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ECOGRAFIA CLINICA EN URGENCIAS Y EMERGENCIAS

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Ecografía clínica en Urgencias y EmergenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 13 | 165
INTRODUCCIÓN
• La ecografía es una técnica radiológica que utiliza los ultrasonidos (US) para obtener
una imagen. Estos US son emitidos hacia los tejidos gracias a un transductor (o sonda) y,
según las características propias de cada tejido, son parcialmente absorbidos y reflejados
de nuevo al transductor, que los procesa y genera una imagen. Cada sonda genera un
pulso de ultrasonidos que puede ser de baja o de alta frecuencia. La elección de la sonda
va a depender, por tanto, del tejido y la localización que se desee explorar: a menor fre-
cuencia, mayor poder de penetración, y a mayor frecuencia, mayor resolución y menor
profundidad.
• Según la densidad de las estructuras atravesadas por estos US se obtienen imágenes hi-
perecoicas o hiperecogénicas (blancas) ante una estructura de alta densidad (p.ej.: hueso, 
cálculos, tejido fibroso), imágenes hipoecogénicas o hipoecoicas (escala de grises) ante
bajas densidades (p.ej.: tejido parenquimatoso o grasa) e imágenes anecoicas (negras)
ante estructuras que no reflejan sino que transmiten las ondas (p.ej.: colecciones líquidas, 
quistes, vejiga o folículos ováricos). Esta escala de grises creando una imagen conforma-
ría el modo B o bidimensional. Para valorar elementos en movimiento (flujos vasculares
principalmente) se utilizará el Doppler.
• Está de sobra demostrado que la aplicación de la ecografía en los servicios de Ur-
gencias es francamente útil en múltiples situaciones, procedimientos, técnicas y en-
fermedades, con claras ventajas frente a otras técnicas de imagen. Permite realizar
una valoración en tiempo real, es fácil de usar, rápida, bien tolerada y no invasiva, es
inocua al carecer de radiaciones ionizantes, permite su realización a la cabecera del
paciente sin tener que movilizar al mismo (gracias a la irrupción de equipos portátiles)
y, además, cuenta con altas tasas de sensibilidad. Todo esto en su conjunto puede ser
de gran ayuda a la hora de orientar hacia el diagnóstico etiológico de un paciente en
una primera valoración inicial. Sin embargo, también hay que destacar que presenta
cierta operador-dependencia y que precisa de una curva de aprendizaje que, aunque
corta, es indispensable.
• Los pacientes críticos o en situación de inestabilidad hemodinámica, muy habituales en
los servicios de Urgencias, suponen a diario todo un reto y su tratamiento es claramente
tiempo-dependiente. La utilidad de la ecografía en este perfil de pacientes queda más
que demostrada y justificada. Así pues, permite una rápida y precisa valoración del pa-
ciente politraumatizado grave (protocolo EFAST), ayuda a establecer un diagnóstico dife-
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
ECOGRAFÍA CLÍNICA 
EN URGENCIAS 
Y EMERGENCIAS
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
166 | Capítulo 13
rencial inicial en el paciente con disnea aguda y facilita la valoración inicial del paciente en 
shock (protocolo RUSH). Es de gran utilidad también a la hora de realizar ciertos procedi-
mientos o técnicas invasivas, como pueden ser la intubación endotraqueal, la realización 
de una traqueotomía o cricotiroidotomía, la canalización de vías centrales o la realización 
de parecentesis, toracocentesis o punciones lumbares. Además, permite una rápida apro-
ximación inicial al diagnóstico etiológico cuando nos encontramos ante un paciente en 
parada cardiorrespiratoria.
PRINCIPALES PLANOS 
ECOGRÁFICOS
• Plano transversal: se coloca el trans-
ductor perpendicular al eje mayor del 
paciente, con el marcador (muesca) a la 
derecha del mismo (Figura 13.1). En la 
pantalla se verá lo más anterior en la par-
te superior y a la derecha los elementos 
localizados a la izquierda del paciente (y 
viceversa). 
• Plano longitudinal: se coloca el trans-
ductor paralelo al eje mayor del paciente, 
con el marcador orientado hacia la cabe-
za del mismo (Figura 13.2). La izquierda 
de la imagen corresponderá a craneal y la 
derecha a caudal. 
