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Aprendiendo de la experiencia Paidós

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14 W. B. BlON 
El libro ha sido estructurado para ser leído de una sola vez sin 
detenerse en aquellas partes que al principio puedan ser oscuras. 
Algunos puntos oscuros se deben a que no es posible escribirlos 
sin presuponer familiaridad con algún aspecto de un problema 
que recién se trata más adelante. Si el lector lee sin detenerse, 
estos puntos se irán aclarando a medida que avance. Lamenta­
blemente, subsisten puntos oscuros debido a mi incapacidad 
para aclararlos. El lectoI puede encontrar que el esfuerzo de 
aclararlos por sí mismo es realmente gratificante y no es una 
tarea que se le impone porque yo haya dejado de realizarla. 
5. Puede parecer que empleo en forma equivocada palabras
cuyo signilicado ya está establecido, como en el caso de los 
términos función y factores. Un crítico me ha señalado que em­
pleo los términos en forma ambigua, de modo tal que existe el 
peligro de que el-lector se confunda por las asociaciones que exis­
ten entre esas palabras y las. matemáticas y la filosoíla. Las he 
usadp deliberadamente en razón de esas asociaciones y deseo que 
la ambigüedad persista. Es mi propósito que el lector recuerde 
las matemáticas, la filosofía y el uso corriente, porque una carac­
terística de la mente humana, a la que me refiero, puede desarro­
llarse en forma tal que en UD estudfo posterior puede clasificarse 
bajo estos encabezamientos, y otros. Pero lo que me inter�sa 
aquí no es lo que la I unción pueda llegar a ser; mi epipleo del 
término tiene el propósito de señalar que si la persona en obser­
vación está realizando un cálculo matemático o un acto de envi­
dia o caminando de una manera peculiar, todas son para mí fun­
ciones de la. personalidad. Si me intereso por la exactitud de sus 
operaciones matemáticas no es porque me interese medir sus' co­
nocimientos matemáticos, sino porque ellos y la exactitud de sus 
operaciones son funciones de su personaJidad, y yo deseo saber 
cuáles son los factores. 
6. Si el lector lee el párrafo anterior nuevamente compro­
bará que al optar por el uso del término función, conservando 
éste su penumbra de asociaciones, puede suponerse que usaré el 
término según las reglas y las convenciones que aceptan.los ma­
temáticos y los filósofos para regular su uso. Si satisfago esta 
expectativa se dirá que empleo el término "correctamente''. Pero 
si no correspondo a esa expectativa ( provocada por la penum­
bra de asociaciones que no despejo¡ se dirá con raz-ón que em­
pleo el término en forma equivbcada. Si estoy de acuerdo con 
APRENDIENDO DE LA EXPERIEN0lA 15 
ti;rmino de su penumbra de asociaciones.; otra, aceptar las 
convenciones de uso implícit11s en sus asociaciones. 
7. En realidad, no optaré por ninguna de las dos. Supon·
gamos que veo a un hembre caminando. Puedo decir que su 
caminar es una función de su personalidad y que luego de una 
investigació .n descubro que los factores de esta función son su 
amor por u-na mujer y so envidia al amigo de ella. O que los 
factores en e;;ta función son su amor por una mujer y su envidia 
al amigo de ella. Sin prosigo la investigación, puedo determinar 
qua a su amor por la mujer se a¡;rega la envidia a su amigo;, 
o F ( su modo- de caminar t = A + E ( F = función, A = amor,
E= envidia). Pero tal vez sienta que mis observaciones se apro­
ximan a la teoría kleiniana de la identificación proyectiva y que 
puedo expresar mejor mi opinión sobre los hechos si digo que la 
función -de caminar es un signo de que el paciente siente que 
ha, colocado dentro su.yo una mujer que quiere y con la cual 
se identifica y un rival que envidia pero con el que también 
está identificado, y que ambos objetos son controlados al estar 
encerrados en sus piernas. Ahorraré al lector un.a figura geo­
métrica, expresando esta última idea "matemáticamente"; pero 
le pediré que reflexiune si es cierto que en el capítulo I empleo 
los términos "función" y "factor" en forma equivocada. En­
tiendo que este uso pueda confundir, pero no estoy de acuerdo 
en que se pueda alirmar que hago un mal uso del término. En 
un capitulo ulterior sostengo que el uso de ideas, y los símbolos 
que las representan, está menos desarrollado que el proceso 
mediante el cual esas ideas han evolucionado. Por esta razón 
estoy dispuesto a aceptar que empleo mal una idea, o su símbolo, 
o ambos, pero no estoy de acuerdo en que existe un criterio
definitivo sobre esta cµestión. En la metodología psicoanalitica
el criterio no debe depender de si un uso dete.r'ninado es co­
rrecto o inconecto, si tiene significado o es verificable, sino de
su capacidad para fomentar el desarrollo.
