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1 La Empatía Cuántica La forma de crear éxito y felicidad GINA BRIBANY 2 Derechos reservados © 2012 Todos los derechos reservados. Este libro y ninguna de sus partes pueden ser usadas o reproducidas en ninguna forma gráfica, electrónica o mecánica, incluyendo fotocopia, grabación, taquigrafiado o algún otro medio, incluyendo sistemas de almacenamiento, sin previo permiso por escrito de la casa editora, excepto en caso de citas breves incorporadas en revisiones y artículos críticos. Se puede hacer pedidos de los libros de Balboa Press en librerías o contactando directamente Balboa Press División de Hay House en las siguientes direcciones o número de teléfono: Balboa Press Una División de Hay House 1663 Liberty Drive Bloomington, IN 47403 www.balboapress.com 1-(877) 407-4847 Debido a la naturaleza dinámica del internet, alguna de las direcciones de la página web o alguna otra conexión contenida en este libro pueden haber cambiado desde su publicación y no ser válida. Los puntos de vista expresados en este libro vienen del autor y no necesariamente reflejan los puntos de vista del editor y el editor por este medio no se hace responsable por los mismos El autor de este libro no ofrece consejos de medicina ni prescribe el uso de técnicas como forma de tratamiento para el bienestar físico, emocional, o para aliviar problemas médicas sin el consejo de un médico, directamente o indirectamente. El intento del autor es solamente para ofrecer información de una manera general para ayudarle en la búsqueda de un bienestar emocional y spiritual. En caso de usar esta información en este libro, que es su derecho constitucional, el autor y el publicador no asumen ninguna responsabilidad por sus acciones. ISBN: 978-1-4525-5557-7 (sc) ISBN: 978-1-4525-5558-4 (e) Stock fotos son de Thinkstock. Impreso en los Estados Unidos de Norteamérica Balboa Press fecha de revisión 7/26/2012 3 http://www.balboapress.com Agradecimientos del autor Doy gracias a todos los que colaboraron en el proceso de elaboración del libro y a quienes creyeron en mí, impulsándome e inspirándome a seguir adelante. Gracias, más por favor. 4 Notas del autor Cuando comencé a escribir el libro me encontré con una curiosa connotación lingüística: la palabra EMPATIZAR no existe en español. Usé la frase sentir empatía o ser empático en su lugar. En inglés se usa Empathize para señalar la ACCIÓN de la empatía, sin embargo, en español solo existe la empatía como experiencia o como algo que se siente, mas no como algo que se acciona. Desde mi perspectiva esta palabra debería ser incluida en el español porque señala la acción de la empatía y no el sentimiento. Esto puede connotar una asociación sobre la empatía como algo que se experimenta simplemente, mas no como algo que se puede accionar o realizar deliberadamente. En mi nueva propuesta sobre la empatía cuántica aludo a la posibilidad que tenemos de “EMPATIZAR”, es decir de conectar con aquello que deseamos, sin importar cuán lejos, grande o imposible pueda parecer, lo puedes alcanzar a través de la empatía cuántica. 5 Contenido Agradecimientos del autor Notas del autor Introducción Capítulo I La Empática Cuántica Capítulo II Nuestro Orígen Empático Capítulo III Espejos del Pensamiento Capítulo IV El Poder Creativo del Espíritu Capítulo V Espejos Emocionales Capítulo VI La Ley de Correspondencia Capítulo VII La Empatía Interior Capítulo VIII Reflejando Nuestra Salud Capítulo IX El Vacío como Espacio Potencial de Creación Capítulo X Trascendiendo el Tiempo y el Espacio Capítulo XI La Técnica de la Empatía Cuántica Capítulo XII Espejos de Actitud Guía de Afirmaciones Contacto 6 Introducción He descubierto que para cuando estés leyendo este libro habrás establecido una conexión con su contenido sin saberlo. Este libro ha llegado a tus manos como un reflejo de tu interior y tus expectativas. Lo creas o no he viajado en el tiempo para poner este libro en tus manos. Lo he realizado a través de un proceso llamado empatía cuántica. El tiempo es tan relativo a la experiencia, como la felicidad a nuestra conciencia. La búsqueda de la felicidad, siendo una constante humana, ha codificado sus caminos en un lenguaje tan sencillo que no logramos entenderlo. “La verdadera felicidad se encuentra en aquello que nunca ha venido, nunca se ha ido; simplemente es” . Yogi Bhajan Mediante este libro descubrirás una nueva perspectiva del mundo, mediante la cual puedes conectar y manifestar todo el éxito y la felicidad que deseas en tu vida. En esta nueva perspectiva retomo los últimos descubrimientos sobre cómo ocurre la empatía a nivel neurológico para observarla desde el punto de vista cuántico. Hablaré sobre el poder creativo que nos ha sido otorgado y cómo el proceso de la empatía que ocurre en nuestro cerebro puede ser trasladado a todos los niveles de nuestra existencia, utilizándolo como método para manifestar la realidad que queremos. Este proceso lo he llamado la técnica de la empática cuántica y se basa en el fenómeno de la empatía, que según los últimos descubrimientos científicos, ocurre en nuestro cerebro a través de las neuronas llamadas neuronas espejo, las cuales se encienden y generan conexiones a través del reflejo de la realidad que observamos. Explicaré este proceso creativo desde diferentes perspectivas que nos ayudarán a comprender cómo funciona y por qué somos los creadores de nuestra realidad. Brindaré las herramientas y el modo de utilizarlas, para que cada quien construya su propio camino, pero nuestro punto de partida será el mismo: despertar. Bienvenidos a este viaje. 7 Capítulo I La Empática Cuántica LA EMPATÍA HA SIDO CONOCIDA comúnmente como la posibilidad de ponerse en los zapatos del otro, comprender lo que el otro siente o experimenta, sea físico, emocional o mental. Esta perspectiva ha sido explicada desde diferentes disciplinas como la filosofía y la psicología. Sin embargo, últimos estudios de la neurología sobre cómo se manifiesta la empatía en los seres humanos revelan aspectos fascinantes sobre las conexiones neuronales en nuestro cerebro. Este fenómeno de la empatía a nivel neuronal constituye la base de mi teoría sobre la empatía cuántica en la cual planteo la posibilidad de crear nuestro éxito y felicidad, conectando con aquello que deseamos. El primer experimento sobre la empatía a nivel neurológico se realizó en la universidad de Parma en Italia. El experimento consistió en poner a un chimpancé frente a un cacahuate, conectado a una máquina de resonancia magnética, para observar qué sucedía a nivel neuronal. El chimpancé se encontraba tratando de abrir el cacahuate y ciertas neuronas se encendían en su cerebro; de repente un humano entró en el laboratorio y tomó unos cacahuates del otro extremo de la habitación, los abrió y se los comió. Cuando el chimpancé observó que el humano estaba haciendo lo que él estaba intentando hacer, las mismas neuronas se encendieron en el chimpancé. Al estudiar la resonancia magnética los científicos se dieron cuenta de que las neuronas que alumbraban en el cerebro del chimpancé cuando éste realizaba la acción, eran las mismas que alumbraban cuando el chimpancé veía al humano realizar la acción. En ese momento pensaron que la máquina se había dañado, pero después de varios experimentos con humanos descubrieron que así es como se produce la empatía y a estas neuronas les otorgaron el nombre de neuronas espejo. Este descubrimiento constituye uno de los descubrimientos más importantes de la actualidad, incluso muchos aseguran que las neuronas espejos harán para la fisiología lo que el ADN hizo para la biología, ayudarán a explicar y a comprender muchas habilidades mentales del ser humano y su potencial misterioso. En la empatía observamos a otros realizando una acción y encendemos las mismas neuronas que enciende el que está realizando la acción. Es decir que la acción y la observación representan lo mismo en el lenguaje del cerebro. Pienso quesiendo el cerebro una unidad tan inteligente, sabe lo que hace y si para el cerebro, lo que observa y lo que hace son la misma cosa, es porque así es en realidad. Después de este primer acercamiento se han realizado múltiples experimentos entre humanos, demostrando las conexiones neuronales en la empatía. Cuando observamos a otro ser vivo experimentando dolor, felicidad o cualquier otro sentimiento, al igual que realizando una acción, las mismas neuronas que se 8 encienden en el cerebro de esa persona que observamos se encienden en nosotros y por eso se les llama neuronas espejo, porque reflejan las mismas conexiones neuronales en nuestro cerebro. Sin embargo, el fenómeno de la empatía no sólo se limita a la observación. Un caso de empatía interesante ocurre cuando varios bebés se encuentran en un mismo espacio y estando cada uno en su cuna, uno de los bebés comienza a llorar; los otros bebés automáticamente comienzan a llorar también y esto ocurre como una respuesta empática. La empatía ocurre también a nivel ideológico. Nos identificamos con quienes comparten nuestras mismas creencias y también podemos llegar a sentir empatía con las emociones de otros a través de la parte del cerebro llamada ínsula. He encontrado un factor revelador en estos descubrimientos sobre el fenómeno de la empatía que contiene un potencial creativo invaluable. He observado la empatía desde el punto de vista cuántico y me ha hecho llegar a la conclusión de que la empatía no sólo ocurre entre seres humanos; el fenómeno de la empatía ocurre entre dos energías, cualquiera que sea su manifestación física. Aunque los objetos no poseen neuronas, poseen partículas que se comportan de acuerdo con nuestras expectativas y ésta es otra forma de empatía que he llamado Empatía Cuántica. Esta responde al mismo principio de la empatía entre los humanos, la diferencia es que en lugar de las neuronas, los objetos poseen átomos y éstos, al igual que las neuronas, reflejan las expectativas del observador, generando