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La alergia al polvo - los ácaros

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La alergia al polvo: los ácaros 
¿qué son y cómo evitarlos?
Dra. Teresa Carrillo Díaz
Médico especialista en Alergología. Jefe de Sección de Alergología del Hospital Universitario 
de Gran Canaria Dr. Negrín, Las Palmas de Gran Canaria
Profesora titular de Medicina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Dra. Olalla Verdeguer Segarra
Médico especialista en Alergología. Sección de Alergología del Hospital Universitario de 
Gran Canaria Dr. Negrín, Las Palmas de Gran Canaria
RESUMEN
	� El polvo de casa es la principal fuente de alérgenos del interior de las viviendas y es un 
ecosistema complejo compuesto de escamas de piel humana, fibras, esporas de hongos, 
bacterias, virus, pólenes, insectos, derivados dérmicos de animales, restos de alimentos, 
plantas de interior y ácaros.
	� La sensibilización a alérgenos del interior de las viviendas es más importante para el desa-
rrollo de asma que la sensibilización a alérgenos de exterior. Los ácaros domésticos son la 
fuente principal de alérgenos del polvo de casa.
	� Los principales factores ambientales que influyen en la presencia de ácaros son la tempe-
ratura (entre 25 y 35 °C) y la humedad relativa (entre el 50 y el 75 %).
	� Los sofás y sobre todo los colchones y las almohadas constituyen un excelente microhá-
bitat para los ácaros, ya que retienen mucha humedad y les proporcionan los tres factores 
que necesitan para su óptimo desarrollo: calor, humedad y comida (escamas de piel hu-
mana).
	� Los síntomas de la alergia a los ácaros son, en la mayor parte de los casos, de tipo respi-
ratorio: rinitis y asma. En algunas regiones de nuestro país, la sensibilización a los ácaros 
afecta a más del 30 % de la población y al 90 % de los pacientes asmáticos.
	� Los ácaros son habitantes naturales de nuestro entorno doméstico y su presencia no 
equivale a una falta de limpieza del hogar. No está claro si el control ambiental estricto 
puede prevenir esta alergia.
	� Se recomienda que los pacientes alérgicos a ácaros eviten tener mascotas de pelo o plu-
mas en sus domicilios.
	� La inmunoterapia es el único tratamiento capaz de modificar el curso natural de la enfer-
medad alérgica. Resulta de gran utilidad en zonas de alta exposición a ácaros.
	� El diagnóstico por componentes alergénicos supone una optimización en el uso de la in-
munoterapia en cuanto a indicación, eficacia y seguridad.
96 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
	J ¿QUÉ ES LA ALERGIA AL POLVO?
Las personas predispuestas a convertirse en alérgi-
cas producen anticuerpos de la clase IgE (inmunoglobu-
lina E) frente a una amplia gama de proteínas presentes 
en el ambiente, en especial en el interior de edificios y 
viviendas. En la actualidad, en los países desarrollados, 
la mayoría de las personas pueden llegar a permane-
cer hasta un 95 % de su tiempo en espacios cerrados, 
y muy poco tiempo al aire libre. Es evidente que esta 
modificación en los hábitos de vida ha implicado cam-
bios en la frecuencia de muchas enfermedades cróni-
cas, con especial incidencia en las enfermedades alér-
gicas respiratorias. Además, la mayoría de viviendas 
de los países industrializados, gracias a la mejora de 
los sistemas de aislamiento, mantienen temperaturas 
uniformes y cálidas y contienen, por lo general, más 
muebles que hace 50 años. Cuando permanecemos 
largos períodos de tiempo en estos ambientes cerrados, 
respiramos aire rico en sustancias potencialmente aler-
génicas y a concentraciones muy superiores al exterior, 
lo que facilita la aparición de alergia al polvo.
	J ¿CÓMO SE PRODUCE LA ALERGIA AL 
POLVO?
