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Fiebre y adenopatíasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 79 | 757 • Los ganglios o nódulos linfáticos son estructuras encapsuladas del sistema linfático, cuya función es filtrar y drenar la linfa en determinadas partes del cuerpo. • Se conectan por vasos linfáticos y su tamaño es variable, siendo más abundantes en cuello, axilas e ingles. Tienen una función inmunológica, desarrollando la respuesta inmu- ne cuando los antígenos procedentes de bacterias o demás microorganismos entran en contacto con los linfocitos B y T, y diseminando dicha respuesta mediante la circulación continua de la linfa. • Se define como adenopatía o linfadenopatía al aumento de tamaño, número o alteración de la consistencia de dichos ganglios. • Por norma general se considera patológica toda aquella adenopatía cuyo tamaño supere 1 cm. Sin embargo, existen excepciones como las adenopatías inguinales, en cuyo caso se considera normal hasta 2 cm; o bien, las localizadas profundamente, que pueden alcanzar hasta 1,5 cm de diámetro. ETIOLOGÍA El aumento de los ganglios linfáticos puede deberse a múltiples causas. Entre las más fre- cuentes destacan los procesos infecciosos (sean de origen bacteriano, vírico o fúngico), los procesos malignos o neoplásicos, como el cáncer o los síndromes linfoproliferativos, y final- mente, procesos inmunológicos y endocrinos. • Infecciosas: – Bacterianas: - Localizadas: faringitis estreptocócica (muy frecuente), infecciones de la piel, tulare- mia, enfermedad por arañazo de gato, difteria, Chancroide, fiebre por mordedura de rata, sífilis, enfermedad de Lyme. - Generalizadas: brucelosis, leptospirosis, linfogranuloma venéreo, fiebre tifoidea, sífilis secundaria. – Víricas: VIH, virus Epstein Barr, virus herpes simple, citomegalovirus (frecuentes), ru- beola, parotiditis, sarampión, hepatitis B, dengue. – Micobacterias: Mycobacterium tuberculosis y micobacterias atípicas. – Hongos: histoplasmosis, coccidioidomicosis y cryptococosis. – Protozoos: toxoplasmosis, leishmaniasis. INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS FIEBRE Y ADENOPATÍAS MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 758 | Capítulo 79 • Cáncer: carcinoma epidermoide de cabeza y cuello, histiocitosis, linfoma, leucemia, neu- roblastomas y metástasis. • Inflamatorias: artritis reumatoide, LES, dermatomiositis, síndrome Sjogren, cirrosis biliar primaria, enfermedad del suero, secundario a fármacos. • Endocrinológicas: insuficiencia suprarrenal primaria (enfermedad de Addison), hiperti- roidismo. • Miscelánea: sarcoidosis, amiloidosis, enfermedad de Kawasaki, enfermedad por depósi- to de lípidos, enfermedad de Still, eccema del lactante y algunas anemias hemolíticas. APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA Para realizar una aproximación lo más completa posible, se debe siempre realizar una ex- haustiva exploración física de las regiones con adenopatías y resto del cuerpo, así como preguntar por los siguientes aspectos: 1. ANTECEDENTES PERSONALES Y EPIDEMIOLÓGICOS • Edad: en pacientes mayores de 50 años existe un mayor riesgo de malignidad, mientras que en jóvenes serán más frecuentes las adenopatías reactivas. • Enfermedades crónicas conocidas, infecciones previas o inmunosupresión. • Ocupación laboral: exposición a posibles sustancias tóxicas. • Relaciones sexuales de riesgo: preguntar sobre métodos de barrera y número de parejas sexuales. Pensar en sífilis, VIH o gonorrea. • Contacto o convivencia con portadores de enfermedades contagiosas. • Contacto con animales, incluyendo insectos: preguntar por mordedura o arañazo de ani- males domésticos, por viajes al campo y/ o picaduras de insectos. • Consumo de drogas por vía parenteral. • Viajes a zonas endémicas. • Ingesta de alimentos poco cocinados: si el paciente refiere consumo de carne cruda, pen- sar en toxoplasmosis. • Historia vacunal: importante en niños con el objeto de descartar causas de adenopatías prevenibles por vacunas (parotiditis, rubeola, por ejemplo). • Consumo habitual de fármacos. Los principales medicamentos que pueden causar ade- nopatías son: alopurinol, atenolol, captopril, carbamacepina, cefalosporinas, etosuximida, fenitoina, hidralazina, imatinib, lamotrigina, penicilina, quinina, sulfonamidas. 