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SOPORTE VITAL - ACTUACION EN URGENCIAS

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MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 18 | 205
SOPORTE VITAL. 
ACTUACIÓN 
EN URGENCIAS
INTRODUCCIÓN
• La parada cardiorrespiratoria (PCR) es una de las principales causas de muerte en Europa.
Se estima que en España se producen 22.300 a nivel hospitalario y según los últimos
datos del Registro Español de Parada Cardiaca Extrahospitalaria/Out-of-Hospital Spanish
Cardiac Arrest Registry (OHSCAR), referidos al corte de 2017-2018, la incidencia del re-
gistro fue de 23,3 episodios por cada 100.000 habitantes.
• Aproximadamente el 60 % de las PCR del adulto en el ámbito extrahospitalario son de
origen cardiológico, fundamentalmente por enfermedad coronaria. Es muy probable que
muchas de las víctimas presenten fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricular (TV), 
siendo potencialmente reversibles mediante desfibrilación. La eficacia de esta alcanza casi 
el 90 % en el primer minuto, mientras que las posibilidades de un desenlace exitoso dis-
minuyen un 10-12 % por cada minuto de retraso de las maniobras de RCP. La superviven-
cia es mayor en aquellas víctimas de PCR en las que los testigos actúan inmediatamente
mientras la FV aún está presente.
CONCEPTOS
• Parada cardiorrespiratoria (PCR): situación clínica en la que existe una interrupción
brusca, inesperada y potencialmente reversible de la circulación y la respiración espontá-
neas. Si esta situación no se revierte en los primeros minutos, desembocará en la muerte
biológica por hipoxia tisular. En los adultos, la etiología más frecuente es cardiológica,
mientras que en los niños es respiratoria.
• Resucitación cardiopulmonar (RCP): conjunto de maniobras que sustituyen la respira-
ción y la circulación espontáneas con el objetivo de revertir la PCR.
– Básica: se realiza sin ningún material, excepto dispositivos de barrera. La puede realizar 
cualquier persona, no necesariamente sanitaria.
– Instrumental: se realiza con material de soporte de la vía aérea no invasivo (cánulas
orofaríngeas, mascarillas laríngeas, dispositivos supraglóticos, entre otros).
– Avanzada: conjunto de técnicas destinadas a proporcionar un tratamiento definitivo
a las PCR, optimizando la sustitución de las funciones respiratoria y circulatoria hasta
que estas se recuperen. Lo realiza personal especializado.
• Soporte vital: secuencia ordenada de acciones que deben llevarse a cabo en una situa-
ción inminente o efectiva de PCR, a fin de evitarla o de tratarla si ya se ha producido.
Soporte vital. Actuación en Urgencias
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
206 | Capítulo 18
CADENA DE SUPERVIVENCIA 
Las intervenciones que contribuyen a un resultado exitoso después de una PCR conforman la 
llamada “cadena de supervivencia” (Figura 18.1). La mortalidad y secuelas disminuyen si se 
mejora la respuesta asistencial. CADENA DE SUPERVIVENCIA:
1. Reconocimiento precoz y pedir ayuda. 
2. RCP precoz: las compresiones torácicas y la ventilación de la víctima disminuyen la veloci-
dad de deterioro del cerebro y del corazón. 
3. Desfibrilación precoz: si está indicada. 
4. Cuidados postresucitación: la calidad del tratamiento en este periodo influye en el pro-
nóstico final del paciente. 
SECUENCIA DE ACTUACIÓN EN EL SOPORTE VITAL
1. GARANTICE LA SEGURIDAD DEL PERSONAL 
Asegúrese de que el medio que les rodea es seguro. Póngase guantes tan pronto como sea 
posible. 
2. COMPRUEBE EL NIVEL DE CONSCIENCIA Y LA RESPUESTA 
Agitar suavemente los hombros y preguntar en voz alta: “¿Está bien?”.