El polvo de casa es la principal fuente de alérgenos 
del interior de las viviendas, y es un ecosistema com-
plejo compuesto por una mezcla de materia inorgánica 
y orgánica, que incluye escamas de piel humana, fibras, 
esporas de hongos, bacterias, virus, pólenes, insectos, 
derivados dérmicos de animales, restos de alimentos, 
plantas de interior y ácaros. El material inorgánico que 
contiene el polvo no produce sensibilización alérgica, 
mientras que el componente orgánico existente puede 
actuar como irritante o como alérgeno. Cualquier pro-
teína presente en el polvo se puede comportar como 
alérgeno si es capaz de estar suspendida en el aire, 
ser inhalada y llegar hasta las vías respiratorias para 
inducir una respuesta alérgica mediada por IgE. Es 
importante saber que la susceptibilidad para padecer 
enfermedades alérgicas respiratorias depende de la 
predisposición genética y de la exposición en condi-
ciones adecuadas, es decir, en cantidad y tiempo sufi-
ciente, a determinadas sustancias que se comportan 
como alérgenos.
La sensibilización a alérgenos presentes en el inte-
rior de las viviendas es más importante para el desa-
rrollo de asma que la sensibilización a alérgenos de 
exterior. Aunque se puede ser alérgico a una o más 
de las sustancias orgánicas presentes en el polvo, los 
ácaros domésticos son la fuente principal de alérgenos 
del polvo de casa, ya que producen potentes alérgenos 
capaces de sensibilizar e inducir síntomas respiratorios 
en las personas sensibilizadas.
	J ¿DESDE CUÁNDO SE CONOCE LA ALERGIA 
AL POLVO?
En 1921, R. Kern reconoció por primera vez el papel 
del polvo doméstico como alérgeno, al comprobar que 
muchos de sus pacientes con rinitis o asma tenían prue-
bas alérgicas positivas cuando utilizaba muestras de 
polvo obtenidas de sus propias casas. Poco después, 
en 1928, M. Decker propuso que los ácaros desempe-
ñaban un papel fundamental en la alergia al polvo de las 
viviendas, aunque no consiguió su crecimiento en las 
muestras que analizó. A finales de los años cincuenta 
se logró identificar un gran número de alérgenos en 
el polvo doméstico, incluidos derivados dérmicos de 
animales, insectos y hongos. Ya en esa época se sabía 
que las muestras de polvo procedentes de viviendas de 
zonas húmedas producían respuestas cutáneas muy 
intensas sin que se tuviese, sin embargo, una explica-
ción para ello. Por fin los investigadores R. Voorhorst y F. 
Spieksma, en 1967, descubrieron que la actividad aler-
génica en las muestras de polvo obtenido en viviendas 
de Holanda se debía, fundamentalmente, a la presen-
cia de un ácaro, el Dermatophagoides pteronyssinus (D. 
pteronyssinus) (figura 1). A partir de ese momento se 
desarrollan técnicas de cultivo de ácaros y se comienza 
a usar extractos de estos ácaros para el diagnóstico de 
la alergia al polvo doméstico.
Figura 1. Dermatophagoides pteronyssinus (imagen de lupa)
97LA ALERGIA AL POLVO: LOS ÁCAROS ¿QUÉ SON Y CÓMO EVITARLOS?
	J ¿HAY DIFERENCIAS EN LA COMPOSICIÓN 
DEL POLVO DE UNAS ZONAS A OTRAS?
En los trabajos iniciales de Voorhorst y Spieksma, se 
describe cómo estos investigadores encontraron que las 
muestras de polvo procedentes de viviendas holandesas 
próximas a los canales contenían más de 500 ácaros/
gramo de polvo, mientras que las muestras de polvo 
recogidas en el sanatorio Valbella de la ciudad suiza de 
Davos (sanatorio en el que ambientó Thomas Mann su 
famosa obra La montaña mágica) contenían cantidades 
insignificantes de ácaros. Esta diferencia en la concen-
tración era, según ellos, la causa por la cual los niños con 
asma alérgico por ácaros mejoraban de forma sustancial 
cuando se les trasladaba a este sanatorio suizo, al dismi-
nuir radicalmente el nivel de exposición a los ácaros. Poco 
tiempo después, la asociación entre el asma y las pruebas 
cutáneas alérgicas positivas a los ácaros se confirmó en 
otros países, incluidos Australia, Japón o Brasil; y hoy en 
día se reconoce a los ácaros del polvo doméstico como 
la fuente principal de alérgenos en el polvo de casa.
