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Síncope Capítulo 30 | 343 INTRODUCCIÓN El síncope se define como una pérdida transitoria de consciencia, debida a una hipoperfusión cerebral global y caracterizada por un inicio rápido, una duración corta y una recuperación espontánea completa. En algunas formas de síncope pueden existir pródromos en los que los síntomas (mareo, náuseas, sudoración y alteraciones visuales) aparecen previos al episo-dio sincopal. El término “presíncope” se utiliza para describir un estado en el que aparecen pródromos, pero sin pérdida de consciencia, presentando una base fisiopatológica similar al síncope. Es una enfermedad frecuente en la población general (prevalencia del 20 % en la población adulta), que aumenta con la edad, con incidencia anual del 3 % en hombres y del 3,5 % en mujeres, según el estudio Framingham. Representa un 1 % de las consultas a Urgencias, con una tasa de ingresos que oscila entre el 40-75 %. ETIOLOGÍA La clasificación fisiopatológica se basa en una caída de la presión arterial sistémica con re-ducción general del flujo sanguíneo cerebral, como la característica definitoria del síncope. La presión arterial sistémica está determinada por el gasto cardiaco y la resistencia vascular periférica total, y una caída en cualquiera de estos 2 factores puede causar síncope. A menu-do, ambos mecanismos actúan conjuntamente, aunque con distintos grados de intensidad. La pérdida transitoria de consciencia (PTC) engloba a un grupo muy heterogéneo de sínto-mas y síndromes, tanto por su origen y fisiopatología, como por su pronóstico. Por tanto, en el proceso diagnóstico del síncope, la primera aproximación consiste en realizar un diagnósti-co diferencial correcto de las diferentes causas de PTC, en particular con las crisis convulsivas y con las caídas en los ancianos (Figura 30.1), ya que en muchas ocasiones se clasifican incorrectamente como síncope. Una vez establecido que la PTC es de origen sincopal, de acuerdo a su fisiopatología, el sín-cope puede clasificarse en 3 grupos principales: (1) reflejo o neuromediado, (2) por hipoten-sión ortostática y (3) síncope de origen cardiaco (Tabla 30.1). En una elevada proporción de casos, el síncope es de causa desconocida (25-40 %, según el ámbito asistencial y lo exhaus-tivo del estudio realizado). No obstante, esta clasificación es de gran importancia clínica, ya que los diferentes grupos tienen un pronóstico muy distinto. Así, los pacientes con síncope reflejo tienen un pronóstico similar al de la población general sin síncope, mientras que el síncope de origen cardiaco incrementa, no solo la morbilidad e impacta negativamente en la calidad de vida, sino que además incrementa de forma significativa la mortalidad. SÍNCOPE MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 344 | Capítulo 30 Figura 30.1. Diagnóstico diferencial de la pérdida transitoria de consciencia (PTC). PTC no traumática PTC por traumatismo craneal PTC – De origen reflejo (neuro- mediado). – Hipotensión ortostática, – Cardiogénico. Generalizadas; – Tónicas. – Clónicas. – Tonicoclónicas. – Atónicas. – Seudosíncope psicógeno. – Ataques psicógenos no epilépticos. – Síndrome de robo de la subclavia. – AIT vertebrovasilar. – Hemorragia subaracnoidea. – Ataques anóxicos cianóticos. Síncope Crisis epiléticas Psicógena Otras causas Clasificación del síncopeTabla 30.1. Reflejo o neuromediado Hipotensión ortostática Cardiaco • Vasovagal: – Síncope vasovagal ortostático: de pie, es menos común en sedestación. – Emocional: miedo, pánico, instrumentación, fobias. • Situacional: micción, estimulación gastrointestinal (tragar, defecar), tos, estornudos, tras el ejercicio, risa, tocar instrumentos, etc. • Síndrome de hipersensibilidad del seno carotídeo. • Formas atípicas (sin pródromos o desencadenantes aparentes o presentación atípica). • Por acumulación venosa durante el ejercicio, después de las comidas (hipotensión postprandial), después de largos reposos en cama (falta de forma física o desacondicionamiento). • Por depleción de volumen: hemorragia, diarrea, vómitos, etc. • Disfunción autonómica (hipotensión ortostática por causas neurológicas): – Primaria: disfunción