2. CLÍNICA Y FORMA DE APARICIÓN • Tiempo de evolución. Las adenopatías de poco tiempo de evolución suelen ser de ori- gen inflamatorio, mientras que aquellas de meses de evolución suelen indicar procesos linfoproliferativos o infecciosos, como TBC o VIH. Por otro lado, la duración del cuadro menor de dos semanas o mayor de un año indica poca probabilidad de malignidad. • Dolor: las adenopatías dolorosas son típicas de procesos inflamatorios o infecciosos agu- dos. Los procesos tumorales, por norma general, no suelen cursar con dolor. • Síntomas acompañantes: preguntar por síntomas constitucionales, artralgias, pérdida de peso, sudoración nocturna y alteraciones cutáneas. Fiebre y adenopatíasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 79 | 759 3. EXPLORACIÓN FÍSICA • Número: única o afectando todo el paquete ganglionar. • Naturaleza: importante distinguir entre adenopatías y masas subcutáneas (como, por ejemplo, quistes tiroideos, lipomas o hernias inguinales). • Tamaño: el tamaño normal de los ganglios es 1 cm. Se considera patológico cuando excede dicho límite, excepto en la región inguinal, que es 2 cm y altamente sugestivo de malignidad si supera los 4 cm. Igualmente, las adenopatías son siempre mayores en adolescentes que en adultos. • Características: (1) consistencia: dura, firme, blanda, (2) dimensiones, (3) sensibilidad: dolorosa o indolora, (4) límites: netos o imprecisos, (5) movilidad: adherencia o no a los planos superficiales o a profundos y (6) con aumento de calor local o no. • Localización (Tabla 79.1): el primer paso consiste en evaluar si las adenopatías están loca- lizadas (presentes en una única región) o si son generalizadas (en dos o más regiones no contiguas). Estas últimas suelen corresponder a manifestaciones sistémicas de neoplasias hematológicas malignas y a procesos infecciosos como la mononucleosis, TBC, VIH o LES. Cabe señalar que muchas de las enfermedades que ocasionan adenopatías pueden generarlas de forma localizada o generalizada, limitando el valor de este hallazgo. • Exploración física por aparatos: dirigida según sospecha clínica e incluyendo exploración de vía aérea y digestiva superior. Etiología más frecuente según localizaciónTabla 79.1. Submandibular Submentonianas Yugulares Cervical posterior Suboccipital Postauricular Preauricular Supraclavicular derecha Supraclavicular izquierda Axilar Epitrocleares Inguinales Hiliares/ mediastínicas Abdominales/ retroperitoneales Generalizadas Infecciones de cabeza, cuello, sinusoides, orejas, ojos y faringe. Mononucleosis, virus Epstein Barr, citomegalovirus y toxoplasmosis. Rubeola. Tuberculosis, linfoma, cáncer de cabeza y cuello. Infecciones locales. Infecciones locales. Canal auditivo externo. Cáncer de pulmón, gastrointestinal y de retroperitoneo. Linfoma, cáncer de región torácica y de retroperitoneo, infecciones bacterianas y fúngicas. Infecciosa, enfermedad de arañazo de gato, linfoma, tumor de mama, brucelosis, melanoma. Linfoma, sarcoidosis, tularemia, sífilis secundaria. Infecciones de pierna y pie, infecciones de transmisión sexual, linfoma. Sarcoidosis, tuberculosis, cáncer de pulmón, linfomas. Linfomas, tumores germinales y de próstata, tuberculosis. Virus Epstein Barr, VIH, tuberculosis, hepatitis, brucelosis, LES, leucemia, linfoma, medicamentoso. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 760 | Capítulo 79 TRATAMIENTO Si bien el tratamiento debe ser dirigido por la sospecha diagnóstica, para todos aquellos ca- sos en que no se disponga de la misma, interesa saber que el tratamiento es principalmente sintomático (por ejemplo, uso de AINE para dolor). No se aconseja el uso de antibióticos, salvo si los datos clínicos y estudioscomplementarios indican infección bacteriana, tampoco es recomendable utilizar glucocorticoides, ya que pueden enmascarar, retrasar la curación e incluso reactivar enfermedades latentes. ACTITUD EN URGENCIAS Y CRITERIOS DE INGRESO • La actuación