Los ácaros de almacenamiento, o ácaros menores, 
son una amplia gama de familias, géneros y especies 
que se encuentran principalmente en alimentos alma-
cenados, cereales, harinas, granjas, graneros y heno. La 
exposición a estos ácaros, y a sus alérgenos, también 
puede darse en las viviendas, en especial en aquellas con 
problemas de humedad. Se han identificadonumerosas 
especies de estos ácaros menores en el polvo de casa, y, 
por ello, se usa el término ácaros domésticos para todas 
las especies de ácaros que se pueden encontrar en el 
medio ambiente doméstico y para las cuales se hayan 
descrito procesos de sensibilización mediada por IgE.
	J ¿QUÉ SON LOS ÁCAROS?
Los ácaros (acari o acarina, del griego akarés, ‘dimi-
nuto, que no se corta’) son una subclase de arácnidos, de 
los que existen casi 50.000 especies descritas de un total 
de entre 100.000 y 500.000 especies que todavía no han 
sido clasificadas. La mayoría de los ácaros no son visibles 
al ojo humano y alcanzan unos pocos milímetros de lon-
gitud; así, los ácaros del polvo doméstico miden entre 0,2 
y 0,5 mm. Constituyen uno de los grupos más antiguos 
de animales terrestres, ya que se conocen fósiles de hace 
400 millones de años, y se encuentran distribuidos por 
todo el mundo, adaptados para vivir en todos los medios 
conocidos del planeta. Se han identificado ácaros en alti-
tudes comprendidas entre los 5.000 m sobre el nivel del 
mar y los 4.000 m de profundidad, y son especialmente 
abundantes en áreas costeras. El rango de temperatura 
para su reproducción es muy amplio (5-30 °C), aunque 
la temperatura óptima es de 25 °C. Algunas especies se 
han adaptado para vivir en manantiales, en los que sopor-
tan muy bien el intenso calor de las aguas termales en 
regiones volcánicas, mientras que otras lo han hecho en 
aguas polares, y toleran temperaturas extremas.
Los ácaros abundan, sobre todo, en lugares de mucha 
vegetación, entre los productos de desecho en descompo-
sición y en asociación con musgos y líquenes; de hecho, en 
zonas boscosas pueden llegar a constituir entre el 70 y el 
90 % del total de la población del suelo, y desempeñar un 
papel esencial tanto en los procesos de descomposición 
como en la integración al suelo de la materia orgánica. 
Además, los ácaros se encuentran de forma habitual en 
los domicilios, especialmente en colchones, almohadas 
y alfombras. Este alto grado de diversidad de hábitats se 
corresponde con un elevadísimo grado de variabilidad de 
formas, tamaños, estructuras y comportamiento.
	J ¿QUÉ ÁCAROS SON RELEVANTES PARA 
PRODUCIR ALERGIA?
Se calcula que solo 25 de las más de 40.000 especies 
de ácaros descritas, están relacionadas con enfermeda-
des alérgicas en el ser humano. Los ácaros implicados 
con más frecuencia en procesos alérgicos pertenecen al 
orden Astigmata, en el cual únicamente tres superfami-
lias son las responsables de causar problemas alérgicos:
• Pyroglyphoidae: a esta familia pertenecen el Der-
matophagoides pteronyssinus, Dermatophagoides 
farinae y Euroglyphus maynei, que son sin lugar a 
dudas los causantes de la inmensa mayoría de sen-
sibilizaciones alérgicas en Europa y Estados Unidos.
• Acaroidae: Acarus siro y Tyrophagus putrescentiae 
son las especies relevantes dentro de esta familia.
• Glycyphagodae: Blomia tropicalis y Lepidoglyphus 
destructor se reconocen cada vez con más frecuen-
cia como responsables de cuadros alérgicos.