2.1. Sí responde: 
•	 Es necesaria una valoración médica urgente. Solicite ayuda.
•	 Evalúe al paciente utilizando el abordaje ABCDE: vía Aérea, Respiración, Circulación, Dis-
capacidad, Exposición. 
•	 Administre oxígeno al paciente, guiándose con el pulsioxímetro.
•	 Monitorice signos vitales: al menos pulsioximetría, ECG y presión arterial. 
•	 Obtenga acceso venoso (si fuese posible). 
2.2. No responde: 
•	 Pida ayuda si aún no lo ha hecho.
•	 Coloque al paciente en decúbito supino. 
Figura 18.1. Cadena de supervivencia.
CADENA DE SUPERVIVENCIA
 Soporte vital. Actuación en UrgenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 18 | 207
•	 Abra la vía aérea (Figura 18.2): si la obstrucción de la vía aérea pone en riesgo la vida 
a pesar de la aplicación correcta de las maniobras anteriormente nombradas, inicie la 
extensión de la cabeza en pocos grados de forma progresiva hasta que la vía aérea esté 
abierta. La vía aérea permeable, con adecuada oxigenación y ventilación, es prioritario 
sobre una posible lesión cervical.
3. COMPRUEBE LA VENTILACIÓN
Manteniendo la vía aérea abierta: ver – oír – sentir si respira con normalidad (una boqueada 
ocasional o respiración lenta, ruidosa o dificultosa no es normal). Debe ser una valoración 
rápida, menos de 10 segundos. 
3.1. Sí respira: 
Valorar posición lateral de seguridad (posición de recuperación) (Figura 18.3). 
3.2. No respira:
•	 Si tiene experiencia en valorar enfermos críticos: compruebe la circulación.
•	 Si no: inicie maniobras de RCP. 
4. COMPRUEBE SI HAY SIGNOS DE CIRCULACIÓN 
Incluyendo signos de vida (movimientos voluntarios o tos) y palpación de pulso central (caro-
tídeo), solo si es personal entrenado. No debe llevar más de 10 segundos.
4.1. Tiene signos de circulación: 
Está en parada respiratoria (no respira, pero tiene pulso) " ventile.
•	 Ventile los pulmones administrando el volumen necesario para que el tórax se eleve de 
forma visible con una duración de 1 segundo y compruebe el pulso cada 10 respiraciones 
(cada minuto aproximadamente). 
•	 Necesita valoración médica urgente. Todos los pacientes en parada respiratoria evolucio-
nan a parada cardiaca si no es tratada rápida y eficazmente. 
•	 SI existe cualquier duda sobre la presencia de pulso, comience compresiones torácicas 
inmediatamente hasta que llegue ayuda más experimentada. 
Figura 18.2. Maniobras de apertura de la vía aérea: maniobra frente-mentón y maniobra de tracción.
MANIOBRA FRENTE-MENTÓN: 
apoye una mano en la frente del 
paciente y con la otra haga tracción 
de la mandíbula hacia arriba y hacia 
delante, con los dedos índice y medio, 
consiguiendo la hiperextensión de la 
cabeza y la apertura de la vía aérea.
Si se sospecha lesión vertebral 
cervical asociada, como en el caso 
de un paciente politraumatizado, 
se debe realizar la MANIOBRA 
DE TRACCIÓN MANDIBULAR o 
elevación del mentón en combinación 
con la estabilización-alineamiento 
manual de la cabeza y el cuello con 
un ayudante. 
Maniobra frente-mentón
Posición neutra
Maniobra de tracción mandibular
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
208 | Capítulo 18
4.2. No tiene signos de circulación: 
Está en parada cardiorrespiratoria (ni respira ni tiene pulso) " inicie RCP (30 compresiones: 
2 ventilaciones). Envíe a un compañero a pedir ayuda, solicite equipo de resucitación y un 
desfibrilador. Si está solo, deje al paciente para conseguir ayuda y equipamiento. 
