecta directamen-
te con la salud en todos los sentidos. 
Durante los seis años que estuve en la institución on-
cológica pude apreciar beneficios y grandes cambios en 
muchas de las personas, incluso aunque murieran. Para 
algunas supuso detrás atrás la depresión y situaciones 
de vida poco dignas o limitantes. Para otras fue tomar 
las riendas de su vida y tener un papel más activo en 
la curación de su enfermedad. En personas terminales, 
sin duda uno de los beneficios era poder cerrar temas 
personales, la valoración de su vida y la posibilidad de 
poder hablar de la cercanía de la muerte, desde una 
perspectiva que acogiera cualquier sentimiento, inclui-
da la vertiente espiritual y la posibilidad de despedirse 
de sus familiares. Diría pues que el arteterapia ayuda 
a mejorar la calidad de vida, y en ocasiones también la 
calidad de muerte.
Sos parte del equipo docente del Master en Arteterapia 
de Metáfora, ¿cuál es el perfil de arteterapeutas que de-
sean formar?
Pretendemos y ponemos nuestro esfuerzo en formar 
buenas y buenos arteterapeutas: personas conscien-
tes capaces de aportar conciencia allí donde trabajen. 
Más que conceptos teóricos, para mí el objetivo es 
desarrollar capacidades personales: la capacidad de 
mentalización incluiría muchas de ellas (empatía, ca-
pacidad reflexiva, etc.), la capacidad de contención, de”saber estar”, de trabajar en un equipo multidisciplinar, 
de asumir la responsabilidad que supone el trabajo con 
los usuarios y con los centros, la creatividad en las in-
tervenciones, así como la versatilidad, ya que preten-
demos que cada persona formada tenga los conoci-
mientos y las herramientas para trabajar en diversos 
colectivos y en diferentes niveles de intervención. Para 
mí el arteterapia tiene una gran amplitud de posibili-
dades, desde proyectos sociales más cercanos al arte 
(pero no iguales a proyectos de artes llevados por artis-
tas), al trabajo con diversos colectivos e instituciones.
Procuramos también que nuestras alumnas y alumnos 
sean capaces de llevar a cabo proyectos de investiga-
ción y de comunicar sus experiencias de forma escrita. 
Esto último se ejercita a través de los diversos traba-
jos académicos y de la tesina final de máster, donde se 
desarrolla un estudio de caso, y en la que se potencia la 
posibilidad de escribir posteriormente sobre el trabajo 
clínico.
Sabemos que te encuentras especialmente ligada a las 
prácticas de los futuros arteterapeutas que se forman 
en Metáfora. ¿Cuáles son las características de estas 
experiencias y en qué tipo de centros las desarrollan?
He sido coordinadora de prácticas del máster durante 
once años, del 2005 al 2017. En este momento la coor-
dinadora es mi compañera Rosa Barquero, que está 
poniendo mucha ilusión en la función que le ha tocado 
desempeñar y que sin duda aportará un aire nuevo.
Si bien desde en un momento dado me fue difícil conti-
nuar con esa tarea por cuestiones familiares, conservo 
en mí la experiencia como algo muy valioso. Aprendí 
mucho del contacto con los centros de prácticas, en 
especial porque me permitió conocer personas de una 
gran vocación y calidad personal. Por otra parte en-
tiendo que las prácticas son el eje del máster, donde 
las alumnas y alumnos integran la formación teórica 
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Encuentros conversados
y experiencial en el inicio de su trabajo clínico. La su-
pervisión, las tutorías, la continuidad de las asignatu-
ras teóricas y los grupos experienciales, junto con su 
terapia personal, les permite acceder a esta etapa de 
una forma segura y bien asentada. Pongo énfasis en la 
importancia de la terapia personal, ya que es básica en 
toda la formación, pero de forma especial en las prác-
ticas. Es una responsabilidad como futuro profesional 
del arteterapia.
Los tipos de centros en los que se desarrollan las prácti-
cas son en su mayoría públicos y en áreas muy diversas: 
niños (escuelas de educación infantil y primaria), adoles-
centes (Institutos de educación secundaria), niños con 
necesidades especiales (escuelas de educación especial), 
salud mental de niños y adultos, geriatría y enfermos de 
alzheimer, casas de acogida de niños, adolescentes, ma-
dres y adultos sin techo, discapacitados físicos y psíquicos, 
centros hospitalarios (unidades de oncología, pediatría, pa-
liativos, entre otros), trastornos alimentarios, centros peni-
tenciarios, violencia de género, atención a inmigrantes en 
distintas instituciones, drogodependencias, familiares de 
enfermos y equipos de trabajo, etc.
