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Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia terapéuticas y su empleo resulta esencial en la mayo- ría de los actos médicos. De hecho, prácticamente toda la población los ha consumido y, en consecuen- cia, la repercusión económica de su utilización es muy alta y se incrementa progresivamente. Por ello, el estudio y el fomento de su utilización apropiada constituyen una preocupación fundamental de todos los agentes que intervienen en el mercado de la salud. Se requiere conocer la magnitud del efecto clínico del medicamento así como su seguridad, y la relación existente entre estos aspectos y el consumo de recur- sos que origina. En función de estos aspectos podrá determinarse la mejor estrategia terapéutica para la atención de un determinado tipo de pacientes, lo que en última instancia puede ser comparado con lo que ocurre en el mundo real. Así, el impacto que suponen los medicamentos en las poblaciones humanas define el campo de ac- tuación de la farmacoepidemiología. Utilizando los razonamientos, métodos y conocimientos de la epidemiología, y uniéndolos al servicio de la farma- cología clínica, intenta describir, explicar, controlar y predecir los usos y efectos (beneficiosos o adversos) de los medicamentos. En resumen, puede decirse que la farmacoepidemiología intenta contribuir a un uso más racional del medicamento. Evaluación de los Medicamentos Precomercialización carrera que una nueva sustancia tiene que realizar para convertirse en medicamento, es decir, para al- canzar la comercialización, es larga, ya que implica una duración media de 10-15 años; costosa, puesto que se calcula un gasto que oscila entre los 280 y 305 millones de euros; selectiva, ya que solo 1 de cada 10.000 sustancias sintetizadas alcanza la comer- cialización, por último, presenta obstáculos puesto que debe sufrir repetidas evaluaciones por parte de las administraciones sanitarias y de los laboratorios productores. El período preclínico tiene una duración aproxi- mada de 2 a 4 años, y su objetivo es obtener la in- formación necesaria para justificar su administración al ser humano. En su fase inicial o etapa química, se aísla la sustancia, sea ésta de origen natural o de síntesis. Con la sustancia optimizada se procede a la realización de estudios farmacodinámicos, farma- cocinéticos y toxicológicos (incluidos carcinogéne- sis, teratogenia, mutagénesis, etc.) en varias especies animales. Clásicamente se ha considerado de gran interés en esta fase la determinación de los paráme- tros DE50 (dosis eficaz en el 50% de los animales) los animales), ya que permitirán elegir la dosis que inicialmente se administrará al hombre. En general se reconoce que la evaluación en el animal es un mé- todo aceptable para determinar, en rasgos generales, el perfil de toxicidad de una nueva sustancia. Una vez realizadas las anteriores pruebas se pro- cede a la administración al hombre. Este primer uso humano se reconoce con el nombre de fase 1. Sus objetivos son realizar una valoración de toxicidad aguda, así como obtener una aproximación farma- cocinética y farmacodinámica inicial. Salvo en casos especiales, como los citostáticos, se efectúan en vo- luntarios sanos y se llevan a cabo en unidades espe- ciales. Tras estos primeros estudios, una vez conse- guidos los objetivos de la fase anterior, se continúa con la fase 2 ó de eficacia. En ella el medicamento se usa por primera vez en enfermos, seleccionados con unos criterios diagnósticos muy precisos y sin otras enfermedades asociadas, con lo que se obtiene una evaluación inicial de la eficacia del producto. Posteriormente ha de definirse el papel del fár- maco frente a otras alternativas terapéuticas. Éste es el objetivo fundamental de lo que se conoce como fase 3, o fase de ensayo clínico comparativo. En ella suelen incluirse de 500 a 5.000 enfermos, que reci- ben de forma aleatoria el nuevo medicamento o el tratamiento estándar (o placebo en los casos en que no existe un tratamiento estándar). Al concluir esta fase, el laboratorio fabricante del producto presenta toda la información obtenida a las administraciones sanitarias, para decidir si la información sobre efica- cia y la seguridad del producto son suficientes para justificar su comercialización. Período preclínico Etapa química Etapa farmacológica Período clínico Precomercialización Fase 1 (seguridad) Fase 2 (eficacia) Fase 3 (eficacia comparativa) Poscomercialización Fase 4 (farmacovigilancia y nuevos indicadores) Tabla 1: Desarrollo de los medicamentos Evaluación clínica poscomercialización comercialización no es completa. Por un lado, es po- sible que el medicamento sea eficaz en indicaciones distintas de las iniciales, para lo cual será necesario diseñar y realizar nuevos ensayos clínicos con carac- terísticas similares a los de la fase 3. Por otro lado, existen diferencias