Compresiones torácicas: 
•	 La posición correcta de las manos es en el centro del pecho, en la mitad inferior del es-
ternón. Se coloca el talón de una de las manos y la otra sobre ella, con los brazos rectos 
y perpendiculares al cuerpo del paciente.
•	 Asegure compresiones de alta calidad: con una frecuencia de 100-120 compresiones por 
minuto, con una profundidad de 5 cm, pero no más de 6 cm, permitiendo que el tórax se 
reexpanda por completo después de cada compresión.
•	 Reducir al mínimo las interrupciones en las compresiones. 
•	 Si existe más de un reanimador, se deben cambiar cada 2 minutos o antes si está cansado 
para asegurar compresiones torácicas de calidad. 
Ventilaciones: 
•	 Coloque la cánula orofaríngea (Guedel) para mantener permeable la vía aérea. Se elige la 
que tenga longitud similar a la distancia entre el ángulo de la mandíbula y los incisivos. Se 
realiza la maniobra frente-mentón, se abre la boca, se comprueba que no existen cuerpos 
extraños y se introduce la cánula con la concavidad hacia el paladar,deslizándola hasta 
introducir la mitad; después se gira 180° mientras se sigue avanzando hacia la faringe, 
hasta hacer tope con la parte proximal de la cánula en los dientes.
•	 Optimice la ventilación con mascarilla y balón autohinchable con reservorio, conectán-
dolo a una fuente de oxígeno a 15 litros/min. Realice un correcto sellado de la mascarilla 
colocando la parte más estrecha en la pirámide nasal, sujetando con los 2 primeros dedos 
la mascarilla y con los tres últimos traccione la mandíbula; con la otra mano insuflaremos 
el aire con el balón autohinchable. 
Figura 18.3. Posición de recuperación (“posición lateral de seguridad”). Adaptado de European Resusci-
tation Council, 2005.
 Soporte vital. Actuación en UrgenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 18 | 209
•	 La intubación orotraqueal solo debería realizarse por personal entrenado.
•	 Una vez que el paciente está intubado, continúe con las compresiones torácicas ininte-
rrumpidamente (excepto para las desfibrilaciones y las comprobaciones de pulso) a 100-
120 compresiones/min y ventile los pulmones aproximadamente a 10 respiraciones/min 
(1 cada 6 segundos), con un tiempo inspiratorio de aproximadamente 1 segundo. Evite 
la hiperventilación. 
•	 Se deberá emplear la capnografía con forma de onda para confirmar la intubación oro-
traqueal, monitorizar la frecuencia respiratoria y la calidad de la RCP y para identificar 
potencialmente el retorno de la circulación espontánea (RCE). 
5. COLOQUE EL MONITOR/DESFIBRILADOR O UN DESFIBRILADOR EXTER-
NO AUTOMATIZADO (DEA) cuando se disponga de él 
Aplique los parches autoadhesivos bajo la clavícula derecha y el costado izquierdo, en la 
posición V6 en la línea medioaxilar, mientras continúa con las compresiones (Figura 18.4).
Haga una pausa rápida para que el DEA analice el ritmo, existiendo dos situaciones posibles.
5.1. Ritmos desfibrilables: fibrilación ventricu-
lar (FV)/taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) 
(Figura 18.5)
1. Administrar una descarga: si el desfibrilador es 
monofásico la energía es de 360 Julios (J), si es 
bifásico a 150-200 J. 
2. Continuar las maniobras de RCP inmediatamente 
sin reevaluar el pulso. 
3. A los 2 minutos, reevaluar: se mantiene sin pulso 
con ritmo desfibrilable " administrar segunda 
descarga: 360 J en monofásicos, 150-200 J en 
bifásicos.
4. Reiniciar maniobras de RCP inmediatamente, sin 
reevaluar el pulso. 
5. A los 2 minutos, reevaluar: persiste en ritmo desfi-
brilable " administrar tercera descarga: 360 J en 
monofásicos, 150-360 en bifásicos. 