Diversos autores sostienen y propician que los artete-
rapeutas tengan una práctica artística personal. Si la 
respuesta es afirmativa, ¿en qué sentido contribuye a 
potenciar su rol de arteterapeuta?
Sí, lo considero fundamental; es algo que compartimos 
las compañeras de equipo y también en la ATe. En mi 
caso, la necesidad de seguir y mantener mi propio pro-
ceso creativo está en mi esencia, porque es mi oficio y 
mi primera vocación. Esto es más visceral que reflexivo, 
y no excluye que podamos ver los factores que contri-
buyen a una mejor práctica clínica. 
Hay literatura sobre este tema, pero de forma sencilla 
podría decir que, por una parte, contribuye a cuidarnos 
y a mantener nuestra evolución personal, junto con la 
terapia, para mí de forma similar al trabajo con los sue-
ños; por otra nos ayuda a comprender el engranaje y las 
posibilidades del proceso creativo. Nos enfrentamos a 
circunstancias que también viven nuestros pacientes, 
como la incertidumbre, las diferencias del contacto con 
los distintos materiales, el placer, la fusión y la poste-
rior distanciación (como decía una paciente al observar 
su obra ”nos estamos conociendo”). Todas estas cosas 
nos ayudan a entender la vivencia del paciente y tam-
bién a experimentar nuevas posibilidades para trasla-
darlas a la clínica.
Otra cuestión es el uso del arte en nuestras obras res-
puesta, cuyos beneficios son muy amplios. En el más-
ter la creación de la obra respuesta vinculada a la su-
pervisión es algo ya instaurado, practicado tanto por 
las alumnas como por el equipo docente en relación 
con sus pacientes. 
¿Qué es la obra respuesta y qué características tiene?
La ”obra respuesta” o ”respuesta artística”, es una 
práctica que llevamos a cabo algunas/os artetera-
peutas, con el fin de tener una mayor comprensión del 
trabajo clínico, ya que ayuda a potenciar la empatía, a 
discernir mejor acerca de nuestros sentimientos y de 
nuestra contratransferencia, o a explorar aspectos in-
conscientes. Consiste, en la mayoría de los casos, en la 
creación de obra artística por el arteterapeuta después 
de las sesiones, a veces a partir del mismo material que 
ha dejado el paciente. Puede llevarse a cabo enseguida 
que ha acabado la sesión o posteriormente y es un ele-
mento importante en la supervisión. Sin embargo, hay 
autores que consideran también oportuna la realiza-
ción de obra por parte del terapeuta dentro de la sesión 
junto con el paciente; en mi caso no suelo hacerlo, salvo 
en algunas situaciones muy concretas, de forma más 
cercana al concepto de tercera mano de Edith Kramer. 
La revista Inspira que dirigís lleva seis años de edición, 
¿Cómo surgió la idea de tener un medio de difusión y 
cómo construyen cada número anual?
La idea surgió en el 2002 entre las compañeras de mi 
promoción, la segunda del máster. Aún conservo los do-
cumentos que redactamos al respecto. Después, la tarea 
como secretaria de la junta, el trabajo en el máster y con 
mis pacientes no me dejó mucho tiempo para ese pro-
yecto, aunque lo valoraba y contribuía a su gestación. 
Los fundamentos estuvieron en una de la primeras 
comisiones de la ATe, la de publicaciones, donde par-
ticipaba Margaret Hills, pero fue finalmente en el 2012 
Hay ya muchas arteterapeutas trabajando en 
distintos tipos de centros, como geriátricos, 
centros para discapacitados, hospitales, entre 
otros, y también en práctica privada. Aún 
no pueden llevarse a cabo contratos bajo el 
epígrafe “arteterapeuta”, pero poco a poco 
se van encontrando formas de entrar en el 
mundo laboral ejerciendo nuestra profesión.
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Grupo experiencial P15, Junio 2017 Reunión del equipo Metáfora, Septiembre 2018
Fin de la promoción en Metáfora Reunión de equipo, Octubre 2018
cuando conseguimos armar un grupo sólido las perso-
nas que ahora formamos el equipo editorial. El objetivo 
de la creación de la revista era ofrecer una plataforma 
desde la cual arteterapeutas en su mayoría, aunque no 
exclusivamente, procedentes de un enfoque psicodiná-
mico, pudieran publicar sus trabajos: artículos clínicos, 
de investigación, teóricos, reseñas de libros, etc. La idea 
era potenciar la difusión del trabajo en arteterapia que 
se lleva a cabo en España y también en otros países
Aunque el último volumen ha tardado mucho en edi-
tarse, cuando sale uno a la luz ya está en marcha el si-
guiente. A partir del próximo empezaremos volúmenes 
monográficos de forma alterna. Este primero, el volu-
men 7, será sobre trauma, y contará con artículos de 
arteterapeutas y de psicoterapeutas que trabajan en 
este campo.