el mismo efecto espejo. El término “cuántico” viene de la mecánica cuántica que constituye una de las últimas y principales ramas de la física que explica el comportamiento de la materia y la energía. La empatía es un fenómeno que ocurre a todos los niveles de nuestra existencia, por eso la llamo empatía cuántica porque se manifiesta en la materia y en la energía a través de una ley de correspondencia que conecta con las cosas y también puede manifestar cosas. Uno de los postulados de la física cuántica afirma que los electrones de un átomo pueden cambiar de una órbita a otra sin moverse a través del espacio que las separa; en un momento está en la órbita A y al siguiente está en la órbita B, aparece o desaparece y a esto se le llama “salto cuántico”. Si el electrón absorbe energía, puede saltar a una órbita superior y si libera energía, puede pasar a una órbita inferior. En palabras sencillas, un salto cuántico es un cambio de estatus de un conjunto de circunstancias a otro que ocurre de manera inmediata, como un gran salto de un punto a otro, sin fases intermedias. Esto trasladado a nuestro día a día quiere decir que si absorbemos energía podemos saltar a órbitas superiores, vibrando con la prosperidad, la salud y la felicidad, pero si perdemos energía, podemos pasar a una órbita inferior, vibrando 9 con la tristeza, la enfermedad y la limitación; ambos saltos pueden ocurrir de un momento a otro. No necesitamos de procesos largos y desgastantes para alcanzar el estado que queremos; la física revela la posibilidad de realizar este salto con tan solo cambiar nuestra frecuencia energética. Así es como la empatía cuántica trasciende las barreras del tiempo y el espacio dando saltos cuánticos hacia la realidad que queremos vivir. Según los últimos descubrimientos de la ciencia, cuando imaginamos algo, nuestras neuronas se encienden de manera idéntica que cuando lo estamos viendo físicamente. Nuestra mente no diferencia entre lo que vemos y lo que imaginamos, las dos cosas son reales. Lo que hace que la mente no diferencie entre lo que ve y lo que imagina, es el hecho de que la mente está programada para leer energía e información y tanto las acciones en el plano físico como en el plano de la imaginación, son energía e información. Esto me llevó a desarrollar la técnica de la empatía cuántica para manifestar lo que deseamos en el plano físico. La mente que sólo observa tiene una respuesta natural a pensar en lo que está observando y por eso se encienden las mismas conexiones neuronales. De la misma forma, la mente que sólo imagina tiene una tendencia natural a accionar lo que está imaginando. Esto ha sido observado en algunos experimentos cuando el observador en muchos casos alcanza a detectar las intenciones del sujeto observado y enciende las mismas conexiones neuronales, incluso antes de que el sujeto observado complete la acción, como si viajara al futuro, prediciendo lo que va a pasar. Esto sitúa al tiempo en perspectiva pues elimina la necesidad de observar la acción físicamente antes de que se enciendan las neuronas en nuestro cerebro y plantea la posibilidad de obtener el mismo resultado al invertir el orden de la empatía, imaginando primero lo que queremos que suceda, para que lo que imaginamos ocurra después en el plano físico. El método de la visualización está siendo utilizado cada vez más en las prácticas deportivas como método de preparación, pues se ha demostrado científicamente que cuando el deportista repasa sus movimientos a través de la visualización, obtiene mejores resultados. Esto ocurre porque cuando imaginamos que corremos una carrera, que practicamos una jugada o un salto atlético, nuestro cerebro está generando las mismas conexiones que cuando la actividad se realiza físicamente y de hecho los mismos músculos que están involucrados en los movimientos se mueven idénticamente cuando lo imaginamos. Esto prepara al cerebro para que reconozca estos movimientos, haciéndolo más fácil para el deportista cuando la actividad se realiza físicamente. Lo más interesante es que desde la perspectiva cuántica esto trasciende los confines de nuestro cuerpo físico de tal forma que cuando nos imaginamos y sentimos en prosperidad, en salud, en amor a través de la repetición, lo podemos manifestar en nuestra vida. 10 Estamos siendo llamados a modificar la manera como hemos venido creando nuestra realidad. Cada vez más experimentos y disciplinas confirman que no necesitamos de la acción física para poder crear lo que queremos. Estamos en una nueva era de consciencia donde se nos están brindando todas las herramientas para crear a través del poder del pensamiento. Esto no significa que nos sentaremos a esperar que las cosas sucedan sin actuar en consecuencia, la acción es importante. Lo que significa es que tus experiencias no están determinadas únicamente por tus acciones, sino también por tus pensamientos. Así que para cambiar de la pobreza a la prosperidad, no necesitas trabajar duro y sin descanso, primero necesitas conectar con la prosperidad desde tu interior a través de tus pensamientos y esto cambiará la experiencia, porque en este caso, las acciones son sólo el resultado de tus pensamientos. Es un error pensar que puedes cambiar la realidad sólo modificando tus acciones. Esto sólo te traerá frustración y más de la misma experiencia y te dirás a ti mismo, “por qué me sucede esto si he hecho todo bien”. El error está en que has modificado el vaso, más no el contenido del vaso. Cuando modificas tus creencias sobre tí mismo y sobre cómo deben ocurrir las cosas, las experiencias cambiarán por sí solas y tus acciones serán guiadas por un nuevo esquema de pensamiento que te llevará al éxito. Para ayudarte a comprender cómo funciona la empatía cuántica y desarrollar la técnica iremos en un fascinante recorrido por los diferentes elementos que la componen llegando así a descubrir su potencial creativo. Este recorrido incluye diferentes perspectivas, filosóficas, científicas, psicológicas y espirituales,las cuales me he dado a la tarea de investigar con el objetivo de demostrar que independientemente de la perspectiva el resultado es el mismo: somos lo que pensamos. 11 Capítulo II Nuestro Orígen Empático SOMOS CREADORES POR NATURALEZA Y para comprender nuestra capacidad creadora debemos recordar nuestro origen divino. Nacimos de un hombre y una mujer. Somos el resultado de una empatía entre femenino y masculino, entre positivo y negativo, entre el ying y el yang. Somos el resultado de una correspondencia, de una empatía. Dios como creador contiene estos dos aspectos creativos en sí mismo, él es masculino y femenino al mismo tiempo, no tiene un sexo. Esta es la razón por la cual, él, por sí solo, puede dar vida. Nosotros, al estar hechos a imagen y semejanza de Dios, también poseemos esta cualidad, nuestro espíritu no tiene sexo, es masculino y femenino al mismo tiempo. La división de los sexos aparece en nosotros sólo como humanos, es decir sólo al nivel del cuerpo físico, pero nuestra esencia, nuestro espíritu es asexuado. De hecho, según la teoría de la rencarnación alternamos de sexo entre vidas; en unas nos manifestamos como hombre y en otras como mujer porque nuestro espíritu posee los dos aspectos de la creación. Según algunas corrientes espirituales, cuando nuestro cuerpo humano comienza a formarse como mujer o como hombre lo que sucede es que un aspecto de nuestra energía creadora (masculino o femenino) asciende para formar parte de nuestro cerebro y nuestro aparato fonador, mientras que el otro aspecto desciende para formar parte de nuestro aparato reproductivo y definir nuestro sexo. Las mujeres manifiestan su aspecto femenino en los órganos reproductores, mientras la parte masculina la constituyen el cerebro y el habla. En el hombre ocurre lo contrario, el aspecto masculino se manifiesta en sus órganos reproductores y su aspecto femenino en el cerebro y el habla. De aquí viene la sabia afirmación de que la palabra es creadora, pues la palabra es la expresión de uno de estos dos aspectos creadores de nuestra esencia divina. A lo largo de la historia la separación de los sexos ha dado lugar a innumerables estereotipos sociales. Desde niños vestimos a los niños de azul y a las niñas de rosado y esto se constituye tristemente en una limitación. Desde pequeños les negamos la posibilidad de elegir. ¿Quién decidió los colores y por qué? Las mujeres, por ejemplo, ya usamos pantalones al igual que los hombres y es aceptado socialmente, pero no lo fue durante mucho tiempo y aún en la actualidad, algunos hombres todavía evitan usar camisas de color rosado o violeta porque sienten que pierden su virilidad. Todas estas creencias limitan nuestra capacidad de crear y alimentan nuestra idea de la separación. Esto no quiere decir no identificarse como mujer o como hombre, quiere decir que somos mujeres, pero no feministas, somos hombres pero no machistas. El reafirmar nuestro aspecto femenino o masculino en realidad no nos brinda ninguna ventaja. Por el contrario, quienes logran equilibrar estos dos aspectos 12 dentro de sí, liberándose de los estereotipos sociales, recuperando la capacidad de expresarse en libertad y sin limitaciones, aumentarán su capacidad creativa porque estarán más conectados con su esencia, crearán empatía desde su interior. Así, cuando negamos un aspecto de nuestra esencia, estamos negando nuestra capacidad de crear. Estamos negando el poder de nuestras palabras y de nuestros pensamientos. Se ha hablado mucho del poder del pensamiento. Yo recuerdo haber leído sobre este tema cuando tenía alrededor de 13 años. También recuerdo que antes de ir a dormir jugaba con el poder de mi pensamiento y pedía cosas, cosas de niños, pero siempre sucedían al día siguiente. Esto funcionó hasta que crecí lo suficiente como para dejar de creer en mi poder creador. Comencé a adoptar lo que los adultos llamamos “realismo”. Entonces mis poderes dejaron de funcionar. Mis pensamientos ya no surtían el