8. No esloy sugiriendo que esa capacidad de promover tal
desarrollo nos provea de UD criterio absoluto; la teoría psico­
analítica y su práctica, en los casos en que el pensamiento presen­
ta trastornos graves, señalan la necesidad de una reformulación 
de las ideas sobre el origen y naturaleza de los pensamientos y 
llll1l reformulación paralela de las ideas sobre los mecanismos 
median.te los cuales es posible lograr "pensar" pensamientos. 
Mas si es cierto que es necesario modificar nuestros enfoques 
24 W. R. BION 
anterfore:;1 sobre el desarrollo del pensamiento verbal ; . Me re­
feriré a ello sólo como factores modificados por combinaciones 
entre ellos en una función. Esto es todo en cuanto a trabajos 
anteriores-; ahora daré un ejemplo del empleo de esta Teoría de 
las Funciones - en nna investigación psicoanalítica del campo 
cubierto por los trabajos a que me he referido en este capitulo. 
1 W. R. Bion: Di//erentiation o/ psychotir: from the non psychotic 
perso11alitie.1. fnt. J. of Psycho-anaJysis. 
CAPÍTUOO III 
L Una experiencia emocional que ocurra durante el sue­
ño, que elijo p-0:r razones que en seguida veremos, no difiere de 
una experiencia emociona] que ocuna durante el estado de vigi­
lia, en que las percepciones de la experiencia emocional tienen 
en ambos casos que ser elaboradas por la función-alfa antes de 
que puedan ser usadas para los pensamientos oníricos. 
2. La función-alfa opera sobre las impresiones sensoriales,
cualesquiera sean, y las emociones, cualesquiera sean las que 
el paciente acepta. Mientras la función-alfa opere con éxito, se 
producirán elementos-alfa y estos elementos resultarán adecua­
dos para ser almacenados y satisfacer requisitos de los pensa­
mientos oníricos. Si la función-alfa es perturbada, y por lo tanto 
resulta inoperante, las -impresiones sensoriales que el paciente 
capta y las emociones que a la vez está experimentando perma­
necen inmodificadas. Los llamaré elementos-beta. En contraste 
con los elementos-alfa, los elementos-beta no son sentidos como 
11i se tratara de fenóm�os 1, sino como las cosas en sí .mismas 2• 
Asimismo, las emociones son objetos de los sentidos. Por lo 
tanto estamos frente a un estado anúnico precisamente con­
trastante con el de un científico que sabe qrie se ocupa de fenó­
menos, pero que no tiene la misma- certeza respecto de si los 
fenómenos tienen una contraparte de cosas en sí mismas. 
3. Los elementos-beta no son propensos !! ser usados en los
pensamientos oniricos, pero sí son apropiados para ser usados 
en la identificación proyectiva. Influyen en la producción del 
acting-out. Son_ objetos que pueden ser evacuados o empleados 
para una forma de pensar que depende de la manipulación de 
1-2 Empleo el término "fenómenos" para expresar lo que Kant deno• 
min6 cualidades secundarias y primarias. La expresión "cosas-en-sí-mis­
mu" también coincíde con la que Kant emplea para refexirse a objetos 
11ue no son cognoscibles para el género humano.

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