Estos ácaros son inofensivos para el hombre y son 
sus residuos fecales los que poseen un gran poder aler-
génico. Su ciclo de crecimiento (de huevo a adulto) es de 
25 días a 25 °C, y la mayoría de ellos viven entre dos y tres 
meses, a lo largo de los cuales realizan una o dos puestas 
de huevos que suelen contener entre 20 y 40 unidades.
	J ¿CUÁL ES EL HÁBITAT DE LOS ÁCAROS?
Los ácaros causantes de enfermedad alérgica se 
localizan preferentemente en dos diferentes hábitats: 
viviendas y almacenes.
98 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
Los principales factores ambientales que influyen en 
la presencia de ácaros son: la temperatura y la humedad 
relativa. La temperatura óptima oscila entre 25 y 35 °C.
La humedad relativa óptima para el D. pteronyssinus 
es superior al 75 % y para el D. farinae (figura 2) oscila 
entre el 50 y el 60 %. La proliferación en estas condi-
ciones es más rápida que a temperatura y humedad 
inferiores. La presencia de hongos facilita también el 
desarrollo de los ácaros, probablemente por la digestión 
previa que realizan estos sobre los lípidos con los que 
a su vez se alimentan.
Las especies que invaden las viviendas se denomi-
nan ácaros domésticos o del polvo de la casa, y perte-
necen mayoritariamente a la familia Pyroglyphoidae. 
Conviven con el hombre ya que se alimentan de las 
descamaciones dérmicas que este pierde (en torno a 
1 gramo al día) o de la de los animales de compañía. Su 
hábitat principal es el interior de las viviendas, encon-
trándose en mayor número en los colchones, sofás y en 
muebles revestidos de tela. En España se aíslan princi-
palmente D. pteronyssinus y D. farinae.
Las especies que se encuentran en almacenes se 
denominan ácaros de depósito o de almacenamiento. 
En España destacan por su presencia los siguientes: 
Acarus siro, Tyrophagus putrescentiae (figura 3A) y Lepi-
doglyphus destructor (figura 3B). Se alimentan principal-
mente de granos y de otras partículas de comida presen-
tes en el polvo doméstico, y su hábitat principal son los 
graneros y, en general, los almacenes de alimentos. Sin 
embargo, en determinadas circunstancias favorables, 
pueden proliferar en gran número en el interior de las 
viviendas. En las zonas donde se almacenan alimentos 
ricos en proteínas, como jamón o queso, se encuentra, 
sobre todo, el Tyrophagus putrescentiae. A su vez el 
Lepidoglyphus destructor se aísla fácilmente en alma-
cenes de cereales y es, además, un género muy común 
en el norte de España, en especial, en Galicia. El ácaro 
de depósito más frecuente en los domicilios de zonas 
tropicales y en las islas Canarias es la Blomia tropicalis.
	J ¿EN QUÉ ZONAS DE LAS CASAS ABUNDAN 
LOS ÁCAROS?
Dentro de las casas los ácaros se han aislado en 
las sábanas, almohadas, alfombras, cortinas, muebles 
blandos, peluches y colchones. Los sofás y sobre todo 
los colchones constituyen un excelente microhábitat 
para la fauna acarina ya que, dada la profundidad de su 
relleno, retienen mucha humedad, proporcionándoles 
los tres factores que necesitan para su óptimo desa-
rrollo: calor (procedente de la transpiración del que 
duerme) y comida (escamas de piel humana). La hume-
dad es el principal factor limitante para su desarrollo; 
Figura 2. Dermatophagoides farinae (imagen de lupa)
Figura 3. A) Tyrophagus putrescentiae (imagen de lupa); B) Lepidoglyphus destructor (imagen de lupa)
BA
99LA ALERGIA AL POLVO: LOS ÁCAROS ¿QUÉ SON Y CÓMO EVITARLOS?
los niveles óptimos de humedad relativa son del 75 % 
a 15 °C. Estos valores se alcanzan fácilmente en los col-
chones mientras están ocupados, un promedio de ocho 
horas al día. El calor y la transpiración de sus ocupantes 
producen un aumento en su temperatura que alcanza 
25-30 °C, y su humedad relativa se incrementa en un 
5-8 %. De ese modo, durante esas 8 horas al día, los 
ácaros de los colchones encuentran unas condiciones 
favorables de desarrollo. Este tiempo puede ser mayor 
si la cama se hace de modo inmediato, sin ventilación 
previa, por lo que se puede mantener cierto grado de 
temperatura y humedad durante casi 16 horas.