• Plano coronal: se coloca el transductor 
lateral al eje mayor del paciente, con el 
marcador apuntando a la cabeza del mis-
mo (Figura 13.3). Igual que en el plano 
anterior, la izquierda de la imagen corres-
ponde a craneal y la derecha a caudal.
APROXIMACIÓN ECOGRÁFICA AL 
PACIENTE CON TRAUMATISMO 
TORACOABDOMINAL CERRADO: 
PROTOCOLO EFAST
• El protocolo EFAST (the Extended Fo-
cused Assesment with Sonography in 
Trauma) propone una evaluación ecográ-
fica toracoabdominal dirigida a localizar 
líquido libre en la cavidad peritoneal y 
saco pericárdico, así como descartar neu-
motórax en la cara anterior del tórax y/o 
derrame pleural aprovechando las zonas 
Figura 13.1. Plano transversal.
Figura 13.2. Plano Longitudinal.
Figura 13.3. Plano coronal.
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Capítulo 13 | 167
más declives del paciente en posición de decúbito supino. La existencia de líquido libre 
se visualiza como una imagen anecoica que, en el contexto de un paciente politrauma-
tizado, se entiende como de naturaleza hemorrágica. Debe ser realizado en un tiempo 
óptimo de 2 minutos, y seguir el algoritmo de actuación propuesto (Figura 13.4). Se trata 
de un método rápido y no invasivo, que no requiere preparación previa del paciente para 
su realización ni la movilización del mismo.
• Debe tenerse en cuenta que el EFAST no es un estudio reglado y exhaustivo, ni está dise-
ñado para detectar lesión de órgano sólido o líquido libre en otras localizaciones (como 
retroperitoneo, por ejemplo).
• Para la realización de un protocolo EFAST se utiliza una sonda convex de baja frecuencia 
con el paciente en decúbito supino (obvio por las características del paciente ante el que 
nos encontramos). También puede utilizarse una sonda lineal para visualizar mejor la lí-
nea pleural y descartar neumotórax. Tras la valoración inicial del paciente, se exploran las 
cuatro áreas principales relacionadas con el FAST, así como la ventana torácica si se quiere 
realizar la extensión del FAST: 
 – Perihepática (receso hepatorrenal o espacio de Morrison): entre el riñón derecho 
y el hígado se encuentra este espacio virtual que se valora colocando la sonda a nivel 
de la línea axilar media derecha a la altura de las últimas costillas, realizando un corte 
coronal con el marcador orientado hacia la cabeza del paciente. Se deben visualizar 
ambos polos del riñón derecho (superior e inferior) y el diafragma, valorando la pre-
sencia de derrame pleural (que aparecería como una imagen anecoica).
 – Periesplénica (receso esplenorrenal): entre el riñón izquierdo y el bazo existe otro 
espacio virtual equivalente al anterior y que se valora situando la sonda a nivel de la 
línea axilar posterior por encima de las últimas costillas, con un corte coronal y con el 
marcador hacia la cabeza del paciente. En condiciones normales se observa el bazo, el 
espacio esplenorrenal y a continuación el riñón izquierdo. Ante la existencia de líquido 
libre a este nivel, este tiende a localizarse rodeando al bazo (en el espacio subdia-
fragmático) en lugar de localizarse en el propio receso, dando una imagen anecoica. 
Figura 13.4. Algoritmo de actuación tras EFAST.
TRAUMATISMO 
TORACOABDOMINAL
¿Estabilidad 
hemodinámica?
LAPAROTOMÍA si hemoperitoneo
TUBO DE TÓRAX si hemo/neumotórax
PERICARDIOCENTESIS si taponamiento
¿Estabilidad 
hemodinámica?
¿Criterios de alta 
energía?
OBSERVACIÓN 
EFAST SERIADOS
BUSCAR OTRAS 
CAUSAS
(retroperitoneo, 
pelvis, huesos 
largos)
EFAST
TC BODY
Positivo
NO
NO
NO
SÍ
SÍ
SÍ
Negativo
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
168 | Capítulo 13
En esta área también se puede valorar la presencia de derrame pleural izquierdo como 
una imagen anecoica tras el diafragma.
 – Pélvica (suprapúbica): con el transductor en posición transversal, el marcador a la 
derecha del paciente y justo por encima de la sínfisis del pubis inclinándolohacia 
abajo, se puede visualizar el peritoneo que recubre vejiga y recto (útero en mujeres). 