mismo efecto. ¿Qué había sucedido? Comencé a perder esa conexión directa con la energía creadora, dejé de creer que era posible obtener aquello que quería con sólo pensarlo, comencé a dudar de mi propio poder y eso se manifestaba en una sensación de duda, de incredulidad; esa certeza de antes ya no estaba. La había remplazado por el tan valorado “realismo” de los adultos. Afortunadamente, con el paso del tiempo logré conectarme nuevamente con mi potencial creativo y continuar mi camino de crecimiento. Es curioso que todas las historias y cuentos infantiles siempre aludan a que la inocencia de un niño es lo que hace que la magia suceda. Esa inocencia en realidad es la conexión que traemos con nuestra fuente original. En el mundo esotérico se dice que los niños conservan su visión y conexión con la fuente de origen mucho más vivida y clara hasta los 7 años de edad. Después de esta edad tienden a ir cerrando sus ojos a ese mundo espiritual y abriéndolos aún más al mundo material. Sin embargo, esa conexión nunca se rompe, simplemente se duerme, se oxida, pero siempre tenemos la posibilidad de despertarla y de limpiar esos canales que nos conectan con nuestro mundo espiritual y que nos permiten recobrar la confianza y certeza en nuestro poder. Esta certeza nadie te la puede dar, simplemente la sientes dentro de tí. Esta certeza despierta o duerme en tu interior y está conectada con la pregunta existencial de quiénes somos. No somos nuestro nombre, ni somos nuestro cuerpo; nuestro nombre y nuestro cuerpo son sólo una parte de nosotros, pero no son quienes somos; nuestro género es sólo nuestro género y tampoco somos nuestra profesión. Hay quienes afirman que somos chispas divinas, otros que somos energía y otros que somos vacío. No hay una respuesta única, cada quien cree en lo que decide creer, pero mi invitación es a que lo experimentes por ti mismo; no dejes que nadie te lo cuente, nadie mejor que tú mismo para saber quién eres. 13 Capítulo III Espejos del Pensamiento EL TÉRMINO PENSAMIENTO ES COMÚNMENTE utilizado para definir todo lo que la mente puede generar, incluyendo las actividades racionales o las abstracciones de la imaginación; todo aquello que sea de naturaleza mental es considerado pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos, artísticos, etc. La teoría tradicional del pensamiento lo define como la actividad y creación de la mente, es todo aquello que es traído a existencia mediante la actividad del intelecto; es decir mediante nuestra capacidad de desarrollar representaciones mentales de la realidad y de relacionarlas entre sí. Cuando analizamos, comparamos o generalizamos estamos pensando, pero cuando imaginamos también estamos pensando. La imaginación es la parte creativa del pensamiento y es la parte que nos permite romper paradigmas, crear nuevas maneras de relacionarnos, de interpretar el mundo y de cambiar nuestros patrones de comportamiento. La imaginación es el boleto a nuestro futuro; es nuestra pantalla creativa, es nuestra máquina del tiempo. Los poderes de la mente han sido cuestionados y descalificados durante décadas por quienes señalan su poca inherencia en la realidad que manifestamos. Sólo las corrientes espirituales han reconocido estos poderes de la mente y los han explicado desde una perspectiva filosófica, invitando a su desarrollo a través de actividades como la meditación y de la concentración. Afortunadamente hoy día la física cuántica confirma lo que las corrientes espirituales vienen sosteniendo hace milenios; que somos capaces de crear nuestra realidad. La física cuántica ha demostrado científicamente cómo existe una interrelación entre el pensamiento y la realidad, abriendo campo incluso a teorías que antes parecían de ciencia ficción en las cuales podemos hablar de universos o realidades paralelas. Los últimos descubrimientos de la física cuántica sobre el átomo revelan la fascinante interrelación entre nuestra realidad y nuestra consciencia de la siguiente manera: la física cuántica afirma que la materia de la quese componen los átomos es prácticamente inexistente. La materia que compone al átomo NO es estática y predecible como creía la ciencia clásica. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el resto es “vacío”. ¿Será el mismo vacío del que hablan los budistas en sus técnicas de meditación desde hace milenios? La física cuántica ha llegado a afirmar que los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Esto quiere decir que, las partículas que conforman nuestro entorno son maleables, flexibles, no son cosas determinadas o finalizadas; son posibilidades de la consciencia. La física cuántica no puede medir el átomo como cosa, sólo 14 calcula posibilidades. En otras palabras, el átomo no es una realidad terminada sino un mundo de posibilidades infinitas. Y si todo lo que vemos, incluyéndonos a nosotros mismos, está conformado por átomos; estamos entonces en una continua posibilidad de transformación; nos renovamos segundo a segundo, al igual que nuestro entorno. Después de esta explicación la pregunta inmediata es: ¿quién elige de entre esas posibilidades? La física cuántica dice que nuestra conciencia está íntimamente relacionada en la elección de estas posibilidades y que el átomo se comporta de manera diferente cuando hay un observador. Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, afirma que el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: “cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”. Entonces las expectativas del observador influyen en la realidad observada. Esto plantea una interacción entre esas partículas que nos componen y que nos rodean y nuestra consciencia. Dicho de otro modo, nuestras expectativas determinan la realidad que vivimos. Si esas partículas actúan de acuerdo con nuestras expectativas, quiere decir que se rigen por una ley de correspondencia y esa correspondencia es un reflejo de nuestras expectativas lo que constituye otra forma de empatía cuántica. Esto se observa claramente en la psicología, cuando asumimos un rol determinado, como el rol de victima, por ejemplo, siempre habrá quien asuma el de victimario; cuando asumimos el role de madre, siempre habrá el que se comporte como hijo, etc. Leí hace mucho tiempo una historia sobre esto. Se trataba de una anciana que iba caminando con muchos paquetes en ambas manos y se dirigía hacia su casa, pero a su paso se encontraban dos hombres mal intencionados que fácilmente tomarían ventaja de la pobre anciana, robando sus pertenencias a la más mínima oportunidad. Sin embargo, la anciana al verlos, en vez de asumir la posición de víctima y verlos con rechazo, comenzó a hablarles amorosamente y les dijo: que afortunada soy, muchachos denme una mano; estos paquetes están muy pesados. Aquellos hombres, acostumbrados a ser temidos y vistos como victimarios, reaccionaron desconcertados ante la amistosa invitación de la anciana y le ayudaron con los paquetes, sin tomar ventaja de ella en absoluto; la acompañaron hasta la puerta de su casa y luego se retiraron, a lo que ella dio las gracias con una sonrisa en su rostro. El rol que asumimos en cada situación de nuestra vida nos plantea una correspondencia; al asumir un rol dejamos planteada una expectativa y así es como cumplimos las expectativas de los otros y ellos las nuestras. No hay víctima sin victimario, ni ganador, sin perdedor, ni amada sin su amado. Esto representa otra de nuestras tantas formas de crear nuestra realidad. Entonces comienza a preguntarte cuál es el rol que estás asumiendo en cada 15 situación y encontrarás la razón de por qué los demás actúan como lo hacen. ¿Cuáles son nuestras expectativas? ¿Son éstas conscientes o inconscientes? Los últimos estudios sobre el cerebro en la neurología nos pueden ayudar a responder esta pregunta. Estos experimentos en el cerebro se realizan con tomografías. Se conectan electrodos al cerebro humano, para determinar en qué parte de éste se produce cada una de las actividades de la mente. Entonces se miden las actividades eléctricas en el cerebro mientras se produce una actividad mental ya sea racional, emocional o espiritual y así se sabe a qué área del cerebro corresponde esa facultad. Mediante este método se ha llegado a comprobar que cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro. Lo interesante es que de la misma forma cuando se le pide al sujeto que cierre los ojos e imagine el mismo objeto, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, la observación en este experimento es que el cerebro refleja la misma actividad eléctrica cuando “ve” que cuando “imagina”. “La explicación es que el cerebro no hace diferencias entre lo que “ve” y lo que “imagina” porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿Y tú qué sabes?”