autonómica pura, atrofia multisistémica, enfermedad de Parkinson, demencia por cuerpos de Lewy. – Secundaria: diabetes, amiloidosis, lesiones de la médula espinal, neuropatías autonómicas (autoinmune, paraneoplásica, etc.). • Arritmias como causa primaria: – Bradicardia: disfunción del nodo sinusal, trastornos del sistema de conducción. – Taquicardia: supraventricular o ventricular. • Cardiopatía estructural: estenosis aórtica, infarto agudo de miocardio, miocardiopatía hipertrófica, masas cardiacas (mixoma y otros tumores), taponamiento pericárdico, anomalías congénitas de las arterias coronarias, disfunción de prótesis valvular. • Enfermedad cardiopulmonar y de grandes vasos: embolia pulmonar, disección aórtica aguda, hipertensión pulmonar. SíncopeMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 30 | 345 EVALUACIÓN CLÍNICA Lo más importante a la hora del abordaje del síncope son la anamnesis del episodio y la exploración física, ya que nos indicará la causa del síncope en el 50-70 % de los casos. En Urgencias, tras la primera toma de contacto, debe realizarse una toma de signos vitales, in- cluyendo la toma de la presión arterial (PA) en decúbito y bipedestación, examen del nivel de consciencia, aspecto general del paciente, electrocardiograma de 12 derivaciones y análisis de la glucemia capilar (BM-test). Tras comprobar la estabilidad hemodinámica del paciente, pasaremos a un abordaje más completo para obtener una primera aproximación diagnóstica, sabiendo identificar la presencia de posibles enfermedades crónicas o procesos agudos inter- currentes que precipiten dicha situación, para así poder realizar una correcta estratificación del riesgo (Figura 30.2). En resumen: en todo paciente con PTC se debe realizar en Urgencias una anamnesis y explo- ración física detalladas, la toma de la PA en decúbito y bipedestación, un ECG de 12 deriva- ciones; y en pacientes mayores de 50 años, el masaje del seno carotídeo. Estas exploraciones constituyen la atención fundamental del síncope en Urgencias: los datos que proporcionan permiten realizar el diagnóstico de síncope, y además permiten, en casi dos tercios de los ca- sos, definir el tipo de síncope (neuromediado, ortostático o cardiaco). Por otro lado, resaltar que las caídas en los pacientes ancianos en los que no se objetiva un mecanismo accidental claro (por ejemplo, resbalar o tropezar) corresponden en su mayoría a episodios sincopales, y deben evaluarse, por tanto, como otros síncopes de causa desconocida. 1. ANAMNESIS 1.1. Antecedentes personales Edad, situación basal, factores de riesgo cardiovascular o de tromboembolismo pulmo- nar, antecedentes de cardiopatía, tromboembolismo o enfermedad neurológica previa, Figura 30.2. Algoritmo de atención inicial al síncope. Anamnesis, exploración clínica física, PA en decúbito/bipedestación, ECG 12 derivaciones (masaje del seno carotídeo si > 50 años) Diagnóstico establecido Único/Poco frecuente Frecuente/Grave Tratamiento según causa Estudio cardiológico No evaluación posterior Evaluación mecanismo neurológico Cardiopatía estructural, arritmias No enfermedad cardiaca Pruebas específicas Diagnóstico desconocido Diagnóstico de sospecha MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 346 | Capítulo 30 enfermedad previa conocida, tratamiento actual del paciente (hipotensores, diuréticos, al- fa-bloqueantes, vasodilatadores, etc.). 1.2. Historia actual Comprobar si ha sido un síncope realmente (brusco, breve, con recuperación espontánea) e identificar e interrogar testigos, si los hubiera. Realizar anamnesis dirigida a circunstancias previas al episodio, factores precipitantes, pródromos, actividad durante el episodio, dura- ción y tiempo de recuperación(Tabla 30.2). Características clínicas que pueden orientar el diagnóstico en la evaluación inicialTabla 30.2. Reflejo o neuromediado Hipotensión ortostática Cardiaco • Historia larga de síncope recurrente, especialmente si ocurre antes de los 40 años. • Desencadenado después de una visión, sonido, dolor u olor desagradable, tras largo tiempo de pie, durante las comidas, en lugares muy concurridos o calurosos. • Activación autonómica del síncope: palidez, sudoración, náuseas, vómitos. • Al