Para su correcta visualización, es necesario que la vejiga esté llena o con una cantidad 
de orina suficiente que sirva como ventana, por lo que se sugiere su llenado mediante 
una sonda de Foley si no hay contraindicación. Ante la presencia de líquido libre, este 
se localiza a los lados de la vejiga o en el espacio de Douglas.
 – Pericárdica (subxifoidea): evalúa la presencia o ausencia de derrame pericárdico 
traumático colocando la sonda (convex o sectorial) en posición subxifoidea y dirigién-
dola hacia el hombro izquierdo mediante un corte transversal, casi paralela al abdo-
men, con el marcador hacia la derecha del paciente. Se aprovecha el parénquima 
hepático como ventana acústica dada su excelente ecogenicidad y su situación justo 
bajo el corazón, permitiendo alcanzar con facilidad la cara inferior-derecha del mismo. 
En condiciones normales, el pericardio debe visualizarse como una línea hiperecogé-
nica que rodea al corazón. Un derrame pericárdico se verá como un espacio anecoico 
interpuesto entre el corazón y la línea del pericardio y su significación dependerá de 
la situación hemodinámica del paciente, la clínica del mismo y fisiopatológicamente la 
existencia de colapso diastólico del ventrículo derecho. 
 – Torácica: el conocido como FAST extendido o EFAST incluye, además, la exploración 
de los campos pulmonares anteriores y posteriores para valorar posible neumotórax 
y/o derrame pleural. Se describe más detalladamente en el apartado siguiente. 
 La evaluación ecográfica de un paciente politraumatizado debería comenzar por el 
descarte de neumo/hemotórax y luego realizar las vistas propias del FAST (para descar-
tar hemoperitoneo o derrame pericárdico). 
UTILIDAD DE LA ECOGRAFÍA PULMONAR EN LA MEDICINA DE URGENCIAS
• Aunque conceptualmente parece una disciplina bastante complicada (el aire es un obs-
táculo para los ultrasonidos), la utilización de la ecografía pulmonar ha sufrido un creci-
miento exponencial en los últimos años y prácticamente la totalidad de publicaciones que 
actualmente existen avalan la excelente precisión diagnóstica de la misma.
• Para la evaluación pleuropulmonar se usará una sonda convex de baja frecuencia para 
valorar el parénquima pulmonar y una sonda lineal de alta frecuencia para las estructuras 
más superficiales como la pleura. Se sugiere, además, desactivar por defecto todo sistema 
de supresión de artefactos de los que disponen los ecógrafos, dado que es precisamente 
la imagen basada en artefactos lo que vamos a analizar. 
• La posición inicial de la que se debe partir es colocando la sonda en un plano longitudinal 
en sentido cráneo-caudal, localizando dos costillas que servirán de guía para la identifica-
ción de la línea pleural. De esta forma, se obtiene el llamado signo del murciélago identi-
ficándose piel y tejido celular subcutáneo, una capa muscular, las costillas y la pleura.
 La base de la ecografía pulmonar es evaluar el movimiento pleural, así como el patrón que 
aparece en la profundidad de la línea pleural. 
• La línea pleural se visualiza como una línea hiperecogénica entre dos sombras poste-
riores originadas por dos costillas adyacentes. Siempre que el pulmón ventile y las pleu-
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Capítulo 13 | 169
ras tengan una relación fisiológica se observará un movimiento de vaivén (deslizamiento 
pleural o sliding) sincrónico a los movimientos respiratorios. Por tanto, si se objetiva des-
lizamiento pleural se puede asegurar que esa zona de pulmón está ventilada y no existe 
neumotórax o cualquier otra condición clínica que altere la relación fisiológica pleural. 
Aunque clásicamente se utilizaba el Modo M como parte de la exploración, actualmente 
está en desuso y no se recomienda, dada la nula información que aporta respecto al 
modo B.
• Si hay ausencia de ventilación en una zona pulmonar pero la relación de las pleuras es 
fisiológica, el deslizamiento pleural dejará de observarse aunque el movimiento de la 
pleura no desaparecerá del todo. Se verá la pleura moviéndose de forma pulsátil acorde a 
la frecuencia cardiaca por transmisión vibratoria mecánica (denominado pulso pulmonar).