importantes entre eficacia, entendida como el efecto del medi- camento con condiciones óptimas de uso (ensayo) y efectividad, entendida como el efecto en condiciones de uso habitual (práctica clínica). Estas diferencias dependen de las distintas condiciones de la asistencia prestada en el ensayo clínico y en la realidad. - zación de los llamados ensayos pragmáticos (ensayos que intentan reproducir las condiciones del mundo real) o de estudios observacionales (cohortes), en los que el investigador no interviene en la asignación del tratamiento. No obstante, la dificultad metodológica para llevar a cabo estos estudios es alta, por lo que con frecuencia resulta difícil obtener conclusiones sólidas. A pesar de estas dificultades, debido a que las diferencias entre eficacia y efectividad son impor- tantes, estos estudios son claramente necesarios. Por otra parte, cuando un medicamento se co- mercializa surgen otras cuestiones relacionadas con las consecuencias médicas, sociales y económicas. És- tos son los objetivos de los estudios de utilización de medicamentos, ya que permiten identificar proble- mas así como diseñar estrategias para su resolución. Debido a las características del proceso de de- sarrollo de los medicamentos, existen muchas cues- tiones sobre la seguridad que son desconocidas en el momento de la comercialización. Es fácilmente com- prensible que las reacciones adversas poco frecuentes pueden no ser detectadas antes de la comercializa- ción, debido al bajo número de individuos que han - nicos es limitada, ya que en general no supera el año; además, en los pocos casos en que es más prolongada, la tasa de abandonos se incrementa. No es pues de extrañar que los efectos adversos que aparecen con el uso crónico y/o los que se manifiestan tras un largo período de latencia raramente sean detectados antes de su comercialización. Asimismo, es poco común que en los ensayos clínicos se incluyan pacientes que están tomando otras medicaciones, y por ello la in- formación sobre interacciones es muy limitada en el momento de la comercialización. Tabla 2: Diferencias entre el ensayo clínico y la realidad - ción están en general restringidos a un tipo de po- blación muy bien definida. En general, niños, ancia- nos, embarazadas, pacientes con otras enfermedades, etc., son exclusivos por razones éticas. Sin embargo, cuando estos medicamentos son comercializados, se prescriben a estos grupos, y entonces pueden aparecer afectos adversos cualitativa y cuantitativamente dife- rentes, como sucedió con los cuadros de hepatotoxi- cidad producidos por el benoxaprofeno en pacientes ancianos, posiblemente relacionada con su larga semi- vida. Además, diferentes formulaciones galénicas de un mismo medicamento pueden, al presentar grandes variaciones farmacocinéticas, dar lugar a efectos ad- versos diferentes. Por otro lado, los efectos nocivos originados por sobredosificaciones, sean voluntarias o involuntarias, son difícilmente cuantificables en las fases previas a la comercialización y, sin embargo, condicionarán en gran manera el perfil de seguridaddel fármaco en su uso cotidiano. Todos estos motivos hacen necesaria la realiza- ción de grandes esfuerzos que permitan delimitar y cuantificar claramente el cociente riesgo/eficacia-efec- Realidad heterogéneos presentes frecuentes variable larga duración cumplimiento muy variable Pacientes Otras patologías Otros medicamentos Tratamiento Ensayo homogéneos ausentes raros definido corta duración cumplimiento variable tividad derivado del consumo de medicamentos. Este tipo de estudios es, actualmente, englobado bajo el término de farmacovigilancia, entendida ésta como “las actividades tendientes a la justificación y valo- ración de los efectos del uso, agudo y crónico, de los tratamientos farmacológicos, en el conjunto de la población o en subgrupos de pacientes expuestos a tratamientos específicos”. - neración de hipótesis sobre posibles efectos adversos, mientras que los estudios analíticos intentan confir- la seguridad tras la comercialización entraña proble- mas parecidos a los de las fases anteriores. En conjunto, la importancia de la evaluación clínica poscomercialización mediante los estudios de utilización y los estudios de farmacovigilancia se ha incrementado en los últimos años, siendo actual- mente una pieza clave del sistema de regulación y prescripción de los medicamentos. Estudios descriptivos Notificación espontánea Estructurada (organizaciones sanitarias, tar- jeta amarilla) No estructurada (bibliografía médica en ge- neral) Cohortes sin grupo de control Registros nacionales de morbimortalidad Estudios analíticos Experimentales Ensayo clínico controlado Observacionales Casos y controles Cohortes con grupo de control Tabla 3: Tipos de estudios para detectar efectos ad- versos tras la comercialización (farmacovigilancia) Cuando se sospecha sobre el perfil de seguridad