6. Reiniciar maniobras de RCP inmediatamente y administrar 1mg i.v./i.o. de adrenalina y 
amiodarona 300 mg i.v./i.o. mientras se realiza RCP durante otros 2 minutos. En caso de 
Figura 18.4. Colocación de los parches 
del desfibrilador externo automatizado 
(DEA).
Figura 18.5. Algoritmo de actuación en ritmos desfibrilables.
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
210 | Capítulo 18
no disponer de amiodarona se puede administrar como alternativa Lidocaína 1-1,5 mg/
kg i.v./i.o. Nunca administrar las dos. 
•	 Posteriormente, administre adrenalina 1mg i.v./i.o. cada 3-5 minutos.
•	 Repetir esta secuencia: 2 minutos de RCP – comprobación de ritmo/pulso – desfibrilación 
si la FV/TVSP persiste. 
•	 Si la TV/FVSP es refractaria a descargas, se puede administrar una nueva dosis de amioda-
rona 150 mg i.v./i.o. o lidocaína 0,5-0,75 mg i.v./i.o. después de la 4ª descarga. 
•	 El intervalo entre el cese de las compresiones y la administración de una descarga debe 
reducirse al mínimo y no debería exceder los 2 segundos. 
•	 Si en alguna de las reevaluaciones el ritmo no es desfibrilable, cambiar de algoritmo 
(opción B). 
•	 Si existe cualquier duda sobre si el ritmo es asistolia o FV muy fina, no intente desfibrilar: 
continúe con las compresiones y la ventilación. 
5.2. Ritmos no desfibrilables: asistolia/actividad eléctrica sin pulso (AESP) (Figura 
18.6)
1. Comience maniobras de RCP.
2. Administre 1 mg de adrenalina i.v./i.o. en cuanto sea posible.
3. Reevalúe el ritmo cada 2 minutos:
•	 Si observa actividad eléctrica organizada, compruebe si hay pulso o signos de vida. Si lo 
hay, comience con cuidados la postresucitación. 
•	 Si no hay pulso y/o signos de vida, continúe con la RCP y reevalúe cada 2 minutos. Admi-
nistre dosis ulteriores de adrenalina 1mg i.v./i.o. cada 3-5 minutos.
CAUSAS REVERSIBLES
Durante la reanimación es fundamental plantearse las causas potenciales o factores agravan-
tes, para los cuales existe un tratamiento específico (Tabla 18.1).
CANALIZACIÓN VÍAS DE ACCESO (Tabla 18.2)
•	 Vía periférica: de elección, más fácil, rápida y segura, preferentemente antecubital y 
como alternativa yugular externa. La inserción de un catéter venoso central requiere la 
interrupción de la RCP y se asocia a varias complicaciones potenciales. 
•	 Vía intraósea: segunda elección (puntos tibial y humeral, de fácil acceso). 
Figura 18.6. Algoritmo de actuación en ritmos no desfibrilables.
Primer ritmo 
monitorizado NO 
desfibrilable
RCP 30:2 
Vía venosa/intraósea 
Preparación de fármacos
Intubación
Adrenalina 1 mg Adrenalina 1 mg Adrenalina 1 mg
Considere 4H y 4T
 Soporte vital. Actuación en UrgenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 18 | 211
Causas reversibles de PCRTabla 18.1.
Las 4 H Las 4 T
• Hipotermia • Taponamiento cardiaco
• Hipoxia • Trombosis: pulmonar o coronaria
• Hipovolemia • NeumoTórax a Tensión
• Trastornos Hidroelectrolíticos: • Tóxicos
 Hipo/Hiperkaliemia, Hipo/Hiperglucemia
Fármacos de uso en la RCPTabla 18.2.