• Se denomina patrón ecográfico a la unión de la imagen artefactual bajo la línea pleural 
y su distribución en la caja torácica. Los principales artefactos que pueden describirse son:
 – Líneas A: sucesión de líneas horizontales hiperecoicas, paralelas y similares a la pleura 
que se repiten de forma equidistante reproduciendo la distancia que hay desde la su-
perficie de la piel y esta (Figura 13.5). Su presencia confirma la existencia bajo la pleura 
de un parénquima donde predomina el aire. Típicamente las líneas A se observarán en 
un pulmón normal, pero también pueden encontrarse en situaciones de atrapamiento 
aéreo (EPOC, asma) o neumotórax.
 – Líneas B: originadas en la pleura y perpendiculares a esta, son un tipo de imagen en 
cola de cometa, hiperecogénicas que llegan hasta el final de la pantalla, tendiendo a 
borrar las líneas A (Figura 13.6). Se consideran patológicas en número de 3 o más y 
aparecen cuando la proporción de aire-materia en el parénquima pulmonar se disba-
lancea hacia la materia (pudiendo esta ser líquido o sólido). Es típica su presencia en la 
insuficiencia cardiaca o las afectaciones intersticiales.
 – Líneas Z: parecidas a las líneas B, son también imágenes en cola de cometa pero que 
se originan bajo la línea pleural y no se extienden hasta el final de la pantalla. Están 
presentes en pacientes sin enfermedad y son consideradas como fisiológicas.
Figura 13.5. Líneas A. Figura 13.6. Líneas B.
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
170 | Capítulo 13
Así, dependiendo de la distribución de dichas líneas en la caja torácica, podemos definir la 
presencia de un patrón u otro:
• Patrón A: presencia de líneas A en todas las áreas exploradas. Sugiere un pulmón normal, 
un TEP hiperagudo sin cambios estructurales en el pulmón, broncoespasmo (asma, EPOC) 
o neumotórax.
• Patrón B: líneas B difusas (sugieren ICC/EAP o fibrosis pulmonar si son simétricas; SDRA 
o neumonía intersticial si afectación parcheada) o focales si prevalecen las líneas A pero 
una zona concreta tiene líneas B (típico ante contusiones pulmonares, atelectasias o neu-
monías).
Igualmente, si una zona de parénquima pulmonar en contacto con la pleura pierde toda (o 
la mayor parte) de su aireación, visualizaremos una consolidación parenquimatosa mediante 
la presencia de una imagen pseudo-tisular (hepatización) con la presencia de broncograma 
aéreo en su interior. 
4.1. Neumotórax
• El signo principal del neumotórax es la abolición del movimiento pleural (ausencia de 
deslizamiento) pero, aunque este signo ecográfico tiene una especificidad en torno al 
96 %, no permitiría el diagnóstico, dado que hay que valorarlo en el contexto clínico 
del paciente. Otras condiciones como pleurodesis, enfermedades pleurales o intubación 
selectiva prolongada pueden también mostrar una línea pleural inmóvil. 
• Se evalúa con una sonda lineal en la parte del paciente menos declive gravitacionalmente 
(3º-4º espacio intercostal en línea media clavicular). Se asocia a la ausencia de líneas B y 
de deslizamiento pleural en el Modo B (Figura 13.7). 
¿DESLIZAMIENTO PLEURAL?
LÍNEAS B
NO NEUMOTÓRAX
NEUMOTÓRAX
NO
NO
NO
NO
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
PUNTO 
PULMÓN
PULSO 
PULMÓN
Figura 13.7. Algoritmo para el diagnóstico de neumotórax.
 Ecografía clínica en Urgencias y EmergenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 13 | 171
• La visualización de una imagen alternante entre deslizamiento pleural y ausencia se deno-
mina punto pulmonar. Fisiopatológicamente, constituye la visión ecográfica de la zona de 
transición entre la pleura adherida y despegada y marca el inicio del neumotórax, siendo 
específico al 100 % para su diagnóstico.Solo se buscará cuando la sospecha clínica sea 
de un neumotórax no completo y/o no a tensión. 