desde el Servicio de Urgencias supone un reto, no solo desde el punto de vista diagnóstico, dada la multitud de diagnósticos diferenciales, sino desde el punto de vista práctico, a la hora de reconocer qué enfermedades son potencialmente graves y suelen precisar hospitalización para llegar a un diagnóstico definitivo. • Se debe preguntar siempre por la aparición de datos de alarma (Tabla 79.2). La presencia de estos indica origen tumoral de los mismos o gravedad en el resto de procesos. • Igualmente, la presencia conjunta de fiebre y adenopatías requerirá un enfoque diferen- cial, basado principalmente en la localización múltiple o única de las mismas y la existencia de focos infecciosos que la justifiquen o no. • En función de la sospecha diagnóstica (por ejemplo, cuadro de faringitis o infecciones loca- les junto con adenopatías en región de cabeza y cuello) y la localización de un foco infeccio- so, debe valorarse la necesidad de solicitar pruebas complementarias, las que incluirán: – Bioquímica: iones, creatinina, urea, perfil hepático, PCR, procalcitonina, sistemático de orina. – Hematología: sistemático de sangre, estudio de coagulación, VSG – Microbiología: hemocultivos y/o urocultivos. – Pruebas de imagen: radiografía de tórax. • Así pues, son posibles dos escenarios: – El primero, en el que los hallazgos de las pruebas y la obtención de un diagnóstico definitivo permita valorar la enfermedad y decidir si se requiere de ingreso o no. – El segundo, en el que ante la ausencia de un claro diagnóstico y de datos de alarma, se recomendará la vigilancia domiciliaria durante al menos 3-4 semanas. Signos de alarma en la evaluación de adenopatíasTabla 79.2. • Edad > 40 años. • Localización supraclavicular. • Tamaño > 2,25 cm. • Consistencia dura. • Ausencia de dolor o sensibilidad. • Fiebre mayor de una semana de evolución. • Hepatoesplenomegalia. • Pérdida de peso. • Sudoración fría. • Presencia de palidez cutáneo mucosa. • Datos de dificultad respiratoria. • Aumento de tamaño en 2 semanas. • No disminución tras 4-6 semanas sin identificar causa infecciosa. Fiebre y adenopatíasMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 79 | 761 BIBLIOGRAFÍA Andrés Fernández M, Cuadra-García Tenorio F, Moya Saiz MJ. Fiebre y adenopatías. En: Julián-Jiménez A, coordinador. Manual de protocolos y actuación en urgencias. 4º edición. (Reimpresión 2016). Madrid; SANED:2016. p. 655-60. Caraballo Sierra JA. Linfadenopatías. En: Diagnóstico diferencial en medicina interna. 3ª. Edición Consejo de publicaciones de la Universidad de los Andes. La Parroquia, Mérida, Estado de Mérida, Venezuela. 2019. p. 333-41. González Camacho L, Carrera Villar J, Ruiz Grinspan MS. Fiebre y adenopatías. En: González del Castillo J, Julián-Jiménez A, Candel FJ, coordinadores. Manejo de infecciones en Urgencias. 3º edición; Madrid; Editorial Panamericana:2018. p. 113-19. Villegas-Molina JP, Yarce-Prince M, Ochoa-Hernández JC, Cardona-Muñoz SD, Orozco-Beltrán LV, Ruiz-Her- nández E, et al. Enfoque del paciente con adenopatías generalizadas. Importancia de la estrategia di- dáctica del estudio de casos clínicos: a propósito de un paciente con linfoma de Hodgkin asociado a una infección por el virus de Epstein-Barr. Iatreia. 2019;32(4):328-37. Adenopatías Foco infeccioso local Sin foco infeccioso Ante la presencia de alguno de ellos, se recomienda ingreso para completar estudio Valorar necesidad de ingreso según el mismo Adenopatías localizadas Adenopatías generalizadas + Fiebre No Sí Sí No Edad > de 50 años: mayor riesgo malignidad Tamaño Hasta 1 cm: normal > 2 cm: patológico ( no si es en región inguinal) > 4 cm: alta sospecha de malignidad Características Consistencia duras, limites irregulares o adheridas a planos profundos, alto riesgo de malignidad Síntomas acompañantes Pérdida significativa de peso o presencia de esplenomegalia y/o sudoración fría Localización Supraclavicular Observación 3-4 semanas Solicitar pruebas complementarias ¿Hay diagnostico etiológico? ¿Hay diagnostico etiológico? Figura 79.1. Algoritmo de actuación en Urgencias.
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