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Teoría psicoanalítica de las neurosis

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18 O T T O F E , I C H E L
,·jno'\ "natura] y sobrenatural". Desgraciadamente, las valoraciones ejercen 
su influencia, en todas partes, sobre el examen de los hechos. 
Una ojeada a la historia de la ciencia nos enseña que la superación de la 
magia no ha sido un proceso continuo. Ha habido avances y retrocesos, que, 
sin lugar a dudas, no pueden explicarse únicamente en términos de una histo� 
ria de las ideas. En esta lucha las oscilaciones dependen de cond iciones histó­
ricas complicadas1 y sólo pueden comprenderse a través del estudio de la 
sociedad en que la lucha tiene lugar y de los intereses en conflicto de sus 
diferentes grupos. En la interesante obra de Zilboorg y Henry (1636 ) pu�?• 
verse que la historia de la psicología médica no constituye una excepcton 
a esta regla. 
En esta lucha el psicoanálisis representa un paso defin itivo hacia un 
pensamiento científico en psicología, alej ado del pensamiento mágico, Re­
cientemente Bernfeld volvió a hacer hincapié en la orientación enteramente 
materialista de los maestros de Freud y de) prop_io pensamiento pre�psico­
anal:tico de este último ( 140) . 
Hay que admitir, por supuesto
1 
que Freud no fue el primero en co?si• 
derar el campo de las manifestaciones psíquicas desde un punto de v,sta 
científico-natural. Existían ya t anteriormente, psicologías científico-naturales, 
pero, en comparación con las psicologías fHosóíicas, han constituido siempre 
una minoría y sólo fueron capa(!es de estudiar funciones psíquicas dispares. 
Só)o con el psicoanálisis comenzó realmente la comprensión1 sobre la hase 
de una ciencia natural, de la multiplicidad de la vida psíquica cotidiana 
del hombre. 
Ahora podemos contestar a In pregunta relativa a las afirmaciones con­
tradictorias .5obre el lugar que ocupa Freud en la historia de 1a ciencia. 
Ocurre simplemente que la edad de oro de la biología y la medicina materia­
listas no consideró que la órbita de sus disquisieiones debía extenderse a 
todos los órdenes humanos. El hecho de desdeñar la esfera mental indica 
que el progreso del pensamiento científico se logró a costa de permitir que
todo un reino de la naturaleza, la mente humana, siguiera siendo un reducto 
del pensamíento mágico y religioso ; y la contradicción en la apreciación 
histórica de la ohm de Freud queda resuelta reconociendo que éste, en 
realidad, hizo ambas cosas : oponiéndose al concepto de que "la mente e;­
el cerebro" e insistiendo enérgicamente en la existencia de In esfera psi� 
quien y en el carácter inadecuado de los métodos físico-científicos para 
abordarla, ganó este terreno para la ciencia. Pese a las aÍírmaciones de que 
Freud se había vuelto contra el racionalismo, a] dar �1al factor subjetivo", 
a lo ,cirracional'\ el lugar que le correspondía, su proceder revela clara� 
mente el espíritu de esa amplia tendencia cultural que proclamó el ideal de la 
primacía de la razón sobre la magia, y de la investigación desprejuiciada de 
la realidad. Al negar la validez de los tabús, había llegado el momento 
de abordar aquello que hasta entonces se había considerado sagrado e into• 
cable, Freud investigó el mundo psíquico . con el mismo espíritu científico 
con que sus maestros habían investigado eI mundo físico, lo cuaJ no implica 
sino otra forma de una misma rebelión contra los p rejuicios inculcados hasta 
TEORÍA PSICOANALÍTICA DE LAS NEUROSIS 19 
ese momento. Lo irracional, en el psicoanálisis, radica en la materia cuyo 
estudio éste se propone, no en el método. 
Puede objetarse que esta afirmación equivale a una presentación uniJa. 
lera! del psicoanálisis. ¿No incluye esta ciencia todo un caudal de tradi­
ción mística? ¿No se desarrolló partiendo del hipnotismo, y éste, a su 
vez, del "mesmerismo1 1? ¿No es una "cura mental'\ lo que equivale. a 
una especie de magia? Ciertamente, el psicoanálisis se ha desarro1lado par­
tiendo directamente de tt1étodos terapéutícos mágicos. Pero ha elim\nado la 
hase mágica de sus precursores. Desde Juego, en todo suceder psíquico per­
sisten vestigios que corresponden a etapas más primitivas. Realmente, no es 
difíeil encontrar muchos rasgos mágicos en la teoría y 1a práctica deJ psico• 
análisis. (Tampoco sería dificil, probablemente, hallar tales rasgos en otras 
ramas de la medicina. ) El psicoanálisis, tal como está constituido actual­
mente1 contiene, sin duda, elementos místicos -reminiscencias de su pa• 
sedo-, así como elementos científico-naturales, y el empeño de erigir estos 
últimos en meta de sus e_qfuerzos. No puede ser de utilidad conservar ciertos 
elementos místicos� al menos en el mismo sentido en que la actividad de un 
perro de policía en las investigaciones policiales es una supervivencia del 
oráculo animal, como ha comprobado Reik (1295) . No obstante, el perro 
de policía posee la capacidad de seguir el rastro del criminal. El psicoanálisis 
aspira a reducir sus elementos mágicos cuando menos hasta d mismo insigni� 
ficante nivel a que la moderna investigación del crimen trata de reducir los 
elementos mágicos de sus métodos de pesquisa. 
La psicología científica explica los fenómenos psíquicos como un resul­
tado de la acción recíproca entre Jas necesidades físicas primitivas -arraiga­
das en la estructura biológica del hombre y desarrolladas a través de la 
historia biológica (y, por lo tanto, modificables en el curso de la hlstoria 
biológica ulterior)- y las influencias del ambiente sobre esas necesidades, 
No cabe un tercer factor, 
Que la mente debe ser explicada en términos de constitución y medio, 
es un concepto muy antiguo, Lo característico del psicoanálisis consiste en 
qué es lo que considera como estructura biológica, cuáles son )as influencias 
ambientales que reconoce eomo formativas y de qué modo relaciona entre 
sí las influencias estructurales y las ambientales, 
En lo que respecta a Ia estructura biológica1 una psicología científica 
debe1 ante todo, encuadrarse dentro de la biología. Los fenómenos psíquicos 
sólo tienen lugar en l os organismos vivos; aon un caso especial de los fenórne• 
no, biológicos. Las leyes generales válidas para estos fenómenos biológicos 
son también aplicables a Ios fenómenos psíquicos ¡ a ellas será necesario aña• 
dir las leyes especiales, válidas únicamente en ei plano de los fenómenos 
psíquicos. 
Así, pues, una psfooiogía científica investiga. como lo hace toda ciencia, 
leyes generales. No se contenta con una simple descripción de los procesos 
psíquicos individuales. La descripeión exacta de los procesos históricos es* 
para ella, un medio y no un fin. No constituye su objeto de estudio el

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