de un medicamento, es necesario probar la hipótesis y cuantificar el riesgo. Para ello suelen realizarse estudios basados en grupos de pacientes expuestos a un fárma- co específico (cohortes) o bien pacientes que presentan una reacción adversa determinada y en los que se estu- dian los fármacos recibidos (casos y controles). Estudios de cohortes con un grupo de con- trol En este caso se selecciona un grupo de pacientes tra- tados o no con un determinado fármaco sospechoso de producir una reacción adversa. A estos pacientes se les realiza un seguimiento, que puede ser prospec- tivo, desde el inicio del tratamiento, o restropectivo, por ejemplo, obteniendo información a través de una historia clínica o una entrevista. El objetivo final es comparar la frecuencia de la reacción adversa entre duración del estudio es fundamental en su diseño, ya que existen efectos adversos que aparecen de forma inmediata (shock anafiláctico) y otros que pueden tardar años en aparecer (cáncer). Estos estudios son útiles para responder preguntas sobre el perfil de se- guridad de un determinado fármaco, ya que permi- ten detectar varias reacciones adversas y cuantificar su incidencia, es decir, la frecuencia de la reacción adversa en referencia a un grupo de personas y en un tiempo concreto. A su vez, es posible calcular el riesgo relativo, que indica cuántas veces es más o me- nos frecuente una reacción adversa con respecto a un grupo de referencia. Estudios de casos y controles Constituyen la base para el estudio de reacciones adversas que aparecen con frecuencias bajas, que requieren períodos largos de exposición para produ- cirse o cuadros clínicos graves. En este tipo de estu- dio se comparan pacientes que presentan un efecto adverso concreto (casos) con otros que no lo tienen (controles), para identificar los factores de riesgo, in- cluyendo la exposición al fármaco en un intervalo de tiempo (ventana de exposición), antes del inicio de la reacción (día índice) para los casos, o un día día índice y de la ventana de exposición es crucial, y debe responder a criterios clínicos y epidemiológicos. puede obtenerse a través de una entrevista estructu- rada o bien a través de la historia clínica. El método elegido deberá utilizarse de la misma manera en los casos y en los controles para evitar la aparición de sesgos de información. - lección de un grupo adecuado de control. Muchas veces se han utilizado, por razones logísticas, los pa- cientes hospitalizados como un grupo de control. Es- tos pacientes poseen patologías diferentes de la reac- ción adversa que se estudia y no están relacionadas ni con los fármacos ni con otros factores de interés. Pero se trata de obtener una población de control que sea representativa de la misma población en la que se originaron los casos y no que difiera únicamente por la reacción adversa en cuestión. Éste es el motivo de que se planteen interrogantes sobre algunos estudios llevados a cabo con controles hospitalizados. Con este tipo de estudios puede establecerse una relación de la fuerza de asociación entre una reacción adversa y un fármaco. Es lo que se denomina la odds ratio o razón de ventajas o razón de probabilidades y cuantifica cuántas veces es más frecuente la reacción adversa en un grupo frente al otro. Sin embargo, no es posible conocer el riesgo relativo, ya que se desconoce la incidencia de la reacción adversa en la población, puesto que se está trabajando con una muestra de ella. Estudios descriptivos Notificación voluntaria (tarjeta amarilla) Este método de notificación se considera el más efi- ciente en la generación de alarmas sobre ciertos me- dicamentos de los que previamente no se conocían con este sistema es facilitar al profesional sanitario la notificación mediante la utilización de un formulario sencillo y que recoge de manera concreta toda la in- formación relevante. Una vez recogida la información, se valida y se pasa a una base de datos. Este sistema abarca a toda la población y es rápido en la detección de efectos adversos; además de incluir todos los medi- camentos desde el comienzo de su comercialización, no interfiere en los hábitos de prescripción y permite detectar reacciones adversas poco frecuentes. Su prin- cipal limitación es su infrautilización, lo que hace que el número de casos registrados de una determinada asociación entre un efecto adverso y un fármaco sea menor del que ocurre en la realidad. Además, el siste- ma da prioridad a las reacciones adversas de los fárma- cos recién comercializados y a las que son más graves. A pesar de estas limitaciones, su contribución ha sido esencial en los efectos adversos identificados por el Servicio Español de Farmacovigilancia y ha dado lugar a la retirada de algunos fármacos como, por ejemplo, cerivastatina, nefazodona o Exolise (extracto etanólico de té verde).
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