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teoria del estado 2

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Perspectivas El Estado desde la perspectiva jurídico-política 
Es en los sentidos jurídico y político que se entiende al Estado como la institución cuya 
función primordial es la organización del territorio nacional. 
Si se entiende al Estado desde esta perspectiva, es necesario interpretar la noción de 
territorio de manera similar. En este sentido el territorio que organiza el Estado es un 
conjunto delimitado geográficamente que se relaciona con una comunidad de 
territorios-Estados en base a acuerdos internacionales. El respeto por tales acuerdos, 
así como por los mecanismos previstos para saldar los conflictos que pudieran existir, 
es una lógica que sólo puede ser instrumentada por el Estado. 
Esta lógica se reproduce al interior del territorio nacional. El Estado organiza 
internamente el territorio y a sus habitantes en base a una normativa jurídica que 
desarrolla mecanismos tanto para el logro del consenso social, como para la 
resolución de conflictos. 
El Estado desde el punto de vista teórico 
Definir la conformación del Estado desde un aspecto teórico implica necesariamente 
referirse a cuerpos ideológicos generales que dan cuenta de un imaginario social 
determinado. 
El Estado en la perspectiva liberal: “El presupuesto filosófico del Estado liberal, 
entendido como Estado limitado en contraposición al Estado absoluto, es la doctrina 
de los derechos del hombre elaborada por la escuela del derecho natural (o 
iusnaturalismo): la doctrina de acuerdo con la cual el hombre, todos los hombres 
indistintamente, tienen por naturaleza, y por tanto sin importar su voluntad, mucho 
menos la voluntad de unos cuantos o de uno solo, algunos derechos fundamentales 
como el derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad, [a la propiedad] que el Estado, 
o más concretamente aquellos que en un determinado momento histórico detentan el 
poder legítimo de ejercer la fuerza para obtener la obediencia a sus mandatos, deben 
respetar no invadiéndolos y garantizándolos frente a cualquier intervención posible por 
parte de los demás” (Bobbio, 1989 b: 11). 
El origen filosófico del liberalismo parte, entonces, de la idea de individuo. El 
individuo es considerado por los liberales como el actor privilegiado en la constitución 
de relaciones sociales. 
Ahora bien, si la base de estas ideas está en el individuo y en la libertad, todo conjunto 
organizacional, económico, social o político es funcional a la sociedad siempre y 
cuando no se edifique sobre la libertad individual. Por esto, la teoría liberal del Estado 
supone la auto-restricción individual, necesaria para la vida en común, solo si se 
preservan los derechos inalienables de los individuos. 
“El liberalismo, en su connotación histórica fundamental, es la teoría y la praxis de la 
protección jurídica, por medio del Estado constitucional, de la libertad individual” 
(Sartori, 1981: 125). Es, fundamentalmente, una técnica de control y limitación del 
poder del Estado. Ahora bien, esa limitación comprende dos aspectos diferentes: los 
límites de los poderes y los límites a las funciones del Estado. La noción común que 
sirve para representar al primero es la de Estado de derecho; la noción común para 
representar al segundo es la de Estado mínimo. 
Así en la teoría liberal “el estado de derecho no solo significa subordinación de los 
poderes públicos de cualquier grado a las leyes generales del país, lo que es un límite 
puramente formal, sino también subordinación de las leyes al límite material del 
reconocimiento de algunos derechos fundamentales considerados 
constitucionalmente, y por tanto en principio inviolables” (Bobbio, 1989b: 19). Entre los 
mecanismos constitucionales más importantes para impedir u obstaculizar el ejercicio 
arbitrario del poder es posible destacar: el control del poder ejecutivo por el legislativo; 
el control del Congreso en el ejercicio legislativo por parte de una corte de justicia 
encargada de decidir sobre la constitucionalidad de las leyes; un poder judicial 
independiente del poder político y una relativa autonomía de los gobiernos locales 
respecto del gobierno central. 
Ideas marxistas respecto al Estado.: La doctrina social del marxismo es revolucionaria 
y se funda en el materialismo histórico y en la lucha de clases. 
El primero es una ley explicativa de la historia que asigna un papel fundamental en el 
proceso de desarrollo social a los fenómenos de orden económico. La sociedad se 
funda en la producción, las personas son primordialmente productoras, todas las 
demás actividades son supletorias y subordinadas a ésta. 