En los domicilios de zonas con climas templados, 
el número de ácaros varía según las estaciones, con 
cifras bajas al comienzo del verano, una elevación pro-
gresiva a medida que se aproxima el otoño, y posterior 
descenso en otoño-invierno. No obstante, el hecho de 
que los pacientes empeoren en los meses de otoño no 
siempre se puede atribuir a los ácaros, ya que es una 
estación en la que también hay más hongos, y además 
coincide con la vuelta de los niños a los colegios, por lo 
que se producen más infecciones por virus.
En los meses de verano, al no utilizarse calefacción y 
ventilarse más el domicilio, aumenta la humedad relativa 
del aire. En cambio, durante el invierno, las puertas y ven-
tanas se abren menos y, junto al empleo de calefaccio-
nes, se crea un clima cálido, pero muy seco, en el interior, 
nada favorable para su crecimiento.En los dormitorios, 
sin embargo, el uso diario de los colchones les permite 
sobrevivir en mejores condiciones que en las alfombras.
A pesar del descenso del número de ácaros vivos en 
los meses de invierno, las partículas alergénicas produ-
cidas por ellos permanecen en el ambiente y descien-
den de modo más gradual. Así, aunque el número de 
ácaros muestre fluctuaciones durante el año, los sínto-
mas causados por sus alérgenos suelen ser perennes.
	J ¿CUÁL ES LA CAUSA DE LA ALERGIA A LOS 
ÁCAROS?
Las partículas fecales producidas por los ácaros 
son la principal fuente de alérgenos. Cada ácaro puede 
producir diariamente unas 20 partículas fecales con 
capacidad de provocar síntomas alérgicos, incluso tras 
la muerte del ácaro. En los últimos años se ha avanzado 
extraordinariamente en el estudio de las características 
de los alérgenos de los ácaros y se han identificado más 
de veinte grupos moleculares diferentes, muchos de 
ellos proteínas extracelulares con actividad enzimática.
En estudios recientes se ha comprobado que, para 
producir asma, los niveles críticos de ácaros del polvo 
doméstico se encuentran entre 100 y 500 ácaros por 
gramo de polvo o, lo que es lo mismo, una tasa de Der p1 
(alérgeno mayor del D. pteronyssinus) igual o mayor a 
2 micras por gramo de polvo doméstico. 
Los alérgenos procedentes de los ácaros solo se 
pueden detectar en el aire durante las actividades que 
producen turbulencia, tales como pasar el aspirador o 
sacudir la ropa de la cama. Cada ácaro puede poner de 
20 a 50 huevos, y producir una nueva generación, apro-
ximadamente, cada 21 días. De este modo los ácaros, 
vivos y muertos, pueden encontrarse por centenares 
en cada gramo de polvo doméstico, en especial en el 
colchón, la almohada y la ropa de cama. Este hecho 
puede explicar que la mayoría de los pacientes alérgicos 
a los ácaros no relacionen la exposición al polvo con las 
agudizaciones de sus síntomas respiratorios. Y es que 
realmente los ácaros actúan más como fuente crónica 
y acumulativa de alérgenos que causan inflamación-hi-
perreactividad bronquial, que como desencadenantes 
de crisis agudas de rinitis o asma.
	J ¿CÓMO SE MANIFIESTA LA ALERGIA A LOS 
ÁCAROS?
Los síntomas de la alergia a los ácaros son, en la 
mayoría de casos, de tipo respiratorio: rinitis y asma. 
En algunas regiones de nuestro país la sensibilización 
a los ácaros afecta a más del 30 % de la población y al 
90 % de los pacientes asmáticos.