. Entonces si para el cerebro es tan real lo que ve como lo que siente o imagina esto nos lleva a la conclusión de que fabricamos nuestra realidad con lo que pensamos, lo que sentimos y lo que imaginamos. De aquí nacen los tres aspectos de la creación para la técnica de la empatía cuántica: la repetición, lo visualización y el sentimiento. Desde esta base, si nos damos a la tarea de analizar nuestro patrón de pensamientos podemos llegar a comprender por qué nuestra realidad es como es. Decimos afirmaciones a diario; desde que nos levantamos estamos decretando nuestro día sin darnos cuenta y asumimos roles inconscientemente. Muchas personas desean cambiar su realidad, mejorar situaciones de depresión, de angustia, problemas económicos, sentimentales y tienen un deseo auténtico de cambiar esa realidad. Comienzan a realizar afirmaciones positivas día y noche sin ver mayores resultados y desisten de la tarea porque piensan que no sirve para nada. Incluso llegan a pensar que se están mintiendo a sí mismos y que resulta más lógico y benéfico expresar cómo se sienten realmente en el momento presente y no como quieren estar. Las expectativas no corresponden con esos pensamientos y deciden abandonar la tarea. Lo que éstas personas no comprenden es que las células de su cuerpo están habituadas a esos pensamientos y sentimientos negativos no sólo por haber sentido esa emoción por mucho tiempo, sino también porque en el ADN tienen la memoria de sus antepasados, memoria que dicta cómo reaccionan ante ciertas situaciones. Es lo que en términos psicológicos llamaríamos el inconsciente. Esta memoria nos dice 16 por ejemplo que debemos reaccionar con tristeza cuando alguien se muere, o con enojo cuando algo no sale como esperamos. Así, cuando esas personas comienzan a cambiar todo esto por afirmaciones y sentimientos positivos, en un principio lo sienten sin sentido, las sienten mentirosas, falsas porque están habituados a una conexión diferente y como cualquier cambio requiere un proceso de ajuste. Es como cuando nos asignan nuestro nombre en la infancia; al principio no nos identificamos con él, pero la repetición es lo que hace que se imprima en nuestro ser hasta aprenderlo a decir y luego hacerlo parte de nosotros. En ese proceso de hacerlo parte de nosotros ocurre algo interesante y es que comenzamos a identificarnos con ese nombre; nuestro nombre es un mantra poderoso que cuando alguien lo pronuncia inmediatamente respondemos con nuestra atención. ¿Pero qué sucede cuando nos ponen un apodo?, al principio decimos: no, ése no soy yo, no nos identificamos con él, pero con el tiempo y la repetición terminamos respondiendo a ese apodo como a nuestro propio nombre. Las parejas suelen hacer esto con regularidad, comienzan a llamar a su novio o novia con adjetivos o nombres como muñeca, amor, cariño, rey, princesa y comienzan a responder a esos nombres como propios. En la niñez quién no experimentó ser llamado por su nombre completo cuando los iban a regañar; esto se convertía en un códigoy ya sabíamos que algo malo había pasado. Esta es la magia del poder de la palabra, nuestra necesidad de nombrar las cosas y las personas radica en que facilita nuestra conexión con ellas. Nos conectamos con lo que nombramos. Este proceso sucede con las afirmaciones. Al principio nuestro cuerpo las siente como una experiencia falsa, algo desconocido y esto se debe a que aunque el deseo de cambiar la realidad es auténtico, todavía existe una desconexión entre lo que se afirma y lo que se siente. Las neuronas están estableciendo nuevas conexiones que les son extrañas y las deben aprender y memorizar, para que nuestro cuerpo las sienta coherentes con lo que somos, especialmente cuando ya existe otra asociación negativa que se ha establecido anteriormente. Esta desconexión responde a una fuerza de repulsión. Cuando se trabaja la afirmación opuesta positiva a lo que nos ha venido generando determinada situación, comienza una lucha entre la voluntad y nuestra emoción. La fuerza del espíritu (voluntad) es la que se encarga de envolver el pensamiento del material emocional necesario para que ese pensamiento llegue exitosamente al cerebro y genere la acción. La determinación en nuestras intenciones y la repetición es lo que irá construyendo esta nueva conexión. Las neuronas liberarán la química correspondiente y luego las células se irán habituando a otras emociones y se irán abriendo a ellas poco a poco hasta que las incorporan en la memoria celular. Estas células se irán expandiendo hasta que cada vez serán más y más las células que estén esperando con los receptores abiertos la emoción de amor, de optimismo, de felicidad que se convierte en su nueva fuente de energía. 17 Esta fuente de energía puede ser de baja o de alta vibración. Cuando estamos entusiasmados, enamorados o simplemente alegres, esa energía es claramente de una vibración más elevada que la de la tristeza, la melancolía, el enojo o el odio y cuando digo claramente me refiero a que lo podemos experimentar por nosotros mismos. La experiencia de cansancio y agotamiento siempre acompañará a una persona triste o enojada con la vida. Mientras que la vitalidad y la fuerza física siempre acompañarán a una persona entusiasta, alegre y positiva porque es el alimento que estamos proporcionando a nuestro cuerpo emocional, físico y energético. 18 Capítulo IV El Poder Creativo del Espíritu EN LA ACTUALIDAD YA SE habla de que somos almas en un cuerpo físico. Esta es una manera simple de describir nuestra verdadera esencia. Sin embargo, podemos expandir nuestra consciencia un poco más al conocer más detalles acerca de eso que llamamos alma, para así comprender mejor quiénes somos. Según corrientes esotéricas y clarividentes avanzados (aquellos quienes han despertado su visión a los mundos sutiles) describen que además de nuestro cuerpo físico, poseemos otros cuerpos que son imperceptibles a nuestra visión física. Tenemos un cuerpo “Vital” o etérico, un cuerpo de “Deseos” y un cuerpo “Mental”. Sólo los clarividentes pueden ver algunos o todos estos cuerpos que nos componen. Sin embargo, todos hemos experimentado con alguno de nuestros sentidos estos cuerpos alguna vez, ya sea consciente o inconscientemente. Intentaré dar una breve explicación en palabras simples sobre la existencia y composición de estos cuerpos, para poder entender mejor cómo funciona nuestro poder creativo. El cuerpo Vital o Etérico es el más cercano a nuestro cuerpo físico; éste sobresale una pulgada y media sobre nuestra piel siguiendo la misma forma del cuerpo físico. De materia mucho más sutil, el cuerpo Vital tiene como función conservar y dar la energía necesaria al cuerpo físico para que éste pueda producir la acción. El descanso al dormir es muy importante porque es cuando el cuerpo Vital puede reparar los tejidos del cuerpo físico. Podríamos decir que el cuerpo Vital es como la batería del cuerpo físico. Hablo con seguridad de la existencia de este cuerpo porque desde niña he tenido la habilidad de verlo y puedo dar fe de ello. Lo veo como una luz que sigue el contorno del cuerpo físico; algunas personas poseen mayor luminosidad que otras y a veces puedo percibir algunos tonos de color. Cuando se nos duerme un brazo o una pierna y sentimos un cosquilleo, estamos experimentando la ausencia del cuerpo Vital en esa parte de nuestro cuerpo físico, por eso no lo podemos controlar o mover como cuando está en su estado normal. El cuerpo Vital abandona el brazo o la pierna del cuerpo físico a causa de la falta de sangre circulando ya que la sangre es la que conecta nuestro cuerpo Vital con nuestro cuerpo físico. Seguramente alguna vez has experimentado el haber despertado y poder observar tu cuerpo físico pero no poderte mover, sientes una desesperación y deseo de pedir ayuda o llamar a alguien pero no te escuchan; en ese momento has experimentado la desconexión de estos dos cuerpos. Has despertado antes de que el cuerpo Vital entre completamente en el cuerpo físico y hasta que esto sucede el cuerpo físico no podrá moverse. Esto solía pasarme cuando era adolescente, generalmente en estados de 19 cansancio extremos, me quedaba dormida y al despertar me enfrentaba a este fenómeno. La forma más rápida de conectar estos dos cuerpos de nuevo es concentrándose en la respiración, esto facilita que el cuerpo Vital entre completamente en el cuerpo físico, hasta que permite el movimiento. El cuerpo de Deseos o Emocional es de naturaleza aún más sutil que la del cuerpo Vital. El cuerpo de Deseos es como un ovoide que cubre nuestros cuerpos físico y Vital. Este ovoide se compone de energía de deseo, es lo que nos da nuestra parte instintiva y esa energía puede ser de baja o de alta vibración. Deseos de venganza o de dañar a otros es energía de baja vibración en cambio deseos altruistas y desinteresados de ayudar a otros, al igual que la compasión, constituyen la energía de alta vibración. La función del cuerpo de deseos es dar la energía necesaria al cuerpo Vital para que éste a su vez imprima la energía que da movimiento al cuerpo físico. Es por eso que el Deseo es tan importante porque cuando deseamos algo verdaderamente, ese es el impulso que se traduce en energía en el cuerpo Vital y ésta a su vez pasa a ser movimiento en el cuerpo físico. El cuerpo de Deseos muestra diferentes colores, dependiendo de la vibración que predomine en él. Algunos clarividentes avanzados describen este cuerpo como vórtices que se despliegan formando un ovoide. Se dice que cuando experimentamos sentimientos de miedo, esto hace que nuestro cuerpo de Deseos abra sus ‘paredes’, dando entrada a energías de baja vibración que terminan por debilitarlo y es cuando experimentamos pánico y la incapacidad de movernos porque hemos bloqueado el deseo de hacer cosas y de actuar en el mundo. Por último, tenemos el cuerpo Mental. Este es de naturaleza aún más sutil que los tres anteriores y es el encargado de nuestros pensamientos abstractos, concretos y de nuestra imaginación. Este cuerpo es otro ovoide alrededor de los otros tres cuerpos. La función del cuerpo Mental es captar las verdades universales que le son transmitidas de planos superiores e integrarlas con el entendimiento racional, traduciéndolas en situaciones concretas y proporcionando una interpretación de cada situación en consonancia con las leyes universales. Los conocimientos que nos llegan del plano espiritual de nuestro ser se manifiestan como intuiciones; podemos recibir imágenes o vibraciones que después transformamos en pensamientos concretos y nos permiten mirar al interior de la auténtica naturaleza de las cosas, al contrario del entendimiento lineal que parte de la concepción racional del cerebro físico. La unión de estos tres cuerpos es lo que comúnmente llamamos aura o alma. He podido ver el aura de muchas personas de forma muy sutil; he observado diferentes colores y en algunos casos sombras como en forma de nebulosa que parecen suspendidas muy cerca a la zona del corazón y de otros órganos como signos de bloqueo energético.He trabajado el desbloqueo de estas energías a través de las terapias de sanación con Reiki. 