rotar la cabeza o presionar el seno carotídeo (como en tumores, al afeitarse, con cuellos de camisa apretados). • Ausencia de cardiopatía. • Estando de pie o después de ponerse de pie. • Tras largo tiempo de pie. • Permanecer de pie después de un esfuerzo físico. • Hipotensión postprandial. • Relación temporal con el inicio o la modificación de la dosis de fármacos vasodepresores o diuréticos que producen hipotensión. • Presencia de neuropatía autonómica o parkinsonismo. • Durante el esfuerzo o en decúbito supino. • Palpitaciones de inicio rápido seguidas inmediatamente de síncope. • Historia familiar de muerte súbita prematura de causa desconocida. • Presencia de cardiopatía estructural o enfermedad arterial coronaria. • Hallazgos electrocardiográficos compatibles con síncope relacionado con arritmias: – Bloqueo bifascicular (bloqueo de rama izquierda o derecha combinado con bloqueo fascicular anterior izquierdo o posterior izquierdo). – Otros trastornos de la conducción intraventricular (duración del QRS > 0,12 s). – BAV de segundo grado Mobitz I y BAV de primer grado con prolongación acusada del PR. – Bradicardia sinusal asintomática leve o FA lenta (40-50 lpm) en ausencia de tratamiento cronotrópico negativo. – TV no sostenida. – Complejos QRS preexcitados. – Intervalos QT largos o cortos. – Repolarización precoz. – Patrón de Brugada tipo 1 (elevación del segmento ST en derivaciones V1-V3). – Ondas T negativas en derivaciones precordiales derechas. – Ondas épsilon compatibles con miocardiopatía arritmogénica. – Hipertrofia del ventrículo izquierdo compatible con miocardiopatía hipertrófica. SíncopeMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 30 | 347 1.2.1. Previo al episodio • Postura: bipedestación, sedestación o decúbito. La mayoría de los síncopes ocurren en bipedestación (orientan a ortostatismo y vasovagales). El decúbito nos hace sospechar etiología neurológica, cardiaca, metabólica o psiquiátrica. • Actividad: en bipedestación (ortostático y vasovagal), reposo, cambio postural (mixoma auricular), ejercicio. Generalmente, un síncope que ocurre durante el ejercicio, hace sos- pechar cardiopatía: miocardiopatía hipertrófica obstructiva, estenosis aórtica o hiperten- sión pulmonar; aunque también debemos pensar en arritmias, tanto supraventriculares como taquicardias ventriculares (típico de la miocardiopatía arritmogénica o taquicardias ventriculares idiopáticas); es importante precisar, sin embargo, que si el síncope ocurre tras finalizar el ejercicio físico, orienta generalmente a un origen neuromediado. • Movimientos específicos: los movimientos cervicales pueden ocasionar síncopes en la hipersensibilidad del seno carotídeo, así como las malformaciones cervicales. En el sín- drome del robo de la subclavia, se produce por los movimientos del miembro superior izquierdo. • Factores predisponentes: lugares calurosos o concurridos, postprandial, dolor intenso, o situaciones de estrés son los desencadenantes típicos que orientan a etiología vasovagal. 1.2.2. Pródromos • Datos de estimulación del sistema nervioso simpático (taquicardia, diaforesis, sudoración, náuseas, disconfort abdominal) son típicos de etiología vasovagal u ortostática. • Focalidad neurológica o aura: típico de PTC neurológica no sincopal. • Brusco sin pródromos: orienta a síncope cardiaco. En este caso, es necesario orientar la anamnesis hacia síntomas específicos previos al episodio (dolor torácico, disnea, cefalea o palpitaciones). 1.3. Actividad durante el síncope Debemos interrogar a los testigos sobre la manera de caer, el color de la piel (cianosis, pali- dez), la presencia de convulsiones, mordedura de lengua, actividad motora (automatismos, movimientos tónico-clónicos), relajación de esfínteres y duración del episodio. El síncope cardiaco suele ser breve (segundos o pocos minutos de duración, excepto en el caso de la estenosis aórtica, que puede ser más prolongado). 