En el caso de la rinitis el paciente sufre episodios, 
preferentemente matutinos al levantarse de la cama, 
de estornudos en salva (más de 10 estornudos conse-
cutivos), picor nasal, hidrorrea copiosa (goteo nasal) y 
congestión nasal intensa. Estos síntomas suelen ceder 
al abandonar el domicilio para reaparecer por la noche 
al acostarse, o cuando manipula grandes cantidades 
de polvo. Aproximadamente un 30 % de estos pacien-
tes puede presentar también síntomas de asma que se 
manifiestan en forma de accesos de tos, opresión torá-
cica, sibilancias e intolerancia al ejercicio físico o a la risa. 
Los síntomas suelen ser perennes, es decir, se produ-
cen durante todo el año, aunque pueden experimentar 
exacerbaciones en primavera y en otoño. Los síntomas 
oculares son menos frecuentes que en la alergia al polen. 
Pero no solo ocasionan síntomas respiratorios. 
También pueden desempeñar un papel importante en 
la patogenia y en las exacerbaciones de la dermatitis 
atópica, son capaces de contaminar determinados ali-
mentos elaborados con harinas enriquecidas utilizadas 
para rebozados o repostería y producir cuadros de ana-
filaxia (la manifestación más grave de la alergia), y están 
relacionados con la alergia a mariscos por reactividad 
cruzada con algunos alérgenos de los mismos.
100 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
	J ¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA ALERGIA A 
LOS ÁCAROS?
Como en cualquier otro proceso alérgico, el inte-
rrogatorio médico es fundamental y con frecuencia 
suficientemente orientativo. La exploración física ha 
de incluir la observación de la mucosa nasal mediante 
rinoscopia anterior, la auscultación respiratoria y la 
observación de la piel. Para establecer un diagnóstico 
de certeza, el especialista en Alergología debe realizar 
las pruebas alérgicas prick-test con una selección de 
alérgenos que varían de unas regiones a otras. Son 
pruebas sencillas, rápidas y muy fiables cuando se rea-
lizan por personal experimentado. En algunos casos, 
además, será necesario efectuar determinaciones de 
IgE específica en sangre y, más raramente, estudios de 
exposición controlada al alérgeno, ya sea a nivel nasal, 
ocular o bronquial.
	J ¿SE PUEDE PREVENIR LA ALERGIA A LOS 
ÁCAROS?
Los ácaros son habitantes naturales de nuestro 
entorno doméstico y su presencia no significa una 
falta de limpieza del hogar. No está claro si el control 
ambiental puede prevenir la alergia a los ácaros, y los 
datos existentes sugieren que la prevención primaria no 
es posible. Los estudios demuestran que la aplicación 
de medidas de control ambiental sí puede ser benefi-
ciosa sobre la aparición y la gravedad del asma, y en 
cambio no parece que sea muy útil en cuanto a prevenir 
o retrasar la aparición de la sensibilización a los ácaros, 
sobre todo en zonas donde existe una gran exposición a 
sus alérgenos (p. ej., en las islas Canarias o en Galicia).
	J ¿QUÉ MEDIDAS DE CONTROL AMBIENTAL 
SON EFICACES?
Para que las medidas de control ambiental sean 
efectivas, antes de su aplicación es necesario cono-
cer el medio ambiente del paciente, incluido su grado 
de exposición, de sensibilización y la gravedad de su 
enfermedad alérgica. Se ha demostrado que cuanto 
más intensa es la sensibilización del paciente a los áca-
ros, más se beneficiará con estas medidas de control 
ambiental, si bien, para que sean efectivas, su aplica-
ción ha de ser muy estricta. Distinguimos dos tipos 
de medidas:
• Medidas muy eficaces: evitar en el domicilio alfom-
bras, moquetas, tapicería y papel pintado; eliminar 
del dormitorio todos los objetos que acumulen 
polvo; utilizar fundas antiácaros en el colchón y la 
almohada (además el colchón y la almohada deben 
aspirarse durante 10 minutos una vez al mes y expo-
nerlos al sol durante 30 minutos 2 o 3 veces al año); 
lavar con agua caliente (a más de 50 °C) las sábanas 
y las mantas al menos una vez a la semana; utilizar 
aspiradores con filtro de alta eficiencia (HEPA); lim-
piar con frecuencia muebles y suelos; las superfi-
cies deben limpiarse con un paño o bayeta húmeda; 
realizar una limpieza periódica de sofás y butacas; 
revisar periódicamente el domicilio y reparar los 
problemas de humedad que se detecten; reducir 
la humedad relativa en toda la casa, o al menos en 
el dormitorio, por debajo del 50 % (el uso regular de 
un deshumidificador consigue reducir la población 
acarina de manera significativa). Se aconseja, asi-
mismo, el lavado de la ropa que lleve tiempo guar-
dada antes de utilizarla.