20 Seguramente has experimentado esto que llamamos aura. Aunque no la hayas visto, has estado junto a alguien que posee tal energía de armonía y paz que emana esto a su alrededor y te has sentido envuelto por esta energía de paz y tranquilidad. En ese momento has logrado sentir estos cuerpos y su energía que trascienden más allá de sí mismos. Estos cuerpos son los vehículos que hemos construido a través de nuestra evolución espiritual y este último cuerpo, el mental, siendo el más joven de todos, es él que nos hace justamente humanos, lo que nos diferencia de las otras especies de la naturaleza porque nos da la capacidad de crear conscientemente; es lo que nos hace individuos con un libre albedrío. A través de este vehículo nos han entregado las riendas de nuestra vida, lo que los animales aún no poseen. ¿Entonces de qué nos sirve conocer todos estos cuerpos? Nos sirve para comprender cómo funcionamos en el mundo y al incorporarlos en nuestra consciencia podemos obtener mejores resultados en nuestro proceso de creación. Estos cuerpos que nos conforman funcionan a través de la misma ley de correspondencia que funciona la empatía. Cada cuerpo hace parte de una cadena de conexiones correspondientes. El cuerpo Mental concibe la idea; esta pasa al cuerpo de Deseos donde toma fuerza, luego pasa al cuerpo Vital donde se carga de energía que va tomando forma y por último se imprime en el cuerpo físico como acción y movimiento. Una vez en el cuerpo físico, lo experimentamos como una emoción; esta emoción va al cerebro y del cerebro a las células. Una vez en nuestras células, éstas traducen esta energía y la extienden en todo nuestro cuerpo, el cuerpo extiende esta energía hacia la sociedad y ésta al planeta tierra y el planeta tierra hacia el sistema solar y éste a su vez la extiende hacia el universo. Pero ahí no termina este fascinante proceso. Somos el microcosmos del macrocosmos; contenemos y nos contienen; damos y recibimos. El ser humano recibe energía de dos fuentes, de la tierra y del universo. El universo trasforma esta energía y la envía de regreso hacia nosotros en forma de oxigeno y así comienza el viaje de esta energía hacia su fuente original, pasando de regreso por nuestra sangre; de la sangre al cuerpo Vital, del Vital al de Deseos, después al Mental y del Mental hacia nuestro ser supremo. Es un continuo fluir. Es como la respiración humana, pero trasladada a la escala del universo. El universo entero funciona a través de una ley de correspondencia. No puedo evitar emocionarme al punto de encharcar mis ojos cuando hablo de esto; me genera una sensación profunda de recogimiento al narrar este fluir de la vida que es tan mágico y que pasa desapercibido ante nuestros ojos. Comprender esta correspondencia abrirá nuestra consciencia positivamente. También debo mencionar los siete chakras o centros de energía que se encuentran a lo largo de nuestra columna vertebral y que son los encargados de conectar nuestro 21 cuerpo físico con nuestros otros cuerpos espirituales. Cada uno de estos siete chakras tiene un color característico que varía en brillo e intensidad de acuerdo con el equilibrio que posea. Cada chakra está relacionado con el área del cuerpo u órganos en los cuales se encuentra ubicado. Una enfermedad del corazón, por ejemplo, está relacionada con el desequilibrio del chakra del corazón. Hablar de nuestros cuerpos y de los chakras es un tema bastante extenso que no ahondaremos en este momento, pero el traer a nuestra consciencia la existencia de estos cuerpos, centros energéticos y su interrelación, es de suma importancia para trabajar el poder del pensamiento porque vemos que éste no trabaja por sí solo; se apoya en los otros vehículos para poder manifestar en la materia. Es por esta razón que las afirmaciones por sí solas trabajan sólo una parte de nuestro proceso creativo. La segunda parte le corresponde a la emoción y la tercera parte a la imaginación. A esto le podemos llamar la trinidad del pensamiento creativo. En el aspecto teológico de la trinidad (el Padre representa la intención y el poder de la palabra; el hijo representa el amor, el sentimiento, la emoción que se le imprimen a las palabras y el Espíritu Santo representa la concepción en nuestra imaginación). La trinidad del pensamiento creativo también refleja los tres aspectos de Dios: voluntad, sabiduría y actividad. La voluntad es el poder de nuestro espíritu; la sabiduría verdadera viene del corazón que se manifiesta con la emoción y la actividad que comienza con la imaginación. De aquí nacen los tres aspectos de la técnica de la Empatía Cuántica que son la repetición o la palabra, la visualización o la imaginación y el sentimiento o la emoción. Creamos con la unión de estos tres aspectos porque manifiestan los tres cuerpos sutiles en el físico, representando así los tres aspectos del creador. Cuando decimos que las palabras son creadoras, lo son literalmente porque vienen del aspecto femenino o masculino del espíritu que ha ascendido para formar el aparato fonador humano. Por eso las afirmaciones llevan mayor fuerza diciéndolas en voz alta que mentalmente. Las palabras son nombres que se le han asignado a las cosas, a las emociones o situaciones, al igual que a nosotros se nos asignó un nombre. En ambos casos funcionan de la misma manera. Cuando decimos salud, estamos llamando la salud y ella responde; cuando decimos amor, perdón, el amor y el perdón responden. Llamamos a las cosas por su nombre y éstas cosas responden por su nombre. Podrás decir que estas son sólo cosas abstractas, emociones que no pueden responder a un llamado. Pero el hecho de que no las podamos ver con nuestra visión física, no quiere decir que no existan. No podemos ver las emociones, pero las podemos sentir a veces con tal intensidad que hasta nos agobian, ¿cómo puede agobiarte algo que no existe? Lo cierto es que las emociones son energía, como lo somos nosotros y todo lo que nos rodea. La escritura de las palabras, por otro lado, imprime aún más fuerza a las 22 afirmaciones. La escritura es la impresión simbólica de lo que decimos y al imprimirse deja un recuerdo energético que sigue vibrando en el papel. Podríamos decir que nuestro inconsciente es el papel de nuestra mente en donde se escriben nuestras memorias. De la misma forma cuando escribimos las afirmaciones en un papel estamos plasmando una impresión de lo que queremos que alcance una energía aún más física de manifestación en el plano físico porque ya no sólo la estamos pensando sino que además la estamos viendo. La escritura fue creada justamente como medio de comunicación, para trasmitir mensajes a distancia y para dejar un precedente una memoria de lo que se pensaba y se comunicaba. Después aparecieron los contratos escritos, donde se deja plasmado un compromiso y donde el hecho de estar escrito representa la prueba de aceptación de lo que ahí se escribe. Escribiendo afirmaciones positivas de lo que quieres ser o alcanzar, como por ejemplo: Yo soy salud, yo soy felicidad y prosperidad, no sólo le brindará mayor poder creativo a tus intenciones, sino que te ayudarán a ser más preciso en lo que quieres pedir al universo. Llévalas contigo a todos lados para repetirlas durante el día y mantén una en tu mesa de noche para realizar tus ejercicios en la mañana y en la noche. Experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de agua corroboran el fuerte contenido energético y la influencia de las palabras en nuestra vida. Con un microscopio electrónico y una diminuta cámara, el científico fotografió las moléculas en dos contenedores de agua mientras los llevaba a punto de congelación. Él había colocado palabras como “Amor” o “Te odio”, en pequeñas etiquetas que pego a cada uno de esos contenedores, encontrando que en uno el amor provocaba formas moleculares bellas, mientras que en el otro, el odio, generaba caos. Luego puso música metálica y música clásica,mostrando el mismo patrón de comportamiento en las moléculas de agua; en una se veía el caos y en la otra armonía respectivamente. Imaginen lo que este experimento puede hacer a nuestro cuerpo si el 80 % de nuestro cuerpo está compuesto de agua. Lo que escuchamos trae una vibración y nos determina. La importancia de esto no sólo en nuestras vidas sino en nuestro proceso creativo radica en que debemos rodearnos de la mejor calidad de energía para nutrirnos de esa energía y usarla en la consecución de nuestros sueños. Es importante para mí mencionar que todos estos experimentos de los que hablo son la perspectiva científica de fenómenos que han sido explicados ampliamente en la antigüedad por otras corrientes espirituales, a través de la visión clarividente de seres iluminados o iniciados que han leído todo esto en la memoria de la naturaleza y que afirman que tenemos la capacidad de comprobarlos por nosotros mismos cuando alcancemos niveles de consciencia más elevados que nos permitan trascender nuestra visión física del universo. Volviendo a la trinidad creativa, podemos observar que hay quienes sin conocer 23 estos aspectos de la trinidad del pensamiento creativo (la palabra, la emoción y la visualización) logran cambiar su realidad. Estas personas seguramente han desarrollado estos tres aspectos de manera intuitiva, poniendo emoción en sus oraciones y afirmaciones he imaginando los escenarios sin saberlo conscientemente. Recordemos que las imágenes que nos rodean, la música que escuchamos, todo nuestro alrededor está cargado de mensajes, afirmaciones y energía que a través de la repetición terminan influenciando nuestra realidad. Por eso debemos hacer uso de nuestra consciencia para ayudarnos con todas las herramientas a nuestro alcance. Escuchar música relajante, de la nueva era o música clásica, eleva nuestro patrón vibratorio y con esto podemos conectar más fácil con energías superiores, escuchar el mensaje de nuestros guías y volvernos más intuitivos dando un salto cuántico hacia la realidad que deseamos manifestar. La mejor manera de trasformar nuestra realidad es comprender cómo funciona y cuáles son las leyes que la determinan, para así crear la realidad que queremos conscientemente. 