Fármaco
Adrenalina
Amiodarona
Lidocaína
Atropina
Bicarbonato
Cloruro
cálcico
Sulfato de 
magnesio
Naloxona
Descripción
Vasopresor
Antiarrítmico 
clase III
Antiarrítmico 
clase Ib
Cronotropo 
positivo
Tamponador
Ion
Ion
Antagonista 
opiáceos
Indicación
• Asistolia/AESP: desde 
el inicio.
• TV/TVSP: tras 3ª 
descarga.
• FV/TVSP: tras 3ª 
descarga.
Si no dispone de 
amiodarona, no 
dar si ha recibido 
amiodarona.
Bradicardia 
sintomática.
Hiperpotasemia grave.
Acidosis metabólica 
grave (pH < 7,1).
Intoxicación tricíclicos.
Hipocalcemia.
Hiperpotasemia.
Intoxicación 
betabloqueantes/
calcioantagonista
Hipomagnesemia.
Torsade de pointes.
Intoxicación digitálica.
Intoxicación por 
opiáceos.
Vida media menor que 
los opiáceos, vigilar 
rebote.
Presentación
1 amp: 1 mg
1 amp: 150 mg/3 ml
1 amp: 150 mg/5 ml
1amp: 1 mg/1 ml
1 amp 1 M: 
10 mEq/10 ml
1 amp 1/6 M: 
41,5 mEq/250 ml
1 amp: 6,8 mmol 
Ca/10 ml
1 amp: 1,5 g/10 ml
1 amp: 0,4 mg/1 ml
Dosis
1 mg/3-5 min
Bolo: 300 mg
Dosis extras: 
150 mg
Perfusion: 
900 mg/24 h
1-1,5 mg/kg
Cada 5-10 min
Max: 3 mg/kg
0,5mg en bolo 
hasta 3mg.
Bolo de 
40-50 mEq
1 amp en bolo 
rápido
Repetir dosis en 
10 min
1,5-2 g en 1-2 
min
Repetir en 10 
min
0,01 mg/kg
Repetir cada 
5 min hasta 3 
veces
RCP: reanimación cardiopulmonar; AESP: actividad eléctrica sin pulso; TV: taquicardia ventricular; TVSP: taquicardia ventri-
cular sin pulso; FV: fibrilación ventricular; Max: máximo.
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
212 | Capítulo 18
CUIDADOS POSTRESUCITACIÓN
El objetivo es devolver a los pacientes a su estado de función cerebral normal, establecer y 
mantener un ritmo cardiaco estable y una función hemodinámica normal.
1. Vía aérea y ventilación:
•	 Se recomienda el uso de capnografía para confirmar y vigilar de forma continua la posi-
ción del tubo traqueal, así como la calidad de la RCP. 
•	 Evitar la hiperoxemia tras la recuperación de la circulación espontánea (RCE). Mantener la 
saturación de oxígeno en torno a 94-98 %. 
2. Corazón y sistema cardiovascular:
•	 Es fundamental un ecocardiograma precoz para valorar la disfunción miocárdica. 
•	 La monitorización hemodinámica invasiva podría ayudar a guiar el tratamiento en cuanto 
a la resucitación con fluidos y al uso de inotrópicos y vasopresores. 
3. Optimización de la recuperación neurológica:•	 Sedación: no existen datos que apoyen un periodo definido de sedación, relajación mus-
cular y ventilación. Los pacientes precisan estar bien sedados durante el tratamiento con 
hipotermia terapéutica. Los fármacos de acción corta permitirán una valoración neuro-
lógica más precoz. 
•	 Control de las convulsiones: ocurren en un 5-15 % de los que consiguen RCE y en el 
10-40 % de los pacientes comatosos. Se tratan con valproato, levetiracetam, fenitoína, 
propofol, benzodiacepinas o barbitúrico. No de forma profiláctica. 
•	 Control de la glucosa: existe una fuerte asociación entre las hiperglucemias en el síndro-
me postparada y el mal pronóstico neurológico. Asimismo, la hipoglucemia grave se aso-
cia con un aumento de la mortalidad de los pacientes críticos. Se recomienda mantener 
niveles de glucemia entre 80-140 mg/dl, evitando valores > 180 mg/dl. 