4.2. Derrame pleural
Visible en las zonas más declives con una sonda convex, el derrame pleural se aprecia como 
una zona anecoica bajo la línea pleural. La ecografía es capaz de detectar líquido a partir 
de 3-5 ml, a diferencia de lo que sucede con la radiografía convencional que necesita entre 
150-525 ml. Dependiendo del volumen del derrame, se puede incluso llegar a ver el pulmón 
atelectásico flotando (signo de la medusa o de la lengua). Con el paciente en decúbito su-
pino, se deben explorar ambos recesos (hepatorrenal y esplenorrenal) en busca de posible 
derrame. Con el paciente sentado o erguido, la ecografía va a permitir, además, localizar el 
mejor punto para la realización de una toracocentesis o valorar la cuantía y extensión del 
derrame localizando su punto más alto. Si se visualiza un derrame con ecos en su interior, 
se puede interpretar que se trata de un exudado (signo del plancton), al contrario de si se 
encuentra un derrame totalmente anecoico, el cual es más complicado de clasificar. También 
se puede valorar la presencia de tabiques o septos e incluso la presencia de líquido pleural 
purulento (empiema). Todo ello es fundamental para la buena planificación de una posible 
toracocentésis. 
4.3. Síndrome intersticial difuso y focal
Se produce ante un engrosamiento de los septos interlobulillares del parénquima, dando 
lugar a la aparición de líneas B. Se puede hablar de síndrome intersticial difuso cuando, 
mediante la división del tórax en 8 cuadran-
tes (Figura 13.8), existen 3 o más líneas B 
en al menos dos cuadrantes por hemitórax. 
Como se ha comentado anteriormente, es 
típico tanto en enfermedad crónica (fibrosis 
pulmonar) como en aguda (SDRA, ICA/EAP, 
neumonitis intersticial...). Si el número de 
cuadrantes afectados es menor y la distribu-
ción es unilateral, hablaríamos de un síndro-
me intersticial focal. 
VALORACIÓN ECOGRÁFICA DEL 
PACIENTE CON INSUFICIENCIA 
RESPIRATORIA AGUDA
• La disnea aguda supone todo un reto 
diagnóstico dadas las múltiples etiologías 
que pueden desencadenarla. Aunque 
clásicamente se ha propuesto para 
su diagnóstico el denominado BLUE 
Protocol (Bedside Lung Ultrasound 
Figura 13.8. Zonas a evaluar con ecografía 
pulmonar para la búsqueda de síndromes 
intersticiales.
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
172 | Capítulo 13
Emergency), dicho protocolo parece útil en un contexto clínico concreto y en pacientes 
críticos muy seleccionados (ingresados en UCI), pero según nuestra experiencia no es 
aplicable a los pacientes en Urgencias. 
• Todo paciente que va a ser sometido a una ecografía pulmonar tiene que partir de una 
correctísima historia clínica y exploración física, dado que nuestro objetivo será estrechar el 
diagnóstico diferencial llegando, en muchos casos, a un diagnóstico claro. Por tanto, todo 
diagnóstico que no haya sido contemplado en nuestro diferencial tras la aproximación 
tradicional al paciente con disnea será difícilmente corroborado u objetivado por la 
ecografía pulmonar. 
• Por tanto, teniendo en cuenta los elementos que se analizan en la realización de una 
ecografía pulmonar, se tendrá que aplicar una sistemática distinta dependiendo de la 
sospecha clínica inicial (Figura 13.9). 
APROXIMACIÓN A LA ECOCARDIOGRAFÍA CLÍNICA EN URGENCIAS
En el ámbito de las Urgencias y Emergencias, la posición por defecto del paciente será en 
decúbito supino y se utilizará una sonda sectorial de baja frecuencia (en su defecto y con lim-
itaciones, una sonda convex), con el marcador en el extremo superior derecho de la pantalla. 
Se explorarán las cuatro principales ventanas de acceso:
• Subxifoidea (subcostal), con el marcador hacia la izquierda del paciente, a nivel de epi-
gastrio y dirección hacia el hombro izquierdo, se utiliza el hígado como ventana acústica 
para visualizar el corazón con sus cuatro cavidades (derechas las más anteriores e izquier-
das las más posteriores). Es la misma ventana que se utiliza en el FAST para la valoración 
de derrame pericárdico.
Figura 13.9. Algoritmo de actuación ante disnea aguda.
DISNEA AGUDA
ESTABLECER SOSPECHA CLÏNICA
ENFERMEDAD PARENQUIMATOSANEUMOTÓRAX
DIFUSA FOCAL
¿Estabilidad 
hemodinámica?