24 Capítulo V Espejos Emocionales LAS EMOCIONES TAMBIÉN CONSTITUYEN RESPUESTAS empáticas. Las emociones responden empáticamente a los pensamientos. Cuando pensamos algo positivo existe una reacción empática de una emoción también positiva que es la que terminas conectando y experimentando. Sin embargo, existe una falsa creencia con la cual todos hemos crecido. Se nos ha enseñado que cuando experimentamos una emoción simplemente esa emoción ha llegado a nosotros. Se nos ha enseñado que la emoción está asociada a las situaciones que vivimos. Pero no se nos ha explicado que nosotros somos los que escogemos esa emoción. Se nos ha enseñado a identificar el tipo de emoción y a nombrarla, pero no sabemos cómo generar emociones conscientemente, porque se tiene la creencia de que las emociones no se pueden crear, solamente sentir y esto es un error. Esto nos ha llevado a responder a nuestras experiencias de manera inconsciente; las emociones que sentimos no son más que recuerdos de otras experiencias similares y ya no tenemos emociones nuevas y originales, sino memorias de esas emociones. Esta concepción sobre las emociones nos limita a ser tan sólo lectores de la realidad y no los creadores de ella. Las nuevas explicaciones de la neurología apoyan los planteamientos de la psicología respecto a la importancia de nuestra primera experiencia con las cosas y con las personas y como esta primera experiencia nos determina. Pero ¿en qué radica la importancia de la primera experiencia? En realidad la importancia no solo radica en el hecho de ser la primera experiencia sino también en la intensidad de ésta. Nuestras primeras experiencias son importantes porque construyen la base de las asociaciones que vendrán con nuestras experiencias futuras, representan el primer contacto con el mundo y ese primer contacto deja una impresión, por eso me gusta la frase que dice que no hay una segunda oportunidad para dar una primera impresión. Si has crecido en una familia castigadora, donde solucionaban todo a los gritos, por ejemplo, siempre vas a tender a sentirte regañado, gritado y castigado por todo y por todos porque esa conexión neuronal está establecida y ha sido construida por reacción, no por creación, pues siendo un niño no sabías cómo crear deliberadamente. Ahora puedes hacerlo, puedes crear nuevas impresiones y conexiones y esto te permitirá ser diferente. Nuevas y mejores conexiones pueden ser construidas deliberadamente con nuestra intención. El cerebro está acostumbrado a trabajar desde la reacción y no desde la creación. Es decir que reaccionamos ante los estímulos de nuestro entorno a través de la percepción de nuestros sentidos y según lo que vamos experimentando, así mismo 25 vamos reaccionando, sin tener control de los estímulos, solo de nuestra reacción. Con la técnica de la empatía cuántica utilizamos el otro aspecto del cerebro que es su poder creativo, aplicando estímulos internos (la visualización creativa), los cuales generan los mismos resultados que los externos (porque la mente no diferencia entre lo que ve y lo que imagina) con la diferencia de que los estímulos internos pueden ser planeados y controlados estratégicamente para alcanzar el resultado que esperamos. En realidad experimentamos las emociones que escogemos experimentar. Muchos podrán decir, bueno nadie escoge la tristeza o la rabia por sí mismo, pero por absurdo que parezca también escogemos las emociones negativas. Esto ocurre porque hemos memorizado asociaciones entre lo que vivimos y las emociones. Estas asociaciones han sido aprendidas e incorporadas en nuestro esquema emocional y mental y ante cada situación escogemos la emoción correspondiente, como ponernos tristes, por ejemplo, cuando alguien se va o el enojarnos cuando perdemos algo. La realidad es que somos generadores de emociones y no simples receptores de ellas. Digamos que alguien te hace un regalo, tú tienes dos opciones; puedes recibirlo con gratitud y ponerte feliz o puedes sentirte ofendido porque te parece muy poco. Las dos emociones son posibles, tú eres el que escoge cómo quieres experimentar esa energía. Lo que nos hace escoger una emoción y no otra es la proyección de nuestras expectativas; son nuestras creencias más arraigadas y nuestras asociaciones las que determinan que emoción experimentaremos. El vaso puede estar medio vacío o medio lleno, todo depende de cómo decidas verlo. De aquí viene la importancia de conocernos y sanar, para comenzar el proceso de creación libre de interferencias, con claridad mental para poder crear una nueva realidad. El asumir una actitud positiva no es suficiente, lo digo por mi propia experiencia. De hecho esta es la razón por la que la mayoría de las personas abandonan la tarea de crear el mundo que desean y terminan resignándose con lo que tienen, porque no saben cómo crear las emociones por ellos mismos; sólo reconocen la vieja asociación y no saben que pueden cambiar esa asociación aprendiendo una nueva, como lo hicieron la primera vez. De hoy en adelante puedes elegir generar tus emociones de manera consciente. Puedes crear esta realidad tomando consciencia de esto y apoyándote con la siguiente afirmación: De hoy en adelante generaré mis emociones de manera consciente. Escogeré emociones positivas como mi experiencia de vida. (Repítelo, visualízalo y siéntelo). Si te cuesta trabajo sentir la emoción positiva, al principio puedes evocar un recuerdo, buscar actividades, personas, imágenes o películas donde puedas conectar 26 con ese sentimiento, cosas que te generen esa sensación de ser aceptado, de ser amado y avívalas al máximo en tu interior al tiempo que visualizas y repites las afirmaciones. Cuando experimentamos una emoción hay un órgano de nuestro cuerpo llamado hipotálamo que fabrica respuestasquímicas a partir de estas emociones que experimentamos. La vieja creencia de que el cerebro era el que mandaba la señal al corazón está revaluada. Al nivel físico, primero sentimos y luego pensamos. El corazón manda la señal al cerebro y una vez en el cerebro, el hipotálamo reacciona generando neurohormonas (neuropéptidos), substancias que son liberadas a través de la glándula pituitaria hasta la sangre. Una vez en la sangre se conecta con las células que tienen esos receptores en su exterior. Lo curioso es cada una de estas células se encuentran esperando recibir estas neurohormonas de tristeza, alegría, pesimismo, positivismo, etc. Tiene miles de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas experiencias emocionales. Imagina una célula con los receptores abiertos para recibir lo que nosotros mismos enviamos, química de amor, de desamor, de odio, etc. Las células trabajan para nosotros; el conjunto de ellas conforma tejidos y órganos y funcionan con la química que nosotros mismos fabricamos. Por consiguiente nuestro cuerpo y nuestra salud es el resultado de lo que sentimos y lo que pensamos. Pero si fabricamos la enfermedad, también podemos fabricar la cura. Una profesora de la universidad de medicina de Georgetown Candance Pert, poseedora de patentes sobre péptidos modificados o neurohormonas explica este fenómeno de la siguiente forma: “Cada célula es un pequeño hogar de conciencia. Una entrada de un neuropéptido (neurohormona) en una célula equivale a una descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la célula”. Esta explicación nos confirma que reproducimos a escalas microscópicas lo que sucede en el macrocosmos. Nos reflejamos hacia adentro y hacia afuera. Reflejamos en nuestras células nuestros pensamientos y emociones y reflejamos en el planeta tierra nuestros pensamientos y emociones. 27 Capítulo VI La Ley de Correspondencia NO HAY DUDA DE QUE somos parte de una unidad perfectamente sistematizada que trabaja a través de una ley de correspondencia; nos reflejamos en otros y otros se reflejan en nosotros. Es como si ubicáramos dos espejos uno frente al otro, lo que veríamos sería un reflejo y multiplicación infinita del uno en el otro; por eso digo que somos el microcosmos del macrocosmos porque así como las células hacen parte de nosotros, nosotros somos las células del universo. A esto le llamo correspondencia. Nuestras células conforman tejidos, esos tejidos órganos, esos órganos sistemas (sistema circulatorio, sistema nervioso, etc.) y esos sistemas nuestro cuerpo; nuestro cuerpo y espíritu conforman nuestro ser, nuestro ser es parte de una familia, nuestra familia parte de una sociedad; esa sociedad hace parte de una región, esa región parte de un planeta y este planeta a su vez hace parte de un sistema solar y este sistema solar es parte del universo, en el que como seres humanos tenemos un objetivo y una misión. Si analizamos la organización del átomo (el microcosmos) nos daremos cuenta que se asemeja extraordinariamente a la del universo (el macrocosmos), unos electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y neutrones). Por eso decimos que somos el microcosmos del macrocosmos y en nuestro nivel de organización humana somos interdependientes unos de otros; estamos llamados a desarrollar determinados talentos y objetivos para poder funcionar como sociedad. Unos somos escritores, otros doctores, cantantes, mensajeros, carpinteros, etc. Nos complementamos unos a otros, en un acto de correspondencia que responde a un fenómeno de empatía no sólo entre humanos sino también entre especies y entre energías. La tierra nos brinda los elementos que permiten nuestra existencia y nosotros a su vez generamos gas carbónico para las plantas; esto nos hace parte de un sistema natural y varios sistemas naturales hacen parte de un planeta que llamamos Tierra. Me baso en esta perspectiva cuántica para afirmar que somos reflejos de nuestro entorno así como nuestro entorno es un reflejo de nosotros porque contenemos y nos contiene. Somos parte de una correspondencia. Somos producto de la empatía entre dos energías. Sucede todo al mismo tiempo. Por eso el budismo habla de que los objetos que vemos no son reales tal como los vemos porque los vemos separados de nosotros y no lo están; estamos unidos a todo y a todos y todo esta unido a nosotros; no necesitamos sujetar la mano de otro para estar unidos a él o ella porque existen redes energéticas, de material tan sutil que no podemos percibir físicamente, pero que nos conectan con todo lo que nos rodea, aún después de los confines de nuestra piel. Somos parte de un todo, de una unidad sistemática inteligente que interactúa de manera empática a través de una ley de correspondencia. 