•	 Control de la temperatura: Trate la hipertermia con antipiréticos y considere el enfria-
miento activo. La hipotermia moderada (34-36 °C) es una medida neuroprotectora. 
4. Valoración adicional: 
Analítica con: bioquímica, hemograma, coagulación y gasometría arterial; ECG; radiografía 
de tórax; ecocardiografía; tomografía computarizada craneal. 
INDICACIONES DE RCP (Figura 18.7)
Se deben iniciar maniobras de RCP siempre ante un paciente en PCR excepto en los siguien-
tes casos:
1. Si el paciente presenta signos de muerte biológica (livideces, etc.).
2. Si es consecuencia de la evolución de una enfermedad irreversible con mal pronóstico a 
corto plazo o si ha expresado su deseo de no ser reanimado. 
3. Si el paciente lleva más de 10 minutos en PCR sin que se hayan iniciado maniobras de 
SVB, salvo en situaciones de menor riesgo de daño cerebral ante la hipoxia prolongada 
(intoxicación barbitúrica, ahogamiento o hipotermia). 
4. En caso de que existan víctimas múltiples, no se realizará RCP a un paciente si existe otro 
paciente en situación crítica con mayor probabilidad de supervivencia. 
5. Si el inicio de las maniobras de RCP supone un riesgo vital para el reanimador. 
 Soporte vital. Actuación en UrgenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 18 | 213
SUSPENSIÓN DE LA RCP
1. Si mientras se realizan las maniobras de RCP se informa de que la PCR fue consecuencia 
de la evolución final de una enfermedad incurable. 
2. Si se nos informa de que el paciente lleva más de 10 min en PCR antes de comenzar las 
maniobras de RCP, excepto en las situaciones comentadas anteriormente.
3. Si el intervalo entre el inicio de la RCP básica y la avanzada es > 30 min.
4. Si se recupera la ventilación y circulación espontáneas. 
5. Si solo existe un reanimador y este queda exhausto.
RECOMENDACIONES RCP EN PACIENTES CON SOSPECHA O INFECCIÓN 
CONFIRMADA POR COVID-19
La situación creada por la pandemia COVID-19 ha generado nuevos escenarios que requieren 
modificaciones de los protocolos habituales de RCP. Seguiremos recomendaciones publicadas 
por el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP) del 24 de abril de 2020 y 
por la SEMICYUC en mayo de 2020 para pacientes con infección por COVID-19 sospechada 
o confirmada que sufran una PCR intentando minimizar su exposición a virus de la COVID-19. 
Figura 18.7. Algoritmo RCP.
RCP: reanimación cardiopulmonar; FV: fibrilación ventricular; TVSP: taquicardia ventricular sin pulso; PCR: parada 
cardiorrespiratoria; AESP: actividad eléctrica sin pulso.
Compruebe la respuesta
Análisis de ritmo
Active equipo parada
Inicie RCP 30:2
Coloque desfibrilador
Aparte al personal. 
Análisis de ritmo
Ritmo desfibrilable 
(FV/TVSP)
Administre 1 
descarga
Reinicie RCP 
durante 2 min
Reinicie RCP 
durante 2 min
Recuperación de la 
circulación espontánea
Tratamiento 
inmediato post- 
RCP
Ritmo NO 
desfibrilable 
Asistolia/AESP
No respira o la respiración es anormal
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
214 | Capítulo 18
Adaptación del algoritmo de SVA para pacientes con sospecha o infección confir-
mada por COVID-19
La atención de un paciente en PCR implica una generación de aerosoles y, por ello, una 
probabilidad de transmisión del virus alta. Al esquema de primera valoración del paciente 
se le añade una primera “D” (D-ABCDE), de “Danger”, haciendo referencia a la exposición 
a un peligro. 