8 ÁREAS 
PULMONARES
2 PUNTOS 
ANTERIORES 
DEL TÓRAX EXPLORAR 
ZONA DE 
DOLOR
EXTENDER EXPLORACIÓN 
EXPLORAR ZONA DE 
ANOMALÍA AUSCULTATORIA 
8 ÁREAS PULMONARES
2 PUNTOS 
ANTERIORES DEL 
TÓRAX (si no hay 
deslizamiento, 
buscar PUNTO 
PULMÓN hacia lateral)
¿Tiene dolor 
pleurítico?
RECESO COSTOFRÉNICO 
POSTERIOR
Sonda Lineal
Sonda Cónvex Sonda Cónvex
DERRAME PLEURAL
Historia clínica y exploración 
físicas adecuadas
SÍ
SÍ
NO
NO
 Ecografía clínica en Urgencias y EmergenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 13 | 173
• Paraesternal, está situada aproximadamente en el 4º-5º espacio intercostal izquierdo. Según 
cómo se oriente la sonda con respecto a los ejes teóricos del corazón, se divide a su vez en: 
 – Paraesternal eje largo: una línea imaginaria que va desde el hombro derecho hasta la 
cadera izquierda. Se logra con la sonda en la ventana paraesternal y orientando el mar-
cador hacia el hombro derecho. Permite valorar las cavidades izquierdas (básicamente 
aurícula y ventrículo izquierdo, válvula mitral, tracto de salida de la aorta y la válvula 
de esta).
 – Paraesternal eje corto: partiendo del eje largo, se gira la sonda 90 grados hacia el 
hombro izquierdo del paciente y logra visualizarse el ventrículo izquierdo en forma de 
rosquilla. Según hacia dónde se dirija el haz, pueden obtenerse diferentes cortes que, 
de apical a basal, permitirán visualizar los músculos papilares, las cuerdas tendinosas y 
la válvula mitral cortada a su través y dando la típica imagen en “boca de pez”.
• Apical: partiendo del eje corto, se inclina ligeramente la sonda hacia el hombro derecho 
y se desliza hasta el punto que, por palpación, se perciba el máximo impulso cardiaco 
(generalmente, bajo la mamila izquierda en varones y en el pliegue mamario en mujeres). 
Se pueden identificar las cavidades derechas (a la izquierda de la pantalla) y las izquierdas 
(a la derecha de la misma).
Para la valoración rápida y global de la función cardiaca con un ecocardiograma básico, se 
deben explorar principalmente la contractilidad del ventrículo derecho (estimación visual de 
la fracción de eyección), si existe o no derrame pericárdico (descartar taponamiento cardiaco) 
y valorar el tamaño del ventrículo izquierdo (relación normal 3:2 con el ventrículo derecho; 
su aumento agudo sugerirá sobrecarga del mismo y se debe pensar, por ejemplo, en TEP). 
APROXIMACIÓN ECOGRÁFICA AL PACIENTE CON SHOCK. 
PROTOCOLO RUSH
Un paciente en situación de inestabilidad hemodinámica supone en la mayoría de las oca-
siones un gran reto para todo responsable de la atención médica de dicho paciente. Para 
valorar el sistema cardiovascular de un paciente en shock a la cabecera del mismo se utiliza 
el protocolo RUSH (Rapid Ultrasound in Shock). Evalúa los tres principales elementos que lo 
componen (corazón, volemia y vasos) en tres pasos:
1. Corazón (“la bomba”): realizando una visualización ecocardiográfica como se expuso en 
el apartado anterior.
2. Volumen intravascular efectivo o volemia (“el depósito”): fundamental para saber 
si el paciente se ha de beneficiar o no del aporte de fluidos o, por el contrario, existe 
sobrecarga de los mismos. Valora el volumen intravascular efectivo de forma no invasiva 
según el tamaño de la vena cava inferior (VCI) y su colapso según la dinámica respiratoria. 
Colocando la sonda en la región epigástrica en un eje longitudinal sobre la VCI y orien-
tada ligeramente hacia craneal, se puede obtener una estimación de la presión venosa 
central (PVC) atendiendo al diámetro espiratorio de la VCI y al índice de colapsabilidad de 
la misma. Pero la verdadera utilidad práctica en Urgencias va a ser la detección de situa-
cionesextremas (colapso total) para identificar escenarios de inestabilidad hemodinámica 
que requieran un aporte intensivo de líquidos intravenosos. Seguidamente, se valorarán 
las posibles pérdidas de volumen realizando un EFAST para descartar sangrado interno o 
extravasaciones patológicas como abscesos, derrame pleural o ascitis.
