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La proteólisis intracelular es un proceso bastante regula- do, lo que da lugar a tiempos de vida media (t1/2) muy varia- bles para las diversas proteínas, que van desde unos pocos minutos (p. ej., la ornitina descarboxilasa hepática, involu- crada en la biosíntesis de poliaminas) hasta varios meses (como el citocromo c de la cadena respiratoria). En general, tienden a acortar los t1/2 circunstancias como los desplega- mientos espaciales de la molécula y la desnaturalización, o el mayor tamaño molecular de la proteína, mientras que incre- mentan el t1/2 un mayor punto isoeléctrico de la molécula o su estabilización mediante sustratos, coenzimas o ligandos diversos. Otra peculiaridad es que casi todas las proteínas de vida corta poseen una o más secuencias prolina (P), gluta- mato (E), serina (S) y treonina (T), conocidas como secuen- cias PEST, que pueden constituir un marcador proteico degradativo. Asimismo, la velocidad de degradación de las proteínas citosólicas depende, en gran medida, de la naturaleza del residuo aminoacídico presente en el extremo amino terminal de la proteína. Son residuos muy desestabilizadores (t1/2 de pocos minutos) los de leucina, isoleucina, fenilalanina, tiro- sina, triptófano, arginina, lisina e histidina. También lo son, tras sufrir modificaciones químicas, los de glutamato, gluta- mina, aspartato y asparragina. Por el contrario, son muy esta- bilizantes (t1/2 de días) los de glicina, alanina, cisteína, valina, serina, metionina, prolina y serina. Desde el punto de vista hormonal, la degradación aumen- ta con altos niveles de T3, con los glucocorticoides y el glu- cagón, o una elevada ingestión de proteínas, mientras que la insulina, hormona anabólica, actúa de modo opuesto. En todo caso, la degradación intracelular de las proteínas conduce a la liberación de sus aminoácidos componentes, que pueden volver a utilizarse en una resíntesis proteica, catabolizarse totalmente o transformarse en precursores glu- coneogénicos, para producir glucosa, o cetogénicos, median- te acetilCoA. 16.3 DESTINO DEL NITRÓGENO AMÍNICO El metabolismo de cualquier aminoácido suele iniciarse con su desaminación, es decir, la pérdida de su nitrógeno amíni- co. Ello puede ocurrir de varias formas (Fig. 16-4): 1. Por medio de las transaminasas o aminotransferasas, cuyo grupo prostético es el fosfato de piridoxal (vita- mina B6), se cataliza un equilibrio (cuya constante posee un valor próximo a uno) en el que el grupo 278 | Metabol ismo energét ico En los extremos finales del protea- soma 20S cilíndrico se suelen asentar los importantes complejos regulatorios PA700, 19S, para formar un complejo proteasoma 26S, en forma de pesa. Otra alternativa posible es la de los comple- jos reguladores PA28, dando lugar a una estructura con forma de balón de fútbol. El complejo regulador PA700, de 700 kDa, consiste en una serie de subunida- des heterogéneas integrables en dos subgrupos: a) al menos, 6 ATPasas que constituyen una familia única multigé- nica que codifica polipéptidos homólo- gos muy conservados durante la evolu- ción, y b) unas 15 proteínas no ATPasas, poco relacionadas estructuralmente entre sí. Entre sus notables funciones destacan la de hacer depender la proteó- lisis del ATP, la de desplegar (acción chaperona) a las proteínas diana, la de reconocer selectivamente a las proteínas poliubiquitinadas y la de retirar y/o des- ensamblar la cadena de poliubiquitina del sustrato de la proteína. El PA700 purificado funciona como una ATPasa. El sistema ubiquitinación/desubi- quitinación, además de poseer otras funciones, trabaja como marcador espe- cífico y lector de pruebas de los sustra- tos degradados por el proteasoma 26S. Después de ser marcados los sustratos por la ubiquitina, el proteasoma 26S los reconoce y a continuación, los degrada hasta convertirlos en péptidos. Además, el proteasoma 26S posee la capacidad de reconocer y degradar otras proteínas que no han sufrido la acción de la ubi- quitina, lo que demuestra la existencia de múltiples vías en las que intervienen la ubiquitina o el proteasoma. Debido a ello, pueden interferir o cooperar con otros mecanismos proteolíticos. Además de PA700 y PA28 existen otras proteínas que regulan la actividad del proteasoma 20S como, el PI31, la HSP90 y la proteína β-amiloide. En todo caso, el proteasoma 26S es el único complejo de proteasas capaz de degradar las proteínas ubiquitinadas, desempeñando varias funciones bioló- gicas. Entre ellas, la del control de algu- nos aspectos del ciclo celular, su meta- bolismo y el procesamiento de la información genética, lo que lleva a cabo con la colaboración de varias enzi- mas proteolíticas. También interviene en la respuesta al estrés, degradando las proteínas anómalas originadas por el mismo, o en el sistema inmunitario, generando antígenos peptídicos. Parece evidente que la prevención de la acumu- lación en células estresadas o envejeci- das de las proteínas oxidadas o desnatu- ralizadas, incapaces de recuperarse tras el ataque de los radicales libres, consti- tuye una de las funciones más impor- tantes del mecanismo proteolítico del proteasoma de los mamíferos, comple- mentario de la actuación de las enzimas antioxidantes contra los radicales libres (véase el Cap. 13). 16 Capitulo 16 8/4/05 11:12 Página 278 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE I: ESTRUCTURA Y METABOLISMO SECCIÓN III METABOLISMO ENERGÉTICO 16 METABOLISMO NITROGENADO 16.3 DESTINO DEL NITRÓGENO AMÍNICO
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