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CAPÍTULO 7: RELACIONES DE LA CÉLULA CON SU ENTORNO 311 adherens, por lo que, en la duda, debe precisarse si se trata de un desmosoma puntual (macula) o en banda (zonula). La terminología se complica aún más porque algunos autores entienden por adherens (adherente) no una cier- ta distancia entre las células unidas, sino una adhesión o anclaje de filamentos, que puede estar presente tanto en células epiteliales como en células libres en la matriz extracelular. En el caso de estas últimas, varios compo- nentes de la matriz extracelular se unen a la membrana plasmática. A su vez, las uniones de tipo adherens (tanto entre células o de éstas con la matriz extracelular) pue- den clasificarse atendiendo al tipo de filamentos que se anclan en ellas (actina o filamentos intermedios). Sin embargo, hay uniones que no pueden clasificar- se según los conceptos anteriores, como es el caso de las uniones septadas de los invertebrados y las interdi- gitaciones entre células adyacentes. Además, muchas células establecen uniones (entre sí o con la matriz extracelular) que no son visibles con el microscopio electrónico. En estas uniones intervie- nen diversas glucoproteínas de membrana que partici- pan en la adhesión intercelular necesaria en diversos procesos como la migración y agrupamiento celular du- rante el desarrollo embrionario de tejidos y órganos, la migración de células sanguíneas, y otros. Esta adhesión puede ser también el inicio del proceso que conduce a una unión estable morfológicamente diferenciada, co- mo las descritas anteriormente. A continuación describiremos, en primer lugar, las moléculas de adhesión a células o al sustrato, que inter- vienen tanto en uniones no visibles como en las mor- fológicamente diferenciadas, y las clasificaremos según las glucoproteínas de membrana que intervienen en la unión. En los siguientes apartados analizaremos cada uno de los tipos de uniones morfológicamente distin- guibles, agrupándolos por su función y especificando los términos con los que han sido y son designados. Todas las uniones mencionadas son dependientes de Ca2+, a excepción de las mediadas por las moléculas de la superfamilia inmunoglobulinas (en el grupo de las unio- nes no visibles) y de la unión del tipo hendidura (en el grupo de las uniones morfológicamente distinguibles). MOLÉCULAS DE ADHESIÓN A CÉLULAS (CAM) O AL SUSTRATO (SAM) Existen cuatro tipos principales de estas moléculas: cadherinas, selectinas, integrinas y algunas moléculas de la superfamilia de las inmunoglobulinas. CADHERINAS Las cadherinas se encuentran en la superficie de las cé- lulas epiteliales. Su molécula contiene 700-750 aminoá- cidos, es de paso simple y presenta cinco dominios, cuatro de los cuales son homólogos y contienen sitios de unión al Ca2+ (Fig. 7.17). Forman dímeros u oligóme- ros, que se unen a una cadherina del mismo tipo en la célula anexa (unión homófila). Se conocen numerosas cadherinas; así, se han descrito hasta 50 tipos diferen- tes en el sistema nervioso, algunas de las cuales se de- nominan procadherinas. Las cadherinas suelen desig- narse con una letra mayúscula. Los tipos principales de cadherinas son: E (uvomorulina). Está presente en la mayoría de las células epiteliales, así como en las células del embrión de los mamíferos antes de su nidación en el útero. N: Se encuentran en células nerviosas, musculares cardíacas y del cristalino, y en algunos fibroblastos. P: Se encuentran en la epidermis, la placenta y, de forma transitoria, en algunos tejidos embrionarios. VE: Se encuentran en las células endoteliales. Otras cadherinas menos comunes son las denomina- das Fat, que se encuentran en la epidermis y en el siste- ma nervioso de Drosophila; OB, en los osteoblastos; K, en el riñón; L-CAM, en los hepatocitos; T, en las neuro- nas y el músculo; y la desmocolina y la desmogleína, que están presentes en los desmosomas. La actividad de las cadherinas está a veces coordina- da en el tiempo: las células del embrión, una vez forma- do el tubo neural, pierden la cadherina N para adquirir cadherinas E y P. Las células que forman la cresta neural pierden la cadherina N durante su emigración fuera del sistema nervioso central, pero adquieren de nuevo esta cadherina si forman un ganglio nervioso. Algunas cadherinas pueden también transmitir seña- les al interior de la célula. Así, la cadherina VE es necesa- ria para la supervivencia de la célula endotelial, actuando como correceptor del receptor tirosina quinasa del factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF). SELECTINAS Pertenecen al grupo de las lectinas (proteínas de la su- perficie celular que se unen a carbohidratos (véase pá- gina 13). La unión con su receptor es heterófila; es decir, las moléculas de superficie que interaccionan son dife- rentes y encajan una en la otra. Los receptores para las selectinas son algunos oligosacáridos que forman parte de glucoproteínas o glucolípidos de la membrana plas- mática (Fig. 7.17). Estas uniones intervienen en el paso de varios tipos de células sanguíneas que atraviesan el endotelio para acudir a su destino; por ejemplo, para que los leucoci- tos se dirijan a la fuente de inflamación, o para que los linfocitos circulen por los órganos linfoides y por el sis- tema circulatorio. La membrana plasmática de la mayo- ría de los tipos de leucocitos presenta selectina L, que interacciona con un oligosacárido presente en una mo- lécula de adhesión celular (CAM) de la célula endotelial. Esta molécula puede ser el GlyCAM-1 (glycan bearing cell adhesion molecule) o el MadCAM-1 (mucosal ad- dressin cell adhesion molecule). Las propias células en- doteliales poseen también dos tipos de selectinas (se- lectinas E y P, esta última también presente en las plaquetas), que interaccionan con un oligosacárido de- nominado CLA-1 (cutaneous lymphocyte antigen) o an- 07 PANIAGUA BIOLOGIA 3 07 29/11/06 13:42 Página 311
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