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
174 | Capítulo 13
3. Sistema vascular arterial y venoso (“las tuberías”): permite valorar de forma rápi-
da la aorta en sus trayectos torácico y abdominal (básicamente para descartar posibles 
aneurismas o disecciones midiendo su calibre en diferentes puntos) y el sistema venoso 
de miembros inferiores (descartar posible TVP, que se detalla más adelante). Para la va-
loración de la aorta, se realizan varios cortes transversales a diferentes niveles a lo largo 
de su trayecto: desde la salida del ventrículo izquierdo hasta la bifurcación de las ilíacas 
a nivel umbilical (con especial atención a nivel infrarrenal que es donde se localizan con 
más frecuencia los aneurismas). También es conveniente realizar un corte longitudinal 
para visualizar la morfología aórtica en su eje mayor. Se utiliza una sonda convex de baja 
frecuencia, localizando un cuerpo vertebral en un corte transversal (se ve como una se-
micurva convexa hiperecoica y con sombra posterior) y dos estructuras vasculares: aorta 
(redonda y más centrada) y cava inferior (con forma de lágrima y más lateralizada a la 
derecha del paciente). Una dilatación aórtica superior a 3 cm o a 1,5 cm en el caso de las 
ilíacas (medido de pared externa a pared externa incluyendo un posible trombo mural si 
lo hubiese) definiría un aneurisma.
APLICACIÓN DE LA ECOGRAFÍA EN LA PARADA 
CARDIORRESPIRATORIA
Aplicando las técnicas ecográficas anteriormente descritas, se puede tener una orientación 
diagnóstica en el caso concreto de la rama del algoritmo de ritmos no desfibrilables de para-
da cardiorrespiratoria (PCR). Hay que recordar que la evaluación de una actividad eléctrica 
sin pulso requiere realizar el diagnóstico diferencial de sus causas tratables (Hs y Ts) y tiene 
gran complejidad en condiciones habituales. La introducción de una vista ecocardiográfica 
subxifoidea durante las pausas de comprobación de pulso permite un análisis en un tiem-
po reducido, el reconocimiento de patrones concretos e iniciar un enfoque terapéutico de 
inmediato. 
Los patrones que debemos visualizar son los siguientes: 
• Patrón de cor pulmonale agudo: dilatación de cavidades derechas con signos de hiper-
presión (movimiento paradójico del septo interventricular hacia el VI).
• Patrón de taponamiento: presencia de derrame pericárdico con colapso diastólico de 
cavidades derechas. 
• Patrón de shock cardiogénico: presencia de hipocinesia generalizada o afectación de un 
segmento muy extenso de la pared del VI.
• Patrón de hipovolemia/distributivo: sensación visual de “ventrículos vacíos”, con hi-
percinesia e hiperdinamia.
APLICACIÓN ECOGRÁFICA AL PACIENTE CON TROMBOSIS VENOSA 
PROFUNDA (TVP): ECOGRAFÍA DE COMPRESIÓN
• Hasta el 90 % de los tromboembolismos pulmonares están causados por una TVP subya-
cente, por lo que supone un muy mal pronóstico su no diagnóstico. La ecografía cuenta 
con una muy alta sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de este síndrome clínico 
en territorios venosos proximales. En zonas distales al hueco poplíteo, la ecografía pierde 
su rentabilidad.
 Ecografía clínica en Urgencias y EmergenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 13 | 175
• Dado que se van a explorar estructuras poco profundas, se utiliza una sonda lineal de alta 
frecuencia con el paciente en decúbito supino y la pierna y la rodilla en ligera flexión con 
abducción de la cadera (dejando expuesto el hueco poplíteo y la zona de los vasos fe-
morales). Una vez localizados los vasos (se puede utilizar el Doppler para diferenciar vena 
frente a arteria), la técnica se basa en la compresión de los mismos, sabiendo que si una 
vena es permeable se producirá el colapso completo de su pared al ejercer presión sobre 
ella (la arteria mantendrá su calibre). Al contrario, ante la presencia de un trombo en el 
interior de una vena, esta no será colapsable o lo será solo parcialmente. No es necesario 
identificar material ecogénico en el interior del vaso, ya que un trombo reciente puede no 
tener ecogenicidad.