• Medidas de eficacia intermedia: uso de filtros de 
aire para retener alérgenos de ácaros, utilización de 
acaricidas y de aire acondicionado. 
	J LOS PACIENTES ALÉRGICOS A ÁCAROS 
¿PUEDEN TENER MASCOTAS EN SU 
DOMICILIO?
Es preferible que los pacientes alérgicos a ácaros 
eviten tener mascotas de pelo o plumas en casa, ya que, 
como se ha comentado anteriormente, los ácaros se 
alimentan de descamaciones dérmicas procedentes de 
humanos y también de animales (escamas, pelo, etc.), 
Cuando el niño es alérgico a los ácaros, es aconsejable, 
entre otras medidas, retirar de su habitación las alfombras, 
peluches, cortinas y todos los objetos que acumulen polvo.
101LA ALERGIA AL POLVO: LOS ÁCAROS ¿QUÉ SON Y CÓMO EVITARLOS?
por lo que la población de ácaros dentro del domicilio 
será mayor.
	J ¿HAY DIFERENCIAS EN LA FRECUENCIA DE 
APARICIÓN DE LAS DISTINTAS ESPECIES 
DE ÁCAROS?
Sí. En España existen importantes diferencias en 
cuanto a la frecuencia de aparición de las distintas 
especies de ácaros (figura 4). En caso de prescribirseinmunoterapia, el alergólogo debe tener en cuenta los 
ácaros más prevalentes en la zona.
	J ¿QUÉ TRATAMIENTOS SON ÚTILES EN LA 
ALERGIA A LOS ÁCAROS?
Además de las medidas de evitación de los ácaros 
mencionadas más arriba, en la actualidad se dispone 
Dermatophagoides 
pteronyssinus
Dermatophagoides 
farinae
Euroglyphus 
maynei
Lepidoglyphus
destructor
Glycyphagus 
domesticus
 Blomia
tropicalis
Chortoglyphus
arcuatus
Tyrophagus
putrescentiae
Acarus 
siro
Baleares
Canarias
Navarra
Cantabria
Madrid
Asturias
Galicia
CataluñaAragón
Comunidad
ValencianaExtremadura
Andalucía
Murcia
Castilla - La Mancha
Castilla - León
La Rioja
País
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7,7
0 1,3
12,8
1,3
6,42,65,10
Extremadura
D. 
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D. 
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70,7
0 0
5,9
1,1
42,6
25
1,10
La Rioja
D. 
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5
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Cantabria
D. 
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3,5
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21,124,621,1
País Vasco 
D. 
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Navarra
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16,916,9
Castilla - León
D. 
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Cataluña
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Aragón
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Asturias
D. 
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Galicia
D. 
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Baleares
D. 
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Canarias
D. 
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4,7
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Comunidad Valenciana 
D. 
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49,9
0,4 0,2 4,8 0,23,31,5
5
43
Figura 4. Mapa acarológico de España. Frecuencia de aparición de las principales especies identificadas
102 EL LIBRO DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS
de un buen número de medicamentos que alivian y con-
trolan los molestos síntomas que provoca este tipo de 
alergia. Asimismo, en pacientes correctamente diagnos-
ticados, y en función de la evolución de sus síntomas 
alérgicos, el alergólogo puede prescribir, además, un 
tratamiento con vacunas hiposensibilizantes de ácaros 
con objeto de tratar de forma integral su afección de 
base. 
	J ¿DEBEN VACUNARSE TODOS LOS 
PACIENTES ALÉRGICOS A ÁCAROS?
