Logo Studenta

LECTURA CONCEPTOS BASICOS DEL EMPRENDEDOR

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
MATERIA: 				Desarrollo de emprendedores
REPORTE DE LECTURA # 1: 	Conceptos básicos del emprendedor 
MAESTRO:			
 
ALUMNO:					
CONCEPTOS BÁSICOS DEL EMPRENDEDOR
CONCEPTO DE EMPRENDEDOR
Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que de entre los perfiles más reconocidos por toda sociedad, que suscitan en ellas mayor entusiasmo y fascinación; la figura del emprendedor goza de un lugar privilegiado. Alcaraz R. (2011), sostiene que el concepto “emprender” puede poseer distintos sentidos, esto, dependiendo del contexto en que se utilice. Es por ello, que palabras como acometer, embarcarse, intentar, comenzar o realizar, figuran como sinónimos en muchas definiciones del concepto “emprender”. Por esta razón, para delinear el marco de trabajo en esta reflexión, tomaremos como punto de partida a Alcaraz cuando propone que: “en el ámbito de los negocios el emprendedor es un empresario, es el propietario de una empresa comercial con fines de lucro”.
	Dicho agente económico, basados en Alcaraz (2011), visualiza y observa los mercados de manera profunda siempre en busca de oportunidades de negocio, a la vez que realiza actividades innovadoras, manifestadas en productos y servicios que tienen presente modificaciones y diferenciadores en sus resultados finales o en sus prácticas y procesos.
CARACTERÍSTICAS Y HABILIDADES DEL EMPRENDEDOR
Un emprendedor es clasificado como tal, debido a un conjunto de características o cualidades distintivas de su naturaleza, modo de ser y actuar; y a la vez, por el dominio de ciertas habilidades y aptitudes que es capaz de ejecutar con destreza. Sánchez Almagro (2003) —citado por Alcaraz (2011)— plantea una serie de características que van desde factores motivacionales (necesidad de logro, baja necesidad de poder y estatus, beneficio económico, etc.), características de personalidad (decidido, optimista, estable), características físicas (energía, esfuerzo), características intelectuales (creatividad, adaptabilidad, planificación del tiempo, etc.) y competencias generales (liderazgo, comunicación, administración, etc.), a las que un emprendedor no debe ser ajeno. Sin embargo, de entre todo ese cúmulo de características y habilidades, las más importantes son aquellas que contribuyen a realizar la principal actividad de un emprendedor: detectar oportunidades y generar conceptos de negocio a partir de la creación, la innovación o el mejor empleo de recursos para alcanzar objetivos, Alcaraz (2011). Es por ello, que la iniciativa, la autoconfianza, el compromiso, la determinación y la perseverancia; son rasgos de la personalidad, necesarios para tomar riesgos, iniciar y mantener la puesta en marcha de un proyecto; la creatividad, la visión, el conocimiento de la actualidad y los mercados, la capacidad de conseguir y gestionar los recursos, de liderar, así como la orientación al cliente, son habilidades imprescindibles para el emprendimiento.
TRABAJO EN EQUIPO
Cuando se toca el tema del “trabajo en equipo”, conviene aclarar la diferencia que existe entre éste, y los grupos de trabajo. Alcaraz (2011) señala que la diferencia fundamental radica en la existencia de “una perspectiva organizada y clara sobre sus metas” en la mente de cada integrante del equipo; a la vez que todos los miembros “participan de forma activa, coordinada e independiente”, fenómeno que no ocurre en los simples grupos de trabajo. 
	Tomando como punto central para la formación de un efectivo equipo de trabajo, el sentimiento de un “propósito común” compartido entre todos los integrantes, comparemos la explicación que Ortega y Gasset (2007), de manera magistral expresa, acerca de la razón por la que las personas se unen y forman los estados: 
“Las gentes no viven juntas sin más ni más y porque sí; eso sólo existe a priori en la familia. Los grupos que integran un estado viven juntos para algo: son una comunidad de propósitos, de anhelos, de utilidades. No conviven por “estar” juntos, sino “para hacer” juntos algo. Las naciones se forman y viven de tener un programa para mañana”.
Aunque los fines que persigue una nación sean diferentes a los fines que persigue una institución económica, ambas entidades comparten un aspecto común: individuos unidos que miran hacia un mismo horizonte y que comparten un mismo anhelo, formando una estructura sólida y compacta.
ÉTICA Y VALORES
La ética, definida por la RAE (2014) como un “conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”, juega un papel importante en la relación del emprendedor y la sociedad. El emprendedor, como agente económico que desarrolla productos o presta servicios innovadores y de valor agregado, para intercambiarlos con otras personas –clientes– y obtener un mutuo beneficio, debe poseer un código de valores que guíen sus actos y vayan en armonía con la prosperidad social; tales como la justicia, la honestidad, integridad, respeto, cuidado del medio ambiente y la responsabilidad, entre los más importantes.
	Semejantes valores deben verse reflejados en todos los procesos y sistemas de la empresa; desde la relación con proveedores, pasando con el trato a los trabajadores, el impacto ambiental de los procesos de producción, el cumplimiento de nuestras campañas de marketing y responsabilidad para con los clientes. 
CONCLUSIONES
Los emprendedores son individuos que generan ideas de negocio creativas e innovadoras en base a oportunidades que detectan en los mercados; ideas manifestadas en productos y servicios con valor añadido, creados con la consciencia de un futuro intercambio justo y ético para con la sociedad, pero que a diferencia del resto de las personas las cuales sólo experimentan deseos, éstos, tienen voluntades a prueba de congojas y desesperanzas; cuentan con la iniciativa y las habilidades empresariales necesarias, para convertir un simple plan de negocios en una realidad, estando dispuestos a encarar riesgos calculados, y poseen la determinación y automotivación para impulsarse a sí mismos a alcanzar objetivos, contagiando de su visión, valores y entusiasmo al equipo de trabajo del que se rodean. 
REFERENCIAS:
· Alcaraz R. (2011) El emprendedor de éxito. México DF, México: McGraw Hill.
· Ortega J. (2007) España Invertebrada. Barcelona, España: Folio.
· Real Academia Española. (2014) Diccionario de la lengua española (23aed). Consultado en: http://dle.rae.es/?id=H3y8Ijj|H3yay0R

Continuar navegando