1.4. Recuperación Por definición, el síncope se caracteriza por la recuperación espontánea y rápida del nivel de consciencia normal. En la crisis comicial nos encontramos a un paciente postcrítico (con bajo nivel de consciencia en los primeros minutos de la recuperación). Asimismo, debemos analizar los síntomas referidos tras la recuperación, tales como náuseas, vómitos, disnea (TEP, insuficiencia cardiaca), cefalea, focalidad neurológica (ACV, AIT, HSA), dolor torácico (infarto de miocardio, disección aórtica, etc.). EXPLORACIÓN FÍSICA Tras realizar una anamnesis detallada, la evaluación del paciente debe continuar con una minuciosa exploración física. • Aspecto general: nivel de consciencia (descartar estado postcrítico o coma), estado de hidratación, perfusión, coloración de piel y mucosas (vigilar signos de anemia). MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 348 | Capítulo 30 • Signos vitales: presión arterial (PA), temperatura (Tª), frecuencia cardiaca (FC), frecuencia respiratoria (FR) y saturación de oxígeno. Se debe prestar atención a los datos de ortosta- tismo, obteniendo la FC y la PA en ambos brazos, en decúbito y tras la bipedestación (al menos 5 minutos). Se considera respuesta positiva a ortostatismo cuando hay una caída de la PA sistólica > 10 mmHg o una PA sistólica menor de 90 mmHg o una caída de la PA diastólica > 20 mmHg, confirmándose el diagnóstico si se acompaña de síntomas. • Exploración de cabeza y cuello: presión venosa yugular y auscultación carotídea. • Masaje del seno carotídeo: se debe realizar en Urgencias en todos los pacientes mayores de 50 años con síncope inexplicado. Debe evitarse o extremarse las precauciones en presencia de soplo carotídeo o antecedentes de enfermedad cerebrovascular conocida reciente. Con- siste en masajear la arteria carótida en la localización del seno carotídeo (cara anterior del músculo esternocleidomastoideo a nivel del cartílago cricotiroideo), con el paciente tum- bado, monitorizando PA, con ECG y vía venosa, y una ampolla de atropina preparada en la cabecera del enfermo. Se realiza durante 5-10 segundos y se observan cambios en el ECG o en la PA. Se considera positiva si hay una pausa del ritmo cardiaco de 3 segundos o más, o se produce un descenso de la PA de más de 50 mmHg con reproducción de los síntomas (síncope o presíncope). Es de especial utilidad en pacientes ancianos. • Auscultación cardiaca: alteraciones del ritmo cardiaco, soplos (miocardiopatía hipertrófi- ca, estenosis aórtica) y extratonos. • Auscultación pulmonar: signos de insuficiencia cardiaca o enfermedad pulmonar. • Exploración de abdomen: con especial atención a megalias, masas pulsátiles y soplos (aterosclerosis, disección aórtica). • Extremidades: pulsos (si son asimétricos, pensar en disección aórtica, coartación aórtica o robo de la subclavia), edemas y signos de trombosis venosa profunda (pensar en TEP). • Tacto rectal: si se sospecha hemorragia digestiva. • Exploración neurológica: obligatoria su realización en todo síncope. Detecta anomalías neurológicas significativas sugestivas de disautonomía o enfermedad cerebrovascular. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS La valoración del síncope en Urgencias consiste en la realización, a todos los pacientes con pérdida transitoria de consciencia, de una anamnesis y exploración física exhaustivas, la toma de PA en decúbito y bipedestación, la realización de un ECG de 12 derivaciones y en pacien- tes mayores de 50 años, elmasaje del seno carotídeo. Con esta estrategia se debe realizar el diagnóstico de síncope y, en la mayoría de los casos, del tipo del mismo. La realización de otras exploraciones complementarias no debe considerarse de forma rutinaria, especialmente aquellas de muy bajo rendimiento diagnóstico (radiografía de tórax, analítica, TC craneal, etc.), ya que incrementan los costes del proceso sin mejorar las tasas de diagnóstico. Por tanto, en Urgencias, otras exploraciones complementarias deben realizarse únicamente de acuerdo a la sospecha clínica (troponinas si existe dolor torácico, dímero-d y TC si existe sospecha de TEP, etc.) y no realizarse de forma sistemática. Por último, recordar que en los pacientes ancianos las indicaciones de realización de exploraciones complementarias es la misma que en los pa- cientes más jóvenes, ya que la edad no contraindica la realización de ninguna de las pruebas; al contrario, exploraciones como el masaje del seno carotídeo son de especial importancia en la evaluación del síncope/caídas inexplicadas del anciano, y debe realizarse de forma sistemática. SíncopeMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 30 | 349 1. Electrocardiograma de 12 derivaciones con tira de ritmo. Es una herramienta funda- mental de la valoración de pacientes con síncope. Establece el diagnóstico en el 5 % de los casos, y puede sugerir en otro 5-8 % de los mismos, aunque un ECG normal no descarta la presencia de un síncope cardiaco. En la Tabla 30.2 se exponen los hallazgos electrocardiográ- ficos que sugieren un síncope cardiaco. 