No. La indicación de inmunoterapia debe emitirla un 
especialista y siempre será individualizada en función 
de las pruebas diagnósticas, el tipo y la gravedad de los 
síntomas, la evolución de la enfermedad, la exposición 
al alérgeno y la respuesta al tratamiento sintomático. 
Por tanto, las vacunas no son necesarias en todos los 
pacientes alérgicos a ácaros. Por lo general, si los sínto-
mas son leves y aislados, responden bien al tratamiento 
sintomático, o si las medidas de evitación son eficaces, 
las vacunas no serán necesarias. Pero, si por el con-
trario, los síntomas son intensos o frecuentes, como 
suele ocurrir en zonas de elevada exposición a ácaros, 
el tratamiento con vacunas no debe demorarse, ya que 
su efecto es mayor cuanto antes se inicie. Además, está 
demostrado que la inmunoterapia disminuye el riesgo 
de asma en pacientes con rinitis o rinoconjuntivitis.
	J ¿ES EFICAZ LA INMUNOTERAPIA COMO 
TRATAMIENTO DE LA ALERGIA A ÁCAROS?
La inmunoterapia es el único tratamiento que com-
bate la causa de la enfermedad, ya que modifica la res-
puesta inmunológica del paciente y consigue que, con la 
exposición al alérgeno, los síntomas sean menos inten-
sos o, incluso, desaparezcan. El porcentaje de éxito es 
muy alto si se escoge bien al paciente y la vacuna que 
se va a administrar, de modo que se consigue que el 
paciente disminuya o incluso abandone su tratamiento 
de base, lo que mejora de forma sustancial su calidad 
de vida. Se ha sugerido que la inmunoterapia puede 
modificar el curso evolutivo de la enfermedad, y evitar 
que se desarrolle alergia a otras sustancias. 
En este sentido, la práctica alergológica ha expe-
rimentado en los últimos años un importante avance 
gracias a la llegada del diagnóstico molecular o por 
componentes alergénicos. Estos componentes, cons-
tituyen importantes dianas diagnósticas y terapéuticas 
que permiten que el paciente reciba un tratamiento per-
sonalizado y, por tanto, más eficaz,seguro y preciso. 
	J BIBLIOGRAFÍA
 – Carrillo, T., J. Cumplido, y P. Verdú. «Alergia a los ácaros 
del polvo». En S. Quirce y J. Quiralte, eds. Las bases alér-
gicas del asma. Barcelona: MRA Ediciones, 2009, 89-101.
 – Fernández Caldas, E., J. Cárnes Sánchez, y V. Iraola 
Calvo. «Alérgenos de interior». En S. Quirce, T. Carrillo 
y J. Olaguíbel, eds. Asma bronquial, t. 1. Barcelona: MRA 
Ediciones, 2005, 169-186.
 – Moral de Gregorio, A. J., P. Carretero Aníbarro, M. B. 
Mateo Borrega, y J. J. Zapata Yébenes. «Principales alér-
genos de interior». En I. J. Dávila, I. Jáuregui, J. M. Olaguibel 
y J. M. Zubeldia, eds. Tratado de alergología. 2.ª ed., t. 1. 
Madrid: Ergon, 2016, 283-306.
 – Platts-Mills, T. «Indoor allergens». En F. Adkinson, B. 
Bochner, W. Busse, S. Holgate, R. Lemanske y E. Simons, 
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Filadelfia: Mosby, 2009, 539-555.
 – Platts-Mills, T., y J. Woodfolk. «Dust mites and asthma». 
En A. Kay, A. Kaplan, J. Bousquet y P. Holt, eds. Allergy and 
Allergic Diseases, 2.ª ed. Hong Kong: Blackwell Publishing, 
2008, 988-996.
 – Sánchez-Borges, M., E. Fernandez-Caldas, W. R. Tho-
mas, M. D. Chapman, B. W. Lee , L. Caraballo, et al. «Inter-
national consensus (ICON) on: clinical consequences of 
mite hypersensitivity, a global problem». World Allergy 
Organ J, 10 (2017): 14.

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