1. ¿Existen órdenes de no reanimación?
En la situación de pandemia en la que la demanda asistencial puede superar el límite de la 
capacidad habitual de algunos centros, se hace prioritario insistir en el triaje al ingreso. Se ha 
propuesto un modelo de prioridad de asistencia en función de la capacidad de supervivencia 
de la persona según la situación clínica, comorbilidad y disponibilidad de recursos. Se debe 
dejar constancia en la historia clínica del paciente las órdenes de no reanimación como pla-
nificación de estrategia de cuidados. 
2. Vestir el equipo de protección individual ANTES de evaluar y socorrer al paciente. 
Antes de iniciar cualquier maniobra de reanimación el equipo debe lavarse las manos y co-
locarse el equipo de protección individual (EPI) con el nivel de protección adecuado frente a 
técnicas con alta generación de aerosoles: bata impermeable de manga larga + doble guante 
+ mascarilla FPP3 + gafas integrales. 
3. ¿No responde y no respira con normalidad?
Una vez protegidos, confirmar la presencia de PCR valorando la respuesta a estímulos y la 
presencia de ventilación espontánea y pulso. NO se recomienda la realización de la maniobra 
“ver-oír-sentir”. Se recomiendan exploraciones a mayor distancia e igual de fiables (inspec-
ción, palpación). 
Si se confirma la PCR, active el equipo de SVA, informe de la sospecha de COVID-19: priorice 
la oxigenación y limite el número de reanimadores al mínimo imprescindible. 
4. Monitorizar
El riesgo de arritmias puede ser más elevado en relación con los fármacos utilizados para el 
tratamiento de la COVID-19 actualmente (alargan el QT), así como la inestabilidad clínica de 
estos pacientes por el SDRA grave. 
¿Es posible monitorizar de forma inmediata?
•	 Sí: comprobar ritmo cardiaco y desfibrilar ANTES de iniciar la RCP 30:2 (se prioriza la des-
fibrilación precoz). En las PCR presenciadas y monitorizadas por ritmo desfibrilable y en 
aquellas en las que es posible colocar un desfibrilador de forma inmediata y el reanimador 
aún no se ha puesto el EPI, proporcionar tres descargas consecutivas sin compresiones 
torácicas previas ni entre ellas. 
•	 No: inicio de RCP 30:2, conectar el monitor desfibrilador.
−	 Compresiones: no se iniciarán hasta que el reanimador no se coloque el EPI. Mantener la 
vía aérea cubierta durante las compresiones. Considerar el uso de sistema de compresio-
nes mecánicas tipo LUCAS.
−	 Ventilaciones: cualquier intervención sobre la vía aérea debe ser realizada por personal 
sanitario experto. Priorizar la oxigenación y un manejo avanzado de la vía aérea con bajo 
riesgo de generar aerosoles, idealmente, con un tubo endotraqueal con neumotampona-
 Soporte vital. Actuación en UrgenciasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 18 | 215
miento. Utilizar filtros HEPA (High Eficiency Particulate Air). Minimizar los intentos fallidos 
de IOT. Parar las compresiones para intubar. Usar el videolaringoscopio si está disponible. 
Evitar el uso de mascarilla-balón autohinchable antes de la intubación. 
5. Administración de fármacos
Existe una contraindicación para amiodarona con algunos fármacos usados en el tratamien-
to de la COVID-19 que, aunque se asienta en tratamientos crónicos, se debe considerar el 
uso alternativo de lidocaína. Si existe la sospecha de que la PCR es secundaria a TV/FV por 
prolongación de QT o torsade de pointes, la amiodarona estaría contraindicada y se sugiere 
el uso de sulfato de magnesio.
6. Causas reversibles
A la hora de considerar y corregir la causa de la PCR, la hipoxia, la trombosis y la toxicidad 
por fármacos adquieren una especial relevancia. 
BIBLIOGRAFÍA 
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