2. Analítica de sangre. De acuerdo a los datos de la historia clínica y según la sospecha diagnóstica, se solicitarán estudios de laboratorio para confirmar esta sospecha (pero de ningún modo se realizarán de forma sistemática, dado su bajo rendimiento diagnóstico). 3. Radiografía de tórax. De muy bajo rendimiento diagnóstico en pacientes con síncope, puede contemplarse su realización en Urgencias cuando existe sospecha de cardiopatía (car- diomegalia, insuficiencia cardiaca, derrame pericárdico) o disección aórtica (ensanchamiento mediastínico), aunque en ambos casos precisan ser comprobadas con otras técnicas (eco- cardiografía, TC). 4. Otras pruebas opcionales según la sospecha diagnóstica (no todas deben realizarse desde el Servicio de Urgencias): 4.1. Presencia de síntomas neurológicos (lo cual va en contra de la existencia de un sínco- pe): TC craneal, electroencefalograma, doppler carotídeo para confirmar que se trata de una convulsión o un ictus y no de un síncope (la TC y el doppler carotídeo no tienen papel alguno en la evaluación del síncope). Debe diferenciarse de realizar una TC para valoración del traumatismo craneal causado por el síncope, cuya indicación no difiere de otros casos de traumatismo sin síncope, y teniendo en cuenta siempre que sus resultados ilustran las consecuencias de la caída, pero no la causa del síncope. 4.2. Sospecha de TEP: TC torácica helicoidal de arterias pulmonares. 4.3. Sospecha de disección aórtica: TC torácica. 4.4. Sospecha de cardiopatía estructural: ecocardiograma transtorácico, resonancia magné- tica cardiaca. 4.5. Sospecha de causa arrítmica: Holter-ECG externo o implantable. 4.6. Sospecha de cardiopatía estructural con etiología desconocida y resto de pruebas nor- males: estudio electrofisiológico. 4.7. Presencia de dolor torácico antes o después del síncope: ergometría. 4.8. Test de mesa basculante (Tilt-test): está indicada principalmente para confirmar un diagnóstico de síncope neuromediado cuando la evaluación inicial sea insuficiente para establecer un diagnóstico y también como ayuda para valorar el implante de un marcapasos en pacientes seleccionados. Consiste en tumbar al paciente en una mesa y someterle a una inclinación entre 60-80° durante 30-45 minutos. La sensibilidad de la prueba puede aumentar con mayor duración, ángulos más agudos, e infusión de agentes desencadenantes como isoprenalina o nitroglicerina. Se valora la caída en la presión arterial (síncope vasodepresor), la caída de frecuencia cardiaca/asistolia (sínco- pe cardioinhibidor) o ambas (síncope mixto). MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 350 | Capítulo 30 ESTRATIFICACIÓN DEL RIESGO Es fundamental estratificar a los pacientes en función del riesgo de sufrir acontecimientos graves o incluso mortales, siendo el predictor más importante la presencia de cardiopatía es- tructural. La Figura 30.3 representa el algoritmo de actuación tras la clasificación del síncope según riesgo, tras la valoración inicial en el Servicio de Urgencias. • Características de bajo riesgo: presencia de pródromos, tras una visión, sonido u olor desagradable, tras tiempo prolongado en bipedestación o lugar caluroso, durante las co- midas o postprandial, desencadenado por la tos, defecación o micción, al rotar la cabeza o presionar el seno carotídeo, al levantarse desde bipedestación/supinación, ausencia de cardiopatía estructural, ECG normal, exploración física y neurológica normal. • Características de alto riesgo: presencia de dolor torácico, disnea, dolor abdominal o cefalea de nueva aparición, síncope durante