De esta forma las relaciones de producción constituyen la estructura de la sociedad, 
mientras que todos los otros fenómenos jurídicos, políticos, religiosos, morales son de 
segundo orden y están determinados por la naturaleza y las relaciones de las fuerzas 
de producción, constituyendo la superestructura social. 
Las personas se implican en el proceso de producción sin darse cuenta, es por eso 
que el marxismo estipula que solo en una determinada fase de su desenvolvimiento 
las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de 
producción existentes, o lo que es lo mismo, con las relaciones de propiedad en las 
que se han desenvuelto, tornándose visibles y abriendo la puerta a una revolución. 
El segundo aspecto, esto es la lucha de clases, hace referencia al hecho que la 
realidad es esencialmente contradictoria y se funda en el choque de fuerzas opuestas. 
En el seno de las sociedades estas fuerzas en contradicción son las clases. El vínculo 
clasista es el más profundo de los lazos humanos ya que tiene como determinantes el 
papel que ocupan las personas en las relaciones de producción. 
Ahora bien, las relaciones de producción de cada fase del desarrollo de las fuerzas 
materiales constituyen la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la 
cual se eleva un edificio jurídico y político y a la que corresponden determinadas 
formas de conciencia social. En esta superestructura jurídica y política se encuentran 
las instituciones encargadas del control social, entre ellas el Estado. 
De esta forma es posible resumir las ideas marxistas sobre el Estado de la 
siguiente manera: el Estado es parte de la superestructura y por ende se encuentra 
determinado por la base económica, que toma las características de las relaciones de 
producción existentes; es entendido como un instrumento para mantener la 
dominación de clase; frente a los modelos anteriores (feudalismo, absolutismo) el 
liberal o burgués constituye un avance en razón a las libertades que se le otorgan a la 
clase oprimida, en este caso el proletariado. Entonces, alcanzado un cierto punto de la 
evolución del sistema capitalista, la concentración del capital en pocas manos y un 
proletariado cada vez más consciente de su condición llevan, según el marxismo, a 
una revolución que hace que el proletariado pueda apropiarse del Estado para 
establecer un socialismo de Estado, que se conoce con el nombre de dictadura del 
proletariado. 
En esta fase histórica el Estado se hace propietario de los medios de producción bajo 
la conducción del proletariado, desposeyendo a los capitalistas e impidiéndoles la 
disposición sobre sus bienes. 
Siguiendo con las ideas marxistas, una vez lograda la socialización de los medios de 
producción y que estos sean propiedad del Estado, se desencadena una transición 
hacia la sociedad sin Estado, debido a que éste se torna innecesario dado que deja de 
existir la explotación del hombre por el hombre y elementos de subordinación y 
privilegio entre las clases sociales. 
… Así aparece expresada la idea fundamental del marxismo, en cuanto a que el 
Estado es el producto y la manifestación del carácter irreconciliable de las 
contradicciones de clase. El Estado surge en el momento en que las contradicciones 
de clase no pueden, objetivamente, conciliarse.En consecuencia, para la teoría marxista el Estado aparece asociado a las clases 
sociales y a la existencia de propiedad privada ya que, antes de ésta, la conducción de 
los asuntos públicos corría a cargo de la sociedad misma. 
… De esta manera, para el marxismo, el Estado es un elemento superestructural que 
no ha existido siempre, que ha surgido dadas ciertas condiciones históricas dentro del 
proceso de producción y que es fundamental para la supervivencia de la sociedad y la 
economía capitalistas. 
Gramsci amplía el concepto de Estado y agrega tanto los aparatos de coerción, como 
los destinados a generar la hegemonía cultural. 
Otros aportes significativos del marxismo respecto al Estado son los dados por el 
neomarxismo que plantea al Estado y a lo político como aspectos centrales de la 
relación con lo social. 
Para ellos lo político es necesario en la conformación de lo social (que no estaría dado 
solo por las condiciones materiales). La forma y el papel desempeñado por el Estado 
de Bienestar llevan a estos estudiosos a ver al Estado como aspecto co-reproductor 
de la sociedad de clases. 
Para el neomarxismo la relación entre economía y Estado y, por ende, entre economía 
y política, son dos aspectos fundamentales y mutuamente necesarios para la 
explicación de la conformación de lo social

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