28 Nuestro cerebro tiene la función de generar substancias a partir de nuestras emociones y nuestras células tienen la función de responder como receptoras habituándose a “recibir” cada uno de los químicos de esas emociones: química de alegría, tristeza, ansiedad, ira, generosidad, pesimismo, cualquiera que sea, nuestras células se habitúan a determinadas emociones y crean hábitos de pensamiento. Esto nos llevaría a decir que vivimos en el pasado recreando las mismas experiencias una y otra vez. Literalmente lo hacemos, desde el ámbito físico hasta el plano espiritual. Nuestro cerebro está recreándose continuamente, repasando las mismas conexiones una y otra vez. Cada nuevo pensamiento crea una nueva conexión y estas conexiones neuronales se van expandiendo hacia nuestras células y se refuerzan a través de la repetición. Así es como realizamos asociaciones automáticas espontáneas entre lo que vemos y lo que sentimos, porque esa correlación ha sido grabada en la memoria celular a tal punto que se vuelve automática. Incluso cuando aprendemos algo como manejar un auto, una vez que lo incorporamos en nuestra memoria, lo hacemos automáticamente y pareciera que ni lo pensáramos, simplemente lo hacemos. En realidad sí lo pensamos pero ese pensamiento conoce la ruta y la recorre en milésimas de segundo que parece que el pensamiento se suprimiera y se produjera sólo la acción. Cuando tenemos una experiencia negativa como ser engañado, por ejemplo, hace que cada que vez que nos relacionemos con alguien asociemos el amor con engaño y si no interrumpimos esa conexión, seguirá afianzándose en la memoria celular hasta convertirse en nuestro historia de vida. Pero si re-significamos esa experiencia podemos crear una nueva asociación positiva acerca del amor de tal forma que cuando nos relacionemos nuestras expectativas sean positivas al igual que nuestra experiencia. Interrumpir esas conexiones quiere decir desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones. Esto es lo que en la actualidad se conoce como reprogramación. Este ejercicio de reprogramación consiste en tomar conciencia del patrón de pensamientos predominante que queremos cambiar, desaprenderlo y aprender uno nuevo. Al igual que la memoria celular, tenemos memoria humana y esas memorias deben ser reprogramadas. Somos en menor escala la representación del universo. Contenemos al universo y el universo nos contiene a nosotros. Nos encontramos en una era del cambio de un despertar de consciencia a todos los niveles del universo. Lo que en astrología se llama la era de Acuario y que trae según los astrólogos, una energía de cambio, de transformación y de despertar espiritual. Así como nosotros enviamos mensajes a nuestras células, en nuestro proceso de cambio con nuestros pensamientos y emociones, el universo y nuestros guías también están generando cambios; existe una inteligencia divina que está enviando mensajes 29 de unidad, de amor y de compasión a nivel mundial; está generando pensamientos de solidaridad y sentimientos de compasión, a través de las crisis ecológica mundial y las guerras porque quiere cambiar la programación de destrucción actual. Esta energía envía mensajes para que nosotros como células de su cuerpo la recibamos y nos habituemosa ella, trabajando cada uno como parte de una familia (tejido), de una sociedad (órgano) desde nuestras actividades diarias, acogiendo esa nueva química, esa nueva energía de amor y de unidad. Una prueba de esto son las imágenes de la medición de la vibración del planeta tierra antes y después del evento del 9/11. Un experimento llamado (GCP) (Proyecto de Concientización Global) que se venía desarrollando antes de este acontecimiento con el uso de “Random Event Generators” (Generadores de Eventos Aleatorios), que son mini computadoras que producen secuencias aleatorias de unos y ceros, que en palabras simples podemos decir que miden la vibración. El experimento consistía en ubicar estos medidores energéticos en diferentes lugares a lo largo y ancho del planeta tierra para medir su vibración cuando grandes grupos humanos realizaban actividades de unión y fraternidad. Estando estos lectores conectados y sin ser ese el propósito del experimento lo que observaron fue que el día del ataque a las Torres Gemelas la energía disminuyó a niveles muy bajos, especialmente mientras los aviones impactaban las Torres; sin embargo, también pudieron observar que estos niveles aumentaron drásticamente los días siguientes a este evento, demostrando así que las expresiones de solidaridad y de hermandad que, sin importar la cultura o religión, se desplegaron alrededor de todo el mundo reflejaban un aumento significativo en la vibración de la Tierra. Esto es una prueba más de la existencia de una correspondencia entre nosotros y nuestro entorno; es una prueba más de que no estamos separados y de que existe la posibilidad de crear a través de la empatía, porque esta ocurra espontáneamente, pero también podemos inducirla y esto constituye los dos tipos de empatía cuántica que desarrollaré más adelante: la empatía espontánea y la empatía progresiva. ¿Cómo podemos entonces responder a este llamado del universo y alinearnos con esta energía? Como lo mencioné al comienzo del libro todos los caminos nos llevarán al mismo lugar; la diferencia está en el tiempo que nos tome llegar. Está en nosotros escoger si queremos ir a pie, en auto o en avión. Todos terminaremos por aprender la lección, algún día nos graduaremos en la escuela de la vida, pero tenemos la opción de vivir como co-creadores o como seguidores. La empatía ocurre en positivo y en negativo, funciona espontáneamente por una ley de correspondencia, estés consciente de ella o no. Esto quiere decir que cada vez que dices “no quiero sentirme triste”, evocas el sentimiento e imágenes de tristeza y el cerebro responde con la química de la tristeza. Te sentirás aún más triste y conectarás con cosas que te pondrán más y más triste. De la misma forma ocurre con nuestro entorno, cuando dices: “No hay trabajo para mí, la situación está muy 30 difícil”, evocas esa sensación de estar desempleado y pasando dificultades y el cerebro del universo responde, reflejando la energía de dificultad y desempleo a tú alrededor y tú, como célula del universo, recibirás cada vez más dificultades y seguirás desempleado. Somos energía vibrando a una determinada frecuencia y de acuerdo con la frecuencia en que vibremos será nuestra experiencia. Todo aquello en lo que pensamos, todo aquello de lo que hablamos y también lo que criticamos, tiene una frecuencia positiva o negativa, y al centrar nuestra atención en aquello que queremos, comenzamos a vibrar en su frecuencia, conectamos con la energía de las cosas. Cuando algo te es indiferente, muere por inanición, pero todo aquello a lo que dediques tu atención irá creciendo y encontrando el camino hacia tí. Es así de simple, lo semejante atrae lo semejante porque es el instinto natural de la existencia. Cuando centras tu atención en una planta, por ejemplo, la cuidas, la riegas, le hablas, la planta crece y hasta dá frutos. Pero si te olvidas de ella, morirá con el paso de los días. La ley de la atracción de Abraham es una ley que dice que atraemos a nosotros todo aquello en la que centramos nuestra atención. Les contaré mi experiencia aplicando la ley de la atracción que constituiría más adelante el descubrimiento del primer principio de la técnica de la Empatía Cuántica. Cuando escuché sobre la ley de la atracción, compré los audios y comencé a escucharlos y a ponerlos en práctica. En aquel entonces estaba rondando por mi mente la idea de abrir un café. Esa idea había surgido después de hablar con un amigo sobre la posibilidad de abrir un negocio. Yo estaba trabajando en un periódico y me iba bastante bien; había ahorrado por tres años con la idea de abrir un centro de terapias alternativas de sanación. Este amigo muy exitoso económicamente me aconsejó que mejor me inclinara por otro tipo de negocio que se ajustara más a la economía que vivíamos, porque el centro de terapias alternativas no lo consideraba un buen negocio. A partir de esa conversación y pensando que debía dejarme guiar por un experto, decidí que un café sería lo que abriría y que el café me daría el dinero necesario para más tarde abrir el centro de terapias alternativas que tanto quería. Me enfoqué en cuerpo y alma a buscar el lugar ideal; estudié el mercado del café hasta volverme una experta. Los precios de los locales comerciales eran bastante costosos y pedían como requisito experiencia y estabilidad económica para poder rentar cualquier lugar y yo no tenía ni lo uno ni lo otro. Pero tenía la ley de la atracción y la apliqué. Comencé la búsqueda por todos lados, en todas las zonas de la ciudad; apliqué a un lugar y no aceptaron mi aplicación; luego encontré otro e hice una cita, no llevaba nada preparado; ese día fue algo accidental, estaba en la zona y cuando vi el aviso de ‘Se renta’ llamé. La persona que contestó me dijo que podía mostrarlo ya si 31 quería. Llegué al lugar y me mostraron el local; era el espacio perfecto y la zona cumplía con los requisitos de lo que buscaba. Entonces pregunté qué necesito hacer si quiero rentarlo y la señora que mostraba el local me llevó inmediatamente con uno de los jefes. Era un negocio familiar y uno de los dueños se encontraba