el esfuerzo o en supinación, palpitaciones de aparición rápida seguidas del síncope, cardiopatía estructural o enfermedad arterial coro- naria grave, PAS < 90 mmHg sin causa conocida, sospecha de sangrado gastrointestinal en tacto rectal, bradicardia persistente (< 40 lpm) en vigilia y sin ejercicio, soplo sistólico no diagnosticado, ECG alterado (Tabla 30.2). CRITERIOS DE INGRESO El ingreso debe estar indicado para estudio completo y/o tratamiento específico en los pa- cientes catalogados de riesgo alto. Además, es recomendable en pacientes con: síncope de esfuerzo o durante el decúbito, historia familiar de muerte súbita, síncope que causa trauma- tismo grave, exploración sugerente de focalidad neurológica y múltiples episodios sincopales no explicados, sobre todo si no existe la posibilidad de ser derivados de forma rápida a una unidad de síncope. SÍNCOPE (Tras valoración inicial en el Servicio de Urgencias) Sin características de alto o bajo riesgo No debe recibir el alta desde el Servicio de Urgencias Unidad de Observación de Urgencias Unidad de síncope o consulta ambulatoria de síncope Solo características de bajo riesgo Probablemente reflejo, situacional u ortostático Alta directamente desde el Servicio de Urgencias Si es recurrente Cualquier característica de alto riesgo No debe recibir el alta desde el Servicio de Urgencias. Cualquier característica de alto riesgo requiere una estrategia diagnóstica intensiva Ingreso hospitalario para diagnóstico y/o tratamiento Figura 30.3. Algoritmo de actuación tras clasificación del síncope según riesgo, tras valoración inicial en el Servicio de Urgencias. SíncopeMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 30 | 351 TRATAMIENTO Ante cualquier paciente con síncope que llegue al Servicio de Urgencias, debe considerarse la realización de las siguientes medidas generales: terminal heparinizado, sueroterapia (en función de PA y glucemia capilar), oxigenoterapia si precisa y monitorización electrocardio- gráfica en pacientes con inestabilidad hemodinámica, arritmia significativa o sospecha de síncope causado por una arritmia o en la mayoría de pacientes con síncope cardiaco o de causa desconocida y riesgo alto o intermedio. Previo al inicio de tratamiento a largo plazo, se debe realizar un diagnóstico correcto, estratificación del riesgo, y se ha de valorar el riesgo de recurrencia, con el fin de obtener un tratamiento individualizado acorde a la gravedad y al número de episodios. Los objetivos del tratamiento en el paciente con síncope son: prolon- gar la supervivencia, evitar lesiones traumáticas y evitar las recidivas del síncope. 1. Síncope neuromediado o vasovagal. Medidas generales: evitar desencadenantes, in- gesta de líquidos y sal, ejercicios isométricos conlos miembros, entrenamiento basculante. Medidas farmacológicas: de uso excepcional, puede plantearse el uso de midodrina (estimu- lante alfa y beta adrenérgico) y/o fludrocortisona (mineralocorticoide con efecto vasopresor) en pacientes con síncopes recurrentes neuromediados u ortostáticos, siempre que toleren sus efectos secundarios. Los betabloqueantes no están indicados en el síncope neuromedia- do ni ortostático). 2. Síncope por hipotensión ortostática. Medidas generales: elevar cabecero de la cama, medias de compresión, evitar bipedestación brusca o mantenida. Medidas farmacológicas: de uso excepcional, puede utilizarse fludrocortisona o midodrina. 3. Síncope cardiaco. Tratamiento según la enfermedad específica desencadenante: coloca- ción de marcapasos o desfibrilador automático implantable, ablación de arritmia por catéter, revascularización percutánea o quirúrgica, etc. BIBLIOGRAFÍA Álvarez de Miguel F, Castro Martínez M. En: Aguilar Rodríguez F, et al, editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 7ªed. Madrid; MSD: 2012. p. 91-98. Brignole M, Moya Á, de Lange F, Deharo JC, Elliot P, Fanciulli A, et al. 2018 ESC Guidelines for the diagnosis and management of syncope. Eur Heart J 2018;39:1883-1948. Calkins H, P. Zipes D. Hipotensión y síncope. En: Braunwald E, editor, Tratado de Cardiología 11ª ed. Madrid; Elsevier España: 2019. p. 848-58. 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