La construcción de cada volumen se inicia con el anun-
cio de la salida del anterior y con las fechas para la nue-
va recepción de artículos. Muchos de ellosprovienen 
de arteterapeutas de Metáfora, pero también de otras 
formaciones y países. A veces, con relación a un tema 
o a una persona, invitamos directamente al autor para 
colaborar con un artículo. En cada volumen incluimos 
una entrevista a algún profesional que consideremos 
relevante dentro del contexto del contenido previsto y, 
si es posible, también la reseña de un libro bajo el mis-
mo criterio y la editorial.
Confiamos en potenciar la calidad de los artículos clí-
nicos, teóricos y de investigación, ya que eso beneficia 
tanto a la difusión como a la práctica.■
Por Paula Gimbatti
Dentro de la psicoterapia en general, los 
autores que forman parte de nuestra 
base teórica, además de Winnicott, son 
los psicoanalistas y psicoterapeutas que 
se encuentran, dentro de lo que sería un 
escenario relacional: Ferenczi, Fairbain, H. 
Kohut, Sullivan, Stephen Mitchell, Balint. 
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Experiencias arteterapéuticas
Arteterapia en un equipo interdisciplinario 
de rehabilitación cognitiva
La experiencia en INECO
La disciplina de arteterapia en el Instituto de 
Neurología Cognitiva (INECO) tiene la particu-
laridad de integrar el departamento de Tera-
pias Basadas en las Artes (TBA) junto a otras 
disciplinas, como musicoterapia, teatrotera-
pia y movimiento expresivo terapéutico. 
Arteterapia en INECO se inserta en las diversas clínicas 
dentro del trabajo interdisciplinario de rehabilitación, en el 
cual se pone en juego el abordaje de objetivos específicos a 
partir de un objetivo general que se acuerda luego de la eva-
luación inicial, con todos los integrantes de equipo, previo al 
inicio de tratamiento. Cabe destacar que arteterapia forma 
parte del entramado institucional, compartiendo reuniones 
interdisciplinarias, evolución en HCI (Historia Clínica Infor-
matizada), diseños de planes de tratamiento, informes de 
tratamiento para las obras sociales1 y las familias, al igual 
que el resto de las disciplinas terapéuticas y asistenciales 
de INECO. El intercambio con el equipo sobre el proceso 
terapéutico es semanal, imprescindible y necesario para el 
andamiaje del tratamiento y a su vez es una oportunidad 
para concientizar y educar a otros profesionales acerca de 
los modos de intervención, trabajos específicos y avances 
de nuestra disciplina.
En el área de rehabilitación de INECO, arteterapia es un 
recurso que realza el tratamiento de pacientes con lesión 
cerebral adquirida en su gran mayoría por secuelas de ac-
cidentes cerebrovasculares (ACV) y traumatismo de cráneo 
(TEC). Puntualmente, el trabajo hace foco en la recupera-
ción de memoria y en la flexibilidad cognitiva, conexión y 
autorregulación emocional para expresar su frustración y 
cambio de vida. Al ser una mirada holística e integral, en 
la evaluación inicial también se tiene en cuenta el compro-
miso motor y sensitivo, lo cual direcciona las actividades e 
intervención. 
Desde arteterapia, la estimulación cognitiva, de la comu-
nicación y el lenguaje –entendido más allá de la palabra 
escrita o hablada– puede dar posibilidades de trabajo que 
no se encuentran desde otras disciplinas. Sobre todo, en 
personas que presentan afasia, facilita y habilita otra vía de 
comunicación no verbal de los pensamientos y vehiculiza-
ción de emociones, promoviendo el contacto y la expresión 
de las mismas.
Esta modalidad de trabajo tiene como fin recuperar, mejorar 
y/o estimular a través del arte visual y audiovisual aquellas 
funciones cognitivas, sociales y emocionales que se encuen-
tran disminuidas, alteradas o afectadas en cada paciente, 
repercutiendo de manera singular en cada persona.
