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Estructuralmente, un hidrato de carbono típico es una cade- na hidrocarbonada con varios grupos alcohol (es decir, carbo- nos con grupos —OH unidos) y un carbono más oxidado, en forma de grupo carbonilo (también llamado ceto, C—— O). Este grupo oxidado puede situarse en el extremo de la cadena (aldehídos), o adyacente, en posición 2 (cetonas). A partir de esta estructura básica, existen otros hidratos de carbo- no con alguna modificación química. La estructura de los hidratos de carbono está muy relacionada con sus fun- ciones biológicas y con su facilidad para formar enlaces éster y éter entre sí o con grupos como el fosfato. Tales funciones son: 1. Fuente inmediata de energía para la inmensa mayoría de las células. 2. Precursores, para formar otras biomoléculas, en las rutas anapleróticas. 3. Reserva energética en tejidos, como el hígado y los músculos. 4. Papel estructural en otros tejidos, como el conjuntivo. 5.2 CLASIFICACIÓN Los hidratos de carbono, incluso sin conjugarse con otras biomoléculas, presentan tamaños moleculares muy diferen- tes. En función de ello, se clasifican en monosacáridos, oli- gosacáridos y polisacáridos. Los monosacáridos contienen de 3 a 8 átomos de carbo- no. Son las unidades básicas y no pueden hidrolizarse para dar azúcares más sencillos. Los oligosacáridos son compuestos formados por unio- nes de algunos monosacáridos. Los más importantes tienen sólo 2 unidades y se llaman disacáridos. A partir de ahí, los trisacáridos y sucesivos son poco abundantes, y su impor- tancia en el metabolismo animal es muy escasa. Los polisacáridos están constituidos por un alto número de unidades de monosacáridos, que puede superar el millar. Son largas cadenas lineales o ramificadas, dependiendo del tipo de unión entre las unidades. Se dividen en homopolisa- cáridos y heteropolisacáridos, según que estén formados por el mismo tipo de monosacárido o por varios diferentes. 5.3 MONOSACÁRIDOS Los monosacáridos se pueden clasificar, a su vez, según tres criterios: 1. Número de átomos de carbono que contienen. Se nombran con un prefijo que hace referencia a dicho número y con el sufijo -osa. Así, existen triosas, tetro- sas, pentosas, hexosas, heptosas y octosas. Las más importantes son las hexosas, seguidas de las pento- 62 | Estructuras y funciones de las biomoléculas Recuadro 5-2. EL LECTINOMA Y EL GLICOCÓDIGO Las interacciones específicas entre las biomoléculas son la base de muchos procesos esenciales para la vida de la célula y la formación de tejidos y orga- nismos. Esta especificidad se basa en mecanismos que permiten que una bio- molécula reconozca y se una a otra bio- molécula entre millones diferentes, de forma específica y selectiva. En esta estereoespecificidad siempre se les ha asignado a las proteínas el papel de pro- tagonista principal (piénsese, por ejem- plo, en las uniones enzima-sustrato o antígeno-anticuerpo) por el gran núme- ro de estructuras tridimensionales dife- rentes que se pueden conseguir en poli- péptidos, combinando 20 aminoácidos. Pero la especificidad viene dada por las dos partes, por las dos moléculas que se reconocen mutuamente, y los carbohi- dratos pueden dar lugar a un número participantes mucho mayor si se tiene en cuenta el número de unidades posi- bles y, sobre todo, las posibilidades del enlace glicosídico respecto al peptídico en cuanto a variaciones de posición y configuración. Por ejemplo: Número de pentapéptidos posibles con 20 aminoácidos: 205 = 3.2 · 106 Número de pentasacáridos posibles con sólo 10 hexosas: 256,000 · 1010, es decir, ¡80 000 posibilidades más con sólo la mitad de unidades! Quizás, por ello, los hidratos de carbono son muy empleados en la naturaleza para funciones de reconoci- miento. Aunque su conocimiento está menos desarrollado que el de las proteí- nas, el progreso en los últimos años es evidente. Un ejemplo es la interacción específica entre un tipo de proteínas (lectinas) y las moléculas glucídicas. Las interacciones célula-célula o la infección y la entrada de toxinas a las células, suelen responder a este meca- nismo. La aglutinación de los eritroci- tos debida a diferentes grupos sanguí- neos, la unión de la toxina del cólera a las células intestinales o la fecunda- ción entre gametos responden a este tipo de glicocódigo. La dificultad del estudio de la estructura de las glicopro- teínas ha dificultado el progreso en el conocimiento del glicocódigo, pero el desarrollo de las técnicas de espectro- metría de masas y la caracterización de lectinas está permitiendo su rápido avance, que hace que los glúcidos pue- dan dejar de ser, a corto plazo, las bio- moléculas más sencillas, relacionadas sólo con el metabolismo energético y los polisacáridos estructurales, para tener papeles más estelares en el cono- cimiento molecular/celular. 05 Capitulo 05 8/4/05 09:47 Página 62 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE I: ESTRUCTURA Y METABOLISMO SECCIÓN II: ESTRUCTURAS Y FUNCIONES DE LAS BIOMOLÉCULAS 5. HIDRATOS DE CARBONO 5.2 CLASIFICACIÓN 5.3 MONOSACÁRIDOS
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