APORTACIÓN DE LA ECOGRAFÍA EN LA REALIZACIÓN DE TÉCNICAS
1. VÍA AÉREA (INTUBACIÓN Y CRICOTIROIDOTOMÍA)
El control y aseguramiento de la vía aérea en el ámbito de Urgencias supone una destreza 
fundamental de su cuerpo doctrinal y no siempre es tarea fácil. Muchas veces hay pacientes 
con traumatismos cervicales, heridas o hematomas que hacen especialmente complicada la 
inspección o palpación para realizar una correcta instrumentalización externa. La ecografía 
sirve en estos escenarios para evaluar la vía aérea, predecir una vía aérea difícil en pacientes 
con cuello desfavorable, localizar estructuras y facilitar procedimientos como la intubación 
o la cricotiroidotomía. 
Se utiliza una sonda lineal de alta frecuencia por tratarse de estructuras la mayoría bastante 
superficiales. El plano transversal es ideal para valorar la tráquea, calcular su diámetro, elegir 
el tamaño del tubo endotraqueal que se va a utilizar (idealmente en intubaciones pediátricas) 
así como detectar una intubación fallida o esofágica. Con el plano longitudinal se valora la 
localización de los anillos traqueales y la membrana cricotiroidea. 
2. ACCESOS (CANALIZACIÓN DE VÍAS CENTRALES)
Gracias al uso extensivo de la ecografía para la realización de técnicas, se ha conseguido 
una notable disminución de las complicaciones asociadas. La mayoría de los procedimientos 
van a realizarse en condiciones de esterilidad, con una sonda lineal con funda estéril y gel 
estéril para la superficie de la piel. La realización de la técnica puede llevarse a cabo de forma 
ecofacilitada o ecoguiada. La primera permite marcar sobre la piel el punto de punción y, 
posteriormente y de forma ciega, proceder al mismo. Será el punto libre de vasos o masas 
a evitar o que contenga más cantidad de líquido (útil en paracentesis, por ejemplo). Con 
el método ecoguiado, la ecografía ayudará en todo momento durante la realización del 
procedimiento visualizándose la aguja y la estructura a puncionar en tiempo real. Una vez 
concluida la técnica, la ecografía permite además descartar las posibles complicaciones más 
comunes (como neumotórax o hemotórax) y comprobar la localización del catéter.
3. APROXIMACIÓN A LA ECOGRAFÍA BILIAR
Es indudable y nada despreciable la prevalencia que supone el dolor en hipocondrio derecho 
como motivo de consulta en los servicios de Urgencias. Aquí de nuevo, la ecografía es una 
herramienta sumamente rentable sobre todo para diferenciar el diagnóstico de colecistitis o 
colelitiasis, algo que clínicamente en ocasiones no es fácil. 
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIASMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
176 | Capítulo 13
Se utiliza una sonda convex de baja frecuencia, con el marcador apuntando hacia la derecha 
del paciente y se recorre el reborde costal derecho desde el apéndice xifoides, apuntando ha-
cia el hombro derecho aproximadamente. La vesícula biliar se localiza bajo el lóbulo hepático 
derecho, en estrecha relación con la vena porta. Se puede facilitar su localización y valoración 
si el paciente realiza una inspiración profunda mantenida, ya que ello hace descender el 
hígado y la vesícula por debajo del reborde costal.
Si hay litiasis, esta se verá como una imagen hiperecogénica dentro de la vesícula y con som-
bra acústica posterior, diferenciándose de los pólipos en que estos no cambian de posición 
si lo hace el paciente. Se dice que la pared de la vesícula está inflamada si su espesor es su-
perior a 3 mm (teniendo siempre en cuenta el estado prandial del paciente, ya que la pared 
de una vesícula vacía está engrosada aunque no haya inflamación).Un signo de Murphy 
ecográfico positivo será considerado cuando, una vez localizada la vesícula, se realice presión 
con el transductor directamente sobre ella y el paciente presente evidente dolor. Si se aprecia 
un halo anecoico alrededor de la vesícula, se debe pensar en líquido perivesicular (sugestivo 
de mayor inflamación) y proceder a la realización de un FAST para hacer diagnóstico diferen-
cial con la presencia de líquido libre peritoneal. 
La existencia de litiasis junto con engrosamiento de la pared y Murphy ecográfico positivo, 
independientemente de otros hallazgos clínicos (leucocitosis, fiebre...), tiene hasta un 95 % 
de valor predictivo positivo para colecistitis.
BIBLIOGRAFÍA
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