Si bien el arte, implementado con objetivos terapéuticos 
adecuados al proceso que transita cada persona, puede 
utilizarse con diversos objetivos, tales como facilitar la ex-
presión, el manejo y regulación de las emociones, el apren-
dizaje de habilidades de afrontamiento, el mejoramiento 
de la comunicación, la disminución del dolor y la relajación 
entre otros, cabe destacar que, desde esta línea de traba-
Clara Miraldi*
* Arteterapeuta, egresada del Posgrado del IUNA (2010). Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes ”Prilidiano Pueyrredón” (2003). Licenciada en Terapia Ocupacional (UBA). 
Integrante del Departamento de Terapias Basadas en las Artes de INECO.
** Licenciada en Fonoaudiología (UBA, 2009). Diploma de honor. Exresidente del Hospital de Clínicas ”José de San Martín” (UBA). Integrante del Departamento de Lenguaje de INECO.
1 Las obras sociales son entidades encargadas de organizar la prestación de la atención médica de los trabajadores en Argentina.
Cecilia Cavallo**
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jo, buscamos la expresión de la emoción para modelar el 
razonamiento cognitivo y así modificar la conducta de la 
persona en el aquí-y-ahora.
La modalidad de trabajo se adecua a los objetivos indivi-
duales de cada paciente. Puede ofrecerse trabajo indivi-
dual, grupal, de pareja, intervención familiar, por proyecto. 
Se promueve la socialización, se fortalece su autoestima a 
través de la aceptación de la obra producida y de las emo-
ciones que puedan emerger durante el proceso de produc-
ción, adquiriendo mayor coherencia interna y autenticidad 
mediante la integración de aspectos personales trascen-
diendo así los ”límites” de la sesión propiamente dicha.
En este contexto de trabajo interdisciplinario, en el cual nos 
desempeñamos, es que consideramos significativo com-
partir la experiencia realizada en el dispositivo de taller im-
plementada en conjunto con la Lic. Cavallo. Dicho espacio 
integra arteterapia y escritura creativa dentro del Progra-
ma de Reactivación Funcional. A continuación, presentare-
mos el espacio.
Escritura creativa en INECO
El taller se implementa dentro del Programa de Reactiva-
ción Funcional (PRF) en Salud Mental, destinado a jóvenes 
y adultos con trastornos psiquiátricos. La modalidad de 
trabajo singular que implementamos nos brinda la posibi-
lidad de coordinar las intervenciones de forma combinada. 
Algunas de las integrantes del grupo tienen una historia 
personal sumamente ligada a la escritura de poesía o pro-
sa y a la narración literaria, mientras que otras manifiestan 
que ”no saben escribir así”. 
Por suerte, la poesía a veces responde esas inquietudes, 
como en este fragmento de ”Poética”2 de Joaquín Gian-
nuzzi:
La poesía no nace.
Está allí, al alcance
de toda boca
para ser doblada, repetida, citada
total y textualmente.
Este proyecto de pensar la articulación de ambas discipli-
nas es relativamente joven, comenzó con una paciente que 
supo contar lo que hacía en arteterapia en su espacio de 
terapia del lenguaje. Ese contar se transformó en poesía. 
Y con ese gesto de decir, armó un puente que nos permitió 
empezar a dialogar. La posibilidad de escribir nació en ese 
encuentro (entre imagen y palabra, entre paciente y tera-
peuta, entre terapeutas) y desde ahí empezó su recorrido. 
La escritura se fue haciendo lugar, trazando un surco, una 
huella. En nuestra experiencia, para que eso sucediera, pri-
mero estuvo ese diálogo inicial: un decir, una escucha y un 
ofrecimiento de nueva palabra para que la rueda gire. En 
estos primeros momentos tomamos como eje el apare-
cer de la voz propia, entendiendo la voz en sus múltiples 
acepciones: como fenómeno sonoro con sus característi-
cas acústicas, como soporte del lenguaje, como pieza de 
nuestra identidad, como marcas subjetivas que quedan en 
la escritura y también pueden tomar forma y color.
Dentro de este entramado de arteterapia y escritura crea-
tiva exploramos con ambos estímulos, de modo vivencial y 
de manera integrada:
- Texturas y emociones.
- La voz como textura.
- La forma de la voz.
- La voz que no está siempre igual y la convivencia de as-
pectos que parecen contradictorios, complementarios, in-
tegrales.
Algunas imágenes del proceso:
Ex
pe
rie
nc
ia
s 
ar
te
te
ra
pé
ut
ica
s
Modelado personal a partir del registro de emociones cotidianas.
Creación de una composición grupal a partir del trabajo personal

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