esperándome, me hizo pasar y me dijo: Entonces ¿está usted interesada en el local? Sí, respondí y él preguntó ¿Qué negocio piensa poner? Un café, respondí, y le expliqué el concepto que había desarrollado. Terminando mi explicación le pregunté: ¿Cuáles son los requisitos para rentar? Su respuesta me dejó perpleja. Él contestó muy serio, diciendo: “Nada, usted dice que quiere poner un café y que tiene el dinero para hacerlo y nosotros le creemos”. Yo estuve tentada a mirar hacia las esquinas de la habitación para ver dónde estaba la cámara escondida, me parecía inverosímil. Pero era real. Él me dijo “Llena esta forma con tus datos y puedes hacer una cita para ultimar detalles”. La mayoría de los lugares pedían dos y hasta tres meses de depósito para tomar el local. Entonces hice la pregunta y él me contestó: “Solo pedimos un mes, pero si usted no tiene todo eso podemos hacerlo con la mitad. Entonces comencé a pensar, esto no puede ser tan bueno y comencé a averiguar hacía cuánto habían desocupado el local, porque a lo mejor estaban desesperados por rentarlo. El local había sido desocupado hacia sólo un mes y el anterior arrendatario tenía una tienda de bicicletas, pero el negocio había crecido tanto que había tenido que mudarse seis bloques más abajo en la misma calle, a un local más grande. Saliendo de aquella cita fui a cerciorarme de que lo que el señor me había dicho era cierto y efectivamente lo fue; el anterior arrendatario había movido su almacén de bicicletas por las razones que ya me habían dicho. Estaba emocionada y asustada al mismo tiempo, todo estaba a mi favor y después de muchos preparativos y planes me rentaron el local y me dieron tres meses gratis para hacer modificaciones y preparar la apertura. Finalmente logré materializar aquello que tanto pensé y planeé. Renuncié al periódico para dedicarme al café. Tenía tanta seguridad de que el café funcionaría que un día una amigame preguntó y ¿qué harás si no funciona? Y yo, sin la más mínima duda en mi mente o en mi corazón, le contesté: Es un hecho, va a funcionar. No pienso en ese escenario porque esto funcionará. Hice todo lo que se debía hacer, publicidad en varios medios, servicio al cliente, calidad en el producto, precios muy razonables, planeación y un colchón de 10 meses; todos mis ahorros para sostener el proyecto hasta que volara por sí solo. El café fue tomando fuerza y a la gente le encantaba el producto; el diario más importante de la ciudad, el Times Union sacó un artículo sobre uno de mis platos. Y a la semana siguiente el café estaba lleno de lectores que querían probarlo. Sin embargo, después de siete meses y aunque el café tenia entradas regulares, todavía tenía que poner dinero de mi bolsillo para cubrir los gastos. Mis ahorros se empezaron a agotar. Pero cuando la gente preguntaba cómo iba todo, yo les decía que 32 excelente, que estaba mejorando cada día más; puse una foto del café, completamente lleno de clientes y la puse en un lugar de tal manera que la veía todos los días, pero al cabo de los meses comencé a sentirme cansada, las jornadas eran largas y extenuantes; no tenía descanso, adelgacé más de lo que hubiese querido y la economía estaba en su peor momento. Recibí ayudas de todos lados y formas, el dueño del local redujo la renta a la mitad para que yo pudiera quedarme. Saqué especiales, ofrecí domicilios, repartí volantes, traje música en vivo y hasta repartía ejemplos del café y comida en la calle y gustaban; sólo me faltó pararme de cabeza y al final tuve que cerrar el café. Terminé sin dinero, con una terrible desilusión. Pero sobre todo con una pregunta agobiante ¿Por qué no había funcionado? La economía no era suficiente razón para mí porque sé que eso es sólo una excusa; no hay nada imposible para el universo, no importan las circunstancias. ¿Qué había hecho mal? Antes de cerrar, un experto en este tipo de negocios vino a visitar el café y a darme su opinión. Después de pasar casi todo el día observando y comiendo los productos que vendía, me dijo: “El concepto es muy bueno, a la gente le gusta, los precios son los correctos, el local y la zona están bien, pero lo mejor es que cierres, la economía está muy mal, es mejor que no te endeudes, no sé, tal vez este tipo de comida no es para esta zona”. Él tampoco le encontraba una explicación muy lógica al porqué no estaba funcionando y terminó adjudicándolo a la economía. Así como todo se me había facilitado al comienzo lo fue al final; tenía un año más de contrato, que debía pagar según los términos legales, pero el dueño del local, a quien continúo agradeciendo, me dijo que me olvidara de eso. Vendí los equipos en menos de dos semanas y quedé sin deudas. Fue una gran experiencia, aprendí muchísimo, logré traer a la realidad algo que imaginé, tuve el coraje de perseguir y lograr materializar un pensamiento en menos de un año. Pero ¿por qué no había funcionado? Me encontraba sin rumbo, triste y con un gran sin sabor. Había apostado toda mi energía en ese proyecto, había hecho todo lo que se suponía debía hacer, apliqué la ley de la atracción y no había funcionado. ¿Por qué? La respuesta a esta pregunta la vine a descubrir sólo hasta hace poco. Cuando centras tu atención en algo que quieres, decretándolo, poniendo tu intención, deseo, emoción y tu imaginación en ello lo puedes conseguir, siempre y cuando no existan interferencias del inconsciente y ésta es la parte que nadie explica de la ley de la atracción. Aunque logré abrir el café tal como lo visualicé, conseguí cosas que otros consideraban imposibles y convertí ese pensamiento en una realidad material, hubo dos cosas que pasaron desapercibidas para mí en ese momento, pero que se constituirían en la base de la técnica de la Empatía Cuántica que desarrollaría más adelante. Lo primero que paso desapercibido para mí fue que el café no era mi deseo último, era el camino hacia algo más; es decir, yo había utilizado la ley de la 33 atracción para construir el COMO, cuando el COMO, debe ser del dominio del universo; el universo sabe cuál es el mejor camino y el más conveniente hacia tu objetivo final y cuando tratamos de decirle al universo cómo llegaremos a eso, estamos entorpeciendo nuestra creación, especialmente porque los COMOS que escogemos generalmente están determinados por nuestra mente inconsciente. Mi verdadero deseo era ser sanadora, dar conferencias, escribir libros y abrir mi centro de terapias alternativas, pero en lugar de visualizar el centro que quería, decidí visualizar y construir el camino hacia él. El café representaba el cómo, no el destino final y desde su origen el café, como energía, sabía que iba ser abandonado por su creadora, pues no era mi objetivo final. La ley de la atracción funcionó a la perfección; construí un camino y ese camino me llevó a donde estoy ahora, pero el café como tal no funcionó porque no era el fin. El segundo aspecto que no contemplé y el cual sembró los primeros pinos de mi acercamiento hacia la creación de la técnica de la Empatía Cuántica fue el comprender que la ley de la atracción dice que atraemos a nosotros todo aquello en lo que pensamos, pero no explica que hay una parte de nuestra mente que es inconsciente y que nuestros pensamientos inconscientes también tienen la capacidad de atraer. Logré descubrir que en medio de todos esos pensamientos positivos y toda esa energía positiva que sentía tan fuerte en mí ser, existía un pensamiento muy escondido en mi interior del cual no era consciente. Ese pensamiento, aunque muy escondido, fue lo suficientemente fuerte como para atraer su misma energía. Logré hacer consciente este pensamiento después de haber jugado un partido de tenis de mesa. Siempre me han gustado los deportes y el tenis de mesa se ha convertido en mi práctica preferida. Había asistido a un torneo que organizó la ciudad, en el cual resulté ganando sólo un partido de cinco. Me sentía una perdedora, me ofusqué muchísimo conmigo misma; había generado expectativas alrededor de mi desempeño porque siempre recibía buenos comentarios de otros jugadores y de mi entrenador, quienes decían que tenía mucho futuro y que había mejorando muchísimo. Cuando me senté a analizar el porqué me había enojado tanto, comencé a recordar que había experimentado esa misma sensación de frustración muchas veces en mi vida, no sólo con eventos deportivos sino en mis estudios en la universidad. Recordé un semestre que me propuse ganar una beca por desempeño académico y estudié, esforzándome y concentrándome en alcanzar ese objetivo sin descanso. Al final conseguí estar entre las mejores, pero no fue suficiente para ganar la beca. En mi exploración de este sentimiento, fui aún más atrás en la época de la escuela cuando era niña y recordé que quería izar bandera; izar bandera significaba que tu desempeño era bueno y me esforcé poniendo todo de mí, pero obtuve el mismo resultado, no fue suficiente y mis lágrimas comenzaron a brotar sin parar; acababa de descubrir que en el fondo de mi ser me acompañaba la sensación y el pensamiento de ‘no ser lo suficientemente buena’; esa sensación la reconocía muy bien, la había experimentado en varios eventos durante mi vida. Siempre me había ido muy bien, pero no lo suficientemente bien; siempre lograba lo que me proponía, pero no al 34 nivel que quería; siempre había algo que faltaba porque el pensamiento de no ser lo suficientemente buena estaba ahí y yo no era consciente de ello. Terminé por descubrir que había desarrollado esa creencia a partir cosas que habían hecho mis padres en mi infancia. Aunque no guardaba ningún rencor por esas experiencias, los recuerdos y su aprendizaje inconsciente estaban ahí y me había hecho daño. Así que decidí hacer un proceso de perdón y crear mi nueva programación. Hoy reconozco que soy lo suficientemente buena para todo lo que me propongo en la vida. Entonces descubrí que la ley de la atracción no funciona tan sólo con imaginar y sentir en el presente lo
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